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Poder Judicial de la Nación

CÁMARA NACIONAL DE APELACIONES DEL TRABAJO -


SALA V
Expediente Nº CNT 7781/2015/CA1

Expediente Nº CNT 7781/2015/CA1


SENTENCIA DEFINITIVA 84326
AUTOS: “LOIZAGA RAMIRO LUCAS C/ FUNDACION RICART Y OTRO S/
DESPIDO” (JUZGADO Nº 4)

En la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, capital federal de la República Argentina, a


los 03 días del mes de agosto de 2020 se reúnen los señores jueces de la
Sala V, para dictar la sentencia en esta causa, quienes se expiden en el orden de votación
que fue sorteado oportunamente, la Dra. BEATRIZ E. FERDMAN dijo:
I- La sentencia de fs. 217/219 que hizo lugar a la demanda, fue apelada por
ambas demandadas en los términos y con los alcances que surgen del memorial de fs.
223/227, con su respectiva réplica a fs. 229/230.
II- Los agravios formulados por la parte demandada se encuentran dirigidos a
cuestionar que el vínculo laboral existente con el Sr. Lozaiga se hubiera extinguido por
voluntad del trabajador el día 16/10/2014. Asimismo, el apelante cuestiona la extensión
de responsabilidad a la codemandada Ribor SRL y que no se haya descontado del monto
de condena la suma de $12.902,11 en teoría abonada por su parte el día 28/10/2014.
De acuerdo a la forma en la que fueron presentados los agravios, me abocaré a
analizar en primer término la forma de extinción del vínculo laboral habido.
Así, para decidir que el vínculo culminó por decisión del trabajador el día
16/10/2014, la Sra. Juez “a quo” tuvo en especial consideración el intercambio
telegráfico descripto por las partes y acompañado a la causa. En virtud de ello, concluyó
que fue el silencio de la empleadora frente a los requerimientos del demandante lo que
determinó el distracto en los términos previstos por el artículo 242 LCT (ver fs. 218 del
decisorio).
Siendo ello así, estimo relevante memorar que el día 08/10/2014 el trabajador
remitió la CD 279226352 con los siguientes términos: “Intimo plazo 48hs proceda a
regularizar categoría laboral acorde a las tareas realizadas por mi parte caso
contrario me considero injuriado y despedido por vuestra exclusiva culpa” (ver fs. 35),
comunicación que no fue replicada por la contraria sino hasta el día 16/10/2014 (ver fs.
38), en virtud de lo cual el demandante volvió a enviar una misiva con fecha 16/10/2014
ratificando los términos de la CD del día 08/10/2014 y considerándose despedido debido
al silencio guardado por quien era su empleadora.
En tal orden de razonamiento, surge que la demandada incumplió con la carga o
el deber de explicarse cuando es intimado por el trabajador, obligación que como es
sabido deriva de la aplicación del principio de buena fe (cfr. art. 63 de la LCT). En
consecuencia, cabe otorgar al silencio guardado por la accionada el efecto presuncional

Fecha de firma: 03/08/2020


Firmado por: LAURA MATILDE D'ARRUDA, SECRETARIO DE CAMARA 1
Firmado por: BEATRIZ E. FERDMAN, JUEZ DE CÁMARA
Firmado por: NESTOR MIGUEL RODRIGUEZ BRUNENGO, JUEZ DE CAMARA

