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LA VISIÓN GRUPAL: La búsqueda de lo que nos une

¿Qué es la visión grupal?


Según Diana Leafe Christian, la visión común de un grupo:
• Describe el futuro compartido que queremos crear
• Revela y anuncia los valores principales del grupo
• Expresa algo con el que todo el mundo se puede identificar
• Ayuda a unificar los esfuerzos del grupo
• Es una referencia a la que acudir en caso de conflicto
• Mantiene la inspiración del grupo
• Impulsa el compromiso de las personas del grupo

Desarrollar una visión grupal parte de un proceso participativo basado en la


confianza, la escucha, el respeto, la comprensión y la compasión. En dicho proceso
además de compartir lo que nos une al grupo, nuestras coincidencias, nuestras
afinidades, nuestras ilusiones, también es muy importante que compartamos
nuestras diferencias, disonancias, intolerancias,… que nos mostremos con todo lo
que creemos y sentimos., de este modo se inicia un camino de aceptación y
confianza que creará con el tiempo una base sólida en el grupo para poder trabajar
en equipo. Esto paso es necesario para que el proceso llegue a buen término
La ausencia de una visión común puede ser la causa de futuros conflictos
estructurales que pueden conducir a la disolución del grupo. Desarrollar y poner por
escrito está visión es uno de los primeros pasos que todo grupo debe dar en el
proceso de crear cualquier estructura grupal.
Por escrito la visión debería ser clara, simple e inspiradora. Clara para evitar
malentendidos y hacerla accesible a otras personas interesadas en unirse al grupo.
Simple para dejar espacio a la libertad individual sin tener todo decidido desde el
principio. Inspiradora para que sea una fuente de motivación permanente y una
guía que nos pueda orientar hacia nuestro destino en común.
Es fundamental que todos los miembros de un grupo se sientan conectados con
la visión. Sólo así, cuando todas las personas de un grupo sienten que sus visiones y
propósitos individuales encuentran expresión y sentido en el propósito colectivo del
este grupo, en eso que llamamos visión común, sólo entonces no les importará
quedarse tarde a trabajar, o hacer un último esfuerzo por algo en beneficio del
grupo.
Deberíamos tener siempre en mente que la visión es una respuesta al presente,
una expresión de lo que queremos crear, de cómo queremos dar forma a nuestra
realidad ahora y responsabilizarnos por el futuro que emerge a través de ella. Para
que se mantenga viva, hemos de crear un espacio en el que podamos
reconectarnos en cualquier momento con la fuente que se halla tras nuestra visión
común. Visionar es un proceso continuo de definir una intención que nunca se
termina del todo.

Plantearse la vida de manera creativa significa desarrollar una visión y trabajar


para hacerla real. No basta con tener la visión, es igualmente importante realizarla.
El acto de creación por el cual una idea particular se hace manifiesta es lo que
diferencia al visionario del soñador. El visionario es un creador nato, su visión no se
queda en su mente como simple idea, se dedica a hacerla realidad. En algunos
casos, como ocurre con artistas y artesanos, desarrollar una visión, hacerla
manifiesta a través del arte o de un oficio, depende solamente de la persona y de

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sus batallas internas. En otros casos, la visión incluye la participación de otras
personas, por ejemplo si se trata de crear una comunidad o simplemente un grupo
de apoyo para una vida más sostenible. Es evidente que en estos casos no se
puede pensar en realizar la visión sin contar previamente con la opinión de las
personas implicadas. Para poder realizar un proyecto que incluya otras personas, se
necesita previamente crear una visión común, una visión aceptada y asumida por
todas las personas del grupo. “Toda visión común implica un proceso de creación
compartido” (José Luís Escorihuela, “Ulises”)

