SALUDO CON LA MANO.- Nuestra Armada lleva esta tradición que la
heredó de la Real Armada Británica. Al principio el saludo se lo hacía afuera en señal de que no se llevaba nada en la misma. Luego, en las unidades militares, el inferior se descubría al encontrarse con un superior.
En 1849, algunos de los oficiales más distinguidos, para demostrar la
diferencia entre el personal de chaqueta y el resto del personal de la tripulación, dieron instrucciones para que en señal de respeto se quitaran el sombrero y en respuesta, los de chaqueta únicamente se tocaran la gorra.
Existe la posibilidad de situar el origen del saludo en la Edad media, en que
era costumbre que los Caballeros levantaran sus viseras con el objeto de ser reconocidos por sus compañeros de Ejércitos o de otros Ejércitos.
Debido a la diferencia de rango se cree que en la Edad media el inferior
está obligado a descubrirse primero; en consecuencia, la distinción de clase y grado dieron origen a esta costumbre.
Hoy, en la Armada es un gesto dignificado y militar, por el cual los
marinos miramos a los ojos de nuestros superiores y al saludarlos rendimos homenaje al uniforme y a la autoridad de otro servidor del Estado. SALUDO CON EL SABLE.- Todo lo que hasta la fecha se conoce sobre el origen del saludo con el sable se remonta probablemente a las Cruzadas. El crucifijo, símbolo de la cruz en los días de la Edad Media está simbolizado por la espada por la “empuñadura” y el guardamano”.
Era costumbre en aquella época de fanatismo religioso, besar la
empuñadura de sable antes de entrar en combate, haciendo al mismo tiempo promesas y juramentos.
La cruz en el sable vuelve a renacer en los espadines de los Guardiamarinas
británicos, los sables de los arqueros de Scotland, de los regimientos de Highland y de los oficiales diplomáticos de países extranjeros.
Con el sable manteniendo al hombro se indicaba originalmente el saludo
del inferior al superior; el hecho de poner la punta hacia el suelo significaba un acto antiguo de subordinación. El principio de estos movimientos corrobora el hecho de que en la actualidad se lleva empuñadura del sable en dirección a la boca o mejilla y ello representa la supervivencia de la costumbre de besar la cruz del sable.