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Andoni dios, Tomás sAnTAmAríA, JAvier velázquez,

JAvier GuTiérrez, máximo muñoz e iGnAcio sevillA

El LOBO IBÉRICO EN ÁVILA


Riesgo de ataques y propuestas para
la conciliación con la actividad ganadera
AGRADECIMIENTOS

Muchas han sido las personas e instituciones que han hecho


posible la elaboración de este libro durante los años que ha
durado su preparación.

En primer lugar nuestro más sincero agradecimiento a


la Junta de Castilla y León y al Observatorio del Lobo
(Museo de Ciencias Naturales) por facilitar cuantos datos
han sido requeridos, igualmente a la Universidad Católica
de Ávila, por encontrar en la afirmación de los intereses
medioambientales y de conciliación con nuestro protagonista,
el lobo, un objetivo común que ha culminado en la edición de
esta publicación.

Nuestro agradecimiento también para todos aquellos que


han colaborado en la preparación del material gráfico con
la cesión de sus fotografías y a tantas personas que con su
colaboración generosa y desinteresada han facilitado este
trabajo. No caben todos sus nombres, porque son muchos
y porque tampoco querríamos dejar alguno sin escribir por
olvido o despiste. Pero técnicos de laboratorio, agentes
medioambientales, colegas de otras instituciones científicas,
propietarios de fincas particulares, agricultores y ganaderos,
tienen cabida en nuestros agradecimientos y, además, lo
hacen ocupando un lugar muy destacado. A todos ellos,
muchas gracias.
ANDONI DIOS / TOMÁS SANTAMARÍA / JAVIER VELÁZQUEZ /
JAVIER GUTIÉRREZ / MÁXIMO MUÑOZ / IGNACIO SEVILLA

El LOBO IBÉRICO EN ÁVILA


Riesgo de ataques y propuestas para
la conciliación con la actividad ganadera

2020
EL lobo ibérico en Ávila [Libro electrónico] : riesgo de ataques y propuestas
para la conciliación con la actividad ganadera / Andoni Dios, Tomás Santa-
maría, Javier Velázquez, Javier Gutiérrez, Máximo Muñoz e Ignacio Sevilla.
 
Ávila: Universidad Católica de Ávila, 2020. – 1 archivo de Internet (PDF).
 
(Medio ambiente(UCAV) ; 9)
 
ISBN 978-84-9040-611-3
 
1. Lobos – Ávila    2. Fauna – Conservación - Ávila

QL737.C22
599.742.11

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© Primera edición: octubre 2020


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Portada y figura 19, Juan José González Vega: figura 2, David
Serradilla: figura 7, José Antonio Blas de la Fuente: figura 14, Miguel
Ángel Fernández Sáinz: figura 35, Francisco María García: figura 42,
Paulo Oliveira: Figura 36, Isidro J. Gavilán: figura 45a, Mikel Simón:
figura 45b, Cristina Miñambres: figura 89, José Luis Rodriguez:
figura 125
© Dibujos: Nacho Sevilla, excepto Luisa Ferreira Nunes: figura 70b
y Jorge Muñoz: página 70

ISBN: 978-84-9040-611-3

Realiza: INTERGRAF
Salamanca, 2020
A José Luis, ganadero de vocación
y gran defensor y protector del lobo en Ávila.
ÍNDICE
Prólogo.............................................................................................................. 8

1. Introducción............................................................................................... 16

2. Objetivos.................................................................................................... 24

3. Área de estudio.......................................................................................... 28

4. Metodología............................................................................................... 32

5. ¿Cómo es? Biología del lobo ibérico......................................................... 38

6. ¿Dónde vive? Marco geográfico................................................................ 70

7. ¿Con quién vive? Flora y fauna acompañantes........................................ 86

8. ¿Cómo vive? Evaluación del riesgo de ataques en Ávila.......................... 102

9. ¿Cómo conservarla? Estado actual, conflictos y soluciones..................... 130

10. Bibliografía................................................................................................. 172


8 El lobo ibérico en Ávila

Prólogo
Javier Castroviejo Bolíbar

El lobo es quizás el mamífero terrestre que ocupa un área de distribución mas


amplia, solo superado por la de las ratas y el hombre. En Eurasia se extiende de
Portugal a Japón y de la tundra a Yemen y la India. En América va del Ártico al
centro de México y de la costa atlántica a la pacifica. Sobrevivir en ambientes tan
diversos indica su capacidad adaptativa.
El microcosmos ibérico ofrece, a otra escala, una muestra de lo dicho. Los lobos
de la galaica Costa de la Muerte aprovechan restos de pescado, marisco o mamífe-
ros marinos varados, también en Galicia hay poblaciones que dependen en buena
medida de los garranos (caballos de monte gallegos) capturados en los ancestrales
“Curros”. En la Tierra de Campos otros viven en los trigales o maizales, y hasta
hace poco en las dunas, playas y marismas de Doñana. Hay también lobos urbanos
que durante la noche deambulan por nuestros pueblos y visitan muladares. Puede
decirse que han ocupado cualquier hábitat peninsular.
Pero la población que se asentaba en las zonas subdesérticas del sureste me-
rece unas líneas. Se trataba del lobo levantino, que el gran mastozoólogo Ángel
Cabrera describió en 1907 como una subespecie propia, Canis lupus deitanus, pe-
queño, de aspecto chacaloide y pelo corto, fácilmente diferenciable de los robustos
C. l. signatus del resto de la Península. La identidad de deitanus sigue siendo un
enigma pues, que se sepa, no se ha encontrado resto alguno desde su descripción.
Bien pudiese tratarse de los cánidos del N y NE de África, considerados durante mu-
cho tiempo chacales y recientemente descritos como una subespecie de lobo Canis
lupus lupaster (Gaubert, Ph. et al, 2012) para, tres años más tarde y revalidando
la descripción de Cuvier de 1820, ser elevados al rango de especie Canis anthus
(Koepfli, K,-P., 2015), su nombre común es lobo dorado africano.
Tampoco puede excluirse el chacal dorado (Canis aureus) cuya área, desde el
E de la India a los Balcanes, se superpone a la del lobo en amplias zonas. Actual-
mente este chacal está en franca expansión y ya ha avanzado hacia al oeste hasta
Dinamarca, Alemania, Italia o Francia; no se descarta que llegue a España. Se ba-
raja también que deitanus no sean mas que signatus, afectados por las condiciones
del cautiverio.
La Península Ibérica ofrece, así, un campo único para la investigación. Un tema
a abordar son las interacciones con otros carnívoros, especialmente el oso y el
zorro. Lo menciono por la información previa que gracias a proyectos como “Re-
cuperación de las brañas de alta montaña para favorecer la biodiversidad. Modelo
demostrativo y replicable en la Reserva de la Biosfera de Laciana, León”, financiado
por la Fundación Santander y la “Estación Biológica de la Cordillera Cantábrica”,
se ha podido recopilar en este enclave privilegiado, donde las tres especies y sus
presas son abundantes y la comunidad de mamíferos parece intacta.
“El Lobo Ibérico en Ávila”, que tengo el gusto de prologar y cuya edición debe-
mos celebrar, es una breve y magnifica síntesis; sin duda los autores tuvieron muy
en cuenta el “lo bueno si breve dos veces bueno” del genial jesuita Baltasar Gra-
cian. Con amenidad, rigor y excelente infografía, los autores, y ahí veo la pluma del
Prólogo9

profesor Tomas Santamaría, saben mostrarnos al lobo en diferentes escenarios que


van de tundras y estepas boreales a los paramos y sierras de Ávila. La Biología es
analizada con una metodología rigurosa que permite obtener resultados de interés
científico.
Se palpa el esfuerzo en mostrar la situación real del lobo y sus relaciones con
el hombre, sin tapujos. La prudencia con que tratan las felonías de los que quieren
acabar con él, incluso incumpliendo las leyes, también sobrevuela el texto. Con
acierto y valentía los autores destacan, no obstante, que el odio al lobo es básica-
mente asunto de un sector determinado, el de los ganaderos y no algo común al
conjunto de los humanos. Caben muchas loas al libro pero el acierto en identificar
el origen y meollo de la licofobia, probablemente milenaria, me parece una contri-
bución mayor.
La ganadería es el fruto de la domesticación iniciada en el Neolítico hace unos
7000 años. Se trata pues de un fenómeno reciente en el contexto paleontológico.
Los primeros resto del hombre moderno se descubrieron en África hace al menos
uno 170.000 años; hace unos 70.000 años este ya deambulaban por Eurasia. Los
restos mas antiguos del lobo se han datado en 800.000 años. Es decir, el encuentro
entre ambas especies se produjo cuando los humanos, recién llegados a Eura-
sia, formaban pequeños grupos nómadas de cazadores-recolectores de tecnología
rudimentaria. Los hombres mantuvieron este tipo de vida hasta el inicio de una
incipiente agricultura neolítica que se fue afianzando paulatinamente, luego vino
la domesticación y con ella el ganado, los pastores y los ganaderos, hasta hoy. La
primera domesticación, la del propio lobo por cierto, origino el perro y se produjo
mucho antes, hace unos 15.000 años. Hasta la aparición de la ganadería y los ga-
naderos, los lobos se consideraban seres míticos, dignos de respeto, en todo caso
beneficiosos por mantener a raya a los herbívoros silvestres que dañaban los cul-
tivos. En algunos lugares se buscaban los cachorros como alimento o se cazaban
los adultos por su piel.
El cánido mítico pasó a enemigo mortal cuando las actividades humanas trans-
formaron el medio, acabaron con las presas silvestres del lobo y los animales do-
mésticos ocuparon su lugar.
Así desde época inmemorial el lobo encarna el mal. Ya los pastores ancestrales
parecían saber que si se quiere eliminar a alguien se comienza por demonizarlo
para justificar el atropello, de esta forma, desde hace milenios, surgió y se nutrió la
leyenda negra del lobo, fruto de intereses, ignorancia, escasa sensibilidad y algo
tan humano como es la manipulación. Cuando en una familia coincidían ganade-
ros, agricultores y cazadores el odio se inculca al conjunto. Y así durante milenios.
Todavía hoy se mantiene esta la leyenda negra sobre el lobo avivada por algunos
recalcitrantes ganaderos, ciertos funcionarios públicos y gestores de caza. No pa-
rece haber disminuido la intensidad del odio pero si, y mucho, su extensión social.
La situación del lobo llegó a ser desesperada a nivel mundial. En Europa, excep-
to puntos en los Balcanes y en los montes del N de Iberia, el área del lobo había
retrocedido hasta casi los Urales; en América había sido exterminado en México y,
salvo Alaska, en todo el inmenso territorio que antes ocupaba en los EEUU, excep-
to dos minúsculas esquinas del estado de Minnesota que, a ambos lados del lago
Superior, se introducen en Canadá, país en el que la reducción poblacional fue,
10 El lobo ibérico en Ávila

así mismo, espectacular. A lo largo y ancho del mundo, el lobo, demonizado por
ganaderos y una burocracia complaciente, se exterminaba con veneno, todo tipo de
trampas, se tiroteaba desde avionetas o helicópteros, y también se aplastaban a los
cachorro en el cubil.
En España y Portugal la situación también era critica; quedaban solo grupos ais-
lados en las montañas del norte, como dijimos. Con todo, el coro de los que querían
rematar la faena hasta la erradicación no cesaba. La batalla por la conservación
del lobo en España la inicio por los 60, en solitario, Félix Rodríguez de la Fuente, a
quien ya conocía y con quien forme piña. Félix consiguió que de alimaña el lobo pa-
sase a especie cinegética. No escaseaba el fanatismo; en no pocos pueblos, como
pude comprobar personalmente, mencionar a Rodríguez de la Fuente o defender
al lobo podía ser garantía de agresión física. Incluso a día de hoy existen riesgos.
A principios de los años setenta y a pesar de las presiones en su contra, la
UICN se vio obligada a establecer una Species Survival Commission (SSC) para el
lobo, de la que forme parte desde el comienzo. Presidida por el biólogo canadiense
Douglas Pimlott, a quien sustituyo Devid Mech, esta SSC realizó una notable labor.
Aprendí no poco, durante quinquenios pude conocer directamente la situación del
lobo en el mundo y compartir experiencias con los mejores especialistas.
A partir de los años 60 del siglo pasado, la situación se aclaraba a medida que
el conocimiento científico se abría paso. Hasta entonces el lobo había tenido po-
cos amigos, destaca Roma con la loba nodriza de Rómulo y Remos, S Francisco
de Asís, algunos naturalistas o biólogos principalmente norteamericanos, escasos
literatos, incluido mi padre José María Castroviejo, y Félix Rodríguez de la Fuente,
ya citado.
A medida que mas y mas sectores sociales se dieron cuenta de las patrañas y
odio de los recalcitrantes y satélites, la opinión publica fue cambiando. La mayor
parte de la población hoy es urbana, los vegetarianos abundan y los amigos del
lobo son muchos y activos. La sociedad esta ya a favor de que el lobo recupere su
área de distribución original y pueda jugar el papel que le corresponde en nuestros
ecosistemas y cultura.
Los enemigos que quieran acabar con la especie son minoría pero activos y
fuertes. Además, el lobo tiene garra mediática. La muerte de una oveja por atropello,
asfixia u otro accidente ni se menciona, si la mato un lobo o se sospecha de ello, el
ovino y el ganadero mártir son noticia de primera plana.
Es interesante identificar el nicho donde se agazapan estos grupos minoritarios
que detestan al lobo.

1. Funcionarios públicos. Las administraciones autonómicas, en las que exis-


ten o han existido lobos, logran indiferencia u hostilidad, a veces no disimulada.
Auspician o permiten su caza al sur del Duero, aunque este prohibida por la UE,
mantienen patrullas anti lobo, alientan batidas u otorgan cupos de caza muy ele-
vados. La presión parece efectiva. La actitud de la Administración es elocuente:
ni se redactan los preceptivos “planes de conservación”, ni se toman medidas de
protección en territorios recién colonizados o se reintroducen en áreas protegidas,
tampoco abundan las campañas de sensibilización o educativas. Es indispensable
preguntarse por el rigor científico de los informes y en que publicaciones se basan
Prólogo11

estas medidas. También sobre las adjudicaciones a los “expertos” que los ejecutan
y redactan, los mismos año tras año y siempre favorecidos por la burocracia. En su
selección deberían intervenir los científicos del mejor nivel; a fin de cuentas está en
juego nuestro dinero y nuestro patrimonio, que no puede vincularse a los intereses
sectoriales o de políticos.
El comportamiento de ciertos funcionarios públicos y del Organismo de Parques
Nacionales ofrecen ejemplos esclarecedores. Para muestra decir que en el de Picos
de Europa se han masacrado lobeznos1 y se matan los lobos incluso los marcados
con radioemisores para investigación2.
Por falta de espacio dejo para mejor ocasión lo sucedido en Doñana con las
capturas de lince, en Cabañeros con especies protegidas so pretexto de limitar los
zorros y en Asturias con la muerte de osos atrapados en lazos. En Ordesa, la muer-
te del último bucardo coincidió con la intervención administrativa.
Los cachorros tampoco se respetan fuera de los parques3. La situación del lobo
es paradójica en varios aspectos. Los detractores demuestran escasa eficacia en la
aplicación de las medidas de protección o incluso parece que las ignoran.
Su actitud contrasta con el entusiasmo y la celeridad con que organizan batidas
con cupos excesivos o en zonas protegidas, abren pistas que destruyen el paisaje,
negocian la compra de aviones y helicópteros o plantan pinos donde se sabe que no
prosperaran, o que terminaran en apretadas masas pasto de incendios.

2. Ganaderos. Emergen ya pastores y ganaderos sensibles, que defienden al


lobo y, con mastines y otros medios, evitan o mitigan los daños. Pero la inquina y
la licofobia profunda de otros es una penosa realidad. Con frecuencia se trata de
personajes que abandonan su ganado en el monte, sin mastines ni vigilancia hu-
mana, que cobran sabrosas subvenciones de la UE, y nos ilustran en el arte de la
autocompasión ante los escasos daños del lobo, de los que son indemnizados. Mas
de una vez parecen haber sido falseados; la picaresca tampoco anda lejos. La UE,
que protege al lobo, subvenciona a los ganaderos que lo quieren eliminar. No faltan,
incluso, declaraciones de políticos culpando al lobo del despoblamiento rural.

3. Gestores de cotos de caza. No pocos cazadores manifiestan un fondo de


respeto hacia el lobo y si lo cazan es habitualmente dentro de la ley. Pero en ellos
no esta el problema. Radica, más bien, entre los gestores de los grandes cotos de
caza. Los lobos que han intentado entrar en Cantabria, País Vasco, Navarra, Ex-
tremadura, Andalucía, Castilla la Mancha (al Sur del Sistema Central o sus prolon-
gaciones), Aragón y el Maestrazgo han desaparecido con rapidez, probablemente
eliminados de diferentes formas. Ello a pesar de que se trata de la regiones que
albergan los ecosistemas considerados más idóneos para la especie por la baja
densidad de población, la abundancia de presas silvestres y la excelente cobertura

1  https://wilderness-society.org/how-spain-brutally-reduces-its-wolf-population.
2  https://www.facebook.com/notes/asociaci%C3%B3n-para-la-conservaci%C3%B3n-y-es-
tudio-del-lobo-ib%C3%A9rico-ascel/abatido-otro-lobo-radiomarcado-en-el-parque-nacional-de-
picos-de-europa/490115757700791/.
3   h t t p s : / / w w w. e l n o r t e d e c a s t i l l a . e s / v a l l a d o l i d / d e n u n c i a n - m u e r t e - c a c h o r r o -
20171004102757-nt.html.
12 El lobo ibérico en Ávila

vegetal. La explicación esta en los extensos cotos de caza cerrados con malla cine-
gética. Entre otros impactos serios fragmentan el hábitat y causan un efecto barrera.
Si un lobo mata un animal domestico se indemniza, pero si es silvestre la ley no lo
contempla. El precio de mercado de un buen trofeo sobrepasa ampliamente al de
un ovino o incluso vacuno. Lobo que entra en una de estas fincas está perdido. Su
eliminación, por supuesto ilegal, esta garantizada. Es sencillo localizar la gatera por
la que entra o sale y atraparlo con cepo, lazo o a al aguardo. En otros caso se colo-
can cebos envenenados o, confinado entre alambradas se ojea con perros. También
se busca la paridera, se mata a los padres atraídos por los sonidos de los cachorros
maltratados, luego le toca el turno a la camada. No pocas de las mallas utilizadas,
parece que no ajustarse la normativa.
Es paradójico que se desoiga a los que defienden, probablemente ya mayoría,
su derecho como ciudadanos, a disfrutar de un paisaje enriquecido con su presen-
cia, a estudiarlo, o a habitar un país en el que se cumplan las leyes, pero se tolera
o apoya la persecución del lobo. Pareciese que el goce estético no existiese para
los detractores.
Es paradójica, así mismo, la actitud de la UE y la Administración; con desparpajo
protegen un especie pero subvencionan actividades ganaderas que, no sin éxito, se
esgrimen en su contra.
La especie falta en el Sur de España con los hábitats más favorables y se man-
tiene en el Norte. Es de temer que las poblaciones al Sur del Duero terminen por
desaparecer debido a la continua presión a la que son sometidas. Que el lector
saque sus conclusiones tras leer lo que en el libro se dice sobre Ávila.
Debemos preguntarnos, no sin angustia, que se puede hacer. La experiencia
aconseja acudir sin desmayo a la información veraz, la denuncia en los medios de
comunicación y, sobre todo, exigir el cumplimiento de las leyes en los tribunales.
Se trata de un procedimiento lento, incierto y caro pero es el mejor, quizás el único
lenguaje para dialogar ante los contumaces. Los éxitos de la Asociaciones ASCEL y
otras lo evidencian, el libro lo recoge
Permítaseme un consideración final. Se trata de una especie que ha convivido
con el hombre decenas de miles de años y que este ha intentado exterminar por
todos los medios durante los últimos seis o siete mil, sin éxito. Solo por esto el
triunfante superviviente merece respeto y admiración. A lo largo de la historia ha
tenido y tiene un enemigo poderoso, el ganadero que con sus yacks, renos, ca-
mellos, búfalos asiáticos, por no hablar de cabras, caballos, ovejas o bóvidos se
ha extendido del Ártico al desierto arábigo y a la India, pasando por el Himalaya.
Pero el lobo además ha influido en la literatura, el paisaje, el patrimonio cultural y
etnográfico. Por otra parte le debemos el perro. Su función en los ecosistemas es
también indiscutible. Es una especie icónica, si las hay. Amada u odiada, no deja
indiferentes. Hasta hace un par de siglos el lobo condicionó la vida de los humanos,
al menos en el medio rural, desde entonces son los bípedos los que condicionamos
la del lobo. Los euroasiáticos no seriamos como somos sin el lobo y este tampoco
sin el hombre.
El lector, cuya indulgencia invoco, me entenderá si confieso que no ha sido
fácil comenzar y acabar este prologo; en todo caso siempre le consolará el libro
que sigue. Se lo recomiendo sobre todo a los ganaderos, funcionarios y gestores
Prólogo13

concernidos. Creo sinceramente que su aproximación al lobo puede cambiar tras


leer la bibliografía y el texto de A. Dios, T. Santamaría, J. Velázquez, J. Gutiérrez,
M. Muñoz e I. Sevilla. A ellos les agradezco el esfuerzo y les recuerdo que Gra-
cian, a quien cito al comienzo, también escribió “contra malicia, milicia”, sin más
comentarios…

4 de octubre de 2020, festividad de S. Francisco de Asís.


Día internacional de los animales
1.
INTRODUCCIÓN
16 El lobo ibérico en Ávila

1. Introducción
Para ahondar en el conflicto global existente entre el lobo y la ganadería, se hace
imprescindible analizar la evolución a lo largo de la historia de ambas especies; el
ser humano, que practica la actividad ganadera, y el lobo.
Parece evidente que desde que el hombre evoluciona y consigue perfeccionar el
arte de la caza convirtiéndose en un animal “cazador, recolector”, la figura del lobo
(Canis lupus), ha sido objeto de admiración, de temor o de inquietud.

Fig. 1. El hombre comienza a domesticar al lobo de manera generalizada en el Neolítico.

A lo largo del desarrollo de la especie humana, este súper-predador ha ocupado


un lugar notablemente importante en nuestras mentes. Representaba, para estos
humanos nómadas, una figura animal en la que fijarse y de la cual había mucho que
aprender, pues es un gran depredador, que ejecuta técnicas de caza complejas y
que necesita de la colaboración entre individuos para desarrollar su función en los
ecosistemas, caracterizado, además, por las numerosas herramientas sociales que
posee, características similares a las del hombre. De manera que cuando el ser hu-
mano aún era nómada y no había desarrollado la actividad agrícola, el lobo era ob-
jeto de admiración. Tal era esa admiración que llegaron a domesticarlo para ayudar
en sus labores de caza y de defensa (Acosta, A., et al., 2011) dando lugar al perro
(Canis familiaris) de dónde surgen todas las razas de perros que hoy en día cono-
cemos. Sin embargo, aun habiéndose encontrado restos de perros entre restos de
cazadores recolectores, se considera que el hombre comienza a domesticar al lobo
de manera generalizada en el Neolítico (Grande del Brío R., 2015) cuando, precisa-
mente se adquieren los conocimientos necesarios para cultivar los alimentos y criar
el ganado. De esta forma pasa de ser una especie nómada, cazadora recolectora,
a una especie sedentaria agricultora y ganadera. Aquí el papel del lobo comienza
a variar, pues su domesticación generalizada por los humanos tiene su explicación
en la defensa de los bienes privados, antes inexistentes. Las manadas de lobos
salvajes comienzan a resultar problemáticas para los seres humanos que poseían
Introducción17

ganado, pues estos animales, disfuncionales debido a su domesticación, resultaban


y resultan una presa fácil para el gran depredador. Por ello en la mente de los pri-
meros agricultores, se grabó indeleblemente la idea del lobo como un competidor y
no como un aliado o como fuente de inspiración, al contrario que los anteriores ca-
zadores recolectores. El ser humano ha seguido desarrollándose como agricultor y
ganadero hasta nuestros tiempos, con la idea de manejar la naturaleza a su antojo,
por creerse por encima de ésta, idea reforzada además por las primeras corrientes
religiosas y las primeras grandes civilizaciones. De manera que el sentimiento que
despierta el lobo, y en general los grandes depredadores, es de miedo. Esta idea,
permanece en nuestra mente hasta hoy en día y será muy difícil borrarla, ya que
prácticamente desde que nacemos, seguimos siendo influenciados por nuestros
mayores, medios de comunicación e interpretaciones erróneas, que cuelgan el car-
tel de “temible” al lobo y a todos los grandes depredadores del planeta.

