Está en la página 1de 12

Séptima Epoca

Instancia: Tercera Sala


Fuente: Apéndice de 1995
Tomo: Tomo IV, Parte HO
Tesis: 639
Página: 473

ALIMENTOS ENTRE LOS CONYUGES. La Suprema Corte de Justicia de la Nación


ha sostenido en diversas ejecutorias el criterio de que, siendo la regla general, en
cuanto a alimentos de los cónyuges se refiere, la contenida en la primera parte del
artículo 164 del Código Civil para el Distrito Federal, en el sentido de que el marido
debe darle alimentos a la mujer y hacer todos los gastos necesarios para el
sostenimiento del hogar, es concluyente que cuando en un caso la mujer demanda el
pago de alimentos, al marido incumbe la obligación de probar que aquélla no los
necesita, bien porque tenga bienes propios o bien porque desempeñe algún trabajo o
alguna profesión, oficio o comercio, ya que dejar la carga de esta prueba a la actora
sería tanto como obligarla a probar hechos negativos, o sea que carece de empleo, de
bienes y en general de toda fuente de ingresos, lo cual es sencillamente ilógico y
antijurídico.

Séptima Epoca:

Amparo civil directo 1310/52. Palacios Dueñas Genaro. 28 de junio de 1954. Cinco
votos.

Amparo directo 4945/67. Catalina Linares Hernández. 23 de septiembre de 1968.


Unanimidad de cuatro votos.
Amparo directo 5445/67. Joaquín Rivera Wrendenn. 31 de octubre de 1968.
Unanimidad de cuatro votos.

Amparo directo 4707/73. Pompeyo Mata Valdez. 10 de octubre de 1975. Unanimidad


de cuatro votos.

Amparo directo 2975/75. Rafael Alfaro Hernández. 24 de enero de 1977. Cinco votos.

NOTA: Dejó de tener vigor esta tesis, ya que el artículo 164 del Código Civil para el
Distrito Federal que interpreta, fue reformado por decreto de treinta y uno de
diciembre de mil novecientos setenta y cuatro, artículo que indicaba que el marido
debe darle alimentos a la mujer y hacer todos los gastos necesarios para el
sostenimiento del hogar, para establecer igualdad de derechos y obligación entre los
consortes para el sostenimiento del hogar, la alimentación de los mismos y la de sus
hijos.

Octava Epoca
Instancia: SEGUNDO TRIBUNAL COLEGIADO DEL SEXTO CIRCUITO.
Fuente: Gaceta del Semanario Judicial de la Federación
Tomo: 59, Noviembre de 1992
Tesis: VI.2o. J/228
Página: 70

ALIMENTOS ENTRE LOS CONYUGES. Siendo la regla general, en cuanto a


alimentos de los cónyuges se refiere, la de que el marido debe darle alimentos a la
mujer y hacer todos los gastos necesarios para el sostenimiento del hogar, es
concluyente que cuando en un caso la mujer demanda el pago de alimentos, al marido
incumbe la obligación de probar que aquélla no los necesita, bien porque tenga bienes
propios o bien porque desempeñe algún trabajo o alguna profesión, oficio, o comercio,
ya que dejar la carga de esta prueba a la actora sería tanto como obligarla a probar
hechos negativos, o sea que carece de empleo, de bienes y en general de toda fuente
de ingreso, lo cual es sencillamente ilógico y antijurídico.

SEGUNDO TRIBUNAL COLEGIADO DEL SEXTO CIRCUITO.

Amparo directo 235/88. José Fermín Cabrera Sánchez. 24 de agosto de 1988.


Unanimidad de votos. Ponente: José Galván Rojas. Secretario: Jorge Núñez Rivera.

Amparo directo 40/90. Enrique Solís Turbín. 31 de enero de 1990. Unanimidad de


votos. Ponente: Gustavo Calvillo Rangel. Secretario: Humberto Schettino Reyna.

Amparo directo 175/90. Miguel Hernández Ortega. 11 de mayo de 1990. Unanimidad


de votos. Ponente: Gustavo Calvillo Rangel. Secretario: Humberto Schettino Reyna.

Amparo directo 571/91. Herminia Ida Cuéllar García. 22 de enero de 1992.


Unanimidad de votos. Ponente: Gustavo Calvillo Rangel. Secretario: José Mario
Machorro Castillo.

Amparo directo 360/92. Wenceslao Miguel Juárez Flores. 29 de septiembre de 1992.


