Está en la página 1de 10

´´ Patentes farmacéuticas y genéricos: negocio o salud´´

1. Introducción:

1.1 Contextualización:
La industria farmacéutica se enfrenta a una fuerte reducción de ingresos por la pérdida de patentes de
fármacos y entran a competir con los medicamentos genéricos en el Perú.

1.2 Controversia:
¿Consideras factible la eliminación de las patentes por parte del Gobierno para favorecer la venta de los
medicamentos genéricos?

1.3 Tesis: No estamos de acuerdo, porque producen pérdidas económicas a las empresas
farmacéuticas.

1.4 Anticipación: A continuación, fundamentaremos nuestra postura con los siguientes argumentos.

2. Desarrollo:

2. Idea principal:
Las farmacéuticas dejaron de ingresar 22.800 millones en 2018 por pérdida de patentes.

2.1 Ideas Secundarias:


° Una vez que los fármacos pierden la patente compiten con los genéricos que entran al mercado.
° Efectos sobre los ingresos de los laboratorios: una menor cuota de mercado y una rebaja del precio
para poder rivalizar.

° Los fabricantes de productos genéricos pueden copiar productos patentados, pagando un pequeño
derecho a las empresas farmacéutica.

° La Organización Mundial de Comercio abrió la puerta a que los países pudieran saltarse las patentes de
los medicamentos.

2.2. Ideas secundarias: Sin patentes, no habría investigaciones


° El VIH: un descubrimiento importante que ya permite soñar con la posibilidad de curación

° Nexavar es un medicamento utilizado para combatir el cáncer de hígado y riñón patentado por la
compañía farmacéutica alemana Bayer.

3. Cierre:

3.1 Conector de cierre: En resumen


3.2 Reafirmación de tesis más síntesis de argumento:

Estamos en contra de la eliminación de los patentes por parte del Gobierno, ya que producen grandes
pérdidas económicas a las empresas farmacéuticas

3.3 Comentario Crítico:


La eliminación de las patentes solo perjudicaría a los derechos de las empresas farmacéuticas y el país
donde se implementaría, tanto económicamente como el derecho a la salud de las personas más
vulnerables.
Patentes farmacéuticas y genéricos: negocio o salud

La patente farmacéutica plantea dudas sobre el acceso a los medicamentos que se posibilita a
la sociedad y, por lo tanto, en última instancia, la ingreso al derecho a la salud. Este tiempo de
defensa puede elaborar un efecto adverso: la elevación de los precios finales de los
medicamentos. Sin embargo, Se tiene presente que la duración de la patente farmacéutica se
acorta a efectos prácticos. Además, el medicamento genérico se refiere a esos productos que
se cambian con los medicamentos patentados, y que inician su producción justo después que
haya vencido la patente que los protegía. Evidentemente, los presupuestos públicos de un
territorio verán incrementada su sostenibilidad financiera si optan por comprar esta clase de
medicamentos, asegurando los mismos resultados con los medicamentos patentados.

En 2018 se espera que la privación de la custodia de ciertos medicamentos de marca suponga


