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CURSO ELEMENTAL DE HOMILECTICA

INTRODUCCIÓN
En su etimología, la palabra Homiléctica significa multitud, compañía, gentío (gr. οµιλοs). Esta
palabra, a saber, tiene dos acepciones relacionadas con lo mismo: Una es estar en compañía de
alguien; asociado con alguien; o conversar con alguien (gr. οµιλεω): “No os dejéis engañar:
Las malas compañías corrompen las buenas costumbres” (1Co.15:33). La otra es
“homilía” (gr.οµιλια), cuyo significado es interpelación, comunicación o conversación: “Iban
hablando entre sí de todas aquellas cosas que habían acontecido... Después
de subir, de partir el pan y de comer, habló largamente hasta el alba; y
de esta manera salió” (Luc.24:14; Hech.20:11). Esta última forma es la que se ajusta a nuestro
estudio y con el tiempo fue aplicada a los discursos religiosos, de ahí que la ciencia que estudia la
predicación cristiana se le llame “Homiléctica”.
La predicación es una obra de suma importancia, pues su objetivo es declarar todo el consejo de
Dios en tal forma que salve al predicador y también a los que le oigan, y si los oyentes no son salvados
por lo menos que quede limpia de sangre inocente las manos del predicador. De manera, pues, que se
trata de algo muy serio y digno. Esto es tan grave que la calidad o carácter de la predicación en una
época o en una Iglesia local, marcará en el carácter de los cristianos allí congregados o perteneciente
a esa época, la predicación evangélica contribuye mucho a formar el carácter de la generación donde
se proclama. Cuando la enseñanza de Pablo había sido cuestionada su respuesta fue: “Vosotros
sois nuestra carta, escrita en nuestros corazones, conocida y leída por
todos los hombres. Es evidente que vosotros sois carta de Cristo, expedida
por nosotros” (2Co.3:2-3).
Aunque no sea legítimo formar o estructurar cualquier doctrina bíblica que no esté en las
Escrituras, aún así es legítimo hacer uso de palabras o términos que no son escritúrales, siempre y
cuando el uso de tales palabras nos ayude a explicar las verdades divinas o evitar el error. El “pecado
original” es ejemplo, y “pecado remanente“ en el Creyente es otro. La Homiléctica como la ciencia que
estudia el arte de la predicación, no se encuentra en el lenguaje bíblico, pero es de mucha ayuda para
mejorar la proclamación del Evangelio.
LA ESENCIA DE LA PREDICACIÓN.
En el lenguaje del NT el predicador no es otra cosa que un heraldo (gr.κηρυζ), o lo que es lo
mismo, un mensajero público, un publicador, un proclamador: “Para esto yo fui
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constituido predicador, apóstol y maestro de los gentiles en fe y verdad”


(1Tim.2:7;2Tim.1:11; 2Ped.2:5). Su función es publicar o proclamar lo que Cristo ha mandado que se
diga. El oficio del Señor Jesús es Salvador, o que tiene un mensaje de salvación especifico para cada
necesidad del alma humana, entonces la función del predicador es entender el verdadero significado
de las Escrituras y entregarlo al hombre, porque todos están en necesidad de Dios. Entonces el gran
asunto necesario para predicar las Santas Escrituras es entrar a su verdadero significado y así pasarlo
a otro: “Haciendo esto te salvarás a ti mismo y a los que te escuchan” (1Ti.4:16).
Y para no asustar a nadie traigo las palabras de J. Broadus sobre esto mismo: “Andrés Fuller no tenía
prácticamente ningún conocimiento de los idiomas originales, y sin embargo sus interpretaciones de
las Escrituras son claras y correctas en un grado raras veces excedido”; (pag.32, Edición 1989).
Lo mismo se dice de Spurgeon.
Si los que oyen tu predicación no entienden más de lo que en el pasaje puede ser leído de una
lectura normal, entonces la labor fue en vano, eso no es predicación. Tampoco es expandir la verdad,
cuando los predicadores echan mano de la concordancia y trazan el uso de las mismas en otros
lugares hasta que el predicador cubre el tiempo y el pueblo termina cansado. Eso sería batir las
Escrituras en lugar de exponerlas. Hasta que uno no haya entrado al verdadero significado del pasaje
o texto bajo consideración, entonces no ha empezado a beber del espíritu que animó a los escritores.
Con esto no estamos significando de una extraordinaria inspiración para luego poder predicarlo, pero
sí debe haber, previo, a su proclamación un entendimiento correcto del mensaje divino.
Ahora bien, sobre esto debe también decirse que un entendimiento correcto de ciertas verdades
en las Escrituras ayuda mucho a entender mejor otras partes de la misma. Veamos un texto para
explicarlo: “Escudriñad las Escrituras, porque os parece que en ellas tenéis
vida eterna, y ellas son las que dan testimonio de mí” (Jn.5:39); los judíos no
podían entender correctamente la Biblia porque no entendían bien el ministerio de Cristo, si lo
hubiesen comprendido correctamente, entonces se les hubiese facilitado mucho interpretar otros
pasajes. Mientras los discípulos estuvieron ignorantes de la muerte del Señor, conocieron poco de la
Biblia; pero habiendo aprendido el fin de ese gran evento, un diluvio de luz espiritual vino sobre ellos,
y el AT se hizo claro y fueron movidos a un profundo interés por él. En esto es altamente
recomendable que se tenga un entendimiento claro de la doctrina de la justificación por la fe. (Véase
pag.33/Broadus).
Otro requisito para llegar a entender las Escrituras es tener un humilde sentir de tu ignorancia.
Pocas cosas tienden más a la ceguera espiritual que tener un concepto de nuestro propio poder o
capacidad: “¿Has visto a un hombre sabio en su propia opinión? ¡Más esperanza
hay del necio que de él… Nadie se engañe a sí mismo. Si alguno entre
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vosotros cree ser sabio en esta edad presente, hágase necio para llegar a
ser sabio” (Pro.26:12;1Co.3:18). También es de mucho beneficio que leamos la Biblia como un
Cristiano, más que como un estudiante; esto es, que al leerla reaccionemos con fe sobre lo leído. Esta
fe se notaría con meditarla y amarla. Veamos dos casos: “María guardaba todas estas cosas,
meditándolas en su corazón” (Luc.2:19);esto es, que para guardar la verdad divina en el
corazón Creyente, primero hay que meditarla; cuando damos continuos pensamientos sobre algo,
entonces lo hacemos operativo. La gallina antes de sacar los pollitos tiene que encubarlos. Amor: La
causa de la apostasía fue la falta de amor a la verdad: “Con todo engaño de injusticia entre
los que perecen, por cuanto no recibieron el amor de la verdad para ser
salvos” (2Tes.2:10). Esto que se ha hablado es esencial en la labor de predicación.

EL TEMA O ASUNTO DE LOS SERMONES


La predicación sobre todo debe ser evangélica, no necesariamente evangelistica, sino evangélica;
esto es, no filosófica, ni terrenal, ni pragmática, ni humanista. Si el predicador es alguien que dice
hablar a Nombre de Dios, entonces él no tiene libertad para hablar lo que quiera, más sólo lo que Dios
ha revelado en Su Evangelio: “Por tanto, id y haced discípulos a todas las
naciones, bautizándoles en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu
Santo, y enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado. Y he
aquí, yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo"
(Mat.28:19-20).

La Vida del Predicador

En la predicación no solamente debemos ver el asunto de la materia o todo lo concerniente a la


manera y las leyes de Homiléctica en la predicación, en especial debe entrarse ahora en el predicador
y su propia vida. El predicador debe esforzarse que sea una verdad en su vida:

1º. Mantener una fe personal, firme y comprometida en el Cristo crucificado, que sea un
hombre de oración (Hech.9:11), que podamos decir como el apóstol que nuestro gloriar está en la
cruz, en otras palabras que sea un hombre que experimente diariamente en negarse a sí mismo para
buscar el agrado de su Redentor (Véase 2Co.4:13;2Tim.2:2 y 1Co.2:14).

2º. Pero también el predicador en su vida debe desear y no evitar ni posponer ni huir de sufrir
y padecer por lo que cree y predica; que si es la voluntad de Dios ser perseguido y despreciado por lo
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que predica, que esté dispuesto a padecerlo con entusiasmo y entereza de carácter (2Tim.1:11-12).

3º. El predicador debe ser total y enteramente fiel a las Santas Escrituras (2Tim.2:15); que
como predicador sea un discípulo de Cristo, que sea un hombre que pueda sobreponerse por encima
de sus prejuicios personales y culturales de una forma habitual, y especialmente en lo que respecta a
la Palabra de Dios; entiéndase, que sea objetivo, fiel y sumiso a lo que Dios dice.

4º. El ministro del Evangelio o predicador como predicador, según el Nuevo Testamento es
pastoral en su naturaleza (1Tes.2:7). Esto es, su dirección como servidor de Dios, es primariamente
hacia el hombre, su oficio es alimentar las ovejas de Cristo con el pan espiritual, él no está para
entretener al pueblo, sino para predicar la Palabra de Dios y de parte de Dios a los Creyentes,
declararles la mente y la voluntad del Señor; estar persuadido, que en todo el universo no hay nada
como las Escrituras para enriquecer la mente y beneficiar las almas de los hombres. (Comp. 1Co.11:2
con v17).

5º. El predicador ha de ser un servidor autentico; esto es, que sea un Cristiano transparente,
quien aborrece el fingimiento carnal; que no haya dicotomía entre el hombre y su mensaje, que no
esté tan atento a lo que los hombres piensan de él, sino que su interés sea el agrado de Dios; y que no
traicione sus santas emociones cuando estas quieran manifestarse en el púlpito. Cuando baje del
púlpito su corazón debe estar en haber hecho lo mandado por Dios y su conciencia y antes que el
elogio o valoración de los hombres. El púlpito no es el lugar de preparación, sino de entregar el
mensaje. Cuando el predicador prepara de antemano su sermón está en mejor condición de usar un
lenguaje adecuado y preciso a sus oyentes.
Seleccionando el texto:
Seis reglas para la selección de textos bíblicos a ser predicados:
1. El predicador nunca debe escoger textos que él mismo no entienda bien; por tanto, no aísle
una o dos palabras o frases las cuales no revelen todo el contexto del pasaje bíblico bajo
consideración; recuerda que el fin de tu oficio es predicar la mente o propósito del escritor bíblico, no
tus propias ideas. Hay pasajes que por su propia naturaleza son difíciles; el caso de Saúl con la adivina
de Endor (1Sam.1:28); el pecado de muerte (1Jn.5:19); la salvación de los niños; etc.

2. La exposición debe incluir el sentido completo del escritor, su lenguaje y sus sentimientos
deben ser claramente explicados al oyente.

