PRÁCTICAS COMERCIALES.

Tanto el DICCIONARIO DE LA REAL ACADEMIA DE LA LENGUA como CABANELLAS1 definen el

término de prácticas comerciales como el modo o método para ejecutar o aplicar algún programa
o realizar operaciones, y comercial como cosas relativas o que pueden ser objeto del comercio. De
lo señalado se puede establecer de manera amplia y un tanto superficial que las prácticas
comerciales consisten en ejecutar o aplicar algún programa o doctrina involucrado dentro del
ámbito del comercio. Profundizando un poco más se encuentra lo mencionado por PARDO LEAL2 y
CRESPO quienes agregan el elemento teleológico, haciendo manifiesta la finalidad de llevar a los
consumidores un producto y el contribuir y participar en el mercado y la economía. Por otro lado,
CARRILLO3 proporciona una definición bastante acertada al decir que prácticas comerciales es
cualquier actividad a que alguien se dedique con el fin de proporcionar al público un producto o
servicio a cambio de un pago (que actualmente casi siempre se hace en dinero). Además de los
elementos mencionados, el PARLAMENTO EUROPEO4 mencionan el tipo de actividades que se
consideran como prácticas comerciales y el sujeto activo de las mismas, siendo las primeras los
actos, omisiones, conductas, representaciones o comunicaciones comerciales relacionadas con la
promoción, venta y suministros de productos y servicios, incluidas la publicidad y comercialización,
y el segundo el comerciante. Para proporcionar una definición que se acerca al presente tema, se
puede establecer que las prácticas comerciales son todas aquellas actividades realizadas por el
comerciante para promover, vender y distribuir algún producto o servicio.

Las prácticas comerciales restrictivas han sido utilizadas por empresarios e incluso por los
gobiernos, a lo largo de la historia y en todos los países centroamericanos, para aumentar sus
beneficios y privilegios sobre un mercado, dañando a los consumidores, es por ello que adquiere
importancia su estudio y profundización