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DECLARACION PUBLICA

El día en que me notificaron del Decreto Alcaldicio Nº 275, el diario La Tercera publicó una
nota con el título: “”Degrada el ambiente laboral”: sumario de Ñuñoa constató maltrato
de concejala Kena Lorenzino (RD) a funcionarios”, el cual da cuenta de algunos aspectos
que arrojó la investigación de la fiscal Alison Torres Pulido y obvia otros que son
igualmente importantes para las partes que nos vimos involucradas.

En estos meses, he revisado mi conducta, lo que me ha llevado a reconocer que he tenido


comportamientos patriarcales. En este caso herí a una persona que trabajaba conmigo y
eso es duro de asumir y no hay excusa que valga por ello. Sí pido que los medios reflejen
la investigación que se llevó a cabo y que está contenida en el mismo documento al que La
Tercera tuvo acceso y que otros medios han replicado.

1.- La Fiscalía señala que se “encuentra imposibilitada de formular cargos o sancionar a


cualquier autoridad comunal” -como es el caso del cargo de concejala que yo ocupo-, y
también declara que este procedimiento es “un medio idóneo para esclarecer los hechos
denunciados”. Creo importante destacar este punto porque si bien no se pueden
establecer sanciones, los hechos denunciados fueron investigados.

2.- La investigación se realizó porque la persona que trabajó como mi asistente durante
tres meses, me acusó de acoso laboral y sexual ante el Administrador Municipal. Ambos
cargos, como lo señala explícitamente el informe, no pudieron ser acreditados durante la
investigación.
La Fiscalía concluye que “no es posible establecer como acoso laboral los hechos
denunciados, ya que no concurren los elementos principales del acoso, como son la
sistematización o reiteración, ni la finalidad de humillar o marginar a la denunciante”.
Y continúa diciendo: “de acuerdo a las conversaciones de WhatsApp acompañadas (...), no
es posible determinar en qué etapa se produjo un quiebre de la relación, más bien se
aprecia (que) es una relación amistosa, de respeto y colaboración mutua. Incluso,
respecto de las conversaciones en que se aprecian diferencias de criterio, existen
mensajes de la denunciada ofreciendo disculpas y de la denunciante aceptándolas, dando
por superado o cerrado el punto o hecho que originó el conflicto. De todas formas, esto
no resulta suficiente para dar por desacreditado lo denunciado”.
En relación a las acusaciones de que yo habría hecho comentarios e insinuaciones
sexuales referentes a su vida privada, la Fiscalía concluye que: “No se aportó prueba que
acredite la veracidad de esta acusación. Asimismo, se devela una confusión en la
apreciación de lo que es constitutivo de acoso sexual”.

3.- El informe desacredita una serie de acusaciones que no pudieron ser comprobadas o
sobre las que existía información contradictoria. Entre ellas, la persona que fue mi
asistente declaró que durante una reunión con concejalas feministas la obligué a negar
que había vivido tratos vejatorios de mi parte. La Fiscalía tomó declaraciones y accedió a
conversaciones de WhatsApp, concluyendo que: “esta Fiscalía no puede considerar
acreditada como situación de maltrato lo ocurrido en la reunión”.

4.- La Fiscalía también desestimó el hostigamiento por redes sociales. “La denunciante
acompañó un mensaje de WhatsApp de fecha 11 de octubre de 2021, donde la concejala
escribe: “Hola, oye necesito que vayas hoy al aniversario de la Cruz Gana porque yo no voy
a poder. Estás en Santiago?” , a lo que la denunciante respondió “Hola. Estoy en el Cajón
del Maipo”, la concejala finaliza “ok”. Dicho mensaje no permite calificar como
hostigamiento ya que se trata de una consulta respecto de una actividad en el ámbito de
sus funciones”.

5.- La investigación sí da cuenta de que cometí maltrato, entendiéndola “como una


agresión evidente y esporádica, sin tener un objetivo o víctima específica”. El haber
llamado a mi asistente “esclava blanca” efectivamente es agresivo y cualquier explicación
que dé, y que he dado, resulta insuficiente. Sólo puedo decir que ofrecí mis disculpas por
la vez que lo hice y no recuerdo que haya repetido ese epíteto en otras ocasiones como sí
lo indican otras personas en la investigación y que fue donde La Tercera centró su artículo.

6.- He sido sobreseída bajo el argumento de que el Municipio no tiene atribuciones para
sancionarme al no ser una funcionaria municipal, sin embargo el hecho de detentar un
cargo electo me hace doblemente responsable de mis errores. Desde hace tres meses me
encuentro en terapia psicológica, la que espero me permita procesar de la mejor manera
posible esta experiencia que ha sido dura no sólo en lo personal y familiar, sino para la
Municipalidad de Ñuñoa, el Concejo y la comuna entera. La propuesta de tomar la jornada
de capacitación sobre derechos funcionarios y medidas de prevención de acoso laboral
que fue instruida por el municipio para la totalidad de los integrantes del Concejo
Municipal; la reconozco y valoro como un espacio de aprendizaje necesario para superar
lo vivido y prevenir situaciones de este tipo.

Kena Lorenzini
Concejala de Ñuñoa

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