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DE LA UNIDAD
La Psicología constituye un área del conocimiento de las ciencias sociales, que estudia
científicamente la conducta humana en interacción con el medio que la rodea,
intentando describir, predecir y explicar los hechos. Se ha identificado una psicología
del sentido común, que es la que emana de las experiencias cotidianas y la Psicología
científica, que se desarrolla a partir del método científico.
Existen variadas definiciones del concepto de desarrollo, entre estas la señalada por
Papalia (2001), quien refiere que es un proceso de cambios en la conducta y rasgos de
los individuos que parecen surgir de manera ordenada, dando ligar por lo general a
conductas más adaptativas, completas, organizadas y eficientes. Entre las principales
características del desarrollo se encuentran: el desarrollo es Multidimensional e
interdisciplinario, es Progresivo, influyen en él la Herencia y el Ambiente, refleja
Continuidad y Discontinuidad, es Acumulativo, es Diferenciado, es Organizado, es
Holístico, refleja Estabilidad y Cambio, es Variable, es a veces Cíclico y Repetitivo,
refleja Diferencias Individuales y refleja Diferencias Culturales. El desarrollo como un
proceso, posee a su vez modalidades. La maduración es una de ellas, y corresponde a
los cambios biológicos de tipo cualitativo en la estructura psicofísica de un organismo,
puede ser frente a la ausencia de experiencia específica. No obstante, la maduración
como modalidad de desarrollo no es sinónimo de madurez.
Para terminar estas consideraciones acerca del desarrollo, cabe citar algunos principios
generales que orientan y dirigen este proceso de cambio. Están los principios
inmanentes, los cuales son válidos para cualquier organismo vivo entre estos se
señalan: El principio de diferenciación, de integración, de sucesión, de dirección y
orden evolutivo, de discontinuidad, de alternancia, de autorregulación y de actividad
ininterrumpida.
Y están los principios sociales, que son aquellos propios del desarrollo de la
personalidad, son los que tienden a la plena expresión de las potencialidades del sujeto
y a su ajuste social. Entre estos se encuentran, el principio de independencia, de
seguridad, de adquisición de conocimientos y habilidades, de aprender a representar
roles y el principio de desarrollar la autoestima.
LA CIENCIA PSICOLÓGICA.
Trianes y Gallardo (1998) plantean, que la Psicología constituye hoy un saber científico
que se adscribe, en la catalogación de las áreas de conocimiento, dentro de la gran área
de las Ciencias Sociales. Es una ciencia que estudia la conducta humana en interacción
con el medio que la rodea, la mente humana en funcionamiento en los contextos
sociales, su desarrollo y optimización por medio de la educación. Sus vertientes
aplicadas desbordan esta catalogación, sobre todo la psicología clínica, que pudiera
estar dentro del área de las Ciencias de la Salud, debido a su aplicación al estudio de las
alteraciones del comportamiento y del psiquismo humano, al tratamiento y prevención
de psicopatologías, entrenando competencias y habilidades saludables en la población.
Hoy en día, esta disciplina tiene como objeto de estudio la descripción, explicación y
optimización del cambio psicológico que se produce a lo largo del ciclo vital. Es decir,
trata de estudiar los procesos de cambio observados en la conducta, relacionados con
la edad e intenta determinar los factores que explican dicho cambio. Llevar a cabo el
estudio de los procesos que determinan el cambio evolutivo es una realidad compleja,
multidimensional y multidireccional, ya que este cambio se produce en un contexto
social, ambiental, ecológico y cultural determinado. Por eso, además de la educación
formal o explícita, otros procesos como la educación familiar, escolar o la estimulación
llevada a cabo por el grupo de iguales, desempeñan un papel importantísimo en el
desarrollo, ya que estos procesos educativos llevan al niño más allá del desarrollo dado,
es decir, el niño evoluciona y avanza a través del aprendizaje.
Las influencias normativas determinadas por la historia son comunes a una cohorte en
particular: un grupo de personas que comparten experiencias similares; en este caso,
crecer en la misma época y el mismo lugar. Dependiendo de cuando y donde vivan, los
niños pueden sentir el impacto de guerras, hambrunas, depresiones económicas o
explosiones nucleares. Los cambios históricos en la práctica médica, la tecnología o la
organización social han modificado la naturaleza del desarrollo del niño. A medida que
crecen, aumenta la posibilidad de que estén influenciados por la televisión digital, el
Internet y otros adelantos tecnológicos aún no imaginados. Casi todos los niños están
afectados por la amplia participación de las mujeres en la fuerza laboral.
