Con el transcurso de los años Colombia se ha caracterizado por ser un
país negligente en el aspecto de la educación rural, dado que no cumple con los requerimientos necesarios para atender a la formación integral del alumnado. Esto se ha demostrado con las vías en mal estado, docentes en multigrados, sin herramientas electrónicas, sin materiales pedagógicos y, pero aun sin un centro educativo con la estructura adecuada. Es en este caso donde los docentes se ven en la obligación de buscar estrategias para enseñar con lo poco que tienen y así no perjudicar la educación de los niños que viven en el campo.
Desde luego, existen muchos docentes con la intención y disposición de
ayudar a los estudiantes, sin importar tener que trasladarse todos los días por horas a lugares que por lo general no cuenta con vías adecuadas para transitar, pero no es suficiente la intención dado que el Sistema Educativo Nacional debe garantizar la igualdad en el derecho a la educación y cumplir con las exigencias legales, técnicas y pedagógicas tanto en la zona urbana como rural.
Por ello, pensar en la escuela rural requiere tomar en consideración el
territorio en el que se localiza, es decir, las condiciones en las que se encuentran los estudiantes, padres de familia y docentes en el proceso de enseñanza-aprendizaje y de la misma forma las desventajas que tiene el alumnado por no contar con los recursos necesarios para estudiar mostrando así la realidad de la escuela en el campo y como se ve afectado aprendizaje.
En definitiva, existe la necesidad de analizar hoy, desde una perspectiva
actualizada, las características y condiciones de la escuela localizada en espacios rurales, intentar una mirada retrospectiva que permita establecer ciertas continuidades que se puedan rastrear desde los orígenes del Sistema Educativo Nacional y permita cumplirle a cabalidad a los jóvenes en su aprendizaje.