una rebaja de 22.800 millones de euros en la facturación de las compañías, según los datos de
la consultora Evaluate Pharma. Convencionalmente se habla de que los precios de la obra de
un medicamento alcanzan los 1.000 millones de euros, aun cuando ciertos estudios, como el
de la Universidad de Tufts (referente en el sector), han doblado la porción en los últimos años.
“El ingreso de los medicamentos genéricos y los biosimilares en la ecuación van a permitir
ahorrar millones a los sistemas nacionales de salud por el abaratamiento de los productos. Por
esto India, considerada por ciertos como "la farmacia de todo el mundo en desarrollo", por la
producción de genéricos de calidad a bajo precio, autorizó esta semana a la compañía de
genéricos Natco Pharma a crear y comercializar el mismo medicamento bajo el nombre de
Sorafenat por menos de US$200. Según las leyes indias sobre patentes, el Régimen puede
producir una licencia forzosa con la que posibilita la obra de genéricos (medicamentos
localizados por el nombre de su comienzo activo, muchísimo más baratos que sus iguales con
marca registrada) en caso de emergencia sanitaria. Tal, los productores de genéricos tienen la
posibilidad de imitar productos patentados pagando un diminuto derecho al laboratorio que
tiene la patente. Brasil y Tailandia fueron ambos primeros territorios en adoptar el tamaño,
luego de que en 2001 la Organización Mundial de Negocio abrió la puerta a que las naciones
tengan la posibilidad de saltarse las patentes de los medicamentos, permitiendo construir o
importar genéricos en caso de crisis sanitaria. El 4 de mayo del 2007 Luis Ignacio Lula da Silva,
firmó un decreto por el que autorizaba a quebrar la patente del antirretroviral Efavirenz, un
medicamento contra el SIDA, de la grande farmacéutica de Estados Unidos Merck.
El ingreso de los medicamentos genéricos y los biosimilares en la ecuación permitirán ahorrar
millones a los sistemas nacionales de salud por el abaratamiento de los productos. Según las
leyes indias sobre patentes, el Sistema puede elaborar una licencia obligatoria con la que
permite la obra de genéricos (medicamentos localizados por el nombre de su inicio activo,
mucho más baratos que sus equivalentes con marca registrada) en caso de emergencia
sanitaria. Brasil y Tailandia fueron los dos primeros países en adoptar la medida, después de
que en 2001 la Organización Mundial de Comercio abrió la puerta a que los países pudieran
saltarse las patentes de los medicamentos, permitiendo edificar o importar genéricos en caso
de crisis sanitaria. El sistema presente -en los países que tienen patentes, un requisito de la
Organización Mundial de Comercio- es un "equilibrio" al que ha llegado la sociedad, explica
Arnés. El sistema presente -en las naciones que poseen patentes, un requisito de la
Organización Mundial de Comercio- es un "equilibrio" al que ha llegado la sociedad, explica
Arnés. Empero solamente 3 de cada 10 nuevos productos consiguen amortizar el gasto que se
dedica a su desarrollo (unos 700 millones de euros de media), ya que "enseguida aparecen los
denominados seguidores, medicamentos de la misma familia que dan alguna ligera mejoría y
se llevan el mercado", explica Arnés. El caso es peor en las naciones en los cuales no existe
reglamentación de patentes, o es menor en esos que la han implantado hace poco, ya que "en
el lapso de transición puede pasar de todo", asegura Arnés, y pone 2 ejemplos: el caso en
España, donde hasta 2012 no estarán todos los productos salvaguardados -por aquello
Farmaindustria, la patronal farmacéutica, asegura que la ingreso de genéricos en el mercado
debería regularse más, debido a que tienen la posibilidad de entrar anteriormente que en
Europa- y en India, donde el plazo durará hasta 2015.
En 2018 se espera que la privación de la protección de ciertos medicamentos de marca
suponga una rebaja de 22.800 millones de euros en la facturación de las compañías, según los
datos de la consultora Evaluate Pharma. Convencionalmente se habla de que los precios de la
obra de un medicamento alcanzan los 1.000 millones de euros, aun cuando ciertos estudios,
como el de la Universidad de Tufts (referente en el sector), han doblado la porción en los
últimos años. “El ingreso de los medicamentos genéricos y los biosimilares en la ecuación van a
permitir ahorrar millones a los sistemas nacionales de salud por el abaratamiento de los
productos. El más relevante, el antitumoral biológico Mabthera del laboratorio suizo Roche,
que el pasado año facturó 6.500 millones de euros. Según las leyes indias sobre patentes, el
Régimen puede producir una licencia forzosa con la que posibilita la obra de genéricos
(medicamentos localizados por el nombre de su inicio activo, muchísimo más baratos que sus
iguales con marca registrada) en caso de emergencia sanitaria. Brasil y Tailandia fueron ambos