Unanimidad de votos. Ponente: Gustavo Calvillo Rangel. Secretario: Humberto
Schettino Reyna.
Octava Epoca
Instancia: PRIMER TRIBUNAL COLEGIADO EN MATERIA CIVIL DEL PRIMER
CIRCUITO.
Fuente: Semanario Judicial de la Federación
Tomo: VIII, Diciembre de 1991
Página: 152

ALIMENTOS. OBLIGACION DE LA MUJER. INTERPRETACION DEL ARTICULO 164


REFORMADO DEL CODIGO CIVIL. Aunque el Código Civil para el Distrito Federal
en su artículo 164, reformado por decreto publicado el treinta y uno de diciembre de
mil novecientos setenta y cuatro, acorde con el principio constitucional de igualdad
entre el varón y la mujer, establece la regla de que ambos cónyuges contribuirán
económicamente al sostenimiento del hogar, a su alimentación y a la de sus hijos; tal
disposición debe interpretarse en el sentido de que la mujer sólo está obligada a la
contribución monetaria cuando se comprueba que obtiene remuneración por su
trabajo o ingresos de sus bienes; de no ser así, existe la presunción de que necesita
alimentos por ser hecho notorio que dentro de la familia mexicana actual, es ella la
que se encarga del hogar y del cuidado de los hijos, mientras que el varón es el que
trabaja para allegar los medios económicos.

PRIMER TRIBUNAL COLEGIADO EN MATERIA CIVIL DEL PRIMER CIRCUITO.

Amparo directo 3536/88. José Serralde Orihuela. 20 de marzo de 1989. Unanimidad


de votos. Ponente: Rafael Corrales González. Secretario: Neófito López Ramos.
Séptima Epoca, Sexta Parte: Volúmenes 145-150, página 33. Amparo directo
1440/80. Víctor Roberto Lazaré Cruz. 29 de enero de 1981. Unanimidad de votos.
Ponente: Rafael Corrales González.

Octava Epoca
Instancia: SEGUNDO TRIBUNAL COLEGIADO DEL SEXTO CIRCUITO.
Fuente: Semanario Judicial de la Federación
Tomo: XI, Febrero de 1993
Tesis: VI.2o. 892 C
Página: 243

DIVORCIO. NEGATIVA INJUSTIFICADA A CUMPLIR LA OBLIGACION


ALIMENTARIA. DISTINCION CON LA ACCION DE PETICION DE ALIMENTOS
ENTRE CONYUGES. La causal de divorcio establecida en la fracción XIV del artículo
454 del Código Civil, requiere de una cuidadosa aplicación, porque se corre el riesgo
de que, por confusión, se le dé el tratamiento que corresponde a la acción de petición
de alimentos entre los cónyuges, confusión derivada de que ambas acciones tienen
como causa aparente el mismo contenido, esto es, el incumplimiento del cónyuge
demandado a la obligación que le impone el matrimonio de proporcionar alimentos;
pero ambas acciones de divorcio y de petición de alimentos entre cónyuges, tienen
procedimientos diversos y reglas propias de comprobación, diferencias que provienen
fundamentalmente de que persiguen distintas finalidades una y otra, pues mientras la
primera destruye el matrimonio la segunda tiende a conservarlo. El concepto objetivo
de diferenciación radica en el grado, calidad o gravedad del incumplimiento. Así,
cualquier falta aunque sea mínima al deber de proporcionar alimentos, funda la acción
de petición de alimentos o de aseguramiento en contra del cónyuge incumplido; en
cambio, los elementos de la causal de divorcio especificada en la fracción de mérito,
son en primer lugar, la negativa injustificada a cumplir con las obligaciones de
ministrar los alimentos, y en segundo, que ese incumplimiento tenga la gravedad
suficiente para poner de manifiesto el desprecio, desapego, abandono o
desestimación al cónyuge actor y a sus hijos, que hagan imposible la vida en común.

SEGUNDO TRIBUNAL COLEGIADO DEL SEXTO CIRCUITO.


Amparo directo 481/92. Xóchitl Yolanda Falcón Avila. 4 de noviembre de 1992.
Unanimidad de votos. Ponente: Gustavo Calvillo Rangel. Secretario: Jorge Alberto
González Alvarez.