Fig. 2. El lobo ha sido siempre considerado como un competidor y no como un aliado, al contrario que
los anteriores cazadores recolectores, desde que el ser humano posee ganado.

La defensa del lobo y de los súperpredadores, por los motivos ya mencionados,


siempre se ha antojado compleja, ya que, aunque parece obvia su importancia en
los ecosistemas, no llega hasta 1947, cuando Aldo Leopold propuso el concepto de
“cascada trófica”, que otorga argumentos científicos a la defensa de los grandes
carnívoros (Ripple, W. J. y Beschta, R. L., 2005). Este concepto implica que, en la
ya conocida cadena trófica, los grandes carnívoros, influyen en el resto de “niveles”
tróficos, incluso en el vegetal. Hasta entonces la cadena trófica siempre se había
mostrado en forma de pirámide, y se consideraba que los niveles inferiores (vegetal)
18 El lobo ibérico en Ávila

eran los que proporcionaban las condiciones a los herbívoros y éstos a su vez a
los carnívoros, pero no a la inversa. Aldo Leopold ya demostró que esto no sucede
exactamente así y estudios recientes lo corroboran, demostrando que los súper-
predadores ejercen una importante influencia en la abundancia y distribución de
mesodepredadores (Euan, G. et al, 2.009), controlando sus poblaciones mediante
la depredación. También poseen los grandes carnívoros, importantes influencias en
la distribución de nutrientes para el desarrollo de la masa vegetal (Bump, J. K., et al.,
2009). Además, los súperpredadores varían el comportamiento de los herbívoros
que son sometidos a la depredación, favoreciendo la heterogeneidad en las masas
vegetales de los ecosistemas (Beschta, R . L., y W. J. Ripple, 2009). Por si no fuera
suficiente, también evitan la proliferación de enfermedades, eliminando siempre los
individuos más disfuncionales de los ecosistemas, normalmente enfermos o ma-
yores y ejercen un control poblacional sobre los herbívoros, evitando un aumento
poblacional desproporcionado y protegiendo así, la masa vegetal (Terborgh, J., et
al., 2009).
Estas interacciones constituyen, sin duda, argumentos suficientes para preser-
var a estos carnívoros. Sin embargo, los estudios anteriormente mencionados son
relativamente modernos y aún en la actualidad prevalece una imagen negativa de
los grandes depredadores, que genera miedo e inseguridad, más aún en la Penín-
sula Ibérica, donde la influencia antropogénica en los ecosistemas es de las más
notables de Europa (McNeill, J. R., 2003). El hombre ha modificado la naturaleza
ibérica durante miles de años, se ha
adueñado de ella y se sigue viendo
Lobo
Efectos directos del lobo en gran medida como el creador y
Efectos indirectos del lobo
dueño de ésta. Por ello, el lobo, si-
gue generando en estas latitudes
Oso un sentimiento incómodo, ya que en
Coyote Alce muchas ocasiones se escapa al con-
trol humano y le genera, además,
pérdidas económicas.
Los lobos ibéricos (Canis lupus
signatus, Cabrera 1907) ocupaban
Rebeco Pequeños
animales
Grandes
aves la totalidad de la Península en 1840,
exceptuando el sur de la comunidad
de Cataluña, llegando probablemen-
Plantas leñosas te a las decenas de miles, pero, esta
subespecie, al igual que el resto de
Morfología
del río
Plantas con bayas
las subespecies de su género y el
resto de los depredadores, fue per-
seguida durante siglos, hasta bien
entrada la segunda mitad del siglo
Castor Pájaros
XX. Llevándola a mínimos históricos
en España en torno a 1970, debido,
en parte, a una antigua legislación
Fig. 3. Cascada trófica propuesta por Aldo Leopold en que promovía y bonificaba la cap-
1947, en la que otorga argumentos científicos a la de- tura y muerte de las mal llamadas
fensa de los grandes carnívoros.
Introducción19

alimañas, que, en distintas formas, estuvo presente en España desde 1879 hasta
1970. Por esta época apenas quedaban 3 núcleos reducidos en lugares remotos
de la Cordillera Cantábrica, sierra de Gata y Sierra Morena, llegando apenas a los
200-500 ejemplares (Valverde, 1971).
Es precisamente en el año 1970 cuando la Ley de caza aprobada (deroga la ley
de bonificación por alimañas) convierte al lobo y al lince en piezas de caza mayor,
prohibiendo la captura de las aves rapaces por sus beneficios a la agricultura y con-
virtiendo al resto de especies mal llamadas “alimañas”, en piezas de caza menor.
De esta forma se frenó levemente el declive del lobo en España. Sin embargo, en
algunos lugares, esta derogación llegó demasiado tarde, extinguiendo las poblacio-
nes de lobo ibérico. Este es el caso de la zona donde se centra el presente trabajo,
Ávila. Las poblaciones en esta provincia, al igual que las provincias limítrofes de Sa-
lamanca, Segovia, Valladolid, Madrid, Cáceres y Toledo se extinguieron oficialmente
en el año 1972, aunque ya desde 1950, el uso excesivo de venenos provocó que
apenas quedasen unos pocos lobos erráticos, en las sierras más agrestes, hasta
el año de su extinción oficial (Grande
del Brío, R., 2015). Los lobos ibéri-
cos que sobrevivieron a esos años
de persecución se confinaron como
ya se ha mencionado, en 3 núcleos,
aunque el grueso de los individuos
se estableció en la cordillera cantá-
brica, de donde ha comenzado ya
hace unos años de nuevo la expan-
sión poblacional. Ésta se empezó
a dar desde su declaración como
animal cinegético, ya que las bajas
Fig. 4. Lobo capturado en una cacería. debidas a la actividad cinegética no
son comparables a las bajas debidas
al control de alimañas anteriormente
realizado. Así el lobo comenzó a recuperarse paulatinamente en los escasos re-
ductos donde sobrevivieron. Después, la Directiva Hábitats (92/43/CEE) y la ley
del Patrimonio Natural y de la Biodiversidad (42/2007), catalogan al lobo (Canis
lupus signatus) como Especie de Interés Comunitario. Sin embargo, esta protección
tendrá diferente carácter si se trata de poblaciones al norte o al sur del río Duero,
ya que se considera que las poblaciones del norte son estables y las del sur no.
Además, estas últimas, son de mayor importancia porque ocupan los lugares desde
donde recuperar la distribución histórica de la especie. De este modo los lobos que
vivan al sur del Duero, al ser poblaciones que la acción humana ha llevado prácti-
camente al borde de la extinción, son incluidas en el Anexos II (especies animales
y vegetales de interés comunitario para cuya conservación es necesario designar
zonas especiales de conservación) y Anexo IV (especies animales y vegetales de
interés comunitario que requieren protección estricta) de la Directiva Hábitats. Los
lobos al norte del Duero se encuadran dentro del Anexo V y son considerados espe-
cies animales de interés comunitario que pueden ser objeto de medidas de gestión.
Junto con la transposición de la Directiva en 2007, al observarse población estable
al norte del Duero, se le declara al lobo como animal cinegético en estas zonas.
20 El lobo ibérico en Ávila

Actualmente y desde 2014, este


control poblacional se realiza también al
sur del Duero, en este caso incumplien-
do la directiva hábitats que da un esta-
tus especial al lobo griego y al ibérico
al sur del Duero en el que se considera
a ambas especies intocables desde el
punto de vista conservacionista, ade-
más en marzo de 2018, el Parlamento
Europeo publicó un comunicado (infor-
me no vinculante) en el que ponía de
manifiesto la baja o ninguna efectividad
de los controles poblacionales (enten-
diéndose por controles poblacionales,
los abatimientos de ejemplares por par-
te de agentes públicos) del lobo ibérico.
Ni en el supuesto caso de daños a la
ganadería, se puede tocar al lobo al Sur
del Duero, existe dinero de la UE para
Fig. 5. Loba con su lobezno. indemnizaciones y planes de manejo y
gestión.

Fig. 6. Manifestación de diferentes asociaciones agrarias y ganaderas, ante la Delegación Territorial de


la JCyL, en contra del lobo en Ávila.
Introducción21

Fig. 7. La Directiva Hábitats (92/43/CEE) y la ley del Patrimonio Natural y de la Biodiversidad (42/2007),
catalogan al lobo (Canis lupus signatus) como Especie de Interés Comunitario

Tras la casi extinción de la especie en los años 70, el lobo ibérico ha comenzado
su expansión poblacional y desde hace unos pocos años, se han recuperado pobla-
ciones extintas hace casi 50 años. Esto ha conllevado que personas dedicadas a la
ganadería, que durante muchos años no han tenido que lidiar con el depredador, se
encuentren de nuevo con la obligada y complicada coexistencia de su ganado con el
lobo. Esta situación está generando un verdadero conflicto social entre conservacio-
nistas y ganaderos, ya que estos últimos, sufren pérdidas económicas debidas a ata-
ques del cánido a su ganado y por ello exigen medidas de control, que, por parte de
los conservacionistas, son intolerables. Este clima de tensión, que se da sobre todo
en zonas dónde el lobo llevaba muchos años sin asentarse, solo puede traer nefastas
consecuencias tanto para la especie a conservar, como para la actividad ganadera.

Fig. 8. Manifestación ante la Delegación del Gobierno en Ávila en contra de la muerte de


lobos.
2.
OBJETIVOS
24 El lobo ibérico en Ávila

2. Objetivos
El objetivo de este estudio ha sido encontrar una metodología que optimice las
medidas de prevención que se pueden usar para prevenir los ataques del lobo ibé-
rico a la ganadería en la provincia de Ávila. Esto se ha realizado mediante la pro-
puesta de un modelo que prediga la probabilidad de los diferentes territorios a sufrir
ataques de lobo en función de variables antropogénicas, biofísicas e intrínsecas del
comportamiento del lobo. Al mismo tiempo, se definen las medidas de prevención
más adecuadas para la convivencia entre el lobo y la ganadería. En general esta
metodología trata de encontrar las claves para poder conciliar la actividad ganadera
con la presencia del lobo en los territorios que habita.

PRINCIPALES MEDIDAS
PARA LA COEXISTENCIA DE LA GANADERÍA
EXTENSIVA Y EL LOBO
Fig. 9. Campaña a favor de la coexistencia de la ganadería extensiva y el lobo.
Objetivos25

Fig. 10. Noticia de prensa en la que se pone de manifiesto el deseo de conciliación desde los ámbitos
científico y educativo.
3.
ÁREA DE ESTUDIO
28 El lobo ibérico en Ávila

3. Área de estudio

Mapa 1. Representación del área de estudio (Fuente: elaboración propia a partir de los datos del INB,
BTN200 y de la Junta de Castilla y León).

El área de estudio se ha considerado la totalidad de la provincia de Ávila (Mapa


1), ya que es una provincia con un elevado nivel de conflicto debido a la gran canti-
dad de ataques de lobo ibérico a la ganadería registrados. La información acerca de
la provincia se ha descargado de la Base Topográfica Nacional a escala 1:200.000
(BTN200), del Centro Nacional de Información Geográfica (CNIG). Sin embargo, se
ha usado la malla 10x10km del Inventario Nacional de Biodiversidad, descargado
del directorio web del Ministerio de Agricultura, Pesca, Alimentación y Medio Am-
biente, como base para seleccionar el área de estudio. Para ello ha sido necesario
llevar a cabo una selección de cuadrículas siguiendo los siguientes requisitos:
Área de estudio 29

• Las cuadrículas donde se ha registrado por parte de los agentes de la provincia


de Ávila, al menos un ataque de lobo ibérico durante los años 2016 y 2017, se
han escogido enteras. Esto se debe a que el presente trabajo se basa en dichos
ataques para la realización del modelo que categorice el territorio por el riesgo a
sufrir ataques y por ello su consideración es imprescindible
• Las cuadrículas que presenten un mínimo de 1/3 de su territorio en la provincia de
Ávila, también han sido escogidas, ya que el estudio se centra en esta provincia.

Fig. 11. Panorámica desde el Puerto Viejo, en Tornadizos. Área con un elevado nivel de conflicto por el
gran número de ataques de lobo a la ganadería.
4.
METODOLOGÍA
32 El lobo ibérico en Ávila

4. Metodología

Fig. 12. La localización de excrementos resulta fundamental para verificar la presencia de lobos.

La actividad ganadera en Ávila posee un valor cultural y económico notorio. Por


otro lado, es indiscutible la necesidad de conservar el lobo ibérico, debido a su
condición de especie clave y la labor de súperdepredador que realiza. También se
ha comprobado científicamente que el control poblacional realizado sobre el lobo
no disminuye los ataques de estos sobre la ganadería (Treves, A., et al., 2016;
Santiago-Avila, F. J., et al., 2018; Baynham-Herd, Z., et al., 2018). El abatimiento de
individuos de una manada la debilita, la desorganiza pudiendo llevarla al descontrol
con lo que consecuentemente, esta depredará sobre las presas más fáciles de con-
seguir y con mucha más frecuencia, afectando así al ganado doméstico.
Ante este panorama se hace imprescindible el uso de medidas preventivas que
sí disminuyen los ataques a la ganadería (Castroviejo, J., et al., 2000; Muñoz Cobo,
J., 2003; Hoogesteijn, R., 2010; W. Breck, S., et al., 2002). Por ello, el estudio se ha
basado en desarrollar una metodología que optimice la aplicación de medidas pre-
ventivas en las explotaciones ganaderas para disminuir el riesgo de sufrir ataques
de lobo. Por ello, se ha desarrollado un modelo que permita categorizar las zonas
ganaderas según su riesgo a sufrir ataques de lobo.
Metodología33

Fig. 13. Diferenciar bien la huella del lobo, de otros cánidos, resulta imprescindible para determinar su
presencia.

Para la creación de dicho modelo se han elegido una serie de variables teó-
ricas, basándonos en la ecología del lobo y en otros estudios precedentes, que
van a influir en la presencia de este cánido. Tras ser analizadas y procesadas, las
variables se enfrentaron estadísticamente con los datos de los ataques de lobo a
ganadería en la provincia de Ávila sufridos durante los años 2016 y 2017 (censo
oficial de ataques cedido por la Junta de Castilla y León). Este enfrentamiento se
realizó mediante un ajuste a un modelo lineal generalizado de todas las variables,
incluyendo como variable dependiente la distancia a los ataques. Después, se apli-
caron las variables que, según el modelo, influyen en la depredación del lobo ibérico
sobre la ganadería y se descartaron aquéllas que carecen de influencia. Con ello se
consigue un mapa que refleja las zonas con mayor probabilidad de sufrir ataques,
para poder aplicar allí las medidas preventivas pertinentes. Por último, se calculó la
frecuencia de los ataques que, junto con la probabilidad previamente obtenida, nos
indica el riesgo de las diferentes zonas a sufrir ataques de manera más precisa. En
la figura 15 se esquematiza la metodología llevada a cabo.
34 El lobo ibérico en Ávila

Fig. 14. La técnica de fototrampeo permite confirmar la presencia del lobo, dado su comportamiento a
menudo crepuscular o nocturno.
Metodología35

Fase 1.
Análisis de las variables a estudiar
Fase 2.
Análisis estadístico

Variables Variables biofísicas


antropogénicas B1. Índice de diversidad
A1. Distancia a de Shannon
edificaciones B2. Riqueza de especies
A2. Distacia a carreteras B3. Presencia de
principales artiodáctilos
A3. Distacia a carreteras
secundarias
A4. Densidad de
carreteras C1. Censo de ataques
A5. Densidad de
población
Enfrentamiento de
A6. Intensidad ganadera variables con los
ataques

Fase 3. Elección de las


Aplicaciones de las variables variables que se
influyentes ajustan al modelo

MAPA DE
Mapa de riesgo
PROBABILIDAD DE
de ataques
ATAQUES

PROPUESTAS DE
MEDIDAS PREVENTIVAS

Fig. 15. Diagrama general de la metodología seguida (Fuente: Elaboración propia).


5.
¿CÓMO ES?
Biología del lobo ibérico
38 El lobo ibérico en Ávila

5. ¿Cómo es? Biología del lobo ibérico


El lobo (Canis lupus) es un miembro del orden de los mamíferos conocidos como
carnívoros. Probablemente las características más distintivas de los animales de
este orden son sus largos y puntiagudos dientes caninos o colmillos y sus afilados
premolares superiores y molares inferiores. Los carnívoros poseen un sistema di-
gestivo simple y sus garras son normalmente afiladas. Además, sus clavículas son
comparativamente pequeñas. Su cerebro está altamente desarrollado, por lo que
estos animales están considerados más inteligentes que la mayoría de los otros
grupos. Además del lobo, la familia de los cánidos también incluye el perro domés-
tico, el coyote, las distintas especies de chacales y el dingo.

Fig. 16. Diferencia entre el cráneo del lobo (izq.) y el del mastín (dcha.).

La constitución del lobo indica inmediatamente su capacidad depredatoria. Las


42 piezas de sus fuertes mandíbulas, su amplia caja torácica y sus voluminosos
músculos maseteros, que dan a sus ojos esa característica forma almendrada, son
fruto de una pragmática evolución al servicio de sus funciones de depredador en la
escala trófica.
¿Cómo es? Biología del lobo ibérico en Ávila 39

Fig. 17. Cráneo de Canis lupus. 1. maxilar, 2. frontal, 3. lagrimal, 4. palatina, 5. yugal, 6. nasal, 7. pre-
maxila, 8. parietal, 9. interparietal, 10. escamosa, 11. occipital, 12. mandíbula.

Un lobo adulto puede tener una longitud de entre 100 y 120 centímetros, y una
alzada a la cruz de entre 60 y 70 centímetros. El peso varía entre 35 y 50 kilos,
aunque se han encontrado ejemplares de hasta 75 kg. Las hembras tienen unas
dimensiones y peso inferiores a los de los machos.

Fig. 18. Biometría del lobo en comparación con el hombre.


40 El lobo ibérico en Ávila

Las variaciones de tamaño entre


unas subespecies y otras pueden expli-
carse por las diferencias de temperatura
de las zonas en las que habitan. Según
la regla de Bergman hay una relación
inversa entre la temperatura ambiente
y el tamaño corporal de un animal de Orejas triangulares
sangre caliente. Aquellos animales de
regiones más cálidas tendrán una masa
corporal menor que aquellos otros que
habitan regiones más frías. La edad del Ojos oblicuos
lobo en buenas condiciones de supervi-
vencia puede alcanzar los 16 años.

Morfología Belfos blancos


Como hemos visto, el lobo ibérico
(Canis lupus signatus), es una subespe-
cie de las 32 subespecies clasificadas Trufa negra
de lobos en el mundo, sin contar las 9
subespecies que figuran en el catálogo
de especies animales extinguidas por el
hombre. Es endémica de la Península
Ibérica y por ello presenta caracteres
únicos, tanto morfológicos como etoló-
gicos. Sin embargo, podemos encua-
drarla dentro de las razas de lobos par-
dos, presentes en Eurasia y en Europa
Occidental (Grande del Brío, R., 2015). Franja negra (S

Longitud 100-140 cms


Altura a la cruz 70-80 cms
Peso medio Macho 45 kg
 Hembra 28 kg
¿Cómo es? Biología del lobo ibérico en Ávila 41

Cuello robusto

Silla de montar Grupa ligeramente hundida

Franja negra
en cola y punta

Signatus)

Vientre blanquecino

Fig. 19. Características morfológicas del lobo ibérico (Canis lupus signatus).
42 El lobo ibérico en Ávila

LOBO IBÉRICO
Canis lupus signatus

Cráneo de lobo ibérico


Cráneo de perro

Se aprecia una zona


amplia en la la cruz,
de color gris oscuro,
en forma de “Silla de
montar”.

En general los lobos presentan


una constitución “atlética”,
fuerte y estilizada a la vez.

Las partes inferiores


presentan tonos más
claros.

En las extremidades hay


unas “listas” negras.
Son el origen del
nombre subespecífico
“Signatus”.
¿Cómo es? Biología del lobo ibérico en Ávila 43

Orejas triangulares y
erguidas.
Macho

Hembra

Ojos oblícuos de
color ámbar

Belfos blancos

Los machos de Lobo ibérico son


aproximadamente un 20% más grandes que
las hembras.
Peso medio macho: 32 kg (48 kg máximo).
Peso medio hembra: 28 kg (36 kg máximo).

Huella de lobo ibérico


11 cm Huella de perro
8 cm

8,5 cm 7 cm
Los lobos son animales sociales, que viven en
manadas fuertemente jerarquizadas, dónde sólo
se reproducen los miembros de la pareja “alfa”. Uñas más marcadas y Huella con aspecto
Contínuamente se producen enfrentamientos, almohadilla alargadas redondeado y uñas
muchos de ellos ritualizados, para mantener el más cortas
“estatus social” dentro del grupo.

Lobo ibérico (70 cm a la cruz) 180 cm

La distancia del paso en un rastro dependerá de


la velocidad de desplazamiento del animal, ya
sea al trote o a la carrera. También se pueden
encontrar grupos de huellas correspondientes
Pastor alemán (60 cm a la cruz)
al salto.
44 El lobo ibérico en Ávila

Fig. 20. La potente dentadura del lobo, formada por 42 dientes largos y afilado, es capaz de ejercer entre
450 y 700 kilos de presión cada 2,5 cm, lo que hace que la mordida de un lobo se convierta en una tram-
pa mortal a la hora de cazar y desmenuzar sus presas.

Como cánido superpredador que es, presenta una dentición poderosa, cuya fór-
mula correspondiente es: 3/3 I, 1/1 C, 4/4PM, 2/3 M. Esta mandíbula presenta unos
músculos de inserción en el cráneo muy poderosos, que le otorgan una fuerte mor-
dida, pero que, al ser tan voluminosos, provocan una limitación en el movimiento.
Estos músculos masivos, llamados maseteros, situados debajo de los ojos, otorgan
al lobo apariencia oriental por distender sus ojos. La limitación en el movimiento
de la mandíbula, sin embargo, no supone ninguna desventaja predatoria, ya que
¿Cómo es? Biología del lobo ibérico en Ávila 45

su forma de caza no implica una precisión exquisita, sino una gran resistencia y
persistencia. Esta forma de caza ha condicionado también otros aspectos morfo-
lógicos, como las extremidades. Éstas son muy largas y finas, preparadas para
recorrer grandes distancias, gastando el mínimo de energía. Al contrario que los
felinos que necesitan extremidades cortas y robustas para el acecho y el salto, los
lobos necesitan ofrecer la menor resistencia posible para correr grandes distancias
persiguiendo a sus presas. Para tal cometido, los lobos poseen también una amplia
caja torácica y los puntos de inserción muscular del diafragma situados más bajos
que en el resto de los animales, permitiéndole sostener un ritmo regular durante un
periodo de espacio y tiempo elevado (Grande del Brío, R., 2015).

Fig. 21. Las patas del lobo son muy largas y finas, preparadas para recorrer grandes distancias, gastando
el mínimo de energía.

El pelaje presenta diferencias individuales y raciales, desde los lobos blancos del
ártico, hasta los lobos melánicos de los bosques norteamericanos. En el lobo ibérico
el color principal oscila entre el pardo grisáceo y el pardo rojizo. No debemos olvidar
que en el esquema característico del lobo ibérico destacan las líneas negras en las
extremidades anteriores, que han dado nombre a la subespecie (signatus = señala-
do). El rostro está compuesto con alternancia de colores oscuros y claros y dispone
de una marcada línea blanca en torno a los labios. La llamada “silla de montar” es
otra de las características del lobo y no es más que una gran mancha grisácea en la
cruz, que recuerda por su forma a una silla de montar. Ésta la adquieren los lobos
con 1 año aproximadamente.
46 El lobo ibérico en Ávila

Perro
Logitud zancada 60-70
Más Largas Perro

Zorro

Lobo
Lobo

Fig. 22. Diferencia del Fig. 23. Las huellas del lobo son como las de un perro, pero apreciable-
rastro de perro y lobo. El mente más alargadas (sobre todo las de las patas posteriores), con una
perro es más sinuoso, almohadilla interdigital mayor y de impresión en el terreno más hundida y
mientras que el lobo es arqueada en su base y uñas más largas.
más rectilíneo.