primeros territorios en adoptar el tamaño, luego de que en 2001 la Organización Mundial de
Negocio abrió la puerta a que las naciones tengan la posibilidad de saltarse las patentes de los
medicamentos, permitiendo construir o importar genéricos en caso de crisis sanitaria. El
sistema de hoy -en las naciones que poseen patentes, un requisito de la Organización Mundial
de Comercio- es un "equilibrio" al que ha llegado la sociedad, explica Arnés. "Sin patentes no
hay innovación ni habrá medicamentos nuevos ni para ricos ni para pobres". Humberto Arnés,
director de Farmaindustria, la patronal de los laboratorios, lo tiene claro: "En un mundo donde
impera la economía de mercado y la sin dependencia competencia es uno de sus pilares, la
única exclusión son las patentes. El sistema presente -en los países que tienen patentes, un
requisito de la Organización Mundial de Comercio- es un "equilibrio" al que ha llegado la
sociedad, explica Arnés. En los 10 años siguientes es cuando el laboratorio tiene que recuperar
la inversión desarrollada, asegura, puesto que después es cuando pueden entrar los genéricos
en el mercado. Pero únicamente 3 de cada 10 nuevos productos consiguen amortizar el gasto
que se dedica a su desarrollo (unos 700 millones de euros de media), debido a que "enseguida
aparecen los llamados seguidores, medicamentos de la misma familia que ofrecen alguna
ligera mejoría y se llevan el mercado", explica Arnés. El 4 de mayo del 2007 Luis Ignacio Lula da
Silva, firmó un decreto por el que autorizaba a quebrar la patente del antirretroviral Efavirenz,
un medicamento contra el SIDA, de la grande farmacéutica de Estados Unidos Merck. La
situación es peor en los países en los que no existe reglamentación de patentes, o es menor en
aquellos que la han implantado hace poco, debido a que "en el transcurso de transición puede
pasar de todo", afirma Arnés, y pone 2 ejemplos: la situación en España, donde hasta 2012 no
estarán todos los productos protegidos -por eso Farmaindustria, la patronal farmacéutica,
garantiza que la ingreso de genéricos en el mercado debe regularse más, ya que pueden entrar
antes que en Europa- y en India, donde el plazo durará hasta 2015.
En 2018 se espera que la privación de la defensa de ciertos medicamentos de marca suponga
una rebaja de 22.800 millones de euros en la facturación de las compañías, según los datos de
la consultora Evaluate Pharma. En 2023, según la consultora, la reducción de ingresos además
será importante, en cierta medida motivada puesto que ese ejercicio pierde las patentes
Humira (del laboratorio Abbvie), que es el fármaco que más facturó en el mundo en 2017
(14.978 millones), y Stelara, de Janssen, que se espera que esté en el top 10 de ventas en los
próximos años. Convencionalmente se habla de que los costos de la obra de un medicamento
alcanzan los 1.000 millones de euros, aunque ciertos estudios, como el de la Universidad de
Tufts (referente en el sector), han doblado la cantidad en los últimos años. “El ingreso de los
medicamentos genéricos y los biosimilares en la ecuación permitirán ahorrar millones a los
sistemas nacionales de salud por el abaratamiento de los productos. Se calcula que en los
próximos 10 años los biosimilares ahorrarán únicamente al sistema de salud de Estados Unidos
38.500 millones de dólares”, aclara esta experta de Clarke, Modet & Co. El más importante, el
antitumoral biológico Mabthera del laboratorio suizo Roche, que el pasado año facturó 6.500
millones de euros. La agencia del medicamento de Estados Unidos muestra los principales
fármacos que perderán la patente en 2018. Asimismo, otros laboratorios que perderán la
patente, debido al cumplimiento de los años de protección, son Cialis de Lilly (frente a la
disfunción eréctil), y los superventas Lyrica (fármaco antiepiléptico) de la compañía Pfizer,
Neulasta (estimula el incremento de glóbulos blancos en la médula ósea después de las
quimioterapias) de la compañía Amgen y, finalmente, Seretide (tratamiento de asma y
enfermedades pulmonares) del laboratorio GSK. Por ello India, considerada por ciertos como
"la farmacia de todo el planeta en desarrollo", por la producción de genéricos de calidad a bajo
costo, autorizó esta semana a la compañía de genéricos Natco Pharma a generar y
comercializar el mismo medicamento bajo el nombre de Sorafenat por menos de US$200.
Según las leyes indias sobre patentes, el Regimen puede ocasionar una licencia obligatoria con
la que permite la obra de genéricos (medicamentos ubicados por el nombre de su principio
activo, mucho más baratos que sus equivalentes con marca registrada) en caso de emergencia
sanitaria. Tal, los productores de genéricos pueden emular productos patentados pagando un
pequeño derecho al laboratorio que tiene la patente. Brasil y Tailandia fueron los dos primeros
