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UNIVERSIDAD NACIONAL ABIERTA Y A DISTANCIA – UNAD

, Escuela de Ciencias Administrativas, Contables, Económicas y de Negocios (ECACEN)


Especialización en Gestión Pública

CONDICIONES ECONÓMICAS Y SOCIALES DE LA POBLACIÓN


Fernando Alberto Bravo Bonilla*

En la intención de analizar algunos aspectos provenientes de políticas


macroeconómicas gubernamentales y que afectan las condiciones de la población
colombiana y a la democracia misma, queremos manifestar en un ensayo las
inquietudes investigativas del docente articulándolas a la línea de investigación:
Impacto social de las actividades económicas.
Aunque esta es una propuesta todavía en grado incipiente, hemos optado por
proponer la exploración de dos aspectos relacionados entre sí y que influyen
notoriamente en las condiciones económicas y sociales de la población pero que
suelen tomarse como exclusividad de campos ajenos al de la administración o de
la misma economía tradicional, desconociendo la necesidad actual de una ciencia
integrada e integradora como fuente de soluciones a los múltiples problemas de la
humanidad. Ellos son gobernabilidad y legitimidad. Creemos que profundizar en
dicha temática brinda un gran espacio de investigación y exposición de soluciones
posibles a conflictos y disfunciones que afectan la población colombiana y a la de
una gran parte del mundo.
En primer lugar, no es posible desconocer que Colombia, como la mayoría de
antiguos componentes coloniales, enfrenta un primer periodo de independencia en
donde los mayores esfuerzos se concentran, por muchos años en la
estructuración de un sistema político que satisfaga a muchos sectores
interesados, relegando la búsqueda del bienestar social y el crecimiento
económicos a un segundo plano. Es muy diciente que todavía en 1973 más del
70% de los hogares colombianos viviesen en condiciones de pobreza y en 2005
todavía el 20% padecieran de tal circunstancia (Cárdenas, 2007:400). 1

Este esfuerzo en la consolidación de un poder político ha dejado la solución de los


problemas económicos a un sector privado que solamente muestra niveles de
tamaño y actividad interesantes hasta mediados del siglo XX. Hoy, el problema de
gobernabilidad y estabilidad política sigue estando presente y se deben seguir
buscando fórmulas de solución, pues los conflictos políticos obstaculizan la
posibilidad del crecimiento económico.
Por gobernabilidad entendemos la conducción de la sociedad más allá de
procesos rutinarios y esquemas preestablecidos implicando además de la
racionalidad técnica, la legalidad institucional y la armonía jurídica, todo con el fin

1
Se debe aclarar que hacia 1995 “la quinta parte de la población que vivía en los
países más ricos representa el 86% del producto interno bruto mundial, mientras la
quinta parte más pobre posee apenas el 1%. Asimismo los países más ricos participan
con el 86% del consumo mundial, en tanto que la quinta parte más pobre accede
apenas al 1.4%”. (Molitor, graham. 2000)
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de lograr un sistema social que disfrute en paz de un continuo proceso de


bienestar.

En el plano de la realidad objetiva, la gobernabilidad es un proceso complejo


orientado a la construcción de instituciones y al fortalecimiento de las mismas para
estimular la producción de los satisfactores económicos, la estabilización de los
conflictos, la formalización de expectativas y la aplicación de políticas públicas que
tienden a la disminución de la desigualdad social y; a garantizar las condiciones
para que las instituciones privadas y públicas alcancen un desarrollo sostenible.
La gobernabilidad, sobre todo la democrática, se fortalece en tanto el Estado y la
sociedad se comprometan en el trabajo de lograr condiciones y procesos
orientados a construir los acuerdos institucionales que coadyuven a desarrollar las
fuerzas productivas y el adecuado funcionamiento de las estructuras políticas.
Entendemos que gran parte de la gobernabilidad descansa en unas políticas de
desarrollo entendidas más allá de un proceso cronológico, constituyendo, en
cambio, un conjunto de etapas que reflejan el impacto y el alcance de nuevas
condiciones de vida que relacionan la cultura emprendedora, el crecimiento
productivo y el mejoramiento cualitativo de las personas, los grupos y las
organizaciones activas de la comunidad civil y política. Sin el desarrollo efectivo de
las políticas, se trunca la gobernabilidad democrática hasta fermentar los
problemas que reproducen la desigualdad social, económica y política que limitan
la consistencia de las instituciones públicas y privadas e impiden que la sociedad y
el Estado puedan tener relaciones efectivas de productividad, desarrollo y
estabilidad.
Apartándonos un tanto de la estricta legitimidad jurídica, por ser un tema que
requiere unas competencias bastante específicas y examinando la legitimidad
desde la perspectiva política, ligada al ejercicio del poder, encontramos que según
el concepto de algunos pensadores a lo largo de la historia (Hobbes, locke,
Rosseau y Maquiavelo básicamente), dicha legitimidad no necesariamente se
inscribe en los llamados sistemas democráticos y tampoco implican alta afinidad
entre las partes involucradas. Así mismo, el examen de dicha legitimidad puede
hacerse o bien, desde la perspectiva de quien obedece pero que aspira a que un
gobierno cumpla sus demandas o, desde la que posee quien manda y que se
muestra eficiente y cumplidor de aquello que le es solicitado. El logro de la
legitimidad se evidenciará cuando llegue la justificación al status quo en donde el
mandatario es claro en sus deseos y medios y ello es aceptado por los
ciudadanos. Dicha legitimidad no es permanente pues cualquier cuestionamiento
argumentado al sistema, en cierta forma merma la legitimidad del mismo.

