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La heboidofrenia* Karl Ludwig KahIbaum un estado psiquico mérbido que aparece en la juventud y que tiene particularidades sinto- miticas de una naturaleza tal que no se superpone con ninguna de Is otras formas de enfermedades psiquicas establecidas hasta el presente. He aqui en qué consis- ten esas particularidades, | eee por heboidofrenia + En desviaciones del conjunto del comportamiento, en desvia- clones y extrafiezas de ese com- plejo de cualidades psiquicas que constituyen preferencialmente la individualidad del ser humano bajo el dngulo social y que lama. mos a veces cardcter, a veces per- sonalidad o aun temperamento. * Esas particularidades consis: ten (también) en desviaciones y extraniezas de la vida pulsional, que deben comprenderse como insuficiencias o desviaciones de las costumbres y de la moralidad, ¥ que se expresan en casos extre- ‘mos por tenden: nes criminales. Otros sintomas pue den igualmente estar presentes en clertos casos, tales como el de- bilitamiento de Ja inteligencia, u aun a la inversa, un alto desarro- lo intelectual, una naturaleza ex- tremadamente genial y también debilitamientos 0 exageraciones de la vida afectiva; pero ellos no son caracteristicos y pueden tam- n estar totalmente ausentes. Como se sabe, ya he hecho uso de esos caracteres sintomiticos * Comunicacién a la Asoclacton de Ale. nistas del Este de \lemania, realizada el 29 de junio de 1889 en Gort Publics do por primera vez en Allgemeine Zeitschrift far Psychlatec, vol. 46, 1980, pigs. 461.474. Traducida de la version francesa d’Alain Viallad apacecida en la Revue Internationale d'istoire de la Psychiatric. Vol. 2, N° 1, 1984, ‘Traduecién de J.C, Stagnaro, en el cuadio mérbido que he des- crito como hebefrenia o locura juvenil En efecto, parti de la hebefrenia para fundar este nuevo cuadro mérbido. En la medida en que procedi, ulteriormente a mi des- cripeién de la hebefrenia, a una ‘observacién y una comparacin is precisas de casos de jévenes enfermos que examiné, y una vez que el niimero de historias de en- fermos de esta especie fue muy importante, se verificé como ne- ccesario de entre esos casos, aparte de los que pertenecen a otto gr Po mérbido por ejemplo la dist mia o la paranoia- se verificé ne- cesatio, decia, distinguir por lo menos dos series. 1. Los casos de una de esas series evoluctonan mucho mas tumultuosamente y Iuego de diferentes estados condu- cen finalmente ~y en general bas- tante precozmente, luego de una evolucién relativamente breve- a un perecimiento de las fuerzas mentales, Esto es lo que se produ- ce en la hebefrenta proplamente ha, tal como yo la he concebi- do precedentemente en su con- junto y tal como ha sido descrita por Hecker sobre la base de mi material y mis discusiones. 2, Los de la otra serie evolucionan’ me- nos Impetuosamente y si bien pueden también prescntar un ‘cambio en el humor quedan esen- cialmente en el mismo estado de capacidad de sus logros mentales, caracteristicos de su nivel indivi dual y generalmente no caen en Ia confusion ni en la debilidad de es- fritu, En una observacién co- riente superficial 0 profana estos iltimos casos Hevan mucho me- nos el sello de la enfermedad mental que el de Ia mala educa- jon o el de la maldad. Por otto la- do la diferencia debe también en- tenderse de la manera siguiente: Tos casos de la primera serie son los mas ricos en sintomas, los més ‘graves; los de Ja segunda son mas estrechamente limitados y mien- tras los primeros son gencralmen- te a definir como incurables los tl timos son generalmente a con: derar como curables. Pero como por otro lado las dos formas estén estrechamente ligadas, y la dltima no es en clerta medida mas que un tramo de Ia primera, he con- servado la vieja denominacion de hebefrenta 0 locura juvenil para la primera y he creido deber nom- brar a la tltima (@ partir del mode- lo de tifus-tifoide, cdncer-cance- roide) heboidofrenia o mas breve- mente heboide por que desgracia- damente no encontré atin una pa- labra alemana aproplada -si bien podiamos quizis decir provisoria mente “Jugendhalbirrelsein” (se- millocura juvenil)-. ‘A continuacién voy a condu- irlos inmediatamente al centro del tema que nos ocupa a través de la descripeién de un caso pre- iso. El hijo de una acaudalada familia de industriales de una VERTEX Rev. Arg. de Psiquiat. 