Explora Libros electrónicos
Categorías
Explora Audiolibros
Categorías
Explora Revistas
Categorías
Explora Documentos
Categorías
1. Introducción
Un gran número de estudios en ingeniería hidráulica implica el análisis de flujos en
lámina libre, muchos de los cuales pueden considerarse flujos poco profundos,
refiriéndonos con el término poco profundo a una relación entre dimensiones vertical y
horizontal pequeña. Prácticamente la totalidad de flujos en lámina libre son turbulentos.
En cualquier río pueden observarse pequeños remolinos que aparecen y desaparecen
con un movimiento aparentemente caótico, mostrando la complejidad del movimiento
turbulento. Estos remolinos turbulentos son los principales responsables de los procesos
de mezcla, por lo que juegan un importe papel en la difusión de sustancias solubles, de
sólidos en suspensión, etc. La interacción entre corrientes naturales y estructuras puede
crear estructuras turbulentas de dimensiones considerables, como muestra la Figura 1.
A pesar de que prácticamente todos los flujos en ingeniería hidráulica son turbulentos,
en determinados casos la turbulencia no es lo suficientemente alta como para tener una
influencia notoria en el campo de velocidad media. Este suele ser el caso de flujo en
ríos, estuarios y en general en zonas costeras con una geometría lo suficientemente
suave como para que no se produzcan zonas de recirculación en planta. Sin embargo,
incluso en este tipo de situaciones es importante realizar una correcta modelización de
la turbulencia, ya que esta juega un papel fundamental en los procesos de transporte y
mezcla de contaminantes y sedimentos. La difusión de calor, de un soluto, o de un
sedimento en suspensión se produce básicamente por turbulencia, excepto en flujo
laminar, el cual no suele darse en general en ingeniería hidráulica, y mucho menos en
ríos o estuarios. El coeficiente de difusión turbulenta es varios órdenes de magnitud
superior al coeficiente de difusión molecular. Por lo tanto es necesario evaluar
previamente la energía cinética turbulenta para poder calcular el flujo difusivo.
Figura 2. Separación de escalas horizontal (Ls) y vertical (Hs) en flujos poco profundos.
+ + = −gh + − + 2 Ω h sinλ U y + +
∂t ∂x ∂y ∂x ρ ρ ∂x ∂y
∂hU y ∂hU x U y ∂hU 2y ∂z s τ s, y τ b, y ∂ hτ exy ∂ hτ eyy
+ + = −gh + − − 2 Ω h sinλ U x + +
∂t ∂x ∂y ∂y ρ ρ ∂x ∂y
1 Zs 1 Zs
h ∫Z b h ∫Z b
Ux = u x dz Uy = u y dz h = zs − zb
1 Zs
(U i − u i ) (U j − u j )dz
h ∫Z b
D ij =
Q
2
Figura 3. Flujos secundarios (izquierda) y perfil vertical de velocidad (derecha). Principales causas de los
términos de dispersión.
Las tensiones viscosas se calculan a partir de la viscosidad cinemática del fluido (ν)
como:
∂U ∂U j
τ ijv = ν i +
∂x ∂x
j i
Una de las principales características de los flujos poco profundos es la separación entre
escalas horizontales y verticales, debido a que la extensión vertical del fluido (limitada
por la profundidad) es mucho menor que su extensión horizontal. Esta separación de
escalas es aplicable tanto a la dimensión espacial como a las velocidades, y por lo tanto
a la turbulencia. En el caso de la turbulencia, su principal efecto supone una separación
entre estructuras turbulentas (remolinos) tridimensionales y estructuras turbulentas
bidimensionales. La escala espacial de la turbulencia 3D está limitada por la
profundidad, y por lo tanto son estructuras mucho más pequeñas que las asociadas a la
turbulencia 2D, las cuales están únicamente limitadas por la escala horizontal. La
turbulencia 3D está generada principalmente por el rozamiento del fondo, mientras que
la turbulencia 2D está generada por gradientes de velocidad en el plano horizontal.
