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REGLAS PARA LA

ADQUISICIÓN DE BIENES
La transferencia de la
propiedad
CHRISTIAN TORIBIO OSSIO
Practicante Pre-Profesional

Para concretarse la operación, en el caso de


bienes muebles se requiere la conjunción del
título y modo, mientras que en el caso de inmueb-
les el acuerdo de voluntades es el único elemento.
Existe un debate patente sobre la transferencia de propiedad desde tiempos muy remotos y,
aun hoy, puede generarse controversia al momento de determinar cuándo una persona se
hace propietaria, incluso en situaciones que vivimos en el día a día, como comprar en una
tienda o hasta adquirir una casa o un departamento. En todos estos casos, nos volvemos
propietarios de los bienes que compramos, pero ¿desde cuando lo somos?, ¿hay alguna
distinción entre comprar un bien mueble o inmueble? El presente artículo tiene la finalidad
de poder dilucidar estas interrogantes. Primero, veremos el supuesto que probablemente
genere mas controversia por la confusa redacción que ha sido consignada en nuestro
Código Civil. A fin de simplificar la explicación, analizaremos brevemente la transferencia de
un bien inmueble con la compra de una casa. Ahora, para determinar cuando somos propi-
etarios de la casa, como bien inmueble, debemos remitirnos al articulo 949° del Código Civil:
"La sola obligación de enajenar un inmueble determinado hace al acreedor propietario de
el, salvo disposición legal o pacto en contrario".

Es en este articulo, tan importante para el ordenamiento, en que surge la duda de que es lo
que implica la sola obligación de enajenar. Podemos darle sentido a la palabra enajenar con
uno de sus derivados: vender. Asimismo, tenemos a la obligación como aquella conducta
que debe realizar una persona a favor de otra. Entonces, podemos proponer este parafraseo
del enunciado citado: "el obligarse a vender". Ahora, lo anterior nos lleva a cuestionarnos,
¿estamos ante una obligación? La respuesta es negativa.

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Lo que sucede con este artículo es que ha sido fuertemente influenciado por el sistema
espiritualista francés, en el cual esta obligación de enajenar no es más que una suerte de
ficción que camufla el hecho de que la manifestación de voluntad de hacer propietario es
suficiente para que se de el efecto traslativo de la propiedad. En otras palabras, estamos
ante una obligación que se extingue instantaneamente por no requerir de una conducta
para verse satisfecha. Entonces, uno sera propietario cuando las partes lo convengan, pero
el contrato de compraventa habilita al comprador a exigir el perfeccionamiento de la trans-
ferencia con otro tipo de obligaciones, por ejemplo, que el comprador no tenga obstaculos
para habitar en el bien.

Ahora, es normal preguntarse que ocurre en un supuesto en el cual A y B celebran un contra


to de compraventa de una casa y, por ejemplo, B, el comprador, no paga la unica cuota pact-
ada o, incluso, se acuerda realizar pago en partes por un determinado plazo, tse es propi-
etario aun si no se ha pagado la totalidad del precio? Afirmativo y, a mi parecer, es una duda
legitima que todo estudiante de derecho se ha hecho alguna vez.

Para el primer supuesto (unica cuota impaga), el sujeto se convierte en propietario con la
celebración del contrato, en aplicación del artículo 949° del CC, y si este no paga, el vende-
dor podra resolver este contrato por incumplimiento de obligación ( el pago) y el derecho
de propiedad se extingue por los efectos de la resolución. Para el segundo supuesto, se
habría constituido un pago en armadas y, en virtud del articulo 1561° del CC, el vendedor
puede solicitar la resolución del contra to cuando se haya incumplido con el pago de tres
cuotas, salvo pacto distinto. Evidentemente, el efecto mismo de la resolución deja sin efecto
el acuerdo de la propiedad transferida.

Estos supuestos revelan que el contrato de compraventa convive plenamente con el artículo
949° del CC y evidencian que la propiedad, en estos casos, se traslada con el acuerdo de
voluntades. Asimismo, esta afirmación descarta totalmente la posibilidad de pretender que
la inscripción en Registros Públicos hace propietario al comprador. Debemos recordar que
el Perú se rige por un registro declarativo, el cual no crea el derecho real de propiedad, sino
unicamente lo publicita y hace oponible frente a terceros.

Luego de haber hecho esta explicación de la transferencia de propiedad de un bien inmue-


ble, corresponde realizar una breve explicación de cómo funciona el sistema en el caso de
los bienes muebles. El Código Civil nos dice en su articulo 947°: "La transferencia de propie-
dad de una cosa mueble determinada se efectua con la tradición a su acreedor, salvo
disposición legal diferente".

Aún cuando la figura parece ser menos nebulosa, encontramos otro término que requiere de
explicaci6n: tradición. No resultaria extraño que la palabra tradición, para quien no sepa de
derecho o recién está aprendiendo, genere mas dudas que certezas. La doctrina mas autor-
izada señala que la tradición no es otra cosa que la entrega física o real del bien mueble, es
decir, cuando el vendedor le entrega el bien material en venta al comprador.

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(Foto: FreePik)

Título y Modo
Surge así la teoría del título y modo. El tiíulo, en pocas palabras, se puede materializar en el
acuerdo de voluntades (contrato de compraventa) que celebran las partes. Por su parte, el
modo es la tradición, o sea, la entrega.

De esta manera, la conjunción entre el título y modo perfección a la transferencia de propie-


dad. Así, cuando A le vende a B, por ejemplo, un televisor de 60 pulgadas. El título seria el
acuerdo (contrato) y el modo se dara cuando A le entregue el televisor a B. Es necesario
estos dos elementos para que se de el efectivo traslativo de propiedad.

Así, hemos notado que la transferencia de propiedad es distinta entre bienes muebles e
inmuebles. En los primeros se necesita la conjunci6n del titulo y modo, mientras q ue en los
segundos es el acuerdo de voluntades el único elemento que hace propietario al comprador.

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