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——— a, Editorial Gedisa ofrece los siguientes titulos sobre COMUNICACION Y SOCIOLOGIA Gunies Gaurier vy ornos Comunicaci6n y politica (comes,) Manc Aust El vigje imposible Mac Aust Le guerra de los sueiios Aguitis Esré Culture replicante L.Vasitacis De GiaLDINo Discurso politico y prensa escrita Oscar Travensa Cuerpos de papel” Telenovela Ficcién popular y mutaciones culturales Isiaerse Vevrar-Massony Espacias piiblicos en imdgenes Danret Davaw (Cones,) DAnietDavan (comp,) En busea del piblica Lucrcra Escuero Malvinas: el gran relato Cuauver, MarcAust Hacia una antropologia de los ‘mundos contemporénecs D. Wotrox Blogio del gran piiblico Paoto Fano Técticas de los signos, Ensayos de semidtica Gmuanp Deepatie Leer a Pierce hoy Micuaet Taussis (igue en nity. 458) 05500 COMUNICACION Y POLITICA por Gilles Gauthier, André Gosselin y Jean Mouchon (comps.) gedisa editorial ‘Titulo del Communi GCNRS Eaitions, 1995, Paris Traduecién: Alberto Luis Bixio Diseno de cubierta: Mare Valls va edicisn, junio de 1998, Barcelona. Derechos reservados para todas las ediciones en cast SA. eo © by Réitorial G ‘Muntaner 460, ent! ‘Tel, 201 60 00 08006 —- Barcelona, Bspavia e-mail: gedisa@gedisa.com tepilwww.gedisa.com ISBN: 84-7432-652-4~~ Deposits egal 30.998/1998 Impreso en Liberduplex cf Constitueié, 19, 08014 Barcelona 1a veproduccién total o parcial por cualquier medio n forma idéntica, extractada o modificada, on | | | | Indice Inernopuceio André Gosselin... PRIMERA PARTE: MODELOS 1. El impacto de las comunieaciones en las précticas politicas Anne-Marie Qi 2. El espacio publ dela esfera politica Bernard Mitge eee 4. Los medios y las fuentes Fear CAPT wren 5. Un modelo comunicativo de la politica Vincent Lemieuz .... = 6. Las contradic Dominique Wol 1e8 de la comunicacién SEGUNDA PARTE: ARENAS 7, La comunicacién politica, ool juego del teatro y de las arenas André-J. Bélanger 8, Los programas politicos de la television Eric Neveu i 9 Tolovisién do interves Daniel Dayan. ny especiéculo politico 31 Ol 440% 6062 2 oN 950% no iO 133, ©} 163 15 ERS cee Reece 20 El andlisis de contenido de los debates politicos televisados Gilles Gauthier Université Laval, Quebec “Los antigo sofitas, los sutles sistas griegos, fueron gran gents det ibertad mental; enseraron a jugn ea las den, ano respetarlas; nos enseniaron que las idoas eatéin hechas para los } bres y no los hombres para las ideas”. eet ‘Miguel de Unamuno Convertido en un ejercicio casi obligado de las eampafias Ect igado de las campafias electo- cccidentales, el debate televisado aparece al mismo tiempo como toma y como causa de la importancia que adquiris hay la comunica- tepracin: sa apariién y au extonsén contibuyeron en gran medida a acer dea Prion policn una prdseecomnieaona poco sorpronde que, det hace mas de treinta aos, el deba- te polio taleviondo hays dade lagar a una importante oaas ds tigecgn enfocados esd puntos da vista tebicos 9 ribs helarogeneos ya resltadoscloperesy ame. ngentas. Beta imagen profandamenie regmentede gue Ssindio del debate apavece aun mds aor por is presenta 894 importantes distinciones que marean las investigaciones realizadas en Buropa y en América del Norte. ion el doble propésito de unificar el camp politico televisado y de suministrar una caract propuse en otra parte (Gauthier, 1994)! u ja investigacién sobre el debate en cinco gr cis ‘efectos, el normativo, anélisis formal y el perspectiva met fl contenido de I Propongo un mareo teérieo que permito realizar esa tarea de ma- nera sistematica, Ese marco supone, como punto de partida, una ‘en cinco subgéneros de la investigaciéa sobre el content: do de los debates lavada a cabo hasta ahora’ temético, el ancilisis de contenido, et ‘Después de haber caracterizade cada. igéneros de andlisis, formularé dos proposiciones heur's maera relativa al reconocimiento dé 0 