Novena Epoca
Instancia: QUINTO TRIBUNAL COLEGIADO EN MATERIA CIVIL DEL PRIMER
CIRCUITO.
Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta
Tomo: IX, Enero de 1999
Tesis: I.5o.C.85 C
Página: 825

ALIMENTOS. SON IMPROCEDENTES LOS QUE DEMANDA EL MARIDO A CARGO


DE SU ESPOSA, SI ADEMÁS DE NO ESTAR IMPEDIDO FÍSICA NI MENTALMENTE
PARA TRABAJAR, EXISTEN PRUEBAS QUE EVIDENCIAN SU FALTA DE
APLICACIÓN AL TRABAJO. Es verdad que uno de los fines del matrimonio que
además es base para su conservación, es el relativo al socorro mutuo entre los
cónyuges; finalidad que se encuentra íntimamente relacionada con el principio de
reciprocidad alimentaria que implica que el cónyuge que da alimentos tiene a su vez
derecho a recibirlos; sin embargo, en el caso, donde hay evidencia de que el marido
que demanda alimentos, lo hace porque desde que contrajeron matrimonio su esposa
es la que había venido soportando la carga alimentaria de ambos; que no está
incapacitado física ni mentalmente; que es profesionista por haber cursado una
licenciatura y que es una persona relativamente joven (34 años), la pretensión del
demandante es improcedente pues su intención es vivir o continuar viviendo a
expensas de la esposa, lo cual evidentemente rompe los esquemas establecidos y
amerita una excepción a la obligación derivada del artículo 302 del Código Civil para
el Distrito Federal en el sentido de que "los cónyuges deben darse alimentos", pues en
tal evento, no sería justo imponer la carga alimentaria a quien tenga posibilidades
logradas gracias a su esfuerzo y trabajo y beneficiar a quienes carecen de
posibilidades económicas debido a su pereza o falta de aplicación al trabajo sin razón
fundada. A lo anterior debe agregarse el hecho de que en el matrimonio de que se
trata no hay hijos, por lo que no puede afirmarse como pretexto que él se hace cargo
de las labores domésticas y educacional de los hijos del matrimonio y ella de la
cuestión económica; de tal manera, si la única base en que el actor sustenta su
petición de alimentos es la de que su esposa siempre ha soportado esa carga, dicha
petición es improcedente atendiendo a las circunstancias del caso ya señaladas, pues
no puede soslayarse la conducta del demandante cuando la necesidad de los
alimentos que exige dependen de su falta de aplicación al trabajo; por tanto, en esas
circunstancias se actualiza la hipótesis a que alude el artículo 320, fracción IV, del
Código Civil para el Distrito Federal en relación a que cesa la obligación de
proporcionar alimentos cuando la necesidad de ellos depende "de la falta de
aplicación al trabajo del alimentista".

QUINTO TRIBUNAL COLEGIADO EN MATERIA CIVIL DEL PRIMER CIRCUITO.

Amparo directo 6815/98. Julio César Tinoco Oros. 29 de octubre de 1998. Unanimidad
de votos. Ponente: Arturo Ramírez Sánchez. Secretario: José Manuel Quistián
Espericueta.

Novena Epoca
Instancia: Pleno
Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta
Tomo: IV, Agosto de 1996
Tesis: P. CIV/96
Página: 63

DIVORCIO. EL ARTICULO 253, FRACCION XII, DEL CODIGO CIVIL DEL ESTADO
DE MEXICO, QUE ESTABLECE COMO CAUSAL DE AQUEL LA NEGATIVA DE LOS
CONYUGES A DARSE ALIMENTOS SOLO CUANDO NO PUEDA HACERSE
EFECTIVO ESTE DERECHO, NO VIOLA EL ARTICULO 4o. DE LA CONSTITUCION.
Es inexacto que el artículo 253, fracción XII, del Código Civil del Estado de México
transgreda el principio de igualdad que establece el artículo 4o. de la Carta Magna, al
prescribir como causal de divorcio la negativa de los cónyuges de darse alimentos, de
acuerdo con lo dispuesto en el artículo 150, porque este precepto legal establece,
entre otras causas de divorcio, la negativa de los cónyuges a darse alimentos, pero
sin señalar sólo al varón, lo que implica que uno u otro cónyuge, según proceda,
puede incurrir en la causal por negarse a dar alimentos para el sostenimiento de la
familia, igualdad que deriva de que aun cuando es cierto que el referido artículo 150
dispone, inicialmente, que el marido debe dar alimentos a la mujer y hacer todos los
gastos necesarios para el sostenimiento del hogar, también establece que si la mujer
tuviere bienes propios, desempeñare algún trabajo, ejerciera alguna profesión, oficio o
comercio, deber igualmente contribuir para los gastos de la familia.

Amparo en revisión 1424/95. Sandra Serrano Reza. 27 de mayo de 1996. Unanimidad


de diez votos. Ausente: Juventino V. Castro y Castro. Ponente: Juan Díaz Romero.
Secretario: Aristeo Martínez Cruz.