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3. Sea selectivo en los textos que escoge, porque pudiera suceder que al escoger muchos textos, y
no ser selectivo de aquellos aspectos de la teología que se desea dar a la audiencia, usted podría
perder su objetivo; es preferible, pues, que los textos sean bien escogidos y que apoyen la idea,
principio o verdad que se desea exponer.

4. Ponga debida atención al contexto; esto es, al tiempo, lugar, las ocasiones y las personas
asociadas con el texto; en otras palabras tenga presente si el pasaje en cuestión está hablando de
asuntos ordinarios o extraordinarios; si es una declaración temporal o eterna; si es un relativo o un
absoluto; si se trata de algo general o si se trata de algo particular. Mire un caso: “Por nada estéis
afanosos” (Fil.4:6); aquí se trata de un relativo, puesto que en otro lugar se nos manda amar a Dios
con todo el corazón y a ocuparnos en nuestra salvación con temor y temblor (Marc.12:31;Fil.2:12).

5. No escoja un texto inusual por asunto de vanidad personal o simplemente para mostrarse a sí
mismo que es diestro, capaz o muy original; más bien escoja un texto que le lleve directo, de manera
clara y precisa a expresar aquellos aspectos de la verdad que usted desea exponer.

6. No emplee los textos bíblicos para censurar su audiencia, pero si usted a de juzgar su
audiencia y si es necesario hacerlo, hágalo con sabiduría, con balance, con dulzura de espíritu, que
hablen las Escrituras y no las pasiones carnales del predicador.

CURSO ELEMENTAL DE INTERPRETACIÓN BÍBLICA

CONTENIDO
A. EL CONTENIDO DE LAS ESCRITURAS
B. LA INTERPRETACIÓN DE LAS ESCRITURAS
C. PRINCIPIOS PARA EXPANDIR LAS ESCRITURAS
D. MANEJANDO LAS ESCRITURAS CORRECTAMENTE
E. APLICACIÓN DE LAS ESCRITURAS

A. EL CONTENIDO DE LAS ESCRITURAS

Las Escrituras se dividen AT y NT. La primera parte es el AT, escrita en hebreo (algunas partes
en arameo) por los profetas. Es llamado también como "Moisés y los profetas" (Lu.16:29; 24:27). Esta
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compuesto de 66 libros clasificados así: Históricos, doctrinales o proféticos en su naturaleza.


ANTIGUO TESTAMENTO
HISTÓRICOS
Génesis: La historia de la creación, la caída del hombre, la primera promesa de salvación y el
pueblo de Dios comenzando como una familia.
Éxodo: Narra la liberación de los israelitas de Egipto, el don de la ley y el Tabernáculo.
Levíticos: Registra las regulaciones para la adoración ceremonial en el sacerdocio levítico.
Números: Historia de las actividades militares del pueblo en la tierra de Canaán.
Deuteronomio: Un comentario de las leyes encontradas en los libros anteriores.
Josué: Entrada y posesión de la tierra de Canaán bajo Josué.
Jueces: Historia de la corrupción y sin esperanza del pueblo desde Josué hasta Eli.
Rut: Un registro del matrimonio de Rut y su posteridad.
Samuel I y II: Registra los días de Eli y Samuel durante los reinados de Saúl y David.
Reyes I - II: Narración de los reinados de los reyes de Israel y Judá.
Crónicas I-II: Una historia metódica del inicio, incremento y ruina de Israel. Ayuda explicar el
linaje de Cristo.
Esdras: Historia del retorno de la cautividad y la restauración de Jerusalén.
Nehemías: Describe la restauración de la ciudad de Jerusalén, la cual permanecía aun sin
terminar.
Ester: Historia de la preservación de los judíos en el imperio Persa por medio de la acción de Ester.
Job: Historia de las causas de sus pruebas y sus varios conflictos espirituales, con un final feliz.
DOCTRINALES
Son aquellos que enseñan y prescriben las doctrinas de nuestra teología. En el AT hay cuatro de ellos.
Salmos: Son la colección de canciones sagradas apropiadas para cada condición o necesidad de la
Iglesia o de un miembro en particular.
Proverbios: Es como el manual de la conducta Cristiana y trata de la piedad hacia Dios, y la
justicia al prójimo.
Eclesiastés: Revela el vacío y frustración en los placeres terrenales que ha de experimentar el
hombre sin el temor a Dios.
Cantar De Los Cantares: Relación de Cristo y su Iglesia. Una alegoría de como es entre el
marido y su mujer.
PROFÉTICOS
Mayores. Estos contienen predicciones de los juicios de Dios sobre Su pueblo y la final liberación al
Regreso glorioso de Cristo. Estas predicciones están siempre salpicadas con un urgente llamado al
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arrepentimiento, y la consolación que han de encontrar en Cristo los que se arrepientan. Será
frecuente encontrar en ellos estas palabras: "Entonces me dijo Jehová: "Toma una tabla grande y
escribe en ella con punzón de hombre, tocante a Maher-salal-jas-baz." (Isa.8:1). También: "Entonces
Jehová me respondió diciendo: Escribe la visión y grábala claramente en tablas, para que corra el que
las lea" (Hab.2:2). Estos libros se clasifican en profetas mayores y menores. Los mayores son: Isaías;
Jeremías; Ezequiel; y Daniel
Menores: Óseas, Joel, Amós, Abdías, Jonás, Miqueas, Sofonías, Hageo, Zacarías y Malaquías.

NUEVO TESTAMENTO
El NT contiene historias y cartas
Históricos: Contiene las narrativas de la vida, obras y enseñanzas que Cristo dio al mundo. Abarca
el periodo de su nacimiento virginal abasta Su Ascensión al cielo.
La diferencia entre los Evangelio puede ser resumida así: Mateo da un claro registro de las doctrinas
dadas por Cristo. Marcos da esa historia de manera breve. Lucas se ocupa en dar una historia
precisa, y describe tales eventos con un dado orden. Juan es dedicado casi por completo a mostrar la
Deidad de Cristo y los beneficios que derivamos de El.
Hechos de los apóstoles: Es una historia que registra la obra de Pedro y Pablo, y provee información
sobre el gobierno de la Iglesia primitiva: "Tú has seguido de cerca mi enseñanza, conducta, propósito,
fe, paciencia, amor, perseverancia" (2Tim.3:10).
Apocalipsis: Es una historia profética de la Iglesia desde la época de Juan el apóstol hasta el fin
del mundo.
Las epístolas
Romanos: La justificación, santificación y los deberes de la vida Cristiana
Corintios I: Reforma o corrección de abusos dentro de la Iglesia.
Corintios II: Pablo defiende su persona y apostolado de sus oponentes.
Gálatas: Justificación por la fe sin las obras d el Ley.
Estas cartas confirman las iglesias en la doctrina y deberes de la vida Cristiana:
Efesios Filipenses Colosenses Tesalónica I - II
Timoteo I -II: Estas cartas prescriben el orden y forma correcta de la Iglesia.
Tito: Es el ordenar la Iglesia en creta.
Filemón: El recibimiento de un esclavo que había escapado.
Hebreos: trata con la persona y oficio de Cristo, y describe la fe que produce buenas obras.
Santiago: Explica la buenas obras que deben acompasan la fe.
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Pedro I-II: Trata con la santificación y las obras de la nueva obediencia.


I Juan: Los signos de la comunión con Cristo.
Juan II: Escrita a la señora y la perseverancia en la verdad.
Juan III: Dirigida a Gayo su hospitalidad y buen testimonio.
Judas: Enfatiza la constancia en la fe contra la influencia de los falsos profetas.
B. INTERPRETACIÓN DE LAS ESCRITURAS
LA PREPARACIÓN
El estudio privado es esencial (1Tim.4:13; 1Ped.1:10; Dn.9:2)
Tener un bosquejo mental de las doctrinas bíblicas principales:
Las Escrituras. La caída. Justificación por la fe. Salvación. Santificación.
Leer la Biblia en este orden:
NT: Romanos, Juan, luego los otros.
AT: Salmos, Isa. Gen.
Poseer buenos comentarios.
Hacer ejercicios de lectura comprensiva.
Interpretación es el abrir el significado de las palabras y frases de las Escrituras con el fin de
presentarla sencilla y en su completo y natural sentido. El principal comentarista de la Biblia es la
propia Biblia (Neh.8:8). La Biblia es un libro religioso, su asunto es el alma humana que sólo puede
ser salva por Cristo.
Preguntas clásicas hacerle a un pasaje para ordenar los asuntos de sus circunstancias:
¿Quién habla? ¿A quién se habla? ¿Cuál es la ocasión? ¿Cuál es el lugar? ¿Quiénes son los
personajes? ¿Para qué o por qué se dice eso? ¿Qué se dice antes? ¿Cuál es el tiempo del día? ¿Qué le
sigue?