Visión, Misión, Valores, Objetivos


Es igualmente importante distinguir entre visión, misión y objetivos:
• La visión es el futuro compartido que queremos crear, una imagen colectiva
de lo que es posible. Se expresa normalmente a través del “quién”, el “qué”
y el “por qué” de nuestro esfuerzo. Se suele describir en presente, como si
ya estuviera sucediendo.
• La misión o propósito expresa la visión en términos físicos concretos. Es lo
que haremos y pondremos realmente en acción para hacer manifiesta esa
imagen colectiva de lo que es posible. Es el “cómo” de aquello que
queremos manifestar juntos.
• Los valores son cualidades que queremos estén presentes en nuestras
relaciones y en las relaciones que mantenemos con nuestro entorno, con
nuestro planeta. Intereses, objetivos, aspiraciones y estrategias sirven para
desarrollar la visión en términos concretos y con cierto detalle.
• Los objetivos son pasos intermedios que queremos conseguir en el corto y
medio plazo. Han de ser medibles para que podamos saber cuando los
hemos alcanzado.

Dificultades para llegar a la Visión Grupal

La principal dificultad con la que nos encontramos a la hora de contactar con


nuestra esencia, con lo que verdaderamente somos, son todos los filtros que hemos
creado a lo largo de nuestra existencia, a través de los múltiples y diferentes
aprendizajes que comenzamos a realizar de una manera inconsciente desde el
mismo momento de nuestro nacimiento.
Los filtros sensoriales son las creencias, referidas a nosotros mismos como
personas, miedos, valores, desconfianza sobre nuestros recursos o síntomas
imaginados sobre nosotros mismos. Las creencias pueden ser verdaderas o falsas,
pero cuando las tenemos, reaccionamos siempre como si fueran ciertas.
Por su parte, los rasgos de carácter (actitudes, emociones, necesidades,
recursos y percepción de la propia individualidad) condicionan nuestra visión del
mundo y de nosotros mismos. Actitudes, emociones y recursos se combinan
para determinar el estado motivacional o de entusiasmo requerido para llevar a
cabo una determinada acción. Las opciones que alientan a escoger la continuidad
de los caminos conocidos (que son los que generan la sensación de seguridad, lo
que llamamos zona de confort (p.e.:“siempre se ha hecho así”)
tu zona de confort es el espacio en el que te mueves cada día. La zona de
confort se define como el conjunto de creencias y acciones a las que estamos
acostumbrados y que nos resultan cómodas. Se trata de un espacio que puede ser
tanto físico como mental. Como su propio nombre indica, es un espacio confortable.
Dentro de él te sientes cómodo y seguro.

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¿Porqué es necesario abandonar tu zona de confort? Lo mas importante es
seguir creciendo como persona y permitir innovar en nuestro campo de actuación.
Abandonar tu zona de confort es uno de los pilares básicos para seguir creciendo y
desarrollándote.

Para salir de la inercia de mantenernos en nuestra zona de confort se


requiere un esfuerzo importante. Y nos expone a una zona de reto en la que
nos cuesta mucho entrar y permanecer, pero una vez lo hemos conseguido el
estímulo y la motivación nos permiten acceder a nuevos conocimientos,
experiencias, contactos,… en definitiva es en esta zona en la que se abre es espacio
al crecimiento personal. Este mismo proceso es aplicable al grupo.
Es importante tener en cuenta que la zona de reto también tiene sus límites,
y si por algún motivo los traspasamos podemos entrar en pánico, lo que nos
llevaría a una pérdida de referencias que nos permita confrontar la realidad que
estamos viviendo, lo que nos llevaría a sufrir ataques de ansiedad, depresión, y
otros trastornos asociados a este síndrome.
Por ello, insisto en la escucha interna, conscientes de nosotros mismos y en
consecuencia de nuestros límites.

LA CREATIVIDAD: Herramienta para encontrar la visión grupal

¿Qué es creatividad? Toda persona es creativa por naturaleza desde


el mismo momento de su existencia. La creatividad concebida como un proceso
holístico donde “El todo es mayor que la suma de sus partes”. Esta propiedad
de la sinergia, íntimamente relacionada con lo se ha llamado el efecto mariposa y
que Einstein define en esta bella frase: "Hasta la más pequeña gota de rocío
caída del pétalo de una rosa al suelo, repercute en la estrella más lejana" ,
es decir, todo y todos estamos relacionados y esta relación la que determina los
procesos creativos en todos los niveles de la existencia.
DEFINICIÓN:
“La creatividad es, la imaginación de la posibilidad, la realización de la
evolución, la construcción cognitiva, afectiva, conductual, que libera las
ataduras de la ignorancia o de la experiencia. La creatividad sucede en el
darse cuenta y en este darse cuenta se genera, se transforma y se
produce relaciones y asociaciones”. (Penagos)

