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Directorio
LUIS MIGUEL GERÓNIMO BARBOSA HUERTA
GOBERNADOR CONSTITUCIONAL DEL ESTADO DE PUEBLA
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La identidad
docente ante la nueva
normalidad
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ÍNDICE
Pág.
PROPÓSITOS 6
PRESENTACIÓN DE LA SESIÓN 1 11
PRESENTACIÓN DE LA SESIÓN 2 27
EDUCACIÓN A DISTANCIA 32
RECURSOS Y HERRAMIENTAS 36
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MENSAJE DEL SECRETARIO DE EDUCACIÓN
¿Cuál es el papel del docente ante los escenarios complejos a los que se está
enfrentando el mundo? La intención de lograr el desarrollo integral, apegados a los
criterios que propone la nueva escuela mexicana exige a las y los docentes, estar
preparado para desempeñar su función de acuerdo al nuevo contexto.
Sabedores de que no existe una única forma de afrontar los retos que la situación
actual nos requiere y ante la diversidad de elementos y condiciones de contexto,
centramos la mirada en los actores más importantes del proceso, las maestras y
maestros, quienes ante la necesidad de afrontar nuevos escenarios requieren
modificar la manera en que se asumen como profesionales de la educación y
transformar sus prácticas, proponemos este primer taller, con el propósito de brindar
algunas pistas de por dónde discurrir la realidad educativa.
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PROPÓSITOS
● Orientar al docente de nuevo ingreso sobre los principios que enarbolan los
fines de la educación en el Estado de Puebla y las principales características
para concretar el derecho a la educación ante la nueva normalidad.
● Contribuir a los perfiles, criterios e indicadores para docentes enmarcados
en la USICAMM que a continuación se enmarcan:
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ORGANIZACIÓN DEL TALLER
Al término de la
sesión las y los
docentes diseñarán
ambientes de
aprendizaje en ● El contexto, los desafíos
modalidad a de la educación a
Sesión 2: La
distancia, basados en
educación a distancia distancia
los criterios del
en el Estado de
diseño ● Educación a distancia 240 minutos
Puebla ● Orientaciones para la
instruccional,
ajustados a los educación a distancia
recursos,
características y
necesidades de sus
alumnos.
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ORIENTACIONES PARA EL ESTUDIO
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SESIÓN 1
La identidad docente
en el Estado de Puebla
9
SESIÓN 1
La identidad docente en el Estado de Puebla
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SESIÓN 1
PRESENTACIÓN
Otra premisa que orienta la presente sesión es que las y los docentes, son quienes
hacen operativa la propuesta educativa, la cual por más prescriptiva que sea,
siempre es matizada por las concepciones, estrategias, sentido y significado que el
profesional de la educación otorga al acto educativo.
Partiendo de estas premisas la primera sesión centra los esfuerzos en promover la
reflexión docente en algunas dimensiones, el papel que juega la identidad docente
y cómo la nueva normalidad plantea problemas emergentes que no se habían
presentado nunca y requiere para su atención el compromiso y creatividad del
docente; del mismo modo, se proponen los fundamentos que amparan la finalidad
educativa del Estado de Puebla con la intención de que las y los docentes los
comprendan y establezcan las formas en que pueden hacerlo operativos en el aula
como proyecto compartido.
¡Bienvenidos!
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Momento de trabajo 1:
El compromiso de la identidad docente ante la nueva normalidad.
La frase de Enrique retumba en la sesión de zoom. Para Raúl decirle eso es como
no decirle nada, pero pasado un instante como cuando el ordenador tarda en bajar
un archivo pesado, Raúl antes de ponerse a trabajar en el diseño de su guía de
aprendizaje, les sonríe.
¡Pero este año es necesario hacer diseños de clase a distancia, dice Raúl!
El Joven está nervioso. El año pasado sólo hizo prácticas en una escuela en un
curso que ya estaba avanzado y no le fue mal, usando los apuntes que Enrique le
dejó. No es miedo lo que esta situación le está provocando, tiene más que ver con
el ego de Raúl. Hoy sabe que dar clases a distancia no es tan sencillo como pensaba
y que con eso de la pandemia, pueden complicarse un poco más las cosas.
Raúl piensa “No es miedo, pero claro, me preocupa no dominar suficientemente las
herramientas, las estrategias y que los alumnos no puedan comunicarse o lo que
es peor que ni siquiera pueda hacer que aprendan a distancia”.