∂U ∂U j 2
− uiu j = νt i + − k δ ij
∂x ∂x 3
j i
La hipótesis de Boussinesq no deja de ser una mera aproximación que funciona mejor o
peor en función de las condiciones de flujo. En los modelos de aguas poco profundas, lo
que realmente aparece en las ecuaciones es el valor de las tensiones de Reynolds
promediado en profundidad. Se puede asumir directamente el uso de una formulación
similar para el cálculo de tensiones de Reynolds promediadas en profundidad,
utilizando para ello las siguientes expresiones:
∂U x 2 ∂U ∂U y ∂U y 2
− u' 2 = 2ν t − kδ ij − u' v' = ν t x + − v' 2 = 2ν t − kδ ij
∂x 3 ∂y ∂x ∂y 3
∂h ∂hU x ∂hU y
+ + =0
∂t ∂x ∂y
∂hU x ∂hU 2x ∂hU x U y ∂z τ b, x ∂ ∂U x ∂ ∂U x
+ + = −gh s − + h νe + h ν e
∂t ∂x ∂y ∂x ρ ∂x ∂x ∂y ∂y
∂hU y ∂hU x U y ∂hU 2y ∂z s τ b, y ∂ ∂U y ∂ ∂U y
+ + = −gh − + h ν e + h νe
∂t ∂x ∂y ∂y ρ ∂x ∂x ∂y ∂y
νe = ν + νt
ν t = 0.068 u f h
τf
uf =
ρ
ν t = 0.068 g n U h 5/6
ν t = C m 0.068 g n U h 5/6
2
u
ν t = [min (0.267 κ h, κ d wall )] 2S ij S ij + 2.34 f
2
κh
en donde κ=0.41 es la constante de von Karman. Es un modelo algebraico relativamente
sencillo, que permite obtener resultados aceptables en flujos en los que la turbulencia
está generada localmente y principalmente por el rozamiento del fondo. Tiene en cuenta
la producción de turbulencia debido a gradientes horizontales de velocidad, pero no
considera el transporte convectivo ni la disipación de turbulencia. En flujos con zonas
de recirculación fuertes los resultados obtenidos con el modelo de longitud de mezcla
empeoran.
∂k ∂U x k ∂U y k ∂
ν + ν t ∂k + 2ν t S ij S ij + c k u f − ε
3
+ + =
∂t ∂x ∂y ∂x j σ k ∂x j h
∂ε ∂U x ε ∂U y ε ∂ ν
ν + t
∂ε u4
+ c ε1 ε 2ν t S ij S ij + c ε f − c ε2 ε
2
+ + =
∂t ∂x ∂y ∂x j
σε ∂x j k h2 k
k2 τb 1
ν t = cµ c k = c f−1/2 c ε = 3.6c 3/2 1/2
k c ε2 c µ cf =
ε ρ U2
En donde los valores ku, εu y νt,u son los proporcionados por el modelo de Rastogi y
Rodi bajo las mismas condiciones de flujo. Por lo tanto, en condiciones de flujo
uniforme en canal, la modificación de constantes propuesta por Booij reduce la energía
cinética turbulenta y la disipación de turbulencia, pero incrementa la viscosidad
turbulenta en un factor de 1.94. Por otro lado, en flujos dominados por tensiones
horizontales, las diferencias con el modelo de Rastogi y Rodi disminuyen, porque en
dicho caso la producción por rozamiento de fondo es mucho menor que la producción
por gradientes de velocidad horizontal.
Babarutsi y Chu (1991) propusieron un modelo k-ε promediado en profundidad con dos
tipos de turbulencia: tridimensional y bidimensional. La principal diferencia con el
modelo de Rastogi es el modo en que se introducen los efectos de la turbulencia
tridimensional producida por fricción de fondo. Babarutsi y Chu proponen separar la
viscosidad turbulenta total en dos partes, una parte tridimensional y una parte
bidimensional.