Los eventos de la vida no normativos, son eventos inusuales que tiene un impacto
importante en la vida de los individuos y pueden causar estrés, debido a que son
inesperados. Son eventos típicos que ocurren en un momento atípico de la vida (como
la muerte de uno de los padres cuando el niño es pequeño), o eventos atípicos (como
tener un defecto de nacimiento o sufrir un accidente automovilístico). Claro que estos
tan bien pueden ser eventos felices como ganar una beca escolar, por ejemplo. Los
jóvenes pueden ayudar a crear sus propios eventos de la vida no normativos, es decir,
conduciendo después de beber o solicitando una beca escolar, y de ese modo
participar activamente en su propio desarrollo.
Los cambios cuantitativos, que sería un primer tipo de cambio, se dan en número o
cantidad, como en el crecimiento en estatura, peso, vocabulario o frecuencia de la
comunicación y pueden ser evaluados con gran exactitud.
En función de todas estas características Trianes y Gallardo (1998) señalan, que los
Psicólogos del desarrollo intentan alcanzar los siguientes objetivos a la hora de estudiar
el proceso evolutivo humano:
Una razón de la demora del interés por el desarrollo infantil es que, durante la Edad
Media y siglos posteriores no se consideraba a la niñez como una etapa separada de la
vida. A los niños se les permitía unos cuantos años de dependencia, y luego se
esperaba que fueran pequeños adultos. Aries (1962) explica que tan pronto como a los
niños les quedaba chica la ropa (que se les enrollaba alrededor del cuerpo), empezaba
a vestírseles como adultos. Practicaban juegos de adultos, bebían con los adultos y
trabajaban a su lado en los campos y los oficios. Los niños podían ser desposados,
coronados como monarcas o colgados como criminales. Las leyes medievales no hacían
distinciones entre los crímenes cometidos por niños y adultos (Borstelmann, 1983).
Tampoco se hacía ningún esfuerzo para proteger su inocencia en asuntos sexuales, por
ejemplo, Luis XIV se convirtió en rey a la edad de 5 años y se ocupaba con sus niñeras
en juegos sexuales. Como la niñez no era considerada una etapa especial, y como a los
niños se les trataba como pequeños adultos, no se intentaba considerarlos especiales
en manera alguna.
Los niños como una carga.
Antes de las modernas técnicas de control natal, muchos de los niños traídos al mundo
eran no deseados, por lo que se les consideraba una carga más que una bendición.
Cada nuevo niño significaba un cuerpo más que vestir y atender y una boca más que
alimentar. Aunque el infanticidio se consideraba un crimen desde la edad media, es
probable que haya sido el más frecuente en Europa hasta el siglo XIX. En ocasiones se
abandonaba o se ahogaba a los bebes no deseados.
El Papa Inocencio III estableció en Italia la primera casa para niños abandonados
cuando aparentemente le molestó la vista de tantos cuerpos infantiles flotando en las
aguas del Tiber. Algunos padres que no deseaban matar a sus hijos los mandaban al
campo con nodrizas o los depositaban en asilos o en orfanatos, donde era muy
probable que murieran. Todavía en el siglo XIX, un orfanato irlandés había admitido a
10 272 niños, de los cuales sólo 45 sobrevivieron. En Estados Unidos las condiciones no
eran mejores. Un estudio realizado en 1915 en Baltimore reveló que el 90% de los
niños admitidos en asilos y orfanatos de la ciudad moría al año de la admisión
(Gardner, 1972).
La segunda filosofía de importancia fue la de Johon Locke (1632 - 1704), quien afirmaba
que los niños son moralmente neutros. Locke decía que los niños son una tabula rasa,
expresión latina que equivale a papel en blanco. De acuerdo con esta opinión, los niños
no nacen con tendencias innatas, no son buenos ni malos, y cómo sean dependerá de
lo que experimenten mientras crecen. Locke consideraba que los padres pueden
moldear a sus hijos en la forma que desearan mediante asociaciones, repeticiones,
imitaciones, recompensas y castigos (Locke, 1892). Sugería a los padres premiar a sus
hijos con alabanzas y aprobación; objetaba el castigo físico porque decía que no
fomenta el autocontrol y únicamente enseña el temor y la ira. Locke fue un precursor
del conductismo moderno y recomendaba tratar a los niños con gentileza y amor.