1994, Vol. V-61-67 gran cludad, Richard M., quien un dia por qué era tan extrafio y aparentemente se desarrolé nor- no se compartaba como los otros, malmente hasta la edad de 12-13 él le contest6 groseramente qué afios, comienza progresivamente no tenia derecho a darle orcenes, & tomarse alunado ante los extra Una vez le dijo a un pariente, Jo. fios y sobre todo con su madre ven médico con quien sus rela- que lo ha consentido mucho en ciones se habian estrechado 3 10 tanto hijo inico. El padre, un largo del tlempo y con qulen te. hombre muy recto, severo, con nia particular conflanza, que ha- buenos principios concientemen- bia actuado inoportunamente te cultivados, lo habia educado con sus padres durante toda su muy setiamente; desde su més existencla, y habla debido amacs- pequefia infancia habia exigida trarlos a su gusto mostrandose rigurosamente un buen nivel de slempre violento con ellos. Y al | Sltados escolaces y lo habia te- mismo tiempo emitié la opinion tado cada vez que no habia vuel- de estar enfetmo, sentirse agredi- . ee toa casa con buenas notas del co- do luego de todas esas escenas PON UE Utes IIIA gins ten su gatrernsica'ic. no pote: sarong i hhabia tevantado la mano, la acti- donde hallar una mejoria. Su pa- WOE A ICTS om tat ie ahaa era hae a mismo, quien al fin y al mente recaicitrante hacia él tam- hasta entonces como un infame oh Leet bign, y por fin se produjo un es- inttil-comenz6 también a pre- cabo he sido quien mds ha tallido en ta escuela que motive sentir que se trataba de un enfer- . ; su expulsién del liceo. Inmediata- mo, Por esa razon se decidlé a tenido que suftir por esas mente fue enviado a un pen. tatarlo, en adelante: mas sare. i i sionado de una pequefia ciudad mente, desgraciadas relactones y ‘sc provinca, ciAth por ne: "Tee bajo we régimen de com- a qui ici fesor de liceo conocido por ser un _placencia y perseverancia del pa CE ee le eid eee en oo All per- dre el hijo se torné cada vez mis vivir parecia perdida para manccio algunos afios. En cada rebelde y casi no observaba las for. 4 oportunidad que volvia a su casa mas del decoro que le debia, No Siempre, he rechazado toda de vacaciones, en donde gustaba deseo retenerlos en todos los deta pee a sus anchas de los placeres de la _ le de los acontecimientos que so- incertidumbre y recuperado fan ciudad, hubo dlsputss con brevinlronen la orale Li cone jel? Sus progenitores y volvia a partir taré solamente que Richard levan- BP ORO SOTEIE' TakE 1caples a andmnosieed corse sueuse te ieietss eoememte eee pasado sea olvidado. Yo padte. Richard no vivia tampoco tio que le hacia amistosamente re- 35 vs |, en la mejor inteligencia con su _proches por su comportamiento y creo que ttt también, querido anfitrién y una vez para hacerle le grité “|Si no te callas ahora mis- % tuna broma apil6, en presencia de mo, te pogo hasta matartel” y tres Padre, no dudards tampoco ‘otro escolar, una gran piramide cuartos de hora mids tarde lo envib ‘ ie de cajas y otros objetos similares a buscar y Ie dijo: “Me siento en de mls buenas intenclones, a seted in paced carat dowd casas iy Coe imitards mds Iq *oiamiento y les prendid fuego. mo deberla, me siento forzado a weenie Ceo eee aie eeiee nce Por veces a actuar de una manera que independencia que necesito 'a espesa humareda pretendieron no es buena, lo mejor seria que ‘ entrar, se rehus6 a abrir preten- vaya a un loquero". Finalmente por miedo a que yo haga diendo set amo en su habitacién _pidieron, a su instigacién, consejo Y por ende poder hacer en ella lo @ un especialista y conforme al mal uso de ella que quisiera. al fin se hizo nece. mismo fue transfeide » mucstio sario llamar a la policia. Su ar- establecimtento, En un escrito que mmm cliente deseo de volver de la pe remitid al especalista, leemos, en. uefa ciudad a Ia grande y reen- tre otras cosas; “Me maravillo yo contrar la casa paterna fue enton- mismo de fa infciativa que he to- ces satisfecho y volvié a su ciu- mado queriendo ir al asilo de lo- ‘dad natal, a otro liceo. Las incon- cos por que en este momento no gruencias anteriores se renova- _plenso en otta cosa que en el ci- ron. Se pascaba en pleno dia des- men y el asesinato". nnudo bajo su bata en la residen- Atendiendo a la aparente es cia de verano, se presentaba en pontaneidad de su entrada al asi- las reuniones sociales sin cuello Jo, intentamos internarlo con los duro en la camisa, se ausentaba enfermos leves. Pero al cabo