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Derecho a la no discriminación
Antecedentes:
Históricamente, el derecho a la no discriminación encuentra en el cristianismo
temprano uno de sus más importantes antecedentes. La afirmación del cristianismo
de que: “Todos somos iguales ante los ojos de Dios”, se refleja en la búsqueda de
una solución a la injusta desigualdad social de aquella época. Entre todas las
desigualdades, la discriminación por motivos raciales o de origen étnico llevaron a
la humanidad a sangrientas persecuciones y al crecimiento de las sociedades
esclavistas. Bajo el prejuicio racial numerosos grupos étnicos fueron esclavizados,
eliminados o perseguidos.
Grandes Imperios como el Egipcio, el Romano y más contemporáneamente los
Imperios Occidentales han crecido amparados en la teoría de la superioridad racial.
El proceso de colonización por parte de Europa se llevó a cabo al amparo de esta
teoría. Así, 14 millones de africanos fueron trasladados a América en calidad de
esclavos en el transcurso de los siglos XVII y XVIII.
Incluso después de ser abolida la esclavitud, antecedente del racismo actual, el
negro siguió siendo tratado discriminadamente en Estados Unidos, llegando esa
situación hasta el momento actual; a pesar, incluso, del texto de la Enmienda 13 de
la Constitución norteamericana, por virtud de la cual ni en los Estados Unidos ni en
cualquier lugar sujeto a su jurisdicción habrá esclavitud ni trabajo forzado, excepto
como castigo de un delito del que el responsable haya quedado debidamente
convicto.
La discriminación es un fenómeno de larga data y que por desgracia se ha
presentado a lo largo de toda la historia de la humanidad, desde sus más remotas
épocas y que por desgracia todavía subsiste actualmente en nuestros días. A pesar
de ello, los esfuerzos tendientes a erradicarla y a lograr por tanto el goce efectivo
de los derechos para todos los seres humanos han sido más bien recientes, como
veremos a continuación.
A pesar de que por primera vez en 1789 la famosa declaración francesa de los
Derechos del Hombre y el Ciudadano, “universalizó” los derechos para todos los
hombres sin distinción, al señalar en su artículo 1º que todos los hombre nacen y
permanecen libres e iguales en derechos y que las distinciones sociales sólo
pueden fundarse en la utilidad común; sin embargo, dicha afirmación en aquel
entonces, implicaba una idea mucho más restringida, al referirse en realidad
solamente a un tipo específico de ser humano: el varón, blanco, mayor de edad,
cristiano, ciudadano, propietario, europeo, con lo cual la mencionada
universalización de derechos, fue más bien una aspiración, que una realidad de la
que pudieran gozar todos efectivamente.
No sería sino hasta una vez concluida la Segunda Guerra Mundial, que la lucha por
la igualdad de derechos de todos los seres humanos sería emprendida con
seriedad, pues sólo a partir de entonces y en vista de las abominables prácticas
discriminatorias y las muchas atrocidades y males que ambas guerras (Primera y
diferencias de hecho entre las personas son más palpables, y por lo tanto la
desigualdad en las oportunidades y la falta de un real acceso al ejercicio de los
derechos, producen que nuestro país sea un campo fértil para que prolifere cada
vez más, la discriminación tanto en los hechos, como en el campo del derecho.
Incluso, los datos que arroja la Primera Encuesta Nacional sobre Discriminación en
México, que realizó la Secretaria de Desarrollo Social, nos demuestran que las
percepciones y opiniones dominantes en considerables sectores de la población de
nuestro país, están marcadas por profundos prejuicios discriminatorios, mismos que
provocan división social, maltrato y falta de igualdad, afectando de esta manera los
derechos y libertades de millones de personas y de diversos grupos en México.
En vista de lo anterior, resulta urgente e impostergable, configurar en el plano
normativo, tanto a nivel constitucional como legal en nuestro país, un auténtico
derecho a la no discriminación, estableciendo los mecanismos necesarios para
evitar su vulneración, por parte de las autoridades como también por parte de los
particulares mismos, consagrando también los medios legislativos, administrativos
y judiciales para garantizar su plena efectividad, incluyendo por supuesto, las
llamadas acciones afirmativas o positivas, así como igualmente medidas
compensatorias que incidan en favor del logro de una igualdad de todas las
personas, no sólo en el ámbito jurídico sino sobre todo también en el ámbito
material.
Sin lugar a dudas la tarea no es sencilla, pues implica no sólo cambios y reformas
en el ámbito legislativo, sino también un cambio en las políticas públicas del Estado
en distintos rubros, empezando por lo económico, la alimentación, la educación, la
salud, los servicios públicos, lo laboral, y sobre todo implica igualmente y de manera
fundamental una transformación cultural, que permita a la sociedad mexicana
liberarse de falsas concepciones, estereotipos, prejuicios, fanatismos y odios
injustificados que nos han impedido reconocernos a todos como iguales y que han
sido un obstáculo para que la discriminación en el Estado mexicano sea erradicada
definitivamente.
Características de la no discriminación:
La discriminación es una práctica cotidiana que consiste en dar un trato
desfavorable o de desprecio inmerecido a determinada persona o grupo, que a
veces no percibimos, pero que en algún momento la hemos causado o recibido.
Hay grupos humanos que son víctimas de la discriminación todos los días por
alguna de sus características físicas o su forma de vida. El origen étnico o nacional,
el sexo, la edad, la discapacidad, la condición social o económica, la condición de
salud, el embarazo, la lengua, la religión, las opiniones, las preferencias sexuales,
el estado civil y otras diferencias pueden ser motivo de distinción, exclusión o
restricción de derechos.
El principio de igualdad establece que todas las personas tienen los mismos
derechos y comprende la necesidad de crear las condiciones ideales para que
aquellos que se encuentren en una situación de desigualdad tengan garantizado el
disfrute de sus derechos y libertades fundamentales.
Bibliografía:
• Lídice, C. S. J., & Piñón, É. T. DR© Comisión Nacional de los Derechos
Humanos.
https://ti.unla.edu.mx/iusunla31/opinion/LA%20DISCRIMINACION%20EN%
20MEXICO.htm
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20MEXICO.htm
• https://www.conapred.org.mx/index.php?contenido=pagina&id=586&id_opci
on=725&op=725
• https://www.cndh.org.mx/derechos-humanos/como-los-protege-y-promueve-
la-cndh