Bloqueos de la creatividad

Entre los límites a la creatividad que tiene su origen en la persona están sus
propias actitudes, como el temor el fracaso, la resistencia al cambio, el miedo a lo
desconocido, la pereza entre otras, los bloqueos más frecuentes a la creatividad
son: sentimiento de inseguridad, necesidad de conformismo, filtros sensoriales,
barreras emocionales, barreras culturales, barreras de la imaginación, barreras

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ambientales e información. Ver también el apartado de: dificultades para llegar a
una visión común.
El ser creativo implica saber combinar los conocimientos que tenemos para
desarrollar algo novedoso y funcional. Decimos novedoso y funcional porque lo que
desarrollemos tiene que ser algo que no exista, o bien una mejora de algo ya
existente.
Los niños suelen ser muy creativos y expresan sin inhibiciones sus ideas y
mundos inventados. Ser creativos es para ellos algo natural, que no necesita
esfuerzo ni análisis. A medida que los seres humanos avanzamos en edad, la
habilidad de expresar la creatividad suele disminuir o hasta desaparecer.
Existen ciertas barreras que impiden el desarrollo del pensamiento creativo,
tales como:
El miedo al cambio se refiere a que la mayoría de las personas tienen
miedo a cambiar algún aspecto de su forma de comportarse, debido a que no saben
que podría ocurrir si lo hacen, es decir, le tienen miedo a lo que no conocen.
En el segundo punto nos referimos a la rutina de nuestras vidas; este tipo de
barreras son lo que se define como un mal necesario, porque sin ellas simplemente
no habría orden en nuestra existencia y difícilmente lograríamos nuestros
propósitos y objetivos.
El tercer punto nos habla del temor a cometer errores. La mayoría de
nosotros tememos emprender una acción nueva y diferente a lo usual por temor a
equivocarnos, sin embargo recordemos que el que no arriesga no gana.
“De lo que más aprendemos es de nuestros errores. Fallar no es malo si
sabemos cómo sacarle provecho, todo es cuestión de aprendizaje”
“Cuanto más intentemos ser creativos y superar barreras, más creativos nos
volveremos”

Técnicas para llegar a la Visión Grupal

La Teoría U de Otro Scharmer:

Principios:

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Otto Scharme describe cómo percibe él “el cuadro completo, el cuadro más
grande”. Trata de indagar en “La topología del cuerpo social colectivo”. Para ello
habla de tres triángulos o pirámides:
1. La relación del hombre con la naturaleza. Aporta algunos datos, entre los
que destaca el hecho de que la humanidad consumimos 1,4 veces lo que la
tierra puede regenerar.
2. La relación del hombre con el hombre. Aquí lo más ilustrativo lo resume en el
hecho de que el 1% de las personas del planeta poseen el 40% de la riqueza,
mientras que el 50% de la humanidad posee menos del 1% de la riqueza.
3. La relación del ser con el ser (de la persona consigo misma). Viene a ser
como la dinámica interna, la conversación privada que el hombre mantiene
consigo mismo. Trata de indagar en la naturaleza y calidad de esa
conversación. Habla de cómo se da una dinámica dominante de aprendizaje
desde las experiencias pasadas, y de la necesidad de aprender desde
nuestro máximo potencial de realización como seres humanos, para poder
afrontar los desafíos que enfrentamos la humanidad, hoy más marcada por
un consumismo exacerbado atrapado en el ego.
Proceso:
El proceso U nos plantea, en consecuencia, cómo alcanzar los insights para
enfrentar problemas de alta complejidad, aquellos para los cuales no tenemos
soluciones aprendidas, sino que tienen que emerger. Esto significa que tenemos
que regenerarnos: cambiar nuestra forma de pensar y ver. El proceso U nos formula
una metodología para realizar esa regeneración. Esta consta de tres fases: percibir,
presenciar y darse cuenta. Cada una de estas fases requiere de unas
condiciones específicas para facilitar el aprendizaje. Por ejemplo, viajar a lugares
estimulantes o estar en lugares donde se reciba mucha información, es bueno para
la fase de percibir. En otras ocasiones, para presenciar, se requiere un espacio
tranquilo y reflexivo en el cual encontrar el sentido de los pensamientos y
sentimientos.