de sin raz6n de una reunién familiar seis dias apenas, sus bizarrerias © en la casa paterna, y como un Incongruencias se habian acurmu- amigo de la familia fe pregunt6 lado hasta tal punto, que hizo fal- VERTEX 62 me 82 ta transferirlo a la seccion pata enfermos del grado siguiente de gravedad. Decia haber venido “para hacer de una buena vez un retiro completo y reposar", no hablaba con nadie y se quedaba sentado ante la mesa bien dere- cho y rigido, fijando la mirada en el vacto delante de él; extendia la mano de una manera muy parti- ular por sobre los alimentos y la descendia para cerrarla frecuente- mente al costado de ellos por que no miraba donde la ponta. Re- chazaba un vaso de agua, por ejemplo, por que habia un pe. quefio globo de aire en el fondo. En las declaraciones sobre su pa- sado se extendia sobre la impro- piedad de la educacién que le cron sus padres y sus profeso res; habria sido tratado injusta- mente y su padre se habria mos- trado como un tirano sin corazén con él. En apoyo de esas asevera- clones recordaba historias com- pletamente insignificantes que se Temontaban a su més tierna in- fancia pintando un cuadro de su padre tal, que ni un perro le ha- bria aceptado un pedazo de pan. En una oportunidad en la que quiso enviar a su casa algunas de sus cosas y que éstas fueron reti- radas del paquete y se le devol- vieron, hizo un gran escindalo pidiendo explicaciones a los mé- dicos de manera singularmente inquisitoria, como si se tratara de tuna Investigacion de un Alto Tri- bunal sobre un asunto de vida 0 muerte. Fue en esa ocasién que se transfiri de la unidad de enfer- mos leves a la siguiente. Al dia sigulente hizo una esce- na rehusindose a comer. Como parecia pilido y miserable, blen que alto y de fuerte contextura, nos parcel bien no dejarlo dete= riorarse permitiendo que siguicra el ayuno, sino quebrar enseguida su mala voluntad y alimentarlo a fa fuerza, Cuando se le tendié la comida tomd una actitud rigid y torcida haciéndose apiticamente un ovillo en un angulo del sitlén, Pero fue alimentado a la fuerza y Nevado después al jardin. Al dia siguiente volvié a comer solo y a salic solo al Jardin, En cuanto a la continuacion de su evolucién me contentaré con mencionar brevemente que como Uds. pueden imaginar hubo fre- cuentemente toda suerte de co- medias. Una vez que se hubo in- tegrado hasta un cierto punto en el modo de vida del asilo y que debié empezar a trabajar un poco, declar6: “Yo no tengo necesidad de trabajar, los ricos no tlenen ne- cesidad de ello sino solamente los pobres”. Finalmente, al cabo de siete meses, comenzé a hacer tra- bajos cientificos. Agreguemos al- ‘gunos pasajes de sus cartas: + De una carta a su padre: Cuando tii me dices en tu carta {que mi amor por mis padres reto- ma su amplitud, me permito su brayar que el amor que he alt mentado por ustedes, mis queri- dos padres, ha sido’ siempre el mismo, aunque a veces las ciz- cunstanclas me han impedido ex- terlorizarlo en un mismo grado. Repito que en lo que me concier- ne voy a contribuir al estableci- tmiento de la relacién adecuada con mis queridos padres. Durante tun tiempo yo tuve intensas dudas sobre Ia posibilidad de establecer tuna buena relacidn, y estaba muy cercano de la desesperanza com- pleta por no poder encontrar mi felicidad mas que en la resolucion de todos los malentendidos y en Ia realizacién feliz de nuestra mu- tua relacién, Sin embargo, esas dudas dejaron lugar a la convic- cidn de que ese objetivo no es fi- ail pero no es tampoco completa~ mente inaccesible. gPor qué quie- tes guardar una duda, mientras yo mismo, quien al fin y al cabo he sido quien mas ha tenido que su- frie por esas desgraciadas relacio- nes y para quien la felicidad de vi vir parecta perdida para siempre, he techazado toda incertidumbre y recuperado un nuevo coraje!? Que ef pasado sea olvidado. Yo ‘creo que ta también, querido pa- dre, no dudaras tampoco de mi buenas intenciones, y que no li- mitaris mis la independencia que necesito por miedo a que yo haga mal uso de ella, sino que por el contrario me proveerds de buena gana la ocasién de mostrarme in- dependiente, por que t& sabes que yo la usaré en mi honor y en el de nis padres. En realidad, el respeto de la persona y una confianza sin reservas son necesarias y si ellas faltan, todo esfuerzo serd en vano. Fl lugae que me corresponde a mi edad se encuentra en [a casa pa- tema” ‘VERTEX 