ν t = ν 2D
t + ν 3D
t
ν 3D
t = 0.08 u f h
que por otro lado es el mismo valor dado por el modelo de Rastogi para flujo uniforme
en canal. La parte bidimensional se calcula a partir de las variables k’ y ε’, las cuales
representan la turbulencia bidimensional de gran escala generada por gradientes
horizontales, a partir de la siguiente expresión:
k' 2
ν 2D
t = cµ
ε'
con la constante cε3 = 0.8. Nótese que el término de difusión se modela con la
viscosidad turbulenta total, mientras que el término de producción horizontal se modela
con la viscosidad turbulenta bidimensional. Todas las constantes del modelo son las
mismas que en el modelo de Rastogi. El término fuente F’ está asociado con el trabajo
ejercido por las grandes escalas turbulentas horizontales contra la fuerza de fricción, y
se calcula como:
F' =
[ ( ) (
c f u' 2 2U 2x + U 2y + 2u' v'U x U y + v' 2 U 2x + 2U 2y )]
h U 2x + U 2y
k 'u = 0 ε 'u = 0 t, u = 0
ν 2D ν t, u = ν 3D
t, u = 0.08 u f h
Las principales diferencias entre las 3 versiones presentadas del modelo k-ε aparecen en
flujos dominados por fricción. La modificación de Booij reduce la turbulencia generada
por tensión de fondo, y como consecuencia la turbulencia bidimensional de gran escala
se incrementa, incrementando al mismo tiempo la difusión turbulenta del modelo.
1 − c 2 k 4 ∂U x 2 2 ∂U y 2 2 ∂U y 4 ∂U x 2 1 2
u' 2 = − u' + v' + − u' v'+ Puu, V − Pvv,V + k
c11 ε 3 ∂x 3 ∂y 3 ∂x 3 ∂y 3 3 3
1 − c 2 k 2 ∂U x 2 4 ∂U y 2 2 ∂U x 4 ∂U y 2 1 2
v' 2 = u' − v' + − u' v'+ Pvv, V − Puu, V + k
c11 ε 3 ∂x 3 ∂y 3 ∂y 3 ∂x 3 3 3
1 − c 2 k ∂U y 2 4 ∂U x 2 ∂U x ∂U y
u' v' = − u' − v' − + u' v'+ Puv, V
c11 ε ∂x 3 ∂y ∂x ∂y
Pk
c 2 = 0.6 c11 = 0.8 +
ε
∂U 2 1 ∂U ∂U y ∂U y
2
2
Puu, V + Pvv, V
Pk = 2ν t x
+ x
+ +
∂y
+
∂x 2 ∂y ∂x 2
con la viscosidad turbulenta calculada a partir de un modelo k-ε. Los términos Puu,V
Pvv,V Puv,V modelan la producción de tensiones turbulentas por fricción de fondo, y se
calculan a partir de las siguientes expresiones:
u f2 U 2x u f2 U 2y u f2 U x U y
Puu, V = 2 Pvv, V = 2 Puv, V = −2
h U h U h U
Es necesario utilizar algún limitador que impida que las tensiones normales de Reynolds
tomen valores negativos, ya que no existe nada en el modelo que asegure que su valor
permanezca mayor que cero. Para ello es necesario establecer las siguientes
restricciones en el modelo:
La tercera condición impide que la tensión normal turbulenta en dirección vertical tome
valores negativos, al mismo tiempo que evita valores excesivamente elevados de las
tensiones normales horizontales. Si el modelo predice alguna tensión normal negativa,
su valor se fuerza a cero, y al mismo tiempo se le resta la misma cantidad de energía
introducida en la tensión normal vertical a las tensiones normales horizontales, de forma
que la energía turbulenta total se mantenga constante.
U 1 H UL UL
F= T= Rl = Rt =
gh Cf L ν νt
1 1
νt ≈ κ u f h ≈ κ g n h 5/6 U ≈ 0.21 n h 5/6 U
6 6
Esta expresión se puede utilizar en primera instancia para evaluar la importancia de los
esfuerzos turbulentos en el campo de velocidad y calado. Por ejemplo, si estamos
modelando un tramo de río con calados del orden de 10m, una sección de 400m de
anchura, un coeficiente de Manning estimado de 0.025, y una velocidad media de
0.5m/s, se obtiene una viscosidad turbulenta aproximada de 0.02m2/s y un número de
Reynolds turbulento igual a Rt ~ 11000, el cual es un valor bastante elevado, por lo que
es de esperar que las tensiones turbulentas tengan un efecto menor en el desarrollo del
flujo medio.
