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El delito es pues: un hecho descrito en la ley penal de un modo taxativo (claro), perpetrado por
el autor de forma dolosa o culposa (imprudente), que le es atribuible por medio del juicio de
culpabilidad (apto para ofender un valor constitucionalmente relevante de forma inmediata o
mediata), una amenaza con una pena proporcionada a la significación de ese valor,
caracterizada por la finalidad que constitucionalmente se atribuya a las sanciones penales
(reinserción), y, por último, que no puede ser imputado a persona alguna mediante una
técnica probatoria que haga recaer en el acusado la carga de la prueba de los elementos que
caracterizan la infracción o su ausencia (no se puede imputar a una persona solo porque las
pruebas apunten a que es culpable o inocente).
La Teoría General del Delito estudia las características comunes que tiene que tener cualquier
conducta (acción u omisión) para ser considerada delito.
Desde el punto de vista jurídico, delito es toda conducta que el legislador sanciona con una
pena. Esto es una consecuencia del principio de legalidad. El concepto de delito como
conducta castigada por la ley con una pena es, pero, un concepto puramente formal que no
dice nada sobre los elementos que tiene que tener esta conducta para ser castigada con una
pena.
“Son delitos las acciones y omisiones dolosas o imprudentes penadas por la Ley”
MATICES:
“penadas por la Ley” esta expresión hace referencia a que un delito será una conducta a la
que se le asigne una pena, pero, aunque parezca que se excluye del concepto, en aquellos
casos donde no se aplique una pena sino una medida de seguridad o la pena no haya sido
impuesta por una excusa absolutoria, no pierde el carácter de acto delictivo.
Siguiendo en la misma línea, según la definición legal sabemos que delito es todo aquello
que conlleve una pena. Aun así, tenemos que tener en cuenta que, la tentativa de delito,
los actos preparatorios, las participaciones en delitos de otros, aunque no se describan
también son delitos a todos los efectos legales.
Las decisiones sobre responsabilidad penal no pueden ser intuitivas, arbitrarias, ni carentes de
fundamento, sino que tienen que ser lo más metódicas posibles para que todo el mundo
(principio de igualdad) pueda ser examinada conforme a esos criterios. Esa construcción
dogmática, lo que es la teoría jurídica del delito, arranca de la constatación de que tienen que
sondarse tres categorías fundamentales, que son sucesivas y tienen que ser examinadas en
este orden: primero hay que comprobar que hay una acción típica, acción guiada por la
voluntad; solo si esa conducta humana es típica tendremos que examinar si es antijurídica
(injusto penalmente); y solo si es antijurídica tendremos que pasar a la tercera categoría y
examinar si el sujeto es culpable.
2.1. TIPICIDAD
La primera categoría es la más amplia. No todos los comportamientos se confirman que son
antijurídicos. La tipicidad supone el primer juicio o valoración sobre el hecho que nos permite
comprobar que el hecho está prohibido en el ordenamiento jurídico (Código Penal). Cumple la
función de recoger o hacer eficaz el principio de legalidad. Es lo primero que se debe examinar
cuando una conducta puede considerarse delictiva.
Dentro de la tipicidad hay dos elementos: los elementos objetivos y los subjetivos.
Tipo OBJETIVO:
Tipo SUBJETIVO:
2.2. ANTIJURICIDAD
Si vemos que la conducta es típica, tenemos que analizar si es antijurídico. La antijuricidad
significa que el hecho que está prohibido, por tanto, que es típico, es contrario al
ordenamiento contrario en su conjunto. Es decir, la mayor parte de los hechos típicos son
antijurídicos. Lo normal es que, si algo está previsto como delito en el Código Penal y lleva a
cabo esa conducta seria constitutiva de delito y, por tanto, está llevando una conducta típica y
antijurídica porque no está permitido. Sin embargo, hay determinadas constancias que son
autorizaciones excepcionales que hace el Código Penal y otras normas penales que permiten
excluir el carácter antijurídico del hecho punible. Por ejemplo, la legitima defensa.
2.3. CULPABILIDAD
Es la atribución del acto a su autor para hacerlo responsable. Se, por lo tanto, el elemento
referido a la persona del autor que tiene como finalidad analizar las condiciones personales
necesarias para hacerlo responsable del delito. Además, se la comprobación de la inexistencia
de causas de inculpabilidad (razones por las que el sujeto no ha sido motivado por la norma).