La tercera de las grandes filosofías sobre la naturaleza moral y el desarrollo de los niños
fue la adoptada por Jean-Jacques Rousseau (1712-1778), Rousseau decía que los niños
son buenos salvajes, dotados con el sentido del bien y el mal. Se desarrollarán
positivamente de acuerdo con el plan de la naturaleza, porque tienen un sentido moral
innato. Rousseau creía que cualquier intento de los adultos por adoctrinar y entrenar a
los niños sólo interferiría con su desarrollo y los corrompería. Bosquejó cuatro etapas
del desarrollo: infancia, niñez, niñez tardía y adolescencia, y decía que los adultos
deberían responder a las necesidades del niño en cada una de ellas. Rousseau fue el
primero en resaltar la importancia de la maduración, el despliegue de los patrones
genéticamente determinados de crecimiento y desarrollo, los cuales reflejan patrones
únicos de pensamiento y conducta en cada etapa del crecimiento.
CONCEPTO DE DESARROLLO: CARACTERÍSTICAS Y DEFINICIONES
CARACTERÍSTICAS DEL DESARROLLO
Aunque cada dimensión subraya un aspecto particular del desarrollo, hay una
interdepedencia considerable entre las áreas. De hecho, cada dimensión refleja a las
otras. Por ejemplo, las capacidades cognoscitivas pueden depender de la salud física y
emocional así como de la experiencia social. El desarrollo social está influido por la
maduración biológica, la comprensión cognoscitiva y las reacciones emocionales.
a) MADURACIÓN
Entendemos por maduración cualquier cambio que tiene lugar en las estructuras
psicofísicas de un organismo, frente a la ausencia demostrable de experiencia práctica
específica, o sea, a toda diferencia funcional que se produce independientemente de
cualquier influencia externa. De aquí, que todos los procesos de cambios cualitativos,
los denominamos maduración.
La maduración designa los procesos biológicos que se desarrollan a medida que una
persona crece y que favorecen una secuencia ordenada de los cambios del desarrollo;
por ejemplo, la transición del gateo a la marcha tambaleante y luego a la marcha
normal.
Como proceso endógeno, es decir, interno, la maduración está orientada por el patrón
genético que el organismo desarrollaría. Pensemos por ejemplo, en la maduración
sexual que aparece durante la pubertad; ésta surge en un momento determinado del
desarrollo, independiente de cualquier condición externa o experiencia práctica.
Dentro de ciertos márgenes, esta no se presenta antes ni después, cualesquiera sean
las condiciones externas.
Conviene hacer notar, que el concepto de maduración como modalidad del desarrollo,
no es sinónimo de madurez, puesto que mientras la maduración constituye un proceso,
o sea, una serie de cambios encadenados, la madurez significa el estado al cual se llega
como producto del proceso de cambios que es el desarrollo tanto cualitativo, como
cuantitativo.
b) CRECIMIENTO
c) APRENDIZAJE
Pensemos por ejemplo, cuando el niño aprende a caminar. Por mucho que nosotros
hagamos caminar a un niño de seis meses durante tres horas diarias, éste no va a poder
caminar, y sólo lo hará una vez que sus músculos huesos hayan alcanzado un grado de
madurez suficiente, que haga posible el uso de marcha en el niño.
Para terminar estas consideraciones acerca del desarrollo, cabe citar algunos principios
generales, que orientan y dirigen este proceso de cambios señalados en Castillo (1983).
Aquí conviene hacer notar, que tales principios se desprenden de las dos grandes
variables que continuamente están incidiendo en el desarrollo, que son la herencia y el
ambiente. Con respecto a la herencia, podemos reconocer algunos principios básicos
válidos para cualquier organismo vivo; en cambio, en cuanto a los factores
socioculturales, estos principios son válidos para el ser humano, o sea, para el
desarrollo de la personalidad. A los primeros los llamaremos principios inmanentes y a
los segundos, principios sociales.
1. PRINCIPIOS INMANENTES
Todos los cambios y variaciones en el desarrollo de cualquier organismo vivo que posee
un potencial para cambiar, están regidos por leyes o principios que lo determinan.