tipo de ani isis argumentativo, diferente del andlisis retérico; interpretativo del conjunto io que permite tomar en cuenta este andlisis argument spone una observacién preliminar respecto de la tipol que acabo de presentar: No pretendo de ningiin modo que los cinco tipos de perfectam compart ecfprocam Por el.contrai los se penetran mt mente o pueden por ejemplo, realizar un andlisis del lo con el fin de exponer las diferentes ideas o Jas diferentes euestiones discutidas en ocasidn de un debate y proce- der asf a reali jis temitico. De manera semejante, uno puede querer analizar los elementos lingifsticos de un debate a fin de identificar an él las componentes ret6ricos. Pero imbricarse de este modo, {por qué es ‘mente, vale la pena reps coy organizado. Evidentemente no se trata de repasai desarrol bates, sino de proponer una sintesis, En ar algunas otras observaciones. ie comprenden mas de un tipo de la mayor parte de las veces, por ante, También ocurre a menudo que los diferentes generos isis que aparecen en un mismo texto tengen distintas jerar- Generalmente, hay un modo de considerar que un estudio do correspande de manera esencial a un tipo especifica de aniili- sis. Con toda, no siempre e: ni evidenta determinar la perteneneia a una de esas categorias. Gon bastante frecuencia veurre 395 sn que al procedimientos eandnicos de esta yprobada, Como nosotros entende- p el sentido est le los mensajes, sostenemos 4) de andl lo que se pretende aquf es hacer una revisién clasifica- ‘ort, euya objetivo os dar una caracterizacién sistema isis del contenido de los debates politicas televisados, El anilisis lingiiistico imera manera de abordar el contenido de los debates os el igslieo. Los debates son intercambios vorbales, de modo s bastante natural enfocarlos on funcién de su materia basi longuaje. Principalmente han sido im apalacionet de don que Veléry Pstaing puso mas en sprietos a su adversario, buseb més 'auditorio y referirse a su propia pe Emeri, Gerstié y Moreau toman la palabra como el ido mas abstracto di ittorrand: los | | | | | | Giscard d’Estaingy a Frangois Mitterrand, La gran este autor consiste en sisteraatizar ol estudio de la u ronombres yo, vosotros y nosotros y sus derivado: festo lo que lama k ‘al que deben conven- cer. El estudio de los pronombres referenciales permite determinar los elementos de to que podriames llamar ese “posicionamiento” en relacién consigo mismo, con el otro considerado adversario, ¥ con el auditorio. Por ejemplo, et autor llega a través de su estudio a la con- clusién de que F. Mitterrand pronuneié un discurso més personali- zado en el que traté menos de interpelar a su oponente que de desta- luna perspectiva més ma y el fondo de los 1s pronunciados por los protago: de Tos debates. ¥ para logrario desarrolla un anélisis tanta de su contenido visual como desu contenido verbal. Bn este ultime no toraa Ja palabra como unidad de andlisis, sino ms bien la oracién. El andlisis enunciativo En una perspectiva bastante paresida, Labbé (1981) realiza, como Gerstlé, un andlisis del debate mantenido entre Giscard y Mitterrand en 1981. Et enunciacién’, invocando trabajos de Be fe y mas especit camente do “enunciacién de la subjetivided”. Labbé examina dos series de “indices”, los pronombres que determinan los “actantes del discurso” y los verbos que estructuran el “rela De ese a extrae una serie de consideraci “estratagias diccursivas” utilizadas por los protagonistas del debi te. Asi, sogin Labbé, Giseard intenta, ante todo, dialogar, debatir verdaderamente con su adversario, en tanto que Mitterrand trata, por el contrario, de evitar esa confrontacién directa y de dirigirse directamente al auditorio. Elan isis del comportamiento discursivo Una tercera fo portamiento disc es ce 7 e 1980 atoniéndoce a In idea ya propueste antes, segs la esse de Reagan habrs trina ob contents i expocteién de Carter, Segun