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PRIMERA
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*
Es probable que estas conferencias contengan una
cantidad de cosas inexactas, falsas, erróneas. Prefiero
exponerlas pues, a título de hipótesis para un trabajo
futuro. Por esta razón pediría la indulgencia de uste­
des y quizá también su maldad. Quiero decir, mucho me
gustaría que al final de cada conferencia me expu­
siesen sus dudas, hicieran preguntas, y me comunica­
ran sus críticas y objeciones para que, en la medida
de mis posibilidades y ateniéndonos a que mi espíritu
no es todavía demasiado rígido, pueda adaptarme poco
a poco a ellas. De ser así, podremos finalizar estas cin­
co conferencias con la confianza de haber realizado en
conjunto un trabajo o, eventualmente, un progreso.
La de hoy es una reflexión metodológica para intro­
ducir este problema que, bajo el título de «La Verdad
y las Formas Jurídicas», puede parecer un tanto enig­
mático. Trataré de presentarles una cuestión que es en
realidad el punto de convergencia de tres o cuatro se­
ries de investigaciones- existentes, ya exploradas, ya in­
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ventariadas, para confrontarlas y reunirlas en una es-
yK: -neeie-de-investigación si no original; al menos renova­
dora. ~
En primer lugar se trata de una investigación estric­
tamente histórica, o sea: ¿cómo se formaron dominios
de saber a partir de lás prácticas sociales? La cuestión

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es la siguiente: existe una tendencia que podríamos
denominar, de una manera un tanto irónica, marxista sos. Tengo la impresión de que en este país existe ya,
coincidente con una tradición reciente aunque acepta­
académica, o del marxismo académico, que consiste en
buscar cómo las condiciones económicas de la existen­ da en las universidades europeas, una tendencia a tra­
tar el discurso como un conjunto de hechos lingüísti­
cia encuentran en la conciencia de los hombres su re­
flejo o expresión. Creo que esta forma del análisis, tra­ cos ligados entre sí por reglas sintácticas de construc­
dicional en el marxismo universitario de Francia y de ción.
Europa en general, tiene un defecto muy grave: el de Hace algunos años era original e importante decir
suponer, en el fondo, que el sujetó humano, el sujeto y mostrar que aquello que se hacía con el lenguaje
de conocimiento, las mismas formas del conocimiento, — poesía, literatura, filosofía, discurso en general— obe­
se dan en cierto modo previa y definitivamente, y que decía a un cierto número de leyes o regularidades inter­
las condiciones económicas, sociales y políticas de la nas: las leyes o regularidades del lenguaje. E l carácter
existencia no hacen sino depositarse o imprimirse en lingüístico de los hechos del lenguaje fue un descubri­
este sujeto que se da de manera definitiva., miento que tuvo su importancia en determinada época.
Me propongo m ostrar a ustedes cómo es que las Había llegado el momento pues, de considerar estos
prácticas sociales pueden llegar a engendrar dominios hechos del discurso ya no simplemente por su aspecto
de saber que no sólo hacen que aparezcan nuevos ob­ lingüístico sino, en ciei ío modo — y aquí me inspiro en
jetos, conceptos y técnicas, sino que hacen nacer ade­ las investigaciones realizadas por los anglo-america-
más formas totalmente nuevas de sujetos y sujetos de nos— , como juegos (games), juegos estratégicos de ac­
conocimiento. El mismo sujeto de conocimiento posee ción y reacción, de pregunta y respuesta, de dominación
úna historia, la relación del sujeto con el objeto; o, y retracción, y también de lucha. El discurso es ese con­
más claramente, la verdad misma tiene ana historia. junto regular de hechos lingüísticos en determinado ni­
Me gustaría mostrar en particular cómo puede for­ vel, y polémicos y estratégicos en otro. Este análisis
marse en el siglo xix, ün cierto saber dél hombre, de la del discurso como juego estratégico y polémico es, se­
. individualidad, del individuo normal o anormal, den­ gún m i modo de ver las cosas, un segundo tema de in­
tro o fuera de la regla;, saber éste que, en verdad, na­ vestigación.
ció de las prácticas sociales de control y vigilancia. P o r último, el tercer tema de investigación qué pro­
( Y cómo, de alguna manera, este saber "no se le impuso pongo a ustedes y que definirá, por su encuentro con
a un sujeto de conocimiento, no se le propuso ni se le los dos primeros, el punto de convergencia en que me
imprimió, sino que hizo nacer un tipo absolutamente sitúo, consistiría en una reelaboración de la teoría del
nuevo de sujeto de conocimiento. Podemos decir en­ sujeto. Esta teoría fue profundamente modificada y re­
tonces que la historia de los dominios de saber en re­ novada en los últimos años por unas teorías o, aún
lación con las prácticas sociales, excluida la preeminen­ más seriamente, unas prácticas entre las que cabe des­
cia de un sujeto de conocimiento dado definitivamente, tacar con toda claridad el psicoanálisis que se coloca
es uno de los temas de investigación que propongo. en un primer plano. El psicoanálisis fue ciertamente la
E l segundo tema de investigación es metodológico, práctica y la teoría que replanteó de la manera más
un tema que podríamos llamar análisis de los discur­ fundamental la prioridad conferida al sujeto, que se
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estableció en el pensamiento occidental a partir de Des­ rica de un sujeto de conocimiento a través de un dis­
cartes. curso tomado como un conjunto de estrategias que for­
Hace dos o tres siglos la filosofía occidental postu­ man parte de las prácticas sociales.
laba, explícita o implícitamente, al sujeto como funda­ Entre las prácticas sociales en las que el análisis
mento, como núcleo central de todo conocimiento, como histórico permite localizar la emergencia de huevas
aquello en que no sólo se revelaba la libertad sino que formas de subjetividad, las prácticas jurídicas, o más
podía hacer eclosión la verdad. Ahora bien, creo que el precisamente, las prácticas judiciales están entre las
psicoanálisis pone enfáticamente en cuestión esta posi­ más importantes.
ción absoluta del sujeto. Pero a pesar de que esto es La hipótesis que me gustaría formular es que en
cierto con respecto al psicoanálisis, en compensación, realidad hay dos historias de la verdad. La primera es
en el dominio de lo que podríamos llamar teoría del una especie de historia interna de la verdad, que se
conocimiento, o e¡n el de la epistemología, la historia de corrige partiendo de sus propios principios de regula­
las ciencias o incluso en el de la historia de las ideas, ción: es la historia de la verdad tal como se hace en
- creo que la teoría del sujeto siguió siendo todavía muy o a partir de la historia de las ciencias. Por otra parte,
filosófica, muy cartesiana o kantiana. Aclaro que en el creo que en la sociedad, o al menos en nuestras socie­
nivel de generalidad en que me coloco no hago, por el dades, hay otros sitios en los que se forma la verdad,
momento, diferencia alguna entre las concepciones car­ allí donde se definen un cierto número de reglas de jue­
tesiana y kantiana. go, a partir de las cuales vemos nacer ciertas formas
Actualmente, cuando se hace historia — historia de de subjetividad, dominios de objeto, tipos de saber y,
las ideas, del conocimiento o simplemente historia— por consiguiente, podemos hacer a partir de ello una
nos atenemos a ese sujeto de conocimiento y de la re­ historia externa, exterior, de la verdad.
presentación, como punto de origen a partir del cual Las prácticas judiciales — la manera en que, entre
es posible el conocimiento y la verdad aparece. Sería los hombres, se arbitran los daños y las responsabilida­
interesante que intentáramos ver cómo se produce, a des, el modo en que, en la historia de Occidente, se
través de la historia, la constitución de un sujeto que concibió y definió la manera en que podían ser juzga­
no está dado definitivamente, que no es aquello a partir dos los hombres en función de los errores que habían
de lo Cual la verdad se da en la historia, sino de un su­ cometido, la manera en que se impone a determinados
jeto que se constituyó en el interior mismo de ésta y individuos la reparación de algunas de sus acciones y
que, a cada instante, es fundado y vuelto a fundar por el castigo de otras, todas esas reglas o, si se quiere,
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ella. Hemos de dirigirnos pues en la dirección de esta í todas esas prácticas regulares modificadas sin césar a
crítica radical del sujeto humano tal como se presenta lo largo de la historia— creo que son algunas de las for­
en la historia. i mas empleadas por nuestra sociedad para definir tipos
Retomando mi punto de partida: podemos ver róm n_ Ji
5 -de-subjetividad,-formas-de-saber-yr en-eonseeueneia7-re--
cierta tradición universitaria o académica del marxis­ 4
i laciones entre el hombre y la verdad que merecen ser
l
mo, concepción tradicional del sujeto desde el punto 1 estudiadas.
de vista filosófico, aún continúa. Esto es, en mi opi­ I
i Esta es pues la visión general del tema que me pro­
nión, lo que debe llevarse a cabo: la constitución histó­ pongo desarrollar: las formas jurídicas y, por consi-

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guíente, su evolución en el campo del derecho penal ñor el contrario, como episodio bastante curioso de la
como lugar de origen de un determinado número de historia del saber y punto de emergencia de la indaga­
formas de verdad. Trataré de demostrar a ustedes cómo ción. En la conferencia subsiguiente, trataré de la rela­
ciertas formas de verdad pueden ser definidas a par­ ción que se estableció en la Edad Media, del conflicto
tir de la práctica penal. Porque lo que llamamos inda­ u oposición entre el régimen de la prueba (épreuve) y
gación (enquéte) — indagación tal como es y la prac­ el sistema de indagación. Finalmente, en las dos últi­
ticaban los filósofos del siglo xv al x v iii , y los científi­ mas conferencias hablaré del nacimiento de eso que
cos, . fuesen geógrafos, botánicos, zoólogos, economis­ llamo examen ó ciencias de examen, que se relacionan
tas-— es una form a muy característica de la verdad en “con la formación v consolidación de la sociedad cápita-
nuestras sociedades. lista.
Ahora bien, ¿dónde encontramos el origen de la in­ P o r el momento me gustaría retomar de otra mane­
dagación? En una práctica política y administrativa de ra las reflexiones puramente abstractas que acabo de
la que más adelante hablaré, aunque la hallamos tam­ hacer. L o más honesto habría sido, quizá, citar anenas
bién en la práctica judicial. La indagación apareció en un nombre, el de Nietzschie, puesto que lo que aquí
la Edad Media como form a de investigación de la ver­ digo sólo tiene sentido si se lo relaciona con su obra
dad en el seno del orden jurídico. Fue para saber quién que,! en mi opinión, es el mejor, más eficaz y actual de
hizo qué cosa, en qué condiciones y en qué momento, ios modelos que tenemos a mano para llevar a cabo las
que Occidente elaboró las complejas técnicas de inda­ investigaciones que propongo. Creo que en Nietzsche se
gación que casi en seguida pudieron ser empleadas en encuentra un tino de discurso en el que se hace el aná­
el orden científico y en la reflexión filosófica. lisis histórico de la formación misma del suieto, el
En el siglo XIX se inventaron también a partir de análisis histórico del nacimiento de un cierto tipo de
problemas jurídicos, judiciales y penales, formas de saber, sin admitir jamás la preexistencia de un suieto
análisis muy curiosas que yo llamaría examen ( 'examen) de conocimiento. Sugiero pues que sigamos en la obra
y ya no indagación. Estas formas de examen dieron de Nietzsche los lincamientos que pueden servirnos de
origen a la Sociología, la Psicología, la Psicopatología, modelo para los análisis que nos hemos propuesto.
la Criminología, el Psicoanálisis. Intentaré explicar Tomaré como punto de partida un texto de Niétzs-
cómo, al investigar el origen de estas formas, se ve que che fechado en 1873 y publicado póstumamente. E l tex­
nacieron en conexión directa con la formación de un to dice: «E n algún punto perdido del universo, cuyo
cierto número de controles políticos y sociales, en los resplandor se extiende a innumerables sistemas sola­
inicios de la sociedad capitalista, al fin. I del siglo xix. res, hubo una vez un astro en el que unos animales in­
Esta es, én términos generales, la formulación de teligentes inventaron el conocimiento. Fue aquél el ins­
lo qiie trataremos en las siguientes conferencias. En la tante más mentiroso y arrogante de la historia univer­
próxima, hablaré acerca del nacimiento de lá indagación sal.»
en el pensamiento griego, en algo qué no llega a ser un En este texto, extremadamente rico y difícil, dejaré
mito ni es enteramente una tragedia: la historia de de lado varias cosas, sobre todo la célebre y compleja
Edipo. Hablaré de la historia de Edipo no como punto expresión: «Fue el instante más mentiroso». En p ri­
de origen, de formulación del deseo del. hombre sino, m er lugar, consideraré — y de buen grado— la insolen­

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cia y la desenvoltura de Nietzsche al decir que el cono­ dice Nietzsche, la historia no es eso, la historia no se
cimiento fue inventado en un astro y en un determi­ hace de esa manera, las cosas no suceden así, porque
nado momento. Hablo de insolencia en este texto de la religión carece de origen, no tiene Ursprung, fue in­
Nietzsche porque no debemos olvidar que en 1873 es­ ventada, hubo una Erfindung de la religión; en un mo­
tamos, si no en pleno kantismo, al menos en plena eclo­ mento dado ocurrió algo que la hizo aparecer. La re­
sión del neokantismo. Y la idea de que el tiempo y el ligión fue fabricada, no existía con anterioridad. Hay
espacio no son formas del conocimiento, lá idea de que pues una oposición fundamental entre la gran conti­
pueden preexistir al conocimiento y son, por el contra­ nuidad de la Ursprung descrita por Schopenhaeur y
rio, aleo así como rocas primordiales sobre las cuales la ruptura que caracteriza a la Erfindung de Nietzsche.
viene a fijarse el conocimiento, es una idea absoluta­ Hablando de la poesía, siempre en La Gaya Ciencia,
mente inadmisible.
Nietzsche afirma que hay quienes buscan el origen de
Quisiera atenerme entonces a esto, concentrándome la poesía, su Ursprung, cuando en verdad no existe tal
primeramente en el término invención. Nietzsche afir­ cosa, porque también la poesía fue inventada. Un día,
ma que, en un determinado punto del tiempo y en un alguien tuvo la idea bastante curiosa de utilizar ciertas
determinado lugar del universo, unos animales inteli­ propiedades rítmicas o musicales del lenguaje para
gentes inventaron el conocimiento. La palabra que em­ hablar, para imponer sus palabras, para establecer
plea, invención — el término alemán es Erfindung— cierta relación de poder sobre los demás por medio
reaparece con frecuencia en sus escritos, v siempre con de sus palabras: también la poesía fue inventada o
intención v sentido polémicos. Cuando habla de «in­
fabricada.
vención» tiene in mente una palabra aue opone a in­ Está también el famoso pasaje al final del primer
vención, la palabra «origen». Cuando dice «invención» discurso de la Genealogía de la Moral en que Nietszche
es para no decir «origen», cuando dice Erfindung, es se refiere a esa especie de fábrica gigantesca, de enor­
para no decir Ursprung. me factoría en la que se produce el ideal. El ideal no
De todo esto hav evidencias. Presentaré dos o tres. tiene origen, también fue inventado, fabricado, produ­
Por eiemplo. en un texto que — creo— pertenece a La cido por una serie de pequeños mecanismos.
Gava Ciencia habla de Schopenhauer reprobándole su Para Nietszche la invención — Erfindung— es, por
análisis de la religión. Nietzsche dice que Schopen­ una parte, una ruptura y por otra algo que posee un
hauer cometió el error de buscar el origen — Urs­ comienzo pequeño, bajo, mezquino, inconfesable. Este
prung— de la religión en un sentimiento metafísico es el punto crucial de la Erfindung. Fue debido a oscu­
que estaría presente en todos los hombres v conten­ ras relaciones de poder que se inventó la poesía. Igual­
dría de manera anticipada el núcleo de toda religión, mente, fue debido a oscuras relaciones de poder que
su modelo •'l mismo tiempo verdadero v e s e n c ia l. se inventó la religión. Villanía, por tanto, de todos
~Nietszche~afirma: he aquí un análisis” de la religión estos comienzos cuando se los opone a la solemnidad
totalmente falso, porque admitir que la religión tiene del origen tal como es visto por los filósofos. El his­
origen en un sentimiento metafísico significa, pura v toriador no debe temer a las mezquindades pues fue
simplemente, que la religión estaba dada, implícita, de mézquindád en mezquindad, de pequeñez en pe-
envuelta en ese sentimiento metafísico. Sin embargo. queñez, que finalmente se formaron las grandes cosas.

