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1.

Cuando se abre en la mañana


Cuando se abre en la mañana
roja como sangre está;
el rocío no la toca
porque se teme quemar.

Abierta en el mediodía
es dura como el coral,
el sol de asoma a los vidrios
para verla relumbrar.

Cuando en las ramas empiezan


los pájaros a cantar
y se desmala ya tarde
en las violetas del mar,
se pone blanca, con blanco
de una mejilla de sal;
y cuando toca la noche
blanco cuerno de metal
y las estrellas avanzan
mientras los aires se van,
en la raya de lo oscuro
se comienza a desalojar.

2. Cortaron tres árboles

Eran tres.
(Vino el día con sus hachas.)
Eran dos.
(Alas rastreras de plata.)
Era uno.
Era ninguno.
(Se quedó desnuda el agua)

10 Tengo los ojos puestos

Tengo los ojos puestos


en un muchacho,
delgado de cintura,
moreno y alto.

A la flor,
a la pitiflor,
a la verde oliva,
a los rayos del sol
se peina la niña.

3. Agosto
Agosto.
Contraponientes
de melocotón y azúcar,
y el sol dentro de la tarde,
como el hueso en una fruta.

La panocha guarda intacta


su risa amarilla y dura.

Agosto.
los niños comen
pan moreno y rica luna.

4. La guitarra

Empieza el llanto
de la guitarra.
Se rompen las copas
de la madrugada.
Empieza el llando
de la guitarra.
Es inútil callarla.
Es imposible callarla.
Llora monótona
como llora el agua,
como lora el viento
sobre la nevada.
Es imposible callarla.
Llora por cosas lejanas.

Arena del Sur caliente


que pide camelias blancas.
Llora flechas sin blanco,
la tarde sin mañana,
y el primer pájaro muerto
sobre la rama.
¡Oh guitarra!
Corazón malherido
por cinco espadas.

5. La Tarara

Lleva la Tarara
un vestido verde
lleno de volantes
y de cascabeles.
La Tarara, sí;
la tarara, no;
la Tarara, niña,
que la he visto yo.
Luce mi Tarara
su cola de seda
sobre las retamas
y la hierbabuena.
Ay, Tarara loca.
Mueve, la cintura
para los muchachos
de las aceitunas.

6. Adiós sol
¡Adiós, sol!
¡Adiós, sol!
Bien sé que eres la luna,
pero yo
no lo diré a nadie,
sol.
Te ocultas
detrás del telón
y disfrazas tu rostro
con polvos de arroz.

De día, la guitarra del labrador;


de noche, la mandolina
de pierrot.

¡Qué más da!


tu ilusión es crear el jardín
multicolor.

¡Adiós, sol!
no olvides lo que te ama
el caracol,
la viejecilla
del balcón, y yo...
que juego al trompo con mi...
corazón.

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