este autos, un examen mms minu- Bon ec Reagan super a Carer en el tratamiento de see. eStiones diseutidas darante el debate, Rowland seajusta a tres dabata dan fms secs a lo ee criterios de apreciacién: una respuesta mas completa @ Jos diferen- ‘ ie los temas tratados, e} apoyo de las declaraciones en distingue tres series de normas: stuacionales, convorsasionales y te eeeerente yen razones evidence ¥ la refute dag tesco, cn ange due Puede considerarse una ceria oscur- adecuada dels ataques del adversario. ta ‘avin ar os aapese ade por Bel tiene un gran la victoria a Reagan. Como s¢ Ss waneulat los aspesioslingusticos con elementos de estiones en juego esta en re 0 significativos. Pues, ign con el debate Giscard Mitterrand de 1974. Bs nifiestamente mée abstracto y més amplio que el andl Gel andlisis enunciativo porque peetos sintéctico y sem: ‘ign con elementos de argv: mentacién. El andlisis de la agenda westiones de los sino partiendo de un marco joria de agenda-setting. En su ori ‘la seloceién y el tratamiento de la preciso, El anilisis tematico hipotesis se refe ¢ qu hasan los medios, Bs una teoria que siden a base de que los medios imponen més que un pensamiento, obje- sie oman '¢ aborda el contenido de los debates pres- t Repsados. La idea fundamental del eoncepto de “ager findiendo de un andlisis linguistico, Este tio de andlisis mas dives eats fe plo de “ae ive dos subgéneros: él anélisis de las cuestio- Jorarquizacién en virtud de la cual ciertos tomas Hlegan a ser pri eats {asios y por lo tanto a formar parte det orden del dia, Intentar jestas on juego en un debate pe a ‘supone, pues, tratar no sélo is de las cuestiones en juego identificar las prineipales euestiones que se debaten, gino también estudiar los desari Jos mecanismos por lo cuales algunos de fes0s asuntos aleanzan en el primer plano de la jad y Hlegan a ‘eso mismo, 0 de las cuestiones de individua 1es puestas en juego on los debates, roblemas y los puntos que se siones, les ss: debate, las més de. a ndo practicada atin hoy. Incluye trabajos de diferentes tipos, Alganes de ellos se limitan @ ohumerar, estan Jas principales. 28 consideradas ob ssn del debace xy Rueter (1980), por ejemplo, en. ea derinriort estas femas tretados por Caviar guntas, y t fen los sondeos de fe manosto el echo dea enurerarondemnera xhausiva fos nire sf durante ie debates mantonidos on Po terante fos debater que manta. Sidendieles nortearaeviewnas do 1980 y 197 ae samba Piecing ge ae bling autores distinguen ‘Lo que suscita el mayor it ae oe investigadores oe otras més restringides y espeifens(poayicianucey tS) ¥ Hae geyeeve wna 7 Otros estudio, amo et de Rowtand (1986) adqsrcren un agpecto més evaluativo, Rowland aborda el andlisis del debate Carter-Reagan 308 a los candidatos por otro, pueden promover los temas sobre los que ha de desarrollarse el debate. En cierto modo, los periodistas tratan de forzar a los candidatos a comprometerse sobre ci Estos no necesariamente querfan referisee. Ad responder del modo en que las entiendon a las preguntas que les formulan los periodistas. En suma, hasta cierlo punto, un debate puede cansiderarse como una deble infrontacidn: entre los eandidatos lespuss de examlinar Ios debates mantenidos por Ford y Carter :976, Bechtalt, Hilyard y Bybee (1977) afirman que los pet los candidatos se repartieron de manera bastante e Y legan a la conclusién jebates mantenidos durante sro entre Reagan y Anderson y el se- gundo entre Carter y Reagan), Meadow (1983) afirma, por el contra iddatos quienes controlan la agenda de los deba- je demostrar que los candidatos desvian las pre- gunias a fin de introducir on Ia discusiéa las cuestiones que ellos ren que se debatan, Segiin Meadow, los candidatos aprovechan ‘bate para reiteray los objetivos que ya tienen sedalados en sus jieacién: apostando a la prudeneia en la espontaneidad y de la originalidad, los candidatos