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20 de Febrero de 2022 – Número 953

SE GASTA EL DOBLE EN SUBSIDIOS A


EMPRESAS PÚBLICAS QUE EN LA AUH
Un punto crítico en la negociación con el FMI es la reducción de los subsidios
económicos. Para ello es crucial actualizar las tarifas de los servicios públicos y
eliminar la asistencia a las empresas del Estado. En este contexto, proponer crear
una empresa pública de alimentos resulta extremadamente contradictorio.
La inflación en enero rozó el 4% mensual y el precio de los alimentos creció por encima del
5%. Así, se suman evidencias de que los controles de precios de los alimentos,
intensificados en octubre del año pasado, no dan resultados. En reacción al fracaso, el
gobierno anunció que está analizando crear una empresa pública de alimentos. La
idea es intermediar entre los productores y los consumidores para contar con una
herramienta adicional de contención de la suba de precios de los alimentos.
Si bien la inflación es un fenómeno multicausal, no todas las causas tienen la misma
gravitación. En el contexto actual, el principal generador de inflación son los excesos
de emisión monetaria. Déficit fiscal alto, con muy limitado acceso al crédito público, lleva a
imprimir dinero por encima de lo que la gente está dispuesta a conservar. Parte de los
excesos, los absorbe el Banco Central con Leliqs y pases, pero otra parte presiona sobre los
precios. Por eso lo más efectivo es moderar el déficit fiscal. Para ello hay muchas cosas por
hacer, pero la más urgente es reducir los subsidios económicos.
Hay diferentes tipos de subsidios. Según datos de ASAP y del Ministerio de Economía
para el año 2021 los subsidios económicos responden a las siguientes categorías:

info@idesa.org - www.idesa.org – Tel. (54) - 11 - 4374 7660 / (54) - 351 - 427 1271
 Los subsidios al consumo de servicios públicos ascienden a 1,8% del PIB.

 Los subsidios a la producción de servicios públicos ascienden a 0,4% del PBI.

 Los subsidios a las empresas públicas nacionales ascienden a 1,2% del PBI.
Estos datos muestran que los subsidios económicos tienen una incidencia decisiva
sobre las finanzas públicas (representan un 3,4% del PBI, monto similar al déficit
primario) y características heterogéneas. Los subsidios al consumo son los que se
destinan a las tarifas de electricidad, gas y transporte urbano. Los subsidios a la producción
son los que se destinan a las empresas productoras de energía. Los subsidios a las
empresas públicas son los que se asignan al pago de salarios y proveedores de empresas
estatizadas, como los trenes, Aysa, Aerolíneas Argentinas, Río Turbio, Correo Argentino, o
empresas creadas para hacer frente a un desabastecimiento, como la ex – ENARSA (hoy
Integración Energética) y otras empresas estatales.
Al desagregar de esta manera la información queda claro que la actualización de tarifas no
es el único desafío para bajar los subsidios económicos. Un área que merece especial
atención son las empresas públicas. Una manera de dimensionar la flagrante inequidad
social que suponen las empresas del Estado es comparar el 1,2% del PBI que reciben de
subsidios con el 0,6% del PBI que el Estado nacional asigna a la Asignación Universal por
Hijo (AUH). Es decir, por cada $1 que se destina al principal programa social que
administra el Estado, se asignan $2 a las empresas públicas nacionales. Si se
consideraran otros privilegios que tienen las empresas públicas (como no pagar todos los
impuestos) la inequidad es todavía mayor.
Las empresas públicas son administradas en función de los intereses de sus
proveedores y sindicatos. Sus desequilibrios no siempre se originan en insuficiencia de las
tarifas sino en la mala administración, sobreprecios a sus proveedores, exceso de personal y
salarios totalmente desalineados con los que cobran los trabajadores del sector privado. Son
una enorme e irritante fuente de privilegios y corrupción.
Reducir los subsidios es prioritario, no porque lo sugiera el FMI, sino porque es la vía más
rápida para moderar el exceso monetario que genera inflación. Para ello el desafío no se
reduce a actualizar las tarifas contemplando subsidios focalizados en las familias de bajos
ingresos. Más importante es terminar con el desvío de fondos públicos a las empresas
del Estado. Por eso resulta sumamente contradictorio el proyecto de crear una empresa
pública de alimentos, que no va a servir para moderar los precios, pero aumentará las
presiones inflacionarias por la emisión monetaria que requerirá para cubrir su déficit.
Subsidios económicos
En % del PBI – Año 2021

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