Fig. 24. El lobo ibérico tiene la cabeza más grande y redondeada, con maseteros muy desarrollados,
orejas cortas y triangulares y cuello robusto.

El lobo ibérico presenta un peso que oscila entre los 32 y los 45 Kg, muy por
debajo de los 85 Kg que pueden presentar los lobos del nordeste de Europa. Su
altura a la cruz se sitúa en torno a los 75 cm y su longitud corporal sin cola en torno
a 1 m, siendo ésta, normalmente de entre 30 y 40 cm (Blanco, J. C., et al., 2007).
Además de esta lógica diferencia en el peso y tamaño y en los órganos propios de
cada sexo, machos y hembras se distinguen casi únicamente por el volumen de la
cabeza, en proporción marcadamente mayor en los individuos masculinos.
¿Cómo es? Biología del lobo ibérico en Ávila 47

Ecología
El lobo es un superdepredador que ocupa, en su hábitat natural y sin competen-
cia del hombre, la parte superior de la pirámide trófica. Esto significa que se trata
de un depredador que carece de competencia externa para la regulación de su
población, y que su crecimiento está sólo limitado por la disponibilidad de alimento
suficiente en su territorio (los lobos pueden recorrer en itinerancia hasta cien kilóme-
tros diarios), y por las enfermedades que puedan diezmar su población.

Fig. 25. Pirámide trófica del lobo. En ella vemos que ocupa la cúspide, lo que le otorga la supremacía
sobre el resto de las especies.
48 El lobo ibérico en Ávila

Cuando tiene lugar la aparición del hombre (otro superdepredador) la situación


cambia, porque el hombre considera al lobo un peligro para sí mismo. El lobo y el
hombre compiten en la caza de otros animales situados en una posición inferior
dentro de la pirámide nutricional (jabalíes, corzos, cabras montesas, conejos). En
situaciones de carencia alimentaria el lobo amplía los límites de su territorio natural
de caza en busca de alimento, llegando a atacar ocasionalmente a rebaños de ove-
jas o cabras. El lobo es además un animal social, que vive fuertemente vinculado a
un grupo (manada), que es la base de la estructura social. Dentro de esta manada
los comportamientos están fuertemente reglamentados en base a una jerarquía es-
tricta. El lobo castellano puede considerarse como un lobo “mudo”, pues de forma
adaptativa prácticamente no aúlla, integrándose como un fantasma en un entorno
humanizado amenazante.

Alimentación
Otros carnívoros
Insectos y vegetales 4% (zorros, perros) 2%

Reptiles y aves 5%

Carroña 7% Grandes herbívoros


35%

Ratones de campo
9%

Conejos
14%
Ovejas
24%

Fig. 26. Dieta del lobo estudiada por el profesor Rodríguez de la Fuente.

El lobo posee carácter eurífago, es decir, posee un espectro alimenticio muy am-
plio dentro de su condición de carnívoro. Siente predilección por los grandes fitófa-
gos, pero es capaz de adaptarse a diferentes situaciones de abundancia y escasez.
Esta peculiaridad provoca que dependiendo de la zona de la península ibérica en
la que nos encontremos, se den espectros alimentarios muy diferentes, basados no
tanto en la disponibilidad de presas, sino en la vulnerabilidad de éstas (Blanco, J.
C., Cortés, Y., 2001).
¿Cómo es? Biología del lobo ibérico en Ávila 49

En términos generales su principal fuente de alimento en la Península Ibérica


son los corzos, ciervos, jabalíes, cabras montesas y muflones. En menor medida
cazan conejos o liebres, ratones o ratas y también dan muerte y se alimentan de
los mesodepredadores que encuentren en sus territorios, como zorros, garduñas,
perros o tejones. Además, el lobo es un animal oportunista que se alimenta de
cualquier carroña que se ponga a su alcance. Dentro de los ungulados silvestres el
lobo siente clara predilección por el corzo (Capreolus capreolus), porque siendo una
presa de un tamaño considerable, consigue abatirla sin excesivo riesgo y sin mucho
gasto energético. En algunas zonas de los Picos de Europa se ha constatado que el
corzo puede representar hasta el
70% de la alimentación del lobo,
si las densidades de este ungula-
do son altas y estables y el cánido
no tiene facilidades para atacar al
ganado doméstico. Sin embargo,
por la ausencia de buenas densi-
dades de estos animales salvajes
y por la dificultad que entraña para
una manada pequeña (3-4 indivi-
duos) abatir un gran ungulado, el
ganado ovino, caprino y bovino
constituye una parte importante
de su alimentación.
Fig. 27. Machos de cabra montés.

Fig. 28. Jabalí. Fig. 29. Corza con su cría.


50 El lobo ibérico en Ávila

Fig. 30. Dibujo con la variedad de presas de las que se alimenta el lobo.
¿Cómo es? Biología del lobo ibérico en Ávila 51

En Castilla y León la alimentación del lobo suele estar constituida en un 80% por
ganado doméstico (mayoritariamente ternera), en un 6% de liebres y conejos, 3%
de ratas, un 6% de corzos, un 3% de ciervos y un 2% compuesto por carroña. Estos
datos podrían no ser muy exactos, pues dependen mucho del peritaje que se lleve a
cabo, es decir de la pericia del perito al examinar las reses muertas, pues en la prác-
tica muchas veces se dan por ataques de lobo los ataques de perros asilvestrados.
También el examen ocasional de los restos encontrados en las heces puede dar datos
aleatorios y confusos, a día de hoy no existe un estudio exhaustivo al respecto, inclu-
so podría pasar que el lobo sea realmente mucho más carroñero de lo que pensamos,
o que localmente la presión cinegética le prive de presas naturales aumentando así
su presión sobre el ganado. Esto varía según la época del año, ya que en verano el
consumo de ganado doméstico puede descender hasta el 5% o anularse, compen-
sándolo con mayor depredación sobre corzo y ciervo (Grande del Brío, R., 2015).

Sistema Central
3 2
3
6

Ganado doméstico
Corzo
80 Liebres y conejos
Ciervos
Roedores
Carroña

Fig. 31. Dieta del lobo en el Sistema Central. Destaca el elevado porcentaje de ganado doméstico.

Fig. 32. Vaca de raza Limousin.


52 El lobo ibérico en Ávila

Fig. 33. Lobo alimentándose de carroña. Este recurso trófico no es desdeñado cuando las condiciones
son desfavorables.

La depredación sobre el ganado doméstico es del todo lógica si atendemos a la


evolución predatoria del lobo. Los lobos han sido “programados” durante años para
abatir a los individuos más disfuncionales dentro de un ecosistema, naturalmente
constituidos por individuos enfermos, jóvenes o viejos. Sin embargo, ahora el lobo
se encuentra con un rebaño doméstico, cuyos integrantes son todos disfuncionales
por el ejercicio de la domesticación (Muñoz Cobo, J., 2003) por lo que está en su
instinto atacarles, pues es la fuente de alimento que menos energía requiere gastar
para obtenerla (Timberger, L., 1975).

Conducta depredadora

Como se ha mencionado en el punto anterior, el lobo es un carnívoro depreda-


dor. Los lobos ibéricos raramente forman grupos de más de siete individuos. En
primavera y verano, los grupos se reducen a un número de adultos que suele oscilar
entre tres y cinco en el mejor de los casos. Más común es la formación de parejas
acompañadas a veces de un individuo subadulto.
Al parecer, el número de integrantes de la manada está en relación directa con
los hábitos alimentarios. Cuando la dieta está compuesta principalmente por gran-
des herbívoros (alces, renos, búfalos), las manadas deben tener un número grande
de integrantes (de 10 a 20 o más), mientras que si, como ocurre en España, las
piezas son de tamaño mucho menor (corzos, conejos), el número de integrantes
requeridos para cobrarlas es más pequeño.
¿Cómo es? Biología del lobo ibérico en Ávila 53

Por regla general, los lobos se desplazan en fila india. No siempre abre la mar-
cha el individuo dominante, sino que con frecuencia lo hace un individuo que actúa
como prospector y que transmite algún tipo de señal al resto del grupo. A veces el
lobo prospector podría dejarse ver deliberadamente para llamar sobre él la atención
de la presa (Grande del Brío, 2000).
En campo abierto, los lobos actúan de manera que son los individuos más dé-
biles o peor dotados de un rebaño de herbívoros (las crías y las hembras viejas)
quienes sufren particularmente su ataque. Eso no significa que la selección de la
pieza constituya un acto consciente por parte de la manada, sino que ésta se limita
a perseguir a aquellos animales que no puedan escapar de su acoso con la debida
rapidez. Naturalmente, los mejor dotados eluden con mayor facilidad los ataques de
los lobos. Como consecuencia, éstos centran su atención en aquellos ejemplares
que evidencian un estado de minusvalía física. La selección de la presa se reduce
a una mera actitud de expectación, acorde con su carácter de animal oportunista.

Fig. 34. Manada de lobos acosando a un ciervo solitario.

El cooperativismo implica ahorro de energía. Frente a los rebaños domésticos,


los lobos suelen actuar coordinadamente, poniendo en práctica la técnica del ace-
cho. Si su labor se ve dificultada por la presencia de perros pastores, uno de los
lobos se deja ver, atrayendo sobre sí la atención de los perros.
Cuando se trata de capturar conejos, uno o varios lobos actúan a manera de
batidores, mientras los demás se mantienen a la expectativa, por lo regular cerca
de la entrada de la conejera, adonde la presa acosada acudirá buscando refugio.
54 El lobo ibérico en Ávila

Fig. 35. Corzo abatido por el lobo. En Castilla y León representa el 6% de sus presas.

Solamente en uno de cada ocho intentos logran los lobos abatir a los corzos tras
desplegar los correspondientes movimientos de estrategia. En el caso de los cier-
vos, la proporción de éxito alcanza el uno por seis (Grande del Brío, 2005).

Fig. 36. Oveja abatida por el lobo. En Castilla y León el ganado doméstico representa el 80% de sus
presas.
¿Cómo es? Biología del lobo ibérico en Ávila 55

Dinámica de poblaciones

Fig. 37. Panel representativo del ciclo anual del lobo. Fuente: Centro del Lobo Ibérico.

La dinámica de poblaciones estudia los cambios sufridos en las poblaciones y


los factores que las regulan. En gran medida, una de las fuentes más importantes
del conflicto social en torno al lobo se da, al aplicar principios demográficos de los
seres humanos a los animales salvajes (Blanco y Cortés, 2001). Nada tiene que ver
una especie con otra y por ello, nada tiene que ver la dinámica que regula las po-
blaciones humanas con la dinámica que regula las poblaciones de lobos. Además,
la dinámica poblacional del lobo es diferente de la de la gran mayoría de especies
en peligro de extinción. El tigre, el jaguar o el oso cantábrico son estrategas de la
K. Esto quiere decir que utilizan su energía en el cuidado de unos pocos descen-
dientes (Blanco y Cortés, 2001). Poseen una escasa productividad y por lo tanto
su resiliencia es pequeña. Están sujetas a fluctuaciones poblacionales de escasa
magnitud. Por otro lado, está el lobo, que es estratega de la R. (Blanco y Cortés,
56 El lobo ibérico en Ávila

2001). Esta estrategia implica un gasto energético mayor en la generación de una


amplia descendencia que en su cuidado (al contrario que los estrategas de la K).
Esto implica que poseen una alta tasa de renovación, pero también una alta tasa
de mortalidad. Confiere a las poblaciones gran resistencia para soportar cambios
poblacionales importantes. Esta capacidad de resistencia y resiliencia poblacional
hay que tomarla en su justa medida.
La capacidad reproductiva está condicionada por el peso de la hembra en prima-
vera y en consecuencia con la disponibilidad de alimento en dicha época. También
el número de lobeznos paridos depende de este factor, por lo que la autorregulación
que presenta la especie es notable (Blanco y Cortés, 2001).

Fig. 38. Lobeznos. Este término se utiliza para referirse a los cachorros, es decir desde que nacen hasta
aproximadamente 3 meses de edad.

Sin intervención humana, el factor último que limita las poblaciones de lobo es la
disponibilidad de alimento. Los lobos son territoriales, y en la mayoría de los casos
atacarán y matarán a lobos de otras manadas que intenten violar su territorio, por lo
que la territorialidad determina la densidad máxima que puede alcanzar una pobla-
ción de lobos, que en grandes áreas no suele superar los 40 ejemplares/1.000 km2
(Fuller y Murray, 1998). El tamaño del territorio suele ser inversamente proporcional
a la disponibilidad de alimento y a la densidad de lobos. Además, en poblaciones
saturadas, el sex ratio de los lobeznos se desvía hacia los machos (Mech, 1975),
lo que limita la productividad de la población. Se ofrece a continuación, un cuadro
resumen de las posibles variaciones poblacionales según la situación de las presas
y de sus densidades.
¿Cómo es? Biología del lobo ibérico en Ávila 57

Alta densidad / muchos recursos Alta densidad / pocos recursos


1. Población de lobos densa y estable. 1. Población en declive.
2. Competencia intermedia dentro de la 2. Elevada competencia dentro de la manada.
manada. 3. Los dispersantes difícilmente adquirirán un
3. Los dispersantes difícilmente adquirirán un territorio.
territorio. 4. Alta proporción de hembras reproductoras
4. Baja proporción de hembras reproductoras. debido a la baja productividad y a la alta
mortalidad de subordinados y solitarios.

Baja densidad / muchos recursos Baja densidad / pocos recursos


1. Población en aumento. 1. Población estable y escasa.
2. Escasa competencia dentro de la manada. 2. Escasa competencia dentro de la manada.
3. Los dispersantes tienen mucho éxito al 3. Los dispersantes pueden establecerse en
establecer un territorio. un territorio pero no sacan adelante a los
4. Hembras reproductoras tienen mucho éxito. cachorros por malnutrición.
5. Alta proporción de hembras reproductoras 4. Intermedia o baja proporción de hembras
debido a que los dispersantes logran reproductoras ya que es poco probable que los
establecerse. dispersantes críen.

Fig. 39. Cuadro resumen de las posibles variaciones poblacionales en España del lobo a lo largo del
tiempo, según Packard y Mezh, 1983. (Fuente: Juan Carlos Blanco y Yolanda Cortés, 2001).

De manera que tenemos a un animal con una capacidad de autorregulación de


sus poblaciones mediante mecanismos biológicos, bastante elevada, que genera
una problemática a la que no se ponen soluciones. Y cuando se ponen están úni-
camente basadas en el control poblacional por extracción (controles letales). Este
simple detalle delata ya una contradicción en sí misma. Además, la defensa del lobo
se está basando en numerosas ocasiones en la iconización del animal, obviando
que, aun siendo un eslabón importante en la cadena trófica, no deja de ser otro ani-
mal más ocupando su nicho ecológico.
Por otro lado, tampoco ha de eximirse a
los ganaderos de las responsabilidades
que inevitablemente conlleva la vida en
el medio natural.
Ante este panorama, desolador por
ahora, la única solución es admitir el
problema y buscar soluciones. Es preci-
samente esto lo que busca el presente
trabajo, encontrar alternativas basadas
única y exclusivamente en la ciencia, en
los datos y en la motivación por la con-
servación del “paisaje y el paisanaje”.

Reproducción

El lobo tiene una camada (en raras


ocasiones dos) anualmente, de entre tres
a ocho cachorros. Cuando nacen los lo- Fig. 40. Lobato, periodo comprendido desde los 3
bos, en torno al mes de mayo o junio, se meses, cuando ya han dejado la leche materna,
les denomina lobeznos. Éstos son en sus hasta el primer pelaje de invierno.
58 El lobo ibérico en Ávila

dos primeras semanas ciegos y no abandonan la guarida de los progenitores. A partir


de los 3 meses, cuando ya han dejado la leche materna, hasta el final de ese verano, se
denominan lobatos. Estos, ya acompañan a sus padres en algún paseo y salen a jugar
junto con otros cachorros a áreas controladas de juegos, que suelen ser áreas despeja-
das dentro de un bosque o piornal espeso, o en algún enclave de difícil acceso. Reciben
el alimento sólido regurgitado de sus progenitores y comienzan a encontrar su lugar (en
términos sociales) en la manada. Así pasan el verano y el otoño. Para el primer invierno,
estos lobatos son ya igual de corpulentos que los adultos, aunque carecen de la silla de
montar. Acompañan a la manada y aprenden las conductas predatorias que en el futuro
serán la base se su supervivencia. Para el verano siguiente, es decir, cuando ya ha
pasado un año, los lobatos presentan ya la silla de montar, por lo que su diferenciación
con los adultos resulta muy compleja. Por último, con la llegada del siguiente invierno,
los lobatos adquieren su primer pelaje de invierno y es aquí donde ya se les pasa a
denominar lobos adultos (Rodríguez de la Fuente, 1978).

Fig. 41. Los lobos durante la reproducción suelen ser muy cariñosos, anticipándose al ciclo de ovulación
femenino. El cortejo está basado en una secuencia de frotamientos de la cabeza, olfateos, mordiscos y
asimientos del hocico acompañados de breves lengüetazos en las mejillas, las orejas o el cuello.

Fig. 42. Loba con su cría. El cuidado de los


cachorros es delicado y constante hasta su
independencia.
¿Cómo es? Biología del lobo ibérico en Ávila 59

Fig. 43. Loba jugando con sus cachorros.

Hábitos sociales

El lobo, al igual que el hombre, es un ser eminentemente social. Un alto porcen-


taje de su comportamiento está determinado por sus relaciones con otros miembros
de su especie con los que forma manadas con el fin de obtener ventajas frente al
medio de cara a la propia supervivencia. El nivel de comunicación intraespecífica
en el grupo es muy importante, a veces incluso inimaginable, como resultado del
elevado nivel cognitivo del que hace gala el lobo. Se puede decir que la unidad
fundamental es la manada, aunque, como veremos, se dan casos de individuos ais-
lados en busca de otros individuos aislados con los que formar una nueva manada
o, menos frecuentemente, de otra manada en la que integrarse.

Fig. 44. La manada es la unidad fundamental en la jerarquía de los lobos.


60 El lobo ibérico en Ávila

Las manadas de lobo ibérico son mucho más complejas de lo que parece, pues
poseen carácter estacional, agrupándose un mayor número de individuos durante el
invierno y dividiéndose más en otoño. El aprendizaje del comportamiento social del
lobo comienza desde el momento de su nacimiento. Dentro de su propia camada
se establecen pronto roles de comportamiento bien definidos en los que unos indivi-
duos prevalecen sobre otros por su carácter o su potencia física. Este inicio resulta
crucial para el posterior desarrollo de los individuos porque determina inequívoca-
mente el orden por el que se puede acceder al alimento. Ya desde los juegos de los
lobeznos se puede apreciar cómo unos dirigen, organizan o reprenden a aquellos
de sus hermanos que tienen un estatus inferior al suyo. Los individuos más apoca-
dos o débiles pueden quedar relegados del resto e incluso ser repudiados por la
propia madre si su debilidad es manifiesta.

Fig. 45. Las posturas y escaramuzas constantes determinan la compleja jerarquización.


¿Cómo es? Biología del lobo ibérico en Ávila 61

Amenaza de gran intensidad Amenaza de intensidad media

Amenaza decreciente Amenaza de baja intensidad

Sumisión Ansiedad

Fig. 46. Los gestos y el lenguaje corporal son la base de la comunicación de los lobos.
62 El lobo ibérico en Ávila

Poseen, por tanto, una jerarquización muy completa, que les permite evitar en-
frentamientos graves y organizar con precisión sus cacerías. La manada está lidera-
da por una pareja dominante, al que todos los individuos restantes rinden sumisión,
incluso alimentando a sus crías (Rodríguez de la Fuente, 1978). Después existen
diferentes niveles de jerarquía, establecidos mediante escaramuzas y posturas cor-
porales que confieren a cada individuo una misión determinada, como por ejemplo
la función del denominado “lobo matrero” de la manada, que se basa en la inspec-
ción del territorio por donde la manada va a pasar, para asegurar la zona. Existen
más funciones específicas en las manadas de lobos, sin embargo, por las carac-
terísticas del medio ibérico, las manadas de lobos raramente superan los 10 ejem-
plares, siendo las manadas más habituales en el Sistema Central las compuestas
por 6 u 8 individuos (Barrientos, 2000). Por este motivo raramente se encuentran
todas las funciones teóricas en las manadas de lobos ibéricos. Estas manadas de
lobos ibéricos poseen una composición muy variable, no sólo en cuanto al número
de individuos, sino también en cuanto a su sexo y edad. En esencia una manada es
una familia extendida, compuesta por la pareja dominante, denominada alfa, algún
descendiente de años anteriores y algún ejemplar no relacionado (Mech, 1970).
Las hembras son capaces de reproducirse a partir de los dos años, aunque son
realmente maduras a partir de los 5, pudiéndose reproducir una vez al año, durante
el invierno. Sólo la hembra dominante se reproduce, aunque se sabe de casos en
los que existía abundancia de alimentos en los que se reproducen 2 o incluso 3
hembras de la manada.

Fig. 47. Aunque en España los lobos se alimentan de gran variedad de presas, como ungulados silves-
tres (corzos, ciervos, jabalíes, etc.), no desdeñan otros animales mas pequeños, como conejos, libres y
animales domésticos.
¿Cómo es? Biología del lobo ibérico en Ávila 63

La principal actividad de la manada, la caza que le proporciona alimentos, se


hace en grupo. Durante las cacerías el trabajo está perfectamente distribuido. El
lobo es un animal en el que la resistencia prima sobre la potencia. Por esta razón la
táctica de caza consiste en agotar a la presa, persiguiéndola hasta que su captura
se hace posible. El control y la disciplina en la manada es fundamental para que
esta caza en equipo tenga éxito. Cuando despliegan un ataque sobre una presa,
los lobos no aúllan ni ladran, pero sí gruñen y llegan a castañetear los dientes. Por
el contrario, los perros suelen ser extremadamente ruidosos, lo cual ha servido a
veces para poder determinar la identidad de los depredadores que han llegado a
atacar rebaños domésticos (Grande del Brío y Castaño, 2005).

Fig. 48. Con frecuencia, y en épocas desfavorables, consumen también carroña.

En el momento en que una manada se hace demasiado numerosa para que el


territorio que ocupa pueda sostenerla, se produce de forma natural una disgregación
de esta. Uno o más individuos se separan de ella para formar su propia manada, la
cual deberá encontrar un territorio propio que le proporcione las oportunidades de
caza necesarias para su subsistencia.
64 El lobo ibérico en Ávila

Fig. 49. Individuo solitario en busca de alguna hembra para formar una nueva manada.

Se dan también casos en los que individuos solitarios, no integrados o expulsa-


dos de alguna manada, vagan por diferentes ecosistemas, en busca de su sustento
y de otros congéneres que estén dispuestos a crear una nueva manada.
Dentro de su gran capacidad adaptativa, el lobo en Castilla y León, especialmen-
te en Ávila, se comporta como un nómada, no estableciéndose demasiado tiempo
en un mismo territorio, pudiendo criar un año en un sitio y al siguiente en otro lugar
distante. Todo ello como resultado de la persecución a la que está sometido por
nuestra especie.
¿Cómo es? Biología del lobo ibérico en Ávila 65

El lobo en la mitología y en la cultura popular

Nuestra tradición está llena de his-


torias que están en la mente de todos,
en las que el lobo es un ser maligno y
cruel, incluso el resultado de la trans-
formación de un humano en un ser de
instintos bajos, incontrolables y asesi-
nos. El mito de la licantropía ha formado
parte desde antiguo de nuestro acervo
cultural. El hombre-lobo figura en multi-
tud de dichos y leyendas y con diversos
nombres, sobre todo en el área occi-
dental de la Península. Fig. 50. Licántropo o hombre lobo. Mito cultural
que refleja el temor al lobo como ser maléfico.