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que estatuye el art. 57 de la LCT por lo que a ésta correspondía la carga de desvirtuar las
afirmaciones vertidas por el trabajador relativas a los incumplimientos que le atribuye,
objetivo que no encuentro cumplimentado en forma cabal.
En este contexto, debo resaltar que si bien el apelante expresó su disconformidad
con el resultado de la sentencia de grado, en ningún momento rebatió los argumentos allí
utilizados, por lo que la queja técnicamente se encontraría desierta (art. 116 LO). En
efecto, observo que la demandada no solo pasa por alto cuestiones relevantes analizadas
en la sentencia de origen, sino que parece desconocer que la sentenciante dio acabada
respuesta en su decisorio a cuestiones y requerimientos mencionados en el memorial
recursivo presentado ante esta alzada.
A modo de ejemplo, el apelante a fs. 225 expresa que “El inferior como se
insiste en referir ante V.E parece no haber tenido en cuenta en sus considerandos,
precisamente esta última afirmación que es el propio actor quien acompaña en autos la
carta documento de mi mandante” cuando lo concreto es que la magistrada sí atendió
dicho extremo a fs. 218 cuando mencionó que “La misiva del 21/10/14 que alude en el
responde (acompañada por el actor a fs. 3 del sobre obrante a fs. 4) rechaza el despido
dispuesto y reitera la intimación a reintegrarse bajo apercibimiento del abandono de
trabajo, por lo que cabe estar a la fecha y modo de extinción del vínculo aludidos en el
párrafo anterior”. Es decir, la quejosa omite mencionar que el extremo introducido en el
escrito de apelación fue efectivamente evaluado y considerado por la magistrada que me
precede al momento de concluir que la relación laboral se extinguió por despido
indirecto.
Sin perjuicio de ello, y con el solo fin de salvaguardar el derecho de defensa en
juicio del apelante, diré que –de sortearse el escollo formal- la queja esgrimida tampoco
tendría favorable acogida en mi voto. Digo esto, en tanto no conmueve mi criterio el
hecho de que la empleadora hubiera dado respuesta a la intimación del actor el día
16/10/2014 ya que la intimación cursada por éste para una correcta registración del
vínculo ocurrió el 08/10/2014, es decir, 6 días hábiles después, lo cual –a mi modo de
ver- constituye tiempo suficiente como para que el trabajador –ante la falta de respuesta-
proceda a la extinción del vínculo laboral.
Dicho en otros términos entiendo que -vencido el plazo otorgado a tal efecto-
ante el silencio de la empleadora o como consecuencia de su respuesta extemporánea o
evasiva deviene justificada la decisión resolutiva adoptada por el dependiente de manera
indirecta.
No soslayo que la recurrente acompañó a fs. 36 el TCL mediante el cual habría
dado respuesta al requerimiento del actor el día 15/10/2014, mas lo cierto es que –dicha
comunicación- fue enviada a un domicilio diferente a aquél que fuera reputado como
válido por el propio trabajador en la primera comunicación. Nótese que, en la misiva del

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día 08/10/2014 transcripta supra, el Sr. Loizaga manifestó lo siguiente: “A los fines
legales constituyo domicilio procesal en el estudio jurídico de la Dra. Sandra Alfonso
sito en la calle vuelta de obligado 1972 2°K de la Capital Federal” (ver fs. 35), por lo
cual carece de sentido que la demandada hubiera replicado dicha misiva a un domicilio
diferente al allí denunciado por el demandante.
En tal orden de razonamiento y como bien señala la Sra. Juez de la anterior
instancia el despido es un acto jurídico unilateral y recepticio que se perfecciona cuando
el mismo entra en la esfera de conocimiento del destinatario produciendo a partir de
dicho momento sus efectos cancelatarios e extintivos, operando la irrevocabilidad de la
voluntad rescisoria (cfr art. 234 LCT) circunstancia que en el caso se produjo –reitero- el
16 de octubre de 2014 de acuerdo al intercambio telegráfico acompañado por la propia
demandada en el responde.
Por otra parte, con independencia de si la demandada acreditó en autos o no
haber enviado la misiva en la cual supuestamente extinguía el vínculo laboral en los
términos del artículo 244 LCT- lo cierto es que tal supuesto igualmente habría ocurrido
con posterioridad a que el Sr. Loizaga decidiera romper el vínculo laboral el día
16/10/2014, por lo que carecería de efecto el despido argüido por la empleadora en tanto
habría ocurrido cuando la relación ya no se encontraba vigente. Nótese que es la propia
recurrente quien, al momento de contestar la acción, no solo acompañó la primera CD
enviada por el trabajador en la cual fue intimada a regularizar la relación (ver fs. 35) sino
que además mencionó haber procedido al despido recién el 21/10/14, esto es –insisto-
con posterioridad al despido indirecto en el que oportunamente se colocara el
demandante (ver fs. 49vta).
En consecuencia, habiendo fenecido el vínculo por voluntad del trabajador antes
de la fecha indicada por la demandada, ninguna relevancia adquiere el supuesto despido
por abandono de trabajo, pues el mismo se habría producido con posterior al día
16/04/2014, operando –a partir de dicha fecha- la irrevocabilidad de la decisión
rupturista (art. 234 LCT).
Solo a mayor abundamiento, y con el fin de no desatender aquello que fuera
esgrimido por la recurrente a fs. 224, debo señalar que si bien la empleadora hace
hincapié en que la magistrada de grado habría hecho caso omiso al derecho aplicable, lo
cierto es que en ningún momento refiere cuál sería el derecho que no se aplicó o, en su
defecto, cuál se habría aplicado de manera errónea, máxime si se tiene en cuenta que –
contrariamente a lo expuesto en el memorial- la sentenciante no basó su decisión en la
doctrina sino en hechos puntuales de la causa como el intercambio telegráfico,
declaraciones testimoniales e incluso en el Fallo Plenario N°36 del 22/03/57, por lo que