I. Percibir:

La incapacidad de ver es una de las grandes barreras para enfrentar


problemas complejos. No hay peor ceguera que la inconsciencia de ser ciego.
Normalmente vemos a través de nuestros modelos mentales, de nuestros juicios y
hábitos. Tenemos una posición de verdad frente a lo que nos pasa. Ello nos impide
que emerjan respuestas innovadoras, nuevas, diferentes, y, en consecuencia, más
acertadas. Pues la innovación requiere de disrupción, de quiebre. La fase de Percibir
nos invita a abrirnos, a descubrir la realidad y ver la totalidad del sistema del que
formamos parte. Nosotros somos parte del problema, este no nos es ajeno, de modo
que debemos superar nuestros propios modelos mentales.

Para descubrir la realidad real Scharmer nos propone desarrollar dos


capacidades:

1. Suspender el juicio: ser consciente de que nuestra mirada sobre las cosas
afecta la realidad y que la estamos mediatizando y condicionando siempre.
Debemos ser conscientes de nuestros límites y por tanto ser capaces de superar la
mirada surgida de nuestros juicios. La tarea es, por tanto, superarlos.

2. Redireccionar: se trata de desarrollar la habilidad para escuchar y ver desde


distintas posiciones, extendiendo nuestro sentido del lugar y del espacio. Pensar
desde el lugar del otro. Empalizar, es decir, la capacidad de identificarse con otra
persona sin el concurso de conceptos. En otras palabras, ponerse en la piel de otro.
Ver desde otro ángulo. Descubrir la realidad como un todo. Superar la visión
fragmentada del mundo.
Esta fase requiere de unas condiciones particulares; estar receptivo a recibir
y buscar mucha información, quizás viajar, entrar en contacto con muchas personas

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de perfiles y áreas de conocimiento diversas. Y, sobre todo, estar abierto a conocer
y sentir.

II. Presenciar:
Se trata de descubrir nuestro conocimiento profundo de lo que está pasando
en el sistema (organización). El papel que tenemos en él. Y lo que individual y
colectivamente hay que hacer al respecto. Es la capacidad de conectarse a la más
alta posibilidad de futuro que quiere emerger. La presencia requiere no solo de la
apertura de la mente, sino de aspectos más sutiles como el corazón y la voluntad,
para acceder al conocimiento profundo del ser
Presenciar encarna intencionalidad. Es un espacio para la espontaneidad y la
intuición. Es conectarse con la fuente. La espontaneidad ha sido muy
menospreciada por el pensamiento racionalizador y la mente cartesiana. Pero es
una habilidad natural del ser humano. Es una fuente de creatividad natural,
creatividad sin estorbos, sin deliberación, es el futuro que emerge. Es todo lo
contrario de la acción que busca un fin. El acto espontáneo carece de propósito: lo
importante no es buscar, sino encontrar.

Scharmer propone que en esta fase deben desarrollarse las siguientes


dos capacidades:

1. Dejar ir. Abandonar lo que creemos: los conceptos, los instrumentos y las ideas.
Ceder y entregarse a lo que sea que tiene que surgir. Para ellos hay que tener valor
y perder miedo al vacío que ello comporta. Se trata de entrar en un estado de
profunda receptividad. Navegar en lo misterioso e incierto, abandonando las
certezas. Ya no nos sirven las recetas. No poner mente, no elegir, como en el Tao, y
dejar que las cosas fluyan.

2. Dejar venir: este es un punto muy difícil, ya que representa un cambio de


acción, un nuevo compromiso. Una nueva comprensión de nuestra valoración. Se
trata de dejar que una nueva visión sobre un aspecto entre en nosotros, una nueva
mirada sobre un problema determinado, por ejemplo.
En esta fase se requiere un ambiente tranquilo, pasar tiempo sólo, quizás en
la naturaleza, salirse de nosotros mismos y vernos como parte de la totalidad,
escuchar nuestras voces interiores, mas intimas, de modo que surja claridad sobre
el camino a seguir.