63 ee Estoy muy contento de que tengas tan buena opinién de mi, ..., perono me causas placer elogidndome, nunca he apreciado que me elogien. Y ademiés temo que te equivoques acerca de mis cualidades y capacidades que dejan atin mucho que desear. Ciertamente tengo la voluntad de hacer las cosas bien, que es lo principal, pero me faltan la fuerza moral e intelectual para poner realmente mi voluntad en marcha. al * “En Io concerniente a mi salud debo atin quejarme de una gran melancolia. Trato de ocuparme un poco mis scriamente”. “Esto puede todavia durar afios antes de que esté completamente liberado de mi melancolia, ues mi humor moroso no esta atin bastante alejado de set un trastorno mental como para que se pueda preveer con precisién el momen- to de mi partida del asilo de Gorlltz” + Si td emites la idea de que voy a dar una fiesta en ocasin de mi retorno a la casa pa- terna te responderé sobre ese punto que: 1° he estado muy enfermo, 2° por el hecho de haber permanecido tanto tiempo en un esta- blecimiento para tratamiento de enfermos mentales, adonde se lleva una existencia muy. particular, no me seré nada facil acostumbrar- me a la existencia corriente de todo el mun- do”... “Puedo garantizarte que yo dejo a los médicos de aqui, que son tan afectuasamente ‘comprensivos conmigo, ejercer el mayor con- tol posible sobre mi comportamicnto” * scribe a su padre una carta expresa di- ciendo, con muchas redundancias y formals. mos hebefrénicos que como ha entrado en st vigésimo afio de edad debe enrolarse como voluntario por un aiio “y como crea que en ese caso el padre se encarga de censat al hijo afectado, te pido encarecidamente, mi querldo padse, no desculdar ese enrolamiento de tu nico hijo... "Es la primera vez que voy a ‘ocupar una suerte de posicin en Ia vida pi- bilica y no deseo faltar a mi deber de cludada- no, un deber que forma parte de los deberes mis honorables del hombre aun si él es de po- ‘ea significacién para mi". * Escribe a su padre y a su madre, le ruega nuevamente a esta Ultima no enviarle dulces Por que no los merece y dice a su padre entre otras cosas que todavia se conduce de vez en cuando con bajeza. Luego a su primo: “Estoy muy contento de que tengas tan buena opi- nin de mi, ... , pero no me causas placer clo. giindome, nunca he apreciado que me elo- gien. Y ademis temo que te equivoques acer- Ca de mis cualidades y capacidades que dejan atin mucho que desear. Ciertamente tengo la voluntad de hacer las cosas bien, que es lo principal, pero me faltan la fuerza moral ¢ in- telectual para poner realmente mi voluntad en marcha. En lo que concierne a tu visita, mi querido primo... ella me seria clertamente muy agradable, pero seria en la actualidad ab- solutamente iefasta a mi salud”, Recibié entonces cursos privados dictados por profesores de la ciudad y aunque lenta- ‘mente, los aproveché tan bien que al cabo de dos afios y tres meses de estancia en el asilo pudlo ser admitido en el liceo local. En reali- dad @ habia dejado su educacién en nivel sub- Primera del liceo, pero sus conocimientos eran, Zoloft ertralina iva use er CAMBIA LA CARA DE LA DEPRESION elated ante din wd ie Bit eemaancencas pants dae VU ‘Remre 00" hhutioltekomerbynoneMOskadlal dad berth ome Scar arta rm Oram ee 2c ro spires pinche Sattpmtctom errs ae pec er foe pie en ACh oi lo ea pecan einen Ee Seetitee eee upctcarorea, "Gece epee Wn tigre reds seb oe See leper pas en ed options accor onetae ht ita Nettle a crete Tada een ge feieneceneeeh Ait pnb aaa nn Pel reenter terior near Geiccioncee nme AR iataiancr rena parecer austoontmerAnrecONKXATORRAORER NINE as Sesion feecpaieniop eng mentale ar octet ‘llieionaonnlosanioena et tg eho etl wn ddr Sprint ait rt Eieeieaciacandtyetigen elena sponges peters ere tree fea sara bitin oT tes Ecc cerebro Sieepiniieiencstemenncite eee precy in rleceprinek ioe espace dir seme tes Tpeae ee aac emcee Fe ae lig eet inept rtyietehnionb neni econ mo ignition sac ot en rate = Iti Seed ror cat iawn due. ts nape ean srk sam aka ov poke spbeon cen or ee ntrpnaaetm waimetaOMainlmefelanedabine Soper Metre Titers ryan ni a brosocboa anes Sen ses Aiea ‘nal oer aia ed ones sl Lap AT len rosea cteenasdhertrents ent etale ESE eee Seapine eee ee EEipe ements ere dl ae nna ones SESS regattas epee ee Fenner enitretece ada rere Eeipieennense pearrereanaresio toed ‘std Sb "ok pain cm bi sf Paoeuctne Bos yore men Ys Ber eit