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LA TEORIA EVOLUCIONISTA Y CREACIONISTA

La humanidad siempre ha querido conocer cuál es su propio origen y el origen de la vida, planteándose
así uno de los problemas más difíciles de contestar.
Pero es importante mencionar que cuando hablamos del ser humano o directamente del humano, nos
referimos a nuestra especie: El homo sapiens. El ser humano se distingue en base a sus rasgos
corporales (bípedo, con articulaciones superiores útiles, capaz de andar erguido y pelaje escaso), pero
también a su capacidad de inventiva e inteligencia, la cual lo distingue del resto de animales
superiores.
Sin embargo, los seres humanos nos hemos definido a nosotros mismos filosóficamente de maneras
muy distintas a lo largo de nuestra historia.
En el presente estudio desarrollaremos dos temas importantes respecto al hombre, lo que indica la
teoría Evolucionista y la teoría Creacionista.
La visión científica del origen del hombre tiene su mayor hito en la obra del naturalista ingles Carlos
Darwin que sitúa a la especie humana actual dentro de la evolución biológica de la selección natural y
la selección sexual.

LA TEORIA EVOLUCIONISTA
Carlos Roberto Darwin nació en Shrewsbury Inglaterra, el 12 de febrero del año 1809 estudio en la universidad
de Edimburgo en 1825, y dos años después en el colegio del Santo Cristo, en Cambridge.

La estructura acerca de su teoría evolucionista, se describen en el libro de su autoría llamado EL ORIGEN DEL
HOMBRE LA SELECCIÓN NATURAL Y LA SEXUAL.

El cual está comprendido bajo el índice:

I PRUEBAS DE QUE EL HOMBRE DESCIENDE DE UNA FORMA INFERIOR

II FACULTADES MENTALES DEL HOMBRE Y DE LOS ANIMALES INFERIORES

III MODO DE COMO EL HOMBRE SE HA DESARROLLADO DE UNA FORMA INFERIOR


CARLOS DARWIN INDICA QUE EL HOMBRE DESCIENDE DE UNA FORMA INFERIOR

Es importante mencionar que veintiún años permaneció silencioso en su retiro, reuniendo investigaciones
minuciosas y preparando laboriosamente una sólida base a su teoría.

I PRUEBAS DE QUE EL HOMBRE DESCIENDE DE UNA FORMA


INFERIOR
Darwin indica en su teoría que para afirmar que el hombre desciende modificado de alguna forma preexistente,
es necesario averiguar antes si varia en sí mismo, por poco que sea, en su conformación corporal, facultades
mentales, y para efectos de su investigación se hizo la siguiente pregunta al respecto.
¿Está sujeto el hombre a las mismas deformaciones, debidas a cesación de desarrollo, duplicación de partes,
etcétera, y presenta en sus anomalías alguna reversión a un tipo de conformación anterior y antiguo?

Siguió su investigación que es sabido de todos que el hombre está constituido sobre el mismo tipo general o
modelo que los demás mamíferos. Todos los huesos de su esqueleto son comparables a los huesos
correspondientes de un mono, de un murciélago, o de una foca.

Lo mismo se puede afirmar de sus músculos, nervios, vasos sanguíneos y vísceras internas, dice también que el
hombre puede tomar de animales inferiores, o comunicarles a su vez, enfermedades tales como la rabia, las
viruelas y muchas otras más.

Sigue el relato de su teoría indicando que, en todos los mamíferos, la función de la reproducción presenta las
mayores similitudes desde las primeras actitudes del macho hasta el nacimiento y la cría de su hijo. Los monos
nacen en un estado tan débil como nuestros propios hijos, en una palabra, no es posible negar la estrecha
correspondencia que existe entre el hombre y los animales superiores, principalmente los monos
Antropomorfos.