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A la solemnidad de origen es necesario oponer, siguien­ temano en la naturaleza humana, el conocimiento
do un buen método histórico, la pequeñez meticulosa actúa frente a los instintos, encima o en medio de
e inconfesable de esas fabricaciones e invenciones. ellos; los comprime, traduce un cierto estado de ten­
El conocimiento fue, por lo tanto, inventado. Decir sión o apaciguamiento entre los instintos. Sin embar­
que fue inventado es decir que no tuvo origen, o lo go, el conocimiento no se puede deducir analítica­
que es lo mismo y de manera más precisa aunque pa­ mente, según una especie de derivación natural. N o es
rezca paradójico, que el conocimiento no está en abso­ posible deducirlo necesariamente de los instintos. En
luto inscrito en la naturaleza humana. El conocimiento el fondo no forma parte de la naturaleza humana, es
no constituye el instinto más antiguo del hombre, o a la lucha, el combate, el resultado del combate y con­
la inversa, no hay en el comportamiento humano, en secuentemente el producto del azar. El conocimiento
los apetitos, en el instinto humano, algo que se parez­ no es instintivo, es contra-instintivo; e igualmente, no
ca a un germen del conocimiento. Dice Nietszche qué es natural, es contra-natural.
él conocimiento está de hecho relacionado con los ins­ Este es, pues, el primer sentido que podemos dar
tintos, pero no puede estar presente en ellos ni ser a la idea de que el conocimiento es una invención y no
siquiera un instinto entre otros; el conocimiento es tiene origen. N o obstante, puede darse otro sentido a
simplemente el resultado del juego, el enfrentamiento, esta afirmación: aun cuando el conocimiento no está
la confluencia, la lucha y el compromiso entre los ins­ ligado a la naturaleza humána ni deriva de ella, está
tintos. Es precisamente debido a que los instintos cho­ emparentado por un derecho de origen con un mundo
can entre sí. se baten y llegan finalmente al término a conocer. Según Nietszche no hay en realidad, nin­
de sus batallas, que hay un compromiso y algo se guna semejanza ni afinidad previa entre el conoci­
produce. Este algo es el conocimiento. miento y esas cosas que sería necesario conocer. Si
Por lo tanto, para Nietszche, el conocimiento es de empleamos irnos términos más rigurosos desde el pun­
la misma naturaleza que los instintos, no es otra cosa to de vista kantiano, habríamos de decir que las condi­
que su refinamiento. El conocimiento tiene por funda­ ciones de la experiencia y las condiciones del objeto
mento, base o punto de partida a los instintos pero de experiencia son totalmente heterogéneas. .
sólo en tanto éstos se encuentran enfrentados unos a Ésta es la gran ruptura con lo que había sido una
los otros, confrontados. El conocimiento es pues un noción tradicional de la filosofía occidental. Por cuan­
resultado de esta confrontación, un efecto de super­ to el mismo Kant fue el primero en manifestar explíci­
ficie. Es como un resplandor, una luz que se irradia tamente que las condiciones de experiencia y del objeto
aun cuando sea el producto .de mecanismos o realida­ de experiencia eran idénticas. Nietzsche piensa, p or el
des de naturaleza totalmente diversa. El conocimiento contrario, que hay tanta diferencia entre el conocimien­
es el efecto de los instintos, es como un lance de suerte to y, el mundo a conocer como existe entre el conoci­
o el resultado de un largo compromiso. Dice Nietzsche miento y la naturaleza humana. Tenemos entonces una
que es como «una centella que brota del choque entre naturaleza humana, un mundo, y entre ambos algo
dos espadas», pero que no es del mismo hierro del que que se llama conocimiento, no habiendo entre ellos
están hechas las espadas. ninguna afinidad, semejanza o incluso lazo de natu­
Efecto de superficie que no está delineado de an­ raleza. ■ ~

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A menudo dice Nieíszche que el conocimiento no Ciertamente, desde Descartes, para no ir más allá, y
tiene relaciones de afinidad con el mundo a conocer. aun en Kant, Dios es ese principio que asegura la exis­
Citaré tan sólo un texto de La Gaya Ciencia (parágrafo tencia de una armonía entre el conocimiento y las
109): «P o r su carácter el mundo se parece a un caos cosas a conocer. Para demostrar que el conocimiento
eterno; ello no se debe a la ausencia de necesidad, sino era un conocimiento fundado verdaderamente en las
a la ausencia de orden, de encadenamiento, de formas, cosas del mundo, Descartes se vio obligado a afirmar
de belleza y de sabiduría». El mundo no busca en la existencia de Dios.
absoluto imitar al hombre, ignora toda ley. Abstengá­ Si no existe más relación entre el conocimiento y
monos de decir que existen leyes en la naturaleza. El las cosas a conocer, si la relación entre éste y las cosas
conocimiento ha de luchar contra un mundo sin orden, conocidas es arbitraria, relación de poder y violencia,
sin encadenamiento, sin formas, sin belleza, sin sabidu­ la existencia de Dios en el centro del sistema de co­
ría, sin armonía, sin ley. El conocimiento se relaciona nocimiento ya no es más indispensable. En ese mismo
con un mundo como éste y no hay nada en él que lo pasaje de La Gaya Ciencia en que evoca la ausencia
habilite a conocer ese mundo, ni es natural a la natu­ de orden, encadenamiento, formas y belleza del mun­
raleza ser conocida. do, Nietzsche pregunta precisamente: «¿Cuándo cesa­
Y así como entre el instinto y el conocimiento en­ remos de ser oscurecidos por todas esas sombras de
contramos no una continuidad sino una relación de Dios? ¿Cuándo conseguiremos desdivinizar completa­
lucha, dominación, subordinación, compensación, etcé­ mente a la naturaleza?»
tera, de la misma manera vemos que entre el conoci­ La ruptura de la teoría del conocimiento con la
miento y las cosas que éste tiene para conocer no teología comienza, estrictamente hablando, con el aná­
puede haber ninguna relación de continuidad natural. lisis de Nietzsche.
Sólo puede haber una relación de violencia, domina­ En segundo lugar diría que, si es verdad que entre
ción, poder y fuerza, una relación de violación. El co­ el conocimiento y los instintos — todo lo que hace,
nocimiento sólo puede ser una violación de las cosas todo lo que trama el animal humano— hay solamente
a conocer y no percepción, reconocimiento, identifica­ ruptura, relaciones de dominación y subordinación, re­
ción de o con ellas. laciones de poder, quien desaparece entonces no es
En m i opinión, hay en este análisis de Nietszche Dios sino el sujeto en su unidad y soberanía.
una doble ruptura muy importante con la tradición de • Si remontamos la tradición filosófica hasta Descar­
la filosofía occidental, ruptura que configura una lec­ tes, para no ir más lejos aún, vemos que la unidad
ción que hemos de conservar. La primera se da entre del sujeto humano era asegurada por la continuidad
el conocim ientoyláscosas. En efecto, ¿qué aseguraba entre el deseo y el conocer, el instinto y el saber, el
en la filosofía occidental que las cosas a conocer y el cuerpo y la verdad. Todo esto aseguraba la existencia
propio conocimiento estaban en relación de continui- del-sujeto~Si-es“CÍertorque'por un lado estáiTlos meca-
~dadV ¿Qué era lo que aseguraba al conocimiento el nismos del instinto, los juegos del deseo, los enfrenta­
poder de conocer bien las cosas del mundo y de no ser mientos entre lá mecánica del cuerpo y la voluntad, y
indefinidamente error, ilusión, arbitrariedad? ¿Quién por otro lado, en un nivel de naturaleza totalmente
sino Dios garantizaba esto en la*filosofía occidental? diferente, el conocimiento, entonces la unidad del su-

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jeto humano ya no es necesaria. Podemos adm itir su­ En principio hemos de considerar que esas tres
jetos, o bien que el sujeto no existe. Es precisamente pasiones o impulsos — reír, detestar y deplorar— tienen
en esto en que me parece que el texto de Nietzsché en común el ser una manera no de aproximarse al obje­
que he citado rompe con la tradición filosófica más to, de identificarse con él, sino de conservar el objeto a
antigua y arraigada de Occidente. distancia, de diferenciarse ó de romper con él, de prote­
Ahora bien, cuando Nietzsche dice que el conoci­ gerse de él por la risa, desvalorizarlo por la deplora-
miento es el resultado de los instintos pero no es él ción, alejarlo y finalmente destruirlo por el odio. P or
mismo un instinto ni deriva directamente de los instin­ lo tanto, todos estos impulsos que están en la raíz
tos, ¿qué quiere decir exactamente, y cómo concibe del conocimiento y lo producen tienen en común el
este curioso mecanismo por el cual los instintos, sin distanciamiento del objetó, una voluntad de alejarse
tener relación alguna de naturaleza con el conocimien­ de él y al mismo tiempo de alejarlo, en fin, de destruir­
to, pueden, por su simple juego, producir, fabricar, lo; Por detrás del conocimiento hay una voluntad sin
inventar Un conocimiento que nada tiene que ver con duda oscura, no de traer el objeto para sí, de aseme­
ellos? Esta es la segunda serie de problemas que de­ jarse a él, sino por el contrario de alejarse de él y
searía abordar. destruirlo: maldad radical del conocimiento.
Háy en La Gaya Ciencia un texto (parágrafo 333) Llegamos así a una segunda idea importante: estos
al que podemos considerar como uno de los análisis impulsos — reír, deplorar, detestar— son todos del
de Nietzsche más estrictos acerca de esa fabricación o orden de las demás relaciones. Por detrás del conoci­
invención. En ese largo texto titulado Qué significa co­ miento, en su raíz, Nietszche no coloca una especie
nocer, Nietzsche retoma un texto de Spinoza en él que de afección, impulso o pasión que nos haría gustar del-
éste opone intelligere, comprender, a ridere, lugere, objeto a conocer sino, por el contrario, impulsos que
detestan. Spinoza decía que si queremos comprender nos colocan en posición de odio, desprecio o tem or
las cosas, efectivamente, en su propia naturaleza y su delante de cosas que son amenazadoras y presuntuosas.
esencia y, por lo tanto, en sü verdad, es necesario que Según Nietszche, la razón por la que estos tres im ­
nos abstengamos de reír de ellas, de deplorarlas o de pulsos — reír, deplorar y odiar— llegan a producir el
detestarlas. Sólo cuando estas pasiones se apaciguan conocimiento no es que se apacigüen, como en Spinoza,
podemos finalmente comprender. Nietzsche dice que o se reconcilien o lleguen a una unidad, sino que lu­
no sólo ésto no es verdad sino que sucede exacta­ chan entre sí, se confrontan, se combaten, intentan,
mente lo contrario. Intelligere, comprender, no es más como dice Nietszche, perjudicarse unos a otros. Es
que un cierto juego, o m ejor, el resultado de cierto porque están en estado de guerra, en una estabilización
juego, composición o compensación entre ridere, reír, momentánea de ese estado de guerra, que llegan a
lugere, deplorar, y detestari, detestar. . una especie de estado, de corte en que finalmente el
Nietzsche dice que sólo comprendemos porque hay conocimiento aparecerá como «la centella que brota
como fondo del comprender el juego y la lucha de del choque entre dos espadas».
esos tres instintos, esos tres mecanismos o pasiones Por lo tanto, no hay en el conocimiento una ade­
oue son reír, deplorar y detestar (odio), En relación cuación al objeto, una relación de asimilación sino que
con esto es preciso considerar algunas cosas. hay, p or el contrario, una relación de distancia y do-

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minación; en ei conocimiento no hay nada que se Pero me gustaría responder antes a una posible
parezca a la felicidad o al amor, hay más bien odio y objeción: «Todo esto que usted dice es muy bonito
hostilidad: no hay unificación sino sistema precario pero no está en Nietszche; fue su delirio, su obsesión
de poder. En este texto de Nietszche se cuestionan los de encontrar en todas partes relaciones de poder, de
grandes temas tradicionales de la filosofía occidental. introducir esa dimensión de lo político hasta en la his­
La filosofía occidental — y esta vez no es preciso toria del conocimiento o de la verdad, que le hizo creer
que nos refiramos a Descartes, podemos remontarnos que Nietszche decía esto».
a Platón— siempre caracterizó al conocimiento por el Y o respondería dos cosas. Diría en primer lugar que
. logocentrismo, la semejanza, la adecuación, la beatitud, tomé este texto de Nietszche en función de mis inte­
la unidad, grandes temas que se ponen ahora en cues­ reses, no para mostrar que ésta era la concepción
tión. Se entiende por qué se refiere Nietszche a Spino- nietszcheana del conocimiento — hay innumerables tex­
za: de todos los filósofos occidentales Spinoza fue quien tos bastante contradictorios entre sí que tratan este
llevó más lejos esta concepción del conocimiento como tema— sino apenas para mostrar que existen en Nietsz­
adecuación, beatitud y unidad. Nietszche coloca en el che ciertos elementos que ponen a nuestra disposición
núcieo, en la raíz del conocimiento, algo así como el un modelo para un análisis histórico de lo que yo de­
odio, la lucha, la relación de poder. nominaría la política de la verdad. Es un modelo que
Se comprende entonces por qué afirma Nietszche encontramos efectivamente en Nietszche y pienso, in­
que el filósofo es aquél que más fácilmente se engaña cluso, que es uno de los más importantes para la com­
sobre la naturaleza del conocimiento al pensarlo siem­ prensión de algunos elementos aparentemente contra­
pre en form a de adecuación, amor, unidad, pacifica­ dictorios de su concepción del conocimiento.
ción. Sin embargo, si quisiésemos saber qué cosa es En efecto, si admitimos esto que Nietszche entiende
el conocimiento no hemos de aproximarnos a él desde como descubrimiento del conocimiento, si todas estas
la form a de vida, de existencia de ascetismo caracterís­ relaciones están por detrás del conocimiento el cual,
tica del filósofo. Para saber qué es, para conocerlo en cierta forma, sería un resultado de ellas, podemos
realmente, para aprehenderlo en su raíz, en su fabri­ comprender entonces determinados textos de Nietszche.
cación, debemos aproximamos a él no como filósofos P or de pronto, todos aquellos textos en los que
sino como políticos, debemos comprender cuáles son Nietszche afirma que, no hay conocimiento en sí. Al
las relaciones de lucha y de poder. Solamente en esas leerlos, más de una vez ocurre que creemos estar le­
relaciones de lucha y poder, en la manera como las co­ yendo a Kant y nos vemos obligados a cotejar los textos
séis entre sí se oponen, en la manera como se odian en­ y verificar todas las diferencias. La crítica kantiana
tre sí los hombres, luchan, procuran dominarse unos a cuestionaba la posibilidad de un conocimiento de lo
-en-sí,-un-conocimiento-sobre~una-verdad-o-una-reali
otros, comprendemos en qué consiste el conocimiento. dad en si. Nietszcñe dice en la Genealogía de la Moral'.
Es claro pues, que un análisis como éste nos intro­ «Abstengámonos, señores filósofos, de los tentáculos
duzca de manera eficaz en una historia política del de nociones contradictorias tales como razón pura,
conocimiento, de los hechos y el sujeto del conoci­ espíritu absoluto, conocimiento en si.» Mas aún, en
miento. La Voluntad de Poder Nietszche afirma que no hay