III. Darse cuenta


Es la fase de múltiples conclusiones que se despliegan con el tiempo. Se
llega a esta fase sabiendo claramente lo que hay que hacer. Se tiene la visión,
aunque el cuadro no está del todo pintado, no sabemos aún cuales son los detalles.
Hemos hecho un descubrimiento acerca de cómo afrontar el problema, ahora hay
que construir la solución.

Las capacidades de esta fase son:

1. Cristalizar: No se sabe muy bien donde nos llevará, pero sí que


pasos debemos seguir, tenemos la idea del cuadro que queremos pintar pero
no los detalles. Esta capacidad demanda poner intención en lo que se hace:
traducir la solución emergente en una solución concreta.

2. Hacer prototipos: comporta llevar las ideas a creaciones físicas,


experimentar, dar vueltas y probar. Y luego cambiar. Equivocarse, errar
mucho y pronto. Este es un proceso de cultivo. De explorar el futuro desde la
acción, desde el juego, por ejemplo. Esta fase requiere que experimentemos
desde el cuerpo, que integremos mente, corazón y manos para hacer
diseños.

3. Materializar: difundir la innovación, la manera cómo enfrentamos el

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problema adaptativo, para que sea incorporada en la organización. Requiere
confiar en lo que viene y en las personas. Se trata, al fin de cuentas, en crear
ecosistemas, espacios que se autorregulen en la sustentabilidad de sus
soluciones, que son al fin y al cabo, respuestas dinámicas a problemas
complejos.

La mayor crisis de nuestro tiempo es la del modelo de pensar el cómo


enfrentamos los problemas. Hasta ahora lo hemos venido haciendo desde una
dimensión visible. En una organización lo visible es lo que hacemos, decimos y
vemos. Lo invisible es la condición interior de sus participantes. Es decir la fuente
originaria de lo que decimos, vemos y hacemos. La esencia del liderazgo es cambiar
el lugar interior desde el cual operamos, pues es lo que incide en el mundo visible.
Con todo, la Teoría U nos propone un equilibrio entre lo visible y invisible.. Si
usamos como metáfora el árbol: este para crecer equilibradamente debe hacerlo
para arriba y para abajo: sus ramas y follajes (arriba) y sus raíces (abajo). La calidad
de vida del árbol dependerá de sus dos dimensiones. Para las personas y las
organizaciones ocurre lo mismo.

Son tiempos inciertos, complejos y cambiantes, lo que hace necesario el


cultivo de lo sutil, el retorno a la fuente originaria del conocimiento. La progresiva
racionalización que ha tenido la acción humana y de las organizaciones ha hecho
paradójicamente al ser humano mucho mas vulnerable e irracional. La teoría U nos
propone una nueva síntesis de la comprensión de la acción humana y la forma de
conocer y hacer. Este es un modelo de aprendizaje abierto a la innovación, a lo
nuevo, y se hace reconociendo y reconciliándose, a través de la criticidad, con el
pasado, con lo existente. Es un movimiento dialógico de progreso y retroceso, de
racionalidad y mística, de prosa y poesía, forcejeo innovador y nueva síntesis.

Usualmente asumimos que podemos aprender del pasado, de nuestras


experiencias. Funciona más o menos así: hacemos algo, valoramos los resultados
obtenidos y a partir de ahí "decidimos" si es conveniente o no volver a aplicar esta
técnica, estrategia o método en un futuro. Pero no todo aprendizaje debe seguir
este mismo camino.

Scharmer nos propone una nueva forma de aprender: mediante los futuros
emergentes. La teoría U se fundamenta en la creencia de que hay muchas formas
de enfrentar las problemáticas que son intrínsecamente complejas e inciertas.
Cuando nos enfrentamos a problemas mal definidos necesitamos una elevada dosis
de creatividad y la ayuda del insight. La teoría U nos muestra un camino para llegar
a soluciones creativas sustentadas en el insight, consta de cinco fases: Iniciación,
Sensación, Reflexión, Creación, Involucrar.

