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Asignatura:
Fisiología Humana
Semestre: Grupo:
2 F
Musculo esquelético
El músculo esquelético es un tejido abundante que se sitúa en múltiples partes del cuerpo
humano, ya que es el encargado de producir las contracciones que necesitamos día a día.
Además, este tipo de músculo es el que en su mayoría se realiza de manera voluntaria cuando
necesitamos movernos.
Estos tejidos musculares se sitúan en las extremidades superiores e inferiores, en el tronco,
cabeza, cuello y cara. Es decir, que son los que en su mayoría se sitúan más superficial.
Un músculo esquelético es un órgano formado por células musculares esqueléticas y por tejido
conectivo. El tejido conectivo reviste cada célula muscular formando una envuelta denominada
endomisio. Las células musculares se agrupan en haces o fascículos rodeados a su vez de
una cubierta conectiva denominada perimisio. Y el músculo entero dispone de una lámina
gruesa llamada epimisio.
Estas cubiertas de tejido conectivo pueden continuarse con el tejido fibroso que forma los
tendones, los cuales constituyen el anclaje del músculo al hueso. Este tejido conectivo es
esencial para la transmisión de la fuerza generada por las células musculares al esqueleto. El
tejido muscular esquelético está formado por células largas, de ahí el término de fibras,
multinucleadas y cilíndricas. Su longitud es muy variable pudiendo oscilar desde 1 mm a 4
centímetros; su diámetro, mucho más pequeño, se sitúa entre 5 y 100 µ.
La contracción muscular se produce por deslizamiento de los filamentos gruesos y finos entre
sí. Esta interdigitación de los filamentos produce una disminución de longitud del sarcómero.
Durante el acortamiento del sarcómero, los discos o líneas Z se acercan uno a otro,
aproximándose entre sí.
El modelo del deslizamiento de los filamentos propone que los filamentos finos se mueven
sobre los gruesos. Este desplazamiento es posible por la unión entre las cabezas de miosina
con puntos activos o complementarios de la molécula de actina. La formación de uniones, a
través de los puentes cruzados, entre la actina y la miosina que se activan y desactivan
cíclicamente constituye el proceso que conduce al acortamiento del músculo durante la
contracción.
Musculo liso
El músculo liso es considerado en las ciencias de la salud, como un tejido muscular que se
ubica en los órganos de la cavidad abdominal y pélvica. Y que está compuesto de células y
fibras dispuestas de manera diferente al músculo estriado del corazón, extremidades y tronco.
Los órganos de la cavidad abdominal y pélvica, que son conocidos por presentar tejidos
musculares tipos liso, son: Intestinos, bronquios, esófago, órganos del sistema digestivo
(estómago, hígado, páncreas, vesícula), en la cavidad pélvica el útero y vejiga.
Así mismo, podemos encontrarlo en algunos músculos del ojo, específicamente en los que
activan el iris, y en arterias como la aorta.
El músculo liso cuenta con una estructura formada por células uninucleadas, las cuales se
caracterizan por ser delgadas y también fusiformes. Sus longitudes pueden variar y además,
se encuentra inervado por el sistema nervioso autónomo el cual lo hace contraerse de forma
involuntaria. Dentro de su estructura también se encuentran una serie de filamentos
finos y gruesos que se unen a la membrana plasmática. Su forma es más irregular y posee
también filamentos de actina los cuales se ubican diagonalmente.
La contracción de los músculos lisos se da gracias al aumento en la concentración de los
niveles de calcio intracelular. Esto sucede cuando, luego de que la célula recibe una señal de
tipo nerviosa, los niveles de calcio que hay en el interior del citoplasma se elevan induciendo
la producción de la fosforilación de la miosina, cuando esto sucede, las células se desplazan
horizontalmente unas sobre otras, acercándose y produciendo al mismo tiempo una reducción
en el tamaño y el diámetro, agrandando o disminuyendo el tamaño del vaso sanguíneo o del
tubo digestivo.
Como el músculo liso está localizado en órganos de la zona abdominal y de la pelvis, está
compuesto de células diferentes. Entonces, cuando las vísceras donde se localiza se alteran
morfológica y funcionalmente, podremos encontrar que este tipo de músculo junto a sus
componentes se encontrarán afectadas.
El cáncer, por ejemplo, es una enfermedad que afecta a la célula del órgano donde se
presenta.
Musculo cardiaco
El músculo cardíaco o miocardio (mio, músculo y cardio, corazón) es el tejido muscular que
forma las paredes del corazón de los vertebrados. Es el encargado de mediar la propulsión de
sangre a través de todo el sistema vascular a través de contracciones rítmicas y constantes.
