Hoy esta triste alguien, y se pregunta por que su voz, humor, no es el mismo. La tristeza lo desborda, ha perdido a alguien, considero que habla de una traición. Él se compara, siente un dolor que lo apodera y lo vuelve débil, monótono. Esa tristeza, posiblemente lo lleve a contarle al mundo, un inconformismo guiado al amor, como al dar todo y recibir caos. Lo lindo, ella; este desecho por eso mismo, una traición que lo agobia y lo estremece. El abandona su pueblo, busca un nuevo horizonte es esa gran ciudad, y al repetirse que traía sueños, quizá con ella y al enterarse de su gran traición, esos se convierten en recuerdos que no van a volver, por qué para lograrlos ella era su única inspiración. Volvemos al pajarito, no siendo literal, le está hablando a el mismo, siendo que en un principio dije que alguien, es fácil deducir que se lo está dedicando a el mismo, buscando quizá una compañía, un entendimiento, razonamiento que le logre salir de ahí. Y te transporta en un viaje, nosotros como seres humanos estamos en situaciones similares, donde quizá ese pajarito que hoy está triste, algún día fue feliz. Nos pone a cuestionarnos, o en mi caso me lleva a pensar ¿qué sería de nosotros cuando la tristeza de una traición, se apodera de sueños? Lo más seguro es que esa absoluta tristeza te lleve por caminos nublados sin salidas, es complejo, por qué suele confundirse con la muerte. Nos volvemos a preguntar ¿Y si quiero contarle al mundo? Claro, es normal buscar donde desahogar la injusticia, ese inconformismo con el mismo. Acá he tocado un tema difícil, es posible que está traición sea por mi culpa. Es una posibilidad, mas sin embargo la opción es nunca culparnos, ¿por qué cuando las relaciones son una persona? Para mí, nos lleva un mensaje de confianza, en ocasiones debemos ser ese pajarito, que abandonó el nido por la traición de un querer. Algún día se podrá volver al pueblo, donde esos sueños que merodeaban, son ahora reflexiones, oportunidades para cambiar y poder silbar en la gran ciudad.