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Asociación de Centros de Estudios Gnósticos, Antropológicos, Psicológicos y Culturales de Colombia. A. C.

REFLEXIONES SOBRE
“EL CRISTO”

C
risto no es un
individuo humano ni
Divino. Cristo es una
Sustancia Cósmica,
Latente en cada Átomo del
Infinito.
La Sustancia Cristo es la
Sustancia de la Verdad. Cristo es
la Verdad y la Vida.
Cuando un hombre se asimila la
Sustancia Cristo en lo físico, en
lo psíquico y en lo Espiritual, se
Cristifica se transforma en
Cristo, se convierte en Cristo
viviente.
Necesitamos formar a Cristo en
nosotros, es urgente Encarnar la
Verdad.
Asociación de Centros de Estudios Gnósticos, Antropológicos, Psicológicos y Culturales de Colombia. A. C.

SABIDURÍA CRISTIANA PRIMITIVA


Símbolo de La Cruz

D
ebemos comprender que con sus 4 puntas la cruz simboliza los 4 Puntos Cardinales de la Tierra,
Norte, Sur, Oriente y Occidente.

Las 4 Edades, Oro, Plata, Cobre y Hierro.


Las 4 Estaciones del año.
Las 4 Fases de la Luna.
Los 4 Caminos: Ciencia, Filosofía, Arte y Religión; al hablar de los 4 Caminos debemos comprender que
todos son uno solo, este camino es el Camino Angosto y Estrecho del Filo de la Navaja, el Camino de la
Revolución de la Conciencia.
La Cruz es un símbolo muy antiguo, empleado desde siempre, en todas las religiones, en todos los
pueblos y erraría quien la considerase como un emblema exclusivo de tal o cual secta religiosa; cuando
los conquistadores Españoles llegaron a la tierra santa de los Aztecas encontraron la cruz sobre los
altares.
El signo de la Cruz, sublime monograma del Cristo Nuestro Señor, del que la Cruz de San Andrés y la
milagrosa Llave de San Pedro son réplicas maravillosas de igual valor Alkimista y Kabalista.
Es pues, la marca capaz de asegurar la victoria a los trabajadores de la “Gran Obra”.
A diferencia de lo que creen muchos, la cruz no es un símbolo de martirio, sino de creación y nacimiento.
Asociación de Centros de Estudios Gnósticos, Antropológicos, Psicológicos y Culturales de Colombia. A. C.

