Golpes suenan en la puerta, Las veruquientas campanas,
en la puerta del cuarto, despiertan al vecindario; golpes y voces que llaman gentes a pie y de a caballo ansiosas al Cura Hidalgo. acuden al llamamiento.
Se hace luz, en las estancias Y en una de las ventanas,
se pasean los caballos, erguido, grande, sublime; entran Allende y Aldama, asoma su busto, Hidalgo. . . . al cuarto del viejo cura. Y grita: ¡Muera el mal gobierno! . . .
Y sin más rodeos y preámbulos
dicen: "estamos perdidos: ¡Viva nuestra Madre Santísima de ¿qué resolución tomamos?" Guadalupe! ¡Viva América!
Oye la nueva, tranquilo, ¡Viva México!! Viva México! ¡Viva
con calma y sosiego, Hidalgo. . . México! "No estamos perdidos," contesta " aquí no queda más que ir a coger ¡Viva Allende! . . . ¡Viva Aldama! . . . gachupines" ¡Viva Abasolo! ¡Viva Jiménez!
Mientras se ajusta las armas, ¡Viva la Corregidora de Querétaro!
y ordena que venga un criado Doña Josefa Ortiz de Domínguez! para que dé chocolate, a sus valientes aliados. ¡Vivan, vivan todos los que lucharon y murieron por la Independencia Manda llamar a los serenos, Mexicana!! y a su hermano don Mariano; se encendieron unas teas, ¡Viva el Padre de la Patria Mexicana que agitaban unos cuantos. don Miguel Hidalgo y Costilla!