II FACULTADES MENTALES DEL HOMBRE Y DE LOS


ANIMALES INFERIORES
Darwin dice que en la conformación corporal del hombre se descubren señales evidentes de su procedencia de
una forma inferior, Darwin decía que su principal objeto sobre este tema es probar que no hay ninguna
diferencia fundamental entre el hombre y los mamíferos más elevados en las facultades mentales. Poseyendo el
hombre los mismos sentidos que los animales sus intuiciones fundamentales deben ser las mismas. Tiene el
hombre con ellos algunos instintos comunes, tales como el de la propia conservación, el amor sexual, el amor de
la madre por sus hijos recién nacidos y otros muchos.

Argumenta también que, los animales inferiores, así como el hombre, sienten evidentemente el placer y el dolor,
la dicha y la desventura, sería imposible encontrar una expresión más aparente de gozo que la que presentan los
perros, los gatos y otros animales en su infancia, cuando, como nuestros niños juegan entre sí, la mayor parte de
las emociones son comunes a los animales superiores y al hombre, ejemplo; todos hemos visto cuan celoso es el
perro del cariño de su dueño, cuando este acaricia algún otro ser.

Con respecto a la creencia en Dios Carlos Darwin expone en su libro, no existe ninguna prueba de que el
hombre haya estado primitivamente de la creencia en la existencia de un Dios omnipotente. Por el contrario,
hay demostraciones convincentes suministradas, de que han existido y existen aún numerosas razas que no
tienen ninguna idea de la divinidad ni poseen palabra que lo exprese en su lenguaje.

Sin embargo, por considerable que sea la diferencia entre el espíritu del hombre y el de los animales más
elevados, es solo, ciertamente, es solo una diferencia de grado y no de especie.

III MODO DE COMO EL HOMBRE SE HA DESARROLLADO DE


UNA FORMA INFERIOR
Al respecto Darwin indica que es evidente que el hombre este sujeto actualmente a una gran variabilidad. En
una misma raza no se encuentran dos individuos completamente parecidos. Una gran diversidad se nota
igualmente en las proporciones y dimensiones de las distintas partes del cuerpo.

Se ignora si las condiciones exteriores pueden producir sobre el hombre algún otro efecto directo. Debería
creerse que las diferencias de clima pudiesen ejercer una influencia marcada, ya que una baja temperatura
aumenta notablemente la actividad de los pulmones, y un clima cálido la del hígado.

Es sabido que en el individuo el uso fortalece los músculos, mientras que su falta de uso o la destrucción de su
nervio propio los debilita, los huesos destinados a soportar pesos mayores aumentan de grosor y longitud.
Diferentes ocupaciones habituales producen modificaciones en las proporciones en las diversas partes del
cuerpo.

La teoría de la evolución es como se conoce a un corpus, es decir, un conjunto de conocimientos y evidencias


científicas que explican un fenómeno: la evolución biológica. Esta explica que los seres vivos no aparecen de
la nada y porque sí, sino que tienen un origen y que van cambiando poco a poco. En ocasiones, estos cambios
provocan que de un mismo ser vivo, o ancestro, surjan otros dos distintos, dos especies. Estas dos especies son
lo suficientemente distintas como para poder reconocerlas por separado y sin lugar a dudas. A los cambios
paulatinos se les conoce como evolución, pues el ser vivo cambia hacia algo distinto.

Las investigaciones de Carlos Darwin y Wallace tienen mucho en común y deciden presentar un informe sobre
su investigación a la sociedad de Londres, que incluyen procesos de evolución que pueden presentar las
especies, y son:

1) Variabilidad: la recombinación de genes y la mutación dan origen a la evolución.


2) La lucha por la existencia: los individuos se conservarán en su relación con otras especies y según el
medio físico al que se enfrentan.
3) Selección natural o la supervivencia del más apto: los individuos más adaptados sobreviven, ya que
poseen variaciones genéticas que les dan ventajas selectivas.
4) Sobreproducción: los organismos se reproducen a gran medida en condiciones ambientales favorables,
para que, en condiciones ambientales desfavorables, puedan sobrevivir la gran mayoría, ejemplo (las
hormigas)
5) especiación: proceso en que a través del tiempo se crean nuevas especies.
6) Adaptación: los organismos más adaptados son los que tienen mayor probabilidad de sobrevivir,
ejemplo (los mosquitos, las cucarachas)
LA TEORIA CREACIONISTA
El ser humano fue la corona de la creación. Todo lo demás fue creado en preparación para ese momento.
(Génesis 1:26-27) Y dijo Dios: Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza; y ejerza
dominio sobre los peces del mar, sobre las aves del cielo, sobre los ganados, sobre toda la tierra, y sobre todo
reptil que se arrastra sobre la tierra. (27) Creó, pues, Dios al hombre a imagen suya, a imagen de Dios lo creó;
varón y hembra los creó.

