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En primer lugar, los directores no saben cuánto durará un conflicto, cuánta energía se va
a necesitar y qué problemas se esconden detrás de las circunstancias difíciles. En
segundo lugar, involucrarse es peligroso; afrontar un problema sin poder resolverlo
exitosamente puede manchar la carrera de un director. En tercer lugar, puesto que los
problemas en ocasiones son tan confusos, es más fácil diferirlos u ocuparse de cosas que
demanden menos actividad. Por estas razones, a menudo los directores no tienen la
agudeza, el valor o la voluntad para decidir. Es importante entender por qué la toma de
decisiones puede ser tan desafiante.
Características:
Riesgo
Incertidumbre
Falta de estructura
Conflicto
Esta cuestión puede ilustrarse en la distinción entre las decisiones programadas y las no
programadas. Las decisiones programadas son aquellas que se han encontrado y resuelto
con anterioridad. Tienen respuestas objetivamente correctas y pueden ser resueltas
haciendo uso de reglas simples, de políticas previamente establecidas o de sumas
numéricas.
Sin embargo, los directores por lo general no enfrentan decisiones programadas, sino
decisiones no programadas: novedosas y complejas, de las cuales se desconoce el
resultado. Cuentan, además, con una variedad de posibles soluciones, todas con ventajas
y desventajas.
Las decisiones importantes son aún más difíciles por el conflicto que deben enfrentar
los directores. El conflicto, que existe cuando un director debe considerar oponerse a las
presiones provenientes de diferentes fuentes, ocurre en dos niveles.
Etapas de la toma de decisiones
El “problema” puede ser una oportunidad que requiere ser explorada, una brecha entre
lo que la organización está haciendo en la actualidad y lo que podría hacer para crear un
futuro más positivo. En este caso, las decisiones involucran el análisis de la
oportunidad.
Evaluación de alternativas
Para evaluar las alternativas, hay que remitirse a las metas originales, definidas en la
primera etapa. ¿Cuáles alternativas responden a estas metas y cuáles no lo hacen?
¿Cuáles alternativas son más aceptables para la compañía y para sus accionistas? Si hay
varias alternativas que pueden resolver el problema, ¿cuáles pueden ser implementadas
con el menor costo y la mayor utilidad? Si no hay ninguna alternativa que ayude a
alcanzar las metas, tal vez podrían combinarse dos o más de las mejores que se tengan.
Selección de alternativas
La optimización es la consecución del mejor balance entre las diferentes metas. Tal vez,
al adquirir el equipo, se interese por un lado en la calidad y la durabilidad, pero por el
otro en el precio. De este modo, en lugar de comparar la pieza más barata de equipo que
sí funciona, se elige una que tenga la mejor combinación de atributos, aunque haya
opciones más baratas y otras de mejor calidad y durabilidad.
Implementación de la decisión
Evaluación de la decisión
La etapa final del proceso de selección de una alternativa es evaluarla. Esto implica
obtener información acerca de su funcionamiento.