C. PRINCIPIOS DE INTERPRETACIÓN BÍBLICA


C. PARA EXPANDIR LAS ESCRITURAS

LAS ESCRITURAS DEBEN SER INTERPRETADAS DE ACUERDO A LA NATURALEZA DEL PASAJE QUE SE ESTÁ
MANEJANDO.
Los pasajes pueden ser clasificados como analógicos y claros, o críticos y oscuros. Un pasaje
analógico es aquel cuyo significado es consistente con la analogía de fe y en esto esta regla debe ser
seguida: Si el significado natural de la palabra está de acuerdo con la circunstancia del pasaje,
entonces el significado natural es su significado propio. Un caso: “Todos los profetas dan testimonio
de él, y de que todo aquel que cree en él recibirá perdón de pecados por su nombre” (Hec.10:43). El
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significado de este texto es muy claro; nominalmente, que Cristo da justicia y vida eterna a todos los
que creen en El. Podemos aceptar inmediatamente esta interpretación, porque está de acuerdo con la
analogía de fe y con las Escrituras.
Pasaje escondido es aquel cuyo significado es dificultoso y oscuro. Para su interpretación hay
que seguir la siguiente regla o guía: “Si el significado natural de las palabras es evidente que está en
desacuerdo con la analogía de fe o con otros pasajes muy claros de las Escrituras, entonces esto
significa que el hecho de que no esté de acuerdo con algo similar y en diferentes lugares con las
circunstancias y palabras del pasaje y con la naturaleza de lo que está siendo discutido, no debe ser el
correcto”.
1º Un ejemplo importante de este principio surge con la interpretación de las palabras: “Este es
mi cuerpo que por vosotros es partido” (1Co.11:24); varias interpretaciones han sido dadas a esta
declaración:
Por un lado, que el pan en la comunión es literalmente el cuerpo de Cristo, o que viene hacerlo
así por una conversión, (transustanciación, punto de vista católico romano) o que el cuerpo de Cristo
está dentro o con el pan dicen los Luteranos. Sin embargo, cuando se consideran estas palabras es
claro, que está en desacuerdo con un articulo fundamental de nuestra fe, “Porque Cristo ascendió al
cielo” y además con la naturaleza del sacramento, como un memorial del cuerpo ausente de Cristo, en
consecuencia otra interpretación debe ser buscada.
Por otro lado, una interpretación diferente es que el pan es un signo del cuerpo, en este caso está
siendo usado una figura del lenguaje conocida como “metonimia” (el nombre de una cosa es usado
para algo más de lo que se está relatando) está es una exposición apropiada por las siguientes razones:
Está de acuerdo con la analogía de fe en dos maneras - porque el ascendió al cielo, el fue tomado local
y visiblemente de la tierra al cielo, en consecuencia su cuerpo no puede ser recibido con la boca en la
comunión porque El está el en cielo, sino que se trata de una aprehensión en fe de lo que está en el
cielo. El fue nacido de María la virgen, El tuvo un cuerpo natural y verdadero que era alto, ancho,
profundo y localizado y circunscrito en un lugar particular, y siendo así, el pan en la cena no puede ser
su cuerpo, sino un signo de El.
Además, que está interpretación es consistente con las circunstancias descritas en el pasaje, I
Co.11:23-26 donde dice: a) “El tomo..... El lo partió” es difícil aceptar que Cristo se sentó entre sus
discípulos y entro y rompió sus propios huesos con sus manos, entonces el pan debe ser entendido
como un signo y sello. Se agrega a eso: “....partido por vosotros” el pan no puede ser dicho a ser dado
por vosotros, sino que fue el cuerpo de Cristo el que fue dado. Por tanto, el pan no es el cuerpo sino
un símbolo o signo. Otro argumento del contexto: “la copa es el nuevo pacto” no literalmente sino por
metonimia, y siendo este el caso, no hay razón que impida que también es una metonimia la expresión
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“este es mi cuerpo” Cristo mismo comió el pan, pero el no se comió a si mismo. “Haced esto en
memoria de mi” estas palabras asumen que Cristo no estaría presente en la boca, sino espiritualmente
presente a la fe en el corazón. “Hasta que el venga” estas palabras asumen que Cristo en cuerpo
estaría ausente. Cristo no habla de estar bajo la forma de pan o en el pan puesto que dice “esto es mi
cuerpo” Esta interpretación es consistente con la naturaleza de un sacramento en el cual debe haber
una apropiada relación y similitud entre el signo y la cosa significada, lo cual seria imposible si el pan
es literalmente el cuerpo.
2º. Esta interpretación es consistente con el uso que se da en otros pasajes bíblicos, tales como
<< Gen.17:10-11; 1Co.10:4; Ro.4:11; Exo.12:11; Hch 22:16, Jn.6:35 y I Co. 10:16>>.
3º. Está de acuerdo con las leyes de la lógica. Cosas que son esencialmente diferentes como el
pan y un cuerpo no pueden ser identificadas en esta manera, excepto por una figura del lenguaje.
4º. Esta interpretación ajusta con el hablar diario. En el mundo antiguo las faces fueron usadas
como símbolos del gobierno; el cetro para el reino; la palma para la paz, el laurel para el triunfo.
Hablar del pan como el cuerpo de Cristo es una figura similar del lenguaje. Un numero de
importantes implicaciones para interpretar las Escrituras deriva de esta regla de interpretación.
Inferencias o implicaciones: En ocasión es apropiado suplir las palabra que se carecen
en el texto, donde es consciente con la analogía de fe y con las circunstancias y palabras del contexto,
nótese: Ejemplos: Exo.4:25, 19:4, 2 Sam.21:16, Lu..13:9, I Co.9:25.
Para nosotros una cosa puede ser dicha en las Santas Escrituras de dos maneras: Explícita,
declarada expresamente con muchas palabras, o implícitamente, ya no con muchas palabras sino en su
sentido. Es en esto último que decimos que la Biblia es perfecta y completa, o que contiene todo lo
concerniente a nuestra vida de fe y práctica. Nuestra Confesión de 1689 dice así: “Las Santas
Escrituras son la única toda suficiente, segura e infalible regla del conocimiento, fe y obediencia
salvadora” (Capt. I - párrafo #1). El profeta lo dice así: “¡A la ley y al testimonio! Si ellos no hablan de
acuerdo con esta palabra, es que no les ha amanecido” (Isa.8:20). De donde se infiere, que si alguno
habla de asuntos religiosos sin estar apoyado en las Santas Escrituras, entonces el tal habla con
ignorancia espiritual.
La Biblia es la sabiduría de Dios o lo que es lo mismo, la Palabra de Dios. Cuando un hombre
sabio habla, desea que todo lo que legítimamente puede ser concluido de sus palabras se pueda decir
que ciertamente él lo dijo; así, siendo Dios infinitamente sabio y previendo todo lo que puede ser
deducido de sus palabras, quiere que esas consecuencias sean consideradas como Su propia Palabra. El
ejemplo de Cristo y los apóstoles prueba esto, ya que a menudo taparon las bocas de sus adversarios
con el uso de las consecuencias bíblicas. Mire un caso, Jesús prueba la doctrina de la resurrección en
contra los saduceos, con el uso de una verdad implícita: “Yo soy el Dios de Abraham, el Dios de Isaac y
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el Dios de Jacob. Dios no es Dios de muertos, sino de vivos” (Mat.22:27-32); de la formula del pacto,
que no dice nada explícito sobre la resurrección, probó su punto. Las consecuencias de Cristo son
infalibles en ellas mismas, pero en este caso téngase en cuenta que los saduceos no creían en Jesús
como el Mesías y mucho menos en Su autoridad divina, para ellos él era un simple hombre.
Requisitos de las sanas consecuencias bíblicas.
1. Que las premisas o premisa derivada del pasaje bajo consideración esté contenida en palabras
figuradas o propias de las Escrituras.
2. Que la consecuencia, deducción o inferencia sea necesaria y evidente. Que el efecto sea
claramente visto con su propia causa.
3. Que la comprobación de su asentimiento sea de tal evidencia, que podamos admitirla con la
misma fuerza de conclusión que el mismo texto bíblico.
Un ejemplo: " Escrito esta en los profetas: Y serán todos enseñados por Dios. Así que todo
aquel que oyó al Padre, y aprendió de El, viene a mi" (Jn.6:45).
Premisa: Que ningún hombre puede extraviarse del seguro camino a Cristo, si está bajo las
instrucciones del Padre.
Otro ejemplo: “Desechando, pues, toda malicia, todo engaño, hipocresía, envidia y todas las
detracciones” (1Ped.2:1).
Premisa: Que abundancia de pecado de toda clase permanece con los regenerados, o
con aquellos que son llamados a la Gracia de Cristo.
Entonces toda consecuencia bíblica sana estará en armonía con su propio contexto, o será
deducida de manera directa del pasaje. No entrará en contradicción con el libro o carta bajo
consideración. Tampoco contradecirá ninguna doctrina bíblica ya conocida, y estará en armonía con la
sana teología. Aquí es necesario dar una nota de precaución, y es la siguiente: Que el abuso de la razón
en la obra de las inferencias teológicas no debe ser confundido con el buen uso de la misma. Abusar de
algo es hacer un mal uso de ese algo. La fuerza o valor de verdad de tales inferencias no reside en la
capacidad de nuestro razonamiento, sino en la clara enseñanzas de las revelaciones divinas. Tal como
el oído no hace el sonido, ni la visión la luz. Tampoco nuestra razón hace la verdad. El apóstol Pablo se
refiere a “palabras vanas” (Efe.5:6). Una grano de arroz es vano cuando tiene la forma exterior del
grano, pero en su interior esta vacío. No estaba conectado adecuadamente al tronco que nutre. Así una
palabra vana no esta debidamente conectada al texto bíblico del cual se alude que pertenece, o no es
una consecuencia bíblica sana.
Una nota de cuidado: Estamos describiendo como los teólogos hacen, pero no estamos diciendo
estar en capacidad de imitarlos, pues se requiere en un teólogo no sólo conocer en un nivel aceptable la
revelación divina, sino también tener un dominio razonable de los idiomas originales en que fue escrita
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nuestra Biblia, dominar la lengua Hebrea como Griega. Yo puedo describir como el pelotero conecta
sus jonrones, pero no puedo imitarlo. En muchas verdades escritúrales, quizás no fundamentales,
vamos a tener que caminar en las convicciones de otros. Si para una persona lo revelado por Dios en Su
Palabra es sólo lo que está explícito en la misma, no podemos decir que las inferencia teológicas sean
reveladas por el Espíritu de Dios. Pero si el contenido de las revelaciones se encuentra, tanto explícita
como implícitamente, en la Biblia, entonces las inferencias son parte de la revelaciones divinas, y por
tanto podemos llamarlas con propiedad como objetos formales de la fe Cristiana.
Veamos varios textos y su correspondiente inferencia:
Texto: 1Co.9:9 – Inferencia (1Co. 9:4). Otros: Hebr. 8:8 con 8:13 / Ro. 9:7,10 con Ro. 9:8