En una investigaci Ja campaiia de 1980 (e! pris ca objeti ayuda de un sistema categori entre el texto y su contexto de pro algunas décadas e embargo una técnica homogénea; expe iaeién tanto en el plano de la definicién que se no de las caracteristicas qua se le reconocen. e un conjunto bien identifieable de informacién que se distingan lo bastan- 400 claramente de otros metodas posibles ni del enfoque int. un contenido. A pesar de lodo, existe una gran fluctuacién en de la expresion misma “andlisis de contenido”: t televisados como en otros terrenos, existen andlisis que se presen. in como tales sin serlo en realidad, Bl verdadero andlisis de conte. ido e8 un instrumento con el cual ce intenta identificar cuestiones en juogo, argumentos y hasta efectos de Uno de los raros toxtos que recurre explicitamente al andlisis de contenido es el realizado por Lanoue y Schrott (1991). Pasando re, ‘abajos que pueden legitimamente contarse en. tre este tipo de andlisis, estos autores determinan las ventajas oftece Ia técnica de andlisis de contenido sobre la informacién transmitida por los eandidatos, (a inten cién que hace de ella el auditorio y Ia personalidad de los candida, tos) y sefialan cudles son las correcciones que deberisn hacéroele wejorarla (la uniformizacién de las unidades y la estanda- las categorfas de anélisis) jo que pretendo eer una ilustracién de la utilidad que de contenido para examinar adecuadamente los de. to en los debates Meadow y Jackson-Beeck (1978a) tratan de desarrollar una perspectiva evolucionista en relacién con las cuestiones en juego y Jos temas discutidos durante el primer debate de las series de 196) ¥, 1976. Estos autores identifican los tipos de cuestiones y de “subewestiones” (subissues) de los dos debates y sei ¢eslizamientos de una a otra. Observan ast que en 1976 la impor, tancia relativa de los temas referentes a la defensa, a los asuntos extranjeros y a la educacién dis cues tion energética, Del mismo modo hacen notar que el desempleoy los impuestos, ‘subcuestiones” ausentes del debate de 1960, ocupan un lugar relativamente importante en el de 1976, Retomando esta perspectiva evolucionista, Jackeon-Beeck y Meadow (1978b) proponen un nuevo andlisis de los mismos debates, ¥ presentan un esquema de anélisis de cuatro enfoques que distin, gue los elementos de contenido conscientes, intencionales y liters: ‘es; los aspectos no literales (la metdfora, la analou formas d los diferentes elemen- lenguaje no verbal, Meadow y Jackson-Beeck (1980) retoman, los datos de este mismo analisis de contenido, esta vez para intentar explicitas hechas por los candidatos a los actores y grupos politicos, asi como a las diferentes esferas gubarnamtentales, con lo cual obtie, ‘nen algunos resultados interesantes. Por ejemplo, sein estos auto, 401 res, Nixon y Carter manifiestan una mayor propensin a ta accién mientras que Kenned) de manera més abstracta del Estado y Ford se muestra en general més interesado en los mecanismos gu- bernamentales y administratives, El andlisis retérico ‘Todo discurso puede ser estudindo en su dime: decir, atendiendo a los rasgos de su modo de presel sién. Un debate televisado no se reduce tinicamer exprasion abstracta y desencarnada de idoas; persigue una finalidad persua va a la que también sirven su forma o su estilo de exposicidn y 1a actuacién oratoria de las partes beligerantes. Como lo entendemos anilisis retdrico del debate se refiere a los provedimientos 8 los que recurren los oponentes eon la ‘mejor sus mengjaes y ganar asf la adhesién del ‘Los estudios retéricos sobre los debates gistros muy diferentes y a menudo adquiaren el aspecto de una Iuacion mas 0 menos subjetiva antes que de un verdadero andlisis, Podemos comprobar esto considerando tres ejemplos, Of-Rose (1989), tratando de mostrar el papel que desempena la credibilidad en un debate (ehe importance of ethos), afirma