Tenemos que saber qué vínculo tiene la persona con los hechos. Se a decir, entendía el
mensaje de la norma, podía actuar según este mensaje, etc. Las personas pueden estar bajo
unas circunstancias por las cuales no pueden entender el mandato de la norma o
entendiéndolo no pueden seguirlo.
Tipo OBJETIVO:
Capacidad de culpabilidad
La inimputación (art. 20, 2 y 3 y art. 19 CP)
Conocimiento de la antijuricidad
Error de prohibición (art. 14.3 CP)
Inexigibilidad
Miedo insuperable (art. 20.6 CP)
2.4. PUNIBILIDAD
Es la necesidad de aplicar una pena derivada del mandato “penadas por la Ley”, que debe ex
post concretarse en una pretensión proporcional de la necesidad de pena (principio de
proporcionalidad). También referida a las causas de extinción de la pena, las causas
absolutorias y las condiciones objetivas de punibilidad.
1 Circunstancias modificativas: Clases: , atenuantes: art. 21 CP, agravantes: art. 22 CP, mixta:
art. 23 CP, Efectos: art. 66 CP.
2 Concursos:
Concurso aparente de normas: interpretación (art. 8 CP)
Concurso de delitos (real, ideal y media) varios delitos (arts. 73 y ss)
3. CLASES DE DELITOS
Es preciso diferenciar entre clases de delitos y clases de tipos. En el primer grupo se han de
incluir las clasificaciones que derivan directamente de la definición de delito que ofrece el
artículo 10 CP (activos, omisivos, dolosos e imprudentes). Al segundo grupo corresponden las
clases de descripciones legales diferentes que pueden corresponderse a los delitos dolosos,
pues los delitos imprudentes solamente conocen legalmente dos formas: graves y menos
graves. Las diferentes modalidades de los tipos de delito doloso se incluyen en la tipicidad.
Junto a la acción se incluye la omisión. Con la declaración del artículo 10 CP se pretende dar
base legal a la consideración delictiva de las conductas de quienes no han hecho formalmente
nada. Mientras que ante una acción es posible reconocer e individualizar al sujeto que la ha
realizado, ante una omisión no se puede, en apariencia, distinguir entre la infinita cantidad de
personas que no han hecho nada. Por ese motivo la construcción de la responsabilidad
criminal en conductas omisivas requerirá de un conjunto de elementos complementarios –
deberes, posibilidades de actuar, dominio de la situación, etc.– que permitan configurar el
fundamento de la responsabilidad.
4. CLASES DE TIPOS
Según la parte objetiva:
Características:
o “Sistema mixto»: aplicación de reglas legales precisas, contenidas en el código
y, de otra, confiere al juez o tribunal un cierto margen y arbitrio en la
individualización de la pena a imponer.
Fases:
o Marco penal abstracto (máximo y mínimo legal)
o Marco penal concreto (reglas injusto + reglas circunstancias+ reglas concursos)
o Individualización judicial (arbitrio, criterios fijados jurisprudencia)
Operaciones:
o Pena superior e inferior en grado (art. 70.1 CP)
El límite mínimo del nuevo grado será 15 años más un día (la pena
máxima fijada legalmente fijada para el delito + un día)
El límite máximo del nuevo grado será el resultante de dos
operaciones:
1ª. 15: 2 = 7 años y 6 meses (la pena máxima se divide por dos)
2ª. 15 años + 7 años y 6 meses = 22 años y 6 meses (se suma a la
pena máxima se añade el resultado de la operación anterior)
Por tanto, la pena superior en grado para el delito de homicidio será
de 15 años y 1 día a 22 años y 6 meses.
2) La pena inferior en grado a la fijada por el Código Penal para un
determinad o delito se calcula del siguiente modo:
El límite máximo de la inferior en grado se obtendrá tomando como
referencia el mínimo de la pena señalada para el delito y reduciéndolo
en un día (o día multa)
El límite mínimo de la inferior en grado se obtendrá tomando como
referencia otra vez el límite mínimo de la pena señalada para el delito
reduciendo la mitad de su cuantía
Cuando se trate de delitos leves y delitos imprudentes, los jueces aplicaran la pena
según su prudente arbitrio sin sujeción a las reglas que a continuación se señalan (art.