A SU IMAGEN
La palabra “imagen” se traduce del hebreo: “Tzelem”, que en significa: fotocopia, en el hebreo moderno. Viene
de la raíz “Tzel”, que significa: sombra. La palabra “semejanza”, en hebreo es “Demut”, que significa: molde,
forma, semejante.

Fuimos moldeados para ser iguales a Dios…no como dioses, sino como Su Sombra, haciendo en la Tierra lo
que Él hace en el Cielo. Dios quiere que seamos el reflejo de lo que Él es.

A diferencia del resto de las criaturas vivientes que sólo tienen cuerpo y alma, el ser humano tiene también
“espíritu”. En esto también se asemeja a Dios. El hombre tiene libre voluntad o albedrío, que proviene del
espíritu, en contraste con los animales que viven por instinto.

En el concepto de la relación Dios-hombre, hay una marcada diferencia entre el pensamiento griego y hebreo.
La perspectiva hebrea contempla que el hombre fue creado a la imagen de Dios, mientras que los griegos
hicieron a sus dioses a la imagen del hombre, plagados con las mismas pasiones y emociones humanas, pero con
“superpoderes”. El efecto de ambos pensamientos influye grandemente en la vida diaria. ¿Vamos a justificar
nuestras pasiones, o estaremos apuntando a ser mejores, procurando ser la imagen de Dios aquí en la Tierra?

VARÓN Y HEMBRA “LO” CREÓ

Dios creó a Adán como un ser perfecto y completo.


(Génesis 1:27) Creó, pues, Dios al hombre a imagen suya, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó.

Así es como han traducido al español este versículo, pero en realidad en el hebreo termina diciendo: “LO creó”.
Dios formó del polvo de la Tierra a un ser humano completo, hombre y mujer en uno, tal como lo explica la
tradición judía. Suena extraño, pero no debería sorprendernos porque luego vemos que la mujer fue sacada del
costado de Adán, y fueron hombre y mujer.
(Génesis 2:21-23) Entonces el SEÑOR Dios hizo caer un sueño profundo sobre el hombre, y éste se durmió; y
Dios tomó una de sus costillas, y cerró la carne en ese lugar. (22) Y de la costilla que el SEÑOR Dios había
tomado del hombre, formó una mujer y la trajo al hombre. (23) Y el hombre dijo: Esta es ahora hueso de mis
huesos, y carne de mi carne; ella será llamada mujer, porque del hombre fue tomada.

Adán fue formado del polvo de la tierra. “Formar” del hebreo: “Yatsar” dar forma o moldear, como el alfarero
al barro.

(Génesis 2:7) Entonces el SEÑOR Dios formó al hombre del polvo de la tierra, y sopló en su nariz el aliento de
vida; y fue el hombre un ser viviente.
Pero Eva fue sacada del costado del hombre (2:22). Aquí, lo que se traduce como “formar” en hebreo es:
“Baná” que literalmente significa: edificar o reconstruir.

Cuando Adán vio a Eva, reconoció en ella parte esencial de él, y al unirse con ella, vuelven a formar un solo ser
perfecto y completo. Eva representa el complemento de Adán, no una competencia. Al casarse, el hombre y la
mujer vuelven a ser uno.
(Génesis 2:24) Por tanto el hombre dejará a su padre y a su madre y se unirá a su mujer, y serán una sola carne.