Las células que componen el músculo cardíaco son capaces de generar sus potenciales de
acción endógenos en intervalos periódicos. Existen células especializadas denominadas
“células marcapasos” que imponen un ritmo cardíaco a todo el corazón, generando el potencial
de acción y dispersándolo por todo el órgano.
Las patologías más comunes que afectan al corazón son el infarto al miocardio, las
miocardiopatías y la miocarditis. Estas tienen distintas causas, tanto genéticas como inducidas
por medicamentos, infecciones o hábitos de vida poco saludables. Para evitarlas se
recomienda ejercicio físico constante y el consumo de una dieta equilibrada.
Las células que constituyen el músculo cardíaco se caracterizan por presentar un solo núcleo
central y estar unidas entre sí por medio de discos intercalados. Estas células pueden o no
presentar ramificaciones.
Estas características celulares permiten distinguir al músculo cardíaco del resto de los tipos
musculares, a saber, esquelético y liso.
Son similares al músculo esquelético en su estructura estriada, ya que ambos se puede
observar este ordenamiento de las fibras contráctiles. En contraste, las células del miocardio
poseen un solo núcleo, mientras que las del músculo esquelético son multinucleadas.
Los discos intercalares son interdigitaciones complejas que existen entre células adyacentes,
y tienen tres tipos de especializaciones: fascia adherens, mácula adherens y uniones en
hendidura.
– Las uniones en hendidura o uniones gap que permiten un contacto iónico directo para la
comunicación eléctrica.
Por ello, a pesar que las células son mononucleadas funcionan realmente como un sincitio
(una célula con múltiples núcleos). De esta manera, las células del miocardio se comportan
como un todo (como un único músculo unitario).
Además de las células contráctiles, el miocardio también cuenta con cierto porcentaje de tejido
conectivo formado por fibras de colágenos paralelas. La función de esta estructura es
mantener la unión entre las células y fomentar la transmisión de energía.
El músculo cardíaco se encarga de la contracción rítmica y continua del corazón, el cual
funciona como una bomba que orquesta el paso de la sangre por todo el sistema circulatorio.
Además de las diferencias de estructura entre los músculos, también se hacen distinciones de
acuerdo con sus dimensiones, formas y lugar donde se ubiquen, entre otros aspectos. A
continuación, veremos otras maneras en que se clasifican los músculos.
• Largos: son extendidos y estrechos y de gran potencia. Estos, a su vez, pueden ser
fusiformes o planos, según el diámetro transversal sea mayor en su parte media que en
los extremos. Así, el bíceps es un músculo largo y fusiforme, mientras que el recto del
abdomen es largo y aplanado.
• Cortos: son aquellos que, independientemente de su forma, tienen muy poca longitud.
Por ejemplo, los de la cabeza y cara.
• Orbiculares: su forma puede ser más o menos circular y son los que rodean alguna
estructura importante, como los de la boca y los de los párpados.
• Anchos: son aquellos en los que todos sus diámetros tienen, aproximadamente, la
misma longitud y generalmente, son aplanados y delgados. Un ejemplo es el dorsal
ancho de la espalda.
Los músculos de las extremidades pueden realizar distintos movimientos, entre ellos, los de
flexión o extensión, de rotación (pronación y supinación), de aproximación (aducción) o
alejamiento (abducción).
Como hemos visto, la mayor parte de los músculos están provistos de tendones, mediante los
cuales suelen insertarse sobre los huesos. Según el tipo de inserción, es decir, si lo hacen
mediante más de un extremo o cabeza, se dividen en bíceps (dos cabezas), tríceps (tres
cabezas) y cuádriceps (cuatro cabezas). Dependiendo de si están formados por más de un
cuerpo o vientre muscular, se dividen en digástricos y poligástricos (dos o más cuerpos,
respectivamente). Si toman su inserción terminal por más de un extremo o cola, los músculos
serán bicaudales, tricaudales o policaudales, según lo hagan por dos, tres o más extremos.
BIBLIOGRAFÍA:
1. G367: Tema 4. Fisiología del músculo esquelético [Internet]. Unican.es. [citado el 1 de octubre
de 2021]. Disponible en: https://ocw.unican.es/mod/page/view.php?id=577
2. Almeida A. Fisiología del músculo liso. [citado el 1 de octubre de 2021]; Disponible en:
https://www.academia.edu/37817409/Fisiolog%C3%ADa_del_m%C3%BAsculo_liso