66.2 CP).
o 1ª Iter criminis (art. 62 CP). Si el delito se encuentra en fase de tentativa (art.
16 CP) la pena se rebajará obligatoriamente en un grado y potestativamente
en dos. Los criterios que deberán tomarse en consideración son, el peligro
inherente al intento y al grado de ejecución alcanzado.
o 2ª Participación (complicidad) (art. 63 CP). Si la pena a determinar es la que
corresponde al cómplice, se tomará como referencia la pena que corresponde
al autor por el delito cometido y se rebajará en un grado. El resto de formas de
participación delictiva se sancionan con la misma pena que el autor.
o 3ª Eximentes incompletas (art. 68 CP). Si concurre una eximente incompleta
(causa de justificación incompleta o causa de exculpación incompleta, art. 21.
1ª) la pena se rebajará obligatoriamente un grado y potestativamente en dos,
atendido el número y la entidad de los requisitos que falten o concurran en las
citadas eximentes. Una vez realizadas estas operaciones, deberán aplicarse las
reglas dispuestas en el art. 66 CP, en función de las circunstancias
concurrentes.
o 4ª: Error de prohibición ( art. 14.3 CP). Si en la comisión del hecho delictivo, se
apreciara error sobre la ilicitud del hecho y éste fuera vencible, se aplicará la
pena del delito cometido rebajada en uno o dos grados.
o 5ª Circunstancias modificativas de la responsabilidad criminal ( art. 66 CP).
o La gravedad del hecho. Este criterio no debe confundirse con la gravedad del
delito, toda vez que esta "gravedad" habrá sido ya contemplada por el
Legislador para fijar la pena en abstracto. Este criterio debe permitir al juez o
tribunal examinar las circunstancias fácticas que concurren en el supuesto
concreto enjuiciado y valorar el injusto cometido a partir del examen, por
ejemplo, La intensidad del dolo, - si es directo, indirecto o eventual- o, en su
caso, del grado de negligencia imputable al sujeto, la mayor o menor
culpabilidad del sujeto, deducida del grado de comprensión de la ilicitud de su
comportamiento (conocimiento de la antijuricidad, del grado de culpabilidad y
la mayor o menor exigibilidad), el mal causado (daño) y la conducta del reo
posterior a la realización del delito.
En todo caso, resulta habitual, ante la ausencia de argumentos para decidir la pena
exacta, imponerla en su límite inferior o cerca de ésta.
Primero, hay que tener en cuenta que las penas se miden en unidades de tiempo.
1 año = 12 meses
1 mes= 30 días
Las penas principales van a ser aquellas a que se les apliquen las reglas de determinación (no
penas accesorias). El código puede prever una única pena, dos penas que se deben aplicar
simultáneamente, o incluso conjuntos de penas que alternativamente debe aplicar el juzgador.
Penas únicas
Penas acumulativas
Penas alternativas
EXCEPCIONES
Dos penas que tengan el mismo mínimo, aunque tengan máximos muy distintos,
tendrán la misma pena inferior en grado.
Se pueden imponer penas por debajo de las duraciones mínimas previstas para
cada una de ellas en el capítulo primero del título tercero del código penal.
Si llegamos a una prisión inferior de 3 meses es obligado sustituir cada día de
prisión por dos cuotas de multa o por una jornada de trabajo o por un día de
localización permanente.
Dos penas que tengan el mismo máximo, aunque tengan mínimos muy distintos,
tendrán la misma pena superior en grado.
Se pueden imponer penas por encima de las duraciones máximas previstas para
cada una de ellas en el capítulo primero del título tercero del Código Penal
respetando los nuevos máximos fijados en el art. 70.3 CP (límites).
(MÍNIMO + MÁXIMO) /2
Por otro lado, si el número de días que se le asigna a la pena es impar, el resultado será un
número exacto. Entonces tomamos este punto como punto de referencia para dividir las
mitades y diremos que la mitad inferior es el número mínimo de la pena hasta la mitad que
nos ha dado como resultado reducido en un día y que la mitad superior va desde el número
que nos ha dado como resultado hasta el máximo de la pena.
En combinaciones sucesivas de operaciones basta con repetir las operaciones que se han
indicado, calculando cada vez respecto de los límites mínimo y máximo de la pena resultante
de la operación precedente.
