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Art. Peñafiel y Mesa.

- Cuando el maestro o la maestra elabora la


programació n de aula, ¿qué aspectos debe tener en cuenta en cada uno de
los elementos de la programació n para atender a la diversidad del aula?

Según el artículo de Peñafiel:

Una vez realizado el Proyecto de Centro (PC) y el Proyecto Curricular (PCC), cuando el maestro o maestra
elabora la programación de aula, debe seleccionar y adaptar los diferentes elementos a las características y
necesidades de su grupo de alumnos para conseguir dar respuesta al grupo como tal y a cada individuo dentro del
mismo. Para abordar dicha labor será necesario tener en cuenta: objetivos, contenidos, metodología y evaluación.

Los objetivos/contenidos deben alcanzar su máximo nivel de concreción en el aula, para poder planificar
actividades y estrategias concretas para su desarrollo y evaluar el grado de consecución de los mismos; deben
ser comunes para todos aunque algunos se adapten a las necesidades específicas de ciertos alumnos; deben ser
comunes a todas las áreas; deben medirse las capacidades y no la consecución de los objetivos finales; y tienen
que ser funcionales y accesibles para todo el alumnado.

En cuanto a la metodología, el tutor facilitará aprendizajes significativos para lo cual realizará tareas
estableciendo la siguiente metodología: determinar cuáles son los requisitos previos para la adquisición de un
nuevo conocimiento, preparar actividades y materiales que faciliten nuevos aprendizajes, motivar al alumnado
teniendo en cuenta sus intereses y capacidades personales, y organizar el aula para que el alumno/a pueda
buscar información.

La evaluación debe ser entendida como un proceso; es necesario hacer una evaluación inicial teniendo en cuenta
las características del alumnado para establecer desde el principio unos criterios de evaluación objetivos.

Según el artículo de Mesa:

La programación de aula es un conjunto de experiencias o unidades didácticas de trabajo, ordenadas y


secuenciadas de acuerdo con los criterios seguidos por un conjunto de profesores y profesoras y adaptadas a las
necesidades concretas de cada grupo de alumnos. Ésta se considera una respuesta a la diversidad por la
adaptación que se realiza del currículum a las características y peculiaridades de cada grupo de alumnos y
alumnas. En la programación, como elemento de atención a la diversidad, podemos distinguir 2 fases: su diseño y
su desarrollo.

Para que un maestro/a atienda a la diversidad existente en su grupo clase, hay que tener en cuenta, en la
programación de aula, principalmente, 4 elementos: los objetivos, los contenidos, la metodología y la evaluación.

En relación con los objetivos, que son los que orientan el proceso e-a, un elemento fundamental en la concreción
de éstos será la evaluación inicial que hagamos del alumnado antes del desarrollo de la programación. El profesor
antes de comenzar su programación debe conocer las características del alumnado al que se dirige y el nivel de
conocimientos e ideas previas que poseen para afrontar dicha programación. Si tras la evaluación inicial el
profesorado detecta que la distancia, entre lo que el alumnado sabe y los objetivos y contenidos previstos en la
programación, es excesiva o no, tendrá que plantear nuevos objetivos más ajustados a la realidad de su alumnado
para así atender a la diversidad de conocimientos previos que puede haber en un aula.

Además, será necesario que los formule en términos de capacidades, que se encuentran en continuo desarrollo y
no como algo terminal que han de conseguir todos los alumnos y alumnas sin atender a sus características
personales. Gracias a esto, no se exigirá que los alumnos aprendan los mismos conocimientos, habilidades y
destrezas, sino que desarrollen, en la medida de sus posibilidades, la capacidad expresada en el objetivo.
Además, los objetivos deben integrar equilibradamente los 5 tipos de capacidades que configuran el currículum
(cognitivas, motrices, de relación interpersonal, de equilibrio personal y de inserción y actuación social) para
promover un desarrollo armónico e integral de la persona.
El profesorado da respuesta a la diversidad de su aula cuando los contenidos que va a impartir están ordenados,
organizados y secuenciados a lo largo de cada curso, ciclo o etapa, para garantizar la significatividad lógica y
psicológica de los mismos; además, se debe garantizar la presencia equilibrada de los 3 tipos de contenidos
(conceptuales, procedimentales y actitudinales), para poder tratar las diferencias individuales y posibilitar el
aprendizaje, pues todos los alumnos/as no aprenden de la misma manera; también se atiende a la diversidad
cuando los contenidos están categorizados dependiendo del valor de los mismos para así dar respuesta a las
exigencias o necesidades del alumnado, en este caso el maestro o maestra debería tener categorizados los
contenidos establecidos para su curso, sin olvidar que todos estos no tienen que ser obligatorios para todo el
alumnado, sino que de acuerdo a sus características aprendan, en la medida de lo posible, los contenidos
definidos como básicos o fundamentales, y, por otro lado, el docente debe contar con una amplia gama de
contenidos complementarios y opcionales para hacer frente y dar respuesta a la diversidad en el aula.

Los contenidos más básicos podrían ser aquellos que poseen un carácter más funcional y que están en condiciones
de satisfacer las expectativas personales de la mayoría de los alumnos. Pero también, los que contribuyen en
mayor medida, al desarrollo de las capacidades básicas, o resultan imprescindibles para posteriores aprendizajes
y que por tanto deben adquirir todos los alumnos y alumnas. Los contenidos complementarios, pueden dirigirse
tanto a aquellos alumnos con o sin dificultades para el aprendizaje.

Los docentes deben atender a la diversidad del alumnado también a través de su metodología. Para ello, esta
deberá partir de los intereses y experiencias previas de los alumnos/as, proponiendo tareas que estén al alcance
de los mismos y conectando las actividades de e-a con la vida real para despertar así su interés y que adquieran
los contenidos del aprendizaje que se está llevando a cabo. Hay que tener en cuenta las peculiaridades de cada
alumno/a, además de sus ritmos de aprendizaje para adaptar los métodos y recursos a las diferencias que
existen entre ellos/as y a las distintas situaciones que puedan plantearse dentro del aula, etc.

Del mismo modo, cuando distintos aspectos metodológicos como el clima de clase, las relaciones entre maestro-
alumno o alumno-alumno, los agrupamientos, la organización espacial y temporal, la utilización de recursos y
materiales, el propio papel del profesor y del alumno en el proceso de e-a, etc., se plantean de forma abierta,
flexible y plural para dar respuesta a las diferencias presentes en los alumnos del grupo, se podrá afirmar que
dicha metodología responde al principio de atención a la diversidad.

A la hora de elegir una u otra opción metodológica el profesorado debe plantearse, entre otras cosas, si dicha
opción favorecerá una presentación de los contenidos que facilite al alumnado construir su propio aprendizaje,
partiendo de sus conocimientos previos; si estimulará la motivación del alumnado permitiéndole descubrir el
interés, la aplicación y el sentido de lo que aprenden; si servirá para que el alumnado pueda utilizar los
conocimientos adquiridos en otras situaciones de su vida cotidiana que lo requieran; si fomentará la utilización de
estrategias didácticas diversas para que todos los alumnos y alumnas tengan la oportunidad de alcanzar los
objetivos previstos en distintos grados aunque sus ritmos de aprendizajes sean distintos y sus aptitudes e
intereses también, etc., atendiendo así a la diversidad dentro del aula.

En relación con la evaluación, su función específica consiste en obtener información sobre los procesos de e-a,
para analizarla y valorarla con el propósito de tomar decisiones e introducir los elementos de ajuste necesarios
para adaptarlos a las características y necesidades del alumnado.

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