s ENTENDER
LA PINTURA|‘Una caracteristica constante
de Cézanne es la consciencia
de que la secuencia plastica
se debe sentir en toda la
superficie de la tela. Para él,
aunque puedan haber
puntos cardinales de la
secuencia, cada parte,
aun aparentemente
insignificante, debe prover
al todo un aporte preciso ¢
ireemplazable.””
R. Fry, 1927
Avtorretrato con
sombrero, 1879-1882,
leo sobre tal,
45x51 em. Berna,
——_Kunstmuseum,
CEZANNE
Pare tegar a comprender real
mente la vida de Cézanne, el solitario
de Aix-en-Provence, aquel que sin dis-
cfpulos ni presunciones ha sentado las
bases del arte de vanguardia de nues-
tto siglo y ha planteado problemas
esenciales, como el de la composicién
y descomposicién de las formas, no es
ssuficiente con analizar los hechos. Tam-
bién, y sobre todo, hay que interrogar
Jos escritos, las cartas que nos informan
de sus amistades, de sus ideas, de la co-
herencia de su trabajo asiduo.
Ninguna aventura, ningiin escan-
dalo, ninguna rareza. Aparte de los dé-
biles y frégiles lazos que lo ataban sin
cesar ala inquietud, toda su vida se de-
ssarroll6 bajo el simbolo del rigor, el hé-
Dito, la mutina, No tuvo relaciones pro-
fundas que hubieran podido marcar sus
opciones y su pensamiento; no se ad-
hirié jamés a ninguna teoria ni a ningu-
1a filosofia propuestas o dictadas por
‘otros, cualesquiera que hubieran sido.
Utilizaba lo que vela y estudiaba de
modo personal para crear una manera
de pintar auténtica y bien suya. En con-
secuencia, tuvo que sufrirla exclusion
yla burla de las que fue victima, huyen-
do de quienes lo rechazaban, pero
siempre luché para ser fiel a s{ mismo
¥ seguir su propio camino.Cezanne no fue un arista es-
pponténeo, Nunca lo fue realmente, mi si-
uiera en su primer periodo, visceral-
mente mas roméntico, cuando no pudo
lograr ocultar toda la emocién que sen-
tia frente a esos paisajes, esos drboles,
esas flores que estaba pintando; ante to-
dos esos colores, esos voliimenes que
liberaban sus instintos mas profundos
ylle penmitian dar libre curso a su sen-
tido del drama, de la teatralidad. Por
otra parte, habfa elegido racionalmen-
tela pintura; desde muy joven la habia
colocado en la primera linea de sus nu-
merosos intereses. En efecto, la educa-
ign humanista, los estudios clasicos, el
colegio Bourbon, al que concurrié en
1852 con Emile Zola, la misma Escuela
de Dibujo de Aix (donde habia nacido)
despertaron su pasién por las letras, la
poesia y la misica (fue un gran admira-
dor de Wagner), que practicé tocando
enuna orquesta en la que Zola era flau-
tista.
Pero eligié la pintura: en 1861,
despues de haber aprobado su bachi-
llerato, de haber abandonado los cur-
DP ovis de
RS Cézanne en
Sree
rf slr
Cézanne pintando en
Alx-en Provenc
‘por Mource Denis y
Emile Bernord en
enero de 1904, Pais,
Coleccion Sir.
508 de derecho a los que asistia para
complacer a su padre (que era banque-
10 y sofiaba con una carrera juridica
pata su hijo), se traslads a Paris. Se ins-
cribié en la Académie Suisse y conocié
a Pissarro, Pero poco después de sus
primeras “‘conftontaciones” con los
maestros del Louvre y de las telas ex-
ppuestas en el Salon, y después de que
laEscuela de Bellas Artes le cerrara sus,
puerta, perdi6 confianza en sf mismo;
vencido por el desénimo y por los con-
tinuos fracasos sélo tavo una idea: huir.