El año pasado bastaba con leer el libro y dictar las instrucciones, Raúl quiere insistir,
pero su precaución lo está dejando sin palabras.
Y Enrique quiere ir al grano, así que decide dejar al joven colega en su laberinto.
Llama a Sofía y cuando ella se ha incorporado en la reunión de zoom, Enrique
empieza a hablarles a los dos en un tono más íntimo, casi con afecto.
Bien lo que tenemos que hacer es ponernos de acuerdo en cómo vamos a planear.
Aunque al final la clase ya la darán cada uno como más les guste, pero el diseño sí
que tiene que ser el mismo para todos. ¿De acuerdo? Porque si no, cuando el
Director o el Supervisor nos revise van a percibir que no trabajamos de forma
colaborativa y nos pueden llamar la atención. ¿Me explico?
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Sofía Y Raúl no hacen preguntas pero no por las mismas razones. Él preguntaría,
de hecho, necesita urgentemente saber cómo se hace el diseño de clases a
distancia, pero espera que lo haga Sofía. Ella está esperando una señal aunque
todavía no sabe de qué, pues hay muchos frentes abiertos. A lo largo de los años,
desde que fuera alumna de la normal, Sofía se ha ido distanciando de sus maestros,
de su interpretación de lo que ella llama responsabilidad docente y a lo que algunos
de ellos les llaman “aprendizaje de los alumnos”.
Yo les propongo, prosigue Enrique, que como ahora está de moda eso de enseñar
con planes de aprendizaje, que los estudiantes simplemente respondan a las
preguntas ellos solos y al final hagan un examen. Los cuadernillos de aprendizaje
los podemos llenar como cada uno de nosotros queramos. Lo que le explicaba el
otro día a Sofía sobre cómo llenar los planes de aprendizaje ¿de acuerdo? He traído
mis planes para que las copien y creo que con que los alumnos tengan su carpeta
de experiencia es suficiente.
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SESIÓN 1
Mucho se ha hablado de las resistencias que detentan los profesores para cambiar su
conducta docente. En una reciente revisión de la literatura especializada que realizamos
(Monereo, 2010), identificamos tres fuentes que pueden explicar esa resistencia al cambio:
los sentimientos de incertidumbre, vulnerabilidad e inseguridad; las frágiles e insuficientes
competencias y estrategias personales que manejan los profesores, y la propia cultura de las
instituciones educativas, desgraciadamente aún muy poco acostumbradas al trabajo
colaborativo entre sus distintos estamentos y con una actitud mayoritariamente conservadora
frente a las innovaciones. Ante a esos focos, promotores del inmovilismo, se necesita una
formación que garantice cierta seguridad y cobertura emocional del profesorado dispuesto a
cambiar, una mayor autonomía con relación a las decisiones que puede tomar y un mayor
énfasis institucional en la necesidad de trabajar en equipo e impulsar proyectos de innovación
e investigación didáctica que mantengan la ilusión y el compromiso entre los componentes de
la comunidad educativa. Dicha formación debería aspirar a efectuar cambios mucho más
profundos que los habituales relativos al aprendizaje de algunos métodos didácticos, más o
menos aplicables a la realidad de los profesores.
Modificar lo que se hace en clase, las prácticas, siendo una dimensión importante, con
frecuencia olvidada u obviada por la formación al uso, no resulta suficiente para un cambio
profundo y sostenible, si dejamos intactas, por una parte, las concepciones, creencias,
percepciones y representaciones del docente sobre su rol, y el significado de enseñar,
aprender y evaluar su materia, y por otro las emociones y sentimientos asociados a esas
concepciones y a las estrategias que pone en juego en el aula (Sockman y Sharma, 2008, pp.
1070-1082; Day y otros, 2006, pp. 601-616; Enyedy, Goldberg y Welsh, 2006, pp. 68-93;
Monereo y otros, 2009, pp. 237-256; Roberts, 2007, pp. 447-461).
