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Somos fruto de lo que heredamos, sin lugar a dudas gran parte de lo que somos surge de lo
que nos corresponde gracias al traspaso de características fisicas, bioquímicas o
morfológicas por parte de nuestros progenitores. Ya que desde nuestra concepción se dan
una serie de procesos necesarios para darnos la vida.
Vida la cual depende en su defecto de tales procesos, desde aquel instante en que el
espermatozoide fecunda el ovulo y lo fertiliza, dando lugar a una nueva célula, es decir, el
lógicos que hemos de obtener
Es por esto que a partir de este momento cada individuo posee dentro de sí, una amplia
gama de condiciones con las cuales ya ha de nacer. Condiciones innatas que le hacen ser lo
que es y que le ayudaran a ser lo que será. Desde el color de nuestro cabello, ojos o piel
hasta en gran medida parte de nuestra conducta.
Al nacer comenzamos a evidenciar ciertas características en los bebés que son hereditarias
más allá de la parte fisica y morfológica, tales como la manera en que frunce el ceño,
levanta la ceja, ladea los labios, se sienta o posteriormente el cómo camina y como realiza
ciertos ademanes. Predisposiciones que parecieran ser mañas o hábitos que vienen ya
consigo aunque no solo heredamos aspectos positivos del ser humano, sino también
ahí también el hecho de que esto no es lo único que forja al ser, su carácter, personalidad y
creencias en general.
De ahí la idea de que la criminalidad es un aspecto que también pueda darse de manera
surgimiento, la comisión y la evitación del crimen, así como del tratamiento de los
esté relacionado tanto con las normas del Derecho como con la personalidad del
jurídico y social.
Un criminal es un individuo que comete un crimen o que está implicado en algún tipo de
delito
La genética puede dar explicaciones totales a una conducta criminal, pero más sin
embargo diversos científicos y profesionales en el campo de la ciencia a lo largo de
Historia han creado diversas hipótesis en cuanto a objetivos competentes para reconocer
aquellas condiciones fisiológicas, neurológicas, y genéticas que pueden determinar casos de
conducta criminal. Los perfiles criminales implican la valoración de lo que ha hecho el
criminal, la motivación y la predicción de si lo hará otra vez
Podemos incluir bases históricas sobre la genética del comportamiento tales como el
adiestramiento de animales como lo fue la domesticación el lobo, La presunción es que
lobos tranquilos, con bajos niveles de miedo, fueron más propensos a
alimentarse de carroña cerca de los agrupamientos humanos. Diversos
científicos como Coppinger y Smith (1983) como Zeuner (1963) sugieren que las
especies salvajes que luego fueron domesticadas comenzaron como seguidores
de campamentos. Se cree que algunos lobos se alimentaban cerca de los grupos
humanos o seguían a las partidas de cazadores. Existe una compleja interacción
entre los factores genéticos y ambientales, que determina la forma en que se
comportará un animal. Otro principio es que los cambios en un rasgo, como el
temperamento, pueden tener efectos imprevistos en otros rasgos
aparentemente desvinculados sobre selección en favor de un único rasgo puede
terminar en cambios indeseables en otros rasgos de comportamiento y de
conformación física
La historia del mundo va muy unida a la historia del crimen y es así que nace la
Criminología como una ciencia joven, empírica e interdisciplinar, que a su vez le da vida a
la psicología criminal, que al igual que la criminología como ciencia joven, esta descubrirá
los factores que se encuentran implícitos en el ambiente donde nace y se desarrolla el
individuo, así como factores sociales y psicológicos; donde estos factores intervendrán
como componentes que constituirán un posible criminal.
el criminal nace con una predisposición de diversos orígenes hacia el crimen; sin embargo,
es toda una serie de factores que concurren en su persona para que llegue a la conducta
criminal, entre los más frecuentes los factores de índole biológico y genético, las
condiciones económicas, la ausencia de figuras parentales adecuadas, la inadecuada
formación de valores y tradiciones así como la inadaptación a los roles sociales imperantes,
las experiencias de aprendizaje en el colectivo social, las lesiones físicas que a su vez traen
consecuencias psíquicas y trastornos de personalidad, y el desequilibrio mental y de
personalidad.
“Tenemos una larga información de instintos violentos que seguro hacen parte de nuestra
personalidad y que pueden remitirse a una cadena de orden evolutivo que por supuesto no
justifica las decisiones criminales que toma el ser humano”.