Si una aplicación alternativa del texto envuelve cambio de un nombre por otro, es una indicación
que una figura del lenguaje está siendo empleada, algunos principios generales para guía pueden ser
de ayuda:
Antropomorfismo: Es una metáfora de uso en el lenguaje en la que es apropiada para el
hombres y es usada para describir a Dios. Así por ej. el alma de Dios indica su vida o esencia, Jer.5:29.
Cabeza denota su superioridad. I Cor 11:3. El rostro de Dios se refiere a su favor o su ira, Sal.30:7 y
34:16. Las referencias a sus ojos generalmente indica su Gracia y providencia, Sal.34:15. La niña de
sus ojos significa algo muy querido para El, Zac.2:8. Una referencia a sus oídos generalmente indica
que escucha nuestras oraciones. En una manera similar su hollar representa su indignación; sus
manos levantadas su poder y protección; su brazo su poder y fortaleza; su mano derecha su suprema
autoridad; su dedo, virtud; su pie gobierno y poder Sal.110:1; su olor su aceptación de algo, Gen. 8:21.
Arrepentimiento, es usado para el cambio en las cosas y las acciones las cuales Dios ejecuta.
Lenguaje Sacramental o más propiamente Metonimia Sacramental, envuelve el signo
usado para denotar que significa y viceversa. Así por ej. el árbol del conocimiento del bien y del mal
significa el árbol que es signo de estos. Similarmente la circuncisión es llamada el pacto y el signo del
pacto, Gen.17:10,11. Abraham llamó el lugar en el Monte Moriah donde el iba a sacrificar a Isaac
cuando Dios le detuvo, y el cordero encontrado enredado en un zarzal Jehová Jireh, significando El
Señor proveerá. El lugar vino a ser un signo que Dios iba de hacer así (Gn.22:14). La piedra que
Jacob usó como una almohada la noche que el soñó en una escalera es llamada Betel, que significa
Casa de Dios (Gn.28:22). El signo es identificado con lo que significa. Similarmente el cordero
pascual es la Pascua (Ex 12). El altar es llamado el Señor es mi estandarte (Ex 17:15). Jerusalén es
llamada el Señor está allá (Ezeq.48:35). El sacerdote y su expiación (Lev.16)
Casos del NT. Cristo es llamado Un Cordero (Jn 1:29) El Cordero Pascual es llamado Cristo
(I Cor. 5:7). En el mismo verso los cristianos son llamados sin levadura. Cristo es llamado La
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propiciación (gr. hilasterion) o la cubierta del arca del Pacto (Ro.3:25). Los cristianos son llamados
hacer un pan (1Co.10:17) y la roca es dicha a ser Cristo (I Cor. 10:4). En la misma manera el bautismo
es el lavamiento del nuevo nacimiento (Tit. 3:5). La copa es llamada el Nuevo Pacto y el pan es dicho
ser el cuerpo de Cristo (I Cor.1:24-25). En tales casos el signo es dicho a ser la cosa significada, pero
con el entendimiento que tal lenguaje emplea una figura de hablar, en el cual el signo habla de la
realidad que representa.
Comunicación de Propiedades. Que es llamada la comunicación de las propiedades en
Cristo (cuando lo que es apropiado a su humanidad es adscrito a su divina naturaleza) Es un
sinécdoque <Figura del lenguaje en el cual el todo es representado por una parte o viceversa>. A
través de la unión de la naturaleza divina y humana en la persona divina de Cristo que estrictamente
hablando pertenece sólo a una de estas 2 naturaleza aunque es hablado como si perteneciera a toda
su persona. Ej. : para pastorear la Iglesia de Dios la cual El compro con su propia sangre (Hch. 20:28)
Ninguno ha ascendido al cielo, sino el que ha descendido del cielo, esto es el Hijo del Hombre que está
en el cielo (Jn.3 :13). Porque si ellos lo hubieran conocido no hubieran crucificado al Señor de gloria (
I Co. 2:8) Jesús les dijo, de cierto os digo, antes que Abraham fuese Yo soy, (Jn 8:58). Y Jesús crecía
en sabiduría y estatura delante de Dios delante de los hombres (Jn 2:52)
Esta comunicación de propiedades aplica sólo en lo concreto no en lo abstracto. Por concreto yo
significo toda su persona como Dios, hombre, Cristo, por abstracto cualquiera de las dos naturalezas
considerada como humanidad o divinidad.
Cuando algo es dicho de Dios que implica su involucramiento en el mal debe ser entendido como
refiriéndose a su obra permisiva. Una cita clásica en el AT es Neh. 7:35, Is. 19:14, Ex. 11:10, Dt. 2:30,
Jos. 11:20, I Sam. 2:25, 2 Cr 22:7, Sal. 105:25, Ez. 14:9. Pero también hay ejemplo de esto en el NT.
Rom. 1:28, 2 Tes 2:11.
Otra vez algunas cosas son descritas como si ellas fuesen completadas, si en hecho no han sido
finalizadas, tales declaraciones indican que empezaron y están en camino de un anticipado
cumplimiento (Gen. 5:32, 11:26, I rey 6:2,37; Sal. 119:8, Lc. 1:6, Filip. 3:12, 15.)
Mandamientos. Los mandamientos morales o leyes que menciona un pecado especifico por
nombre implica todos los pecados de la misma clase incluyendo sus causas y ocasiones o cualquier
cosa que nos tiente a ello. Ellos además nos mandan las virtudes opuestas, esto es como Cristo
expone la Ley moral en el sermón del monte, Mt 5:21-48. Juan explica el mismo principio cuando
escribe, “Cualquiera que aborrece a su hermano es asesino” I Jn. 3:15.
Juicios y promesas. Los juicios y las promesas deben normalmente ser entendidas como
explicando ciertas condiciones, sus efectos depende si hay o no fe y arrepentimiento y si están
presentes en respuesta a ello. Esto es verdad particularmente de algunos versículos. (Aunque el
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castigo son excepción a esta regla, Ex. 33:14,15, Jonás 3:4, Apoc. 21:18). En los eventos subsiguiente a
estas cosas se hace más claro que el juicio o promesa es para ser entendido con condiciones, Jer 18;9-
10, Is. 38:1, Gen. 20:13. Aquí claramente el efecto de la voluntad de Dios está envuelto lo que los
teólogos llaman la Voluntad de Dios y la Voluntad de su buen placer. Por Su Voluntad de buen placer
es significado que Dios quiere algo y simplemente y sin ninguna condición lo hace, tal como en la
creación, el gobierno del mundo y enviar a Su Hijo. Por su Voluntad se significa que el quiere algunas
cosas en vista de algunas otras como condición de estas. Porque la condición anexada indica la
presencia del Voluntad de Dios entonces podemos decir que el lo hace en Su Voluntad
El hablar superlativo exclusivo usado por alguna de las partes de la deidad no excluye las otras
personas. Lo que ellos excluyen son las criaturas y falsos dioses al cual el verdadero Dios en una
persona o en más es contrario. Así Jesús llama al Padre, El único Dios verdadero, pero solamente
opuesto a los falsos dioses (Jn. 17:3). Otros ejemplos pueden ser encontrados en Mr. 13:17, Ro 16:17, I
Tim. 1:17, Jn. 10;29. Cuando Jesús dice Mi Padre es mayor que todos, El no está significando que es
mayor que los otros de la Trinidad sino que es mayor que todas las criaturas. Todas las obras de la
Trinidad y todos sus divinos atributos deben ser entendidos inclusivo, que aplican sin excepción a
cualquiera de las personas. Cuando Dios es considerado absolutamente o por el Mismo, las 3 personas
de la trinidad están significadas. Cuando la palabra Dios es usada conjuntamente con otra de las
personas de la Trinidad se está refiriendo al Padre (2 Co.13:13).
Una palabra gramatical puede tener un significado particular y viceversa (no particular).
Todo puede significar mucho y mucho puede significar todos, según el contexto, Gen.33:11, Ex.
9:6, Dt. 28:64, I Rey 12:18, Jer. 8:6, 26:9; Mt. 4:23; 21:26; Jn. 14:13; 1Co.6;12, Fil. 2:21.
Nada puede significar poco o pequeño, Jn 18;20, Hch 27;33.
Ninguno o puede ser usado por poco, Jer, 8:6, 1Co. 2:8.
Siempre puede significar a menudo o extendido, Pro. 13:10, Lc. 18;1, 24:53, Jn 18:29.
Eterno puede significar un largo tiempo si es que ajusta bien al contexto Gen 17:8, Lev 25:46,
Dt 15:17, I Cro.15;2, Isa.34:6, Dan 2:4, Jer 25:9.
Dondequiera puede significar aquí o allá, Mr.16:20, Hch 17:30.
Una negativa es a menudo limitada en su significado a un asunto particular. Sal. 7:4, Jn. 9:3.
No puede significar a veces, raramente, difícilmente I Re. 15:5, Lc. 2:37.
Nota: Hay partículas gramaticales a las que es necesario ponerle especial atención:
Ahora, así que, entonces, como, he aquí, mientras, más, pero, pero ahora,
porque, por tanto, también, etc.

FIGURAS DEL LENGUAJE ESCRITO


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Retórica. (Del lat. rhetorĭca, y este del gr. ῥητορική).


Arte de bien decir, de dar al lenguaje escrito o hablado eficacia bastante para deleitar, persuadir
o conmover.
Tropo. (Del lat. tropus, y este del gr. τρόπος).

Ret. Empleo de las palabras en sentido distinto del que propiamente les corresponde, pero
que tiene con este alguna conexión, correspondencia o semejanza. El tropo comprende la
sinécdoque, la metonimia y la metáfora en todas sus variedades.
Sinécdoque. (Del lat. synecdŏche, y este del gr. συνεκδοχή, de συνεκδέχεσθαι, recibir juntamente).
1. f. Ret. Tropo que consiste en extender, restringir o alterar de algún modo la
significación de las palabras, para designar un todo con el nombre de una de sus
partes, o viceversa; un género con el de una especie, o al contrario; una cosa con el de
la materia de que está formada, etc.

Metonimia. (Del lat. metonymĭa, y este del gr. μετωνυμία).

1. f. Ret. Tropo que consiste en designar algo con el nombre de otra cosa tomando el
efecto por la causa o viceversa, el autor por sus obras, el signo por la cosa significada,
etc.; p. ej., las canas por la vejez; leer a Virgilio, por leer las obras de Virgilio; el laurel
por la gloria, etc.
Metáfora. (Del lat. metaphŏra, y este del gr. μεταφορά, traslación).

1. f. Ret. Tropo que consiste en trasladar el sentido recto de las voces a otro figurado, en
virtud de una comparación tácita; p. ej., Las perlas del rocío. La primavera de la vida.
Refrenar las pasiones.

2. f. Aplicación de una palabra o de una expresión a un objeto o a un concepto, al cual no


denota literalmente, con el fin de sugerir una comparación (con otro objeto o concepto) y
facilitar su comprensión; p. ej., el átomo es un sistema solar en miniatura.
Propiedades retóricas de las palabras:
Elipsis: Cuando el texto carezca de una o mas palabras indica brevedad, o pudiera ser una
expresión de profunda emotividad (Gen.3:22, 11:4; Exo. 22:20, 23:1; 1Cro.4:10; Sal. 6:3; Hech. 5:39).
En otras ocasiones el cambio de tiempo en le verbo es usado para expresar algo que sucederá con
certeza (Gen. 50:23; Isa. 9:6; 21:9).
Pleonasmo: (Del lat. pleonasmus, y este del gr. πλεονασμός).

Ret. Figura de construcción, que consiste en emplear en la oración uno o más vocablos
innecesarios para que tenga sentido completo, pero con los cuales se añade expresividad a lo
dicho; p. ej., lo vi con mis propios ojos.
Esto es, repetición de palabra o palabras, lo cual pudiera indicar: Énfasis, o que se significa algo
mas que su significado ordinario (Sal.133:2; Lu.6:46). Una multitud (Gen.32:16; Joe.3:14).
Distribución: (lev.17:3; 1Cro.26:13; 2Cro.19:5). Diversidad y variedad. (Sal.12:2; Pro.20;10).
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Ironía. (Del lat. ironīa, y este del gr. εἰρωνεία). Figura retórica que consiste en dar a entender lo
contrario de lo que se dice. Esto es, cuando el significado real es lo opuesto a lo que se expresa
ordinariamente, algunas veces para denotar una burla, o implica una reprensión por el pecado
(Juec.10:14; 1Re.18:27; 22:15; Mar.7:9; 1Co.4:8).
Inferir.
(Del lat. inferre, llevar a). tr. Sacar una consecuencia o deducir algo de otra cosa.
Aparente contradicción en las Escrituras, a menudo se resuelven entendiendo que los
pasajes se refieren a asuntos distintos, aunque con similitud de vocabulario, o tratan con diferentes
aspectos o disímiles perspectivas o épocas diferentes (Sal.7:8 con Isa.64:6; Mt.10:9-10 con Mar.6:8-9,
el primero se refiere a un peso o carga sobre el cuerpo de la persona, y el otro al valor de la carga en
peso en sustancia.) Otro caso: Sal.7:8 con Isa.64:6; en lo primero justicia se refiere a un caso a juzgar
en especifico entre un hombre con su prójimo, y en lo segundo a la justicia humana frente a Dios.