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Representaciones sobre el rol profesional
Se refieren a las funciones que el docente considera que debe desempeñar y tienen un fuerte
componente institucional. Por ejemplo, en la enseñanza obligatoria (Putnam y Borko, 2000,
pp. 219-309) suelen adoptarse roles distintos según el docente se define como «tutor», más
preocupado por los procesos madurativos y socio-psicológicos del alumno; como «educador»
en un sentido amplio, interesado en una formación completa del discente en calidad de
ciudadano, o como «químico» o «matemático», un especialista en un contenido específico
cuya labor debe consistir en transmitir ese corpus de conocimiento. Por su parte, en la
enseñanza post-obligatoria y universitaria a los anteriores roles se suman al menos otros dos
(Gewerc y Montero, 2000, pp. 371- 398; Nixon, 1996, pp. 5-16): el de «profesional», centrado
en «mostrar» las experiencias y formas de proceder en una profesión, y el de «investigador»,
preocupado por exponer los datos que aporta la ciencia, usualmente a partir de estudios
propios o de trabajos próximos a los enfoques epistemológicos del docente.
En este ámbito representacional se hallarían los distintos procesos afectivos que impulsan y
provocan las actuaciones docentes, tanto de signo positivo (motivación) como negativo
(inseguridad, vulnerabilidad), y que están vinculados al reconocimiento profesional, a la auto-
evaluación personal y a la evaluación institucional (Sutton y Wheatley, 2003).
La formación del profesorado: una pauta para el análisis e intervención a través de incidentes críticos. REVISTA
IBEROAMERICANA DE EDUCACIÓN. N.º 52 (2010), pp. 149-178 (ISSN: 1022-6508)
Carles Monereo
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Tomando como referencia el texto anterior, te invitamos a responder ¿cómo las
siguientes representaciones se han modificado ante los nuevos escenarios que vive
la educación?
Sobre la enseñanza y el
aprendizaje
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Momento de trabajo 2:
Nuevos procesos de formación docente
Determinados eventos que pueden ocurrir en el transcurso de una clase, pueden resultar
especialmente favorecedores de cambios en la identidad profesional del docente, ya sea por
su poder emocionalmente desestabilizador, por la dificultad de solventarlos con una respuesta
parcial e inmediata o por su capacidad para desafiar los roles y concepciones actuales. Esos
eventos han sido comúnmente denominados en la literatura como incidentes críticos (IC),
aunque la forma de conceptualizarlos ha variado mucho (ver, por ejemplo, los trabajos
pioneros de Tripp [1993] o Woods [1997], o la revisión de Butterfield y otros [2005, pp. 475-
497]). En nuestro caso nos parece especialmente apropiada la definición de Everly y Mitchell
(1999), quienes consideran que un incidente crítico es un suceso acotado en el tiempo y el
espacio que, al superar un determinado umbral emocional del profesor, pone en crisis o
desestabiliza su identidad-en-acción, de modo que para recuperar el control de la situación
no basta con aplicar una estrategia local, sino que requiere cierta revisión de algunos aspectos
de la identidad profesional, es decir, de las concepciones, estrategias y sentimientos del
docente (Monereo y otros, 2009, pp. 237-256). Un suceso de estas características, por
consiguiente, pone en crisis la forma de «ser» profesor, abriendo una fisura en sus
representaciones y favoreciendo una oportunidad para el cambio. Precisamente, se distingue
de un segmento de interacción o de un evento por esa carga afectivo emocional que conlleva.
En cualquier caso, para que un incidente crítico tenga efecto debe ser percibido como tal.
Veamos un ejemplo. Imaginemos que unos alumnos expresan abiertamente sus quejas al
profesor porque no entienden sus explicaciones. Posibles reacciones del docente ante este
IC:
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sentimientos pueden resultar coherentes y no favorecer cambio alguno.
Aquí el incidente no alcanza la categoría de crítico.
Para que un incidente crítico tenga lugar debe existir una situación que el profesor perciba
como conflictiva, conflicto que puede producirse con otros actores educativos (p. ej. alumnos,
colegas, dirección, inspección, padres) pero también, y especialmente, consigo mismo: el
texto a través del cual el docente interpreta la situación muestra incoherencias con su forma
de enfrentarla, es decir, con las estrategias que pone en juego y con sus sentimientos, en
tanto en cuanto «siente» que su manera de situarse frente al problema resulta inadecuada.
Una de las primeras condiciones para la formación será, pues, que el docente admita que lo
acontecido es un incidente que ha aparecido en un contexto conflictivo y frente al cual no tiene
una solución eficaz. Dicha asunción no siempre resulta sencilla. Algunos profesores veteranos
tienen sus concepciones, estrategias y sentimientos tan rutinizados que difícilmente admiten
la posibilidad de incongruencia. Entre los estudiantes de magisterio y los docentes noveles
suele ser característica también cierta ceguera ante determinados IC, fruto de una falsa
seguridad que proporciona la inexperiencia y de un falso optimismo que trata de evitar
cualquier tipo de duda (Settlage y otros, 2009, pp. 102-125; Wheatley, 2002, pp. 5-22;
Woodbury y Gess-Newsome, 2002, pp. 763-782).