1. Iniciación. La incapacidad cultural para establecer nuevas relaciones entre los


fenómenos es la causa esencial por la cual enfrentamos los problemas complejos de
manera tan ineficiente. Intentamos solucionar las más variadas problemáticas
desde nuestros hábitos mentales, desde estrategias de pensamiento
preestablecidas lo cual impide que aparezcan ideas creativas e innovadoras.

En esta fase debemos abrirnos a la realidad e intentar atisbar la totalidad del


sistema. El problema que debemos enfrentar no es un hecho ajeno sino que es
parte de nosotros mismos por lo cual debemos superar nuestros modelos mentales.

Para redescubrir la realidad que nos rodea la Teoría U propone:

o Suspender nuestra tendencia a la crítica y a enjuiciarlo todo.


Debemos concientizar que nuestras opiniones y creencias afectan la
realidad y por lo tanto también median nuestra capacidad para hallar
soluciones creativas.

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o Ser capaces de redireccionar. Debemos aprender a comprender los
fenómenos desde diferentes posiciones, aprender a ser empáticos y
reflexionar sobre perspectivas diversas.

o Descubrir la realidad como un todo. Los comportamientos de las


personas que nos rodean también están mediatizados por diversos
factores y a su vez, estos están determinados por otras
circunstancias. La realidad no es sencilla ni unicausal por lo cual
debemos aprender a percibir y analizar los fenómenos desde una
perspectiva lo más global posible.

2. Sensación o Presenciar. La cultura occidental ha instaurado un lema: "lo


importante no es buscar sino encontrar la solución", de esta manera el insight y la
intuición han quedado relegados a un segundo plano o son una propiedad exclusiva
de los artistas.

En esta segunda fase la tarea esencial es descubrir las relaciones entre lo que
pensamos y lo que sentimos en relación con la problemática. Se trata de conectar la
intuición con la razón, la espontaneidad y la planificación. Sharmer propone dos
formas de desarrollar esta potencialidad:

o Dejar ir: se refiere a abandonar los estereotipos, las barreras, los


juicios acerca de la calidad de nuestras ideas.

o Dejar llegar: permitir a la mente que se llene de ideas, que pueden


resultar descabelladas, extremadamente imaginativas... no importa.
Se trata de dejar que nuevas visiones y formas de comprender
accedan a nuestra mente.

3. Reflexión. En esta fase ya tenemos la idea general de lo que puede ser la


solución por lo cual es necesario cristalizar, lo cual indica poner en pasos concretos
la idea general, elaborarla en detalle y elaborar un plan de acción.

4. Creación. Implica poner en la práctica nuestra solución. Por supuesto, los


primeros intentos pueden ser infructuosos por lo cual probablemente necesitaremos
construir varios prototipos, cambiar algunos detalles, ajustar ideas.

5. Involucrar. Sería una fase donde la solución se comparte con los otros y se
busca su ayuda e ideas.

A continuación puede observarse el mismo esquema que nos presenta su autor:

La Escucha

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Aprender a reconocer los hábitos de atención en cualquier cultura de negocios
requiere, entre otras cosas, una forma particular de escuchar. Durante más de una
década observando las interacciones de la gente en organizaciones, Scharmer
identifica cuatro clases diferentes de escucha: modo descarga, escucha crítica,
escucha empática y escucha generativa.

Escucha 1: Descargando

“Si, eso ya lo sé.” Esta clase de escucha “descargando” – supone reconfirmar


nuestros juicios habituales. Cuando estamos en una situación donde todo lo que
ocurre confirma lo que sabemos, podemos decir que operamos “en modo
descargar”.

Escucha 2: Hechos

“Oh, Mira eso!” Esta clase de escucha es factual, se centra en hechos, datos u
objetos nuevos: prestamos atención a los hechos y datos novedosos o falsos.
Supone apaga la voz interna de juzgar para escucha a las voces que están en frente
suyo. Apreciamos lo que se diferencia de lo que ya conocemos. Esta “apertura
mental” ante nuevos hechos constituye el modo básico de la buena ciencia.
Dejamos que los datos nos hablen. Hacemos preguntas y ponemos especial
atención a las respuestas que obtenemos.