CONFERENCIA DE LA SEMANA
Los Tres Traidores
Por: V.M. SAMAEL AUN WEOR

E
n el trabajo interior profundo, dentro del terreno de la más estricta auto-observación psicológica, hemos de
vivenciar en forma directa todo el drama cósmico. El Cristo Intimo ha de eliminar todos los elementos indeseables
que en nuestro interior cargamos. Los múltiples agregados psíquicos en nuestras profundidades psicológicas
gritan pidiendo crucificación para el Señor Interior. Incuestionablemente cada uno de nosotros lleva en su psiquis a los Tres
Traidores.
Judas, el demonio del deseo; Pilatos, el demonio de la mente; Caifás, el demonio de la mala voluntad. Estos tres traidores
crucifican al Señor de Perfecciones en el fondo mismo de nuestra alma. Se trata de tres tipos específicos de elementos
inhumanos fundamentales en el drama cósmico. Indubitablemente el citado drama se ha vivido siempre secretamente en las
profundidades de la CONCIENCIA superlativa del Ser.
Los escribas del templo, los bribones del intelecto aborrecen al Cristo Intimo porque éste es la antítesis del Anticristo, el
enemigo declarado de todo ese podridero de teorías universitarias que tanto abunda en los mercados de cuerpos y de almas.
Los tres traidores odian mortalmente al Cristo Secreto y le conducen a la muerte dentro de nosotros mismos y en nuestro
propio espacio psicológico.
Judas el demonio del deseo cambia siempre al señor por treinta monedas de plata; es decir, por licores, dineros, fama,
vanidades, fornicaciones, adulterios, etc.
Pilatos el demonio de la mente, siempre se lava las manos, siempre se declara inocente, nunca tiene la culpa,
constantemente se justifica ante sí mismo y ante los demás, busca evasivas, escapatorias para eludir sus propias
responsabilidades, etc.
Caifás el demonio de la mala voluntad traiciona incesantemente al Señor dentro de nosotros mismos; el Adorable Intimo le
da el báculo para pastorear sus ovejas, sin embargo el cínico traidor convierte el altar en lecho de placeres, fornica
incesantemente, adultera, vende los sacramentos, etc.
Estos tres Traidores hacen sufrir secretamente al adorable señor Intimo sin compasión alguna. Pilatos le hace poner corona
de espinas en sus sienes, los malvados “Yoes” lo flagelan, le insultan, le maldicen en el espacio psicológico íntimo sin
piedad de ninguna especie. Estos Tres Traidores viven en la Mente, están dentro de nosotros mismos. Recordemos que el
Dante representa a Lucifer en el centro de la Tierra con tres bocas y en cada una de sus bocas hay un traidor.
“Y vi salir dentro de la boca del Dragón y de la boca de la Bestia y de la boca del Falso Profeta, Tres Espíritus Inmundos a
maneras de ranas”. Apocalipsis de San Juan, (16: 13-14)
Asociación de Centros de Estudios Gnósticos, Antropológicos, Psicológicos y Culturales de Colombia. A. C.

ENSEÑANZAS BUDISTAS
Las cuatro verdades nobles y el noble camino óctuple
(1ra Parte)

T
radicionalmente el Noble Camino óctuple se
corresponde con la cuarta de las nobles
verdades señaladas por el Buda Shakyamuni en
su deseo de comunicar cual había sido su
experiencia de despertar.
La vida contiene sufrimiento “La verdad del sufrimiento”
primera verdad noble. Esta afirmación no niega en absoluto
lo bueno y gozoso de la vida pero señala con contundencia
que nacer en el reino humano lleva implícito el sufrimiento.
Este sufrimiento tiene causa. “La verdad de la causa del
sufrimiento” segunda verdad. Siendo esta causa
básicamente el deseo neurótico. Esto significa que llevados
por la ignorancia rechazamos fuertemente cualquier
experiencia de insatisfacción, dolor, contrariedad etc. y
buscamos de forma neurótica experimentar tan solo aquello
que queremos experimentar.
Todo lo que tiene una causa tiene un cese. “La verdad del
cese del sufrimiento”. Tercera verdad noble. Este es el
estado de ser que realizó el Buda y que tradicionalmente es
conocido como Iluminación.
Habiendo una causa, hay “un camino que aparta del
sufrimiento”. La cuarta noble verdad. Este camino puede
formularse de muchas maneras. Una de ellas, reconocida y
practicada por budistas de todas las épocas y de todas las
distintas escuelas se corresponde con una enseñanza
atribuida al propio Buda Shakyamuni. “El Noble Camino
Óctuple”.
Todo lo que en este escrito encontréis de bueno, cierto y
bello es debido a la experiencia de Iluminación del Buda
Shakyamuni y a sus enseñanzas.
Sería bueno comenzar por interpretar el sentido del Sendero
óctuple, no como un camino que recorremos dejando atrás
etapa tras etapa y llegando finalmente, tal y como partimos
si acaso, un poco mas viejos, a alguna meta en donde
recogeremos los frutos o recompensas del esfuerzo.
Más bien hemos de tomar esta enseñanza como el mito del
viaje, en donde el viajero parte con la intención de llegar a
cierto puerto, podríamos decir Ítaca, y es con la experiencia
del viaje mismo que nos trasformamos y enriquecemos y al
llegar no es necesario obtener ningún premio. La isla hacia
la que partimos fue la excusa, pero fue realizando el viaje
que comprendimos, cambiamos, abrimos el corazón y la
mente y la trasformación experimentada es la verdadera
meta…

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