Otro requisito para una propuesta formativa es que el análisis de esos incidentes críticos se
realice junto con otros, en el seno de una comunidad de profesionales, donde recíprocamente
se ofrezcan ayudas y soporte (Sutherland, Howard y Markauskaite, 2009). La última condición
remite a la necesidad de partir de algún sistema o instrumento de representación externa del
IC que favorezca la explicitación de las circunstancias en las que este se produjo y la manera
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en que reaccionaron y actuaron los implicados en el mismo. Concretamente, que dé cuenta
de las siguientes cuestiones (Thomas, 2004, pp. 101-115): ¿en qué consistió el IC? ¿Por qué
es crítico y ha sido seleccionado para su análisis? ¿A quién involucró? ¿Qué factores lo
ocasionaron? ¿Cómo se gestionó su solución? ¿Cómo podría haberse gestionado de manera
distinta? ¿Qué acciones deben ser tomadas como consecuencia de ese IC? ¿Qué lecciones
podemos aprender para el futuro?
Existen distintas propuestas de formación del profesorado basadas en incidentes críticos que
cumplen buena parte de las tres condiciones que hemos señalado más arriba. Básicamente
se distinguen por el origen o fuente del incidente.
https://drive.google.com/file/d/1TKRRRuPQ20zyNKvJmFuRhfesSe8YmLo/view?usp=sharing
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Momento de trabajo 3:
Los fines de la educación en el Estado de Puebla
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9. La escuela como constructora de ciudadanía, debe constituirse como un
ambiente promotor de la democracia, a través de la convivencia escolar
incluyente, participativa y dialógica.
10. La ética, debe ser el marco en el cual se desarrolle toda actividad realizada
en el ámbito educativo.
¿Menciona las acciones con las que puedes contribuir como docente al logro de
estas finalidades educativas?
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Momento de trabajo 4:
El derecho a la educación: las 4-As de la
Cuarta Transformación
El derecho a la educación
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Aceptabilidad: La excelencia educativa se concreta si los programas de
estudio y los métodos de aprendizaje responden a criterios pertinentes y
relevantes, si lo que las niñas, niños y adolescentes aprenden responda a las
necesidades, intereses y características lingüísticas, étnicas y de cualquier
otra índole. La educación también es aceptable si respeta la dignidad de la
persona, si respeta la diversidad cultural y las diferencias de toda índole. Los
indicadores para esta dimensión son: a) Resultados de evaluaciones
estandarizadas, b) Reglamentos que no violenten los derechos de las
alumnas, alumnos y adolescentes, c) Felicidad y, d) Solidaridad.
Adaptabilidad: El Estado a través de la Secretaría de Educación, tiene el
compromiso de hacer posible una educación que se adapte a las
necesidades de las niñas, niños y adolescentes, a las necesidades de la
comunidad y la sociedad en general. Se requiere por tanto una educación
que proteja la permanencia en las aulas de las niñas, niños y adolescentes y
que los tome en cuenta como una forma de hacer operativa la democracia;
para ello se proponen los siguientes indicadores: a) Porcentaje de alumnos
que abandonan, b) Mecanismos de participación democrática, c) Educación
con perspectiva de género y, d) Contextualización y recuperación de saberes
locales.
El aporte que cada uno de ustedes (docentes de nuevo ingreso) puedan realizar a
la educación, es la mejor manera de garantizar que las intenciones educativas se
vuelvan letras vivas.
¿Qué acciones concretas puedes implementar en cada una de las 4-As desde tu
ámbito de competencia?
Dimensión Acción
Asequibilidad
Accesibilidad
Aceptabilidad
Adaptabilidad
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SESIÓN 2
La educación a distancia
en el Estado de Puebla
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SESIÓN 2
La educación a distancia en el Estado de Puebla
Mis desafíos
50 min
● El contexto, los desafíos
de la educación a
distancia Reflexiones de la educación
60 min
a distancia
Definiendo la educación a
● Educación a distancia 50 min
distancia
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SESIÓN 2
PRESENTACIÓN
Ante los nuevos desafíos que tienen las y los docentes para concretar el derecho a
la educación, surge la necesidad de establecer algunos referentes comunes que
orienten la tarea educativa en una modalidad a distancia.
