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Sully: un momento de decisión

Dirigida por Clint Eastwood, la película Sully habla


de un hecho conocido, pero desde un ángulo poco
abordado, la investigación que hubo después de que
el comandante Chesley Sullenberger decidiera
aterrizar un avión con 155 personas a bordo sobre el
rio Hudson.
El 15 de enero de 2009, el comandante Chesley Sullenberger,
conocido por todos como Sully, despegó del aeropuerto
neoyorquino de La Guardia su Airbus A320, con destino a Carolina
del Norte, en Estados Unidos. A los pocos minutos del ascenso la
aeronave se topó con una bandada de pájaros que habría
inutilizado sus dos motores. Técnicamente el avión se quedó sin
propulsión. El piloto decidió que lo único que le quedaba era hacer
planear la aeronave y tratar de aterrizar sobre el rio Hudson, porque
estimó que no llegaría a tiempo a ninguna pista para aterrizar. Y lo
logró. Las 155 personas que estaban a bordo lograron salvarse.

Esta es una historia real que fue narrada por toda la prensa escrita
y televisiva hasta el cansancio. Y no era para menos, se considera
que ha sido un evento único en la historia de la aviación mundial,
sobre todo teniendo en cuenta que nadie murió en el accidente.

Esta vez le ha tocado al cine la empresa de relatar la hazaña, y


quien se ha encargado de hacerlo es nada menos que Clint
Eastwood, quien lleva dirigidas más de treinta películas, entre
ellas Los puentes de Madison, quizá una de las mejores de su
filmografía. Hombre de militancia en el Partido Republicano, ha
llevado adelante ideas y posturas muy personales, tales como el
apoyo al control de armas en posesión de particulares, protección
del medio ambiente y su oposición a guerras llevadas adelante por
Estados Unidos.

Por supuesto que el film muestra qué fue lo que sucedió en el vuelo
1549 de US Airways, pero el periplo no duró más que unos pocos
minutos, tan poco que los controladores aéreos aconsejaron volver
a La Guardia o a otro aeropuerto cercano.
El verdadero tema de la película está focalizado en el acierto o no
de la decisión del comandante, porque independientemente del
éxito del aterrizaje (o deberíamos decir “ariosaje”) lo cierto es que
dicha operación implicó un grave riesgo para los pasajeros, y
además se perdió el avión. ¡Con lo que cuestan hoy en día! ¿Sully
decidió correctamente? ¿Acaso no podría haber aterrizado en algún
aeropuerto cercano? Este es el conflicto central de la trama, sobre
el que Eastwood ha puesto el foco. Desde ya que las escenas
referidas a la proeza están mostradas y muy bien, pero de por sí no
alcanzarían para hacer un buen film.

Inmediatamente después del accidente, el comandante se convierte


en el gran héroe de la prensa y del público, en forma justificada,
pero los organismos de control del transporte aéreo, cumpliendo
con sus protocolos de seguridad, abren una investigación. Se pone
en duda que la decisión adoptada por el comandante Sullenberger
haya sido la que correspondía. Sully y su copiloto fueron citados por
el comité que llevó adelante el proceso.

¿Cómo terminó la historia? Bueno, como todos ya conocían los


hechos, no hubo spoiler en contar que el avión bajó y todos los
pasajeros llegaron sanos y salvos, pero si quieren saber acerca del
resultado del proceso de investigación, vean el film.

Muy buena actuación de Tom Hanks y  Aaron Eckhart, como


copiloto.

Música y fotografía, muy buenas.

Desde el punto de vista del guión, es muy flojo el rol de personajes


secundarios, que en general son pasajeros, que fueron incluidos al
modo de Aeropuerto, pero que no tuvieron el más mínimo
desarrollo, representaron un relleno innecesario y hasta
contraproducente.

El film se puede ver, es entretenido y vistoso, pero si está por tomar


un vuelo…

Ben Davis Min

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