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Derechos bioculturales: precisiones conceptuales

Para comenzar a hablar sobre los derechos bioculturales es necesario analizar


primeramente el concepto de la ecología política, el cual tiene sentada sus bases
en el posdesarrollo, cuyas raíces se cimentan en un progreso que incluye la
cultura dentro de su enfoque y rechaza fehacientemente el progreso visto a partir
de la tecnocracia y el etnocentrismo.

La ecología política respalda la biodiversidad cultural y destaca el papel de las


comunidades locales que históricamente han habitado en un territorio especifico
en armonía con la naturaleza; disminuyendo de esta manera el deterioro del
medio ambiente y el menoscabo de los recursos naturales.

Bajo este enfoque ,hace 10 año ellos términos de Derechos bioculturales se


usaban para describir los derechos de los pueblos indígenas respecto a sus
conocimientos ancestrales y el cuidado de los recursos naturales; Doctrinantes
como Ramírez y Ulaner afirmaban “que estos derechos conformaban un nuevo
conjunto de derechos de tercera generación, los cuales estaban en proceso de ser
reconocidos en el futuro”.1 En la actualidad, el concepto de derechos
bioculturales se ha ampliado considerablemente, abriendo puertas a diversas
interpretaciones, nuevos alcances y mecanismos de protección.

Los derechos bioculturales pueden definirse como aquellos derechos que tienen
su énfasis primordial en la administración medioambiental; estos específicamente
se subdividen en derechos sobre la tierra y sobre la autodeterminación; los
primeros hacen referencia a la administración de las tierras y los recursos
naturales, incluyendo el libre acceso a las tierras y fuentes hídricas del territorio,
el acceso a sitios naturales sagrados y el a recursos bióticos y abióticos tales
como las plantas, los animales, las bacterias, agua, suelo, rocas, etc.; es decir,
aquellos elementos presentes en un ecosistema.

Por otro lado, encontramos los derechos de autodeterminación, que fungen como
el pilar de los derechos bioculturales, fundamentándose en el autogobierno de los
pueblos indígenas y las comunidades étnicas a través de sus propias instituciones
políticas, las cuales permiten reflejar sus patrones culturales y, además, dar una
voz frente a la toma de decisiones que afecta directamente su persona y sus
territorios.

1
Carlos R Ramirez, “Ethnobotany and the Loss of the Traditional Knowledge in the 21 st Century” (2007) 5
Ethnobotany Research and Applications 245; Magnus Ulaner, “Bio-Cultural Rights, Genetic Resources and
Intellectual Property: Interacting Regimes and Epicentres of Power” (Sodertorn University College 2008)
Autores como Gallos, además, han instaurado un discurso que amplia lo que
conocemos como diversidad biocultural, extendiendo este concepto a
comunidades locales que han migrado a áreas periurbanas o urbanas y que, aun
así, han mantenido un sentido de identidad cultural ligado directamente con la
naturaleza. (Gallos n 27).

Bavikatte (2011) afirma que la categoría de los derechos bioculturales resulta del
reconocimiento de las comunidades étnicas e indígenas y su rol de gestión dentro
del entorno, en el sentido de que estas comunidades no pueden ser separadas de
la tierra y sus recursos porque estos hacen parte directa de su cultura, su modo de
vida, su identidad, sistemas de gobierno propios, ocupaciones y prácticas
tradicionales.i

Siguiendo esta línea de pensamiento, se hace énfasis en que estos derechos de las
comunidades locales de autodeterminación y autogobierno de sus tierras no se
fundamentan en títulos de propiedad, sino a que históricamente estas
comunidades han sido veedoras y protectoras de sus territorios y recursos; De
acuerdo con esta concepción , los derechos bioculturales se fundamentan en dos
afirmaciones las cuales convergen entre sí: primero, buscan el reconocimiento de
los pueblos indígenas y comunidades locales; y, por otro lado, propician el uso
sustentable de los recursos y el cuidado medioambiental. 2

Los pueblos indígenas y comunidades locales buscan un objetivo en común con


la ecología política: proteger los ecosistemas locales bajo la protección de estos
pueblos ancestrales que habitan estos ecosistemas, amparados bajo su derecho
deautodeterminación/ autogobierno y su relación directa con el territorio, la
protección de las tierras, aguas y recursos naturales.

2
Bavikkate and robinson.
En el marco internacional podemos encontrar normatividad que acoge los
derechos bioculturales, tales como el Convenio sobre la Diversidad Biológica
(CBD), donde se reconoce la obligación por parte de los estados de salvaguardar
las tradiciones indígenas y de las comunidades locales, no solo asegurando la
integridad de sus culturas, sino también fomentando las practicas locales para la
preservación de sus territorios.

Asimismo, encontramos la Declaración sobre los derechos de los pueblos


indígenas a los recursos genéticos y al conocimiento indígena, la cual fue emitida
por 44 pueblos indígenas, la Declaración de los pueblos indígenas del hemisferio
occidental sobre el proyecto de Diversidad del Genoma humano y la declaración
del corazón del pueblo, emitida en 1997 cuya finalidad era resaltar la
responsabilidad de los pueblos indígenas frente al cuidado de sus territorios.
i
Kabir Sanjay Bavikkate, Enviromental law as political Ecology: The roots of Biocultural Rigths

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