Asi, en septiembre de ese mismo
aio volvié a Aixy acepté trabajar en el
banco de su padre, mientras reiniciaba
sus estudios de dibujo
Pero no resistié mucho tiempo y
volvié a la Académie Suisse de Paris.
Encontré a Pissarro y conocié a Renoir,
Monet y Sisley. En 1863, con Zola, visi-
16 el Salon de los Rechazados, donde
le atrajo la pintura de Manet, Pero sus
referencias principales seguian siendo
Courbet y Delacroix. Zola dirfa un dia
al respecto que, desde su juventud, Cé-
zanne estaba furioso a causa de la gan
‘grena romdntica latente en él. Hoy sa
bemos que esto no era del todo verdad,
Se interesaba por el realismo de Cour
bet sobre todo porque le permitia co-
git sus excesos de emocion. Exce-
50s que se manifestaban también en la
continua insatisfaccién que le impulsa-
baa desplazarse sin cesar de Proven.
za a Paris y viceversa. En el curso de
uno de estos viajes, conocié a Horten-
se Fiquet, con quien tuvo un hijo en
1872 y con la que se casé en 1886. A
Hortense le consagr6 algunos de sus
mejores retratos,
Es 1970, durante ta guerra
franco-prusiana, se aisi6 en una aldea
a orillas de! mar, L’Estaque, que algu
nos afios mas tarde describié a Pissano:
“Techos rojos sobre el mar azul... El sol
es tan brillante que me parece que las
siluetas de los objetos no son sdlo en
blanco y negro sino en azul, en rojo, en
marrén, en violeta.””
Su estancia en casa del doctor
Gachet en Auvers-sur-Oise, en 1872, 2
dos pasos de Pontoise, donde se er-
contraba Pissarro, modificé su paleta,
que se volvié més impresionista. Pero
sin renunciar —no renunciaria nunca—
a los volimenes. Tanto es asi que nur-
ccaaplicé los colores separados, sino su-
erpuestos,
Paul Cézanne era muy lento en su
‘abajo: construfa su composicién minu-
ciosamente, buscaba largo tiempo el
justo equilibrio entre la emoci6n, la for:
ma y el espacio. No se contentaba con
restituir el encanto de un objeto, con
dejar que su pincelada volaza lirica~
mente, en libertad. Al contrario, y es
aqui donde se diferencia profundainen-
te de los impresionistas, teme caer en
la trampa que amenaza llevario lejos de
su fin objetivo.
Para vencer la desazén que le
asaltaba cada ver que volvia a trabajar
una tela, comenzé a pintar al aire libre“sobre el motivo”, a menudo sin alejar-
se un solo instante de su objeto hasta
que lo terminaba.
Pissarto, que también era partida
rio de una construccién mas sélida de
Jaimagen, estaba entusiasmado con su
pintura. Le incit6 a exponer en 1874 en
la galeria de Nadar. El fracaso fue total
a casa del ahorcado y Una moderna
Olimpia fueron el blanco de ataques
despreciativos y sarcésticos. Luego fue |
el tumo del Salon, que rechazé reitera-
damente sus elas, un rechazo que con-
tinué hasta 1882.
Ezscarmentado por el primer fa: |
caso, rehusé paricipar en la segunds |
exposicin del grupo impresionsta, -
lebrada en 1876, y comenzé el periodo
de su pinura denominado "'consruc |
vo". Ya no era tanto la novedad del |
tema lo que le interesé desde aquel |
bre la forma y el equiirio de la com
posicién, la mateialiacion tazo tras
Tazo, delo quellamé "mi pequofia ser
saciéa’
‘Tenia ya la costumbre de quedar-
se horas y horas iente al mismo lien
zo, pero ahora tabajaba dias y dis so
bre el mismo tema, hasta la obsesién,
Dascanda la forma’ de aptanimarse al
sujeto,alaidea que se le habia metido
ten caboda tayromar
Camille Pissarro y Paul Cézanne (ao derech).
Cézanne en s tll,
delonte de una tle
los Grandes boise.