pam te Sth tte dere gmat aan eb vitierieityesh tebe mr VERTEX 64 tan extraordinariamente lacuna- res que los cursos privados s610 sirvievon para colmar esas lagunas, y devolverlo al liceo local en sub- primera nuovamente. A propésito de la evolucién ul- terlot, me contentaré con men- cionar que los padres ~y especial- mente Ia madre- no pudieron a pesar de todo, resolverse a seguir mis consejos hasta cl fin. Richard, luego de frecuentar el liceo de Gorlitz durante seis meses con re- sultados relativamente buenos, fue aceptado en su hogar; las co- sas fueron nuevamente muy mal y s6lo luego de muchos afios y on la ayuda de numerosos profe- sores privados logré pasar su ba- chillerato al que se present6 como alumno libre. Luego estudié Dere- cho, pas6 el doctorado y funde ‘una familia con una numerosa progenie, cuya subsistencla slo fue asegurada con el trabajo del padre y eventualmente del abuelo del paciente, mientras que él mis- lo pudo encontrar una si- nn como rentista ‘Todos los casos que en gran nGimero podria presentarles, son més 0 menos anilogos. Ustedes también han tenido sin duda co- nhocimiento de casos parecidos. Lo que entiendo como esencial en ellos es: 1. El hecho de que las personas ‘en cuestién no caen en Ia invali- ddez mental En tal caso ellos per= Yenecerian al cuadro mérhido dle la hebefrenia. El cuadro mérbido de la hebefrenia presenta por otro lado una evolucién que atra- viesa bastante regularmente dife- rentes estaclos. La enfermedad es inaugurada por estados distimi- 0s a los cuales suceden estados de frenesi, en el curso de Jes 10s enfermos en cuesti6n rea- lizan con violencia no solamente toda suerte de actos reprensibles sino que con frecuencia también manifiestan un contenido afecti- vo expansivo, una fuga de Ideas y todo lo que pertenece al cuadro de la mania Lugo del fin de ese estado pa- roxistico aparecen una confusién general y una invalidez mental mis 0 menos profundas. En lugar de esta evolucién, que recuerda fuertemente el cuadro mérbido de la Vesanfa typica, ve mos ciertamente en nuestros ca 505 una oscilacién entre humores melancélicos y afectos expan: vos, pero jamas un cuadro de conjunto tan acabado. Lo que constatamos es tinicamente un estado mis o menos pronunciado de afectos y_pensamientos pueri- intes. Es justamente ‘en ello que consiste el cardcter del heboide, en ese pensamiento insuficiente e inadecuado en la medida en que el pensamiento espontineo de estos enfermos cae siempre fuera de lugar. Los heboides aprenden muy bien de memoria, a veces pueden discutir muy bien, pero lo singular es la ‘comprension imprecisa de lo que se les ha presentado y también el pensamiento fuera de lugar, co- mo yo desearia llamarlo. Esto cocurre también en la hebefrenia, cn ciertos casos, asi como duran- te el estado de confusion de di- versas formas de trastornos psi- quiicos, pero en esos casos ello también ocurre con las ideas deli- -rantes que en el heboi resentes. ~~ Lo que es esencial en muchos casos de este cuadro mérbido es Ia aparicién de la apropiacion de bienes ajenos,-que-a-veces-proce- de de Ia glotoneria o del deseo de “poseer._y por lo tanto responde a una utilidad comprensible y po- dria ser interpretada como no mérbida, pero que a veces tam- bién sobreviene sin utilidad apa- rerite. Un easo que tuvimos aq en Gorlitz, aclarara perfectamen- te en qué circunstancias, sorpren- dentes al mis alto grado, pueden producirse tales hurtos y raterias por glotoneria y ser por ese he- cho comprendidos por todo el mundo como pruebas de un tra- z0 mérbido de la constitucin psiquica: {segunda observacién} Un muchacho de 15 aftos, ben- Jamin de una familia de cuatro hijos, bien acomodada, fue sor- prendido por un profesor, al final de la exposicién comercial de Gorlitz, mientras sustrafa unos dulces del mostrador de una con- fiteria. EI muchacho ya habia r0- bado algunas golosinas a su ma- dre a la edad de 6 afios y a los 11 fue enviado pupilo por haber ro- bado dulces del pupitre de un compafiero. A pesar de no haber- Ie faltado nunca lo necesario para VERTEX 65 -no estén satisfacer su glotoneria ni tampo- co el dinero de bolsillo, este mu- chacho protagoniz6 una serle ininterrumpida de pequefios 10- bos de golosinas y dinero que lle- garon hasta billetes de 100 mar- cos. El Joven habia sido fragil des- de su infancia suftiendo de enu- resis nocturna hasta casi los 15 afios y accesos de pesadillas y