Morin, E. (1999) afirma que “Es necesario introducir y desarrollar en la
educación el estudio de las características cerebrales, mentales y culturales del conocimiento humano, de sus procesos y modalidades, de las disposiciones tanto síquicas como culturales que permiten arriesgar el error o la ilusión. ´´. (Pg.1). El error es usualmente considerado como algo malo, algo que denota la incompetencia de parte de los alumnos, haciendo que, el hecho de equivocarse sea visto por éstos como la prohibición. El error es fundamental para que los niños puedan aprender, ya que se les puede “enseñar” que existen algunas acciones o situaciones impredecibles, de las cuales nadie este por fuera de que ocurran. El hecho que el alumno se equivoque y que tenga consciencia de ello, porque esto sirve como punto de partida para enfocar el rumbo del proceso escolar. Es más importante enseñar a conciencia, para saber qué aprenden los estudiantes. Pues nadie es perfecto. Así que es tiempo de dejar de lado la idea de que los errores en el proceso de enseñanza y aprendizaje son uno de los mayores problemas que afronta la educación, ya que se puede hacer del error una nueva manera de acceder al conocimiento.