4. Programas comerciales
Como se ha comentado en la introducción, la modelización de la turbulencia en flujos
poco profundos no ha sido tratada tan ampliamente como en otras disciplinas en
dinámica de fluidos. Existen numerosos modelos numéricos diseñados para la
simulación de flujos poco profundos mediante la resolución de las ecuaciones de aguas
someras bidimensionales, algunos de los cuales incluyen modelo de turbulencia, otros
que únicamente permiten fijar un valor constante de la viscosidad turbulenta, y otros
que no incluyen el efecto de la difusión turbulenta en las ecuaciones de flujo.
Prácticamente todos ellos han surgido del desarrollo llevado a cabo en grupos de
investigación de distintas universidades o centros de investigación. Probablemente los
más extendidos en la actualidad sean los modelos SMS (Brigham Young University) y
MIKE21 (Danish Hydraulic Institute). Ambos se comercializan a nivel mundial,
estando presentes en un gran número de consultorías. Tienen la principal ventaja de ser
muy amigables desde el punto de vista del usuario, y de permitir una fácil definición del
problema y un post-proceso de datos relativamente sencillo y eficiente. El resto de
modelos no se comercializan de manera tan extendida, aunque la mayoría de ellos se
pueden conseguir directamente a través de las universidades que los han desarrollado.
Tienen el principal inconveniente de no tener un pre-proceso y post-proceso de datos
tan amigables para el usuario no habituado a su utilización. Sin embargo, en lo que se
refiere al cálculo numérico y resolución de las ecuaciones del modelo, muchos de ellos
tienen las mismas capacidades o incluso superiores a los modelos comerciales.
Simplemente por citar alguno de ellos, aunque la lista de programas disponibles es más
larga, se pueden mencionar los siguientes: TELEMAC (LNHE-EDF), CARPA (Grupo
Flumen, Universidad Politécnica de Catalunya), CCHE2D (University of Mississippi),
DAMFLOW2D (Universidad de Málaga y Universidad de Sevilla), TURBILLON
(Grupo Giama, Universidad de A Coruña).
U ∆x
P=
νt
∂U ∂V ∂U ∂V
ν t = C m A + + 2 +
∂x ∂y ∂x ∂y
El manual de usuario de RMA2 proporciona una tabla con recomendaciones para fijar el
valor de la viscosidad turbulenta en función del tipo de flujo, los cuales son demasiado
elevados (Tabla 1). Esto conlleva todos los inconvenientes comentados anteriormente
en la sección 3.3. , lo cual conduce muy habitualmente a resultados erróneos en
situaciones donde la turbulencia es importante. De hecho, el manual de usuario ya
advierte que los valores de viscosidad turbulenta son utilizados por el programa “para
ayudar a la convergencia numérica así como para calibrar el modelo”.
También dentro del modelo SMS, el módulo HIVEL para el cálculo de flujo en régimen
rápido, incorpora el modelo parabólico, permitiendo al usuario introducir un coeficiente
multiplicador de ajuste de la viscosidad turbulenta. Como se ha visto en la sección 3.4. ,
en este modelo la viscosidad turbulenta se calcula localmente a partir del módulo de la
velocidad, del coeficiente de fricción de fondo (Manning) y del calado.
5. Aplicaciones
A modo de ejemplo se presentan a continuación los resultados obtenidos mediante la
modelización matemática con las ecuaciones de aguas someras bidimensionales de
diferentes flujos, incluyendo en todos los casos los esfuerzos turbulentos. Todos los
resultados numéricos presentados se han obtenido con el código TURBILLON,
desarrollado y utilizado actualmente por el Grupo de Ingeniería del Agua y del
Medioambiente de la Universidad de A Coruña, el cual incluye todos los modelos de
turbulencia presentados en la sección 3. Más que una descripción detallada de cada
ejemplo, se pretende poner de relevancia los efectos del modelo de turbulencia utilizado
en los resultados numéricos, así como la validación experimental de los mismos. La
comparación de resultados se centrará en velocidades medias, ya que es ahí donde la
turbulencia presenta una mayor influencia. Los campos de calado son menos sensibles a
la modelización de la turbulencia.