En sus inicios la educación a distancia se llevó a cabo a través del servicio postal,
es decir por correspondencia, sin embargo en las últimas tres décadas, las
tecnologías han aportado herramientas que permiten transitar con más facilidad la
comunicación con las y los estudiantes.
La crisis de salud que estámos viviendo ha obligado a que muchas de las
actividades deban implementarse desde casa, el ejercicio central de las y los
docentes hoy más que nunca necesita apoyarse de los elementos que la educación
a distancia ofrece, y del mismo modo se debe considerar que la forma en que
habitualmente diseñan sus cursos presenciales es muy distinta a lo que exige la
educación a distancia.
Las y los docentes se encuentran frente a ciertos desafíos, el primero consiste en
pretender apoyarse de sus referentes existentes en la modalidad presencial para
aplicarlos en la modalidad a distancia, sin mayor ajuste que simplemente quitar los
procesos de interacción entre el docente y las NNAJ. Otro desafío es asumir que
los libros de texto (diseñados para una modalidad presencial) sean estudiados por
el alumno sin mayor dificultad en dicho proceso; quizá a estas alturas usted intuya
que se trata de que la intervención del docente en esta modalidad es precisamente
la de dar vida a los textos, generar ideas que permitan aclarar el sentido de estos o
incluso favorecer explicaciones que permitan profundizar en la comprensión.
Otro desafío a los que se enfrenta es comprender que no se trata de mudar la clase
presencial a una modalidad virtualizada, en la que los alumnos deben pasar todo el
tiempo frente al dispositivo electrónico, olvidando las implicaciones de la educación
a distancia.
Por ello se requiere que los procesos de educativos se ajusten, la premisa central
es que si cambió el contexto, cambien las estrategias. Esperamos esta sesión sea
un desafío o un incidente crítico.
¡Comencemos!
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SESIÓN 2
Momento de trabajo 1:
El contexto, los desafíos de la educación a distancia
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SESIÓN 2
Actividad 2: reflexiones de la educación a distancia
Tiempo aproximado: 60 minutos
La reflexión nos obliga a buscar con quién dialogar las ideas; se sugieren dos textos
breves, para que dialogue con autores, confronte sus ideas, valore la viabilidad de
lo que proponen e identifique si esas ideas le ayudan a formar otras que puedan
apoyar en la construcción de nuevos referentes. Le invitamos a que los revise de
forma independiente, y posteriormente los recupere para las actividades siguientes.
Te compartimos el apartado presentación, tomado de un texto denominado:
elaboración de guías para la educación a distancia.
Presentación
Aquí nos dirigimos a quienes se enfrentan a la tarea de diseñar algún tipo de intervención
educativa a distancia porque, en cualquier caso, como converso o como escéptico, se
precisan herramientas de diseño específicas. En efecto, ante la tesitura de preparar algún
curso presencial cualquiera de nosotros cuenta -más allá de cualquier formación didáctica-
con la experiencia acumulada durante años como alumnos, lo que nos ofrece algunas claves
sobre qué funciona o no en el aula a la hora de facilitar el aprendizaje. Desgraciadamente,
este no es el caso de la educación a distancia, ya que la mayoría de quienes se aproximan a
ella carece de antecedentes significativos.
Finalmente, debemos tener en cuenta que mientras la formación presencial permite, hasta
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cierto punto, reajustes de la programación dependiendo de la marcha del curso, en educación
a distancia esto no siempre resulta fácil, dadas circunstancias tales como la separación entre
quien elabora el curso y quien lo desarrolla en la práctica. La consecuencia es que el diseño
de un curso a distancia ha de ser, aunque no rígido, sí mucho más riguroso. Parte de la
construcción de un programa a distancia queda fuera de los propósitos de esta publicación,
ya que el diseño de un curso implica tareas más amplias como el análisis sobre las
características de los estudiantes, la pertinencia de los contenidos o los recursos disponibles.
No obstante, en las guías didácticas se cruzan tres elementos críticos -objetivos, actividades
y evaluación-, que habrán de determinar en gran medida las posibilidades de éxito del curso,
y a ellos dedicaremos especial atención.