Paris, Caleecisn Sot
Como en el caso de las Bafistas
un tema que no llegé a resolver total-
mente—, que comen26 a pintar a prin
cipios de los afios setenta y que repre-
senté de tela en tela hasta legar a una
abstraccién casi total
Legamos finalmente a su iltimo
periodo, lamado "sintético”, en el que
intent6 procisarla finalidad de su arte,
reduciendo, cada vez que podia, las
formas a sus términos esenciales. Pero
la geometria de los vokimenes, la ar-
dez de los peffascos, la plasticidad de
las figuras, los objetos tratados “con el
cilindro, la esfera, el con” estén bafa-
dos de poesfa. Una poesia que Zola,
desgraciadamente, nunca supo leer.
No comprendi el arte de su amigo y
renegé del mismo. Mis atin, lo hizo pro-
tagonista de la novela titulada L’oeu-
vre (publicada en 1886), en la que rela-
tala historia de un pintorfrustrado, in
capaz de realizarse (hoy se puede leer
comola historia de un incomprendido,
pero entonces molesté profundamente
Cézanne, que, a partir de entonces,
rompié definitvamente su estrecha
amistad con el escritor)
‘Una poesia que tuvo el poder
risterioso de dar vida ala materia, de
sugerir movimiento y densidad, espor-
taneidad y gracia. Lo que pintaba era
verdaderamente la realidad que le ser-
via para vivir ¥, sin embargo, jamds es
taba satisfecho, jamés se sentia prepa
ado, jamés al final de su bisqueda
‘Ahora, viojo, con unos setenta
aos, las sensaciones de color que pro-
-3-
ducen la luz son para mi motivo de abs- |
tracciones que no me permiten cubrir |
mitela, ni proseguir a delimitacién de |
los objetos cuando los puntos de con: |
tacto son tenues, delicados; por lo que |
mi imagen 0 cuadro esté incompleto,
Por otra parte, los planos caen unos so-
bre otros, de donde ha salido el neoim: |
presionismo que circunscribe los con |
tornos con un trazo negro, defecto que
hay que combatir con todas las fuer-
zas”, escribié el 23 de octubre de 1905
a Emile Berard, mientras continuaba, |
poco antes de morir, su bisqueda mi
nuciosa, a la cual nunca puso punto
final.
Fotograia del estudio de Cézanne on AnEL CASTILLO DE MEDAN
En este cuadro, realizado en Médan,
donde Zola habia comprado una
casa y adonde Cézanne iba a
menudo a visitar a su amigo, llama
la atencién el “encuadre” de la
composicion: el paisaje se continéa
ala derecha y a la iequierda, arriba
¥ abajo, y el observador lo
‘Teconstruye instintivamente, més
alld del angulo de visién.
Cézanne sélo pintaba una parte
de lo que veia, sin primer plano,
sin punto de vista particular, sin
servirse de ninguna referencia. Ha
“recreado” la naturaleza segin sus
célebres principios: ".. rehacer a
Poussin al aire libre” y “... ratar la
naturaleza con el cilindro, la esfera,
el cono...". Qué significa esto? El
primer principio hace referencia al
modo en que Nicolas Poussin, uno
de los maestros del clasicismo de la
Primera mitad del siglo xvu, vela la
realidad: con orden, claridad,
simplicidad, redescubriendo en la
naturaleza un equilibrio simple y
solemne y unos puntos de vista con
una perspectiva inédita. El segundo,
que es el resultado de sus propios
estudios, expresa un modo de ver y
de representar las formas de la
naturaleza de una manera sintética
basada en el rigor de las formas
geomeétricas puras. Cézanne parte
del Impresionismo para renovar la
representacion del espacio. La
biisqueda de una forma sintética,
que dominaria después de 1862,
ya se puede ver en este paisaje.
Es amunciada por una luminosidad
que modula el espacio y da a cada
volumen su propia perspectiva,
Esta descomposicién de los planos
anuncia ya el cubismo,
A la izquierda: Poiscie
cde Médon, 1879.