El estuario Crouch tiene una longitud de aproximadamente 25Km y una anchura del
cauce en la desembocadura de unos 1Km. Es un estuario que está totalmente dominado
por la marea, siendo las aportaciones de agua dulce despreciables frente al caudal de
marea. El flujo es por lo tanto no estacionario, y los valores de viscosidad turbulenta
variables en función de la fase de marea. Se estudió la influencia del modelo de
turbulencia en los resultados de calado y velocidad, concluyendo que en este caso la
influencia de la turbulencia es despreciable en el flujo medio. Los resultados obtenidos
son independientes del modelo de turbulencia utilizado, e incluso puede no utilizarse
ningún modelo en absoluto (νt = 0). Asumiendo un calado de 10m, un coeficiente de
Manning de 0.02, y una velocidad media de 1.5m/s, se obtiene una viscosidad
turbulenta aproximada de 0.04m2/s. Esta estimación es del mismo orden de magnitud
que los valores máximos de viscosidad turbulenta obtenidos con el modelo k-ε, lo cual
confirma que la turbulencia está fundamentalmente generada por la fricción del fondo.
Asumiendo una escala espacial de 1Km (que es aproximadamente la anchura del
estuario en la desembocadura), se obtiene un número de Reynolds turbulento de Rt ~
37000, confirmando que el efecto de la difusión turbulenta en el flujo medio es
pequeño.
Figura 10. Secciones transversales de velocidad longitudinal experimental y numérica calculados con
diferentes modelos de turbulencia.
Este es otro ejemplo de un flujo lento en el que aparecen grandes zonas de recirculación.
Se modela el flujo en un tanque de floculación en el cual aparecen dos remolinos de
recirculación de diferente tamaño. La relación entre calado y escala horizontal es del
orden de H/L ~ 0.1. Para el cálculo de las tensiones de Reynolds se utilizan los modelos
de turbulencia de longitud de mezcla, k-ε, y de tensiones algebraicas para poner de
relieve la importancia de una correcta modelización de la turbulencia en los resultados
(Figura 11). Aunque no se presentan resultados experimentales de velocidad, las líneas
de corriente más parecidas a las observadas experimentalmente son las obtenidas con
los modelos k-ε y DASM. Si no se utiliza ningún modelo de turbulencia los resultados
son totalmente incorrectos. Si se utiliza un modelo sencillo, como el de longitud de
mezcla, los valores de viscosidad turbulenta son demasiado pequeños, y por lo tanto el
tamaño de la zona de recirculación izquierda demasiado grande.
Figura 11. Campo de velocidad numérico. Sin modelo de turbulencia (izquierda), modelo de longitud de
mezcla (medio), modelo de tensiones algebraicas DASM (derecha).
6. Conclusiones
Se han presentado los siguientes modelos de turbulencia para aguas someras, por orden
creciente de complejidad:
Así como otras formas de tratar la turbulencia que aparecen en algunos programas
comerciales, como el modelo de Smagorinsky y el número de Peclet. Estos dos últimos,
más que como modelos de turbulencia se utilizan en algunos modelos de aguas poco
profundas para estabilizar numéricamente el modelo.
7. Referencias
Babarutsi, S., Chu, V.H. (1991). A two-length-scale model for quasi-two-dimensional
turbulent shear flows. Proc. 24th Congr. of IAHR, Vol. C, Madrid. IAHR
Booij, R. (1989). Depth-averaged k-ε modelling. Proc. 23rd IAHR Congr., Delft, The
Netherlands. vol. A, IAHR
Cea, L., Pena, L., Puertas, J., Vázquez-Cendón, M.E, Peña, E. (2007). Application
of Several Depth Averaged Turbulence Models to Simulate Flow in Vertical Slot
Fishways. Journal of Hydraulic Engineering, Vol.133 (2) pp.160-172
Cea, L., French, J.R., Vázquez-Cendón, M.E. (2006). Numerical modelling of tidal
flows in complex estuaries including turbulence: An unstructured finite volume solver
and experimental validation. International Journal for Numerical Methods in
Engineering, Vol.67 (13) pp.1909-1932
Rastogi, A.K., Rodi, W. (1978). Predictions of heat and mass transfer in open channels.
Journal of the Hydraulics Division HY3