que Bush obtuvo una vieto- ria ante Dukakis durante los debates desar trandose més simpatico (more likable) ante el Al estudiar el caso de Carier, primer candids dos debates durante las elecciones presidenci de 1976 en calidad de “candidate opositor” y en 1980 como presiden- te saliente, Brydon (1985) examina las impliceeiones que tuvieron ‘esas dos posiciones diferentes en In ratériea del debate, ¥ sostiene que, después de haber adoptado, en 1976, una retérica de identifica- cign con ol electorado, Carter se encontrs, cuatro afios mas tard obligado a recurrir més bien a una retorica de valorizacién de Ia funcién presidenc 2n una perspectiva aun més amplia, Blankenship, Fine y Davis (2988) examinan eémo, durante los debates republicanos de las elec. ciones primarias de 1980, Reagan logré superar sui condieién de sim- ple “actor” para convertirse en lo “eseena” misma de los debates (rom ‘ctor to scene). Segiin estos autores, Reagan se transformé progresi- vamente, de simple candidato entre otros, en figura de referencia hasta Hegar a ser el punto cardinal de los debates. Para lograrlo, cont con mucha suerte, con la cooperacién de otros agentes entre cellos 1a prensa—, con la ineptitud relativa de aus adversarios... pero también con su propia habilidad para reunir en sa persona les cues. tiones que estaban en juego en los debates, Con referencia a esto, Blankenship, Fine y Davis hacon notar la gran capacidad retorica 402 de Reagan de abarcar en su discurso los temas ubordados por otros candidatos. El anilisis estratégico Por ol hecho de quo ol debate sea un enfrentamiento en el que Ia ‘que puede abarear todos les aspectos ‘que pueden hacerse de ;do a su modo de presentacién y de emis co resulta sorprendente que con frecuencia se asocie s hasta cl punto de llegar a confundirlo— el ani debates con au andlisis estratégico. Si tun estudio puede el que dentro del andlisis retorico cuando pone el acento, esencialmen- te, en la contribueign que los confrontacién entre los part jbras ustran parti isis estratégicn del cor fear de qué manera los obj maniobras discursivas. En vos de los candidatos participan’ ite caso se considera que ol contor es de naturaleza es- trategiea. Martel deters (relational strategies) que tionen que ver con las actitudes e1 de los candidatos: atacar, defenderse, justificarse, ignorar el ataque del adversario, asociarse a su objetivo para luego superarlo (Me (o. ‘me better), La mayor parte de estas actitudes se adoptan en relacién con un contenido identificable: por ejemplo, se ataca a un oponente en cierto punto bien preciso, ya sea una de sus ideas, ya sea su con- ducta, lama estrategias “ 1, de la experiencia ode la pasado, Martel enumera competencia y de los logros obtenidos. 403 asimismo cierta cantidad de tacticas oratorias (forensic tactics) que ue ver con puntos de contenido. Entre otros pode- “tomer le delantera” (orewarning) —abordar uno un tema que el adversario iba )y 1a critica sucinta de variados a la que éste Friedenberg (1990) presenta una s ical studies) de todos los debates nacionales norteamerica- nos. La obra aborda no s6lo los aspectos del debate que no tienen que ver expliita 9 dirsctamanta on Ia retériea (como Jae factores jue motivan a los candidatos & debatir y los objetivos qué n peteent al andi :2— y los efectos de los deba. "una perspective que pe ‘ten, decal no gene sn aback jmprometador, mantener eerta reserva para trata cuestiones ef poolicany rovurrit a declaracioncs prefabrcadae yhabituales dest bates 08, aunque la ver vi Por cia jerando el conjunto de los trabajes que pueden los dos tipos de andlisis— ident ctor o linea de fuerza capa. al mismo jempo de wnificatlos y distinguirlos. En el estado actual dele inves- deracién de elementos presentados como on, in soma, Ie rer steategia diseursiva contintian siendo dimen- a8 del eo 8 debates. Aun asi so ad 404 ret6rica son partes