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ser en sí, y tampoco conocimiento en sí. Cuando afirma carácter perspectivo del conocimiento porque hay ba­
esto, designa algo totalmente diferente de lo que Kant talla y porque el conocimiento es el efecto de esa
entendía por conocimiento en sí. Nietszche quiere decir batalla.
que no hay naturaleza, ni esencia ni condiciones uni­ A esto se debe que encontremos en Nietszche la
versales para el conocimiento, sino que éste es cada idea, que vuelve constantemente, de que el conoci­
vez e l resultado histórico y puntual de condiciones miento es al mismo tiempo lo más generalizante y lo
que no son del orden del conocimiento. £1 conocimien­ más particularizante. El conocimiento esquematiza,
to es un efecto o un acontecimiento que puede ser co­ ignora las diferencias, asimila las cosas entre sí, y
locado bajo el signo del conocer, no es una facultad y cumple su papel sin ningún fundamento en verdad. Por
tampoco una estructura universal. Aun cuando utiliza ello el conocimiento és siempre un desconocimiento.
ciertos elementos que pueden pasar por universales Por otra parte es siempre algo que apunta, maliciosa,
este conocimiento será apenas del orden del resultado, insidiosa y agresivamente, a individuos, cosas, situa­
del acontecimiento, del efecto. ciones. Sólo hay conocimiento en la medida en que se
Se comprenden así una serie de textos en que establece entre el hombre y aquello que conoce algo
Nietszche afirma que el conocimiento tiene un carácter así como una lucha singular, un téte-a-téte, un duelo.
perspectivo. Cuando Nietszche dice que el conocimiento Hay siempre en el conocimiento alguna cosa que es
es siempre una perspectiva no quiere decir, en lo que del orden del duelo y que hace que ésta sea siempre
sería una mezcla de kantismo y empirismo, que se singular. En esto consiste su carácter contradictorio
encuentra limitado en el hombre por ciertas condicio­ tal como es definido en unos textos de Nietzsche que,
nes, límites derivados de la naturaleza humana, el cuer­ aparentemente, se contradicen: generalizante y sin­
po o la propia estructura del conocimiento. Cuando gular.
Nietszche habla del carácter perspectivo del conoci­ H e aquí cómo a través de los textos de Nietzsche
miento quiere señalar el hecho de que sólo hay cono­ podemos establecer no una teoría general del conoci­
cimiento bajo la form a de ciertos actos que son dife­ miento sino un modelo que permite abordar el objeto
rentes entre sí y múltiples en su esencia, actos p or los de estas conferencias: como es el problema de la for­
cuales el ser humano se apodera violentamente de mación . de Ciertos determinados dominios de saber a
ciertas cosas, reacciona a ciertas situaciones, les impo­ partir de relaciones de fuerza y relaciones políticas en
ne relaciones de fuerza, O sea, el conocimiento es la sociedad.
siempre una cierta relación estratégica en la que el Retomó ahora mi punto dé partida. En cierta con­
hombre está situado. Es precisamente esa relación es­ cepción del marxismo muy difundida én los medios
tratégica la que definirá el efecto del conocimiento y, universitarios, o bien, en una cierta concepción del
p or esta razón, sería totalmente contradictorio imagi­ marxismo que se impone en la Universidad, se expone
nar un conocimiento que no fuese en su naturaleza siempre cómo fundamento de análisis la idea de que
obligatoriamente parcial, oblicuo, perspectivo. E l ca­ las relaciones de fuerza, las condiciones económi­
rácter perspectivo del conocimiento no deriva de la cas, las relaciones sociales, les son dadas previamente a
naturaleza humana sino siempre del carácter polémico los individuos, aunque al mismo tiempo se imponen
y estratégico del conocimiento. $e puede hablar del a un sujeto de conocimiento que permanece idéntico,

30 31
salvo en relación con las ideologías tomadas como ciencia. Aun en la ciencia encontramos modelos de ver­
errores. dad cuya formación es el producto de las estructuras
Llegamos así a esta noción muy importante, y al políticas que no se imponen desde el exterior al sujeto
mismo tiempo muy embarazosa, de ideología. En los de conocimiento sino que son, ellas mismas, constitu­
análisis'marxistas tradicionales la ideología es presen­ tivas de éste.
tada como una especie de elemento negativo a través
del cual se traduce el hecho de que la ¿relación del su­
jeto con la verdad, o simplemente la relación de cono­
cimiento, es perturbada, oscurecida, velada por las
' condiciones de existencia, por relaciones sociales o for­
mas políticas impuestas, desde el exterior, al sujeto
dél conocimiento. La ideología es la marca, el estigma
de estas relaciones políticas o económicas de existen­
cia aplicado a un sujeto de conocimiento que, por de­
recho. debería estar abierto a la verdad.
Mi propósito es demostrar en estas conferencias
cómo, de hecho, las condiciones políticas y económicas
de existencia no son un velo o un obstáculo para el
sujeto de conocimiento sino aquello a través de lo cual
se forman los sujetos de conocimiento y, en conse­
cuencia, las relaciones.de verdad. Sólo puede haber
ciertos tipos de sujetos de conocimiento, órdenes de
verdad, dominios de saber, a partir de condiciones
políticas, que son como él suelo en que se forman el
sujeto, los dominios de saber y las relaciones con la
verdad. Una historia de la verdad será posible para
nosotros sólo si nos désembarazamos de estos grandes
temas del sujeto de conocimiento, al mismo tiempo
originario y absoluto, utilizando eventualmente el mo­
delo nietszcheano. ,
Presentaré algunos esbozos de esta historia a par-
tir de_Ias_pxácticas_iudiciaLes„que_dieron_nacimienío„a_
f
los modelos de verdad que todavía están vigentes en
nuestra sociedad, aún se imponen a ella y valen no sólo
en el dominio de la política, en el dominio del compor­
tamiento cotidiano sino también en el orden de la

32 33
c ic io d e l p o d e r q u e , p o r m e d i o d e la in s t it u c ió n j u d i ­
c ia l p a s ó a s e r, en la c u lt u r a o c c id e n t a l, u n a m a n e r a
d e a u t e n t ific a r la v e r d a d , d e a d q u i r i r c o s a s q u e h a b r á n
d e s e r c o n s id e r a d a s c o m o v e r d a d e r a s y d e t r a n s m i t i r ­
la s, L a in d a g a c ió n es u n a f o r m a d e s a b e r - p o d e r y e s e l
a n á lis is d e e s t e t ip o d e f o r m a s lo q u e n o s c o n d u c ir á a l
a n á lis is m á s e s t r ic t o d e la s r e la c io n e s q u e e x is t e n e n ­
t r e lo s c o n flic t o s d e c o n o c i m i e n t o y la s d e t e r m in a c io ­
n es e c o n ó m ic o - p o lít ic a s .

CUARTA

88
En la conferencia anterior procuré mostrar cuáles
fueron los mecanismos y los efectos de la estatización
de la justicia penal en la Edad Media. Quisiera que nos
situásemos ahora a finales del siglo xviii y comienzos
del xix, en el momento en que se constituye lo que, en
ésta y la próxima conferencia, intentaré analizar bajo
el nombre de sociedad disciplinaria. La sociedad con­
temporánea puede ser denominada — por razones que
explicaré— sociedad disciplinaria. Quisiera mostrar
cuáles son las formas de prácticas penales que carac­
terizan a esta sociedad, cuáles son las relaciones de
•! ■<>
poder que subyacen a estas prácticas penales, y cuáles
jI son las formas de saber, los tipos de conocimiento, los
tipos de sujetos de conocimiento que emergen a partir
y en el espacio de esta sociedad disciplinaria que es la
nuestra.
La formación de la sociedad disciplinaria puede
ser caracterizada por la aparición, a finales del si­
glo xviii y comienzos del xix, de dos hechos contradic­
torios, o m ejor dicho, de un hecho que tiene dos as:
pectos, dos lados que son aparentemente contradicto­
rios: la reforma y reorganización del sistema judicial
y penal en los diferentes países de Europa y el mundo.
Esta transformación no presenta las mismas formas,
amplitud y cronología en los diferentes países.

91
fI
En Inglaterra, por ejemplo, las formas de la justi­ las conductas efectivamente definidas como reprimi­
cia permanecieron relativamente estables, mientras bles por la ley.
que el contenido de las leyes, el conjunto de conduc­ Un segundo principio es que estas leyes positivas
tas reprimióles desde el punto de vista penal se modi­ formuladas por el poder político de una sociedad, para
ficó profundamente,.En el siglo x v m había en Ingla­ ser consideradas buenas, no deben retranscribir en
terra 313 ó 315 conductas capaces de llevar a alguien, términos positivos los contenidos de lá ley natural, la
a la horca, al cadalso, 315 delitos que se castigaban ley religiosa o la ley moral. Una ley penal debe sim­
con la pena de muerte. Esto convertía al código, la plemente representar lo que es útil para la sociedad,
ley y el sistema penal inglés del siglo x v m en uno de definir como reprimible lo que es nocivo, determinan­
los más salvajes y sangrientos que conoce la historia do así negativamente lo que es útil.
de la civilización. Esta situación se modificó profun­ El tercer principio se deduce naturalmente de los
damente a comienzos del siglo xix sin que cambiaran dos primeros: una definición clara y simple del cri­
sustancialmente las formas y las instituciones judicia­ men. El crimen no es algo emparentado con el pecado
les inglesas. En Francia, por el contrario, se produje­ y la falta, es algo que damnifica a la sociedad, es un
ron modificaciones muy profundas en las institucio­ daño social, una perturbación, una incomodidad para
nes penales manteniendo intacto el contenido de la el conjunto de la sociedad.
ley penal. Hay también, por consiguiente, una nueva defini­
¿En qué consisten estas transformaciones de los ción del criminal: el criminal es aquél que damnifica,
sistemas penales? Por una parte, en una reelaboración perturba la sociedad. El criminal es el enemigo social.
teórica de la ley penal que puede encontrarse en Becca- Esta idea aparece expresada con mucha claridad en
ria, Bentham, Brissot y los legisladores a quienes se todos estos teóricos y también figura en Rousseau,
debe la redacción del primero y segundo código penal quien afirma que el criminal es aquel individuo que
francés de la época revolucionaria. ha roto el pacto social. El crimen y la ruptura del pacto
social son nociones idénticas, por lo que bien puede
El principio fundamental del sistema teórico de la
deducirse que el criminal es considerado un enemigo
ley penal definido por. estos autores es que el crimen,
interno. La idea del criminal como enemigo interno,
en el sentido penal del término o, más técnicamente,
como aquel individuo que rompe el pacto que teórica­
la infracción, no ha de tener en adelante relación al­
mente había establecido con la sociedad es una defi­
guna con la falta moral o religiosa. La falta es una
nición nueva y capital en la historia de la teoría del
infracción a la ley natural, a la ley religiosa, a la ley
crimen y la penalidad.
moral; por el contrario, el crimen o la infracción penal
es la ruptura con la ley, ley civil explícitamente esta­ Si el crimen es un daño social y el criminal un ene­
blecida en el seno de una sociedad por el lado legisla­ migo de la sociedad, ¿cómo debe tratar la ley penal
tivo del poder político. Para que háya infracción es al criminal y cómo debe reaccionar frente al crimen?
-preciso- que- haya-también-un-poder—político,^una-ley, Si el crimen es una perturbación para la sociedad y
y que esa ley haya sido efectivamente formulada. Antes nada tiene que ver con la taita, con la ley divina, na­
de la existencia de la ley no puede haber infracción. tural, religiosa, etc., es claro qué la ley penal no puede
Según estos teóricos, sólo pueden sufrir penalidades prescribir una venganza, la redención de un pecado.

92 93

t}
La ley penal debe permitir sólo la reparación de la ,|f; hacer que el daño no pueda ser cometido nuevamente,
perturbación causada a la sociedad. La ley penal debe -é que él individuo en cuestión no pueda volver a tener
ser concebida de tal manera que el daño causado por deseos de causar un daño a la sociedad semejante al
el individuo a la sociedad sea pagado; si esto no fuese que ha causado, en hacer que le repugne para siempre
posible, es preciso que ese u otro individuo no puedan el crimen cometido. Y para obtener ese resultado la
jamás repetir el daño que han causado. La ley penal pena ideal, la que se ajusta en la medida exacta, es la
debe reparar el mal o impedir que se cometan males pena dei Tallón.. Se mata a quien mató, se confiscán
semejantes contra el cuerpo social. los bienes de quien robó y, para algunos de los teó­
De esta idea se extraen, según estos teóricos, cuatro ricos del siglo xviii, quien cometió una violación debe
tipos posibles de castigo. En prim er lugar el castigo sufrir algo semejante.
expresado en la afirmación: «T ú has roto el pacto so- • Henos aquí, pues con un abanico de penálidadés:
cial, no perteneces más al cuerpo de la sociedad, tú deportación, trabajo forzado, vergüenza, escándalo pú­
mismo te has colocado fuera del espacio de la legali­ blico y pena del Talión, proyectos presentados efecti­
dad, nosotros te expulsaremos del espacio social don­ vamente hb sólo por teóricos puros como Beccaria
de funciona esa legalidad». Es la idea que se encuen­ sino también por legisladores como Brissot y Lepelle-
tra frecuentemente en estos autores — Beccaria, Ben- tier dé Saint-Fargeau que participaron en la elabora­
tham, etc.— de que en realidad el castigo ideal sería ción del primer Código Penal Revolucionario. Ya se
simplemente expulsar a las personas, exiliarlas, des­ había avanzado bastante en la organización de la pe­
tinarlas o deportarlas, es decir, el castigo ideal sería nalidad centrada en la infracción penal y en la infrac­
la deportación. ción a una ley que representa la utilidad pública. Todo
La segunda posibilidad es una especie de exclusión. deriva de esto, incluso el cuadro mismo de las penali­
Su mecanismo ya no es la deportación material, la dades y el modo como son aplicadas.
transferencia fuera del espacio social sino el aisla­ Tenemos así estos proyectos y textos, e incluso de­
miento dentro del espacio moral, psicológico, público, cretos adoptados por las Asambleas. Pero si observa­
constituido por la opinión. Es la idea de los castigos mos lo que realmente ocurrió, cómo funcionó la pena­
al nivel de escándalo, la vergüenza, la humillación de lidad tiempo después, hacia el año 1820, en la época
quien cometió una infracción. Se publica su falta, Se de la Restauración én Francia y de la Santa Alianza én
muestra a la persona públicamente, se suscita en el Europa, notamos que el sistema de penalidades adop­
público una reacción de aversión, desprecio, condena. tado por las sociedades industriales- en formación, en
Esta era la pena. Beccaria y los demás inventaron me­ vías de desarrollo, fue enteramente diferente del que
canismos para provocar vergüenza y humillación. se había proyectado años antes. N o es que la práctica
La tercena pena es la reparación del daño social, haya desmentido a la teoría sino que se desvió rápi­
él trabajo forzado, que consiste en obligar a las per­ damente de los principios teóricos enunciados por Bec­
sonas a realizar una actividad útil para el Estado o la caria y Bentham.
sociedad de tal manera que el daño causado sea com: Volvamos al sistema de penalidades. La deporta­
pensado. Tenemos así una teoría del trabajo forzado. ción desapareció muy rápidamente, el trabajo forzado
- Por último, en cuarto lugar, la pena consiste én quedó en general como una pena puramente simbólica