so- nambulismo desde los 10 afios. Hasta esa edad tuvo una parasito- sis intestinal. Varlas veces se fug6 de su casa por motivos nimios, durmiendo a la intemperie y su- friendo hambre por perfodos bas- tante prolongados. Luego de ser expulsado del liceo de fa ciudad en el que cursaba subtercera~ a causa del incidente en Ia exposi- cién, el muchacho fue admitido en nuestro asilo. Ya habia estado pupilo en diversas pensiones con el objetivo de ser seriamente en- caminado en el plano moral. En nuestro asilo formé parte de los casos més dificiles que ha- yamos tenido en observacién. Si bien no estaba mal dotado era muy dificil hacerlo progresar en las materias escolares debido a su. reticencia para encarar un trabajo honesto, y de su incapacidad pa- 1a mantenerse atento sin esfuerz0 aunque més no fuera un cuarto de hora. Pero por sobre todo era una verdadera cruz para su sec~ cién debido a su propensién a_ ventir, su inclinacién_a_hacer bi estar a los otros, su_ desobedioncia, su testarudez y su orgullo. Aunque con mucha pru- dencia, debido a su tendencia a 1 a amargura, le fueron. gradualmen- te aplicadas las medidas discipli- narias a nuestra disposicién, las gue pronto se demostraron ago- tadas. Lo que sorprendia era que acompafiando a su actitud recal- citrante poseia una tendencia a llorar fécilmente y que sus Incon- gruencias aumentaban en fre- ‘cuencia e intensidad en ta época de luna lena. A pesar de todas esas dificultades logramos disci- plinarlo en el plazo de un af y medio. Fue entonces que habien- do logrado completar sus estu- dios, su madre lo sacé del asilo. Nos fue imposi- ble entonces, hacernos una opi nin sobre su capacidad de cuzar; sin embargo, pudimos poner su- ficlentemente en evidencia que 2 esar de Ia dificultad extraordina- tlamente grande del caso, el mu- chacho no entré en una invalida- cin psiquica progresiva y que existia una posibilidad de infuen- ciaren él, Conozco otro caso de un jo- vencito que se apropiaba de relo- Jes u otros objetos de similar valor ¥ luego Jos regalaba 0 no los utili- zaba dejando de prestarles aten- clon de tal forma que uno estaba forzado a Ilegar a la hipétesis de que era el hecho mismo de sus- traer los objetos lo que lo atraia, aT Cuando ti me dices en tu carta que mi amor por mis padres retoma su amplitud, me permito subrayar que el amor que-he alimentado por ustedes, mis queridos padres, ha sido siempre el mismo, aunque a veces las circunstancias me han impedido exteriorizarlo en un mismo grado. ee Para no extenderme demasiado en al tiempo debo limitarme a los casos que he presentado. Debo tambigh renunciar a presentar al- g9 mis especifico para la descrip Ci6n de fa forma morbida, No ereo que haga falta presen- tar sino lo que sirva pata asentat y fundar la descripcién de esta forma mérbida, En primer lugar hay que pre- guntarse siicasos como estos son Verdaderas enfermedades 0 quizas producto de una mala disposicién de caricter 0 el resultado de una educacién errénea y deficiente. En otos términos, la aparicion de tun comportamiento incongruen. te acompafiado de actos inmora- les zes el producto inmediato de| condiciones orginicas con efectos, fisicos o es el resultado de una| mala voluntad que el interesado| hubiera podido reemplazar por! otra mejor? Es efectivamente una pregunta importante y en ciertos casos no @s facil decidirse. Es la misma pre- ‘gunta que ha sido también repeti- damente objeto de investigacio- nes Judiciales y que fue respondi- da en detrimento de la concep- clon médica en un caso muy céle- bre. Me refiero al caso E.... de tris- te memoria, al que, por muy inte resante que sea, debo renunciar a profundizar aqui.* Sin embargo en la gran mayo- tla de los casos las condiciones efectivas son tales que la prueba de la morbilidad no es muy difi- cil de darse. Un punto de vista esencial es aquél segiin el cual, en la mayoria de los casos, las condiciones hereditarias estan netamente en favor de una tara orgénica, En muchos pacientes se puede encontrar en Ia ascenden- cla casos notables de perturba- cién mental comprobada 0 de Brave nerviosismo. Es asi que en el primer caso que he citado pu- dimos verificar que Ia abuela pa terna habia muerto enferma mental en un asilo de locos y que su marido era alcohélico. El pa- dre y uno de sus tios son coléri- 0s ¢ frascibles. Una hermana del padre es sumamente histética y una hija de esa mujer sufte de epilepsia. En el