Escucha 3: Empática

“Si, se exactamente cómo te sientes”. Esta clase de escucha es empática,


emocional. Cuando formamos parte de un dialogo real y prestamos atención
cuidadosamente, podemos notar un cambio profundo en el lugar desde el cual
nuestra escucha se origina. Nos desplazamos de la observación del mundo objetivo
de las cosas, números y hechos (el “mundo-eso”) a escuchar la historia de un ser
vivo y en evolución (el “mundo-tu”). Algunas veces, cuando decimos “sé cómo te
sientes,” nuestro énfasis es en una clase de saber mental abstracto. Pero para
realmente sentirse como otra persona, debemos tener una conexión emocional.
Solo un corazón abierto nos brinda la capacidad empática de
conectarnos directamente con otra persona desde adentro. Cuando esto sucede,
sentimos un cambio profundo ya que entramos a un nuevo territorio en la relación;
olvidamos nuestra agenda personal y empezamos a ver el mundo a través de los
ojos de otra persona.

Escucha 4: Generativa

“no puedo expresar lo que siento en palabras. Todo mi ser se ha apaciguado. Me


siento más tranquilo y presente y más como yo soy en realidad.” Esta clase de
escucha se mueve más allá del campo actual y nos conecta a una esfera aun más
profunda de lo que emerge. Scharmer llama a este nivel de “escucha generativa”,
que supone escuchar desde el campo emergente de posibilidades futuras. Este
nivel de escucha requiere que accedamos no solo a nuestro corazón abierto, sino
también a nuestra intención abierta – nuestra capacidad de conectarnos con las
más altas posibilidades de desarrollo futuro, de lo que puede emerger. Ya no
buscamos algo afuera, no sentimos empatía por alguien frente a nosotros. Estamos
en un estado alterado, de unidad o “comunión” que tal vez sea la palabra que más
se acerca a describir esta experiencia. Lo sabemos a posteriori: algo ha cambiado
de tal forma que ya no podemos volver a ver las cosas como antes.

Cuando operamos desde la escucha 1 (descargando), la conversación reconfirma lo


que ya sabemos. Afianzamos nuestros hábitos de pensamiento: “otra vez con lo
mismo” Cuando usted operamos desde la escucha 2 (escucha de hechos),
revisamos con espíritu crítico lo que sabíamos, dándonos cuenta de lo que es
nuevo: “fíjate, esto se ve muy diferente hoy”. Cuando tomamos la decisión de
actuar desde la escucha 3 (escucha empática), la perspectiva es redireccionada a
escuchar la situación a través de los ojos de otra persona “Si, ahora entiendo cómo

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te sientes acerca de eso. Lo puedo ver yo también.” Y finalmente, decidimos operar
desde la escucha 4 (escucha generativa), caemos en la cuenta que al final de la
conversación no somos las mismas personas que al empezar. Un delicado pero
profundo cambio ha tenido lugar que nos ha conectado al origen profundo de
nuestro conocimiento, incluyendo el conocimiento de nuestra mejor posibilidad
futura, nuestro yo futuro de máximo potencial y desarrollo.

DINÁMICAS PARA TRABAJAR LA ESENCIA:


EL MITO DE LAS RELACIONES: Baile- cuento (en parejas) (arraigado en
nuestras primeras experiencias)

1 – Juntos
a/ Escoge una persona y charla unos 5 minutos con ella
b/ Recupera los primeros recuerdos, sentimientos y experiencias de cuando os
conocisteis y compartidlo. Si os acabáis de conocer, volved al instante en que
escogisteis al otro para hacer el ejercicio.
2 – Solo
a/ De pie, piensa en tus primeros recuerdos, sentimientos y experiencias. Quédate
con la sensación ¿Que te dice esa sensación? ¿Como reflejarías esas sensaciones?
Sin perder el contacto con esas sensaciones dibuja una mascara que las represente.

