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Fases del estrés

Según Hans Selye, Uno de los pioneros en la investigación del estrés, la respuesta de estrés
consta de tres fases distintas:

1. Alarma de reacción

Cualquier alteración física, emocional o mental consecuencia de haber detectado una amenaza
o haberse cruzado con un estresor causa una reacción instantánea orientada a combatir esta
situación. Esta respuesta recibe el nombre de reacción de "lucha o huida", y consiste en la
liberación de adrenalina hacia distintas las partes del cuerpo: los vasos sanguíneos, el corazón,
el estómago, los pulmones, los ojos, los músculos,etc.

Ante un estímulo estresante, esta hormona proporciona un impulso rápido para que nuestra
energía aumente y así podamos escapar del peligro. Notamos los efectos porque la
respiración, el pulso y la frecuencia cardíaca se aceleran para que los músculos respondan más
rápidamente. Las pupilas se dilatan, la sangre circula a mayor velocidad y ésta se aleja del
aparato digestivo para evitar vómitos.

Además de estas funciones fisiológicas, la adrenalina también afecta al cerebro, que se pone
en modo alerta: la atención se estrecha y somos más sensibles ante cualquier estímulo.

En esta fase, el nivel de cortisol también se incrementa y, como consecuencia, aumenta la


cantidad de azúcar en la sangre y se debilita el sistema inmunológico para ahorrar energía y
ayudar al metabolismo de grasas, proteínas y carbohidratos. La liberación de estas hormonas
puede ser beneficiosa para el organismo en algunos casos, pero a largo plazo las consecuencias
son extremadamente perjudiciales.

2. Resistencia

En la etapa de resistencia, el cuerpo trata de adaptarse gracias un proceso llamado


homeostasis, que da lugar a una fase de recuperación y reparación. El cortisol y la adrenalina
vuelven a sus niveles normales, pero los recursos se van agotando y las defensas y la energía
necesarias para la fase anterior de estrés disminuyen. El cuerpo ha realizado un sobreesfuerzo
y ahora debe descansar.

El problema surge cuando la situación o estímulo estresante no cesa o reaparece


continuamente, porque puede manifestarse la fatiga, los problemas de sueño y un malestar
general. Como consecuencia, la persona se vuelve muy irritable y tiene una gran dificultad para
concentrarse o ser productivo en su vida cotidiana.

3. Agotamiento

Cuando el estrés dura mucho, el organismo acaba por agotar recursos y pierde gradualmente
la capacidad adaptativa de las fases anteriores. El cuerpo se debilita y, después de cierto
tiempo en esta situación perjudicial, el organismo puede sucumbir a la enfermedad, ya sea una
infección viral o bacteriana, porque sus defensas se han agotado. Todos los efectos negativos
del estrés crónico mencionados con anterioridad se manifiestan en esta etapa.
LAS FASES DE ALARMA Y RESISTENCIA SE CONCEN COMO EUSTRES

LA FASE DE AGOTAMIENTO SE CONOCE COMO DISTRES, AQUÍ SE DAN LAS CONSECUENCIAS


NEGATIVAS DEL ESTRÉS

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