94 95
de reparación; los mecanismos de escándalo nunca lle­ civo para la sociedad, alejar a los individuos dañinos
garon a ponerse en práctica; la pena del Talión desa­ o impedir que reincidan en sus delitos. De modo cada
pareció con la misma rapidez y fue denunciada como vez más insistente, la penalidad del siglo xix tiene en
arcaica por una sociedad que creía haberse desarrolla­ vista menos la defensa general de la sociedad que el
do suficientemente. control y la reforma psicológica y moral de las actitu­
Estos proyectos muy precisos de penalidad fueron des y el comportamiento de los individuos. Está es
sustituidos por una pena muy curiosa que apenas había una forma de penalidad totalmente diferente de la pre­
sido mencionada por Beccaria y que Brissot trataba vista en el siglo xviii, puesto que el gran principio de
de manera muy marginal: nos referimos al encarcela­ la penalidad para Beccaria era que no habría castigo
miento , la prisión. La prisión no pertenece al proyecto sin una ley explícita y sin un comportamiento también
teórico de la reforma de la penalidad del siglo xviii, explícito que violara esa ley.
surge, a comienzos del siglo xix como una institución Toda la penalidad del siglo xix pasa a ser un con­
de hecho, casi sin justificación teórica. trol, no tanto sobre si lo que hacen los individuos está
No sólo la prisión, que no estaba prevista en el pro­ de acuerdo o no con la ley sino más bien al nivel de lo
grama del siglo xviii y que se generalizará durante el que pueden hacer, son capaces de hacer, están dispues­
siglo siguiente, sino también la legislación penal sufri­ tos a hacer o están a punto de hacer.
rá una formidable inflexión en relación con lo que Así, la gran noción de la criminología y la penali­
estaba establecido en la teoría. dad de finales del siglo xix fue el escandaloso concep­
En efecto, desde comienzos, del siglo xix y de ma­ to,. en términos de teoría penal, de peligrosidad. La
nera cada vez más acelerada con el correr del siglo, noción de peligrosidad significa que el individuo debe
la legislación penal se irá desviando de lo que pode­ ser considerado por la sociedad al nivel de sus virtua­
mos llamar utilidad social; no intentará señalar aque­ lidades y no de sus actos; no al nivel de las infracciones
llo que es socialmente útil sino, por el contrario, tra­ efectivas a una ley también efectiva sino de las virtua­
tará de ajustarse al individuo. Puede citarse como lidades de comportamiento que ellas representan.
ejemplo las grandes reformas de la legislación penal El último punto fundamental que la teoría penal
en Francia y los demás países europeos entre 1825 y cuestiona aún más profundamente que Beccaria es
1850-60, que consisten en la organización de, por así que, para asegurar el control de los individuos — que
decirlo, circunstancias atenuantes: la aplicación rigu­ no es ya reacción penal a lo que hacen sino control
rosa de la ley, tal como se expone en el Código puede de su comportamiento en el mismo momento en que
ser modificada por decisión del juez o el jurado y en se esboza— la institución penal no puede estar en ade­
función del individuo sometido a juicio. La utilización lante enteramente en manos de un poder autónomo,
de las circunstancias atenuantes que asume paulatina- el poder judicial.
mente-una-importanoia-Gada-vez—mayor-f-alsea-Gonside- -----Con-&l.lo-se_llega_ a cuestionar la gran separación
t i i . . . <
rablemente el principio de una ley universal que re­ atribuida a Montesquieu — o al menos formulada por
presenta únicamente los intereses sociales. Por otra él— entre poder judicial, poder ejecutivo y poder le­
parte, la penalidad del siglo xix se propone cada vez gislativo. El control de los individuos, esa suerte de
menos definir de modo abstracto y general qué es no­ control penal punitivo a nivel de sus virtualidades no
puede ser efectuado por la justicia sino por una serie prisiones, los reformatorios, los hospicios o las fá­
de poderes laterales, a} margen de la justicia, tales bricas.
como lá policía y toda una red de instituciones de vi­ El Panóptico era un sitio en forma de anillo en
gilancia y corrección: la policía para la vigilancia, las medio del cual había un patio con una torre en el
instituciones psicológicas, psiquiátricas, criminológicas, centro. El anillo estaba dividido en pequeñas celdas
médicas y pedagógicas para la corrección. Es así que que daban ál interior y al exterior y en cada una de
se desarrolla en el siglo Xix alrededor de la institución esas pequeñas celdas había, según los objetivos de la
judicial y para permitirle asumir la función de control institución, un niño aprendiendo a escribir, un obrero,
de los individuos al nivel de su peligrosidad, una gi­ trabajando, un prisionero expiando sus culpas, un loCo
gantesca maquinaria de instituciones que encuadrarán actualizando su locura, etc. En la torre central había
a éstos a lo largo de su existencia; *instituciones peda­ un vigilante y como cada celda daba al mismo tiempo
gógicas cómo la escuela, psicológicas o psiquiátricas al exterior y al interior, la mirada del vigilante podía
como el hospital, el asiló, etc. Esta red de un poder atravesar toda la celda; en ella no había ningún punto
que no es judicial debe desempeñar una de las fun­ de sombra y, por consiguiente, todo lo que el individuo
ciones que se atribuye la justicia a sí misma en esta hacía estaba expuesto a la mirada de un vigilante
etapa: función que no es ya de castigar las infracciones que observaba a través de persianas, postigos semi-
de los individuos sino de corregir sus virtualidades. cerrados, de tal modo que podía ver todo sin que
Entrañaos así en una edad que yo llamaría de orto­ nadie, a su vez, pudiera verlo. Para Bentham, esta pe­
pedia social. Se trata de una form a de poder, un tipo queña y maravillosa argucia arquitectónica podía ser
de sociedad que yo llamo sociedad disciplinaria por empleada como recurso para toda una serie de insti­
oposición a las sociedades estrictamente penales que tuciones. El Panóptico es la utopía de una sociedad y
conocíamos anteriormente. Es la edad del control so­ un tipo de poder que es, en el fondo la sociedad que
cial. Entre los teóricos que he citado hay uno que de actualmente conocemos, utopía que efectivamente se
algún modo previo y presentó un esquema de esta so­ realizó. Este tipo de poder bien puede recibir el nom­
ciedad de vigilancia, de gran ortopedia social, me re­ bre de panoptismó: vivimos en una sociedad en la que
fiero á Jeremías Bentham. Pido disculpas a los histo­ reina el panoptismo.
riadores de la filosofía por esta afirmación pero creo El panoptismo es una forma de saber que se apoya
que Bentham es más importante, para nuestra socie­ ya no sobre una indagación sino sobre algo totalmente
dad, que Kant o Hegel. Nuestras sociedades deberían diferente que yo llamaría examen. La indagación era
rendirle un homenaje, pues fue él quien programó, un procedimiento por el que se procuraba saber lo que
definió y describió de manera precisa las formas de había ocurrido. Se trataba de reactualizar un aconte­
poder en que vivimos, presentándolas en un maravi­ cimiento pasado a través de los testimonios de perso­
lloso y célebre modelo de esta sociedad de ortopedia nas que, por una razón u otra — por su sabiduría o
generalizada que es el famoso Panóptico, forma arqui­ por el hecho de haber presenciado el acontecimiento— ,
tectónica que permite un tipo de poder del espíritu se consideraba que eran capaces de saber.
sobre el espíritu, una especie de institución que vale En el Panóptico^ se producirá algo totalmente di­
tanto para las escuelas como para los hospitales, las ferente: ya no hay más indagación sino vigilancia, exa-

98 99
raen. N o se trata de reconstituir un acontecimiento entre los más importantes y determinantes de este
sino algo, o m ejor dicho, se trata de vigilar sin inte­ proceso: Inglaterra y Francia; dejaré de lado el ejem­
rrupción y totalmente. Vigilancia permanente sobre los plo de los Estados Unidos, que también es importante.
individuos por alguien que ejerce sobre ellos un poder Me propongo mostrar cómo en Francia y sobre todo
maestro de escuela, jefe de oficina, médico, psiquia- en Inglaterra existió una serie de mecanismos de con­
tra, director de prisión— y que, porque ejerce ese trol de la población, control permanente del compor­
poder, tiene la posibilidad no sólo de vigilar sino tam­ tamiento de los individuos. Estos mecanismos se for­
bién de constituir un saber sobre aquellos a quienes maron oscuramente durante el siglo x v m respondien­
vigila. Es éste un saber que no se caracteriza ya por do a ciertas necesidades y fueron asumiendo cada vez
determinar si algo ocurrió o no, sino.que ahora trata más importancia hasta extenderse finalmente a toda
de verificar si un individuo se conduce o no como la sociedad y acabar imponiéndose a una práctica pe­
debe, si cumple con las reglas, si progresa o no, etcé­ nal. Esta nueva teoría no era capaz de dar cuenta de
tera. Este nuevo saber no se organiza en torno a cues­ estos fenómenos de vigilancia nacidos totalmente fuera
tiones tales como «¿se hizo esto? ¿quién lo hizo?»; no de eila, y támpoco podía programarlos. Bien puede de­
se ordena en términos de presencia o ausencia, exis­ cirse que ia teoría penal del siglo x v m ratifica una
tencia o no-existencia, se organiza alrededor de la nor­ práctica judicial formada en ia Edad Media, la estati-
ma, establece qué es normal y qué no lo es, qué cosa zación de la justicia: Beccaria piensa en términos de
es incorrecta y qué otra cosa es correcta, qué se debe una justicia estatizada. Aun cuando fue, en cierto sen­
o no hacer. tido, un gran reformador, no vio cómo nacían a un lado
Tenemos así, a diferencia del gran saber de inda­ y fuera de esa justicia estatizada procesos de control
gación que se organizó en la Edad Media a partir de que acabarían siendo el verdadero contenido de la
la confiscación estatal de la justicia y que consistía nueva práctica penal.
en obtener los instrumentos de reactualización de ¿Cuáles son, de dónde vienen y a qué responden
hechos ¿ través del testimonio, un nuevo saber total­ estos mecanismos de control? Consideremos el ejem­
mente diferente, un saber de vigilancia, de examen, plo de Inglaterra. Desde la segunda mitad del si­
organizado alrededor de la norma por el control de los glo x v m se forman, en niveles relativamente bajos de
individuos durante toda su existencia. Esta es la base la escala social, grupos espontáneos de personas que
del poder, la forma del saber-poder que dará lugar ya se atribuyen, sin ninguna delegación por parte de un
no a grandes ciencias de observación como en el caso poder superior, 1a tarea de mantener el orden y crear,
de ia indagación sino a lo que hoy conocemos como para elfos mismos, nuevos instrumentos para asegu­
ciencias humanas: Psiquiatría, Psicología, Sociología, rarlo. Estos grupos proliferaron durante todo el si­
e meterá, (jmsiera analizar ahora cómo se dio este pro- glo xvm . Según un orden cronológico, hubo en primer
~ceso , c6niu~se"llegó~a-tener—por-un-lado- una..determi­ lugar—comunidades—religiosas—disidentes—del_anglica^_
nada teoría penal que planteaba claramente una can­ msmo — cuáqueros, metodistas— que se encargaban
tidad de cosas, y por otro lado una práctica real, so­ de organizar su propia policía. Es así que entre los
cial, que condujo a resultados totalmente diferentes. metouistas, Wesley, por ejemplo, visitaba las comuni­
Tomare sucesivamente dos ejemplos que se encuentran dades metodistas en viaje de inspección a la manera

100 101
de los obispos de la alta Edad Media. A él se sometían
A finales del siglo xvin esta sociedad es superada
todos los casos de desorden: embriaguez, adulterio,
en importancia por otra inspirada por un obispo y
vagancia, etc. Las sociedades de amigos de inspiración
algunos aristócratas de la corte que se llamaba «Socie­
cuáquera funcionaban de manera semejante. Todas
dad de la Proclamación», porque había conseguido ob­
estas sociedades tenían la doble tarea de vigilar y asis­
tener del rey una proclama para el fomento de la pie­
tir. Asistían a los que carecían de medios de subsisten­
dad y la virtud. Esta sociedad se transforma en 1802
cia, a quienes no podían trabajar porque eran muy
y recibe el título característico de «Sociedad para la
viejos, estaban enfermos o padecían una enfermedad
Supresión del V icio», teniendo por objetivo hacer res­
mental; pero al mismo tiempo que los ayudaban se
petar el domingo, impedir la circulación de libros li­
asignaban la posibilidad y el derecho de observar en
cenciosos y obscenos, plantear acciones judiciales con­
qué condiciones era dada la asistencia: observar si el
tra la mala literatura y mandar cerrar las casas de
individuo que no trabajaba estaba efectivamente en­
juego y prostitución. Esta sociedad, aun cuando seguía
fermo, si su pobreza y miseria se debían a libertinaje,
siendo una organización con fines esencialmente mo­
a embriaguez o a vicios diversos. Eran, pues, grupos
rales y cercana a los grupos religiosos, ya estaba un
de vigilancia espontáneos de origen, funcionamiento e poco laicizada.
ideología profundamente religiosos.
En tercer lugar, encontramos en la Inglaterra del
En segundo lugar hubo al lado de estas comunida­ siglo ,x v in otros grupos más interesantes e inquietan­
des propiamente religiosas, unas sociedades relaciona­ tes: grupos de autodefensa de carácter paramilitar.
das con ellas aunque se situaban a una cierta distancia. Estos grupos surgieron como respuesta a las primeras
Por ejemplo, a finales del siglo xvn, en Inglaterra grandes agitaciones sociales que no son aún proleta­
(1692) se fundó una sociedad llamada curiosamente rias pero que sí configuran grandes movimientos po­
«Sociedad para la Reforma de las Maneras» (del com­ líticos y sociales de fuerte connotación religiosa a .fi­
portamiento, de la conducta). En la época de la muer­ nales del siglo xvm , en particular, el movimiento de
te de Guillermo I I I esta sociedad tenía cien filiales los partidarios de Lord Gordon. Los sectores más aco­
en Inglaterra y diez en Irlanda, sólo en la ciudad de modados, la aristocracia, la burguesía, se organizan en
Dublín. Esta sociedad, que desapareció a comienzos grupos de autodefensa y es así que surgen una serie
del siglo x v m y reapareció bajo la influencia de Wesley de asociaciones — la «Infantería militar de Londres», la
en la segunda mitad del siglo, se proponía reformar «Compañía de Artillería»— espontáneamente, sin ayu­
las maneras: hacer respetar el domingo (es en gran da o con un apoyo lateral del poder. Estas asociacio­
parte gracias a la acción de estas grandes sociedades nes tienen por función hacer que reine el orden polí­
que debemos el exciting, domingo inglés), impedir el tico, penal o simplemente el orden, en un barrio, una
¡juego, las borracheras, reprim ir la prostitución, el ciudad, una región o un condado.
adulterio, las imprecaciones y blasfemias, en suma, En una última categoría de sociedad están las pro­
todo aquello que pudiese significar desprecio a Dios. piamente económicas. Las grandes compañías y socie­
Tratábase, como dice Wesley en sus sermones, de im­ dades comerciales se organizan como policías priva­
pedir que la clase más baja y vil se aprovechara de das para defender su patrimonio, sus stocks, sus
los jóvenes sin experiencia para arrancarles su dinero. mercancías y barcos anclados en el puerto de Londres