En nuestro refranero popular apare-


cen dichos tales como “Ver las orejas al
lobo”, “Meterse en la boca del lobo”, “El
hombre es un lobo para el hombre”, etc.
En términos generales, el simbolismo
animalístico en el mundo mediterráneo
se halla impregnado de matices peyo-
rativos. Cuentos infantiles como los de
“Caperucita roja”, “Los tres cerditos” o
“los siete cabritillos”, han ido graban-
do en el subconsciente de millones de
niños y adultos, a lo largo de genera-
ciones, la falsa e injustificada imagen
del lobo como animal malvado, feroz
Fig. 51. Plato ceremonial íbero con representacio-
y despiadado. Las relaciones entre el
nes lobunas. hombre y el animal no se han estableci-
do ciertamente en términos de igualdad
ecológica. Por otra parte, el lobo cons-
tituye uno de los motivos animalísticos representados en la tradición cultural: va-
sos, urnas y platos ceremoniales de los
antiguos iberos, casi siempre reflejando
el carácter infernal de este animal, ojos
ligeramente rasgados, orejas puntiagu-
das, belfos distendidos dejando ver los
dientes triangulares y los colmillos.
Sin embargo, algunas culturas no han
visto al lobo con esta visión tan negativa.
Prueba de ello es el gran protagonismo
en la mitología de numerosas civilizacio-
nes de la antigüedad. Los egipcios lo in- Fig. 52. Dios Egipcio Anubis, señor de los
cluían entre sus deidades, como el dios embalsamadores.
66 El lobo ibérico en Ávila

Anubis, señor de los embalsamadores, que tenía el cuerpo de hombre y la cabeza


de lobo. El mito de la Loba Capitolina es el símbolo más representativo de la cultu-
ra romana, al dar de mamar a los gemelos Rómulo y Remo, hijos del dios Marte y
fundadores de la ciudad de Roma. También fue motivo de culto para los primitivos
pobladores de la Peninsula Ibérica, su figura quedó fielmente plasmada en diversos
objetos artísticos de la época ibérica y celtibérica, como los bronces de Maquiz o la
Patera de Perotito.

Fig. 53. Bronces de Maquiz, figura de culto para los primitivos pobladores de la Península Ibérica.

Fig. 54. Loba Capitolina dando de mamar a los gemelos Rómulo y Remo, hijos del dios Marte y funda-
dores de la ciudad de Roma.
¿Cómo es? Biología del lobo ibérico en Ávila 67

Por otra parte, el lobo está representado en la filatelia y en la numismática, con


numerosas emisiones de sellos y acuñaciones de monedas que incorporan su fi-
gura en diversos países, ya desde el tiempo de los romanos , incluso se encuentra
también representado en marcas de ropa y vinos..

Fig. 55. En sellos, monedas y vinos también se refleja la importancia social del lobo.
6.
¿DÓNDE VIVE?
Marco geográfico
70 El lobo ibérico en Ávila

6. ¿Dónde vive? Marco geográfico


La evolución del lobo tuvo lugar durante unos 800000 años desde el Pleistoceno
medio, cuando aparecen los primeros ejemplares morfológicamente similares al Ca-
nis lupus, hasta la aparición de las subespecies actuales Canis lupus dingo (dingo),
Canis lupus signatus (lobo ibérico) y Canis familiaris (perro), entre otras. Los facto-
res ecológicos, incluyendo el tipo de hábitat, el clima, la especialización en distintos
tipos de presa y la competencia con otros depredadores ha influenciado mucho
la estructura genética de población de los lobos y su plasticidad craneodental. El
número de lobos experimentó un brusco descenso –o “cuello de botella”– hace
20000 años, lo que indica que muchas poblaciones de lobos se habían extinguido
ya durante el último periodo glacial y la expansión mundial de los humanos moder-
nos con la tecnología para capturar caza mayor. El perro doméstico, el carnívoro
más abundante en el mundo, es descendiente de una población de lobos ya extinta,
domesticados por humanos que vivieron en China o sus proximidades.

Distribución actual

Fig. 56. Distribución mundial de las subespecies de lobo (Canis lupus).

Los lobos (Canis lupus) son todavía, a pesar de la persecución de que han sido
objeto, los cánidos con la distribución más amplia. A nivel mundial habitan en toda
Eurasia y Norteamérica. Su hábitat varía desde los témpanos de hielo de Groenlan-
dia a los desiertos de Arabia o las selvas de la India. Tan vasta distribución ha permi-
tido la aparición de distintas subespecies, que se diferencian en el comportamiento,
en el tamaño, color y longitud del pelaje o proporciones del morro o las orejas.
Teniendo en cuenta criterios geográficos y morfológicos se han considerado 32
subespecies de lobo (aunque no reconocidos por gran número de investigadores),
¿Dónde vive? Marco geográfico 71

que difieren en ciertos aspectos de su apariencia (tamaño y coloración) o comporta-


miento. Estas subespecies se pueden englobar en cuatro grupos:

Fig. 57. Distribución europea de las subespecies de lobo (Canis lupus).

• Lobos blancos (Canis lupus tundrarum en Alaska, Canis lupus albus en la región
ártica europea),
• Lobos rojos (Canis lupus pallipes en las zonas predesérticas de Eurasia),
• Lobos grises (Canis lupus pambasileus en Alaska)
• Lobos pardos (Canis lupus signatus en la Península Ibérica, Canis lupus lupus
en Eurasia).

También existen otras subespecies que acogen a individuos menores, en Norte-


américa y la India.
72 El lobo ibérico en Ávila

Fig. 58. Canis lupus tundrarum.

Fig. 59. Canis lupus baileyi.


¿Dónde vive? Marco geográfico 73

Fig. 60. Canis lupus italicus.

Fig. 61. Estimación de número de lobos en Europa.


74 El lobo ibérico en Ávila

En la península ibérica, dada su peculiar posición geográfica, con gran abun-


dancia de ecosistemas, el lobo ibérico está adaptado a la vida en prácticamente
todos ellos como lo demuestra el que secularmente haya estado presente en toda
la Península, hasta que el hombre ha sido capaz de exterminarlo en muchos de sus
hábitats tradicionales.

Distribución desde mediados del s. XIX

Año 1875 1900 1935 1950


1840

1965

1970

1987

2013

Fig. 62. Evolución histórica de la población de lobos en la Península Ibérica

Poblaba la mayor parte de las tierras al sur de los Pirineos hasta principios de
este siglo. Sin embargo, durante los últimos cien años han venido sufriendo una
persecución sistemática y una serie de trabas indirectas para el correcto desarrollo
de sus poblaciones.
¿Dónde vive? Marco geográfico 75

Fig. 63. Distribución de manadas de lobo por comunidades autónomas según el último censo nacional
2012-14 (Fuente: MAPAMA, 2014).

La población actual de lobo ibérico (Canis lupus signatus, Cabrera 1907) es de


2500-3000 ejemplares en España (MAPAMA, 2014). El grueso de la población se
sigue encontrando en la Cordillera Cantábrica, en las comunidades de Galicia, Astu-
rias y Cantabria, y en Castilla y León. Sin embargo, la especie está colonizando con
éxito el centro-sur de la península ibérica, encontrándose en todas las provincias
castellanoleonesas y en Madrid. Por el contrario, la expansión hacia el este no se
está sucediendo en la misma medida. La comunidad del País Vasco constituye por
76 El lobo ibérico en Ávila

ahora una barrera infranqueable para los grandes carnívoros como el oso o el lobo,
debido a la dificultad de su orografía y a la distribución espacial de sus poblamien-
tos, así como al rechazo de la especie por la administración local. También está
presente, aunque en muy pequeña cantidad, en Castilla-La Mancha, Andalucía (dos
poblaciones sin viabilidad genética) y en La Rioja. No encontramos lobos aún en
Extremadura, Comunidad Valenciana, Navarra y Murcia.

Fig. 64. Distribución actual del lobo ibérico (Fuente: Voluntariado para el censo del lobo ibérico 2016).

Por otro lado, desde el verano de 2017 se ha advertido la existencia de lobos


italianos (Canis lupus italicus), solitarios y en dispersión, en la provincia de Zarago-
za, en el borde norte del desierto de los Monegros. Esta subespecie italiana, se ha
venido observando también en los últimos 5 años en Huesca y en la comunidad de
Cataluña, en las inmediaciones del Parque Nacional de Aigüestortes. Son ejempla-
res que, en su búsqueda de territorios, han atravesado los Pirineos y recorrido los
Alpes, llegando a la Península, pero aún no se ha constatado su cría, por lo que
no podemos considerarlo poblaciones reales. Como la población endémica ibérica,
aún no se ha expandido hacia esos territorios, por ahora no hay riesgo de mezcla
de subespecies.
¿Dónde vive? Marco geográfico 77

Fig. 65. Canis lupus italicus. Algunos ejemplares de esta subespecie italiana han sido vistos en los últi-
mos años al noreste de nuestra península.
78 El lobo ibérico en Ávila

A nivel regional la expansión del lobo al Sur del Duero comienza entre finales
del siglo pasado y comienzos del presente. Diferentes factores contribuyen a ello,
el más importante el despoblamiento del medio rural. Desde el núcleo poblacional
continuo gallego-astur, cántabro, castellano septentrional y zamorano, el lobo se ex-
tiende hacia el este, repoblando el País Vasco occidental, La Rioja y Soria, lugares
de donde ha sido prácticamente exterminado por las autoridades. Desde el Sur de
Zamora el lobo entra en la dehesa salmantina, con el mismo nefasto destino que
sus congéneres orientales, también en Valladolid.
En cuanto a la provincia de Ávila, no está muy claro si el lobo abulense procede
de este núcleo colonizador occidental o del oriental, usando en este caso el corredor
del Sistema Central a partir de su estribación más norteña en la sierra de Ayllón.
Por tanto, las actuales poblaciones de lobo abulense casi seguro que proceden de
una doble entrada en la provincia desde el corredor del sistema central por la sierra
de Guadarrama y el núcleo recolonizador Occidental. Todo esto está basado en los
datos de lobos atropellados, cazados, foto trampeados y censados en los veinte
últimos años.
Actualmente, el lobo ocupa fundamentalmente las sierras centrales de la pro-
vincia, es decir las sierras de La Paramera, Serrota, Villafranca- Piedrahita y Sierra
de Ávila. Ocupa también áreas de transición entre Ávila y Segovia, especialmente
Campo Azálvaro y la zona sur y este de la Moraña. En la actualidad el lobo ha al-
canzado el norte de Gredos y comienza a realizar incursiones en la vertiente sur.

Censos

El último censo regional del lobo realizado por la Junta de Castilla y León revela
un total de 179 manadas sobre un total de 297, es decir, más del 60% del total de
todo el territorio nacional, lo que representa un incremento del 20 por ciento con
respecto al censo de 2001. De esas 179 manadas, 152 se sitúan al norte del río
Duero (132 en el año 2001) y 27 al sur del Duero (17 en 2001), franja en la que se
sitúa la provincia de Ávila.
¿Dónde vive? Marco geográfico 79

Fig. 66. Distribución del lobo en Castilla y León en los dos últimos censos, 2000-2001 y 2012-2013, rea-
lizados por la Junta de Castilla y León. Ávila es una de las cinco provincias en las que la población de
lobos ha aumentado significativamente desde el último censo.

De los datos recogidos del trabajo de campo que se prolongó durante los años
2012 y 2013, se concluye que la reproducción se ha confirmado en el 73% de las
manadas determinadas, calculándose que en época estival y considerando tanto
los ejemplares que componen las manadas como los solitarios, hay 1.600 lobos
en Castilla y León. Precisamente, es al sur del Duero, donde la especie está pro-
tegida por la Unión Europea, el área de distribución del lobo ha aumentado en un
26% (260 cuadrículas con presencia de la especie frente a 208 en el censo del
año 2001). Además, el incremento de manadas respecto a 2001 es notable y ello
supone que esta especie está en disposición para avanzar hacia el sur en su área
de distribución.
80 El lobo ibérico en Ávila

Fig. 67. Reconquista territorial del lobo hacia el sur en los últimos veinte años, según los datos de repro-
ducción en Castilla y León y territorios vecinos. Se señala el límite teórico de la “línea del Duero” y su
máxima distribución alcanzada entre los años 2002 y 2013 (Sáez de Buruaga et al. 2018).

Pero ¿cuántos lobos hay en Ávila? Esta es la primera gran pregunta. Realmente
no lo sabemos con exactitud. Precisamente, este nuevo recuento de lobos realizado
en 2013 eleva de uno a seis los grupos que habitan en el territorio abulense, que es
precisamente una de las cinco provincias en las que se ha dado un incremento de la
población de lobos desde la elaboración del último censo en el 2001. No obstante,
para la provincia se han llevado a cabo, de forma paralela, dos censos. Uno oficial,
realizado por Sáez de Buruaga (2012-2013) para la Junta de Castilla y León, es
muy optimista, con más de 100 ejemplares en la provincia y unos 12 o 13 grupos
o manadas de unos ocho ejemplares cada uno; otro independiente, llevado a cabo
por Fernando Palacios (2014), del Consejo Superior de Investigaciones Científicas,
más pesimista, con poco más de 30 ejemplares, y un máximo de seis grupos de un
tamaño medio de entre cuatro y seis ejemplares.
Estos dos censos son muy diferentes en su metodología. El de Sáenz de Burua-
ga no encaja bien los resultados nulos o cero, siendo muy insistente en encontrar
cualquier mínimo indicio. Sobrevalora en nuestra opinión el hallazgo de cualquier
rastro o indicio para considerarlo como prueba suficiente para considerar un núcleo
de cría. El de Fernando Palacios es en este sentido más exigente, para el CSIC la
mera presencia de heces en una zona no tiene obligadamente la significación de
la presencia de un núcleo de cría en la zona, puede tratarse simplemente de una
¿Dónde vive? Marco geográfico 81

zona de paso. Solo cuando las heces y otros indicios empiezan a concentrarse en
el espacio de una forma llamativa, podemos hablar de proximidad al núcleo de cría.
De forma realista, no podemos hablar de más de cinco o seis núcleos loberos
en Ávila, con un total de entre 20 y 30 ejemplares en toda la provincia, distribuidos
fundamentalmente en las sierras centrales de la provincia y en proceso de coloni-
zación de Gredos. Aun así, no es baladí decir que hay 100 o que hay 30 lobos en
Ávila, pues de una u otra cifra pueden surgir diferentes decisiones de gestión para
la especie desde la administración, como ha ocurrido con el primer censo y las de-
rogaciones que han permitido controles letales en Ávila.

Las manadas, núcleos o grupos de cría

Estructurar la población lobuna de Ávila en manadas es bastante complejo, se-


ría de esperar que los análisis genéticos de las muestras de heces obtenidas en el
campo ayudasen en este sentido. Filtrando todos los datos de ambos censos y otros
de observadores independientes parece que los grupos podrían estar localizados
en:

• La Moraña sureste, entre Ávila y Segovia


• Campo Azálvaro, entre Ávila y Segovia
• La Sierra de Ávila, vertiente norte y áreas limítrofes con la Moraña.
• La Sierra de la Paramera
• La Sierras de Villafranca- Piedrahita-Serrota
• Gredos norte

LA MORAÑA

VALLE AMBLÉS Y
SIERRA DE ÁVILA

VALLE DEL
CORNEJA
VALLE DEL ALBERCHE
Y TIERRA DE PINARES

VALLE DEL
TORMES

VALLE DEL
TIETAR

Fig. 68. Localización de núcleos o grupos de cría de lobos (puntos rojos) y su correspondiente área de
campeo (trazo verde) detectados en la provincia de Ávila.
82 El lobo ibérico en Ávila

Fig. 69. Desde 1970, la población de lobos del noreste español se ha recuperado de forma notable gra-
cias a la nueva conciencia conservacionista y al abandono rural que ha permitido la regeneración vegetal
y el aumento de ungulados silvestres.

En resumen, podemos decir que el lobo comienza la colonización de la provincia


a finales de los años 90 del pasado siglo, procedente en primera instancia del nú-
cleo colonizador occidental (Zamora, Valladolid, Salamanca), entrando por la Mora-
ña y la sierra de Ávila. Años después a estos efectivos se unen lobos procedentes
del corredor norteño de Guadarrama, entrando en la provincia por la extensa zona
de campo Azálvaro. Desde estos núcleos de origen el lobo se desplaza hacia el sur,
habiendo alcanzado en la actualidad el norte de la sierra de Gredos y estando ya
en tránsito hacia el sur de esta sierra por el paso del Puerto del Pico. El corredor
del Tiétar será en un futuro breve el paso del lobo al norte de Cáceres, con una
conexión de estas poblaciones con las exiguas poblaciones relictas de la sierra de
San Pedro entre Cáceres y Badajoz. La conexión de las poblaciones del lobo en el
centro de la meseta con las relictas poblaciones sureñas de Extremadura, Sierra
Morena y Montes de Toledo, es un objetivo del Plan de Gestión Nacional del Ministe-
rio de Medio Ambiente (2014), por tanto, debería ser respetado por la administración
local y autonómica.
¿Dónde vive? Marco geográfico 83

Fig. 70. El lobo comienza la colonización de la provincia de Ávila a finales de los años 90, procedente en
primera instancia del núcleo colonizador occidental, entrando por la Moraña y la sierra de Ávila.
7.
¿CON QUIÉN VIVE?
Flora y fauna acompañantes
86 El lobo ibérico en Ávila

7. ¿Con quién vive? Flora y fauna acompañantes

Fig. 71. Bosques y ecosistemas de la provincia de Ávila donde campea el lobo.

Es propio de esta provincia su gran diversidad orográfica. Es la provincia de ma-


yor altitud en promedio de España, con una altura media de 1131,8 m. Se distinguen
tres grandes regiones:

• La zona norte, continuación de la Meseta Norte y del valle del Duero está carac�-
terizada por un paisaje llano con suelos formados por materiales sedimentarios.
Comprende la comarca de La Moraña. Los principales municipios son Arévalo y
Madrigal de las Altas Torres.
• La zona central, donde se localizan los valles Amblés, Corneja y alberche y las
zonas de montaña (sierra de Gredos, sierra de Béjar, sierra de Villafranca, La
Serrota, sierra de la Paramera, sierra de Ávila o la sierra de Malagón), presenta
ingentes formaciones graníticas que alcanzan su mayor altitud en el Pico del
Moro Almanzor, que con 2592 m es la cumbre culminante de la sierra de Gredos
y la más elevada de todo el Sistema Central. Su clima de montaña se caracteriza
por temperaturas muy bajas en el periodo invernal y veranos cortos y no muy
calurosos. Son localidades importantes Ávila, Las Navas del Marqués, El Barco
de Ávila y Piedrahíta.
¿Con quién vive? Flora y fauna acompañantes 87

• La zona al sur del Sistema Central,


que comprende la parte abulense del
valle del Tiétar, está caracterizada
por su menor altitud y un clima más
cálido. En esta parte es fácil encon-
trar naranjos, olivos y palmeras en
los principales pueblos. Entre los
municipios más importantes de esta
zona se encuentran Arenas de San
Pedro, Candeleda, Sotillo de la Adra�
-
da, Mombeltrán y Lanzahíta.

En el oriente de la provincia, en torno


al valle del Alberche y a las estribacio-
nes meridionales de la sierra de Guada-
rrama, se localizan municipios como El Fig. 72. Comarcas de la provincia de Ávila.
Tiemblo, Cebreros o El Hoyo de Pinares.
La provincia de Ávila, que es atravesada
de suroeste a noreste por el Sistema Central, es divisoria de aguas entre la cuenca
hidrográfica del Duero y la del Tajo. Entre las sierras de Gredos, y la alineación de
Serrota-Paramera nacen los ríos Tormes y Alberche.
El río Tormes recoge aguas del alto Gredos, sobre todo la escorrentía del Circo
de Gredos, y lleva una dirección este-oeste hasta Barco de Ávila, donde gira hacia
el norte, para recibir las aguas del río Corneja en La Horcajada, camino de Sala-
manca para desembocar en el río Duero.
El río Alberche, nace en la vertiente
sur de la sierra de Villafranca, y recoge
aguas de la vertiente sur de La Serrota,
encharcando el valle alto con un reco-
rrido meandriforme lleva una dirección
oeste-este, antes de girar hacia el sur y
encajarse en las cercanías de la Cueva
del Maragato y hasta la Venta de Rasqui-
lla, en donde gira de nuevo hacia el este.
El tramo alto, hasta la Venta Rasquilla
con su codo de captura, pertenecía al río
Tormes, que lleva sus aguas al Duero,
pero la erosión remontante del Alberche
afluente del río Tajo consiguió captar es-
tas aguas de entre sierras hacia el sur.
El río Tiétar recorre el sur de la pro-
vincia, de este a oeste camino del río
Fig. 73. Cuencas hidrográficas de la provincia Tajo del que es afluente, recibiendo las
de Ávila. En tonos azules las correspondientes a
aguas de la vertiente sur (la de solana
afluentes del río Duero (1-Tormes, 2-Trabancos,
3-Zapardiel y 4-Adaja). En tonos verdes las co- y a la vez de barlovento) de Gredos, la
rrespondientes a afluentes del río Tajo (5-Alber- más lluviosa, por ser el primer murallón
che, 6-Tiétar).
88 El lobo ibérico en Ávila

con el que se encuentran la borrascas


atlánticas que entran por el suroeste de
la península ibérica.
Entre La Serrota y la sierra de Ávila
nace el río Adaja, que tras recorrer el va-
lle de Amblés de oeste a este, y llegar a
Ávila, gira hacia el norte camino del río
Duero, para ser represado en la Presa
de Fuentes Claras y en la de las Cogo-
tas, antes de llegar a Arévalo, donde re-
cibe las aguas del río Arevalillo.
También van al Duero el río Voltoya,
que desemboca en el Eresma –afluente
a su vez del Adaja–, del que se abaste-
ce Ávila ciudad, mediante el agua em- Fig. 74. Mapa del relieve e hidrográfico de la pro-
balsada en el embalse de Serones; así vincia de Ávila.
como el río Trabancos y el Zapardiel.
Otros ríos de menos importancia son el
río Aravalle, el Almar, el Gamo, el Margañán que acaban en el Tormes; y el río Cofio
que desemboca en el Alberche. A destacar dos acuíferos: el acuífero del valle de
Amblés y el de los Arenales.
La diversidad orográfica antes indicada hace de Ávila una de las provincias in-
teriores españolas más ricas en ecosistemas y por tanto en biodiversidad. Así se
pueden distinguir cuatro tipos de ecosistemas principales:

La Llanura cerealística

Situada en la parte norte de la provincia y compuesta por grandes planicies de


campos de cultivo con bosques isla diseminados, la mayor superficie forestal se
concentra en el corredor del río Adaja desde Villanueva de Gómez hasta Arévalo
de unos 30 kilómetros de largo con bosque de pinar, en superficie le siguen los
pinares próximos a Nava de Arévalo. En las márgenes de los principales ríos se
encuentran interesantes bosques de ribera. De la misma manera, pequeñas lagu-
nas, lavajos o charcas que aparecen de forma periódica y estacional, representan
hábitats muy valiosos para la diversidad de especies animales y vegetales, es decir
para la biodiversidad. Así como para los viajes de las aves migradoras que utilizan
estos pequeños humedales como auténticas áreas de servicio para descansar y
reponer fuerzas. De hecho, más del cincuenta por ciento de las aves observadas en
la comarca están relacionadas con estos pequeños hábitats con presencia de agua
como lagunas o ríos.
¿Con quién vive? Flora y fauna acompañantes 89

Fig. 75. Paisaje típico de la Llanura cerealista.

En esta zona el principal cultivo es cereal de secano, si bien en los últimos años
se ha desarrollado extraordinariamente el cultivo de regadío irrigado desde el em-
balse de Las Cogotas (desde 2010 la zona de Nava de Arévalo riega con este
embalse; y se prevé la puesta en regadío de 7000 ha en la zona) y con pozos subte-
rráneos, hecho que tras la sobreexplotación, ha propiciado, el casi agotamiento del
acuífero de Los Arenales y por tanto, ha aumentado el nivel de nitritos y arsénico en
algunas muestras.

Fig. 76. Macho de avutarda.