países en adoptar la medida, después de que en 2001 la Organización Mundial de Comercio
abrió la puerta a que los países pudieran saltarse las patentes de los medicamentos,
permitiendo edificar o importar genéricos en caso de crisis sanitaria. El sistema actual -en los
países que tienen patentes, un requisito de la Organización Mundial de Comercio- es un
"equilibrio" al que ha llegado la sociedad, explica Arnés. El 4 de mayo de 2007, el entonces
mandatario brasileño, Luiz Inacio Lula da Silva, firmó un decreto por el que autorizaba a
quebrar la patente del antirretroviral Efavirenz, un medicamento contra el SIDA, de la grande
farmacéutica de Estados Unidos Merck. "Sin patentes no hay innovación ni habrá
medicamentos nuevos ni para ricos ni para pobres". Humberto Arnés, director de
Farmaindustria, la patronal de los laboratorios, lo tiene claro: "En un mundo donde impera la
economía de mercado y la independiente competencia es uno de sus pilares, la exclusiva
distinción son las patentes. A ellas se supedita el avance científico-técnico", confirma como
muestra de el valor que para el área tiene la custodia intelectual. El sistema presente -en las
naciones que poseen patentes, un requisito de la Organización Mundial de Comercio- es un
"equilibrio" al que ha llegado la sociedad, explica Arnés. Fruto de aquel equilibrio es la de hoy
reglamentación, que concede a lo largo de 20 años la excepcionalidad a la compañía que
encuentra una molécula nueva. A partir de que se patenta un nuevo inicio activo hasta que
éste pasa todos los ensayos pasa una media de 10 años (últimamente, ya 11), sugiere Arnés.
En los 10 años siguientes es una vez que el laboratorio tiene que recobrar la inversión
elaborada, confirma, pues luego es una vez que tienen la posibilidad de entrar los genéricos en
el mercado. Empero solamente 3 de cada 10 nuevos productos consiguen amortizar el gasto
que se dedica a su desarrollo (unos 700 millones de euros de media), ya que "enseguida
aparecen los denominados seguidores, medicamentos de la misma familia que dan alguna
ligera mejoría y se llevan el mercado", explica Arnés. El caso es peor en las naciones en los
cuales no existe reglamentación de patentes, o es menor en esos que la han implantado hace
poco, ya que "en el lapso de transición puede pasar de todo", confirma Arnés, y pone 2
ejemplos: el caso en España, donde hasta 2012 no estarán todos los productos salvaguardados
-por aquello Farmaindustria, la patronal farmacéutica, asegura que la ingreso de genéricos en
el mercado debería regularse más, debido a que tienen la posibilidad de entrar previamente
que en Europa- y en India, donde el plazo durará hasta 2015. Sin entrar en la situación
concreto de Novartis y su pleito con el Regimen indio por el Glivec (un medicamento
anticancerígeno del que hay numerosas copias en el subcontinente asiático), Arnés rechaza
que haya un problema en medio de las patentes y la custodia de la salud. "Aquel es un debate
falso", confirma tajante.
En 2018 se espera que la privación de la custodia de ciertos medicamentos de marca suponga
una rebaja de 22.800 millones de euros en la facturación de las compañías, según los datos de
la consultora Evaluate Pharma. Convencionalmente se habla de que los precios de la obra de
un medicamento alcanzan los 1.000 millones de euros, aun cuando ciertos estudios, como el
de la Universidad de Tufts (referente en el sector), han doblado la porción en los últimos años.
“El ingreso de los medicamentos genéricos y los biosimilares en la ecuación van a permitir
ahorrar millones a los sistemas nacionales de salud por el abaratamiento de los productos. Por
esto India, considerada por ciertos como "la farmacia de todo el mundo en desarrollo", por la
producción de genéricos de calidad a bajo precio, autorizó esta semana a la compañía de
genéricos Natco Pharma a crear y comercializar el mismo medicamento bajo el nombre de
Sorafenat por menos de US$200. Según las leyes indias sobre patentes, el Régimen puede
producir una licencia forzosa con la que posibilita la obra de genéricos (medicamentos
localizados por el nombre de su comienzo activo, muchísimo más baratos que sus iguales con
marca registrada) en caso de emergencia sanitaria. Tal, los productores de genéricos tienen la
posibilidad de imitar productos patentados pagando un diminuto derecho al laboratorio que
tiene la patente. Brasil y Tailandia fueron ambos primeros territorios en adoptar el tamaño,
luego de que en 2001 la Organización Mundial de Negocio abrió la puerta a que las naciones
tengan la posibilidad de saltarse las patentes de los medicamentos, permitiendo construir o
importar genéricos en caso de crisis sanitaria. El 4 de mayo del 2007 Luis Ignacio Lula da Silva,
firmó un decreto por el que autorizaba a quebrar la patente del antirretroviral Efavirenz, un
medicamento contra el SIDA, de la grande farmacéutica de Estados Unidos Merck