La legitimidad política implica un compromiso entre partes, permanentemente


examina los mecanismos de mando y obediencia y expresa correspondencia
entre los valores planteados y la forma en que se conduce la sociedad. De esta
forma crece y se desarrolla. Si, por el contrario se produce un divorcio entre la
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idea que la sociedad reconoce como la deseable para su sistema de poder, y el


sistema vigente, la legitimidad inicia su deterioro hacia el ámbito de lo ilegítimo.

Tratando de aterrizar las anteriores ideas en un contexto específico, es casi


inevitable el preguntarse en qué medida un gobierno como el colombiano se
enfrenta a las variables analizadas. En este caso, tomando el término gobierno en
el sentido más amplio posible, es preciso que funcione en el ámbito de una
gobernabilidad entendida como la de un estado social armónico y desarrollista en
donde sociedad civil y estructuras gubernamentales convivan sistémicamente,
ayudándose y retroalimentándose para generar un poder legal suficiente que
valide y legitime sin asomo de dudas las estructuras gubernamentales. Esto lleva,
a que en el ejercicio del poder dichas estructuras plasmen su acción en normas y
acciones que sean absolutamente legítimas para el total de un conglomerado
ciudadano que sienta la acción de gobernar como cercana a sus intereses y
necesidades de bienestar.
Una de las inquietudes, casi primigenias de la humanidad ha sido el soñar,
pronosticar o aventurar sobre el devenir de su especie. Entre muchas posturas
recientes, encontramos algunas bastante divergentes. Para citar solamente dos
casos, Graham Molitor (2000) es bastante objetivo en cuanto a mirar la especie
humana y la civilización de manera global, casi neutralmente sin detenerse en
aspectos o problemas individuales de raza, estrato, nacionalidad o religión y
pronosticando un desarrollo humano fundamentado en un enorme avance
científico en un ejercicio histórico-futurista que inicia su recorrido en los albores de
la civilización y en la comprensión humana de producir para sobrevivir y termina
en lo que el llama la era espacial (año 3000), aunque no es taxativo en afirmar que
para aquella época la necesidad de producir haya cesado así como tampoco
aventura el pronosticar qué sistema político económico será el necesario o
imperante. Habla de posibles circunstancias científico-sociales pero no
específicamente de cuál será su manejo o bajo que institución funcionarán. Por
otro lado, Riccardo Pretella (2002) si se ocupa más de aspectos singulares que
podrían signar el futuro de la especie humana, de las otras especies y del planeta
que habitan. Se puede advertir en sus palabras una preocupación por el hecho de
que avances en el conocimiento humano y la posibilidad de su aprovechamiento
por algunos de sus segmentos, no garantizan el disfrute universal de los avances
y, por el contrario, lo que sucede es un agrandamiento de las brechas en todas las
variables hasta hoy utilizadas para medir el bienestar social.
Aclarando que es muy posible una errada interpretación, parecería que en el entender del
profesor Molitor la información, la ciencia y la educación seguirán siendo los motores del
desarrollo humano pero que serán comunitarios y no exclusivos de élites, países o individuos que
los utilicen como medio de acumulación de riqueza.

A nuestro entender, los cambios tecnológicos, las posibilidades científicas y la


globalización en todas las áreas son viables pero no creemos que ellas, por sí
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mismas, vayan a solucionar los problemas sociales. Miremos específicamente el


proceso de la globalización de la economía de capitalista de mercado y
observemos que no ha coincidido con la disminución de las desigualdades
socioeconómicas y políticas entre países e internamente en cada sociedad. Todo
lo contrario, durante los últimos veinte años, cuando ha sido mayor la aceleración
del proceso de globalización, las desigualdades han aumentado de manera
considerable.

Ahora bien, en palabras del mismo Molitor, en menos de 25 años la población


mundial estará compuesta por ocho mil millones de personas y los problemas no
serán garantizar la integración y adaptación competitiva de las economías locales
exitosas en el mercado mundial, sino saber por cuáles medios, estas ocho mil
millones de personas podrán ser individuos y ciudadanos, dignos de llamarse
seres humanos. En otras palabras, el problema real es sobre qué bases y con
cuáles instrumentos se puede construir la vida en común de ocho mil millones
distribuyendo la riqueza comunitaria del mundo empezando desde hoy con una
legítima y acertada organización social liderada por un gobierno eficiente.

Bogotá D.C. Noviembre de 2011


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REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

Bobbio, Norberto. Legitimidad. Diccionario de política.


Bravo, Fernando A. 2007. “Poder, legitimidad, autoridad, gobernabilidad y
gobierno” Documento de trabajo. Universidad Santo Tomás. Bogotá.
Cárdenas S. Mauricio. 2007. “Introducción a la Economía Colombiana”.
Alfaomega. Bogotá.

Molitor, Graham. 2000. “Los "cinco grandes" motores del crecimiento económico” 1
Conferencia dictada en el Seminario Internacional "Los nuevos desafíos y
prácticas de la gerencia para el tercer milenio", Bogotá, Centro de Desarrollo
Empresarial de Compensar,"
Pretella, Ricardo. 2002. “A favor de otra globalización”. Documento de trabajo.
Universidad De La Salle. Bogotá.
Uvalle, B. Ricardo. 2003. “El fortalecimiento de la gobernabilidad democrática”.
Conferencia en VIII congreso sobre reforma del Estado. Panamá.
http://franja.ucr.org.ar/images/archivos/legitimidad.pdf#search=%22legitimidad%22

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