Y VIO DIOS QUE ERA BUENO

Al estudiar el capítulo uno de Génesis, no podemos pasar por alto una frase que se repite varias veces: “Vio
Dios que era bueno”. Cada día de la creación, Dios dijo que era bueno lo que había hecho. Sólo hay un día en
que quedó en silencio: el segundo día, cuando separó las aguas de las aguas. Pero hay otro día que también
sobresale: el sexto día dijo que “muy bueno”.
(Génesis 1:31) Y vio Dios todo lo que había hecho, y he aquí que era bueno en gran manera. Y fue la tarde y fue
la mañana: el sexto día.

Ese fue el día en que Dios creó al hombre.


Sabiendo esto, debe sorprendernos cuando Dios dice en el capítulo dos: “no es bueno…”, pues contrasta con lo
había dicho con anterioridad.
(Génesis 2:18) Y dijo Jehová Dios: No es bueno que el hombre esté solo; le haré ayuda idónea para él.

Esto lo dijo en el contexto de la tarea que Dios le dio a Adán para nombrar a los animales. Todos tenían
compañía, pero no Adán. Dios no se había equivocado, porque había hecho a Adán perfecto. Sin embargo, no
era bueno que estuviera solo.

Hay un paralelo de esta historia con la relación entre Dios y el hombre. Dios es perfecto, y no necesita de nadie.
Aun así, creó al ser humano para hacerle compañía, y nos creó a su imagen y semejanza. La historia completa
de la Biblia apunta a ese día en que el hombre y Dios se unirán, cuando vengan las Bodas del Cordero y
descienda la Nueva Jerusalén. Seremos uno con Él.
AYUDA IDÓNEA

Dios había dicho que “no era bueno que el hombre esté solo”.
De inmediato Él presentó la solución: “le haré ayuda idónea”.

¿Qué es “ayuda idónea”? Tal vez podríamos pensar que es alguien que ayude y colabore a alcanzar nuestras
metas. En cierta forma sí, pero no necesariamente como lo imaginamos.

La palabra en hebreo es: “Ezer Neged”


Ezer significa: socorro, ayuda
Neged significa: contraparte, enfrente, en contra o delante de.

Las dos palabras parecerían opuestas, pero juntas forman un concepto de “diseño divino”. La “ayuda idónea” no
es aquella que hace todo lo que el varón quiere, sino quien le ayuda a ser quien debe ser. Si él está en el camino
derecho, se para a su lado, pero si se desvía, se para enfrente, en contra, como una cuña, para enderezarle.

PRIMERA BENDICIÓN

¿Alguna vez se han preguntado cuáles fueron las primeras palabras que Dios habló al hombre? Seguramente
eran de gran importancia.

En el primer capítulo de Génesis encontramos escritas esas primeras palabras:


(Génesis 1:27-28) Creó, pues, Dios al hombre a imagen suya, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los
creó. (28) Y los bendijo Dios y les dijo: Sed fecundos y multiplicaos, y llenad la tierra y sojuzgadla; ejerced
dominio sobre los peces del mar, sobre las aves del cielo y sobre todo ser viviente que se mueve sobre la tierra.

Las primeras palabras de Dios fueron una bendición.


La bendición fue darles la capacidad de ser fructíferos. Esto no sólo se refiere a la “procreación y multiplicación
de la raza humana”, sino a la bendición de ser productivos en todo.

Bíblicamente, el trabajo no es una “maldición”, sino una BENDICIÓN. La maldición, consecuencia del pecado,
(cap. 3) no es el trabajo en sí, sino la labor con esfuerzo que cuesta que produzca fruto (trabajo improductivo).

Es una bendición cuando trabajamos y producimos fruto. Para eso fuimos creados. Por ello, uno de los
problemas sociales más fuertes y dolorosos es el desempleo. Pero cuando un hombre trabaja y es productivo, se
siente realizado, porque está cumpliendo su misión en la Tierra.

Además de la bendición del trabajo, Dios puso al hombre a cargo de toda la Tierra. Dios nos dio la capacidad de
utilizar todos los recursos del planeta. Pero no debemos olvidar que todo lo que existe es de Dios, y el hombre
es simplemente el mayordomo del mundo, y daremos cuentas de lo que hagamos.