102 103
contra los amotinadores, el bandidismo y el pillaje co­ populares. Se comprende por qué los grupos religiosos
tidiano de los pequeños ladrones. Estas policías divi­ disidentes intentaban escapar a un poder judicial tan
dían los barrios de grandes ciudades como Londres sanguinario y amenazador.
o Liverpool en organizaciones privadas. Para escapar a la acción de ese poder judicial los
Las sociedades de este tipo respondían a una nece­ individuos se organizaban en sociedades de reforma
sidad demográfica o social, la urbanización, las migra­ moral, prohibían la embriaguez, la prostitución, el robo
ciones masivas provenientes del campo y que paulati­ y en general todo aquello que pudiese dar pábulo a
namente se concentraban en las ciudades; respondían que el poder atacara al grupo y lo destruyera, valién­
también — y,, volveremos sobre este asunto— a una dose de algún pretexto para emplear la fuerza. Son,
transformación económica importante, una nüeva for­ pues, más que riada grupos de autodefensa contra el
ma de acumulación de la riqueza: cuando la riqueza derecho y no tanto grupos de vigilancia efectiva. El
comienza a acumularse en form a de stocks, mercade­ refuerzo de la penalidad autónoma era una manera de
ría almacenada; y máquinas, la cuestión de su vigilan­ escapar a la penalidad estatal. Ahora bien, en el curso
cia y seguridad ,se transforma en un problema insosla­ del siglo x v ii esos grupos cambiarán su inserción so­
yable; respondían por último, a una nueva situación cial y abandonarán paulatinamente su base popular o
política. Las revueltas populares que fueron inicial­ pequeño-burguesa hasta que, al final del siglo, queda­
mente campesinas en los siglos xvi y xvn se convier­ rán compuestos y/o alentados por personajes de la
ten ahora en grandes revueltas urbanas populares, y aristocracia, obispos, duques y miembros de las clases
en seguida, proletarias. acomodadas que les darán un nuevo contenido.
Es interesante observar la evolución de estas aso­ Se produce así un desplazamiento social que indica
ciaciones espontáneas del siglo x v m : vemos un triple claramente cómo la empresa de reforma moral deja
desplazamiento a lo largo de esta historia. de ser una autodefensa penal para convertirse en un
Consideremos el primero de ellos: en un comienzo refuerzo del poder de la autoridad penal misma. Junto
estos grupos eran provenientes de sectores populares, al temible instrumento penal que ya posee, el poder
de ía pequeño-burguesía. Los cuáqueros y metodistas colocará n estos instrumentos de presión y control.
de finales del siglo x v ii y comienzos del x vm que se Se trata, en alguna medida, de un mecanismo de esta-
organizaban para intentar suprimir los vicios, reformar tización de los grupos de control. El segundo despla­
las maneras, eran pequeño-burgueses que sé agrupa­ zamiento consiste en lo siguiente: mientras que en un
ban con el propósito evidente de hacer que reine el comienzo el grupo trataba de hacer reinar un orden
orden entre ellos y a su alrededor. Pero esta voluntad moral diferente de la ley que permitiese a los indivi­
de hacer reinar el orden era en realidad una forma de duos escapar a sus efectos, a finales del siglo x v i ii
¿«srapar al poder político, pues éste contaba con un estos mismos grupos — controlados y animados ahora
instrumento formidable, temible y sanguinario: su le­ por aristócratas y personas de elevada posición so-
gislación penal. En efecto, se podíá ser ahorcado en cial— se dan como objetivo esencial obtener del poder
más de 300 casos, lo cual significa que era muy fácil político nuevas leyes que ratificaran ese esfuerzo mo­
que la aristocracia o quienes detentaban el aparato ral. Se produce así un desplazamiento de moralidad y
judicial ejercieran terribles presiones sobre las capas penalidad.

104

■.-Slíf,
En tercer lugar puede decirse que a partir de este manos de la pequeña burguesía que intenta escapar al
momento el control moral pasará a ser ejercido por poder a las del grupo social que detenta efectivamente
las clases más altas, por los detentadores del poder, el poder, en toda esta evolución, podemos observar
sobre las capas más bajas y pobres, los sectores popu­ cómo se introduce y se difunde en un sistema penal
lares. Se convierte así en un instrumento de poder de estatizado — e l. cual ignoraba por completo la moral
las clases ricas sobre las clases pobres, de quienes ex­ v pretendía cortar los lazos con la moralidad y la re­
plotan sobre quienes son explotados, lo que confiere ligión—■ una moralidad de origen religioso. La ideo­
una nueva polaridad política y social a estas instan­ logía religiosa, surgida y fomentada en los grupos cuá­
cias de control. Citaré un texto que data de 1804, hacia queros, y metodistas en la Inglaterra del siglo xvn,
el final de esa evolución que intento, exponer, texto viene ahora a despuntar en e l otro polo, el otro extre­
escrito por un obispo llamado Watson que predicaba mo de la escala social, del lado del poder, como ins­
ante la «Sociedad para la Supresión de los Vicios»: trumento de control de arriba a abajo. Autodefensa en
el siglo xvn, instrumento de poder a comienzos del
«Las leyes son buenas pero, desgraciadamen­ siglo xix: este es el proceso que observamos en In­
te, están siendo burladas por las clases más glaterra.
bajas. Por cierto, las clases más altas tampoco
En Francia se da un proceso bastante diferente de­
las tienen mucho en consideración, pero esto
bido a que, por ser un país de monarauía absoluta,
no tendría mucha importancia si no fuese que
poseía un fuerte aparato estatal que la Inglaterra del
las clases más altas sirven de ejemplo.para las
siglo x v iii ya no tenía porque había sido ya debilitado
más bajas».
por la revolución burguesa del siglo xvn. Inglaterra
se había liberado de la monarquía absoluta salteán­
Imposible ser más claro: las leyes son buenas,
dose esa etapa que dura en Francia unos ciento cin­
buenas para los pobres; desgraciadamente los pobres
cuenta años.
escapan a las leyes, lo cual es realmente detestable.
El aparato dé Estado se apoyaba en Francia en un
Los ricos también escapan a las leyes, aunque esto
doble instrumento: un instrumento judicial clásico
no tiene la menor importancia puesto que las leyes no
fueron hechas para ellos. N o obstante lo malo de esto •— los parlamentos, las cortes, etc — y un instrumento
es que los pobres siguen el ejemplo de los ricos y no Dara-iudicial — la policía— cuya invención debemos al
Estado francés. La policía francesa estaba compuesta •’p li
respetan las leyes. Por consiguiente, el obispo Watson wfl r
se siente en la obligación de decir a los ricos: por los magistrados de policía, el cuerpo de la policía
montada, y los tenientes de policía; estaba dotada de
«Os pido que sigáis las leyes aun cuando no instrumentos arquitectónicos tales como la Bastilla,
hayan sido hechas para vosotros, porque así al Bicétre, las grandes Prisiones, etc.; y tenía también
menos se podrá controlar y vigilar a las clases sus asnectos institucionales como las curiosas lettres-
más pobres.» de-cachet.
La lettre-d&cachet no era una ley o un decreto sino
En esta estatización progresiva, en este desplaza­ una orden del rey referida a una persona a título in­
miento de las instancias de control que pasan de las dividual, p or la que se le obligaba a hacer alguna cosa.

106 107
Podía darse el caso, por ejemplo, de que una persona gastador, una hija que se ha prostituido o al cura de
se viera obligada a casarse en virtud de una lettre-de- la ciudad que no muestra buena conducta ante los
cachet, pero én la mayoría de las veces su función prin­ feligreses. La lettre-de-cachet se presenta pues, bajo su
cipal consistía en servir de instrumento de castigo. aspecto de instrumento terrible de la arbitrariedad
Por medio de una lettre-de-cachet se podía arrestar real, investida de una especie de contrapoder, un poder
a una persona, privarle de alguna función, etc., por que viene de abajo y que permite a grupos, comuni­
lo que bien puede decirse que era uno de los grandes dades, familias o individuos ejercer un poder sobre
instrumentos de poder de la monarquía absoluta. Las alguien. Eran instrumentos de control en alguna me­
lettres-de-cachet han sido objeto de múltiples estudios dida espontáneos, que la sociedad, la comunidad, ejer­
en Francia y ha llegado a ser muy común considerarlas cía sobre sí misma. La lettre-de-cachet era por consi­
como algo temible, representación de la arbitrariedad guiente una forma de reglamentar la moralidad coti­
real por antonomasia que cae sobre un individuo como diana de la vida social, una manera que tenían los
un rayo. Pero es preciso ser más prudente y reconocer grupos — familiares, religiosos, parroquiales, regiona­
que no funcionaron sólo de esta forma. Y así como les, locales— de asegurar su propio mecanismo poli­
vimos que las sociedades de moralidad podían actuar cial y su propio, orden.
como una manera de escapar al derecho, observamos Si nos detenemos en las conductas que suscitaban
también con respecto a estas curiosas disposiciones el pedido de lettre-de-cachet y que se sancionaban por
un iuego bastante curioso. medio de éstas, distinguimos tres categorías:
Al examinar las lettres-de-cachet enviadas por el En primer lugar lo que podríamos denominar con­
rey en cantidad bastante elevada notamos que, en la ductas de inmoralidad — libertinaje, adulterio, sodo­
mayoría de los casos, no era él quien tomaba la deci­ mía, alcoholismo, etc.— . Estas conductas provocaban
sión de mandarlas. Procedía a veces como en los res­ de parte de las familia* y las comunidades un pedido
tantes asuntos de Estado, pero en la mayoría de ellas, de lettre-de-cachet que era inmediatamente aceptado.
decenas de millares de lettres-de-cachet enviadas por Tenemos aquí, por consiguiente, la represión moral.
la monarquía, eran en realidad solicitadas por diver­ En segundo lugar están las lettres-de-cachet envia­
sos individuos: maridos ultrajados por sus esposas, das para sancionar conductas religiosas juzgadas pe­
padres de familia descontentos con sus hijos, familias ligrosas y disidentes; en esta categoría se clasificaba
que querían librarse de un sujeto, comunidades reli­ a los hechiceros que tiempo hacía habían dejado de
giosas perturbadas por la acción de un individuo, morir en la hoguera.
comunas molestas con el cura de la localidad, etcétera. En tercer lugar es interesante notar que en el
Todos estos pequeños grupos de individuos pedían una siglo x v i ii las lettres-de-cachet fueron utilizádas algu­
lettre-de-cachet al intendente del rey; éste llevaba a nas veces en casos de conflictos laborales. Cuando los
Gabo-una-indagación-paFa-saber-si-eÍ-pedido-estaba-o— e m p l e a d o r e s , p a t r o n e s o maestros no estaban satisfe-
no justificado y si el resultado era positivo, escribía chos del trabajo de sus aprendices y obreros en las
al ministro del gabinete real encargado de la materia corporaciones, podían desprenderse de ellos despi­
solicitándole una lettre-de-cachet para arrestar a una diéndoles o, rara vez, solicitando una lettre-de-cachet.
mujer que engaña a su marido, un hijo que es muy La primera huelga de la historia de Francia fue la

108 109
de los relojeros, en 1724. Los patrones relojeros reac­ La idea de colocar a una persona en prisión para
cionaron detectando a quienes aparecían como líderes corregirla y mantenerla encarcelada hasta que se corri­
del movimiento de fuerza y solicitando en seguida ja, idea paradójica, bizarra, sin fundamento o justifi­
una lettre-de-cachet que les fue concedida poco des­ cación alguna al nivel del comportamiento humano, se
pués. Tiempo después el ministro del rey quiso anular origina precisamente en esta práctica.
la lettre-de-cachet y poner en libertad a los obreros Aparece también la idea de una penalidad que no
huelguistas pero la misma corporación de los relojeros tiene por función el responder a una infracción sino
solicitó al rey que no se liberara a los obreros y se corregir el comportamiento de los individuos, sus acti­
mantuviera la vigencia de la lettre-de-cachet. Este es tudes, süs disposiciones, el peligro que significa su con­
un típico ejemplo de cómo los controles sociales, que ducta virtual. Esta forma de, penalidad aplicada a las-
no sé relacionan ya con la religión o la moralidad sino virtualidades de los individuos, penalidad que procura
con problemas laborales, se ejercen desde abajó y a corregirlos por. medio de la reclusión y la internación,
través del sistema de lettres-de-cachet sobre la naciente no pertenece éñ realidad al universo del Derecho, no
población obrera. , nace .de la teoría jurídica del crimen ni se deriva de
Cuando la lettre-de-cachet era punitiva resultaba los grandes reformadores como Beccaria. La idea de
en la prisión del individuo. Es interesante señalar que una penalidad que intenta corregir metiendo en prisión
la prisión no era una pena propia del sistema penal a la gente es una idea policial, nacida paralelaménte
de los siglos xvtt y xvni. Los juristas son muv claros a la justicia, fuera de ella, en una práctica de los con­
con respecto a esto, afirman que cuando la ley san­ troles sociales o en un sistema de intercambió entre
ciona a alguien el castigo será la condena a muerte, la demanda del grupo y el ejercicio del poder.
a ser quemado, descuartizado, marcado, desterrado, al Completados estos dos análisis quisiera ahora ex­
pago de una multa; la prisión no es nunca un castigo. traer algunas conclusiones provisorias que intentaré
La prisión, que se convertirá en el gran castigo del utilizar en la próxima conferencia.
siglo xix, tiene su origen precisamente en esta prác­ Los datos del problema son los siguientes: ¿cómo
tica para-judicial de la lettre-de-cachet, utilización del fue que el Conjunto teórico de las reflexiones sobre él
poder real por el poder espontáneo de los grupos. El derecho penal que hubierá debido conducir a determi­
individuo que era objeto de una lettre-de-cachet no nadas conclusiones quedó de hecho desordenádo y
moría en la horca, ni era marcado y tampoco tenía encubierto por una práctica penal totalmente diferente
que pagar una multa, se lo colocaba en prisión y debía que tuvo su propia elaboración teórica en él siglo xix,
permanecer en ella por un tiempo que no se fijaba cuando se retomó la teoría del castigo, la criminolo­
previamente. Rara vez la lettre-de-cachet establecía que gía? ¿Cómo pudo olvidarse la gran lección de Beccaria,
alguien debía permanecer en prisión por un período relegada y finalmente oscurecida por una práctica de
determinado, digamos, seis meses o un año. En ge­ la penalidad totalmente diferente basada en los com­
neral estipulaba que el individuo debía quedar bajo portamientos y virtualidades individuales dirigida a co­
arresto hasta nueva orden y ésta sólo se dictaba cuan­ rregir a los individuos? En mi opinión, el origen de
do la persona que había pedido la lettre-de-cachet Afir­ esto se encuentra en una práctica extra-penal. En In­
maba q u e e l individuo en prisión se había corregido. glaterra los grupos, para escapar al derecho penal.