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el cuestionamiento efectuado deviene meramente enunciativo y sin fundamento jurídico
o fáctico que lo respalde.
En definitiva, las circunstancias presentes en el sub lite y descriptas supra,
aunadas –insisto- al silencio por parte de la empresa a las intimaciones formuladas por
el actor, constituyó injuria de tal gravedad que no consintió la prosecución del vínculo
(cfr. arts. 242 y 246 de la LCT), por lo que asistió derecho al trabajador a considerarse
despedido a través de la comunicación efectuada el 16 de octubre de 2014, por lo que la
ex empleadora deberá asumir las consecuencias de su obrar ilegítimo (cfr. art. 245 LCT).
Así se declara.
Por todos los fundamentos expuestos, la sentencia atacada ha de ser confirmada
en este tramo que decide.
III.- A continuación, la demandada cuestiona la extensión de responsabilidad a la
demandada Ribor SRL en los términos del artículo 26 LCT pues afirma que,
contrariamente a lo decidido en origen, el actor no incluyó dentro de su reclamo el
marco de un régimen de pluriempleo, por lo que –entiende- el análisis llevado a cabo en
la instancia anterior excedería los términos en los cuales quedó trabada la Litis.
Sin embargo, no obstante el esfuerzo argumental realizado, la queja no podrá
prosperar.
Sobre el punto, es menester destacar que a fs. 62 se tuvo por acumulado a la
presente causa, el expediente Nro. 8106/2015 en tanto –debido a la conexidad de los
temas en debate- la resolución de los conflictos de manera separada podría haber dado
lugar a sentencias contradictorias.
Sentado ello, observo que –en concordancia con lo que fuera manifestado por la
magistrada que me precede- los hechos descriptos por el trabajador encuadran en lo
dispuesto por el artículo 26 LCT en tanto, las labores desarrolladas [y denunciadas en los
líbelos iniciales] para ambas empleadoras coinciden con la hipótesis del empleador
múltiple, esto es, cuando las personas físicas utilizan en forma conjunta e indistinta los
servicios del trabajador asumiendo el rol de empleador plural que describe la norma y
las consecuencias de su obrar como tal.
De este modo, al iniciar la acción contra Fundación Ricart, el Sr. Loizaga detalló
que “El horario de trabajo se desarrollaba entre las 8.00 hs hasta las 17.00hs de lunes
a viernes, cumpliendo 9 horas de trabajo diarias, cuya tarea era realizar la actividad
administrativa-contable del establecimiento educativo. (…) Al año de la relación
laboral comenzó a manifestarle a su superior que no era coherente la categoría que
figuraba en el recibo de sueldo con la actividad que realmente desarrollaba y más aun
haciéndolo no solo para la demandada, sino también para la otra empresa familiar,
RIBOR SRL” (ver especialmente fs. 5vta/6), lo cual guarda estrecha relación con aquello
que fuera denunciado a fs. 17vta “El trabajo se llevaba a cabo en la otra empresa que

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también trabajaba denominada “Fundación Ricart”, allí le era llevada los libros
contables de RIBOR SA ya que ambas empresas se relacionan por sus actividades y por
la misma familia” marco fáctico –reitero- que encuadra en lo previsto por el artículo 26
LCT aplicado en origen y, por ende, no excede –a mi modo de ver- el planteo efectuado
por las partes y por el cual la demandada ejerció su derecho de defensa en juicio (art. 18
CN).
Por otro lado, señalo que la demandada al momento de contestar la acción (tanto
a fs. 47/52 y 120/124) esgrimió su defensa respecto a la situación planteada por el
demandante, en tanto manifestó expresamente que “Mi parte sabe y conoce que el actor
LOIZAGA ha entablado el m ismo OBJETO del reclamo a su único empleador (…) el
objeto del reclamo es despido y denunciará como fecha de ingreso el 11/06/2012 como
la que sostiene en estos autos, denunciará la misma remuneración y horario de trabajo
que arguye mantener a las órdenes de mi mandante” (ver específicamente fs. 121) por lo
que –nuevamente- el cuestionamiento efectuado por la recurrente deviene meramente
enunciativo y no constituye una queja concreta y razonada del decisorio de grado (art.
116 LO).
A mayor abundamiento, la aplicación del artículo 26 LCT al caso de marras se
encuentra debidamente acreditada en la causa mediante la prueba testimonial aportada
por la parte actora.
En efecto, la Sra. Romero Liliana Elisabet sostuvo a fs. 195/196 que “Entonces
el primer día de trabajo mío Ramiro me enseña todas las tareas relacionadas con
liquidaciones de sueldos y administración de personal primero de la fundación y
después con el correr de los días de Ribor SRL, que esa empresa que tenía personal
tercerizado para la fundación (…) porque eran dos empresas que se llevaban
contablemente por separado entonces me enseñó respecto a Ribor todo lo que es los
contratos de prueba que hacían en forma informal (…) y lo mismo se hacía en la
Fundación Ricart (…) Norma por la fundación le daba órdenes de trabajo al actor y
Silvia Ricart por Ribor Srl” lo cual es congruente con lo manifestado por la testigo
Lujan Angelini quien dijo “El actor trabajaba en el área de recursos humanos llevando
la contaduría del personal que trabajaba en la fundación y del personal tercerizado de
ribor del área de comedor y maestranza y lo sé porque yo trabajo ahí y lo veía a diario
en todo el colegio…” (ver fs. 198/199).
Asimismo –y en concordancia con aquello que fuera analizado por la magistrada
que me precede- observo que los dichos de los testigos no solo son congruentes y
coherentes entre sí, sino también con aquello que fuera manifestado por la parte actora
en el líbelo inicial, en tanto [como fuera analizado supra] –al momento de describir las

