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JURISPRUDENCIA CONSTITUCIONAL-PENAL

DEL ARTÍCULO 24 DE LA CONSTITUCIÓN

ESPAÑOLA

MANUEL Ayo FERNÁNDEZ

MADRID

1997

Las generalidades del art. 24 CE

A. CONTENIDO DEL ART. 24 CE

El art. 24 CE, en sus dos epígrafes previene dos supuestos

íntimamente relacionados entre si pero que merecen un

tratamiento diferenciado ya que el segundo de ellos apunta a las

llamadas “garantías procesales” mientras que el principio

establece una garantía previa al proceso, que lo asegura cuando

se dan las circunstancias requeridas al efecto. Dicho de otro

modo, el art. 24.2 también asegura la “tutela efectiva” pero lo

hace a través del correcto juego de los instrumentos procesales

mientras que el art. 24.1 asegura la tutela efectiva el acceso

mismo al proceso. (STC 46/82).

Esta concepción amplia de la tutela judicial efectiva es matizada

doctrinalmente de forma diversa, aunque nos interesa destacar las

que pretenden incluir en el art. 24 la idea del derecho al proceso

debido partiendo a su vez de la idea del derecho a un proceso

equitativo del art. 6., del CEDLF 50 como BANDRES SANCHEZ-

CRUZAT, J.M., en su obra “Derecho al proceso debido y el Tribunal

Constitucional”, Edit. Aranzadi. Pamplona, 1992, pags. 97 y 101, el

cual señala que el art. 24.1 establece el derecho a la tutela

judicial efectiva incluyendo en su interior el derecho al proceso


debido aunque las garantías inherentes a tal noción se encuentran

desplegadas en el apartado 2 y aparecen con sustantividad propia

cualificadas como derechos fundamentales que no llegan a cubrir

todo el aspectro del derecho al proceso debido. Así el derecho a

la tutela judicial efectiva es el derecho que garantiza al ciudadano

al acceso a los tribunales de justicia y la obtención de una

respuesta fundada en derecho a sus pretensiones sustantivas y a

través de un proceso equitativo, y el derecho al proceso debido es

el derecho que garantiza el ciudadano que su causa sea oída por

un tribunal imparcial y a través de un proceso equitativo, derecho

que a su vez agrupa y se desdobla en un haz de derechos filiales

reconocidos como derechos fundamentales y que incluye entre

otros principios y garantías el derecho de defensa, el principio de

igualdad de armas, el principio de contradicción, el principio de

publicidad, el principio de aceleración procesal y el de presunción

de inocencia. Finalmente incluye que ambos derechos se nuclear

alrededor del art. 24.1 derecho a la tutela judicial efectiva

sirviendo de puente entre ambos apartados la interdicción de la

indefensión que goza de funcionalidad propia al servicio de ambos

derechos. Frente a tal tesis reacciona CHAMORRO BERNAL, F., en

su trabajo “La tutela judicial efectiva”, Edit. Bosch, Barcelona,

1994 pags 110 s, haciendo hincapié en que “el derecho

fundamental a la tutela judicial efectiva e incluso todo el art. 24

tiene como finalidad principal la obtención de una resolución

fundada en derecho no siendo las garantías procesales o el

derecho al proceso debido sino meros instrumentos para llegar

precisamente a la tutela que da la resolución judicial” y viene a

concluir después de la exposición de sus razones que “nó parece

lógico construir doctrinalmente el art. 24 CE en base a un derecho

instrumental (el derecho al proceso) y no en base al que

constituye su razón de ser (el derecho a la tutela judicial efectiva)

En cualquier caso, el concepto amplio de tutela, a veces también


utilizado por el TC y que comprendería todo el contenido del art.

24 CE, puede suplir perfectamente la idea del proceso debido

como equivale al “due process of law”, con la amplitud que le da la

jurisprudencia del TEDH, sin necesidad de introducir nuevas

categorías el proceso debido que, por ser de la misma o mayor

dificultad de precisión que la tutela judicial, no suponen una

mejora en el tratamiento doctrinal de la cuestión. “Hay que

resaltar que el citado autor trata en su trabajo el derecho a la

tutela judicial efectiva en su concepción estricta limitada al

artículo 24.1.

B. EXTENSIÓN DE LAS GARANTÍAS DEL ART.24 CE

A pesar de la proclamación constitucional han surgido dudas

sobre la aplicabilidad del art. 24 a otros procedimientos distintos

del penal común, estimándose de aplicación en relación a los

procedimientos disciplinarios militares que impliquen no una

restricción sino una privación de libertad (SSTC 21/81, 22/82 y

44/83); también en los procedimientos penales militares (STC

97/84), en los procedimientos disciplinarios penitenciarios (STC

2/82) y en el recurso de revisión penal (STC 124/84), e igualmente

en los procedimientos ante los juzgados de menores (STC 36/91).

C. SU FUERZA VINCULANTE

Los preceptos constitucionales son alegables ante los Tribunales,

y los Jueces y Magistrados como integrantes de un poder publico

están además vinculados al cumplimiento y respeto de los

derechos y libertades reconocidos en el Cap. 2º. Del Tit. I CE (art.

53.1 CE) entre los que se encuentran los contenidos en el art. 24

(STC 16/82) siendo especialmente trascendente la observancia de

las garantías del art. 24.1 en las sentencias de casación,


correspondiendo al TS en su control de legalidad observar esas

garantías (SSTC 12/81 y 4/82).

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