110 111
crearon para sí mismos unos instrumentos de control tacto directo, físico, con la riqueza. A finales del
que fueron finalmente confiscados por el póder cen­ siglo x v m el robo de los barcos, el pillaje de almace­
tral. En Francia, donde la estructura del poder político nes y las depredaciones en las oficinas se hacen muy
era diferente, los instrumentos estatales establecidos comunes en Inglaterra, y justamente el gran problema
en el siglo xvn por el poder real para controlar a la \ del poder en esta época es instaurar mecanismos de
aristocracia, la burguesía y los rebeldes fueron emplea­ control que permitan la protección de esta nueva forma
dos de abajo hacia arriba por los grupos sociales. material de la fortuna. Se comprende por qué el crea­
Es entonces que se plantea la cuestión de saber d or-de la policía en Inglaterra, Colquhoun, era un
por qué se da este movimiento de grupos de control, individuo que había comenzado siendo comerciante y
la cuestión de saber a qué respondían estos grupos. después encargádo de organizar un sistema para vigilar
Hemos visto a qué necesidades originarias respondían las mercaderías almacenadas en los docks de Londres
pero, ¿por qué razón tuvieron ese destino, por qué se para una compañía de navegación. La policía de Lon­
desviaron, por qué el poder o quienes lo detentaban dres nació de la necesidad de proteger los docks, los
retomaron estos mecanismos de control que estaban almacenes y los depósitos. Esta es la primera razón,
situados en el nivel más bajo de la población? mucho más fuerte en Inglaterra que en Francia, de la
Para comprender esto es preciso considerar un fe­ aparición de una necesidad absoluta de este control.
nómeno importante: la nueva forma que asume la En otras palabras, a esto se debe que este control que
producción. En el origen de este proceso que he ve­ funcionaba con bases casi populares, fuese en determi­
nido analizando está el hecho de que en la Inglaterra nado momento tomado desde arriba. La segunda razón
de finales del siglo x v m — mucho más que en Fran­ es que la propiedad rural, tanto en Francia como en
cia— se da una creciente inversión dirigida a acumular Inglaterra, cambiará igualmente de forma con la mul­
un capital que no es ya pura y simplemente monetario. tiplicación de las pequeñas propiedades como producto
La riqueza de los siglos xvi y x vn se componía esen­ de la división y delimitación de las grandes extensio­
cialmente de fortuna o tierras, especie monetaria o, nes de tierras. Los espacios desiertos desaparecen a
éventualmente, letras de cambio que los individuos partir de esta época y paulatinamente dejan de existir
podían negociar. En el siglo x v m aparece una forma también las tierras sin cultivar y las tierras comunes
de riqueza que se invierte en un nuevo tipo de mate­ de las que todos pueden vivir; al dividirse y fragmen­
rialidad que no es ya monetaria: mercancías, stocks, tarse las propiedades, los terrenos se cierran y los
máquinas, oficinas, materias primas, mercancías en propietarios de estos terrenos se ven expuestos a de­
tránsito y expedición. El nacimiento del capitalismo, predaciones. Sobre todo entre los franceses se dará
la transformación y aceleración de su proceso de asen­ una suerte de idea fija: el temor al pillaje campesino,
tamiento se traducirá en este nuevo modo de invertir a la acción de los vagabundos y los trabajadores agrí-
materialmente las fortunas. Ahora bien, estas f o r t u n a s ________ colas que, en la miseria, desocupados, viviendo_como_
compuestas de stocks, materias primas, objetos impor- : pueden, roban caballos, frutas, legumbres, etc. Uno de
tados, máquinas, oficinas, está directamente expuesta los grandes problemas de la Revolución Francesa fue
á la depredación. Los sectores pobres de la población, el hacer que desapareciera este tipo de rapiñas campe­
gentes sin trabajo, tienen ahora una especie de con- sinas. Las grandes revueltas políticas de la segunda

112 113

7,2
'í v - •

■ parte de la Revolución Francesa en la Vendée y la


Provenza fueron de algún modo el resultado del males­
tar de los pequeños campesinos y trabajadores agríco­
las que no encontraban en este nuevo sistema de divi­
sión de la propiedad, los medios de existencia que
poseían en el régimen de grandes latifundios.
En consecuencia, puede decirse que la nueva dis-
tribución espacial y social de la riqueza industrial y
agrícola hizo necesarios nuevos controles sociales a fi­
nales del siglo xvm .
' Los nuevos sistemas de control social establecidos
por el poder, la clase industrial y propietaria, se to­
maron de los controles de origen popular o semipopu- QUINTA
£ lar y se organizaron en una versión autoritaria y
estatal.
í! A mi modo de ver, éste es el origen de la sociedad
disciplinaria. En la próxima conferencia intentaré ex­
plicar cómo ese movimiento, que apenas he esbozado,
se institucionalizó en el siglo x v iii y se convirtió en
una forma de relación política interna de la sociedad
del siglo xix.
t.

•c- 114
I

En la conferencia anterior intenté definir el panop-


tismo que, en mi opinión, es uno de los rasgos carac­
terísticos de nuestra sociedad: una forma que se ejerce
sobre los individuos a la manera de vigilancia indivi­
dual y continua, como control de castigo y recompensa
y como corrección, es decir, como método de forma­ fe
ción y transformación de los individuos en función
lf¡*
de ciertas normas. Estos tres aspectos del panoptismo
¡jifa'
— vigilancia, control y corrección— constituyen una di-
. mensión fundamental y característica de las relaciones
!
de poder que existen en nuestra sociedad.
f
En una sociedad como la feudal no hay nada se- ¡H
mejante al panoptismo, lo cual no quiere decir que 1’H:
¡y
durante el feudalismo o en las sociedades europeas del
siglo x v ii no haya habido instancias de control social,
castigo y recompensa, sino que la manera en que se ¡áii;
distribuían era completamente diferente de la forma
en que se instalaron esas mismas instancias a finales '¡lili
del siglo x v in y comienzos del xix. Hoy en día vivimos
en una sociedad programada por Bentham, una socie­
i
1 ;¡
dad panóptica, una estructura social en la que reina *.¡1!
IíüSi:
él panoptismo.
En esta conferencia trataré de poner de relieve •;|li

cómo es que lá aparición del panoptismo comporta


una especie de paradoja. Hemos visto cómo en el
mismo momento en que aparece o, más. exactamente.
¡I
117

,U
en los años que preceden a su surgimiento, se forma homenaje a Bentham, panoptismo. En efecto, muchos
una cierta teoría del derecho penal, de la penalidad y hombres de esta época reflexionan y se plantean el
el castigo, cuya figura más importante es Beccaria, problema de lo que estaba sucediendo en su tiempo
teoría fundada esencialmente en un legalismo escrito. con la organización de la penalidad o la moral estatal.
Esta teoría del castigo subordina el hecho y la posibi­ Hay un autor muy importante en su época* profesor
lidad de castigar, a la existencia de una ley explícita, en la Unidad de Berlín y colega de Hegel, que escribió
a la comprobación manifiesta de que se ha cometido y publicó en 1830 un gran tratado en varios volúme­
una infracción a esta ley y finalmente a un castigo que nes llamado Lección sobre las prisiones. Este autor,
tendría por función reparar o prevenir, en la medida de nombre Giulius, cuya lectura recomiendo* dio du­
de lo posible, el daño causado a la sociedad por la rante varios años un curso en Berlín sobre las prisio­
infracción. Esta teoría legalista, teoría social en sentido nes y es un personaje extraordinario que, en ciertos
estricto, casi colectiva, es lo absolutamente opuesto momentos, adquiere un hálito casi hegeliano.
del panoptismo. En éste la vigilancia sobre los indivi­ En las Lecciones sobre las prisiones hay un pasaje
duos no se ejerce ál nivel de lo aue se hace sino de que dice: «Los arquitectos modernos están descubrien­
lo que se es o de lo que se puede hacer. La vigilancia do una forma que antiguamente se desconocía. En
tiende cada vez más a individualizar al autor del acto, otros tiempos — dice refiriéndose a la civilización grie­
dejando de lado la naturaleza jurídica o la calificación ga— la mayor preocupación de los arquitectos era
penal del acto en sí mismo. Por consiguiente el panop­ resolver el problema de cómo hacer posible el espec­
tismo se opone a la teoría legalista que se había for­ táculo de un acontecimiento, un gesto o un individuo
mado en los años precedentes. al mayor número posible de personas. Es el caso
En realidad lo que merece nuestra consideración — dice Giulius— del sacrificio religioso, acontecimien­
es un hecho histórico importante: el que esta teoría to único del que ha de hacerse partícipes al mayor
legalista fuese duplicada en un primer momento y pos­ número posible de personas; es también el caso del
teriormente encubierta y totalmente oscurecida por el teatro que por otra parte deriva del sacrificio, de los
panoptismo que se form ó1al margen de ella, colateral­ juegos circenses, los oradores y los discursos. Ahora
mente. Este panoptismo nacido por efectos de una bien, este problema que se presenta en la sociedad
fuerza de desplazamiento en el período comprendido griega en tanto comunidad que participaba de los
entre el siglo x v il y el xix. período en que se produce acontecimientos que hacían a su unidad — sacrificios'
la apropiación por parte del poder central de los me­ religiosos, teatro o discursos pplíticos— ha continuado
canismos populares de control aue se dan en el dominando la civilización occidental hasta la época
siglo xvill, inicia una era que habrá de ofuscar la moderna. El problema de las iglesias es exactamente
práctica y la teoría del derecho penal. el mismo: todos los participantes deben presenciar el
Pará apuntalar las tesis que estov exponiendo me sacrificio de la misa y servir de audiencia a la palabra
gustaría referirme a algunas autoridades. Las gentes del sacerdote. Actualmente, continúa Giulius, el pro»
de comienzos del siglo xix — o al menos algunos de blema fundamental para la arquitectura moderna es
ellos— no ignoraban la aparición de esto que yo deno­ exactamente el inverso. Se trata de hacer que el mayor
miné, un poco arbitrariamente pero en todo caso como número de personas pueda ser ofrecido como espec-

118 119
táculo a un solo individuo encargado de vigilarlas.» Treilhard utiliza una metáfora: el procurador no
A l escribir esto Giulius estaba pensando en el Pa­ debe tener como única función la de perseguir a los
nóptico de Bentham y, en términos generales, en la individuos que cometen infracciones: su tarea princi-
arquitectura de las prisiones, ios hospitales, las escue­ pal y primera ha de ser la de vigilar a los individuos
las, etc. Se refería ai problema de cómo lograr no una antes de que la infracción sea cometida. El procurador
arquitectura dél espectáculo como la griega, sino una no es sólo un agente de la ley que actúa cuando ésta
arquitectura'de4a vigilancia, que haga posible que una es violada, es ante todo una mirada, un oio siempre
única mirada pueda recorrer el mayor número de abierto sobre la población. El oio del procurador debe
rostros, cuerpos, actitudes, la mayor cantidad posible transmitir las informaciones al ojo del Procurador Ge­
de celdas. «Ahora bien, dice Giulius, el surgimiento neral, quien- a su vez las transmite al gran oio de la
de este problema arquitectónico es un correlato de la vigilancia que en esa época era el Ministro de la Po­
desaparición de una sociedad que vivía en comunidad licía. Por último el Ministro de la Policía transmite
espiritual y religiosa y la aparición de una sociedad las informaciones al oio de aquél que está en la cús­
estatal. El Estado se presenta como una cierta dispo­ pide de la sociedad, el emperador, que en esa éooca
sición espacial y social de los individuos, en la que estaba simbolizado por un oio. El emperador es el oio
todos están sometidos a una única vigilancia.» Al con­ universal que abarca la sociedad en toda su extensión.
cluir su explicación sobre estos dos tipos de arquitec­ Ojo que se vale de una serie de miradas dispuestas en
tura Giulius afirma que no se trata de un simple forma piramidal a partir del ojo imperial y que vigilan
problema arquitectónico sino que esta diferencia es a toda la sociedad. Para Treilhard y los legistas del
fundamental en la historia del espíritu humano. Im perio que fundaron el Derecho Penal francés — un
Giulius no fue el único que percibió en su tiempo derecho que desgraciadamente ha tenido mucha in­
este fenómeno de inversión del espectáeulo en vigilan­ fluencia en todo el mundo— esta gran pirámide de
cia o de nacimiento de una sociedad panóptica. En­ miradas constituía una nueva forma de justicia.
contramos análisis parecidos en muchos autores; citaré No analizaré aquí las instituciones en que se actua­
sólo uno de estos textos, debido a Treilhard, consejero lizan estas características del panoptismo propio de la
de estado, jurista del Imperio. Me refiero a la presen­ sociedad moderna, industrial, capitalista. Quisiera sim­
tación del Código de Instrucción Criminal de 1808. plemente captar este panoptismo, esta vigilancia en la
En este texto Treilhard afirma: base, allí donde aparece menos claramente, donde más
alejado está del centro de la decisión, del poder del
«E l Código de Instrucción Criminal que por Estado. Quisiera mostrar cómo es que existe este pa­
,este acto presento es una auténtica novedad no noptismo al nivel más simple y en el funcionamiento
sólo en la historia de la justicia y la práctica cotidiano de instituciones que encuadran la vida y los
judicial, sino también en la- historia dé las so- cuerpos de los individuos: el panoptismo, por lo tanto7
ciedades humanas. En este código damos al pro­ al nivel de la existencia individual.
curador, que representa al poder estatal o social ¿En qué consistía, y sobre todo, para qué servía
frente a los acusados un papel completamente el panoptismo? Propongo una adivinanza: expondré
nuevo». el reglamento de una institución que realmente existió

i 20 121
en los años 1840-1845 en Francia, es decir, en los los paseos dominicales, pero siempre bajo la vigilancia
inicios del período que estoy analizando; no diré si del personal religioso que, además de los paseos, con­
es una fábrica, una prisión, un. hospital psiquiátrico, trolaba los dormitorios y las oficinas, garantizando
un convento, una escuela, un cuartel; se trata de adi­ así no sólo el control laboral y moral sino también el
vinar a qué institución me estoy refiriendo. Era una económico. Los pensionados no recibían sueldo sino un
institución en la que había cuatrocientas personas sol­ premio — una suma global estipulada entre los 40 y 80
teras que debían levantarse todas las mañanas a las francos anuales-^- que sólo se entregaba en el momen­
cinco. A las cinco y cincuenta habían de terminar su to en que salían. Si era necesario que entrara una
aseo personal, haber hecho la cama y tomado él desa­ persona del otro sexo al establecimiento por cualquier
yuno; a las seis comenzaba el trabajo obligatorio que motivo, debía ser escogida con ,el mayor cuidado y
terminaba a las ocho y cuarto de la noche, con un permanecía dentro muy poco tiempo. Los pensionados
intervalo de una hora para comer; a las ocho y quince debían guardar silencio so pena de expulsión. En gené-
se rezaba una oración colectiva y se cenaba; la vuelta ral, los dos principios organizativos básicos según el
a los dormitorios se producía a las nueve en punto de reglamentó eran: los pensionados no debían estar,
la noche. El domingo era un día especial; el artículo nunca solos, ya se encontraran en el dormitorio, la
cinco del reglamento de esta institución decía: «Hemos oficina, el refectorio o el patio, y debía evitarse cual­
de cuidar del espíritu propio del domingo, esto es, quier contacto con el mundo exterior: dentro del esta­
dedicarlo al cumplimiento del deber religioso y ál blecimiento debía reinar un único espíritu.
reposo. No obstante, como el tedio no tardaría en ¿Qué institución era ésta? En el fondo, la pregunta
convertir el domingo en un día más agobiante que no tiene importancia, pues bien podría ser una institu­
los demás días de la semana, se deberán realizar di­ ción para hombres o mujeres, jóvenes o adultos, una
ferentes ejercicios de modo de pasar esta jom ada prisión, un internado, una escuela o un reformatorio,
cristiana y alegremente». Por la mañana ejercicios re­ indistintamente. Como es obvio, no es un hospital, pues
ligiosos, en seguida ejercicios de lectura y de escritura hemos visto que se habla mucho del trabajo y, por lo
y, finalmente, las últimas horas de la mañana dedi­ mismo, tampoco es un cuartel. Podría ser un hospital
cadas a la recreación. Por la tarde, catecismo las vís­ psiquiátrico, o incluso una casa de tolerancia. En ver­
peras, y paseo después de las cuatro siempre que no dad, era simplemente una fábrica de mujeres que
hiciese frío, de lo contrario, lectura en común. Los existía en la región del Ródano y que reunía cuatro­
ejercicios religiosos y la misa rio se celebraban en la cientas obreras.
iglesia próxima pará impedir que los pensionados de Habrá quien diga que éste es un ejemplo caricatu­
este establecimiento tuviesen contacto con el mundo resco, risible, una especie de utopía. Fábricas-prisiones,
exterior; así, para que ni siquiera la iglesia fuese el fábricas-conventos, fábricas sin salario en las que se
lugar o el pretexto de un contacto con él mundo exte­ compra todo el tiempo del obrero, uria vez para siem­
rior, los sérvicios religiosos tenían lugar en una capilla pre, por un premio anual que sólo se recibe a la salida.
construida en el interior del establecimiento. N o se Parece el sueño patronal o la realización dél deseo que
admitía ni siquiera a los fieles de afuera; los pensio­ el capitalista produce al nivel de su fantasía; un caso
nados sólo podían salir del establecimiento durante límite que jamás existió realmente. A este comentario