D. MANEJANDO LAS ESCRITURAS CORRECTAMENTE


En esta parte enfocaremos dos aspectos del manejo propio de las Escrituras, el análisis de
narrativas y discursos. Esto así, porque la Biblia en si es una gran narrativa, toda Ella se concentra en
narrar la obra redentora del señor Jesús para lo gloria de Dios y la salvación de los hombres. Esto se
nota en la historia de la creación, la caída del hombre, el pacto con Abraham, etc. Esta gran narrativa
apunta a los eventos redentivos. Además están los discursos, entendiendo como discursos, una carta,
un sermón, una conversación, un poema, una oración, un salmo etc.
LAS NARRATIVAS.
Se cuentan tres tipos de narrativas, a saber: Reportes breves, historias habladas o contadas, y
Dramas.
Reportes breves. Estos son eventos como las guerras del pueblo de Israel, la construcción
del templo de Jerusalén. Textos: (2Sam.10; 1Re.6-9). En todo reporte bíblico hay al menos una
lección moral, ya sea de fe o incredulidad en cualquiera de sus partes.
Regla general: Para descubrir el punto central compárelo con otros similares o examine varios
reportes al mismo tiempo.
Tarea: Dividir este pasaje con estos encabezados:
Punto Central: Una Buena obra y un Mal corazón (1Re.14:1-12). Explicar.
La reacción del rey frente a la calamidad (v?-x?.
Jeroboam sale en busca de consejo (v?-x?.
La impiedad e ingratitud de Jeroboam (v?-x?)
El castigo por su impiedad (v?-x?).
Historias habladas. Regla para su manejo: El evento principal se encuentra en el hablar,
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no en la historia circundante. Estas últimas pueden ser puente para enfatizar la lección, pero no su
punto central. Casos: Moisés con Faraón (Exo.5-10). El discurso de Salomón en la dedicación del
templo (1Re.8). Sermones de Pedro y Pablo (Hech.2;13;17). El llamado de Mateo (Mt.9:9-13).
Dramas. Es una narración de sucesos de la vida real en que prevalecen acciones y situaciones
tensas y pasiones conflictivas. Poseen la peculiaridad de interesar y conmover vivamente. Son de
amplio uso en retórica.
Manejo del drama: Estableciendo la escena: Tiempo u ocasión. Lugar. Situación social. Carácter
de los personajes, sus pensamientos, palabras y obras. Problema o conflicto. Tensión presente.
Resolución o punto focal.
Tarea:
Pilato interroga a Jesús (Jn.18:28-40)
Los acusadores presentan su caso (v?-x?).
El juez examina el acusado (v?-x?).
Resultados Del Interrogatorio De Pilato (V?-X?)
El Juez se pervierte (V?-X?)
LOS DISCURSOS.
Analizar un discurso es, estudiar la manera como el autor representa sus expresiones y párrafos
con miras de establecer su punto o razón. Es conveniente que al analizar un discurso se disponga al
menos de una idea general del tema en cuestión.
Una manera de analizar es siguiendo este orden: Su localización, por lo general la idea principal
se dice al principio o final del discurso. Énfasis, a menudo el autor repite o regresa la asunto principal
(Stgo.2:14-26). Enfoque, es frecuente que llame nuestra atención antes de iniciar su punto (Stgo.3:1;
Mrc.12:29). Formulas introductorias: Empleas frases directa a sus lectores u oidores (1Co.12:1;
1Tes.4:13). Formulas conclusivas: Así que; por tanto, etc.
Principios generales para analizar discursos:
(1) Enfoque su atención sobre palabras que conecta una idea con otra
(2) Busque las conexiones implícitas o indirectas.
Un caso: Ponerle títulos a los párrafos de este discurso: Gal.3:1-5; 6-9; 10-14; 15-18; 19-25.

E. APLICACIÓN DE LAS ESCRITURAS


La aplicación es la destreza de cuando la doctrina o enseñanza ha sido presentada de tal manera,
que es apropiada a la circunstancia del lugar y ocasión de las personas a quienes uno les predique. Un
caso: “Yo apacentaré mis ovejas, y yo les daré aprisco, dice Jehová el Señor. Yo buscaré la perdida, y
haré volver al redil la descarriada; vendaré la perniquebrada, y fortaleceré la débil; mas a la
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engordada y a la fuerte destruiré; las apacentaré con justicia. (Ezeq.34:15-16). Otro: “A algunos que
dudan, convencedlos. A otros salvad, arrebatándolos del fuego”. (Ju.1:22-23).
Principio básico: Es saber si el pasaje o declaración es del Evangelio o de la Ley. Ya que ambos
operan de manera diferente, la Ley expone la enfermedad, en cambio el Evangelio trae el adecuado
remedio. Esto es fundamente por el Oficio del Espíritu Santo, óigalo: “Y yo rogaré al Padre, y os dará
otro Consolador, para que esté con vosotros para siempre” (Jn.14:16). El Hijo Salva y el Espíritu
continua sanando, o aplica el remedio comprado por Cristo en la cruz. El bisturí antes del ungüento.
Mírelo: Ro.1:18, 2:1; 3:1; 3:20-21. Es de suma importancia conocer que clase de oidores tenemos, en
general, las Congregaciones siempre son mixtas, un público de Creyentes e incrédulos.
Hay dos clase de aplicaciones Unas para ser creídas y otras para ser aplicadas en la conducta de
la persona: “Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir,
para instruir en justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para
toda buena obra.” (2Ti.3:16-17). Unas instruyen, otras corrigen, tanto el error mental, como la
conducta. La instrucción pudiera denominarse como instrucción positiva, o que su labor es
ayudarnos a mejorar nuestra forma de vida, su oficio es llevar el Creyente de lo bueno a lo mejor. En
cambio la corrección, que también transforma, muda de la impiedad a una buena vida. En resumen,
hay dos grandes clases de aplicaciones, la formativa y la correctiva. La primera forma, la segunda
endereza.
Es esencial en la aplicación, que se trata de una herramienta que fluye, o que ha de surgir del
nivel espiritual del predicador. Dicho de otro modo, que depende de la vida espiritual del maestro
bíblico, por un lado, y por el otro, que ha de ser adecuada al estado espiritual de los oyentes. Se trata,
pues, de un asunto subjetivo, personal. Quien aplica eres tú mismo. Se estudia el tema, se prepara el
sermón, se predica y luego el maestro conecta esa verdad con la vida de los oyentes, que se produzca
un encuentro entre el hombre con su Dios. Sin olvidar que la transformación del hombre es obra
exclusiva del Espíritu Santo (2Co.4:1-7).
Cuando a un obrero se le encarga pintar una superficie, lo primero que hace es saber sobre que
clase de pared aplicaría la pintura. Si la superficie es metálica se requiere una pintura diferente a que
si lo fuese de madera, o concreto. Así el predicador al llegar a la aplicación, determinar sobre que
clase de oyente aplicaría la verdad enseñada. Hay incrédulos, ignorantes, creyentes inmaduros,
maduros, instruidos, pocos instruidos, etc. Aunque es común para todos nosotros ministrar en
congregaciones mixtas, o donde encontraremos una mezcla de Creyentes e incrédulos (1Co.3:1-2;
Hebr.5:13). Una lectura de los Evangelios podrá enterarle de cómo Jesús fue sensible al estado
espiritual de sus oyentes. Aplicó a los fariseos diferente que con Sus discípulos, o con simple
incrédulos ignorantes (Mt.13:3, 36; Mrc.10:10; Mt.8:7; 23:1).
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PRINCIPIOS FUNDAMENTALES SOBRE LA APLICACIÓN


1º. La aplicación es necesaria y difícil, uno no debe dejarla a la obra del
Espíritu. El maestro ha de hacer todo lo que esté a su alcance, ya que Dios bendice al siervo
diligente, y este ha de estudiar el tema o pasaje, hacerle una sana exégesis, estudiar el carácter de los
personajes envueltos en la narración, y prepararse debidamente (2Ti.2:1-7).
2º. Una sana aplicación consiste a menudo en restablecer claramente
las verdades conocidas, y quitar los obstáculos mentales en el oyente que
impiden la obediencia (2Co.10:5).
3º. Debemos buscar aplicaciones en toda clase de Escritura. No solo en
las exhortaciones (2Ti.3:16-17).
4º. En no pocas ocasiones la aplicación de un texto bíblico es la misma
que fue hace miles de años (Hech.17:31-31).

PREPARANDO UN SERMÓN A SER PREDICADO


1. Selección del texto: Lectura de un capitulo o pasaje completo y allí escojo en verso que sea
representativo del contexto: Isa.1:25; Jn.5:44; Hech.17:30-31; Jn.6:29.
2. Estudio del contexto y el tema principal que allí se trata, de tal modo que tenga una
comprensión suficiente de el.
3. Hacer un estudio de la palabras del texto en orden de establecer la fuerza e importancia de
cada una de esas palabras o de los conceptos que aparecen en el mismo. En esta labor es de singular
hacer un uso racional del contraste de palabras, términos o ideas.
Texto: "Y volveré mi mano contra ti, y limpiaré hasta lo más puro tus escorias, y quitaré toda
tu impureza" (Isa.1:25).
Cuando nos acercamos a ciertos textos de la Palabra de Dios debemos recurrir al uso de la
contraposición gramatical para determinar con mayor exactitud el sentido de las palabras o el
concepto que está detrás de las letras, y en el nuestro debemos hacer eso. El Señor no dice que va a
destruir a Sus hijos, ni tampoco que los va a desechar para siempre, sino que tan sólo leemos: "Y
volveré mi mano contra ti" (v25), no todo Su poder, pues no son las dos manos, sino tan sólo levantar
la mano, Su amor modera su justo enojo, se trata, pues de una santa indignación. Es cierto que se
trata de una expresión de disgusto, pero no de desprecio ni aborrecimiento ni odio ni ruina ni
destrucción, un enojado reproche de padre a hijos.
Cuando dice levantar la mano contra ti, entiéndase las calamidades, adversidades y aflicciones
que Dios emplea como si fuera un cincel para quitar las escorias del alma de los Suyos. estas escorias
no necesariamente son crímenes o pecados voluntarios, sino que también incluye el librarnos de
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aquellas debilidades que tienden alejarnos de Dios, limpiar el corazón y la vida.