Art. 66
Atenuantes vamos a buscar la mitad inferior y agravantes vamos a tener que buscar la mitad
superior
TEMA 2, TIPICIDAD
La Teoría del delito se divide en dos grandes secuencias de enjuiciamiento:
Los tipos de delito son descripciones de conductas que el legislador considera que, en
principio, son antijurídicas o injustas, porque dañan un bien jurídico, lo cual se habrá de
demostrar en el caso concreto. La tipicidad es pues, la derivación legal de la antijuricidad. Eso
quiere decir que muchos son los comportamientos que pueden ser antijurídicos, pero, al
menos, en teoría (que con frecuencia no se cumple), solamente los más graves de esos
comportamientos serán seleccionados para ser objeto de la más dura de las respuestas
jurídicas, que son las que ofrece el derecho penal (principio de ultima ratio), y solamente si el
conflicto no puede resolverse por otras vías (principio de intervención mínima).
La palabra injusto hace referencia a que el acto típico debe tener los siguientes valores:
(Componentes de la antijuricidad)
Un desvalor de acción: cómo ha sucedido algo, qué medios delictivos a utilizado, cómo
se han producido las cosas, qué medios se han utilizado (si el sujeto ha actuado con
dolo o con imprudencia).
Un desvalor de resultado: responde a la pregunta qué ha pasado, qué ha resultado de
todo esto.
Función limitadora del poder punitivo del Estado : la tipicidad penal nos define
esferas de libertad penal, es decir todo lo que no es típico está permitido por el
derecho penal. Por eso deben ser muy taxativas las normas, para que todos
puedan conocer qué es delictivo y que no.
Función de instrucción de los ciudadanos: posibilita que los ciudadanos conozcan
la ley penal. La mayoría de este conocimiento es a base de la conciencia cultural,
derivada del planteamiento escrito y público de la ley penal, que, aunque no se
lea directamente a lo largo del tiempo produce su conocimiento general. Permitir
el conocimiento aproximado de la ley penal.
Función de indicio de antijuricidad : solamente lo vamos a confirmar con las
causas de antijuridicación. Puede haber conductas típicas que al final quedan
exceptas de pena. Por ejemplo: casos de legítima defensa (art. 24 CP), estado de
necesidad (art. 25 CP) o ejercicio legítimo de un derecho o cumplimiento de un
deber (art. 27 CP). Estas son cláusulas de o supuestos excepcionales en los que
nos autorizan a destruir un bien jurídico sin responsabilidad penal.
1.2 ESTRUCTURA DE LOS TIPOS PENALES
Las diferentes estructuras de los tipos penales obedecen a que los bienes jurídicos, no son
todos de la misma naturaleza, o difiere el modo de atacarlos y, por ello, no se pueden ofender
del mismo modo. Por lo tanto, según sea el sentido del delito, habrá:
Principio de especialidad (art. 8.1 CP): se aplica la norma especial por encima de
la general (relación lógica de inclusión). Ejem: delito asesinato, no homicidio con
una circunstancia agravante genérica, relación entre homicidio y asesinato.
Principio de subsidiariedad: el delito principal excluye al delito subsidiario.
Subsidiaridad expresa o tácita. Ejem: art. 143 CP subsidiario del (consentimiento
víctima) excluye el homicidio. Delito coacciones art. 172 solo cuando no quepa
otro delito contra la libertad.
Principio de consunción: el precepto más complejo excluye al más simple. El
complejo absorbe al simple.
Regla de alternatividad (cuando no se pueda aplicar ninguno de los otros).
Supone aplicar el delito que tiene prevista la pena más grave puesto que es el
que contempla el desvalor de forma más adecuada.
2. CONCURSOS DE DELITOS
Si un sujeto comete varios delitos, lo habitual es que todos ellos se enjuicien en un mismo
proceso, pero la unidad de enjuiciamiento no es estrictamente necesaria para que puedan ser
aplicadas las reglas penológicas del concurso real (art. 76.2 CP).
Lo primero que debemos hacer es determinar la pena exacta de cada delito por separado, para
eso aplicaremos las normas de la determinación de la pena que ya conocemos. Una vez
tenemos la pena de cada delito por separado aplicaremos las reglas del concurso real.