constitutivas —controlables y por ello suscepti- bles do una utilizacién planificada y por lo tanto estratégica—de un discurso que puede pretender tener cierta eficacia porsuasiva. Fal- tarfa llegar n determinar mejor su eardeter especitico y establecer laramente sus relaciones. Propongo aqui dos sugerencias que, se- ‘gin creo, pueden servir a ese fin. La primera consiste en separar del anélisis retérico un tipo original de anélisis: e] anélisis argumen- segunda seria elaborar un modelo general del andlisis del contenido de los debates partiendo de esa distincién, En el lenguaje corriente como en los desarrollos teérieos dedica- dos a la retérica y la argumentacién, ambas dimensiones a menudo se emparientan y hasta se confunden. Tampoco resulta sorprenden- ‘te que aparezcan vinculadas de diversas formas en la bibliografia referente al contenido de los debates politicos tel cantidad bastante considerable do investigadores, parece confundirse asi, al menos parcialmente, de argumentos, sin que por lo demés este ido en relaci6n con otros elementos constitutivos posibles de Ia retérica. Como ya hemos visto, los argumentos de un Aebate so toman més en consideracién particularmente cuando el retérico se prolonge o se transforma en anélisis estratégico. jugioro pues distinguir el andlisis de los argumentos del andlisis ico. Esta diferonciacién me parece conyeniente para llegar a ina mejor investigacién del contenido de los debates. Como el analisis ret6rico se refiere al modo de presen- ne relacién con sus toma como objeto % wtte de hablar bien”, la Procedimientos discursivos que dan elacuencia’ al Propongo considerar que, en comparaciém, la argumentaci refiere a los procedimientos enunciativos, es decir, no a las gr dimensiones del disewrso sino # cat Siguiendo esta especificacié escala macroseépica del ci jientras que el ani argumentativo adopta una perspectiva mas microscdpiea al su campo de examen a esas unidades del discurso que son I ciados. Hota distincién no pretende ser doctrinaria sino ante todo técnica, es decir que so establece a fin de permitir, ea primer lugar, luna mejor comprensién de los diversoe andlisis de! contenido de los debates politicos tolevisados. Sin duda podria extenderse ademas al estudio de otros cuerpos y hasta, quizds, adquirie cierta importancia, teérica, Es une distineién que retine el sentido comin dad intelectual contempordnea, Actualmente se desarr Ge la argumentacién tales como, por ejemplo, la de Sproule (1980) 0 Jade van Eemeren, Grootendorst y Kruiger (1987) que se diferen- 405 8 argumentativo, co pues a los procedimientos enun los enunciados pronuneiados por tinguir el andlisis, smo yo propongo definislo, se refiexe tivos, es decir a ciertos rasgos de ten ya algunos estudios que competen al an: legitimo, por ejemplo, eonsiderar que los an: YB en realidad clases de enunciados {ud de sus particularidades propias, Las diferentes elases de ascrios analiticos, de pruebas (evidences) y de declaraciones son, en efecto, otros tantos tipos diferentes de argumentos, De © modo, el andlisis retorieo de Highlander y Watkins (2962) de los debates mantenidos entre Kennedy y Nixon, puede com, siderarse en parte como un andlisis argumentative. Al teatar do ox. racterizar Ie actitud que cada uno de ell las estadfoticas, los ejeraplos y los tes- fimonios. Ahora bien, on los desarrollos tedricas contempardnecs dedicados a la argumentaciGn, se identifican esos tres elementos cone, bate que maniuvieron en 198 mas completo de las pruebas presentadas por Ford y Carter durante el primer debate desarvollado en 1976, Bryski identifiea primers atro tipes diferentes: las estadfaticas, las “ilustraciones” Gllustrative evidence) —equivalentes a los ejerplos—, las veferon- Glas a una autoridad (authority references) —un tipo particular de testimonios— y las comparaciones (comparison or analogy), Brysid luego un mareo de evaluacién