122 123
'\ , ..; ■:
yo respondería diciendo que esté sueño patronal, este tipo de edificios e instituciones en los Estados Unidos
«panóptico» industrial, existió en la realidad y en gran y se esparcieron por toda la sociedad occidental. El
escala a comienzos del siglo xix. En una región situa­ estudio ha comenzado en los Estados Unidos pero val­
da en el sudeste de Francia había cuarenta mil obreras dría la pena contemplar la misma situación en otros
textiles que trabajaban bajo este régimen, un número r países, procurando dar la medida de su importancia,
que en aquel momento era sin duda considerable. El medir su amplitud política y económica.
mismo tipo de instituciones existió .también en otras Vayamos un poco más lejos. N o solamente existie­
regiones y países como Suiza, en particular, e Inglate­ ron estas instituciones industriales y al lado de éstas
rra. En alguna medida esta situación inspiró, las refor­ otras, sino que además estas instituciones industriales
mas de Owen. En los Estados Unidos había un complejo fueron en cierto sentido perfeccionadas, dedicándose
entero de fábricas textiles organizadas según el mode­ múltiples y denodados esfuerzos para su construcción
lo de las fábricas-prisiones, fábricas-pensionados, fábri­ y organización.
cas-conventos. Sin embargo, muy pronto se vio que no eran viables
Trátase pues de un fenómeno que tuvo en su época ni gobernables. Se descubrió que desde el punto de
una amplitud económica y demográfica muy grande, vista económico representaban una carga muy pesada
por lo que bien podemos decir que más que fantasía y que la estructura rígida de estas fábricas-prisiones
fue el sueño realizado de los patrones. En realidad, hay conducía inexorablemente a la ruina de las empresas.
dos especies de utopías: las utopías proletarias socia­ Por último, desaparecieron. En efecto, al desencade­
listas que gozan de la propiedad de no realizarse nun­ narse la crisis de la producción que obligó a despren­
ca, y las utopías capitalistas que, desgraciadamente, derse de una determinada cantidad de obreros, reacon­
tienden a realizarse con mucha frecuencia. La utopía a dicionar los sistemas productivos y adaptar el trabajo
la que me refiero, la fábrica-piúsión, se realizó efectiva­ al ritmo cada vez más acelerado de la producción, estas
mente y no sólo en la industria sino en una serie de enormes casas, con un número fijo de obreros y una
instituciones que surgen en esta misma época y que, infraestructura montada de modo definitivo se torna­
en el fondo, respondían a los mismos modelos y prin­ ron absolutamente inútiles. Se optó por hacerlas des­
cipios de funcionamiento; instituciones de tipo pedagó­ aparecer, conservándose de algún modo algunas de las
gico tales como las escuelas, los orfanatos, los centros funciones que desempeñaban. Se organizaron técnicas
de formación; instituciones correccionales como la pri­ laterales o marginales para asegurar, en el mundo in­
sión. o el reformatorio; instituciones que son a un dustrial, las funciones de internación, reclusión y fija ­
tiempo correccionales y terapéuticas como el hospital, ción de la clase obrera que, en un comienzo, desempe­
el hospital psiquiátrico, todo eso que los norteamerica­ ñaban estas instituciones rígidas, quiméricas, un tanto
nos llaman asylums y que un historiador-deJos-Estados-------- utópicas. Se tomaron algunas medidas, tales como la
Unidos ha estudiado en un libro reciente.* En este li­ creación de ciudades obrera?, cajas de ahorro y coo­
bro se intentó analizar cómo fue que aparecieron este perativas de asistencia además de toda una s'erie de
medios diversos.por los que se intentó fijar a la pobla­
* Se re fiere a E rw in G offm an y a su lib ro Internados, Bue­ ción obrera, al proletariado en formación, en el cuerpo
nos A ires, 1972. (N. T.) mismo del aparato de producción.
124
125
La siguiente es una pregunta que necesita respues­ económico del grupo. Sólo más tarde se produce este
ta: ¿cuál era el objetivo de esta institución de la reclu­ desplazamiento de las instancias hacia arriba, hacia el
sión en sus dos formas: la forma compacta, fuerte, que Estado. El hecho de que un individuo perteneciera a
aparece a comienzos del siglo x ix e incluso después un grupo lo hacía pasible de vigilancia por su propio
en instituciones tales como las escuelas, los hospitales grupo. En las instituciones que se forman en el siglo
psiquiátricos, los reformatorios, las prisiones, etc.; y x ix la condición de miembro de un grupo no hace a
la form a blanda, difusa, como la que se encuentra en su titular pasible de vigilancia; por el contrario, el
instituciones tales como la ciudad obrera, la caja de hecho de ser un individuo;indica justamente que la
ahorros o la cooperativa de asistencia? persona en cuestión está situada en una institución,
A primera vista, podría decirse que esta reclusión la cual, a su vez, había de constituir el .grupo, la co­
moderna que aparece en el siglo x ix en las institucio­ lectividad que será vigilada. Se entra en la escuela,
nes que he mencionado, es una herencia directa de dos én el hospital o en la prisión en tanto se es un indi­
corrientes o tendencias que encontramos en el siglo viduo. Estas, a su vez, no son formas de vigilancia del
x v iii: la técnica francesa de internación y el proce­ grupo al que se pertenece, son la estructura de vigilan­
dimiento de control de tipo inglés. En la conferencia cia que al convocar a los individuos, al integrarlos, los
anterior intenté explicar cómo se originó en Inglaterra constituirá secundariamente como grupo. Vemos así
la vigilancia social en el control ejercido por los grupos cómo se establece una diferencia sustancial entre dos
religiosos sobre sí mismos, sobre todo entre los grupos momentos en la relación entre la vigilancia y el grupo.
religiosos disidentes, y cómo en Francia la vigilancia y Asimismo, en relación con el modelo francés, la
el control eran ejercidos por un aparato de Estado, internación del siglo xix es bastante distinta de la
- fuertemente investido de intereses particulares, qué que se presentaba en Francia en el siglo xviii. En
esgrimía como sanción principal la internación en pri­ esta época, cuando se internaba a alguien se trataba
siones y otras instituciones de reclusión. Puede decirse, siempre de un individuo marginado en relación con
en consecuencia, que la reclusión del siglo x ix es una su familia, su grupo social, la comunidad a la que
combinación del control moral y social nacido en In­ pertenecía; era alguien fuera de la regla, marginado
glaterra y la institución propiamente francesa y esta­ por su conducta, su desorden, su vida irregular.. La.
tal de la reclusión en un local, un edificio, una internación respondía a esta marginación de hecho
institución, en un espacio cerrado. con una especie de marginación de segundo grado, de
Sin embargo, el fenómeno que aparece en el siglo castigo. Era como si se le dijera a un individuo:
x ix significa una novedad en relación con sus oríge­ «Puesto que te has separado de tu grupo, vamos a
nes. En el sistema inglés del siglo x v in el control se separarte provisoria o definitivamente de la sociedad».
ejerce por el grupo sobre un individuo o individuos En consecuencia puede decirse que en la Francia de
que pertenecen a este grupo. Esta era, al menos, la está época había una reclusión de exclusión.
situación inicial, a finales del siglo x v ii y comienzos En nuestra época todas estas instituciones — fábrica,
del xvm . Los cuáqueros y los metodistas ejercían su escuela, hospital psiquiátrico, hospital, prisión— no
control siempre sobre quienes pertenecían a sus pro­ tienen por finalidad excluir sino por el contrario fijar
pios grupos o se encontraban en el espacio social o a los individuos. La fábrica no excluye a los individuos.

127
los liga a un aparato de producción. La escuela w glaterra y fórmula absolutamente estatal en Francia.
excluye a los individuos, aun cuando los encierra, los En el siglo x ix aparece algo nuevo, mucho más blan­
fija a un aparato de transmisión del saber. El hospital do y rico, una serie de instituciones que no se puede
psiquiátrico no excluye a los individuos, los vincula decir con exactitud si son estatales o extra-estatales,
a un aparato de corrección y normalización. Y ,lo mis­ si forman parte o no del aparato del Estado. En reali­
mo ocurre con el reformatorio y la prisión. Si bien los dad, en algunos casos y según los países y las circuns­
efectos de estas instituciones son la exclusión del indi­ tancias, algunas de estas instituciones son controladas
viduo, su finalidad primera es fijarlos a un aparato por el aparato del Estado. P or ejemplo en Francia el
de normalización de los hombres. La fábrica, la escuela, control estatal de las instituciones pedagógicas funda­
la prisión o los hospitales tienen por objetivo ligar al mentales fue motivó de un conflicto que dio lugar a
individuo al proceso de producción, formación o co­ un complicado juego político. Sin embargo, en el nivel
rrección de los productores que habrá de garantizar en que yo me coloco esta cuestión no es digna de
la producción y a sus ejecutores en función de una consideración: no me parece que esta diferencia sea
determinada norma. muy importante. L o verdaderamente nuevo e intere­
En consecuencia es lícito oponer la reclusión del sante es, en realidad, el hecho de que el Estado y
siglo x v ill que excluye a los individuos del círculo aquello que no es estatal se confunde, se entrecruza
social a la que aparece en el siglo xix, que tiene dentro de estas instituciones. Más que instituciones
por función ligar a los individuos a los aparatos de estatales o no estatales habría que hablar de red ins­
producción a partir de la formación y corrección de titucional de secuestro, que es infraestatal; la dife­
los productores: trátase entonces de una inclusión por rencia entre lo que es y no es aparato del Estado no
exclusión. He aquí por qué opondré la reclusión al me parece importante para el análisis de las funcio­
secuestro; la reclusión del siglo x v iii , dirigida esen­ nes de este aparato general de secuestro, la red de
cialmente a excluir a los marginales o reforzar la mar- secuestro dentro de la cual está encerrada nuestra
ginalidad, y el secuestro del siglo x ix cuya finalidad existencia.
es la inclusión y la normalización. ¿Para qué sirven esta red y estas instituciones?
Por último, existe un tercer conjunto de diferencias Podemos caracterizar la función de las instituciones
en relación con el siglo x v iii que da una configura­ de la siguiente manera: en primer lugar, las institucio­
ción original a la reclusión del xix. En la Inglaterra nes — pedagógicas, médicas, penales e industriales-a­
del siglo x v iii se daba un proceso de control que tienen la curiosa propiedad de contemplar el control,
era, en principio, claramente extraestatal e incluso la responsabilidad, sobre la totalidad o la casi totali­
antiestatal, una especie de reacción defensiva de los dad del tiempo de los individuos: son, por lo tanto,
grupos religiosos frente a la dominación del Estado, unas instituciones que se encargan en cierta manera
por medio de la cual, estos grupos se aseguraban su de toda la dimensión temporal de la vida de los indi-
propio control. Por el contrario, en Francia había un viduos.
aparato fuertemente estatizado, al menos por su forma Con respecto a esto creo que es lícito oponer la
e instrumentos (recuérdese la institución de la lettre- sociedad moderna a la sociedad feudal. En la sociedad
de-cachet) fórmula absolutamente extraestatal en In- feudal y en muchas de esas sociedades que los etnólo­

128 129
gos llaman primitivas, el control de los individuos se natos y las prisiones. Tenemos además algunas formas
realiza fundámentalmente a partir de la inserción local, difusas surgidas, en particular, a partir del momento
por el hecho de que pertenecen a un determinado en que se vio que no era posible administrar aquellas
lugar. El poder feudal se ejerce sobre los hombres en fábricas-prisiones y hubo de volverse a un tipo de tra­
la medida en que pertenecen a cierta tierra: la inscrip­ bajó convencional en que las personas llegan por la
ción geográfica es un medio de ejercicio del poder.. mañana, trabajan, y dejan el trabajo al caer la noche.
En efecto, la inscripción de los hombres equivale a Vemos entonces cómo se multiplican las instituciones
una localización. Por el contrario, la sociedad moder­ en que el tiempo de las personas está controlado, aun­
na que se forma a comienzos del siglo x ix es, en el que no se lo exploté efectivamente én su totalidad,
fondo, indiferente o relativamente indiferente a la para convertirse én tiempo dé trabajo.
pertenencia espacial de los individuos, no sé interesa
A lo largo del siglo xix se dictan una serie de me­
en absoluto por el control espacial de éstos en el sen­
didas Con vistas a suprimir las fiestas y disminuir el
tido de asignarles la pertenencia de una tierra, a un
tiempo de descanso; una técnica muy sutil se elabora
lugar, sino simplemente en tanto tiene necesidad de
durante este siglo para controlar la economía de los
que los hombres coloquen su tiempo a disposición obreros. Por una parte, para qué la economía tuviese
de ella. Es preciso que el tiempo de los hombres se la necesaria flexibilidad era precisó que en épocas crí­
ajuste al aparato de producción, que éste pueda utili­ ticas se pudiese despedir a los individuos; pero por
zar el tiempo de vida, el tiempo de existencia de los otra parte, para que los obreros pudiesen recomenzar
hombres. Este es el sentido y la función del control el trabajo al cabo de esté necesario período de desem­
que se ejerce. Dos son las cosas necesarias para la pleo y no muriesen de hambre por falta de ingresos,
formación de la sociedad industrial: por una parte, es era preciso asegurarles unas reservas. A esto se debe
preciso que el tiempo de los hombres sea llevado al el aumento de salarios que se esboza claramente eñ
mercado, y ofrecido a los compradores quienes, a su Inglaterra en los años 40 y en Francia en la decada
vez, lo cambiarán por un salario; y por otra parte es siguiente. Péro, una vez asegurado que los obreros ten­
preciso que se transforme en tiempo de trabajo. A ello drán dinero hay que cuidar de que no utilicen sus
se debe que encontremos el problema de las técnicas ahorros antes del momento en que queden desocupa­
de explotación máxima del tiempo en todá uña serié dos. Los obreros no deben utilizar sus economías cuán­
de instituciones. do les parezca, por ejemplo, para hacer una huelga o
Recuérdese el ejemplo que he referido, en él se en­ celebrar fiestas. Surge entonces la nécesidad de con­
cuentra este fenómeno en su form a más compacta, en trolar las economías del obrero y de ahí la creación,
estado puro. Una institución compra de una vez para en la década de 1820 y sobre todo, a partir d é los
siempre y por el precio de un premio el tiempo exhaus­ años 40 y 50 de las cajas de ahorro y las cooperativas
tivo de la vida de los trabajadores, de la mañana a la de asistencia, etc., que permiten drenar las ‘economías
noche y de la noche a la máñana. El mismo fenómeno de los obreros y controlar la manera en que son utili­
se encuentra en otras instituciones: en las instituciones zadas. De este modo el tiempo del obrero, no sólo el
pedagógicas cerradas que se abrirán poco a poco con tiempo de su día laboral, sino el de su vida entera,
el transcurso del siglo, en los reformatorios, los orfa­ podrá efectivamente ser utilizado de la m ejor manera