90 El lobo ibérico en Ávila

Como podemos ver la aparente monotonía de los paisajes, no es tal, lo que ha


producido una rica biodiversidad. Concretamente, 230 especies de aves se han
observado en La Moraña y Tierra de Arévalo, lo que la convierte en un auténtico
paraíso para las aves. El resultado de esta riqueza es que en esta comarca se pue-
de observar una importante fauna esteparia, muy amenazada a nivel mundial, con
una más que destacable población de Avutarda, junto con especies forestales tan
gravemente amenazadas como el águila imperial ibérica, el milano real o acuáticas
como la cigüeña negra, la grulla o la barnacla cariblanca.

Fig. 77. Barnaclas cariblancas.

Anfibios, como la rana común o el tritón jaspeado; reptiles, como la culebra de


collar, el lagarto verdinegro o el lución; mamíferos, como la ardilla, la gineta o el
jabalí, son solo algunos de los que acompañan al lobo en sus correrías.
¿Con quién vive? Flora y fauna acompañantes 91

El Encinar

Se da principalmente en la parte central y sur de la provincia, en la falda de sus


principales sierras. Pese a no ser muy abundantes por la tala abusiva realizada a
principios del siglo XX se extienden por grandes zonas alrededor de la capital. Los
encinares existentes en las inmediaciones de Bonilla de la Sierra, La Horcajada y
en el valle del Corneja son especialmente valiosos por su antigüedad, porte y mag-
nífico estado de conservación.

Fig. 78. Densos encinares colonizan las faldas de la Sierra de Gredos.

Los encinares proporcionan cobijo y alimento a gran variedad de fauna, Entre las
aves, habitan durante todo el año la paloma torcaz, el busardo ratonero, pequeño
rapaz que a menudo puede ser observada volando o posada sobre postes de luz.
el búho chico, hermosa rapaz nocturna de casi un metro de envergadura, que se
alimenta principalmente de topillos que ingiere enteros, también pequeños pájaros
como la curruca carrasqueña, el pinzón vulgar y el petirrojo o córvidos, como el
arrendajo, que se alimenta de bellotas y que ayuda a sembrar de encinas el bosque,
amplían la riquísima ornitofauna de los encinares, que se completa en la primavera
con la llegada de aves como la abubilla que cría en oquedades de los árboles, el
críalo europeo, de costumbres discretas y que parasita los nidos de las urracas po-
niendo en ellos sus huevos y haciendo así que sean otras las aves que críen de su
descendencia, la culebrera europea, águila de gran tamaño y plumaje blanquecino
que se alimenta principalmente de reptiles, la aguililla calzada o la escasa y amena-
zada águila-azor perdicera.
92 El lobo ibérico en Ávila

Fig. 79. Busardo ratonero.

Fig. 80. Arrendajo.


¿Con quién vive? Flora y fauna acompañantes 93

El Ecosistema mediterráneo

Fig. 81. Valle del Tietar.

Al contrario que en otras provincias


castellanoleonesas, Ávila cuenta en su
extremo meridional con una zona tem-
plada, de clima mediterráneo, caracte-
rizada por la existencia de bosques de
coníferas y frondosas, además de vi-
des, olivares, naranjos, higueras, cere-
zos y plantaciones de tabaco, pimentón
y sandías. Esta parte de la provincia, al
abrigo de la sierra de Gredos, es la que Fig. 82. Cerezo.
mayor diversidad biológica posee; pero
también la más amenazada por la espe-
culación urbanística, las explotaciones
mineras, el trazado indiscriminado de
infraestructuras y los incendios foresta-
les. Destacan como acompañantes del
lobo en este riquísimo ecosistema, ma-
míferos como el pinchudo erizo, un im-
portante exponente de los bosques me-
diterráneos, aunque sus hábitos noctur-
nos y sus hábitos solitarios hacen difícil
Fig. 83. Gineta.
94 El lobo ibérico en Ávila

su observación, la ardilla, cada vez más


escasa, la gineta y el gato montés. Aun-
que quizá, el mamífero más emblemá-
tico de estos ambientes sea el conejo
especie fundamental junto a zorros, ga-
mos y ciervos, en la cadena trófica del
lobo y que ha sufrido enfermedades que
han mermado sus poblaciones, aunque,
afortunadamente, en la actualidad pare-
ce que se están recuperando.
El ecosistema mediterráneo también
Fig. 84. Conejo.
puede presumir de sus reptiles y anfi-
bios. Son de gran utilidad en el ecosis-
tema los lagartos y culebras, entre las
que destacan el lagarto ocelado, la cu-
lebra lisa o la víbora hocicuda, los cua-
les nivelan o controlan las poblaciones
de ratas, ratones, etc. Por otra parte, los
sapos, ranas y salamandras ayudan ac-
tuando como insecticida biológico para
moscas, mosquitos, saltamontes.

Fig. 85. Ciervo.

Fig. 86. Lagarto ocelado.


¿Con quién vive? Flora y fauna acompañantes 95

La Alta montaña

Fig. 87. Piorno serrano en la sierra de Gredos.

El ecosistema de alta montaña se


puede encontrar principalmente en
la sierra de Gredos, sierra de Béjar y
también en las inmediaciones del pico
Zapatero (sierra de la Paramera) y en
La Serrota. Se observa una variación
vegetal, íntimamente relacionada con la
altitud a medida que ascendemos; enci-
na, castaño, aliso, serval, abedul, álamo
temblón, sauce, melojo, sustituido en di-
versas zonas por el pino. En las zonas
altas predomina el matorral de piornos,
enebros rastreros y también distintas
variedades de manzanilla. En este eco-
sistema de montaña se han distinguido Fig. 88. Azafrán serrano.
cuatro pisos de vegetación. El piso ba-
sal o piso de la encina; el piso del roble
melojo; el piso del piorno serrano, cuya
vegetación está dominada por el piorno
serrano y el piso de los prados de las
96 El lobo ibérico en Ávila

cumbres o cervunales, donde habitan


plantas de pequeño porte que se han
adaptado para soportar las duras condi-
ciones de la alta montaña, entre las que
destacan el botón de oro de Gredos, la
hierba velluda, la hierva vivaz, lamparita
de los Alpes, genistas, los cuernecillos,
la hierba lechera, la lúzula campestre,
la borrosilla de montaña, la genciana de
los pantanos, la eufrasia pelosa, los ga-
llaritos, la campanilla, los botones azu-
les, la escila de primavera, las estrellitas
Fig. 89. Doncella de ondas. amarillas, las quitameriendas, el narciso
de las nieves, el azafrán serrano, el jun-
co escamoso o el junto escamoso.
Pese a la gran presión humana que
sufre, especialmente los fines de sema-
na, este ecosistema conserva una de
las poblaciones más importantes de ca-
bra montés. La preocupación de la rea-
leza por este animal evitó su extinción y
hoy en día coloca a esta población en
unos niveles que permiten afirmar su
supervivencia.
Fig. 90. Macho de cabra montés.

Fig. 91. Buitre común.


¿Con quién vive? Flora y fauna acompañantes 97

Fig. 95. Lirón Careto

Fig. 92. Collalba gris.

Fig. 96. Narciso trompón.

Fig. 93. Roquero rojo.

Fig. 97. Salamandra del Almanzor.

Otras especies que acompañan al


lobo son el corzo, la perdiz roja, el águi-
la real, el águila imperial, el halcón abe-
jero, el buitre negro y el buitre común,
sin olvidarnos del sapo de Gredos, la
salamandra del Almanzor, la lagartija
carpetana o el topillo nival abulense,
Fig. 94. Sedo de hoja pequeña. endemismos ibéricos que se encuen-
tran en el Sistema Central.
98 El lobo ibérico en Ávila
¿Con quién vive? Flora y fauna acompañantes 99
8.
¿CÓMO VIVE?
Evaluación del riesgo
de ataques en Ávila
102 El lobo ibérico en Ávila

8. ¿Cómo vive?
Evaluación del riesgo de ataques en Ávila

Fase 2.
Fase 1. Análisis estadístico del
Fase 3. Mapa de
Análisis de las variables grado de dependencia de Aplicación de las
a considerar las variables frente a los variables influyentes
probabilidad
ataques

Cálculo de
la frecuencia
GIS Statgraphics GIS

Variables Variables
antropogénicas biofísicas
Ajuste a un modelo lineal
Aplicación del modelo
generalizado con muestra
ajustado Mapa de riesgo
Variable dependiente: aleatoria
Distancia a los ataques

Fig. 98. Esquema resumen de las diversas fases seguidas para la evaluación del riesgo de ataques en
Ávila.

Fase 1. Análisis de las variables a considerar


En esta primera fase se han analizado diversas variables biofísicas y antropogé-
nicas (fig. 98) que, según estudios precedentes y según la ecología del lobo ibérico,
podrían influir en la depredación del lobo sobre la ganadería. En primer lugar, se
han tomado las variables usadas en otros estudios para la modelización de la dis-
tribución del lobo, para comprobar si éstas también influyen en los ataques sobre
animales domésticos. A éstas se les han añadido otros factores que, por la ecología
del animal, podrían tener su peso específico de cara a los ataques a la ganadería,
obteniendo un total de 11 variables divididas en tres bloques: por un lado, las va-
riables antropogénicas, por otro las variables biofísicas y por separado, la variable
del censo de los ataques registrados en 2016 y 2017. Para poder comparar las
variables y enfrentarlas entre sí, se ha optado por comparar “distancias”. Para ello,
se han calculado las distancias euclídeas (distancia de la variable en cuestión a
cualquier punto del territorio) de las diferentes variables consideradas.
¿Cómo vive? Evaluación del riesgo de ataques en Ávila 103

A. Variables antropogénicas
A1. Distancia a edificaciones

Como se puede observar en el Mapa 2, las menores distancias se dan lógica-


mente, en la ciudad de Ávila. Por lo demás la distribución de las edificaciones es
bastante homogénea en el área de estudio. Se puede observar que se trata de
edificaciones de tamaño relativamente pequeño, pero numerosas y repartidas. En
el extremo suroeste, por otra parte, existe una ausencia de edificaciones. Las cua-
drículas que se encuentran en la provincia de Cáceres carecen de edificaciones de
importancia.

Mapa 2: Representación de la variable A1. Distancia euclídea a las edificaciones (Fuente: elaboración
propia según la metodología de la fase 1).

Esa zona es conocida por sus números cultivos, donde destaca el cultivo de
tabaco. Es por esto por lo que el área aparece sin apenas edificaciones, lo que no
implica que esté ausente de actividad humana, pues como ya se ha mencionado,
es una zona importante de cultivo en la región. Al norte de estas zonas de cultivo
se puede apreciar un mayor número de edificaciones que en el resto del área de
estudio, pero también son éstas de menores dimensiones. Es notorio también que
en la parte más al este del área de estudio, en dirección Madrid, no disminuyen las
distancias a edificaciones, sino que se mantienen con la misma constancia que
en el resto de la provincia. De manera genérica se observa que las distancias son
104 El lobo ibérico en Ávila

medias en el extremo sur y suroeste, pequeñas en la zona norte y central, y grandes


en el extremo suroeste y en extremo noroeste.

Fig. 99. Plantación y secado de tabaco.

A2. Distancia a carreteras principales

Mapa 3: Representación de la variable A2. Distancia euclídea a carreteras principales. (Fuente: elabora-
ción propia según la metodología de la fase 1).
¿Cómo vive? Evaluación del riesgo de ataques en Ávila 105

Fig. 100. La intensidad del tráfico en autovías y autopistas provocan el atropello de la fauna silvestre,
incluido el lobo.

En el área de estudio existen pocos tramos de autopistas o autovías, sin embar-


go, las nacionales que conectan Ávila con las provincias de Cáceres, Madrid, Tole-
do, Valladolid, Segovia y Salamanca, las suplantan en varios sentidos. Son las ca-
rreteras que conectan provincias y por lo tanto las que condensarán la mayor parte
del transporte relativo a mercancías. La velocidad de tránsito es algo menor que en
las autopistas y la dificultad de adelantamiento mayor, sin embargo, la intensidad de
tráfico puede ser muy elevada. Por esto en el mapa de la variable A2 (Mapa 3), se
puede ver una clara diferenciación de las zonas según su distancia a las carreteras
principales. Como éstas son apenas 5, las distancias son pequeñas únicamente por
donde transitan las carreteras, y bastante grandes por donde no transitan. Por ello
la influencia no será homogénea en todo el territorio, pero previsiblemente, bastante
acentuada en las zonas donde se den estas carreteras principales.
106 El lobo ibérico en Ávila

A3. Distancia a carreteras secundarias

Mapa 4: Representación de la variable A3. Distancia euclídea a carreteras secundarias (Fuente: elabo-
ración propia según la metodología de la fase 1).

Se han considerado únicamente las carreteras autonómicas como carreteras


secundarias, pues las autopistas, autovías y nacionales, han sido consideradas
como carreteras principales. Como se aprecia en el Mapa 4, estas carreteras están
ampliamente distribuidas en el área de estudio. También se observa cómo esta
tipología de carreteras es la encargada de la unión entre vías más importantes. No
poseen una intensidad de tráfico pesado elevado, pero son las vías de conexión
para los habitantes, por lo que el tráfico será bastante continuado. Ocurre con esta
variable algo similar en su distribución que con la variable A1. Están homogénea-
mente distribuidas en el mapa, exceptuando la zona suroeste. Se puede considerar
por tanto que su influencia será homogénea en todo el territorio y que por lo tanto
no será excesivamente determinante.
¿Cómo vive? Evaluación del riesgo de ataques en Ávila 107

A4. Densidad de carreteras

Mapa 5: Representación de la variable A4. Densidad de carreteras (Fuente: elaboración propia a partir
de la metodología de la fase 1).

Para el cálculo de esta variable, se han unido las carreteras principales con las
secundarias. En el Mapa 5 se puede apreciar, que la interpolación se ha realizado
en base a los centroides de cada cuadrícula. Observando dicho mapa se aprecia
que las mayores densidades se acumulan en el entorno de la ciudad de Ávila y las
menores en la zona norte de La Moraña. Destaca la alta densidad de carreteras
existente en la zona sur-sureste, ya que la cantidad de carreteras secundarias en
esa zona, como se ha visto anteriormente, es limitada. Esto se dará porque dos ca-
rreteras nacionales importantes cruzan por esa zona y acumularán muchos kilóme-
tros de carretera. Se observa una heterogeneidad en el valor de la variable para el
área de estudio, por lo que se puede prever, como en las carreteras principales, alta
influencia en las zonas limítrofes a valores altos de las variables y poca o ninguna
en las zonas con valores bajos.
108 El lobo ibérico en Ávila

A5. Densidad de población

Mapa 6: Representación de la variable A5. Densidad de población (Fuente: elaboración propia a partir
de la metodología de la fase 1).

Fig. 101. Las áreas rurales presentan más ataques de lobos que las situadas en las inmediaciones de
las ciudades.
¿Cómo vive? Evaluación del riesgo de ataques en Ávila 109

El censo de habitantes de la provincia de Ávila es bajo en comparación con el


censo de las provincias limítrofes de Madrid, Salamanca o Cáceres. Además, como
se observa en el Mapa 6, se encuentra muy densificado. Encontramos una densidad
de habitantes alta en las inmediaciones de la ciudad de Ávila y en dirección Madrid.
El resto del área de estudio posee unos valores de habitantes bajos y constantes
de entre 203 y 3000. Destacan en la vertiente sur de Gredos varios municipios que
poseen valores más elevados que el resto de los territorios, superando en algunas
zonas los 5000 habitantes. Si finalmente esta variable es influyente en el modelo,
se observará mucha influencia de esta en las inmediaciones de la ciudad de Ávila y
algo en el extremo sur, porque en el resto del territorio el número de habitantes es
relativamente constante. Aunque sí se advierte algo más de densidad de habitantes
en la mitad este que en la oeste.

A6. Intensidad ganadera

Mapa 7: Representación de la variable A6. Intensidad ganadera (Fuente: elaboración propia a partir de
la metodología de la fase 1).
110 El lobo ibérico en Ávila

En primer lugar, como ya se ha comentado, se le ha denominado intensidad


ganadera porque únicamente se buscaban datos que demostrasen, mayor o menor
actividad ganadera. Lo óptimo para esta variable, sería calcular la vulnerabilidad
del ganado, según raza, años y /o tipología de manejo, lo que requerirá un estudio
de investigación más exhaustivo. Por otro lado, los datos descargados del portal
de datos abiertos de la Junta de Castilla y León se refieren a vacas reproductoras
censadas en un municipio.
En el Mapa 7 se observan, a grandes rasgos, 3 zonas con alta intensidad gana-
dera. El centro-oeste del área de estudio, el extremo sureste en las inmediaciones
de Toledo y el extremo este, entre Segovia y Madrid. Tal y como representa el mapa,
hay zonas con más o menos intensidad, pero en prácticamente todo el territorio se
encuentran vacas en extensivo, por lo que el lobo tiene, independientemente de su
localización, siempre reses en su entorno que pueden ser atacadas.

B. Variables biofísicas
B1. Índice de diversidad de Shannon

Mapa 8: Representación de la variable B1. Índice de diversidad de Shannon (Fuente: elaboración propia
a partir de la metodología de la fase 1).
¿Cómo vive? Evaluación del riesgo de ataques en Ávila 111

Lo más importante a tener en cuenta a la hora de observar esta variable, es que


el máximo valor que puede tomar el índice es 5. Se observa que los ecosistemas de
La Moraña son mucho menos diversos que el resto y llama la atención que en las
inmediaciones de la ciudad de Ávila, que cuenta con datos medios de diversidad, se
encuentra una zona con una diversidad muy baja. Esto se da en la zona cercana a
Tornadizos y probablemente se debe a la continua sobreexplotación de los pastos
por parte de la ganadería durante muchos años, pues esta zona, que se ha visitado
durante el estudio, destaca por la intensidad ganadera que se observa a simple
vista. El continuo ramoneo y la ausencia de matorral imposibilitan la existencia por
falta de ecosistema adecuado a numerosas especies. Por otro lado, en el extremo
suroeste se advierten (Mapa 8) los valores más altos de diversidad. Esto se da
porque en gran parte esa zona pertenece a las zonas con más precipitaciones del
sistema montañoso de Gredos, que posibilitan la existencia de especies que no
pueden habitar otros lugares. A lo largo de este sistema montañoso encontramos
datos medio-altos de diversidad. Existe heterogeneidad en la variable y veremos
más adelante si ésta influye en los ataques del lobo a la ganadería.

Fig. 102. La sobreexplotación ganadera reduce la diversidad de especies y provoca el ataque del lobo a
especies domésicas.
112 El lobo ibérico en Ávila

B2. Riqueza de especies

Mapa 9: Representación de la variable B2. Riqueza de especies (Fuente: elaboración propia a partir de
la metodología de la fase 1).

La riqueza de especies es una medida aproximada de la diversidad de un ecosis-


tema. No mide la diversidad, únicamente es un sumatorio del número de especies
vegetales y animales presentes en cada cuadrícula en este caso. Sin embargo, el
Mapa 9 se parece al Mapa 8, en cuanto a que la zona de La Moraña posee unos
ecosistemas poco ricos. En dirección a Madrid se advierte una zona con una rique-
za alta, probablemente promovida por la orografía que conecta Ávila con Madrid.
Ésta provoca que se creen diferentes ecosistemas según la orientación y la altitud
y por ello el número de especies observadas es mayor. Lo mismo ocurre en la
vertiente suroeste de Gredos, en la que el índice de diversidad de Shannon ya nos
indicaba unos ecosistemas bastante diversos, la alta riqueza observada corrobora
lo antes predicho. En la zona central y la vertiente norte del sistema montañoso de
Gredos existe una riqueza limitada, promovida por la falta de heterogeneidad de la
orografía. A falta de riqueza de ecosistemas, la riqueza de especies también dismi-
nuye. Además, esas zonas están muy antropomorfizadas por los recientes cultivos
de fresas, entre otros productos, y el pastoreo en extensivo durante años.
¿Cómo vive? Evaluación del riesgo de ataques en Ávila 113

B3. Presencia de artiodáctilos

Mapa 10: Representación de la variable B3. Presencia de artiodáctilos (Fuente: elaboración propia a
partir de la metodología de la fase 1).

Fig. 103. Las especies de artiodáctilos como el corzo son las presas naturales preferidas por el lobo
ibérico.
114 El lobo ibérico en Ávila

Las especies de artiodáctilos que se han analizado para esta variable corres-
ponden con las presas naturales preferidas por el lobo ibérico: corzo (Capreolus
capreolus), ciervo (Cervus elaphus), jabalí (Sus scrofa) y cabra montesa (Capra
pyrenaica victoriae). Los datos, se han descargado del Inventario Nacional de Bio-
diversidad de 2016.
Exceptuando la zona de la Moraña, donde la ausencia de matorral y de bos-
que imposibilita la existencia de artiodáctilos, se puede concluir que el lobo tiene,
en principio, presas teóricas en toda el área de estudio. Sin embargo, no hay que
olvidar que, según el tamaño y experiencia de las manadas, éstas son capaces
de abatir diferentes especies de artiodáctilos (Grande del Brío, R., 2015). Así una
manada pequeña y sin experiencia no intentaría dar caza a un jabalí, por ejemplo,
ya que entraña un riesgo y un gasto energético demasiado elevado (Rodríguez de
la Fuente, F. 1978).

C. Censo de ataques

Mapa 11: Representación de la variable C1. Distancia euclídea a los ataques de 2016 y 2017 (1770
ataques) (Fuente: elaboración propia a partir de la metodología de la fase 1).
¿Cómo vive? Evaluación del riesgo de ataques en Ávila 115

En el Mapa 11 se distinguen a priori dos zonas donde se acumulan las distancias


más pequeñas, es decir, dos zonas donde los lobos tienden a atacar con mayor
asiduidad a la ganadería. La zona centro-este, al sureste de la ciudad de Ávila, en
las inmediaciones de los municipios de Tornadizos, Santa Cruz y El Herradón de
Pinares y la zona centro-suroeste, en los municipios de San Martín de la Vega del
Alberche y San Martín del Pimpollar. Se advierte también, la ausencia de ataques
en el norte, en la zona de La Moraña, esto se da probablemente, porque la ausencia
de vegetación de porte medio-alto imposibilita la existencia de lobos en la zona y no
facilita sus desplazamientos.

Fig. 104. Uno de los muchos recortes de prensa donde se denuncia el ataque de lobos, en este caso en
la localidad gredense de San Martín de la Vega del Alberche, durante la crisis del coronavirus.

También es importante destacar que, aunque se advierten distancias pequeñas


al sur del sistema montañoso de Gredos, éstas se dan únicamente porque se sufrió
un único ataque en 2016, provocado por un lobo solitario. La cría en el sur de este
sistema montañoso no ha sido confirmada, por lo que no hay población de lobos,
por ahora, en las provincias de Cáceres o Toledo. Sí se ha constatado, por otro
lado, la depredación esporádica de lobo sobre cabra montés en Gredos, por el tes-
timonio presencial de agentes medioambientales. Por lo que se intuye, que cuando
aumente la densidad de lobos, éstos se desplazarán cruzando Gredos hacia el sur
en búsqueda de nuevos territorios que recolonizar.
Para obtener más información, a continuación, se muestra una tabla con las
10 localidades con mayor número de ataques registrados durante los años 2016 y
2017 (Tabla 1).
116 El lobo ibérico en Ávila

Localidad N.º de ataques durante 2016 y 2017


Tornadizos de Ávila 219
Las Navas del Marqués 100
San Martín de la Vega del Alberche 94
Riofrío 82
Navalperal de Pinares 78
San Martín del Pimpollar 72
Santa Cruz de Pinares 71
Hoyocasero 65
Barraco 61
Peguerinos 50

Tabla 1: Representación de las 10 localidades con mayor número de ataques registrados durante 2016 y
2017 (Fuente: elaboración propia a partir de los datos de la Junta de Castilla y León).