La patente farmacéutica expone dudas sobre la entrada a los medicamentos que se permite a
la sociedad y, por consiguiente, en última instancia, la entrada al derecho a la salud. Este lapso
de custodia puede producir un impacto adverso: la altura de los costos finales de los
medicamentos. Por otro lado, Se tiene en cuenta que la duración de la patente farmacéutica
se acorta a efectos prácticos. A partir del instante del invento y solicitud de patente, hasta la
explotación y repartición del producto en el mercado, transcurren alrededor de unos 12 años.
Por ello utilizan este argumento para justificar el alza de sus precios. Además, el medicamento
genérico tiene relación con aquellos productos que se cambian con los medicamentos
patentados, y que inician su producción justo luego que haya vencido la patente que los
salvaguardaba. Claramente, los presupuestos públicos de un territorio verán incrementada su
sostenibilidad financiera si optan por mercar este tipo de medicamentos, asegurando los
mismos resultados con los medicamentos patentados. Se dice, que hay que tener en cuenta
que existen factores que afectan a la comercialización de productos farmacéuticos, ya que, en
ciertos territorios, se ha denunciado las prácticas indebidas de varias industrias farmacéuticas,
que buscan influir decisivamente en la elección de los doctores mediante pago en especies, así
mismo tendrán la posibilidad de realizar viajes a prestigiosos congresos, entre otros. Por tal
motivo, puede ofrecer precios mucho más bajos y competir eficazmente en el mercado.
El director Humberto Arnés afirma un mundo donde lidera la economía de mercado y la
independiente competencia, es uno de sus pilares, donde la exclusión son las patentes.
Actualmente el sistema en las naciones que poseen patentes debe de tener un equilibrio al
que ha llegado la sociedad. Por ello, Como resultado del equilibrio es la presente
reglamentación, que concede a lo largo de 20 años la excepcionalidad a la organización que
encuentra una molécula nueva y por esa razón, para los laboratorios es fundamental que se
logre patentar no solamente la molécula original, sino las creaciones incrementales, ya que,
estas consisten en pequeñas mejoras, como borrar cualquier efecto colateral o facilitar la
gestión. Por otro lado, el caso es peor en las naciones en los cuales no existe reglamentación
de patentes, o es menor, así como también en los que se han implementado recientemente,
siendo un problema entre las patentes y la defensa de la salud, ya que el auténtico problema
es de infraestructuras, falta de canales adecuados y de doctores para prescribirlos. Además, el
mercado farmacéutico en los países pobres representa menos del 5% del total, por lo que las
grandes compañías no tienen inconveniente en regalar o vender a precio de coste sus
fármacos, dice Arnés.

También podría gustarte