Límite relativo: la suma de las penas no puede exceder del triple de tiempo
de duración de la pena más grave impuesta. Se deben sumar las penas
exactas ya halladas con anterioridad de cada uno de los delitos (principio de
acumulación material).
Total: 23a 3m
LÍMITE RELATIVO es el triple de la pena más grave, es decir la pena exacta más grave:
LÍMITE ABSOLUTO comprobar si el triple de la pena más grave excede los 20 años de prisión:
4. CONCURSO APARENTE DE LEYES PENALES Y CONCURSO DE DELITOS
En el concurso de delitos existe una pluralidad de delitos que debemos penar, mientras que,
en el concurso aparente, hay un solo delito que es el aparente, y solo aplicaremos una ley
penal, porque hay una superposición normativa y al final solo vamos a aplicar un precepto
desplazando la aplicación del otro conforme a unos principios que encontramos en el art. 8 del
CP. El concurso aparente tiene fundamento en el principio non bis in ídem, pretende evitar
castigar dos veces el mismo delito.
1 Principio de especialidad (art. 8.1 CP): la ley más especial excluye la aplicación de
la ley más general (lex especialis deroga legis generale).
2 Principio de subsidariedad (art. 8.2 CP): el delito principal excluye la aplicación
del delito subsidiario.
3 Principio de consunción (art. 8.3 CP): el precepto más complejo excluye la
aplicación del precepto más simple. (principio de absorción).
4 Principio de alternatividad (art. 8.4 CP): es un principio subsidiario de
interpretación, cuando los anteriores principios no nos hayan solucionado el
problema interpretativo, se aplicará el delito que contemple pena más grave.
Viendo, así como el concepto in dubio pro reo es un concepto procesal, ya que en
este caso no está siendo favorable.
TEMA 3, LA ACCIÓN
El delito es una acción humana y nadie pondrá en duda que la acción humana tiene una rica
pluralidad de dimensiones y percepciones de significado para uno mismo y para los demás.
Como tal es contemplada por el legislador, el cual puede o debe reconocer que las acciones
humanas son obras de seres dotados de inteligencia o racionalidad, que las orientan a metas,
que pueden tener motivaciones, que son aptas para producir efectos visibles o tangibles.
1. RELACIÓN DE CAUSALIDAD
Dentro de la clasificación de los tipos penales encontrábamos:
De mera actividad: acción delictiva que no debe producir ningún resultado (tenencia
de armas)
De resultado: después de la acción se produce un resultado. Se necesitan mecanismos
para relacionar la acción con el resultado.
Ente los delitos de resultado se puede separar la acción del resultado. Por lo tanto, tendremos
que demostrar la relación entre la acción y el resultado. Esta relación sirve para intentar ver
qué se la contribución del autor a cada uno de los hechos. Y en relación con su contribución a
los hechos y al resultado, atribuir la responsabilidad penal.
En resumen, en los delitos de resultado (homicidio, daños, lesiones, etc.) hay de haber una
relación de causalidad entre la acción y el resultado, es decir, una relación que permita, ya en
el ámbito objetivo, vincular el resultado producido al autor de la conducta. Esto naturalmente
sin perjuicio de exigir después la presencia otros elementos a efectos de deducir una
responsabilidad penal. La relación de causalidad entre acción y resultado, es, por lo tanto, el
presupuesto mínimo para exigir en los delitos de resultado una responsabilidad por el
resultado producido (principio de la causalidad).
Para establecer el nexo causal o relación de causalidad se tienen que tratar dos tipos de
cuestiones diferentes:
Cuáles son los criterios que, según el Derecho penal, se tienen que emplear
para determinar qué conducta es la causa del resultado.
Fijar los parámetros probatorios de la citada relación de causalidad.
El espacio-tiempo entre acción y resultado lo denominamos curso causal. Hay una serie de
constelaciones de casos donde estas dos tareas resultan extremadamente difíciles y dentro de
los cuales entre los siguientes grupos de supuestos:
Los cursos causales irregulares normalmente son casos complejos porque normalmente en las
imprudencias lo importante no es qué el resultado sea lesivo, sino cómo te has alejado de la
conducta que tenías que haber tenido. Cuando nosotros actuamos se espera que actuemos
siguiendo unas pautas, se esperen una serie de conductas. Cuando alguien produce un
resultado lesivo, y lesiona uno, tenemos que ver cómo se aleja el sujeto de la acción que se
esperaba ex-ante. Se tiene que atribuir el resultado a nuestra carencia de diligencia. La
diferencia entre la conducta que hemos hecho y la que tendríamos que haber tenido.