3 – Juntos
Poneros las mascaras, miraros en silencio unos momentos y comentaros como os
sentís con la visión qué ha percibido el otro de ti y por qué habéis dibujado esa
mascara.

4- Solo
Sumar las dos experiencias para encontrar “la unión del equipo”
a/ Con la Mascara puesta. Recuerda tu primera experiencia y da unos pasos. Desde
ahí siente la experiencia de tu pareja y da unos pasos caminando. Marca el punto
final. Ahora suma las dos experiencias y comienza en tu punto de partida para
encontrar la unión del equipo, sintiendo su dirección y vibración (fíjate como vibra
tu cuerpo). Siente su ritmo y como tu cuerpo empieza a bailar hasta que sale un
baile-cuento.
5 – Juntos
• a/ Cada uno enseña y explica su baile-cuento.
• b/ Hacer los bailes simultáneamente siguiendo los movimiento y ritmos,
haciéndolo juntos. Confía en tu cuerpo.
6 – Juntos
• Compartir vuestras experiencias e intuiciones.
• ¿Qué os dice la experiecia sobre la relación?
• Compartir cual es el “regalo” al equipo a través de las primeras
experiencias.
• Imagina un problema (pasado o potencial) del equipo, ¿cómo podría
el baile-cuento ayudar a solucionar el problema?

ENCONTRANDO SU VISIÓN UNIVERSAL (en grupos)

1 - Juntos – Primera experiencia


• Recordar su primera experiencia o primeros momentos de conocer
este grupo

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• Compartidlo en el grupo
2 - Solo
• Sentir tu primera experiencia del equipo – deja tu brújula interna
guiarte, encuentra la dirección y da unos pasos hacia ello; expresándolo a
través del movimiento, reflexiona sobre su significado.
3 - Juntos
• Enseñar el camino y sus movimientos al grupo; mientras te observan,
anotan sus impresiones sobre lo que les sugiere tu baile y se repite con el de
todos.
4 - Solo – Tu sentido de la visión universal (“el mito”) del grupo
• Marca tu camino. Siente la dirección que te indica la tierra y da unos
pasos hacia ella expresando tu propio baile-cuento en relación al grupo.
• Ahora siente uno de los baile-cuento del grupo y deja que la tierra te
mueva hacia alguna dirección, mover/ bailar; marca el final del camino.
• Sigue ahora – camina – muévete – y haz una combinación de tu baile–
cuento y el del compañero. Deja salir el baile-cuento de ambos en conjunto.
5 – Juntos
• Todos enseñan sus bailes-cuento y los comentan.
• Empezad bailar juntos – cada uno sigue su propio bailes y expresa la
tendencia hacia el movimiento en relación a los demás. Confiad en sus
cuerpos – y dejaos relacionar a través del movimiento hasta llegar a una
sensación de conclusión.
• Capturar y expresar este sentido en un dibujo (lu máscara del equipo)
• Cread una pequeña historia expresando esta esencia del equipo (o un
poema)
• Compartid el dibujo y la historia con el grupo grande
Posibles pasos adicionales

Solo
•Todos hacen una máscara, pero ahora pones el énfasis en los aspectos del
grupo mas importantes para ti.
Juntos
• Poner la máscara delante de tu cara y compartir lo que trae al grupo.
• Intercambiar las máscaras y bailar desde detrás de la máscara de otra
persona sintiendo el rol representado por ella.
Juntos
• Pensad en algún desafío que tiene o va tener el equipo.
• Recordar el baile del grupo y intentad interactuar con el desafío del grupo o
desde este perspectiva (2 personas podrían jugar los roles de la dificultad y
una tercera persona puede facilitarlo desde la perspectiva de la esencia
Universal del equipo).
• Imaginar y compartir: si tu equipo fuese a cambiar el mundo, ¿cómo
utilizaría la esencia universal del equipo para hacerlo?

BLIBLIOGRAFÍA
Creating a Life Together, Diana L. Christian
Scharmer, O. (2008, Junio) Theory U: Leading from the future as it emerges.
The social technology of presencing. En:Presencing Institute.

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http://www.selba.org/. (José Luís Escoriuela, “Ulises”)
http://homepage.mac.com/penagoscorzo/creatividad/

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