Fase 2. Análisis estadístico del grado de dependencia


de las variables frente a los ataques
En esta fase se ha estudiado, mediante análisis estadístico, la relación cualita-
tiva y cuantitativa de las variables consideradas, en relación con la distancia a los
ataques de lobo en los años 2016 y 2017. El modelo resultante se ha aplicado en el
área de estudio, para verificar la fiabilidad de éste y considerar si en otros territorios
podría prever los futuros ataques.
Para este análisis se han utilizado, programas de cálculo estadístico que permi-
ten ajustar las variables a un modelo lineal generalizado.
Habiendo procesado todas las variables según lo descrito en la Fase 1, para
esta fase se han muestreado una serie de puntos, de los que hemos obtenido un
dato de cada variable. Esta cantidad de muestras deben ser lo suficientemente
amplia como para que estadísticamente representen el total del área de estudio. En
este caso particular se ha optado por tomar la misma cantidad de muestras que de
ataques, como se ha realizado en otros estudios de modelización de poblaciones
animales (Osborne et al., 2001; Manel et al., 2001). De esta manera se ha generado
una capa de puntos aleatorios dentro del área de estudio de 1770 (Mapa 15), que
corresponde con la cantidad de ataques registrados durante los años 2016 y 2017, y
que son de donde se tomaron los datos de las 11 variables. Es decir, el muestreo se
ha realizado de manera aleatoria, tomando un número de muestras suficiente para
que sean representativas del área total de estudio.
¿Cómo vive? Evaluación del riesgo de ataques en Ávila 117

Posteriormente, extraídos los datos de cada variable para cada punto del mues-
treo, las variables A1, A3 y B3 (distancia a edificaciones, a carreteras secundarias y
presencia de artiodáctilos), carecen de influencia en el modelo, porque sus límites
pasan por el 0 y porque su coeficiente p es mayor a 0,05 (tablas 2 y 3), o dicho de
otra manera, no son estadísticamente significativas en los ataques de lobos a la
ganadería.

Suma de Cuadrado
Variable Gl Razón-F Valor-P
Cuadrados Medio
A1. Distancia a
709277, 1 709277, 0,02 0,8765
edificaciones
A2. Distancia a
4,33015E9 1 4,33015E9 147,41 0,0000
carreteras principales
A3. Distancia
a carreteras 4,81058E7 1 4,81058E7 1,64 0,2006
secundarias
A4. Densidad de
1,39059E8 1 1,39059E8 4,73 0,0296
carreteras
A5. Densidad de
8,95596E8 1 8,95596E8 30,49 0,0000
población
A6. Intensidad
2,61793E9 1 2,61793E9 89,12 0,0000
ganadera
B1. Índice de
1,90883E10 1 1,90883E10 649,84 0,0000
Shannon
B2. Riqueza de
1,30778E9 1 1,30778E9 44,52 0,0000
especies
B3. Presencia de
6,03603E7 1 6,03603E7 2,05 0,1517
artiodáctilos
B4. Distancia a
3,91414E8 1 3,91414E8 13,33 0,0003
hidrografía
Residuo 5,09343E10 1734 2,93739E7

Tabla 2: Resultados del primer ajuste con Statgraphics (Fuente: elaboración propia).
118 El lobo ibérico en Ávila

Error Límite Límite


Parámetro Estimado V.I.F.
Estándar Inferior Superior
CONSTANTE 14491,7 838,118 12849,1 16134,4
A1. Distancia a
-0,0179596 0,115576 -0,244486 0,208567 2,3186
edificaciones
A2. Distancia
a carreteras 0,299602 0,0246759 0,251238 0,347966 1,39604
principales
A3. Distancia
a carreteras -0,146018 0,114101 -0,369651 0,0776156 2,18594
secundarias
A4. Densidad de
-42416,6 19494,7 -80625,7 -4207,56 1,35221
carreteras
A5. Densidad de
-0,280647 0,050826 -0,380265 -0,18103 1,10804
población
A6. Intensidad
-3,39528 0,359648 -4,10018 -2,69038 1,21964
ganadera
B1. Índice de
-7686,62 301,531 -8277,61 -7095,63 2,68559
Shannon
B2. Riqueza de
50,7998 7,61333 35,8779 65,7216 2,35001
especies
B3. Presencia de
1337,2 932,827 -491,111 3165,51 3,22733
artiodáctilos
B4. Distancia a
0,469973 0,128746 0,217634 0,722312 1,03544
hidrografía

Tabla 3: Resultados del primer ajuste (Fuente: elaboración propia).

Realizados los ajustes sin estas variables estadísticamente insignificantes, el mo-


delo considera a las variables comparadas como influyentes en los ataques del lobo a
la ganadería. Ha sido necesario desechar A1 (tabla 4), que era la distancia euclídea a
los núcleos de población. Como se puede observar, las distancias eran muy homogé-
neas en casi todo el territorio. Es por esto por lo que el modelo no las ha considerado
influyentes, porque al tener valores similares en el área de estudio, no es determinan-
te. Lo mismo ocurre con las carreteras secundarias, variable A3. Las distancias euclí-
deas a ellas eran similares en todo el territorio y, además, la capacidad de adaptación
del lobo le habrá proporcionado, probablemente, la pérdida de miedo a atravesar ca-
rreteras de pequeñas dimensiones, como así lo demuestran los numerosos atropellos
sufridos en las carreteras. También se ha desechado la presencia de artiodáctilos. Era
también de esperar tras ver los resultados, ya que su presencia estaba confirmada en
todo el territorio menos en la zona norte, donde tampoco hay lobos.
¿Cómo vive? Evaluación del riesgo de ataques en Ávila 119

Fig. 105. Atropello de un lobo en una carretera comarcal de la provincia de Ávila.

Suma de Cuadrado
Variable Gl Razón-F Valor-P
Cuadrados Medio
A2. Distancia a carreteras
4,63262E9 1 4,63262E9 157,56 0,0000
principales
A4. Densidad de carreteras 2,16322E8 1 2,16322E8 7,36 0,0067
A5. Densidad de población 9,29141E8 1 9,29141E8 31,60 0,0000
A6. Intensidad ganadera 2,53127E9 1 2,53127E9 86,09 0,0000
B1. Índice de Shannon 3,09499E10 1 3,09499E10 1052,62 0,0000
B2. Riqueza de especies 1,98222E9 1 1,98222E9 67,42 0,0000
B4. Distancia a hidrografía 3,58991E8 1 3,58991E8 12,21 0,0005
Residuo 5,10726E10 1737 2,94027E7

Tabla 4: Resultados del ajuste definitivo a un modelo lineal generalizado (Fuente: elaboración propia).
120 El lobo ibérico en Ávila

Con el error estimado (tabla 5), se puede ver de qué manera relaciona el modelo
las variables con la distancia a los ataques.

Error Límite Límite


Parámetro Estimado V.I.F.
Estándar Inferior Superior
CONSTANTE 14215,7 827,226 12594,4 15837,1
A2. Distancia a carreteras
0,289015 0,0230251 0,243886 0,334143 1,2143
principales
A4. Densidad de carreteras -51236,0 18889,4 -88258,7 -14213,4 1,2683
A5. Densidad de población -0,284699 0,0506453 -0,383962 -0,185436 1,0991
A6. Intensidad ganadera -3,21817 0,346843 -3,89797 -2,53836 1,13322
B1. Índice de Shannon -7386,3 227,662 -7832,51 -6940,09 1,52944
B2. Riqueza de especies 55,2475 6,72869 42,0595 68,4355 1,83381
B4. Distancia a hidrografía 0,447891 0,128181 0,19666 0,699122 1,02536

Tabla 5: Resultados del ajuste definitivo a un modelo lineal generalizado (Fuente: elaboración propia).

A2. Distancia a carreteras principales

El error estimado es positivo, por lo que el modelo interpreta que, a mayor dis-
tancia a carreteras principales, mayor será la distancia a los ataques. En otras pala-
bras, a mayor distancia a carreteras principales, menor será la probabilidad de sufrir
ataques por lobo. Su coeficiente es bastante bajo, por lo que el peso de la variable
en el modelo es también bajo.

A4. Densidad de carreteras

El error estimado es negativo, por lo que el modelo interpreta que, a menor


densidad de carreteras, mayor distancia a los ataques. O lo que es lo mismo, que
los territorios con menor densidad de carreteras, presentan menos probabilidad de
sufrir ataques de lobo. Cualitativamente hablando viene a expresar lo mismo que la
variable A2. Parece que queda patente que, a más carreteras, ya sea en términos
de densidad (A4) o de distancia (A2), mayor será la probabilidad de que el ganado
se vea afectado por el lobo. Esto puede tener una explicación obvia. Las zonas
de pasto donde se encuentra el ganado en extensivo suelen tener numerosas ca-
rreteras a su alrededor. Precisamente los ganaderos buscan zonas de pasto bien
conectadas por carreteras, para facilitar sus labores de cuidado. Por ello habrá más
ganado en zonas con muchas carreteras y por ende, más ataques. Esta variable,
según el modelo ajustado, es la más determinante, pues posee el coeficiente de
¿Cómo vive? Evaluación del riesgo de ataques en Ávila 121

mayor valor. En estudios anteriores de modelización de poblaciones de lobo, esta


variable también es la más determinante (Corsi, F., et al., 1999).

A5. Densidad de población

Esta variable es interpretada como inversamente dependiente a la distancia a


los ataques. Es decir, a menor densidad de población, mayor será la distancia a los
ataques y menor la probabilidad de ataque. También llama la atención que ocurre lo
que, en las variables anteriores, a mayor actividad humana, mayor probabilidad de
sufrir ataques. En este caso, a mayor densidad de habitantes, mayor probabilidad
de sufrir ataques. Puede ser porque en las zonas más habitadas, suelen ser las
más degradadas y por lo tanto el lobo no puede desarrollar de manera óptima sus
labores de caza, ya sea por la ausencia de presas potenciales o por la ausencia de
ecosistemas aptos para su supervivencia. El coeficiente de esta variable es bajo, de
magnitud similar a A2, por lo que no es muy influyente en el modelo.

A6. Intensidad ganadera

El error estimado es negativo. Se interpreta por tanto que, como era de esperar,
cuanto mayor sea la intensidad ganadera, mayor será la probabilidad de que el ga-
nado sea depredado por el lobo. Su coeficiente es medio-bajo, tiene cierto peso en
el modelo, pero no es de las variables más determinantes.

B1. Índice de diversidad de Shannon

El coeficiente es negativo y de magnitud considerable. Esto implica que, a me-


nores índices de diversidad, menor será la probabilidad de sufrir ataques de lobo,
es decir que la mayoría de los ataques se dan en lugares con índices de diversidad
elevados. Para interpretarlo, se hace necesario de nuevo pensar en qué lugares
pasta el ganado. En el caso del área de estudio, por lo que se ha observado in situ
y por la información manejada, el ganado pasta por casi todos los espacios no mon-
tañosos. Las zonas con menores índices de diversidad se corresponden con áreas
de cultivo, en uso o abandonadas. Es decir, que las vacas no pastan en los lugares
con los índices de diversidad más bajos y por ello no pueden ser atacadas por lobo
en estos lugares. Las zonas donde pasta este ganado suelen ser zonas con índices
de diversidad medios, en el área de estudio analizado. El coeficiente posee una
magnitud considerable y la variable es considerada por el modelo como la segunda
más influyente en el modelo, después de la A4.
122 El lobo ibérico en Ávila

Fig. 106. Ganado pastando en praderías bajas dentro de la zona de estudio.

B2. Riqueza de especies

El coeficiente es positivo, lo que se interpreta como que los ataques se dan más
en los lugares menos ricos. Esto puede interpretarse de dos maneras. Bien el lobo,
en lugares poco ricos solo tiene opción de depredar sobre ganado o que bien el
ganado siempre está establecido en los lugares más humanizados y menos ricos,
es por esto por lo que los ataques se dan más en las zonas descritas. Su magnitud
es considerable y el modelo la establece como la tercera variable más influyente.
¿Cómo vive? Evaluación del riesgo de ataques en Ávila 123

Fase 3. Aplicación de las variables influyentes


Esta fase es la última para la obtención del mapa de probabilidad de ataques.
Representa, por tanto, la probabilidad que, según el modelo creado, poseen las di-
ferentes localizaciones del área de estudio a sufrir ataques de lobo en su ganadería.
Esto nos permite comparar si lo previsto por el modelo se ajusta a los ataques de
2016 y 2017 censados y, por lo tanto, si el modelo es capaz de prever los ataques
de lobo en zonas donde se piensa que tarde o temprano volverá a recolonizar.
Además, existe un dato estadístico, que indica el grado de confianza del modelo: el
coeficiente de determinación (R2). Este coeficiente determina la calidad del modelo
para replicar resultados y la proporción de variación de los resultados que puede
explicarse mediante dicho modelo. Aplicado al modelo creado sería la proporción de
los ataques que el modelo sería capaz de predecir.

Mapa 12: Mapa probabilidad de ataques por lobo ibérico en el área de estudio seleccionada (Fuente:
elaboración propia a partir de la metodología de la fase 1, 2 y 3).
124 El lobo ibérico en Ávila

Mapa 13: Mapa de probabilidad de ataque según el modelo y ataques reales registrados (Fuente: elabo-
ración propia según metodología de fases 1, 2 y 3 y datos de la Junta de CYL).

En los Mapas 12 y 13, se comparan la probabilidad de ataques con los ataques


reales registrados durante los años 2016 y 2017.
A primera vista sí que nos sitúa las zonas de mayor probabilidad a lo largo del
centro del área de estudio, y nos elimina con bastante precisión zonas con probabi-
lidad nula como son la Moraña y las áreas más al sur.
El área de Tornadizos está clasificada con probabilidad baja y sin embargo es
donde más ataques se localizan. Esta localidad, merece mención aparte. Ya se vio
en la tabla 1, que era la localidad más afectada por ataques. De hecho, sufría un
100% más de ataques que la segunda localidad más afectada. Este dato delata
que algo particular ocurre en Tornadizos, que nada tiene que ver con las variables
consideradas. Es una localidad en la que, por raza bovina utilizada, por manejo de
ganado (dos variables no consideradas) o por algún otro factor que se escapa a
nuestra comprensión, sufre una cantidad de ataques, desproporcionada con res-
pecto al resto de zonas, que el modelo creado no es capaz de predecir.
La otra área en las que existe una cierta discrepancia es entre San Martin de la
Vega del Alberche y San Martín del Pimpollar. En esa zona, una planicie sin vegeta-
ción leñosa, el modelo prevé una probabilidad media y, sin embargo, es otra de las
áreas con más ataques de todo el territorio de estudio.
En términos generales se puede decir que el modelo prevé con bastante preci-
sión las zonas con baja probabilidad de ataque, pero no es capaz de predecir las
zonas donde más ataques se van a dar.
¿Cómo vive? Evaluación del riesgo de ataques en Ávila 125

Fig. 107. La raza de ganado vacuno es determinante en cuanto a la presión de ataque. La vaca negra
avileña sabe defender a sus terneros frente al lobo a diferencia de otras razas.

Como resumen podemos decir que ciertamente el modelo da explicación a casi


un 50% de los ataques, como ya nos indicaba su coeficiente de determinación. Por
lo tanto, su uso podría ser útil, para descartar zonas con riesgo nulo, pero no para
determinar dónde se van a dar el grueso de los ataques. Habría que tener en cuenta
las razas de ganado vacuno. Es sabido que cuando la raza es autóctona, la avileña,
la previsión de ataques, y desde luego el porcentaje de éxitos, es ostensiblemente
menor que cuando la raza implicada es alóctona. La vaca negra avileña ha evolu-
cionado junto al lobo y sabe defender a sus terneros frente al lobo. Otras variables
que deberían considerarse en estudios futuros es la presencia real del ganadero
en el campo, la vigilancia y la presencia de medios, como mastines, frente al lobo.
Considerando el número de ataque de lobo a la ganadería en términos absolutos
respecto al número de cabezas de ganado de la provincia, la incidencia estadística
de los mismo es inexistente, pero se comprende que en términos relativos la presión
del lobo sobre el ganado es mucha para varios ganaderos.

Mapa de riesgo de ataques

Realizando las operaciones descritas en la metodología obtenemos el mapa de


riesgo para el área de estudio (Mapa 14).
126 El lobo ibérico en Ávila

Mapa 14: Mapa de riesgo en el área de estudio (Fuente: elaboración propia a partir de la metodología
de la fase 1, 2 y 3).

Como se advierte, los resultados se han suavizado y concre-


tado con respecto al mapa de probabilidad anterior, de manera
que se ajusta mejor a la realidad de los ataques.
¿Cómo vive? Evaluación del riesgo de ataques en Ávila 127

Mapa 15: Mapa de riesgo con los ataques de 2016 y 2017 (Fuente: elaboración propia a partir de la
metodología y de los datos de la JCyL).

Como se observa en el Mapa 15, la precisión es mucho mayor cuando se habla


de riesgo que de probabilidad. Más del 90% de los ataques se localizan en zonas
con riesgo alto o muy alto. Considera a Tornadizos, por ejemplo, una zona de riesgo
alto, cuando antes no la consideraba dentro de las zonas más probables para re-
gistrar ataques. Además, discrimina casi a la perfección las zonas con riesgo nulo,
donde no hay ningún ataque registrado.
9.
¿CÓMO CONSERVARLA?
Estado actual, conflictos
y soluciones
130 El lobo ibérico en Ávila

9. ¿Cómo conservarla?
Estado actual, conflictos y soluciones
Estado Actual de la especie
Desde la constitución de la Unión Europea, la gestión de especies silvestres se
planifica a escala europea. El Convenio de Berna, firmado en 1979, relativo a la
Conservación de la Vida Silvestre y el Medio Natural de Europa, incluye al lobo en el
Anexo II, que le confiere a la especie la categoría de estrictamente protegida. Espa-
ña ratificó el acuerdo en 1986 (BOE-A-1986-25961) pero, junto con otras especies,
se decidió incluirla en el Anexo III, donde se cataloga como especie protegida, pu-
diendo ser objeto de caza. Más tarde, la Directiva Hábitats (92/43/CEE), cataloga al
lobo como “Especie de interés comunitario”, con el objetivo de que la especie pueda
seguir constituyendo un elemento vital de los hábitats y de asegurar la no reducción
presente ni futura de sus poblaciones.

Fig. 108. Distribución de las manadas de lobos en torno al río Duero (Fuente: Junta de Castilla y León).

La legislación española transpone dicha Directiva en la Ley 42/2007, de 13 de


diciembre, del Patrimonio Natural y de la Biodiversidad. Sin embargo, se distinguen
2 niveles de protección en la Península en base al río Duero. Los lobos residentes
al sur de este río se encuentran dentro del Anexo II (“especies animales y vegeta-
les de interés comunitario, para cuya conservación es necesario designar zonas
especiales de conservación) y en el anexo IV (“especies de animales y vegetales
de interés comunitario que requieren una protección estricta”). Mientras, los lobos
al norte del Duero se encuentran en el Anexo V (“especies animales y vegetales de
interés comunitario, cuya recogida en la naturaleza y explotación pueden ser objeto
¿Cómo conservarla? Estado actual, conflictos y soluciones 131

de medidas de gestión”). Adicionalmente la ley 42/2007 crea el Listado de Especies


Silvestres en Régimen de Protección Especial, donde se incluyen futuras poblacio-
nes en Andalucía, Castilla-La Mancha y Extremadura, que estarían sujetas a pro-
tección especial. Sin embargo, debido a los numerosos ataques al sur del Duero, se
expiden permisos de control poblacional, avalados por el “Plan de Gestión del Lobo”
(aprobado por el Decreto 28/2008). Además, las Comunidades Autónomas tienen
una disparidad de criterios amplia, y al poseer cierto margen legislativo, encontra-
mos al lobo en diferentes estados legales.

Fig. 109. Lobos abatidos al sur del Duero por la patrulla de seguimiento de la fauna de la Junta de Castilla
y León (2011-2016).

Así en Castilla y León, es especie cinegética al norte del Duero. Los cupos para
su caza se establecen anualmente en la “Orden anual de caza de Castilla y León”
(FYM/528/2017). Al sur de dicho río, es especie estrictamente protegida, pero se
realizan controles poblacionales, abatiendo ejemplares por parte de los agentes
públicos según el “Plan de Gestión del Lobo”. En Ávila, nos encontramos en esta úl-
tima situación, donde la especie está estrictamente protegida, pero periódicamente
los agentes abaten, con permisos especiales, ejemplares de lobo ibérico con el fin
de mitigar los ataques a la ganadería, lo que en la práctica contraviene la directiva
hábitats de la Unión Europea y no va en consonancia con la ecología del lobo, tal y
como se ha explicado en capítulos anteriores.
132 El lobo ibérico en Ávila

Fig. 110. Evolución de la distribución del lobo al sur del Duero (donde la especie está protegida) en el
período 2002 (izquierda) y 2012 (derecha). Como se puede apreciar el área de distribución ha aumen-
tado en un 26%.

Por ello, no puede decirse que la especie se encuentre actualmente “en peligro
de extinción” en términos generales. Otra cosa es que algunas poblaciones sí lo
estén a nivel local o regional, como les ocurre a los lobos ibéricos que sobreviven en
Andalucía. El status jurídico del lobo es ciertamente ambiguo en nuestra Península,
pues mientras que en Portugal es una especie “estrictamente protegida”, en Espa-
ña cada Autonomía tiene su propia normativa legal con relación a la especie, de
modo que en algunas Comunidades goza “oficialmente” de protección (Andalucía,
Castilla-La Mancha y Extremadura, donde prácticamente no quedan lobos), y en
otras es especie cinegética (Castilla y León, Galicia, La Rioja, Cantabria) o tiene un
status jurídico “especial”, como en Asturias, donde no es especie protegida ni cine-
gética, y es la guardería del Principado la que realiza “controles” de lobos cuando se
producen daños reiterados a la ganadería o lo estiman oportuno por “otros motivos”
los responsables de Medio Ambiente.
¿Cómo conservarla? Estado actual, conflictos y soluciones 133

Análisis del conflicto


Como ya hemo comentado, el conflicto entre el hombre y el lobo viene desde
hace cientos, incluso miles de años. Desde que el ser humano comienza a criar
al ganado y todos los grandes depredadores vulneran su seguridad, y la de otros
bienes privados.

SOCIALES ECONÓMICOS GANADERÍA ETOLÓGICOS

• Ganaderos • CyL produce el 22% • Ganado vacuno en • Súperdepredador


• Cazadores de vacuno semilibertad • Especialización
• Conservacionistas • Ávila es la 2.ª pro- • Descenso de razas predatoria
• Gestores vincia en n.º cabe- autóctonas
zas de bovino • Pérdida de manejo
• Compensaciones tradicional
insuficientes y a
destiempo
Fig. 111. Esquema de todos los agentes implicados en el análisis del conflicto.

Se han dado diferentes intensidades y metodologías de erradicación de este


superdepredador, así como de otros de su misma función ecológica, pero con el
aumento del conocimiento científico y de la sensibilidad ambiental social, se ha lo-
grado mantener poblaciones viables de la mayoría de grandes carnívoros.

Fig. 112. Manifestación de diferentes colectivos agroganaderos en contra del lobo.


134 El lobo ibérico en Ávila

Fig. 113. Recorte de prensa ironizando sobre la sentencia del Tribunal Superior de Justicia en contra de
la caza del lobo.