131
posible por el aparato de producción. Y es así que a su existencia. ¿Por qué razón no sólo se enseña a leer
través de estas instituciones aparentemente encami­ en las escuelas sino que además se obliga a las perso­
nadas a brindar protección y seguridad se establece nas a lavarse? Hay aquí una suerte de polimorfismo,
un mecanismo por el que todo el tiempo de la existen­ polivalencia, indiscreción, no discreción, de sincretis­
cia humana es puesto a disposición de un mercado de mo de esta función de control de la existencia.
trabajo y de las exigencias del trabajo. La primera Pero si analizamos de cerca las razones por las qué
función de estas instituciones de secuestro es la explo­ toda la existencia de los individuos está controlada por
tación de la totalidad del tiempo. Podría mostrarse, estas instituciones veríamos que, en el fondo, se trata
igualmente, cómo el mecanismo del consumo y la pu­ no sólo de una apropiación o una explotación de la
blicidad ejercen este control general del tiempo en los máxima cantidad de tiempo, sino también de controlar,
países desarrollados. formar, valorizar, según un determinado sistema, el
La segunda función de las instituciones de secues­ cuerpo del individuo. Si hiciéramos una historia de
tro no consiste ya en controlar el tiempo de los indi­ control social del cuerpo podríamos mostrar que in­
viduos sino, simplemente, sus cuerpos. Hay algo muy cluso hasta el siglo xvm el cuerpo de los individuos
curioso en estas instituciones y es que, si aparente­ es fundamentalmente la superficie de inscripción de
mente son todas especializadas — las fábricas están suplicios y penas; el cuerpo había sido hecho para ser
hechas para producir; los hospitales, psiquiátricos o atormentado y castigado. Ya en las instancias de con­
no, para curar; las escuelas para enseñar; las prisio­ trol que surgen en el siglo xix el cuerpo adquiere
nes para castigar— su funcionamiento supone una dis­ una significación totalmente diferente y deja de ser
ciplina general de la existencia que supera ampliamente aquello que debe ser atormentado para convertirse en
las finalidades para las que fueron creadas. Resulta algo que ha de ser formado, reformado, corregido, en
muy curioso observar, por ejemplo, cómo la inmorali­ un cuerpo que debe adquirir aptitudes, recibir ciertas
dad (la inmoralidad sexual) fue un problema conside­ cualidades, calificarse como cuerpo capaz de trabajar.
rable para los patrones de las fábricas en los comienzos Vemos aparecer así, claramente, la segunda función.
del siglo xix. Y esto no sólo en función de los proble­ La primera función del secuestro era explotar el tiem­
mas de natalidad, que entonces se controlaba muy mal, po de tal modo que el tiempo de los hombres, el vital,
al menos a nivel de la incidencia demográfica: es que se transformase en tiempo de trabajo. La segunda fun­
la patronal no soportaba el libertinaje obrero, la sexua­ ción consiste en hacer que el cuerpo de los hombres se
lidad obrera. Resulta sintomático que en los hospitales, convierta en fuerza de trabajo. La función de transfor­
psiquiátricos o no, que han sido concebidos para curar, mación del cuerpo en fuerza de trabajo responde a la
el comportamiento sexual, la actividad sexual esté pro- función de transformación del tiempo en tiempo de
hibida. Pueden invocarse razones de higiene, no obs- trabajo.
tante, estas razones son marginales en relación con r o t e r r e r o f n n n r i n flfrm fic < riu ^ 1 rittic T O T T e s -d e -~ s e c u e s ­
una especie de decisión general, fundamental, univer­ tros consiste en la creación de un nuevo y curioso tipo
sal de que un hospital, psiquiátrico o no, debe en­ de poder. ¿Cuál es la forma de poder que se ejerce en
cargarse no sólo de la función particular que ejerce estas instituciones? Un poder polimorfo, polivalente.
sobre los individuos sino también de la totalidad de En algunos casos hay por un lado un poder económi-

132 133
co: en una fábrica el poder económico ofrece un sa- Por último, hay una cuarta característica del po­
larío a cambio de un tiempo de trabajo en un aparato der. Poder que de algún modo atraviesa y anima a es­
de producción que pertenece al propietario. Además tos otros poderes. Trátase de un poder epistemológi­
de éste existe un poder económico de otro tipo: el ca­ co, poder de extraer un saber de y sobre estos indivi­
rácter pago del tratamiento en ciertas instituciones hos­ duos ya sometidos a la observación y controlados por
pitalarias. Pero, por otro lado, en todas estas institu- estos diferentes poderes. Esto se da de dos maneras.
ciones hay un poder que no es sólo económico sino Por ejemplo, eh una institución como la fábrica el tra­
también político. Las personas que dirigen esas insti­ bajo del obrero y el saber que éste desarrolla acerca
tuciones se arrogan el derecho de dar órdenes, estable­ de su propio trabajo, los adelantos técnicos, las peque-
cer reglamentos, tomar medidas,. expulsar a algunos „ñas invenciones y ,descubrimientos, las micro-adapta­
individuos y aceptar a otros, etc. En tercer lugar, este ciones que puede hacer en el curso dé su trabajo, son
mismo poder, político y económico, es también judi­ inmediatamente anotadas y registradas y, por consi­
cial. En estas instituciones no sólo se dan órdenes, se guiente, extraídas de su práctica por el poder que se
toman decisiones y se garantizan funciones tales como ejerce sobré él a través de la vigilancia. Así, poco a
la producción o el aprendizaje, también se tiene el de­ poco, el trabajo del obrero es asumido ñor cierto sa­
recho de castigar y recompensar, o de hacer compare­ ber de la productividad, saber técnico de la producción
cer ante instancias de enjuiciamiento. E l micro-poder que permitirá un refuerzo del control. Comprobamos
que funciona en el interior de estas instituciones es al de esta manera cómo se forma un saber extraído de los
mismo tiempo un poder judicial. individuos mismos a partir de su propio comporta­
Resulta sorprendente comprobar lo que ocurre en miento. -
las presiones, a donde se envía a los individuos Además de éste hay un segundo saber que se forma
que han sido juzgados por un tribunal pero que, no de la observación y clasificación de los individuos, dél
obstante ello, caen bajo la observación de un micro- registro, análisis y comparación de sus comportamien­
tribunal permanente, constituido por los guardianes y tos. Al Jado de este saber tecnológico propio de todas
el director de la prisión que, día y noche, los castigan las instituciones de secuestro, nace un saber de ob­
según su comportamiento. E l sistema escolar se basa servación, de algún modo clínico, el de la psiquiatría,
también en una especie de poder judicial: todo el tiem­ la psicología, la psico-sociología. la criminología, etc.
po se castiga y se recompensa, se evalúa, se clasifica, Los individuos sobre los que se ejerce el poder pueden
se dice quién es el m ejor y quién el peor. Poder judicial ser el lugar de donde se éxtrae el saber que ellos mis­
que, en consecuencia, duplica el modelo del poder judi­ mos forman y que será retranscrito y acumulado según
cial. ¿Por qué razón para enseñar algo a alguien, ha de nuevas normas; o bien pueden ser objetos de un sá-
castigarse o recompensarse? El sistema parece eviden­ ber que permitirá a su vez nuevas formas de control.
te pero si reflexionamos veremos que la evidencia se Por ejemplo, hay. un saber psiquitárico que nació y se
disuelve; leyendo a Nietzsche vemos que puede con­ desarrolló hasta Freud, quien produjo la primera rup­
cebirse un sistema de transmisión del saber que no se tura. El saber psiquiátrico se form ó a partir de. un
coloque en el seno de un aparato sistemático de poder campo de observación ejercida práctica y exclusivamen­
judicial, político o económico. te por los médicos que detentaban el poder en un cam-

134 135
\

po institucional cerrado: el asilo u hospital psiquiátri­ dad legalista de Beccaria? En mi opinión, la prisión
co. La pedagogía se constituyó igualmente a partir de se impuso simplemente porque era la forma concentra­
las adaptaciones mismas del niño a las tareas escola­ da, ejemplar, simbólica, de todas estas instituciones
res, adaptaciones que, observadas y extraídas de su de secuestro creadas en el siglo xix. De hecho, la pri­
comportamiento, se convirtieron en seguida en leyes sión es isomorfa a todas estas instituciones. En el gran
de funcionamiento de las instituciones y forma de po­ panoptismo social cuya función es precisamente la
der ejercido sobre él. r transformación de la vida de los hombres en fuerza
- En esta tercera función de las instituciones de se­ productiva, la prisión cumple un papel mucho más
cuestro a través de los juegos de poder y saber — po­ simbólico y ejemplar que económico, penal o correcti­
der múltiple y saber que interfiere y sé ejerce simul­ vo. La prisión es la imagen de la sociedad, su imagen
táneamente en estás instituciones— tenemos la trans­ invertida, una imagen transformada en amenaza. La
formación de la fuerza del tiempo y la fuerza de tra­ prisión emite dos discursos: «H e aquí lo que la socie­
bajo y su integración en la producción. Que el tiempo dad es; vosotros no podéis criticarme puesto que yo
de la vida se convierta en tiempo de trabajo, que éste hago únicamente aquello que os hacen diariamente en
a su vez se transforme en fuerza de trabajo y que la la fábrica, en la escuela, etc. Y o soy pues, inocente, soy
fuerza de trabajo pase a ser fuerza productiva: todo apenas una expresión de un consenso social». En la
esto es posible por el juego de una serie de institu­ teoría de la penalidad o la criminología se encuentra
ciones que, esquemática y globalmente, se definen como precisamente esto, la idea de que la prisión no es una
instituciones de secuestro. Creo que cuando examina­ ruptura con lo que sucede todos los días. Pero al mis­
mos de cerca a estas instituciones de secuestro nos mo tiempo la prisión emite otro discurso: «L a m ejor
encontramos siempre con un tipo de envoltura gene­ prueba de que vosotros no estáis en prisión es que yo
ral, un gran mecanismo de transformación, cualquie­ existo como institución particular separada de las de­
ra sea el punto de inserción o de aplicación particular más, destinada sólo a quienes cometieron una falta
de estas instituciones: cómo hacer del tiempo y el contra la ley».
cuerpo de los hombres, de su vida, fuerza productiva. Así, la prisión se absuelve de ser tal porque se ase­
El secuestro asegura este conjunto de mecanismos. m eja al resto y al mismo tiempo absuelve a las demás
Para terminar, desarrollaré precipitadamente algu­ instituciones de ser prisiones porque se presenta como
nas conclusiones. En primer lugar creo que este aná­ válida únicamente para quienes cometieron una falta.
lisis permite explicar la aparición de la prisión, una Esta ambigüedad en la posición de la prisión me pare­
institución que, como hemos visto, resulta ser bastan­ ce que explica su increíble éxito, su carácter casi evi­
te enigmática. ¿Cómo es posible que partiendo de una dente, la facilidad con que se la aceptó a pesar de que,
teoría del Derecho Penal como la de Beccaria pueda desde su aparición en la época en que se desarrollaron
llegarse á algo tan paradójico como la prisión? ¿Cómo los grandes _penáles”déíT817 a 1830, todo el^müíido' sa^
pudo imponerse una institución tan paradójica y llena bía cuáles eran sus inconvenientes y su carácter funes­
de inconvenientes a un derecho penal que, en aparien­ to. y dañino. Esta es la razón por la que la prisión
cia, era rigurosamente racional? ¿Cómo pudo impo­ puede incluirse y se incluye de hecho en la pirámide de
nerse un proyecto de prisión correctiva a la racionali­ los panoptismos sociales.

136 137
La segunda conclusión es más polémica. Alguien haciendo de ellos agentes productivos, trabajadores. La
dijo: la esencia completa del hombre es el trabajo. En ligazón del hombre con el trabajo es sintética, políti­
verdad esta tesis ha sido enunciada por muchos: la ca; es una ligazón operada por el poder. N o hay plus-
encontramos en Hegel, en los post-hegelianos, y tam­ ganancia sin sub-poder. Cuando hablo de sub-poder me
bién en Marx, en todo caso en el Marx de cierto pe­ refiero a ese poder que se ha descrito y no me refiero
ríodo, diría Althusser; como yo no me intereso por los al que tradicionalmente se conoce como poder político:
autores sino por el funcionamiento de los enunciados no se trata de un aparato de Estado ni de la clase .en
poco importa quién lo dijo o cuándo. Lo que yo qui­ el poder, sino del conjunto de pequeños poderes e ins­
siera que quedara en claro es que el trabajo no es en tituciones situadas en un nivel más bajo. Hasta ahora
absoluto la esencia concreta del hombre o la existen­ he intentado hacer el análisis deí sub-poder como con­
cia del hombre en su forma concreta. Para que los dición de posibilidad de la plus-ganancia. , .,
hombres sean efectivamente colocados en el trabajo La última conclusión es que este sub-poder, con­
y ligados a él es necesaria una operación o una serie dición de la plus-ganancia provocó al. establecerse y
de operaciones complejas por las que los hombres se entrar en funcionamiento el nacimiento de una serie
encuentran realmente, no de una manera analítica Sino de saberes —-saber del individuo, de la normalización,
sintética, vinculados al aparato de producción para el saber correctivo— que se multiplicaron en estas ins­
que trabajan. Para que la esencia del hombre pueda tituciones del sub-poder haciendo que surgieran las
representarse como trabajo se necesita la operación o llamadas ciencias humanas y el hombre como objeto
la síntesis operada por un poder político. de Ja ciencia.
Por lo tanto, creo que no puede admitirse pura y Puede verse así, cómo es que la descripción de la
simplemente el análisis tradicional del marxismo que plus-ganancia implica necesariamente el cuestionamien-
supone que, siendo el trabajo la esencia concreta del to y el ataque al sub-poder y cómo se vincula éste for­
hombre, el sistema capitalista es el que transforma este zosamente al cuestionamiento de las ciencias humanas
trabajo en ganancia, plus-ganancia o plus-valor. En V del hombre como objeto privilegiado y fundamental
efecto, el sistema capitalista penetra mucho más pro­ de un tipo de saber. Puede verse también — si mi aná­
fundamente en nuestra existencia. Tal como se instau­ lisis es correcto— que no podemos colocar a las cien­
ró en el siglo xix, este régimen se vio obligado a elabo­ cias del hombre al nivel de una ideología que es mero
rar un conjunto de técnicas políticas, técnicas de po­ reflejo v expresión en la conciencia de las relaciones
der, por las que el hombre se encuentra ligado al traba­ de producción. Si es verdad lo que digo, ni estos sa­
jo, por las que el cuerpo y el tiempo de los hombres beres ni estas formas de poder están por encima de las
se convierten en tiempo de trabajo y fuerza de traba­ relaciones de producción, no las expresan y tamnoco
jo y pueden ser efectivamente utilizados para transfor­ permiten reconducirlas. Estos saberes y estos poderes
marse en plus-ganancia. Pero para que haya plus-ga­ están firmemente arraigados no sólo en la existencia
nancia es preciso que haya sub-poder, es preciso que al de los hombres sino también en las relaciones de pro­
nivel de la existencia del hombre se haya establecido ducción. Esto es así porque para eme existan las re­
una trama de poder político microscópico, capilar, ca­ laciones de producción que caracterizan a las socieda­
paz de ¿ ja r a los hombres al aparato de producción. des capitalistas, es preciso que existan, además de

138 139
ciertas determinaciones económicas, estas relaciones
de poder y estas formas de funcionamiento de saber.
Poder y saber están sólidamente enraizados, no se su­
perponen a las relaciones de producción pero están
mucho más arraigados en aquello que las constituye.
Llegamos así a la conclusión de que la llamada ideolo­
gía debe ser revisada. La indagación y el examen son
Precisamente formas de saber-poder que funcionan al
nivel de la apropiación de bienes en la sociedad feudal
y al nivel de la producción y la constitución de la plus-
ganancia capitalista. Este es el nivel fundamental en
que se sitúan las formas de saber-poder tales como la
indagación y el examen.
APENDICE

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