Cuando el escultor se agacha para esculpir o sacar la figura del pedazo de mármol que encontró
deforme en la cantera, es para sacar a luz la hermosura de la figura que se encuentra dentro de esa
mole de piedra. La hermosura del carácter de Cristo está dentro de una piedra sin forma, hay un
carácter natural en cada Creyente que debe ser disminuido y uno espiritual que debe ser fortalecido.
No podrá ser evitado que algún grado de desaliento y depresión se producirá en el corazón del
Creyente cuando Dios levante Su mano, porque es contra ti, pero esto será tan sólo pasajero no es
permanente, aunque tu consuelo no es tanto que se trata de algo pasajero, sino y sobre todo, que es la
mano de Dios, notas tú que dice: "Mi mano" (v25); no es la mano de tu enemigo, sino de tu Dios, tu
Creador, la mano que te formó, que te sustenta, te cuida, te protege y te guarda contra todo mal; es tu
Salvador, Redentor, es la mano de tu amoroso y tierno Medico. Recuerda Su Nombre: "Padre de
misericordias y Dios de toda consolación".
Cuando uno levanta las dos manos para limpiar el vestido de otro, es propio suponer que se trata
de una mancha muy grande y que requiere de mucho esfuerzo, y hasta daño podría causarle al otro,
pero si el asunto puede ser hecho con una sola mano, entonces se trata de algo menor, porque lo
mayor fue limpiado por Cristo en la cruz del Calvario. Los niños para expresar la destreza de alguien o
lo fácil de un trabajo dicen, que tal o cual obra se puede hacer con una sola mano, y para limpiar a Sus
hijos Dios sólo necesita una mano no las dos.
Tenga en mente, que aún cuando sea una mano, para ti pudiera significar ser visitado por una
de las adversidades de esta lista: aflicción, enfermedad, tristeza, desaliento, amargura de ánimo,
persecución, trato injusto, pérdida de algún bien, de la facultad o capacidad en uno; en resumen, un
mal de alguna clase nos visitará, porque dice el texto que es "contra ti", no es en pro o a favor tuyo,
sino en tu contra. Y no dudo que tú llegues a pensar que te quiere destruir.
4. Establecer las consecuencias que da el verso. En este caso: El buen fin de las calamidades que
caen sobre el verdadero Creyente:
Cuando Dios levanta Su mano contra el Creyente para formar el carácter de Cristo en ellos,
puede ser para varios fines. Diríamos que para corregirlos, para probarlos y para hacerlos brillar.
Para corregirlos. Dios castiga o corrige a Sus hijos porque ellos aún no son todo lo bueno
que deberían y pueden ser, el diablo y el mundo los condena porque son buenos, pero Dios quiere que
sean mejores. El buen entrenador somete sus pupilos a fuertes disciplinas y prácticas con el fin de ver
superación en ellos, que sean mejores Cristianos.
El propósito final de las adversidades es para enmendar la vida del Creyente, como escribe el
profeta: "La remoción de su pecado" (Is.27:9); quitar el impedimento que lo aleja de la pureza y la
santidad; apartarlo de aquellos males que provocan que Dios lo trate con severidad.
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Es muy conocido el dicho de que cuando tenemos un problema y podemos identificarlo,


entonces la mitad del trabajo para resolverlo está hecho. Si tu casa se está inundando y tú ignora de
donde está saliendo el agua, te será muy difícil resolver, pero tan pronto como identifiques el pinche,
lo que resta es más fácil. Mira esa verdad diaria relacionada con la vida espiritual: "Estos cuarenta
años en el desierto, para afligirte, para probarte, para saber lo que había en tu corazón" (Dt.8:2); las
adversidades nos enseñan a identificar los problemas que tiene nuestro corazón, la impaciencia, la
incredulidad, el orgullo.
Cuan incapaces somos para resolver, pero conociéndonos a nosotros mismos podremos
superarnos más fácilmente y llevar el alma al camino de la paz y la bendición, ya que se estará en
mejor condición de luchar contra el mayor obstáculo que es el descontrol de las pasiones.
Para probarte. Cuando estamos en prosperidad, esto es, que estamos recibiendo muchos
favores, entonces la inclinación es olvidarnos del Dios que favorece. Las Escrituras comparan las
calamidades con el fuego, queriendo enseñarnos que así como el oro es probado con el fuego, la fe es
probada por las aflicciones (Zac.13:8-9). Y en este sentido ellas han de probar la verdad y finalmente
fortalecer el poder de la Gracia en ellos será fortalecido: "El invocará mi nombre, y yo lo oiré, y diré:
Pueblo mío; y él dirá: Jehová es mi Dios" (v9).
El apóstol Pablo fue víctima de una enfermedad del cuerpo que le impedía, según él, desarrollar
un mejor servicio en el Evangelio, pero diferente a lo que pensaba, el Señor le dijo: "Bástate mi
Gracia; porque mi poder se perfecciona en la debilidad" (2 Co.12:7-9); él, por la adversidad fue librado
de ser lleno de sí mismo, el aguijón le hizo depender más de Dios, su confianza en Cristo le fue
aumentada por medio de esta calamidad.
Mientras más delicada es la constitución de una persona, más incapaz será de soportar durezas,
pero las adversidades fortalecerán el hombro del alma para poder soportar mayor peso, y así llevar
mayor carga, entonces seremos dotados de mayor paciencia (Lam.3:24-26), esto es, que Dios no es la
salvación de ninguna alma, a menos que esa alma aprenda a esperar en El.
Para hacerlos brillar. Cuando el Cristianismo comenzó a propagarse en medio de los
griegos y los romanos su brillo era poco, pero luego el Señor permitió que los hermanos fuesen
perseguidos por causa de su fe y muchos de ellos fueron quemados en la hoguera, entonces la sangre
de los mártires abonó el terreno para que la semilla recién sembrada se multiplicara. Las virtudes de
Cristo brillaron con luz resplandecientes por medio de los sufrimientos de aquellos Cristianos; las
calamidades fueron como leña al fuego para la difusión del Evangelio.
5. Organizando mis observaciones en un sermón.
Hago la introducción, luego las observaciones sobre el texto o pasaje en cuestión y continuar
con las aplicaciones prácticas. Cuatro aspectos del sermón deben ser establecidos:
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Pastor Oscar Arocha

Las explicaciones Explicar la Doctrina


Las observaciones Establecerlas
Las preposiciones Aplicarla al Oyente
Las aplicaciones.

6. Las aplicaciones al oyente. En este caso de Isa.1:25.

1. Los sermones sobre las aflicciones serán siempre muy oportunos. Hay
ocasiones adecuadas para hablar sobre la teología del trabajo, sobre la escatología y otros necesarios
temas bíblicos, pero los que tratan sobre nuestras calamidades nunca están demás, y la razón es lo
dicho por el salmista: "Muchas son las aflicciones del justo" (Sal.34:19).
2. Cuan terrible es la vida de los inconversos, porque ellos tendrán dos
infiernos. Es cierto que los Creyentes sufren muchos, pero tienen la segura promesa que sus
padecimientos son temporales, tienen un final, son pocos días de dolores, pero con los inconversos la
cuota de dolor es doble, ya que no sólo sufrirán aquí en la tierra, sino también en el fuego eterno en el
infierno.
3. Una aflicción es provechosa sólo si purifica, de lo contrario es una
simple desgracia. La regla general para juzgar el carácter de una aflicción, si se trata de un acto
del amor de Dios o de su indignación contra el inconverso, es la siguiente: Que las evidencias de la
Gracia de Dios consisten en una evidencia interna, y no una prueba externa, ya que los amigos de Job
erraron sobre las calamidades suyas. Ahora bien, una verdad incuestionable al respecto es lo que dice
el salmista: "Bienaventurado el hombre a quien tú, Jehová, corriges, y en tu ley lo instruyes"
(Sal.94:12); esto es, que la vara y el amor pueden ir en el mismo abrazo de Dios hacia Sus hijos; de
manera, pues, que cuando Dios levanta su mano contra Sus redimidos El los purifica y los instruye.
Que estas reglas te sirvan para distinguir entre el amor de Dios y su enojo.
4. Los juicios de Dios sobre el mundo son lecciones para la Iglesia. Si tú
quiere ser librado de los castigos y las varas del Señor, entonces asimila las instrucciones cuando tú
veas el castigo de Dios sobre otros, toma para ti las enseñanzas del refrán italiano: "Cuando veas las
barbas de tu vecino en fuego, entonces pon las tuyas en remojo".

Pág.30-47 Libro: “THE ART OF PROPHESYING”


Autor: W illiam Perkins.
Editorial: Banner & Truth
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LAS MANERAS DE MANEJAR UN TEXTO O DE APROXIMARNOS A EL

Para manejar un texto se recomienda tener en cuenta los siguientes puntos:

1. Vaya de lo particular a lo general, o más bien que vaya de los principios particulares en el
texto, a unirlo al principio general al cual pertenece así que, usted pueda ver lo que es significativo del
texto en cuestión. Supongamos que usted está tratando de este texto: “Aunque él me mate, en
él he de esperar” (Job 13:15); se infiere que en el camino de la fe, puede ocurrir que cuando Dios
esté contestando nuestro pedido, a uno le parezca que está en nuestra contra, entonces voy al caso de
la mujer Sirofenicia, el de Jacob y otros para probarlo. Del caso particular de Job me conecto con lo
general.

2. Reconozca el carácter esencial de lo bueno o lo malo, como usted describiría sus huellas o su
seguimiento. Recuerde que su discurso es básicamente espiritual, donde discrimen o juicio moral es
hecho con mucha frecuencia. Todos los Creyentes son hombres buenos, pues tienen buen corazón, y
será nuestro fin particular destacar en muchos casos sus bondades. Jacob es presentado por muchos
como un hombre astuto, pero lo más destacable en él fue su perseverancia y esperanza en Dios. En los
pecados de los Creyentes ha de destacarse la misericordia de Dios. Siempre dar la debida nota de
balance.

3. Identifique las asunciones que no están explícitas en el texto mismo, o de otro modo, que
procure sacar de manera directa las inferencias o deducciones que están en el texto entre líneas, pero
asegurándose de que esto no contradiga todo el contexto ni todas las Escrituras, pero además que
salgan de manera natural y directa del texto en cuestión. Un caso: “Porque os es necesaria la
perseverancia para que, habiendo hecho la voluntad de Dios, obtengáis lo
prometido” (Hebr.10:36); se infiere de aquí que la voluntad de Dios no sólo hay que hacerla, sino
que también hay que sufrirla.