do esos argumentos-"pruc- desu definicién operacional, de gu veracidad y de sus fuentes, El principal resultado de esta estimacién es que Ford come, 416 muchos més errores que Carter en sus argumentaciones, Una via particular de andlisis argumentative que también fue indagada es la que procura vineular el andli debate con el andlisis de su constitn (2981) proponen contenido visual del debate republieano de 1980 entre Estos autores identifican las eatrategias de razonamiento que adop. {aron los contendientes (como la analogfa, lt referencia hiatérica, ta Hlustracién, el silogiemo y el rezonamiento inductiva) e identifican 408 algunos rasgos fo movimiento de edmara y ord de 176, Bos esta ds Sepurpento pcs To reeonoen fomo la forma osensal esl debate » To defnen como una “proposilén®y sna “proeba" (proposition ond el proof). Al hace! ‘3 rego pode sestnonts onidrare cane tna den Sr apa. Por tn pai, Bitar Y ue areunnanialive argumentative unite onondado ola eri do ano tisas, pruebas (evidences) y conclusio- arguments nos, pesniten dosarrel a : ategca, Biteor 7 Rueter enumoran y andl2 is trguentatias enpleadas yor Ford por Carter y asa again conalusiones, por gemplo lade que el iecurso de Carter ae tna pore mayor agenda. Bier yRustrproceden sini sfcacia ya sacionalidad dela argumentacién delos egonistas at ‘Otra forma de andlisis argumentative falacitey eso seudorrazonamientos consi argumentosearentes ciados que, ‘Nixon en 1960, sfoclones ed popu jos agus (én y los ataques ad! hominem, formuladas por Clinton, Bush y Perat, alo largo de tres debates sostanidos en ocasién de la eleccién presi 407 dencial nor doy cuenta de las fa distingue una dimension de cont dejan oculta, Esta dimen: onal del istica plena y coherente, las intervenc ico televisade no son mi de apreciaeién, de un con lo abstracto se dosigna, en ol vocab icién” (que en este casa no se para denotar una cons- ). AST endida, una proposicién es a pensamiento, lo que el concepto o2 a la cosa. io de pensamiento. Este conte- io mederno, con el término argumentativo, de la propos empleo como tal. La originalidad y la utilidad del andlisis argumentativo son manifiestas: ese andlisis basta por s{ mismo para iar el contenido de un debate, [Los tres tipos de andlisis parecen vincularse entre sf siguiondo se le da al contenido y se sitiia, pues, en la prol por Io dems ambos desembocan jerta relaci6i js argumental retérico, argumentative y los demas mento es una entidad abstracta, pero que i ' cierta materialidad euando se lo expresa y se lo que las palabras y otros ol inguisticos la idea de que los, cos son la materia prima del iscurso) que permiten deter- nas y las cuestiones en discusion que ina técnica de andlisis mAs rigurosa identifiea con rds soguridad. cl is argumentativo va més allé al caracterizar los contenidos 's de esos temas y esos asuntos en juego, de modo tal considerar la funcién persuasiva de esas cuestiones. , Pues, ol eje que unifica los levisados. Por lo tanto, su xecar Lo es importante no sélo.en sf mismo, sino ademas porque permite establecer un modelo general de interpretacién del conjunto de los estudios posibles del contenido de los debates. Referencias bibliograficas Baldi, P, “La stra Mitterrand 1 Gad de Neuchatel), 35, LVL Bochtolt, W. E., Hilyard, J. y Bylee, C., “Agenda Debates: a Content Analysis" Journalism Quarterly, 54, 1977, pga. 4-81, Bitzer, L. y Rueter, T., Carter us Ford. The Counterfuit Debates of 1976. Madison, University of Wiseonsin Press, 1980. Blankenship, J, Fine, MG. y Davis, L. K, “The 1980 Republican Primary Debates: the Transformation of Actor to Scene", Quarterly Journal of Speech, 69, 1983, pégs. 25-36. Brydon, S. R., "The Two Paces of Jimmy Carter: the Transformation of a Presidential Debater, 1976 and 1980", Central States Speech Journal, 36, 1985, page. 138.51. Bryski, B. 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