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LOS BIOPLÁSTICOS: UNA OPCIÓN PARA EL FUTURO

No se puede negar que, cada vez en mayor medida, la sociedad está aumentando
su concienciación sobre el medioambiente. Fruto de esta preocupación de los
consumidores, existe una tendencia mundial hacía el desarrollo de productos
medioambientalmente más sostenibles. Es precisamente aquí donde se enmarcan
los denominados “bioplásticos”.

Los bioplásticos se definen como aquellos polímeros biodegradables y no


biodegradables que provienen de vegetales y cultivos. Estos se fabrican en su
totalidad o en parte a partir de recursos biológicos renovables. Por ejemplo, la
caña de azúcar se procesa para fabricar etileno, que a su vez se utiliza para
fabricar polietileno. El almidón se puede procesar para producir ácido láctico y
posteriormente ácido poliláctico (PLA). No obstante, en otros, este concepto
incluye otros tipos de sustancias. Una de las descripciones más extendidas, lo
considera un material de origen biológico y/o biodegradable.

Tal como menciona Elias (2012): “Una de las ventajas para poder identificar
claramente un plástico compostable es que los consumidores puedan reciclarlo
por la vía apropiada. […] Actualmente no está desarrollado todo el potencial de los
bioplásticos y la recogida selectiva todavía está evolucionando para poder
adaptarse a las condiciones específicas de cada región y sus usos y costumbres
para lograr la máxima eficiencia en el reciclado. En el futuro, pues, es previsible
asistir a cambios en estos aspectos” (p.1031).

Considerando la definición anterior, el potencial y ventaja de utilizar bioplásticos es


su capacidad para mejorar el impacto ambiental de un producto, como la
reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero, ahorro de recursos
fósiles, posibilidad de utilizar un recurso local y el aprovechamiento de
coproductos.

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