Diferenciación: Este principio plantea que el desarrollo se lleva a cabo de lo simple a lo
complejo, de lo homogéneo a lo heterogéneo, de lo general a lo específico. Claramente
se nos aparece este principio cuando observamos las transformaciones que surgen a
partir del óvulo fecundado más o menos simple y homogéneo –hasta el recién nacido,
que constituye una totalidad mucho más compleja y diversificada. Lo mismo podemos
decir con respecto a la diferenciación de las estructuras y funciones que se van
diversificando en el organismo. Ya mencionamos el caso de las emociones, lo mismo
podemos decir del lenguaje, el desarrollo motor, etc.
2. PRINCIPIOS SOCIALES
- Aprender a representar roles: El papel que se espera del ser humano por el hecho de
pertenecer a uno u otro sexo, es importante en el desarrollo de los niños en la
sociedad; lo mismo que el hecho de ser hijo, hermano, amigo, pertenecer a un grupo,
etc. Son fundamentales en nuestro aprendizaje para poder representarnos
adecuadamente en la sociedad.
ƒ Desarrollo Físico, incluye las bases genéticas del desarrollo; el crecimiento físico de
todos los componentes del cuerpo, los cambios en el desarrollo motor, los sentidos y
los sistemas corporales; se relaciona además con temas como el cuidado de la salud, la
nutrición, el sueño, el abuso de drogas y el funcionamiento sexual. Estos aspectos
pueden influir en otros aspectos del desarrollo, por ejemplo, un niño con infecciones
frecuentes en el oído puede desarrollar su lenguaje más lentamente que otro que
padezca este problema. Durante la pubertad, los evidentes cambios fisiológicos y
hormonales afectan el desarrollo del sentido de sí mismo.
ƒ Desarrollo Cognoscitivo, incluye todos los cambios en los procesos intelectuales del
pensamiento, como aprendizaje, memoria, lenguaje, pensamiento, razonamiento,
creatividad, el recuerdo, los juicios, la solución de problemas y la comunicación. Incluye
influencias tanto hereditarias como ambientales en el proceso de desarrollo. Los
cambios en este ámbito están muy relacionados con el crecimiento físico y emocional.
La habilidad para hablar depende del desarrollo físico de la boca y del cerebro; un niño
que tiene dificultades con el lenguaje expresivo puede suscitar reacciones negativas en
los demás, lo cual influye en su popularidad o en su autoestima.
De esta manera, para lograr comprender el desarrollo del niño y del adolescente de
forma integral, debe considerar el aspecto físico, cognitivo, emocional y social. Estos
cuatro ámbitos son importantes en cada edad. Por ejemplo, entender a un niño supone
estudiar su salud, curiosidad y temperamento, así como muchos otros aspectos del
desarrollo físico, social, cognitivo y emocional. De forma similar, para entender a un
adolescente, consideramos los cambios físicos que marcan la transición corporal del
niño al adulto, el desarrollo intelectual que orienta la energía a pensar lógicamente
sobre temas como la pasión sexual y los objetivos de cara al futuro y los esquemas
emergentes de amistad y cortejo que preparan para las relaciones íntimas de la vida
adulta.
Como vimos anteriormente, el desarrollo es algo que se origina dentro del individuo, es
decir, como el resultado de la interacción de factores internos como la programación
genética, la maduración física, el crecimiento cognitivo y las opciones personales. Sin
embargo, el desarrollo también está muy influido por las fuerzas de fuera del individuo:
por el entorno físico y por las interacciones sociales que proporcionan incentivos,
oportunidades y vías de crecimiento. Estas fuerzas externas, consideradas en su
globalidad, son las que constituyen el contexto del desarrollo.
Es evidente, que el contexto social general reviste una importancia crítica durante toda
la niñez. Un bebé recién nacido no podría sobrevivir ni siquiera un día sin el cuidado de
los demás, y los niños más pequeños no aprenden a hablar o a expresar el afecto, ni
siquiera a cuidarse, sin años de orientación social por parte de los padres, los
hermanos, los maestros y los amigos. Sin embargo, en nuestro pensamiento cotidiano a
veces se nos escapa la complejidad dinámica de cada sistema social.
2. El Contexto Histórico
3. El Contexto Cultural
4. El Contexto Étnico
Un grupo étnico está constituido por un conjunto de personas que comparten ciertos
atributos, como sus antepasados, origen nacional, religión y/o lengua, y que, en
consecuencia, tienden a identificarse unos con otros y tienen formas parecidas de
relacionarse con el mundo social, esto contribuye a crear un sentido de identidad
compartida.
5. El Contexto Socioeconómico