El Tribunal Pleno, en su sesión privada celebrada el once de julio en curso, aprobó,


con el número CIV/1996, la tesis que antecede; y determinó que la votación es idónea
para integrar tesis de jurisprudencia. México, Distrito Federal, a once de julio de mil
novecientos noventa y seis.

Novena Epoca
Instancia: Primera Sala
Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta
Tomo: II, Diciembre de 1995
Tesis: 1a./J. 18/95
Página: 273

DIVORCIO, POR INCUMPLIMIENTO DE MINISTRAR ALIMENTOS, NO REQUIERE


TERMINO PARA SU EJERCICIO. (LEGISLACION DEL ESTADO DE PUEBLA). El
artículo 454 fracción XIV del Código Civil dispone que son causas de divorcio: "XIV.-
La negativa injustificada a cumplir la obligación alimentaria respecto del otro cónyuge
y a los hijos"; por otra parte, el diverso 455 fracción V del mismo ordenamiento
dispone: "455.- En el juicio de divorcio por la causa establecida en la fracción XIV del
artículo anterior, son aplicables las siguientes disposiciones:... V.- La falta de pago de
la pensión así asegurada sin causa justificada por más de tres meses, será nueva
causa de divorcio". De la anterior transcripción se advierte que las citadas fracciones
contemplan diferentes causales de divorcio independientes entre sí, que tienen su
origen en dos diversos supuestos, el primero, relativo a la negativa injustificada de
cumplir con la obligación alimentaria respecto al otro cónyuge y a los hijos, y el
segundo, que alude a la falta de pago de la pensión asegurada sin causa justificada
por más de tres meses. En efecto, para que la acción de divorcio fundada en la causal
prevista por la fracción XIV, del citado numeral 454, se configure, basta que en forma
injustificada, uno de los cónyuges se niegue o deje de cumplir con la obligación
alimentaria respecto del otro y de los hijos; mientras que, para la procedencia de la
diversa causal contenida en la fracción V, del referido numeral 455, es necesario la
actualización de tres supuestos, como son: a) la existencia previa de una resolución
judicial en virtud de la cual se haya condenado a uno de los cónyuges con el pago
periódico de una pensión alimentaria; b) la falta de pago por parte del deudor
alimentario, sin causa justificada; y, c) que la falta de pago de dicha pensión sea por
más de tres meses, por lo que, al ser diversa la razón que dio origen a dichas
causales de divorcio, los requisitos exigidos para la actualización de esta última
hipótesis, concretamente el relativo al término de tres meses establecido para su
procedencia, no puede ni debe exigirse por lo que hace a la causal prevista por la
fracción XIV del artículo 454 del mencionado ordenamiento legal, de considerar lo
contrario, se estaría haciendo una distinción donde la ley no distingue, contraviniendo
el principio de "ubi lex no distinguet non distinguet debetur" amén que de haber sido
esa la intención del legislador, es decir, el fijar un término para la procedencia de la
causal de divorcio relativa a la falta injustificada de ministrar alimentos, así lo hubiere
plasmado, como sucede en el caso de la fracción VI, del propio artículo 454, que
establece un término de seis meses para que el abandono injustificado del domicilio
familiar pueda hacerse valer como causal de divorcio.

Contradicción de tesis 23/95. Entre las sustentadas por el Segundo Tribunal


Colegiado del Sexto Circuito y el Tercer Tribunal Colegiado del mismo Circuito. 24 de
noviembre de 1995. Mayoría de tres votos en contra del emitido por el Ministro
Juventino V. Castro y Castro. Ausente: José de Jesús Gudiño Pelayo. Ponente: Juan
N. Silva Meza. Secretario: Antonio González García.

Tesis de Jurisprudencia 18/95. Aprobada por la Primera Sala de este alto tribunal, en
sesión de veinticuatro de noviembre de mil novecientos noventa y cinco, por mayoría
de tres votos de los Ministros: Humberto Román Palacios, Juan N. Silva Meza y Olga
Sánchez Cordero de García Villegas, en contra del emitido por el Ministro presidente
Juventino V. Castro y Castro. Ausente: José de Jesús Gudiño Pelayo.

