En este tipo de razonamiento es fundamental extraer conclusiones
válidas a partir de un conjunto de premisas determinadas, tal y como en la lógica proposicional o lógica simbólica, que son modelos formales de expresar una reflexión. Este tipo de razonamiento es, además, sumamente antiguo, ya que fue cultivado extensamente por los antiguos filósofos griegos, quienes veían en la deducción y la correlación formal el mejor método para alcanzar la verdad. Pensamiento lógico matemático El pensamiento matemático es realmente antiguo en la historia de la humanidad. En la prehistoria más temprana, a juzgar por evidencias halladas en yacimientos sudafricanos, hace 70.000 años de antigüedad existieron las primeras formas de pensamiento matemático. Gracias a él, los humanos primitivos desarrollaron sistemas simples de seguimiento del número de animales en una manada (ninguno, uno, dos o muchos, básicamente). Por otro lado, las mujeres llevaban una suerte de registro menstrual que trazaba 28 a 30 marcas en una piedra o un hueso. También hay evidencias posteriores de este tipo de razonamiento en la civilización egipcia del V milenio a. C. Pero recién entre 3.000 a 2.600 a. C. aparecieron las primeras matemáticas conocidas en el norte de India y Pakistán, con el surgimiento de la Cultura del Valle del Indo. Allí nació un sistema numérico y métrico propio, previo al que se desarrolló en la antigua China durante la Dinastía Shang (1600 a 1046 a. C.), uno de los más antiguos conocidos. Finalmente, en el 539 a. C., las culturas mesopotámicas asirio-babilónicas desarrollaron un sistema propio, que, junto a las árabes y a las egipcias, dieron nacimiento a las helenísticas. En ese período, la antigüedad griega produjo muchos de los razonamientos matemáticos que hoy en día todavía empleamos, obra de grandes filósofos como Pitágoras, Tales de Mileto, Eratóstenes o Arquímedes de Siracusa. Este conocimiento, transmitido al Imperio Romano y de allí a las naciones cristianas y al resto de Occidente, es la base de las matemáticas que practicamos hoy.