Aunque siempre se ha considerado al lobo ibérico y al resto de especies de


lobos, especies problemáticas, en los últimos años, los niveles de conflicto en Es-
paña están alcanzando niveles de crispación nunca antes vistos (Muñoz Cobo, J.,
2003). Esto ocurre, sobre todo, en las zonas rurales donde hasta hace pocos años
la población de lobos había desaparecido. Además, se está convirtiendo en un tema
muy comentado y tergiversado en medios informativos y hasta un tema de debate
político, algo que no puede darse en temas científicos, pues la ciencia es la que es
y debe permanecer al margen de las ideologías. Las reuniones para la conservación
o gestión del lobo que se dan periódicamente están plagadas de descalificaciones
entre bandos y en raras ocasiones acaban con el quorum de los miembros presen-
tes. En resumen, se está llegando a una situación insostenible que nada bueno va
a traer para la conservación del lobo ibérico, ni para la ganadería. Sin embargo, hay
que puntualizar que en esta ocasión España no representa un caso particular, ya
que el nivel de crispación está aumentando en todos los lugares del planeta donde
el lobo había desaparecido y ahora está retornando. Así en Yellowstone, parque
nacional bandera en la conservación del lobo, por la reintroducción más que satis-
factoria de esta especie en 1995 y 1996, restaurando el compendio de ecosistemas
del lugar (Carrol, C., 2003) ha autorizado la caza de lobos, en las inmediaciones del
parque en 2017. En Dinamarca, donde hace más de 50 años que no había pobla-
ciones de lobos estables, se han abatido ilegalmente los primeros lobos recoloni-
zadores en 2018. Numerosos grupos sociales se ven implicados en este conflicto.
Los ganaderos, los primeros damnificados, exigen medidas de gestión basadas casi
siempre en el control poblacional, piensan combatir al lobo igual que hicieron sus
ancestros, pero los conocimientos y técnicas de estos años nada tienen que ver
¿Cómo conservarla? Estado actual, conflictos y soluciones 135

con lo que se conocía y se disponía en esos tiempos. Los ecologistas defienden


la protección total de la especie, que conllevaría probablemente un aumento de la
crispación y un aumento desproporcionado de muertes de lobo ilegales (Kellert, S.,
1991). Por otra parte, los cazadores reclaman, al igual que los ganaderos, medidas
de gestión por considerar que el lobo disminuye los beneficios por caza, cosa del
todo errónea, ya que son los “peores” individuos (en términos de trofeo de caza), los
que son abatidos por el lobo. Este grupo social, reclama además que ese control
poblacional lo realicen ellos para poder abatir a lobos y obtener el tan ansiado tro-
feo. Los gestores sufren, por un lado, presiones políticas y por el otro, son criticados
tanto por ganaderos como por conservacionistas. En cualquier caso, desequilibrar
un ecosistema por sobreexplotación (ganadería masiva, exceso de Caza, extraccio-
nes madereras, etc.) y luego querer arreglarlo mediante la solución de dar muerte al
lobo, no es ni mucho menos la forma de arreglar los problemas.

Fig. 114. Grupos ecologistas y conservacionistas se manifiestan en favor del lobo.


136 El lobo ibérico en Ávila

Fig. 115. cazadores reclaman, al igual que los ganaderos, medidas de gestión por considerar que el lobo
disminuye los beneficios por caza.

Fig. 116. Recorte de prensa original de 1960. Batida de lobos en Ávila (La Paramera) por cazadores de
Riofrío.
Esto ocurre en España, pero como ya se ha mencionado, es un fenómeno de
dimensiones igual de amplio que la distribución del lobo en el planeta y donde no
habita este animal, la problemática es casi idéntica con otros grandes depredadores
como protagonistas. Nos encontramos pues ante un problema del ser humano con
los grandes depredadores en general. El problema de base es que el nivel de de-
sarrollo alcanzado por el ser humano es tan alto, que se olvida de que depende de
su medio ambiente al igual que el resto de los seres vivos para su supervivencia y
este medio ambiente, nos resulte incómodo o no, depende también de los grandes
depredadores para su funcionamiento óptimo.
Para abordar el conflicto hay que abordar varios temas por separado. Es precisa-
mente por esto por lo que se está convirtiendo en un problema mayúsculo, porque
al mismo tiempo hay que lidiar con factores económicos, factores ecológicos/etoló-
gicos y además sociales.

Fig. 117. El ataque al ganado de perros asilvestrados agrava el problema a la hora de discernir, por parte
de la administración, al culpable de las muertes.

Se abordarán ahora diferentes factores influyentes del conflicto, empezando por


intentar dar respuesta a ¿por qué atacan los lobos al ganado?
138 El lobo ibérico en Ávila

Factores etológicos/ecológicos del lobo


Como ya hemos analizado en anteriores capítulos, el lobo (Canis lupus), es un
gran depredador que se encuentra en la cúspide de la cadena alimenticia y aunque
se encuentra en otros ambientes, en ocasiones comparte su nicho ecológico, con
otros superdepredadores como, pumas, tigres o leopardos (Cortés, 2001). Con es-
tas especies o en solitario, depreda sobre grandes y medianos fitófagos, al tratarse
de un animal casi exclusivamente carnívoro (Mech, 1970). En ambientes naturales,
en cada zona, el lobo se ha especializado en la captura de una o dos especies. En
el caso del lobo ibérico se ha especializado en la caza del corzo (Grande del Brío,
R., 2015). Además, todas las especies de lobos al igual que todos los grandes car-
nívoros se han especializado en la captura de individuos muy jóvenes, enfermos,
en definitiva, los individuos con las peores condiciones físicas (Mech et al., 1998).
En ambientes antrópicos, el hombre ha sustituido los ungulados silvestres por
cabezas de ganado y, por ende, el lobo ha modificado su dieta adaptándose a las
nuevas condiciones de los nuevos ambientes, incluyendo en su dieta el ganado
(Cortés, 2001).
Aquí encontramos la primera razón de porqué el lobo ataca a la ganadería. El ga-
nado es visto por los depredadores como individuos mermados físicamente. El ejer-
cicio de la domesticación ha provocado la pérdida de capacidades de alerta y sobre
todo ha generado una merma física en todas las especies domesticadas. Para vi-
sualizarlo es tan sencillo como imaginarnos a un muflón (ascendiente de las ovejas)
y a una oveja. El animal salvaje sigue siendo extremadamente ágil y se encuentra
en permanente alerta, por lo que al lobo le implicará un alto gasto energético aba-
tirlo, mientras que una oveja probablemente no se dará cuenta de la presencia del
lobo hasta el momento en el que ya poco o nada puede hacer para defenderse. El
ganado es comida que implica un mínimo gasto energético y un riesgo muy escaso
para su obtención (Meriggi et al., 1996). Por ello en zonas donde coexisten lobo y
ganadería, existen daños y estos no corresponden a un comportamiento anormal
de los lobos, ya que únicamente están ocupando su nicho ecológico, abatiendo las
piezas con peores condiciones físicas.
Otro aspecto clave en el conflicto que se da por razones ecológicas es el horario
y la estacionalidad de los ataques. El lobo es un animal predominantemente noc-
turno, encontrándose su máxima actividad dos horas después del anochecer y al
amanecer (Grande del Brío, R., 2015).
¿Cómo conservarla? Estado actual, conflictos y soluciones 139

Fig. 118. El ejercicio de la domesticación ha provocado la pérdida de capacidades de alerta y sobre todo
ha generado una merma física en todas las especies domesticadas.

El ganado en Ávila es predominantemente vacuno y se cría en semilibertad.


Durante la noche, el ganadero no está presente y si éste no posee ninguna medida
disuasoria, el ganado se encuentra completamente vulnerable al lobo, que como se
ha comentado anteriormente, preferirá abatir una res sin peligro y sin protección,
que realizar una búsqueda y captura de un gran fitófago. Hay que mencionar tam-
bién que, aunque el cánido posee clara preferencia por la noche, el clima puede
conllevar a su actividad diurna. En días de neblina, oscuros, los lobos alargan los
periodos activos durante el día y atacan al ganado a plena luz (Muñoz Cobo, J.,
2003).
El reparto de los ataques a lo largo del año varía según la región de la Península
Ibérica en la que se encuentre. Depende de la reproducción del lobo, de la presen-
cia de presas salvajes asequibles y del manejo del ganado (Muñoz Cobo, J., 2003).
140 El lobo ibérico en Ávila

Fig. 119. Oveja (arriba) y cabra (abajo) devoradas por lobos.

En los sistemas montañosos del norte de España, la cantidad de ataques a la


ganadería llega a su máximo durante mayo, octubre y noviembre (García-Gaona,
et al., 1990). Esto se da porque en mayo es el mes durante el cual se dan la gran
mayoría de los partos del ganado equino y los potros se convierten en la presa pre-
ferida del lobo.
¿Cómo conservarla? Estado actual, conflictos y soluciones 141

También coincide con el comienzo de la lactancia para muchas manadas, lo que


podría derivar en la necesidad de asegurar la ingesta de proteínas. El aumento en
octubre y noviembre en esas regiones puede corresponder con la incorporación a la
caza de los lobatos que, ya tan corpulentos como los adultos, comienzan a aprender
las técnicas usadas por sus progenitores.

Fig. 120. Potros devorados por lobos. Son presa fácil después de los partos primaverales
142 El lobo ibérico en Ávila

En Sierra Morena, la mayoría de los ataques se dan durante el invierno, incor-


porando un patrón diferente al resto de la península. Parece responder a que, en
esa región, el ganado es mucho más accesible durante esos meses (Muños Cobo,
J., 2003).
En Castilla, según investigaciones, los máximos se dan en agosto y en octubre
coincidiendo con el periodo de máximo desarrollo de los lobatos y la incorporación
de estos a la caza (Cortés, 2001).
En el caso particular de Ávila, se ha analizado la estacionalidad de los ataques
a partir del registro de ataques de 2016 y 2017, cedido por la Junta de Castilla y
León. (Tabla 6).

Mes N.º de ataques registrados durante 2016 y 2017


Enero 86
Febrero 95
Marzo 114
Abril 118
Mayo 127
Junio 148
Julio 152
Agosto 154
Septiembre 177
Octubre 183
Noviembre 196
Diciembre 220
Total 1770

Tabla 6: Número de ataques registrados mensualmente durante 2016 y 2017 en la provincia de Ávila
(Fuente: elaboración propia a partir del registro de ataques de la Junta de CYL).
¿Cómo conservarla? Estado actual, conflictos y soluciones 143

Como se advierte en la Tabla 6, el mayor número de ataques se condensa en los


meses de octubre, noviembre y diciembre. En octubre y en noviembre, los lobatos
del año se incorporan a las cacerías para comenzar el aprendizaje. Además, am-
bos meses corresponden con el periodo del año en el cual los lobos se encuentran
reunidos en las manadas más numerosas, antes de comenzar el celo a finales de
diciembre. Claramente se observa una preferencia a los ataques a la ganadería
durante el invierno. Pero, se observa que en enero, el mes con más nevadas en la
provincia, se da el mínimo de ataques, podemos concluir que no se debe a las difi-
cultades climáticas. Por lo tanto, si el máximo se da a finales del otoño y principios
del invierno, y no depende del clima por el claro descenso en enero y febrero, me-
ses aún más fríos y nevados, la razón ha de responder a características ecológicas
intrínsecas del lobo.
Estos meses en los que los ataques son máximos, corresponden a los meses en
el que los lobos deben prepararse para el apareamiento, pues las hembras entran
en celo a finales de diciembre o durante el mes de enero. Viendo las estadísticas
de los ataques y analizando la climatología en cada uno de ellos, parece esta la
razón más imperiosa para la estacionalidad de los ataques; la preparación de los
lobos para la reproducción. A esta explicación hay que añadir que es en octubre
aproximadamente cuando los lobatos comienzan a cazar, y durante el aprendizaje
los progenitores buscarán siempre las presas más débiles para que comiencen a
desarrollar las técnicas de caza, por lo que el ganado se convierte en presa clave
para el aprendizaje de las técnicas de caza por parte de los jóvenes lobatos (Rodrí-
guez de la Fuente, F., 1978).

Fig. 121. Es en octubre aproximadamente cuando los lobatos comienzan a cazar, y durante el apren-
dizaje los progenitores buscarán siempre las presas más débiles para que comiencen a desarrollar las
técnicas de caza.
144 El lobo ibérico en Ávila

Fig. 122. La lobada es el fenómeno por el cual los lobos matan en numerosas ocasiones, muchas más
cabezas de ganado de la que son capaces de ingerir.

Por último, en este análisis de los factores de la autoecología del lobo que influ-
yen en su depredación sobre la cabaña ganadera hay que analizar lo que le impulsa
a este animal a matar en numerosas ocasiones, muchas más cabezas de ganado
de la que es capaz de ingerir. Este fenómeno es conocido comúnmente como “lo-
badas”. El etólogo holandés Nikolaas Tinbergen, habló del concepto de “energía de
acción específica” que podría responder a parte de este fenómeno. Según este etó-
logo, los depredadores van acumulando energía específica para el desarrollo de la
caza a medida que se van agotando sus reservas de alimento en el cuerpo. Cuando
estas reservas llegan a mínimos, la energía de acción específica acumulada para
la caza se encontraría en su máximo. Es entonces cuando se disponen a realizar la
cacería para la cual han ido acumulando la energía. Esta se gasta durante la per-
secución y el combate, pero si este no existe, como ocurre en el fenómeno de las
lobadas, pues este fenómeno suele darse en espacios cerrados sin vigilancia, los
depredadores procurarán gastar esa energía de acción específica en el abatimiento
de cuantas presas pueda, hasta agotar dicha energía. Esto podría explicar el fenó-
meno, pero otro aspecto a analizar es que en un estudio realizado en Extremadura
(Castroviejo, J. et al, 2000), dónde se analizó las características de los ataques, se
constató que con la vigilancia de un pastor el número abatido de ovejas por ataque
descendió de un margen de 1-30 ovejas por ataque a 1-14 ovejas por ataque. Lo
que indica que la presencia humana influye en el gasto de energía de acción espe-
cífica por parte de los lobos.
¿Cómo conservarla? Estado actual, conflictos y soluciones 145

Manejo y tipología del ganado


Las razas de vacuno típicas del área de estudio son la negra avileña y la moru-
cha principalmente. Ambas razas han sido utilizadas de la misma manera durante
muchos años y son razas reconocidas por los ganaderos por su robustez, su forta-
leza ante inclemencias del tiempo o enfermedades y por la defensa de sus terneros.
Además, al tratarse de razas que siempre han sido criadas en semilibertad, no
suelen presentar problemas durante el parto y los recién paridos presentan menor
vulnerabilidad en sus primeras horas de vida. Por el contrario, son razas menos
productivas, al ser de menor tamaño y poseer tasas de natalidad más bajas.

Fig. 123. Vaca negra avileña. Esta raza de vaca siempre ha sido criada en semilibertad y los recién pari-
dos presentan menor vulnerabilidad en sus primeras horas de vida.

Ante esto, desde hace ya varios años, se ha comenzado a sustituir estas razas
autóctonas, acostumbradas a la supervivencia en estas latitudes, por razas más
productivas como charolés o limousin. Estas razas, mucho más productivas en ca-
nal y con mayores tasas de natalidad, sin embargo, no están acostumbradas a la
vida en semilibertad. Suelen tener problemas durante los partos sin asistencia de
personal, los terneros son más vulnerables y los progenitores no saben, porque
no poseen el instinto genético, defender a su progenie de los depredadores. Esto
supone más facilidad para el lobo, pues en ocasiones, ni siquiera encuentra ningún
tipo de oposición.
146 El lobo ibérico en Ávila

Fig. 124. Vaca Limousin. Esta raza, al igual que la Charoles, es mucho más productiva en canal y con
mayores tasas de natalidad, sin embargo, no está acostumbrada a la vida en semilibertad, esto supone
más facilidad para el lobo, pues en ocasiones, ni siquiera encuentra ningún tipo de oposición.

Además, hay que analizar la vigilancia. En la ganadería extensiva, el ganadero


visita a su rebaño una vez al día para alimentación suplementaria, y en una o dos
ocasiones más al día si se requiere de asistencia a partos, movimientos de gana-
do, separado de terneros, análisis veterinarios, etc. Es decir, el ganado pasa solo
más del 90% del día y a lo largo de toda la noche. Las vacas no se guardan por
las noches en ningún tipo de cercado o nave. Por otra parte, al tratarse de ganado
vacuno y no ovino, se ha perdido desde hace casi 50 años (aproximadamente des-
de la extinción del lobo en estos territorios) la costumbre del uso del mastín para
la defensa del ganado. En otras palabras, la única oposición que encuentra el lobo
para atacar a un ternero, suele ser una valla de 1,5 m de alto, que el atlético animal
puede cruzar sin esfuerzo.
¿Cómo conservarla? Estado actual, conflictos y soluciones 147

Fig. 125. En la mayoría de las ocasiones la única oposición que encuentra el lobo para atacar a un terne-
ro, suele ser una valla de 1,5 m de alto, que el atlético animal puede cruzar sin esfuerzo.

Factores sociales y económicos


Como ya se ha mencionado, hay numerosos grupos sociales implicados en este
conflicto. Como protagonistas se sitúan los ganaderos, que son los que sufren pér-
didas por ataques de lobo. El artículo 54.6 de la Ley 42/2007 del Patrimonio Natural
y de la Biodiversidad, según la redacción dada por la Ley 33/2015, habilita a las
Administraciones Públicas a establecer pagos compensatorios por razones de con-
servación por los daños causados por las especies de fauna silvestre. Es decir, que
cada comunidad autónoma, recibe una partida presupuestaria para la compensa-
ción por daños de lobo. En el caso de Castilla y León en 2014, la partida ascendió
a 200.000€, que no se llegaron a consumir aun habiendo ganaderos reclamando
compensaciones (Junta de Castilla y León). La última orden relativa a los pagos
compensatorios derivados de los daños producidos por lobo en las explotaciones
ganaderas en Castilla y León (FYM/461/2016) que se ha encontrado es de 2016 y
en ella se especifica los requisitos que debe cumplimentar el damnificado y los im-
portes según el ganado afectado:
148 El lobo ibérico en Ávila

1) Pertenecer a una explotación incluida en el Registro de Explotaciones Agrarias


de Castilla y León
2) Cumplir con los programas de control vigilancia y erradicación de enfermedades
que puedan afectar a las especies ganaderas de acuerdo con la normativa.
3) Estar identificado de acuerdo con la normativa de aplicación
4) Haber notificado en un margen de 48 horas tras el ataque, el mismo a las autori-
dades competentes para su peritación como ataque de lobo.

Fig. 126.: Tabla de compensación de ganado vacuno en Castilla y León para el año 2017. Fuente: Orden
FYM/581/2017.

Los importes de las compensaciones se especifican en la Figura 126. Sin em-


bargo, se escuchan numerosas quejas afirmando que en muchas ocasiones no
se recibe el dinero pactado o que éste se retrasa años. Esta tardanza se puede
explicar mejor entendiendo el movimiento político. En la actualidad, se está inten-
tando fomentar el seguro privado para este tipo de cuestiones al igual que en años
recientes en cuestiones de sanidad o de pensiones. Los ganaderos por su parte son
reacios a este tipo de seguros por elevar sus costes de producción. Aunque no deja
de ser un negocio privado y por ello el propietario debería de hacerse responsable
de posibles problemas, al igual que una empresa pirotécnica posee seguro para
incendios, en el caso de los ataques del lobo entraña otra cuestión. Esta es que
el lobo es un legado de todos, perteneciente al medio natural y, como ciudadanos,
todos debemos de responsabilizarnos de la conservación de la biodiversidad y, por
ende, todos debemos ser responsables de la conservación del lobo. No puede el
lobo estar alimentándose a costa de los ganaderos. Es algo de todos y que todos
deberíamos ser responsables de ello.
¿Cómo conservarla? Estado actual, conflictos y soluciones 149

Otro grupo social implicado es el sector cinegético. Este sector, es económica-


mente muy poderoso en España y posee casi un 76% del territorio habilitado para el
ejercicio de la caza. Su postura es la misma que la del sector ganadero, aludiendo
que supone pérdidas en la caza, porque los lobos son competidores en la obtención
de fitófagos.

Fig. 127. Los cazadores también reclaman su derecho a la caza del lobo, aludiendo que supone pérdidas
en la caza, porque son competidores en la obtención de fitófagos.

Fig. 128. Lobo sorprendido por un cazador.


150 El lobo ibérico en Ávila

Esto es un argumento sin base científica alguna pues, como ya se ha menciona-


do, los lobos contribuyen a la eliminación de los menos adaptados físicamente a su
medio, procurando que los genes que pasan a la siguiente generación, van a per-
tenecer a animales robustos y adaptados, mejorando así, los denominados trofeos.
La cuestión de este sector social es que, en muchas ocasiones, los ganaderos son
cazadores y viceversa, por lo que poseen idénticas posturas al respecto del medio
natural. (Kellert, S., 1991).

Fig. 129. Grupos conservacionistas reclamando la protección del lobo.

En contrapartida se encuentran los grupos conservacionistas. La principal pro-


puesta de estos grupos es la protección íntegra del lobo y el cese de su caza al
norte del Duero, junto con el cese de los controles poblacionales en el sur de este
río. Viendo la gran autorregulación que presenta la especie, esta medida no deri-
varía en una superpoblación de lobos, porque esta, de manera natural, no ocurriría
(Grande del Brío, R., 2015). No se puede conservar al lobo sin la implicación de los
que realmente lidian día a día con él, que son los ganaderos.
¿Cómo conservarla? Estado actual, conflictos y soluciones 151

Fig.130. Artículo publicado en el boletín informativo de la Asociación Conservacionista La Manada.

Para contextualizar el conflicto finalmente hay que tener en cuenta que Castilla
y León, produce el 22% del ganado vacuno de carne de España y, Ávila, después
de Salamanca, es la provincia de la comunidad con mayor número de cabezas de
bovino (Junta de Castilla y León). Por lo que el lobo está depredando sobre un pilar
fundamental de la economía de la provincia y por esto, Ávila es una de las zonas
con mayor nivel de crispación de todo el país.

Previsión del desarrollo del conflicto


Una vez vistos los factores que determinan el conflicto se puede prever como se
desarrollará. Los factores ecológicos del lobo no van a ser modificados, por lo que
van a seguir depredando a la ganadería si sigue estando tan accesible. El manejo
del ganado en intensivo o estabulado, tampoco parece una opción, de manera que
se seguirá teniendo al ganado en semilibertad. Los sectores sociales, difícilmente
van a cambiar de opinión de la noche a la mañana, ya que todos defienden lo suyo
y más los dedicados a la ganadería (Kellert, 1994).
Con estas dos primeras ideas se quiere transmitir el mensaje de que, ni los di-
ferentes colectivos cambiarán de opinión, ni se puede ni se va a poder realizar un
control poblacional significativo que reduzca los daños, porque numerosos estudios
demuestran que lo único que se consigue es debilitar a la manada, haciéndola más
propensa a la obtención de comida fácil, el ganado. Como así lo demuestra el infor-
me no vinculante emitido por la Comisión Europea en marzo de 2019 (Revisión EIR,
152 El lobo ibérico en Ávila

2019) . Es decir, la única salida a este conflicto es la convivencia y no queda más


remedio que lobos y ganadería convivan en el medio natural.

Fig. 131. Ganadero mostrando a agentes medioambientales los daños causados por el lobo.

Esto no significa que debamos sufragar los daños que causen los lobos y pasar
página, porque, aunque funcionasen bien los mecanismos de las indemnizaciones,
a ninguna persona le gustaría verse en la piel de un ganadero, viendo sus reses
muertas en numerosas ocasiones.
Por todo ello se considera que la única solución es la prevención de daños. Estas
medidas preventivas deben de ir financiadas por las instituciones públicas, porque
como se ha dicho, la conservación de la biodiversidad debe de ser obligación de
todos para asegurar nuestra propia existencia y además resultaría más económico
que la indemnización por reses muertas. Cabe destacar que ya existen mecanismos
para la financiación de medidas preventivas para los daños de oso a la apicultura en
la propia comunidad de Castilla y León.
Consecuentemente se ha realizado este estudio intentando prever dónde se da-
rán los ataques, para optimizar la implantación de medidas preventivas. Además, se
debería realizar una labor de sensibilización social y de aviso a los ganaderos para
alertar si el lobo va a retornar a sus zonas de pasto. De esta manera se podría bajar
el nivel de crispación por parte de este sector.
¿Cómo conservarla? Estado actual, conflictos y soluciones 153

Medidas preventivas
Manejar el rebaño y protegerlo ha supuesto un tema crucial para reducir las
pérdidas ganaderas generadas por los depredadores. La imperiosa necesidad de
defender el ganado de los depredadores ha agudizado el ingenio humano durante
cientos de años, consiguiendo una gran variedad de medidas preventivas frente a
depredadores. Existen algunas con requerimientos económicos elevados, y otras
en el que el requerimiento económico es escaso, pero por contrapartida requiere
más tiempo. Desde las más sofisticadas y modernas tecnologías hasta las medidas
más básicas. Seguidamente se comentarán diferentes medidas preventivas usa-
das en diferentes lugares del mundo y para diferentes depredadores, para pos-
teriormente, concretar qué medidas y qué cuestiones podrían aplicarse en Ávila.
Se empezará comentando desde las menos sofisticadas, hasta las últimas y más
modernas tecnologías.