segundo caso ci- tado habia habido en el linaje de ambos padres familiares con tras- tornos nerviosos y por otro lado la madre habia estado gravemen- te enferma mientras portaba el embarazo de este nifio. En otros * Quisiera solamente mencionar, inci- dentalmente, que por mi parte ya pesar de la evolucién ulterior del caso, que aparentemente ha dado a razén a los, ue negaban la naturaleza patologica {el mismo, yo conserve Is eonviceidn de que se trataba verdaderamente de ‘una enfermedad mental. Sin embargo es certo que habia una cose inexacta en lo gue decian los médicos que declaraban 3 ese joven un enfermo y era la arma clén sega la cual habria sido incurable. En mi opinign, ese caso mérbido perte necia a este grupo de la heboidofrenia y tenta por ello un pronéstico relative- ‘mente bueno, VERTEX 66 casos en que la herencia estaba probada de una manera menos dlecisiva es necesario incriminar a las enfermedades cerebrales de la primera infancia y en ellos gene- ralmente se revela que el nifio ya habla sido dado por condenado y que el médico requerido habia dicho, a guisa de consuelo a los padres, que de todas maneras, el nifio no habria llegado a ser nada valldo y que no seria otra cosa que un producto para el asilo de locos. Existen generalmente en el portador de la enfermedad sinto- mas netos de alguna inhibicién del desarrollo o de otros trastor- nos nerviosos. Asi es que en el primer caso pudimos constatar al ‘menos que el mentén estaba sor- prendentemente poco desarrolla- do. En el segundo era observable la talla sorprendentemente pe- quefia en relacién a la del padre, muy alto, y algo muy patolégico ‘como era la tendencia a mojar la cama hasta la edad de 15 6 16 afios como asi también las pesa- dillas nocturnas y el sonambulis- Sin embargo, junto a todo esto uno podré frecuentemente impu- tara la educacién una parte fan- damental en el desarrollo mental deficiente. Pero esos sujetos opo- nen dificultades muy particulares a los esfuerzos educativos y debo subrayar que entre los casos que he observado, hay varios en los que los padres se han esforzado por asumir sus deberes educativos con una reflexién y una escrupu- losidad muy particulates y esta- ban calificados para ello. Es también sin duda particular. mente significativo que estos j6- como enfermos, que digan justa- mente y con frecuencia que son enfermos del espftitu 0 enfermos mentales 0 que deben ira un asilo de locos, como lo decia Richard, © que se lamenten muy precisa- ente del carécter compulsive y forzado de sus actos. Sin duda la vox populi, la opi- nién del entorno, que declara a esas personas como “chiflados”, ‘enfermos mentales, también, me- rece atencién. Creo haber respondido positi- vamente la pregunta acerca del caricter mérbido en general, En lo que respecta al presente de la posicién del cuadro mérbido al que he llamado heboide, en re- lacién a las otras formas de enfer- medades psfquicas, me ha sido objetado que no era necesario proponer un nuevo nombre de enfermedad y que en estos casos no serfa nada nuevo sino, por el contrario, algo bien conocido. Justamente: tales casos mérbidos no han aparecido en época re- ciente solamente sino que han so- brevenido ya anteriormente y se convirtieron en familiares para to- dos los psiquiatras y pedagogos. Pero gdnde se los ha ordenado hasta el presente? Algunos han si- ~do objeto de tratamiento centifi- 0 0 moral bajo la denominacién de locura moral. Sin embargo, en cada ocasién que el concepto de ocura moral fue evocado durante los peritajes de casos que fueron objeto de causas penales, fue siempre cuestionado en su solidez cientifica por los alienistas mas competentes. Si la heboidofrenia fuera concebida como una locura moral quedaria como un concep- to en el alte y por el contrario yo creo haber demostrado el cardcter general mérbido de este estado. Luego seria ta debitidad de es- piritu la que se presentaria como base de comparacién; debilidad de espiritu en la que tienen efecti- vamente costumbre de ordenar estos casos los psiquiatras que niegan Ia existencia de la locura moral en tanto tal. Pero como lo he sefialado al principio, estos ca- 303 con frecuencia no muestran el menor indice de disminucién de su inteligencia. Sin duda se mani- fiestan ciertas particularidades del pensamiento y una capacidad ge- neral de rendimiento disminuida pero el cuadro mérbido de la de- mencia tiene de todas maneras un tipo