Luego de explicarle al hombre su misión en la Tierra, le instruyó con respecto a su dieta:


(Génesis 1:29) Y dijo Dios: He aquí, yo os he dado toda planta que da semilla que hay en la superficie de toda la
tierra, y todo árbol que tiene fruto que da semilla; esto os servirá de alimento. (30) Y a toda bestia de la tierra, a
toda ave de los cielos y a todo lo que se mueve sobre la tierra, y que tiene vida, les he dado toda planta verde
para alimento. Y fue así. Sí, la dieta original era vegetariana. No fue sino hasta después del Diluvio que Dios le
permitió al hombre comer carne.

(Génesis 9:1-7) Y bendijo Dios a Noé y a sus hijos, y les dijo: Sed fecundos y multiplicaos, y llenad la tierra. Y
el temor y el terror de vosotros estarán sobre todos los animales de la tierra, y sobre todas las aves del cielo, y en
todo lo que se arrastra sobre el suelo, y en todos los peces del mar; en vuestra mano son entregados. Todo lo
que se mueve y tiene vida os será para alimento: todo os lo doy como os di la hierba verde. Pero carne con su
vida, es decir, con su sangre, no comeréis. Y ciertamente pediré cuenta de la sangre de vuestras vidas; de todo
animal la demandaré. Y de todo hombre, del hermano de todo hombre demandaré la vida del hombre. El que
derrame sangre de hombre, por el hombre su sangre será derramada, porque a imagen de Dios hizo El al
hombre. En cuanto a vosotros, sed fecundos y multiplicaos; poblad en abundancia la tierra y multiplicaos en
ella.

La creación más maravillosa de Dios fue el Hombre, Dios creo al hombre para su gloria, deseaba un ser
conforme a su imagen y semejanza, y quería que este gobernara sobre todas las cosas en la tierra después de Él.
Deseaba que este ser llamado varón le glorificara, que le adorara, que le amara y que tuviera comunión con El.

Adam fue creado del polvo de la tierra por el poder de Dios Genesis 2:7 Dios formo al hombre del polvo de la
tierra….. Adán fue el primer hombre y, por consiguiente, el principio de la raza humana es importante que
sepamos como era Adán, dice la biblia que fue formado de tres partes principales: Cuerpo, Alma y Espíritu.

El Cuerpo: es la parte exterior que podemos ver del hombre.


El Alma: es la parte interior del hombre y, que no se puede ver.
El Espíritu: es la parte más intima del hombre en la cual él puede comunicarse con Dios.

Adán tenía Mente: tenía la facultad de pensar claramente y expresar sus pensamientos en palabras. No hay
ninguna duda de que su capacidad mental era muy grande. Genesis 2:19 Jehová Dios formo, pues, de la tierra
toda bestia del campo, y toda ave de los cielos, y las trajo a Adán para que viese como las había de llamar; y
todo lo que Adán llamo a los animales vivientes, ese es su nombre.
Adán tenía emociones: podía amar como persona, Dios ama y expresa su amor. Dios creo a Adán con naturaleza
emocional propia, para que el también pudiera amar y expresar su amor.
Adán tenía voluntad propia, podía elegir por tal razón le dio libre albedrio, tenía capacidad para escoger lo que
haría, podía escoger entre obedecer y desobedecer a Dios ya que tenía la libertad de escoger lo que haría.

Hemos visto que Adán fue creado con un cuerpo y un alma, pero Adán tenía algo que lo hacía diferente de las
demás criaturas, Adán tenía espíritu, y la biblia dice: Dios es espíritu; y los que le adoran, en espíritu y en
verdad es necesario que le adoren Juan 4:24.
Que es el Espíritu: es esa parte del hombre que puede conocer a Dios y recibir su vida. El espíritu del hombre
fue creado para que Dios tuviera un lugar donde morar en el hombre. Recordemos que Dios creo al hombre para
su gloria, la única forma en que el hombre puede glorificar a Dios es teniendo el espíritu de Dios morando en él
y rigiendo su vida.

Los seres humanos somos la creación más maravillosa de Dios, fuimos


creados para adorar amar y obedecer a Dios.
AMEN.

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