4. Note el carácter o condición de la persona citada o descrita en el texto; vea su carácter, en


especial el carácter moral, el estado de su corazón; procure identificar esto claramente, distinga
también el tiempo, el lugar de las palabras y las acciones en el texto, o en qué tiempo, en qué lugar, en
qué ocasión están siendo dichas las palabras que están escritas en el texto. Vea un caso de humildad:
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“Vino un leproso y se postró ante él diciendo: ¡Señor, si quieres, puedes


limpiarme!” (Mat.8:2); no le dijo si puedes, como teniendo dudas; ni tienes. como exhibiendo
irrespeto, sino, “si quieres”, mostrando humildad. Otro caso: “Este vino a Jesús de noche… “
(Jn.3:2); Jesús era profeta de Dios tanto de día como de noche, por qué, Nicodemo vino de noche por
amor a su reputación entre los hombres.

5. Considere también y asegúrese o note, averigüe las consecuencias citadas en el texto, que
consecuencias morales o espirituales se derivan de eso que la palabra de Dios nos está diciendo. Un
caso: “Que no seáis movidos fácilmente de vuestro modo de pensar ni seáis
alarmados, ni por espíritu, ni por palabra, ni por carta como si fuera
nuestra, como que ya hubiera llegado el día del Señor” (2Tes.2:2); el ponerle fecha
especifica al regreso de Cristo trae sacudimiento de la mente y turbación.

6. Examine cualquier asunto notable o que el escritor llama la atención en la manera de hablar o
en la acción descrita (Jn.9:1;Luc.12:12); hay ciertos textos que nos dan hechos de manera notable, ya
sea en el hablar o en la forma que se está describiendo, y donde se percibe que el autor quiere
llamarnos la atención, note esto también; compare las palabras de un texto con otro, sobretodo
aquellos textos que pueden ser de referencia cruzada o paralela, y en esto una concordancia nos puede
dar una buena ayuda.

7. Guárdese o evite al máximo cualquier objeción suya a la interpretación histórica del texto. Los
profetas de nuevo cuño siempre hemos de verlo con ojerizas o sospechas. Hay prácticas actuales
dentro de las congregaciones que la Iglesia no había conocido en toda su historia. El único caso donde
se ve alguien danzando en el espíritu es a David (1sam.6:16) y nunca dentro del templo, ahora ha sido
generalizado e introducido en el tiempo de adoración congregacional.

8. Procure dar respuesta adecuada o levante objeciones a la interpretación que usted está dando
del texto, de tal manera que su entendimiento y conciencia han sido claramente satisfechas con la
manera que ha llegado a la interpretación y las objeciones que ha levantado contra esa interpretación,
y si algunas objeciones en usted puedan levantarse; considere, averigüe y asegúrese que el texto da
esas respuesta, y que la interpretación es sana, que se respetan las reglas de la hermenéutica bíblica.
Texto: “¿De qué le sirve al hombre si gana el mundo entero y pierde su
alma?” (Mateo 16:26, RVA). Surge una pregunta ¿Cómo se explica que el alma puede perderse si es
eterna? Esto es en un lenguaje figurado. Hay una semejanza entre la muerte del cuerpo y el alma, la
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Curso de Homiléctica Pág. 24 Mayo 20/98
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corporal es cuando el alma se separa del cuerpo, y este se corrompe. El alma se pierde cuando se
separa de Dios la fuente de toda bondad y felicidad.

9. Distinga claramente la explicación del texto y la aplicación del mismo. En la manera de


manejar un texto, lo primero que debemos tratar de hacer es explicarlo a nosotros mismos, y luego
aplicarlo, todo aquel que maneje un texto debe hacer esa diferencia; cuando decimos que todo aquel
que maneje un texto debe hacer esa diferencia, estamos queriendo decir o significar que los conceptos
de aplicación o explicación de un texto deben ser debidamente entendidos y clasificados en la mente
por el que va a manejar el texto o sean identificados en el pasaje del texto en cuestión.
Texto: “¿De qué le sirve al hombre si gana el mundo entero y pierde su
alma?” (Mateo 16:26, RVA). Explicación; Aquí se trata de un lenguaje figurado. Hay una semejanza
entre la muerte del cuerpo y el alma, la corporal es cuando el alma se separa del cuerpo, y este se
corrompe. El alma se pierde cuando se separa de Dios la fuente de toda bondad y felicidad.
Aplicación: Las enfermedades terminarán matando tu cuerpo físico. Tu pecado condenara tu alma, la
matará.

LA COMPOSICIÓN DE UN SERMON

Habiendo entendido el texto por medio de un estudio privado, el predicador entonces debe
dividir el texto en los varios aspectos que de manera natural el texto presenta, es recomendable que
haga a lo menos dos puntos, pero nunca más de cuatro; (esto argumenta el ministro Simeón) estos
puntos deben estar interrelacionados y ser mutuamente independientes, y arreglado nuestro punto
mayor de modo efectivo. Comience siempre con lo más general y luego ir descendiendo a los
particulares, siga pues en la secuencia de los conocimientos, desdoblándolos o abriéndolos, así que la
primera proposición sirva como la entrada hacia la segunda, la segunda a la tercera y así
sucesivamente.

En la composición del sermón piense de manera clara y noble, así que sus observaciones estén
llenas de belleza, de dignidad y hermosura, pero siempre bajo el control del texto mismo, no bajo el
control de tu propia pasión aunque ésta sea de una manera digna y amable, sino bajo el control del
propio texto.

Un sermón debe comenzar con la introducción, luego las observaciones sobre el texto o pasaje
en cuestión y continuar con las aplicaciones prácticas. Cuatro aspectos del sermón deben ser
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establecidos:

Las explicaciones Explicar la Doctrina


Las observaciones Establecerlas
Las preposiciones Aplicarla al Oyente
Las aplicaciones.

Cada una de ella necesita especial manejo y el formalismo puede ser coloreado o entrelazado
por una de estas partes en la composición final del sermón.

La introducción es hecha primariamente para la audiencia de lo que usted va a discutir y así


de una manera natural guiarlo al tema central que va a exponer, es muy dificultoso hacerlo bien,
corrientemente algunos los han descrito como la cruz del predicador, y posiblemente sea que esta
dificultad en el introducción se deriva en que el predicador toma el texto lo entiende, lo subdivide,
pero él no lo ha concluido, él empieza haciendo la introducción según el carácter general, pero en el
estudio pueda ser que omita ciertas cosas que debieron de estar en la introducción, pero de manera
general en la introducción debe estimular la atención de la audiencia y prepararlos para el viaje o el
curso de pensamiento que va a ser traído delante de ellos, y así persuadirlos en cuanto a la verdad.

Es muy importante pues, dirigir el corazón y entendimiento de la audiencia en la dirección


propuesta, o conformarlo a la naturaleza del sermón; que la mente del que escucha sea movido a
compasión o a reverencia, según el caso; así que la introducción debe ser claramente identificada con
la naturaleza del tema. Alguien ha dicho que la introducción es como la galería anterior o porche de
una casa, que la define antes de que entremos en ella.

El ministro Simeón resume las necesidades en la


introducción como sigue:
1. La introducción debe ser breve, así que el oyente está preparado, no cansado ni indispuesto,
a lo que ha de seguir oyendo.

2. Debe ser clara, libre de pensamientos abstractos o teorías complicadas, sino que la
introducción debe venir natural y fácilmente al entendimiento del que oye.
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3. La introducción debe ser amable, seriamente introducida, no muy gramática, ni tampoco


muy fría; debe ser presentada de manera atractiva y disfrutable; por tanto, una atmósfera negativa en
la introducción siempre debe ser evitada.

4. Debe integrar o resumir allí el todo del sermón

5. Debe ser simple, evitando las expresiones complicadas; hable un lenguaje llano, del diario
hablar de sus oyentes, pero con dignidad y reverencia.

6. No debe traer a la introducción trivialidades o chistes burlones o un hablar superficial, y


mucho menos mundano.

Para transmitir todos estos efectos usted debe preparar varias formas de introducción antes y
finalmente establezca lo que es más ayudable y adecuado, y esto una vez que ya ha hecho el bosquejo
general del sermón.

En cuanto a la conclusión, ésta debe ser viva, apasionada, estimulante, llena de ideas aptas
que levanten, que ayuden los afectos del Cristiano hacia Dios; en las conclusiones el estímulo para el
amor a Dios debe ser la parte central, estos estímulos pueden ser el celo, el amor, la esperanza, el
arrepentimiento, condenarse a sí mismo, deseo de reformar la conducta y el corazón, consuelo, amor
e interés por las eternas bendiciones, gozo, constancia, resistir a las tentaciones, motivos para orar y
muchos otros.

Algunos de estos son fuertes, otros han de ser amables, gentiles; otros de carácter de adoración
como encontramos al final de Romanos, capítulo 8 donde el autor divino dice: "Nada ni nadie podrá
separarnos del amor de Dios que es en Cristo Jesús, Señor nuestro". Note usted pues, el espíritu con
que habla el autor allí, además la conclusión debe ser diversificada, y en ella pueden combinarse
numerosas pasiones Cristianas; puede ser que en un momento el Creyente por la conclusión sea
levantado a auto condenarse o a dar gracias por el refugio que tenemos en Cristo.

La conclusión también debe ser imaginativa, pero libre de sugerencias infundadas o asuntos
complicados; no olvide que el fin de la conclusión es despertar los buenos afectos y sentimientos de la
audiencia hacia Dios.
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Es altamente recomendable en la predicación instruir, agradar y afectar la audiencia.