Llegados a este punto, cabe preguntarse: ¿para qué una guía didáctica? Durante años el
ideal de la enseñanza a distancia en cuanto a materiales didácticos se encontraba en el
paquete autoinstructivo, es decir, un conjunto de instrumentos, básicamente textos
intercalados con actividades, diseñados ex profeso de manera que fueran suficientes por sí
solos para que el alumno trabajando sobre ellos pudiera aprender. El modelo subyacente no
es otro que el de las máquinas de aprendizaje o, en sus versiones en papel, los programas
lineales o ramificados, que de acuerdo con los postulados conductistas pretendían segmentar
las tareas de aprendizaje en sus componentes elementales, de forma que el estudiante
dominará paso a paso cada una de las habilidades básicas para lograr otras de nivel superior.
Como tendremos oportunidad de señalar en las secciones sobre objetivos y actividades, este
modelo imperante en los años 60 y 70 se ha visto sometido a fuertes críticas desde los años
80. Aunque la perspectiva desde la que se ha redactado este manual es ecléctica y no
renuncia, por tanto, a aquellas aportaciones tradicionales que sigan siendo valiosas, aquí
apostamos por un modelo más abierto, menos rígido, que reconoce que el aprendizaje es
mucho más complejo de lo que se pretendía desde el modelo conductista. Así, asumimos que
el aprendizaje no puede restringirse a la lectura de unos textos, aunque esté acompañada de
actividades sobre estos, sino que ha de abrirse a un contexto de aplicación teórico-práctica.
En consecuencia, hemos de ser conscientes de la imposibilidad de determinar por completo
los posibles resultados de aprendizaje, lo que ha de tener repercusiones evidentes en el
establecimiento de unos objetivos que serán más generales y en unos mecanismos de
evaluación de los estudiantes más abiertos a posibles hallazgos imprevistos. Así mismo y en
paralelo a las posibilidades que brindan las nuevas tecnologías, los actuales modelos
didácticos favorecen las interacciones que transcienden la mera reflexión del estudiante sobre
el texto y fomentan el intercambio con otros alumnos, con los profesores o tutores y con el
entorno, no ya sólo como fuentes de conocimiento, sino como oportunidades para el
contraste, la discusión y la construcción colaborativa de aprendizajes.
El papel de las guías didácticas en este nuevo planteamiento consiste en ofrecer al estudiante
un mapa en el que orientarse, pero sin marcarle un recorrido único y fijo. Un caso habitual es
el de muchos profesores que son conscientes de la dificultad de encerrar en un solo texto
unos conocimientos que se muestran cada vez más polifacéticos, lo que les lleva a
recomendar la lectura de diferentes libros, incluso en la forma tan popular en otros países de
readers (colecciones de textos con los planteamientos de distintos autores respecto a un
tema). Pues bien, una de las funciones de la guía didáctica consistiría en establecer un marco
de referencia para que el estudiante supiera ubicar las distintas aportaciones, de forma que
pudiera empezar a (re-)construir un todo coherente. En paralelo, aquellas instituciones que
emplean un sistema de tutorías pueden servirse de las guías didácticas para facilitar y orientar
la labor del tutor.
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de una guía, nuestra propuesta se define a favor de un esquema flexible pero que en cualquier
caso convendría que incluyera:
.
Con base al fragmento anterior ¿Qué decisiones (acciones) requieres tomar
en el diseño de tus cursos a distancia?
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SESIÓN 2
Momento de trabajo 2: Educación a distancia.
32
Después de haber dado lectura a las concepciones de la educación a distancia
¿Qué juicios o reflexiones puede elaborar hasta este momento?
Hasta ahora llevamos dos momentos de trabajo que tienen por intención
comprender la educación a distancia y tener presente los cambios que usted debe
realizar en los procesos de enseñanza-aprendizaje.
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SESIÓN 2
Momento de trabajo 3:
Orientaciones para la educación a distancia
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A continuación se proponen algunas orientaciones para el diseño de cursos en la
modalidad a distancia, a partir de dichas orientaciones establece qué desempeños
debes realizar en cada elemento. Entendiendo desempeño como una actuación en
la que se movilizan diversos tipos de saberes, conocimientos, habilidades,
actitudes; que se realiza de forma reflexiva, responsable y efectiva ajustado a un
contexto especifico.
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SESIÓN 2
RECURSOS Y HERRAMIENTAS
Educación a distancia
L2da1V_iyv7?usp=sharing
los estudiante
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20estructura,y%2520ofrece%25
20informaci%25C3%25B3n%25
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