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circunstancias diarias de la relación laboral habida- expresó haber prestado servicios en
el área contable para ambas codemandadas.
En definitiva, dichas declaraciones analizadas conforme las reglas de la sana
crítica (cfr. art. 386 C.P.C.C.N.) corroboran las características de las funciones
desarrolladas por el trabajador y tomaron conocimiento personal sobre los hechos sobre
los cuales declararon, resultan coincidentes y corroboran las condiciones laborales
descriptas en el escrito inicial desde el inicio de la relación laboral, por lo que en tales
aspectos les otorgaré plena eficacia probatoria y convictiva sobre el tema en controversia
(cfr. arts. 90 L.O. y 456 del C.P.C.C.N.).
Surge entonces que el Sr. Loizaga era un dependiente que cumplía tareas como
administrativo contable para las codemandadas desde el año 2012 y que sus tareas eran
dirigidas tanto por el personal de Fundación Ricart como por el de Ribor SRL siendo
organizada su labor de acuerdo a su propio beneficio a fin de cumplir su actividad
empresarial.
En otras palabras, por aplicación del principio de primacía de la realidad,
entiendo que Fundación Ricart y Ribor SRL utilizaron los servicios del actor
beneficiándose con su prestación y, en dicha calidad, se desarrollaron en forma indistinta
como empleadoras. En suma, asumieron el rol de empleadoras que regula el artículo 26
LCT siendo solidariamente responsables por las obligaciones contraídas con el
dependiente que trabajó para ambas.
IV.- Por último, la demandada se queja por la falta de descuento de la suma de
$12.902,11 en teoría abonadas oportunamente al trabajador en concepto de sueldo anual
complementario del segundo semestre proporcional, vacaciones no gozadas y días
trabajados hasta la fecha del distracto.
Sin embargo, y no obstante mencionar que no soslayo la referencia a la pericia
contable efectuada, lo cierto es que la pretensión no podrá prosperar y ello así, en razón
del marco de las constancias del expediente que no permiten tener por acreditado el pago
denunciado.
En efecto, si bien la quejosa refiere a fs. 226vta que realizó el pago de la suma
mencionada supra, lo concreto es que no produjo la prueba idónea para demostrar la
cancelación de dicha obligación, que es sabido la constituye el recibo respectivo firmado
por el trabajador (cfr. art. 138 LCT) o bien las constancias bancarias del depósito (cfr.
arts. 124 y 125 LCT) siendo insuficiente para ello la registración de tales conceptos
como abonados en la documentación contable del empleador.
En este sentido, si bien la perito contadora designada informó acerca de la
existencia de un depósito emitido por el Banco Credicoop por la suma de $12.902,11, no
consta en la causal –reitero- el recibo de pago firmado por el trabajador, por lo que

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tampoco resulta suficiente –a mi entender- para proceder al descuento de la suma en


cuestión.
Por todo ello, entiendo que la sentencia de grado debe ser confirmada también en
este aspecto.
V.- Las costas de alzada propongo imponerlas solidariamente a cargo de las
demandadas vencidas (art. 68 CPCCN); y regular por los trabajos de alzada, a la
representación y patrocinio del actor y de demandada, el 30% de lo que en definitiva les
corresponda por la anterior a los abogados de cada parte (Ley Arancelaria vigente).

El DR. NÉSTOR MIGUEL RODRÍGUEZ BRUNENGO manifestó:


Que por análogos fundamentos adhiere al voto de la señora Juez de Cámara preopinante.

En virtud de lo que surge del acuerdo que antecede, el TRIBUNAL


RESUELVE: 1) Confirmar la sentencia apelada en todo lo que fue motivo de recursos y
agravios. 2) Costas y honorarios de alzada como se lo sugiere en el punto V del primer
voto. 3) Regístrese, notifíquese, cúmplase con el art. 1 de la ley 26.856, Acordadas
C.S.J.N. 15/13 punto 4) y 24/13 y devuélvase. Con lo que terminó el acto, firmando los
señores jueces por ante mí, que doy fe. Se deja constancia que la doctora Graciela
Liliana Carambia no vota (art. 125 L.O.)

Beatriz E. Ferdman Néstor Miguel Rodríguez Brunengo


Juez de Cámara Juez de Cámara

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