En cuanto a lo primero de instruir, esto es de resolver dificultades del texto, abrir y expandir
las verdades y virtudes del Evangelio (Ti.2:11-12); traer a luz las doctrinas, penetrar en el camino de la
sabiduría divina, establecer la verdad y refutar el error. Por agradar entiéndase aquello de agradar la
audiencia en lo que es bueno para edificación (Ro.15:2), es decir consolar a los oyentes, llenarle sus
corazones y sus mentes con la admiración por las maravillosas maneras, las obras, las bondades y las
misericordias de Dios para con los hijos de los hombres. Afectar su audiencia, esto es inflamar sus
almas con celo santo y poderosamente inclinarlos a practicar la piedad y a vivir una vida en santidad,
y en estos deben ser enfatizados tres cosas: 1º Humillar al pecador; esto es, que como la ley mata,
hacerlos morir por las verdades, los juicios y la ira de la ley (Ro.7:9); 2º Exaltar al Salvador, traer los
remedios que Cristo nos ha dado y comprado con su sangre para sus elegidos por medio del
conocimiento del Evangelio (1Co.2:2); y 3º Promover la santidad o una vida piadosa, que los hombres
y mujeres expuestos bajo la predicación del Evangelio sean movidos de una manera persuasiva; esto
es, que sean persuadidos a amar a Dios porque en El hay grande galardón (Apoc.22:12).
Preparando un sermón a ser predicado
1. Selección del texto: Lectura de un capitulo o pasaje completo y allí escojo en verso que sea
representativo del contexto: Isa.1:25; Jn.5:44; Hech.17:30-31; Jn.6:29.
2. Estudio del contexto y el tema principal que allí se trata, de tal modo que tenga una
comprensión suficiente de el.
3. Hacer un estudio de la palabras del texto en orden de establecer la fuerza e importancia de
cada una de esas palabras o de los conceptos que aparecen en el mismo. En esta labor es de singular
hacer un uso racional del contraste de palabras, términos o ideas.
Texto: "Y volveré mi mano contra ti, y limpiaré hasta lo más puro tus
escorias, y quitaré toda tu impureza" (Isa.1:25).
Cuando nos acercamos a ciertos textos de la Palabra de Dios debemos recurrir al uso de la
contraposición gramatical para determinar con mayor exactitud el sentido de las palabras o el
concepto que está detrás de las letras, y en el nuestro debemos hacer eso. El Señor no dice que va a
destruir a Sus hijos, ni tampoco que los va a desechar para siempre, sino que tan sólo leemos: "Y
volveré mi mano contra ti" (v25), no todo Su poder, pues no son las dos manos, sino tan sólo
levantar la mano, Su amor modera su justo enojo, se trata, pues de una santa indignación. Es cierto
que se trata de una expresión de disgusto, pero no de desprecio ni aborrecimiento ni odio ni ruina ni
destrucción, un enojado reproche de padre a hijos.
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Curso de Homiléctica Pág. 28 Mayo 20/98
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Cuando dice levantar la mano contra ti, entiéndase las calamidades, adversidades y aflicciones
que Dios emplea como si fuera un cincel para quitar las escorias del alma de los Suyos. estas escorias
no necesariamente son crímenes o pecados voluntarios, sino que también incluye el librarnos de
aquellas debilidades que tienden alejarnos de Dios, limpiar el corazón y la vida.
Cuando el escultor se agacha para esculpir o sacar la figura del pedazo de mármol que encontró
deforme en la cantera, es para sacar a luz la hermosura de la figura que se encuentra dentro de esa
mole de piedra. La hermosura del carácter de Cristo está dentro de una piedra sin forma, hay un
carácter natural en cada Creyente que debe ser disminuido y uno espiritual que debe ser fortalecido.
No podrá ser evitado que algún grado de desaliento y depresión se producirá en el corazón del
Creyente cuando Dios levante Su mano, porque es contra ti, pero esto será tan sólo pasajero no es
permanente, aunque tu consuelo no es tanto que se trata de algo pasajero, sino y sobre todo, que es la
mano de Dios, notas tú que dice: "Mi mano" (v25); no es la mano de tu enemigo, sino de tu Dios, tu
Creador, la mano que te formó, que te sustenta, te cuida, te protege y te guarda contra todo mal; es tu
Salvador, Redentor, es la mano de tu amoroso y tierno Medico. Recuerda Su Nombre: "Padre de
misericordias y Dios de toda consolación".
Cuando uno levanta las dos manos para limpiar el vestido de otro, es propio suponer que se trata
de una mancha muy grande y que requiere de mucho esfuerzo, y hasta daño podría causarle al otro,
pero si el asunto puede ser hecho con una sola mano, entonces se trata de algo menor, porque lo
mayor fue limpiado por Cristo en la cruz del Calvario. Los niños para expresar la destreza de alguien o
lo fácil de un trabajo dicen, que tal o cual obra se puede hacer con una sola mano, y para limpiar a Sus
hijos Dios sólo necesita una mano no las dos.
Tenga en mente, que aún cuando sea una mano, para ti pudiera significar ser visitado por una
de las adversidades de esta lista: aflicción, enfermedad, tristeza, desaliento, amargura de ánimo,
persecución, trato injusto, pérdida de algún bien, de la facultad o capacidad en uno; en resumen, un
mal de alguna clase nos visitará, porque dice el texto que es "contra ti", no es en pro o a favor tuyo,
sino en tu contra. Y no dudo que tú llegues a pensar que te quiere destruir.
4. Establecer las consecuencias que da el verso. En este caso: El buen fin de las calamidades que
caen sobre el verdadero Creyente:
Cuando Dios levanta Su mano contra el Creyente para formar el carácter de Cristo en ellos,
puede ser para varios fines. Diríamos que para corregirlos, para probarlos y para hacerlos brillar.
Para corregirlos. Dios castiga o corrige a Sus hijos porque ellos aún no son todo lo bueno que
deberían y pueden ser, el diablo y el mundo los condena porque son buenos, pero Dios quiere que
sean mejores. El buen entrenador somete sus pupilos a fuertes disciplinas y prácticas con el fin de ver
superación en ellos, que sean mejores Cristianos.
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Curso de Homiléctica Pág. 29 Mayo 20/98
Pastor Oscar Arocha

El propósito final de las adversidades es para enmendar la vida del Creyente, como escribe el
profeta: "La remoción de su pecado" (Is.27:9); quitar el impedimento que lo aleja de la pureza y
la santidad; apartarlo de aquellos males que provocan que Dios lo trate con severidad.
Es muy conocido el dicho de que cuando tenemos un problema y podemos identificarlo,
entonces la mitad del trabajo para resolverlo está hecho. Si tu casa se está inundando y tú ignora de
donde está saliendo el agua, te será muy difícil resolver, pero tan pronto como identifiques el pinche,
lo que resta es más fácil. Mira esa verdad diaria relacionada con la vida espiritual: "Estos cuarenta
años en el desierto, para afligirte, para probarte, para saber lo que
había en tu corazón" (Dt.8:2); las adversidades nos enseñan a identificar los problemas que
tiene nuestro corazón, la impaciencia, la incredulidad, el orgullo.
Cuan incapaces somos para resolver, pero conociéndonos a nosotros mismos podremos
superarnos más fácilmente y llevar el alma al camino de la paz y la bendición, ya que se estará en
mejor condición de luchar contra el mayor obstáculo que es el descontrol de las pasiones.
Para probarte. Cuando estamos en prosperidad, esto es, que estamos recibiendo muchos
favores, entonces la inclinación es olvidarnos del Dios que favorece. Las Escrituras comparan las
calamidades con el fuego, queriendo enseñarnos que así como el oro es probado con el fuego, la fe es
probada por las aflicciones (Zac.13:8-9). Y en este sentido ellas han de probar la verdad y finalmente
fortalecer el poder de la Gracia en ellos será fortalecido: "El invocará mi nombre, y yo lo
oiré, y diré: Pueblo mío; y él dirá: Jehová es mi Dios" (v9).
El apóstol Pablo fue víctima de una enfermedad del cuerpo que le impedía, según él, desarrollar
un mejor servicio en el Evangelio, pero diferente a lo que pensaba, el Señor le dijo: "Bástate mi
Gracia; porque mi poder se perfecciona en la debilidad" (2 Co.12:7-9); él, por la
adversidad fue librado de ser lleno de sí mismo, el aguijón le hizo depender más de Dios, su confianza
en Cristo le fue aumentada por medio de esta calamidad.
Mientras más delicada es la constitución de una persona, más incapaz será de soportar durezas,
pero las adversidades fortalecerán el hombro del alma para poder soportar mayor peso, y así llevar
mayor carga, entonces seremos dotados de mayor paciencia (Lam.3:24-26), esto es, que Dios no es la
salvación de ninguna alma, a menos que esa alma aprenda a esperar en El.
Para hacerlos brillar. Cuando el Cristianismo comenzó a propagarse en medio de los
griegos y los romanos su brillo era poco, pero luego el Señor permitió que los hermanos fuesen
perseguidos por causa de su fe y muchos de ellos fueron quemados en la hoguera, entonces la sangre
de los mártires abonó el terreno para que la semilla recién sembrada se multiplicara. Las virtudes de
Cristo brillaron con luz resplandecientes por medio de los sufrimientos de aquellos Cristianos; las
calamidades fueron como leña al fuego para la difusión del Evangelio.
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Curso de Homiléctica Pág. 30 Mayo 20/98
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5. Organizando mis observaciones en un sermón.


Hago la introducción, luego las observaciones sobre el texto o pasaje en cuestión y continuar
con las aplicaciones prácticas. Cuatro aspectos del sermón deben ser establecidos:

Las explicaciones Explicar la Doctrina


Las observaciones Establecerlas
Las preposiciones Aplicarla al Oyente
Las aplicaciones.
6. Las aplicaciones al oyente. En este caso de Isa.1:25.

1. Los sermones sobre las aflicciones serán siempre muy oportunos. Hay
ocasiones adecuadas para hablar sobre la teología del trabajo, sobre la escatología y otros necesarios
temas bíblicos, pero los que tratan sobre nuestras calamidades nunca están demás, y la razón es lo
dicho por el salmista: "Muchas son las aflicciones del justo" (Sal.34:19).
2. Cuan terrible es la vida de los inconversos, porque ellos tendrán dos
infiernos. Es cierto que los Creyentes sufren muchos, pero tienen la segura promesa que sus
padecimientos son temporales, tienen un final, son pocos días de dolores, pero con los inconversos la
cuota de dolor es doble, ya que no sólo sufrirán aquí en la tierra, sino también en el fuego eterno en el
infierno.
3. Una aflicción es provechosa sólo si purifica, de lo contrario es una simple
desgracia. La regla general para juzgar el carácter de una aflicción, si se trata de un acto del amor de
Dios o de su indignación contra el inconverso, es la siguiente: Que las evidencias de la Gracia de Dios
consisten en una evidencia interna, y no una prueba externa, ya que los amigos de Job erraron sobre
las calamidades suyas. Ahora bien, una verdad incuestionable al respecto es lo que dice el salmista:
"Bienaventurado el hombre a quien tú, Jehová, corriges, y en tu ley lo
instruyes" (Sal.94:12); esto es, que la vara y el amor pueden ir en el mismo abrazo de Dios hacia
Sus hijos; de manera, pues, que cuando Dios levanta su mano contra Sus redimidos El los purifica y
los instruye. Que estas reglas te sirvan para distinguir entre el amor de Dios y su enojo.
4. Los juicios de Dios sobre el mundo son lecciones para la Iglesia. Si tú quiere
ser librado de los castigos y las varas del Señor, entonces asimila las instrucciones cuando tú veas el
castigo de Dios sobre otros, toma para ti las enseñanzas del refrán italiano: "Cuando veas las barbas
de tu vecino en fuego, entonces pon las tuyas en remojo".

Impartido por : Pastor Oscar Arocha


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Pastor Oscar Arocha

Fecha: Mayo 25 a Junio 29 de 1998 / Enero 15/2007

Bibliografía:
F. Evangelical Preaching; by Charles Simeón
Multnomah Press, 1986
G. Tratado sobre la Predicación; por Juan A. Broadus
Casa Bautista de Publicaciones, 1989.
H. The Art of Prophesing; por W. Perkins
The Banner of Truth, 1996

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Curso de Homiléctica Pág. 32 Mayo 20/98

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