Presencia de un pastor Uso de perros guardianes Barbacana

Uso de burros o mulas Uso del búfalo de agua RAG


(Radio Active Guard)

Fig. 132. Propuestas de medidas preventivas para la provincia de Ávila.

Presencia de un pastor

La primera medida en la que es más obvio pensar es en la presencia de una


persona encargada de la vigilancia del ganado durante todo el día, como se venía
realizando en ocasiones en los años 60 en Extremadura u otras áreas, en rebaños
de ovejas. La presencia de una persona vigilante reduciría la confianza del lobo.
Sin embargo, se ha puesto de manifiesto que únicamente con la presencia de una
persona vigilante, no se es capaz de reducir los daños de manera significativa. Así
Javier Castroviejo demostró en el año 2000, junto con otros investigadores, que de
57 ataques de lobo a ovejas únicamente 9 se dieron sin la presencia de un pastor,
es decir, que la presencia de una persona vigilante no reduce el número de ata-
ques. Lo que si advirtió es un descenso del número de reses muertas por ataque,
descendiendo de 1-30 ovejas muertas por ataque a 1-14, en presencia de un pastor
154 El lobo ibérico en Ávila

(Urios,V.; C.Vila y J.Castroviejo, 2000). Además, hay que tener en cuenta que impli-
caría un desembolso económico importante (para pagar el sueldo al pastor), o bien
una inversión de tiempo muy grande por parte del ganadero.

Fig.133. La presencia de un pastor reduce escasamente el número de ataques, pero si considerablemen-


te el número de reses muertas por ataque.

Fig.134. La presencia de un pastor con el apoyo de perros guardianes reduce prácticamente a cero el
número de ataques de lobo.
¿Cómo conservarla? Estado actual, conflictos y soluciones 155

Uso de perros guardianes

Fig.135. Mastines leoneses, españoles y de los pirineos, son las razas que más se han usado para la
defensa del ganado, al ser las más actas genéticamente.

Como ya se ha puesto de manifiesto en la introducción, el hombre del neolítico


domesticó al perro para la defensa de sus bienes privados. Para la defensa del
ganado en España se han venido utilizando razas de perros mastines. Mastines leo-
neses, españoles y de los pirineos, son las razas que más se han usado y por ello,
156 El lobo ibérico en Ávila

genéticamente aptas para la defensa del ganado. También se puede acudir a razas
de otros países que tradicionalmente han usado perros de guarda. Especialmente
aptas en este grupo encontramos al pastor del Cáucaso o el pastor de Asia central.
Para que realicen su función de manera óptima, deberán de ser socializados des-
de cachorros con el ganado a defender, para que el perro encuentre en el ganado
a su única familia. Al ser razas muy antiguas, no es necesario el adiestramiento
para la defensa, pues antiguamente, el que no servía se desechaba, no se “per-
día” tiempo en el adiestramiento (Kanoteka, empresa de adiestramiento canino). El
número de perros de defensa es fundamental, así se comprobó en el estudio rea-
lizado por Javier Castroviejo en Extremadura, donde no se registró ningún ataque
cuando el ganado estaba custodiado por cinco perros guardianes (Urios, V.; C.Vila
y J.Castroviejo, 2000). También ha sido comprobado que, en Castilla y León, el uso
de más de tres perros guardianes redujo los ataques notablemente, y el uso de
cinco derivó en ausencia de ataques a la ganadería (Muñoz Cobo, 2003). Al no ser
necesario un adiestramiento, la inversión de tiempo y dinero (si se acude a entre-
namiento profesional), es escasa pues únicamente se basa en la manutención del
animal (algo menos de 1000€ anuales aproximadamente) y en la compra de razas
genéticamente aptas para la guarda (el precio depende del criadero, pero varía
desde los 300 € hasta los 1500 € en casos excepcionales). Los perros acompañan
al ganado durante el día y duermen con él, de manera que obtenemos una medida
para todo el día y sin necesidad de modificar prácticamente el manejo del ganado
que se viene realizando en el área de estudio.
¿Cómo conservarla? Estado actual, conflictos y soluciones 157

Fig. 136. Proteger del lobo el cuello del perro mastín ha supuesto otra vieja necesidad. Usadas desde
la época romana, las carlancas, para defender a los perros del ataque de los lobos, se utilizan incluso
actualmente.
158 El lobo ibérico en Ávila

Fig. 137. Sellos con las diferentes razas de perro guardián en la península ibérica. Desde el Himalaya a
Portugal numerosas razas de perro han sido modeladas para la lucha contra el lobo.

Barbacana

La barbacana ha sido un método bastante usado hace 40-50 años en España.


Consiste en rodear al rebaño por las noches y/ o durante las horas de pastoreo con
una cuerda que se coloca a unos 70 centímetros del suelo. Sobre esa cuerda, cada
80 centímetros, se cuelgan trozos de telas, alternando colores y diferentes longitu-
des (Marqués de Valdueza, 1988).
En Italia esta metodología ha sido comprobada mediante la investigación con
lobos cautivos (Musiani, 2000), concluyendo que ciertamente los lobos no cruzan la
cuerda ni siquiera para recibir su ración diaria de comida. También fue usada en Eu-
ropa del Este para la caza y captura de
lobos, dirigiéndolos con estas cuerdas a
zonas de captura. Sin embargo, para la
aplicación de esta medida, el ganado ha
de dirigirse a un lugar fijo todas las no-
ches y, si se quiere protegerlo también
durante el día, habría que rodear áreas
muy grandes (porque las áreas de pas-
toreo del ganado vacuno el territorio de
estudio, son muy amplias), o acotar el
pastoreo a zonas más reducidas. Su
fiabilidad en áreas tan grandes podría
¿Cómo conservarla? Estado actual, conflictos y soluciones 159

variar y, económicamente hablando, es una medida que requiere una inversión muy
reducida.

Fig. 138. La barbacana es un sistema eficaz que evita la entrada de lobos y perros asilvestrados.

Vallas o cercas

Las vallas y cercas se han venido


utilizando durante muchos años para
la protección del ganado ovino. Es im-
portante resaltar que la altura y forma
de la valla es fundamental, ya que el
lobo ibérico es capaz de saltar alturas
de hasta 2 metros. Por lo tanto, estas
vallas han de ser algo más altas que 2
metros, además han de tener forma de
cuña hacia afuera en la parte superior
para dificultar el salto del lobo. Si son
adecuadamente altas, la mortalidad
del ganado disminuye notablemente,
sin embargo, nos encontramos ante un
problema similar al de la barbacana,
pero aún más complicado. El ganado
en Ávila y en las provincias limítrofes se
encuentra pastando libre en el campo,
si se cercan con vallas tan inexpugna-
bles, se entorpecerá la dispersión del
resto de animales salvajes. La única Fig. 139. Cerca de alambres. Muy eficaz pero muy
opción sería la guarda del ganado du- costosa.
rante las noches mediante estas vallas
y dejaría el ganado sin prevención durante el día. Además, la inversión económica
sería importante, por el costo de las vallas y por la cantidad de metros de ella que
se necesitaría.
160 El lobo ibérico en Ávila

Vallas electrificadas

La alternativa para poder instalar vallas de menores dimensiones y aumentar su


efectividad es la electrificación de estas, al igual que en los recintos de los núcleos
zoológicos. La ventaja que ofrecen estas vallas a las anteriormente comentadas es
que no es necesario la implantación de ellas con alturas tan elevadas. Sin embargo,
se considera que no pueden ser inferiores a 1,7 metros, para que sean realmente
efectivas. Otra de las ventajas que posee, es que una vez los lobos han intentado
atravesarla en varias ocasiones, recibiendo la descarga pertinente, estos se acos-
tumbran y ni siquiera merodean por los alrededores. Por el contrario, si la descarga
no es la adecuada, pueden acostumbrarse a ella y dejar de resultarles un impedi-
mento. El voltaje necesario ronda los 4000 voltios para que sea efectivo (Hooges-
teijn, 2010). Esta medida tiene los mismos impedimentos que las vallas, pues su
instalación es cara y también sería necesario cambios en el manejo de la ganadería,
para confinarla entre estas vallas electrificadas.

Fig. 140. Utilizadas por primera vez en 1832, la valla electrificada ha ido cambiado a lo largo de los años
y se le han adaptado algunas características que hace que los lobos reconozcan estos dispositivos y
continúen desconfiando de ellos incluso si están apagados.
¿Cómo conservarla? Estado actual, conflictos y soluciones 161

Construcciones pastoriles y naves ganaderas

Durante la noche, cuando la actividad de los lobos es mayor y más intenso el


riesgo de depredación, siempre ha sido necesario intensificar la protección de los
animales domésticos, para lo que se han invertido numerosos esfuerzos e inge-
nios. En algunas localidades el ganado ha pasado tradicionalmente las noches en
las cuadras de las casas, especialmente durante los meses más fríos. Durante el
periodo estival los rebaños pasaban la noche al raso, en el interior de teleras de
madera. Actualmente estas construcciones pastoriles han sido sustituidas por na-
ves. Mientras el ganado permanece guardado en una nave, los ataques no se dan
(Cortés, 2001). Sin embargo, esto requiere llevar al ganado cada noche a la nave y
estaría igual de desprotegida durante el día. Además, el desembolso inicial para su
construcción es elevado.

Fig.141. Diversidad de construcciones pastoriles protectoras del ganando frente el lobo. Elaboradas con
materiales locales, la estructura principal era de piedra sin argamasa y el tejado solía estar cubierto con
teja y losas de piedra en los bordes. Fuente: Centro del Lobo Ibérico de Castilla y León.
162 El lobo ibérico en Ávila

Fig. 142. Nave ganadera.

Uso de búfalo de agua

En algunas zonas de Latinoamérica, se están introduciendo búfalos de agua


(Bubalus bubalus), como medida preventiva a los ataques a la ganadería (Hooges-
teijn, 2010). En Venezuela se comprobó, que la depredación sobre reses de vacuno
por parte de los grandes felinos era 25 veces más alta que la depredación de estos
felinos sobre los búfalos (Hoogesteijn, 2010). Los búfalos de agua aún conservan el
instinto de defensa y hacen frente a los depredadores, rodeando a los más jóvenes
y encarando a los felinos. Se puede considerar, por tanto, la introducción de indivi-
duos de esta especie de bóvido entre las cabezas de ganado, para que ayuden en
su defensa. Aunque no con esa pretensión, ya existen criadores de búfalos de agua
en Castilla y León. En El Endrinal, en la provincia de Salamanca, hay un ganadero
especializado en la cría de bueyes que desde hace 7 años está criando búfalos de
agua con éxito. Sin embargo, en esa zona, no hay presencia de lobo, por lo que no
se ha podido constatar la eficacia de la metodología en España. Además, al tratarse
de un animal con genética marcadamente salvaje, el tipo de manejo realizado aquí
puede conllevar la naturalización del animal, haciéndolo fiero hacia las personas
también, con los consecuentes problemas que puede acarrear esta situación. En el
aspecto económico, se desconoce la situación del mercado de esta carne, lo que se
puede afirmar con rotundidad, es que en el caso del ganadero de El Endrinal que los
cría, la carne está teniendo mucho éxito y salida a nivel local. También acompañaría
al ganado durante toda la jornada, pero no se evita que ataquen los lobos, o por lo
menos no está demostrado. Lo que sí que lo esta es que los depredadores tienen
un respeto particular por esta raza de bóvido.
¿Cómo conservarla? Estado actual, conflictos y soluciones 163

Fig. 143. Los búfalos de agua aún conservan el instinto de defensa y hacen frente a sus depredadores.

Uso de burros y/o mulas

También en algunos países de Hispanoamerica se usan burros para que pasten


con el ganado y con sus rebuznos de alarma alejan a los jaguares de la zona (Hoo-
gesteijn, 2010). Sin embargo, con jaguares de gran tamaño la medida no funciona,
pues incluye a los burros como presas posibles. En la península ibérica, también
existen ganaderos que usan esta técnica. Por un lado, los rebuznos podrían cier-
tamente disuadir al lobo en alguna ocasión, pero se pone en duda su eficacia con-
tinuada. Si bien no se ha encontrado corroboración de varios testigos se tiene la
información de que los burros, al tener el oído muy desarrollado, son conscientes de
la presencia de los lobos antes que los mastines y los rebuznos activan a los mas-
tines en las tareas de defensa. Es decir, esta medida podría actuar como medida
complementaria a la de los mastines, quizá en lugares agrestes y con vegetación
más densa que pudiese dificultar la tarea de los mastines. Lo que si sería positivo,
es la recuperación de razas de burros en peligro de extinción a través de esta me-
dida, como el burro zamorano-leonés, que sería el que mejor se adaptaría a estos
ecosistemas.

Fig. 144. Los burros, al tener el oído muy desarrollado, son conscientes de la presencia de los lobos
antes que los mastines, y los rebuznos activan a los mastines en las tareas de defensa.
164 El lobo ibérico en Ávila

Medidas disuasorias sonoras

Como el resto de los animales de la Península Ibérica, el lobo, ha evolucionado


hacia un animal esquivo y tímido (Blanco et al., 2007). Como tal los ruidos estri-
dentes provenientes de la actividad humana, les atemoriza, e intentan evitarlos. En
Cepeda de la Mora, un pueblo del área de estudio dónde se han registrado nume-
rosos ataques durante 2016 y 2017, los ganaderos se habituaron en el año 2017, a
patrullar durante las últimas luces del día, con sus todoterrenos con la radio a todo
volumen e incluyendo un amplificador de sonido. Esto disuadía a los lobos que
comenzaban a merodear al ganado reduciendo los ataques durante las primeras
horas de la noche. Sin embargo, no se advirtió un descenso significativo de los ata-
ques durante el resto de la jornada. Esta medida es muy básica y efectiva durante
unas pocas horas, sin embargo, se ha querido incluir por mostrar la predisposición
de por lo menos algunos ganaderos, hacia la convivencia.

Fig. 145. Patrullar con todoterrenos, incluyendo amplificadores sonoros durante las últimas horas del día,
reduce los ataques de lobos.
¿Cómo conservarla? Estado actual, conflictos y soluciones 165

Químicos

En EEUU se probó un collar repelente con éxito, protegiendo al ganado del ata-
que de lobos y coyotes. El método consistía en poner una cápsula con un tóxico
en un collar a cada cabeza de ganado. Cuando los lobos o los coyotes la mordían,
se intoxicaban y morían (Nowell y Jackson, 1996). Esta medida implicaría el uso
de veneno y esto podría acabar en la cadena alimenticia. Además, las medidas de
prevención no buscan la muerte del lobo, sino la supervivencia de las cabezas de
ganado.

Uso de olores

Con felinos, se ha experimentado con la territorialidad. Al ser estos animales muy


territoriales y solitarios, esquivan normalmente los territorios de los congéneres. Po-
niendo restos de orina recogida en zoológicos, alrededor de las zonas de pasto,
se conseguía evitar el ataque de jaguares (Hoogesteijn, 2010). Al ser el lobo muy
territorial, posiblemente la medida tendría similares consecuencias. Sin embargo,
entraña problemas logísticos, ya que se deberían de conseguir numerosos restos
de lobo ibérico. Además, también responde a la protección de pequeñas áreas y no
de pastos extensos como los que se tratan en el Sistema Central.

Radio Activated Guard

El sistema Radio Activated Guard (RAG), ha sido testado en Idaho, EEUU, con
éxito, para la defensa de ganado ovino de los ataques de lobo (W. Breck et al.,
2002). El sistema se basa en dos objetos fundamentales para su uso. Un collar
radiotransmisor y un detector/monitor de señales de radiotransmisión con 30 so-
nidos diferentes guardados conectados a un amplificador y cargador solar. Para
su utilización es necesario que el lobo que se acerque al ganado tenga un collar
radiotransmisor. En el caso del estudio de Idaho, todos los individuos de la manada
poseían uno. El monitor, detecta la señal radiotransmisora de los collares de los
lobos a una distancia máxima de 300 metros y emitía un sonido en un volumen muy
elevado, disuadiendo a los lobos. Durante el estudio realizado, no se dio ningún
ataque en las áreas en las cuales el sensor era efectivo. Lógicamente se necesita
el uso de varios monitores, para poder cubrir toda el área, porque solo son efectivos
en un diámetro de 300 metros. Es una medida muy efectiva, pero requiere de una
inversión muy elevada y de una gestión logística compleja. Si bien, se podría radio-
marcar solo al individuo macho más dominante de la manada, en vez de a todos los
individuos, porque es este macho el que en más del 90% de las ocasiones lidera las
cacerías (Rodríguez de la Fuente, 1979). Sería una inversión muy alta. Cada collar
cuesta unos 300€ y el alquiler del satélite unos 1000€ anuales, según fuentes de
Iberlince. Únicamente en collares y en su localización se deberían de invertir más
de 6000€ anuales. A esto hay que sumar los gastos de la colocación de un collar
radiotransmisor, en el que tiene que estar un veterinario presente entre otras per-
sonas. También habría que localizar e identificar los individuos machos dominantes
166 El lobo ibérico en Ávila

de todo el territorio y por último pagar el equipo de RAG que asciende a unos 3500€
aproximadamente (W. Breck, et al., 2002). Por último, sería únicamente eficaz en
lugares determinados, no aplicable a las amplias zonas de pastoreo, a no ser, que
sea una cabeza de ganado o un mastín la que porte el monitor receptor, con las
consecuentes lesiones auditivas que le supondría. Aún con sus impedimentos, es
una medida 100% eficaz y se ha querido describir aquí, no por la aplicación que se
le ha dado, sino por las posibilidades de medidas de prevención que abre.

Fig. 146. Lobo con el dispositivo RAG. Su utilización es muy efectiva pero requiere una inversión elevada
y una gestión logística compleja.

Propuestas de conciliación de posible aplicación en la provincia de ávila


Considerando las diferentes aplicaciones y metodologías tratados en los aparta-
dos anteriores, se sugieren las propuestas que mejor se adaptan a la provincia de
Ávila (Fig. 147). Como se ha dicho en numerosas ocasiones se buscan medidas,
para la defensa del ganado vacuno en extensivo.
El uso de mastines es sin duda la mejor opción para el territorio analizado. La in-
versión no es muy elevada (aunque depende del criadero), y su uso, con el número
correcto de individuos (5), evita hasta el 100% de los daños (Castroviejo et al., 2003;
Muñoz Cobo, 2003).
¿Cómo conservarla? Estado actual, conflictos y soluciones 167

Casuística Medida

• Riesgo alto/muy alto Mastines


• Registro desproporcionado de ataques RAG

• Riesgo alto/muy alto


Mastines
• Registro de ataques alto o medio

• Riesgo alto
Mastines
• Registro de ataques medio

• Riesgo medio
Mastines
• Registro de ataques medio o bajo

• Riesgo bajo
Mastines
• Registro de ataques bajo

Fig. 147. Propuestas de conciliación para la provincia de Ávila.

Como se ha expuesto, las medidas preventivas deberían financiarse mediante


instrumentos de la administración pública. Se propone la creación de un criadero
de razas de perros de guarda en Castilla y León. Es decir, en vez de sufragar los
gastos al ganadero, se propone, proporcionar a los ganaderos que se encuentran
en zonas de alta o media probabilidad de ataques, 5 mastines para cada vacada,
provenientes de un criadero público, que asegurase la genética adecuada para la
guarda. Además de asegurar el buen uso de los recursos, se asegura de esta mane-
ra la conservación de las razas autóctonas de perro de la zona, como son el mastín
leonés y el mastín español. De esta manera se tendría la seguridad de su aptitud
hacia la defensa del ganado.
En zonas de alto riesgo, o de problemática particular, como pudiera ser Tornadi-
zos, se debería entrar a valorar el uso del RAG, si los mastines no fuesen del todo
efectivos. Su uso sería más económico que el compendio de indemnizaciones, ya
que probablemente se trate de una única manada la que depreda continuamente
las vacadas.

Conclusiones
Podemos concluir, por tanto, que el lobo es un gran depredador y como tal cum-
plimenta sus funciones en los ecosistemas depredando sobre los animales física-
mente peor preparados. Este comportamiento no responde a ninguna modificación
etológica y, por ende, debemos de asumir las preferencias del lobo si queremos
conservar sus poblaciones. Asumir estas preferencias no significa la resignación,
pues lo que hay que fomentar es la convivencia pacífica, mediante herramientas,
medidas económicas y políticas. Para ello una de las herramientas que puede resul-
tar más útil para la conciliación, es la planificación anticipada.
168 El lobo ibérico en Ávila

A través de modelos basados en Sistemas de Información Geográfica, un ex-


haustivo conocimiento de las variables implicadas en el conflicto y de la ecología
y biología del lobo ibérico, se pueden zonificar los territorios, según la probabilidad
de estos a que los lobos ataquen sus cabezas de ganado. Con esta categorización,
se podrían identificar los propietarios que tienen o que van a tener problemas, para
actuar en consecuencia. Y si la zona ya ha sido atacada por los lobos, como es el
caso de Ávila, se calculará el riesgo de las diferentes zonas además de la probabi-
lidad, como se ha realizado, para ajustar aún más la previsión y poder categorizar
en función de dicho riesgo, los gastos económicos dispuestos a invertir en medidas
preventivas, aunque la mejor manera para conseguir que el ganadero no sufra pér-
didas y que las poblaciones de lobo sigan creciendo o se estabilicen, es la utiliza-
ción de medidas preventivas. Éstas buscan complicar al lobo lo máximo posible la
predación sobre el ganado.

Fig.148. Claves para la conservación y la conciliación. Fuente: Junta de Castilla y León.

El uso de mastines, utilizados tradicionalmente en España, tiene muy buenos


resultados si el número de perros guardianes es adecuado para la o las manadas
que acechan. Además, afortunadamente las dos razas más usadas tradicionalmen-
te: mastín leonés y mastín español, poseen buenas aptitudes de guarda tanto para
ganado ovino, y caprino como para vacuno.
Finalmente, para conseguir una coexistencia lo más “pacífica” posible entre el
lobo y el ser humano, absolutamente imprescindible en el siglo XXI, es preciso ges-
tionar la especie de una forma inteligente y consensuada, intentando armonizar los
distintos puntos de vista de todos los colectivos implicados de una u otra forma en
¿Cómo conservarla? Estado actual, conflictos y soluciones 169

su conservación. Es necesario, por consiguiente, alcanzar una especie de “Pacto


con los Lobos”, un acuerdo global que permita compatibilizar los legítimos intereses
y los planteamientos de ganaderos, cazadores, ecologistas, investigadores, admi-
nistraciones públicas, medios de comunicación, amantes de la naturaleza y socie-
dad en general, con el derecho intrínseco que tiene el lobo a existir libremente en su
medio natural, como cualquier otro animal salvaje.
El lobo estaba aquí antes que nosotros, hemos desestabilizado sus ecosiste-
mas y ahora pretendemos deshacernos de él porque molesta a nuestros intereses.
Hemos convertido el campo en una especie de naturaleza domesticada, a nuestro
gusto, y no nos gusta vivir en biodiversidad plena. Sin embargo, hay otra forma de
hacer las cosas, es posible convivir con el lobo. Hay varios ganaderos en nuestra
provincia que, porque están en su trabajo, en el campo a diario, vigilan su ganado y
tienen mastines y están siempre presentes en las parideras, no le temen al lobo, in-
cluso disfrutan de su presencia, ganaderos que piensan que el verdadero problema
de la ganadería es el bajo precio de la carne, que hace del sector un sector subven-
cionado, que no es sostenible por sí mismo, ganaderos que abogan por certificar
su carne como ecológica. Estos ganaderos que utilizan razas autóctonas y que por
todo lo anteriormente dicho no sufren prácticamente ataques de lobo, son el germen
de una verdadera forma de armonizar la convivencia con el lobo, son la llave de la
conservación. “Matar la vida nunca fue una forma de protegerla”.
Por tanto, aumentar la vigilancia en momentos críticos, sincronizar y concentrar
los partos, situar los animales más sensibles cerca de los establos, utilizar sistemas
de pastoreo tradicional o contratar pastores comunitarios, junto a la aplicación de
los sistemas de conciliación propuestos para la provincia de Ávila, mejorarán sin
duda la defensa del ganado.
10.
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172 El lobo ibérico en Ávila

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(Rubén Dario)
Colección Medio Ambiente

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