Octava Epoca
Instancia: SEGUNDO TRIBUNAL COLEGIADO DEL DECIMO SEXTO CIRCUITO.
Fuente: Semanario Judicial de la Federación
Tomo: XV, Enero de 1995
Tesis: XVI.2o. 46 C
Página: 226
DIVORCIO NECESARIO, NEGATIVA DE LOS CONYUGES DE SUMINISTRARSE
ALIMENTOS COMO CAUSA DE. (LEGISLACION PARA EL ESTADO DE
GUANAJUATO). En atención a lo establecido en la fracción XII del artículo 323 del
Código Civil del Estado de Guanajuato, es causa de divorcio, la negativa de los
cónyuges de darse alimentos de acuerdo con lo dispuesto por el artículo 161, siempre
que no puedan hacer efectivos los derechos que les conceden los diversos preceptos
162 y 163. Sin embargo, para declarar la disolución del vínculo matrimonial en base a
la citada causa, el juzgador no debe apreciar el dispositivo que la contempla en forma
aislada sino en relación con otros. En efecto, según se infiere del artículo 362 de la ley
sustantiva civil, los alimentos se traducen en bienes o recursos materiales que las
personas requieren para subsistir. Aunque del matrimonio, como lo estipulan los
numerales 161 y 357, nace el derecho de la esposa e hijos de recibir alimentos y la
correlativa obligación del esposo de suministrarlos, estas reglas, como genéricas que
son, no tienen alcances absolutos, pues la propia legislación civil del estado, les
impone limitantes, entre otras, las desprendidas de los distintos numerales 365 y 364,
fracción I, que respectivamente previenen que los alimentos serán proporcionados a la
posibilidad del que debe darlos y a la necesidad del que debe percibirlos; y que la
obligación de dar alimentos se suspenderá cuando el que la tiene carece de medios
para cumplirla; inclusive los artículos 161, 162 y 163, a los cuales se remite el 323,
fracción XII, contempla de igual manera la existencia de bienes sobre los que habrá
de normarse la imperatividad de las cuestiones alimentarias. La interconexión de los
citados dispositivos permite presuponer para los fines de la causa de divorcio, que el
deudor alimentario debe contar con bienes en su esfera patrimonial y que no obstante
su capacidad económica se niegue en forma injustificada a dar alimentos. De lo
contrario, de carecer de recursos económicos, dicha negativa como causa de divorcio
no se actualizará. De esta suerte, si el obligado a dar alimentos no cuenta con bienes
propios ni percibe ingreso económico alguno, es incuestionable que la obligación de
aquél permanece suspendida en términos del artículo 374 de la ley adjetiva civil,
puesto que carece de medios para cumplirla.

SEGUNDO TRIBUNAL COLEGIADO DEL DECIMO SEXTO CIRCUITO.

Amparo directo 269/94. José Antonio Martín García Villaseñor. 5 de julio de 1994.
Unanimidad de votos. Ponente: Froylán Guzmán Guzmán. Secretario: Alejandro
Caballero Vértiz.
DIVORCIO, FALTA DE MINISTRACION DE ALIMENTOS COMO CAUSAL DE. El
artículo 267, fracción XII del Código Ciivl establece como causal de
divorcio a la negariva injustificada de los cónyuges a cumplir con las
obligaciones señaladas en el artículo 164, sin que sea necesario agotar
previamente los procedimientos tendientes a su cumplimiento así como su
incumplimiento, sin justa causa, por alguno de los cónyuges, de la
sentencia ejecutoriada en el caso del artículo 168. Ahora bien, cuando no
se alega un incumplimiento total, sino parcial, que se hace consistir en
que el demandado no da dinero a la actora, ese hecho no basta para que
se surta la hipótesis a que se refiere la fracción XII del artículo 267 del
Código Civil, toda vez, que por una parte, los alimentos comprenden la
comida, el vestido, la habitación y la asistencia en casos de enfermedad;
respecto de los menores, los alimentos comprenden además, los gastos
necesarios para la educación primaria del alimentista y para
proporcionarle algún oficio, arte o profesión honestos y adecuados a su
sexo y circunstancias personales; y, por otra parte, la institución del
matrimonio es de orden público por lo que la sociedad está interesada en
su mantenimiento y sólo por excepción la ley permite que se rompa el
vínculo matrimonial; de ahí que en los divorcios necesarios sea preciso que
la causal invocada quede plenamente especificada y se acredite la
negativa del obligado a fin de que el tribunal pueda apreciar la gravedad
del incumplimiento que ponga de manifiesto el desprecio, desapego,
abandono o desestimación al cónyuge actor o a sus hijos, y que haga
imposible la vida en común, gravedad que no se justifica cuando en forma
imprecisa se alega que el demandado no ha cumplido en su totalidad con
la ministración de alimentos". Octava Época Instancia: TERCER TRIBUNAL
COLEGIADO EN MATERIAL CIVIL DEL PRIMER CIRCUITO. Fuente: Semanario
Judicial de la Federación Tomo: VII, Enero de 1991 Página: 232

También podría gustarte