2. TEORÍAS CAUSALES
Como ya sabemos, en los delitos de resultado debe establecerse una vinculación entre el
efecto de lesión o de riesgo para el bien jurídico y la actuación de una o varias personas, que
han sido causantes jurídicamente de ese efecto lesivo. A ese vínculo se le llama relación de
causalidad.
En muchos casos ni siquiera surgen dudas sobre la causalidad entre una acción y un
determinado resultado. Así, por ejemplo: A dispara tres disparos a B, que se encuentra a un
metro de distancia de su agresor, hiriéndole en el hígado y en el jefe, muriendo B casi
instantáneamente a consecuencia de las heridas. En este caso la inmediata sucesión temporal
entre la acción y el resultado y su relación directa no deja ninguna duda sobre la relación
causal existente entre la acción y el resultado. Sin embargo, no todas las relaciones son tan
sencillas de resolver. Pensamos que en el ejemplo anterior A hiere a B y este muere en un
accidente de tráfico al ser trasladado al hospital para ser atendido, por una infección
sobrevenida a consecuencia de la herida o por un mal tratamiento médico.
Para resolver los casos más complicados se han elaborado varias teorías. Entre las muchas
existentes solo citaremos las más importantes:
Teoría de la condición eficaz: considera causa aquella que con mayor intensidad
o fuerza hubiese contribuido a la producción de resultado. El problema que nos
encontramos, es que, frecuentemente, la condición causal más importante no es
la que ha de ser tomada jurídicamente como principal. Por ejemplo: la segunda
puñalada asestada por un segundo partícipe en el crimen determina la muerte de
la víctima que ya habría perdido mucha sangre
Según esta teoría, solamente puede ser considerada causa de un resultado, aquella que «a
priori» pueda ser considerada apta para producir aquella clase de resultados previstos en el
tipo (causas típicamente adecuadas). Es decir, no toda condición del resultado concreto es
causa en sentido jurídico, sino solo aquella que generalmente es adecuada para producir el
resultado. Una acción será adecuada para producir un resultado cuando una persona normal,
colocada en la misma situación que el agente, habría podido prever que, en circunstancias
corrientes, tal resultado podría producirse. Pero previsible objetivamente lo es casi todo. Por
eso la teoría de la adecuación recurre a otro criterio limitador de la causalidad, el de la
diligencia debida, puesto que, si la acción se realiza con la diligencia debida, aunque sea
previsible un resultado, se mantiene en el ámbito del permitido jurídicamente y no se plantea
ningún problema. Previsibilidad objetiva y diligencia debida son, por lo tanto, los dos criterios
selectivos que sirven para precisar cuándo una acción es adecuada para producir un resultado
y, por lo tanto, es causa de este. Se a decir, Se basa en un juicio hipotético ex-ante. Esto quiere
decir en la previsión general, antes de la condición de los hechos. Nos imaginamos, si es
adecuado, cuál es la condición causal que ex-ante tiene mis probabilidades de llegar al
resultado lesivo. O sea, la teoría se basa en la manera más probable y lógica de conseguir el
resultado lesivo, y aquella será la condición que nos importará. La crítica que se le hace sé que
con la previsibilidad objetiva y la diligencia debida nos hace entrar en los tipos subjetivos,
depende de conocimientos y experiencias del hombre medio, lo cual indudablemente tiene el
carácter de razonamiento jurídico.
EJEMPLO: Si X convence a Z para que viaje en un viejo autocar, en la esperanza de que sufra un accidente
realmente tiene lugar, se habrá producido la muerte de Z, querida por X, que causalmente contribuyó a el
convencerle de que viajara. Pero eso no se corresponde con el tipo de homicidio, pues la acción de convencer
misma ni es adecuada para matar ni está dentro de las acciones que, de acuerdo con el fin de la norma, se qu
evitar mediante la amenaza de pena. La muerte de Z sólo se podrá atribuir a un accidente o a una imprudencia
TEMA 4,