tan preciso que cl diag- néstico deberia ser circunscripto mucho més. Ni el cuadro mérbi- do de la demencia aguds, ni ol de a demencia terminal 0 secunda- ria son comparables a estos casos. Algunos de ellos podrian, cierta- mente, ser vistos como de Imbeci- lidad, pero esto esta lejos de ser valido para todos, y en todo caso la posibilidad de mejoria notable va en contra de su subordinacion al cuadro mérbido de imbecili- dad. Hemos explicado la apari- cién de perversiones morales co- mo siendo consecuencia de un desarrollo defectuoso de la afecti- vidad, del sentido moral, como una pobreza o un déficit afecti vos. Pero la vida afectiva esta muy vivamente desarrollada en nuestros enfermos; el sentimiento de lo justo y 10 Injusto no se les escapa por mis que pueda estar concebido verbalmente y ligado a representaciones. Los pacientes pueden discutir muy bien sobre esos conceptos y no solamente en su aplicacién a situaciones part culares tienen deficiencias. Los sentimientos egolstas son tan po- derosamente desarrollados en ellos que los medios inhibitorios habituales no alcanzan a repr mitlos. El cuadro clinico de la melan- colia o de la distimia aparece ain menos aproplado que el de la de- mencia para clasificar en él a es- tos casos. Sin duda nuestros en- fermos estén sometidos a afectos depresivos y en el primer caso presentado, el paciente ha habla- do en varias oportunidades de su *melaneolia”. Pero Ia melancolia © Ia distimia de constitucién au- ténoma tienen trazos extremada- mente precisos, tales como la tendencia a la culpa y la autoacu- saciOn, la creencia en Ia propla bajeza, trazos que no encontra- ‘mos para nada en los casos mér- bidos que clasificamos como he- boidofrenia. Los casos heboldes no pueden tampoco ubicarse con la paranoia ni con la mania. Es cierto que las particularidades del pensamiento hacen pensar a veces en un para- noico, y el sentimiento exagerado de autovaloracion de los heboldes ‘presenia también algunas analo- gia, pero le falta lo caracteristico de la paranoia: 1a aparicién de ideas delirantes precisas y la siste- matizacion de representaciones delirantes que se ligan a Ia idea delirante principal. De la misma ‘manera las acciones absurdas y el comportamiento alocado del he- boide podrian ser puestos en el mismo plano que la actividad in- cesante del manfaco. ‘Queda s6lo reunir estos casos ‘en un grupo particular que debe ponerse en relacion muy estrecha ‘con la hebefrenia y que ~mientras no se le encuentre mejor nombre puede ser dotado de la apelacion VERTEX 67 heboidofrenia o heboide (deriva- do de hebefrenia). Hoy me ha sido imposible asu- mir la tarea de presentar el tema ‘de manera sistemtica y comple- ta, agotindolo, dado todo lo que habria para decir sobre esta forma mérbida. Me interesaba ante todo reavivar en vuestra memoria vues- tra propia experiencia de casos a través de la presentacién de algu- nos llamativos y someter mis con- cepciones al juicio ctitico de vues- tra experiencia. Por todo ello es que querria concluir mis ideas centrales en las breves frases que siguen: 1. Existe un grupo de casos mérbidos de la edad juvenil que no se dejan clasificar en ninguna de las formas mérbidas conoc! das; 2, Ese grupo se caracteriza por presentar modificaciones del ser humano en su conjunto y espe- claimente de la parte psiquica de sus manifestaciones vitales, de tal manera que no se puede calificar a estas casos de trastornos psiqui- cos parciales o eventualmente de simples enfermedades del com- portamiento; 3. Ademés de sintomas de ca- récter general, estos casos se sin- gularizan por la presencia de sin- tomas morales. Pero esos sinto- mas morales no constituyen el conjunto del registro sintomitico ¥ por ello no podemos erigit una forma de locura moral a partir de los; 4, Lo esencial en estos casos, es su constitucién en los afios de in- fancia y juventud. Toda aparici de trastornos psfquicos con pre- dominancia de sintomas morales a una edad més avanzada debe ser distinguida de manera precisa; 5, Estos casos se ligan bastante estrechamente a los casos mérbi- dos de la edad juvenil que debe- mos distinguir como hebefrenia y pueden set ligados en el seno de tun grupo mas vasto bajo el nom- bre de “formas hebéticas de per- turbacién psiquica” entre las cua Ies.se deben distingui, como gé neros, dos categorias: hebefrenia y heboidofrenia i

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