1880. Lépie sobre
opel vergé gris,
264x300 em. Boslea,
Konstmuseum, Aqui
Cezanne interprets
_geométricamente lo
celemenis de la
haturaleza, Los
detalles (abajo)
destacen el haze,
aplcedo répidomente
yen diagonal, lo que
‘cent el dinamismo,
1879-1882. Oleo sobre tea, 59x72 em,
Glasgow, Art Galery, Coleccin BureEL GOLFO DE MARSELLA
No es dificil percibir de inmediato el
“verismo” del espacio pintado por
Cézanne: el cuadro esti alli, nada
mas que alli, en el espejo del golfo
que ocupa el lienzo casi por entero.
Cézanne parti6 de la experiencia del
Impresionismo, aprovechando su
libertad de visién y la transparencia
atmosférica que es su regla, para
llegar a crear una estructura
compacta, una composicién unitaria,
un paisaje que resulta una verdadera
“arquitectura". ¥ esto gracias al
“encuadre" y al color.
la petspectiva parece abrirse segin
un angulo visual que se extiende
sobre el plano horizontal del agua
(que ocupa dos tercios de la altura
de la tela), cortada al fondo por la
masa de las colinas y rodeada en
primer plano por los vohimenes
simples y netos de las casas, de las
chimeneas y de los arboles. El color
juega con la relacién entre los tonos
fos, el azul del cielo, el azul del
agua, y los tonos célidos, el ocre de
las rocas, el naranja y el rojo de las
casas y los techos. Todo es filwado
por los velos de la atmésfera,
En su famosa carta de 1904 a Emile
Berard, en la que habla de las
formas geométricas de la naturaleza,
explica también su manera de ver y
pintar: “Las lineas paralelas al
horizonte dan la extensién... Las
lineas perpendiculares a este
horizonte dan la profundidad. Ahora
bien, la naturaleza, para los hombres,
se extiende més en profundidad que
en superficie, de ahi la necesidad de
introducir en nuestas vibraciones de
lua, representadas por los rojos y los
amarillos, una cantidad suficiente de
azulados para sentir el aire.”
1883-1885. Oleo sobre tela, 73100 em, Nueve
Yor. Meropotion Museum, Coleccisn Hovemeyer.
/ mar, ilo, com la lines del hovizonte que
separa y une les diferentes fnos de ozu,o!
‘270 del gale, as calnas que lo rodean, los
colores y la atnésfera, le rafundided son
clemenios que fscinaben y straian 0 los
pintores inpresionisos.Algunes, com Seurat y
Signae, descomponian ls tones, yuxtapenian
‘miniscule trozos de colores oferentes sequin
‘ne técrica llamada "éiviiovsto” 0
“punts” que permite of abservador |
recorsrur 6! mismo el foro cal. Oreos, como
Cézonne, exendion lo mateio con tazos y
‘planoscromicas que dabor ol cvedro uno
‘esiructre compacta yuna camposiisn
dinanice.
Le diferencia entre lot azo: eo puede ver en
estos dos detolles, el primere del tla de
Signae, el segundo de fa de Cézanne
Poul Signae: Cate d'Azur, 1689. Oleo sobre
tele, 66X81 em. La Hoya, Gemeenteruseum,ARLEQUIN
Bl Arlequin, para el cual posé Paul,
el hijo de Cézanne, parece venir
hacia nosotros, en una atmésfera
inreal y hidica.
la atmésfera “sobrenatural” de la
tela debe mucho, por supuesto, al
“distraz" y a ese paso ligero, casi de
baile, que se esboza. Desprende una
alegria con mezcla de melancolia
que ha debido de inspirar
fuertemente al pintor. Observando
el cuadro, con la pared
inmediatamente detrés (que sirve de
tela de fondo) y el plano inclinado
del suelo (que parece hacer deslizar
al personaje hacia nosotros), se
puede ver y comprender lo que
significa crear una nueva realidad a
partir de una verdad que representa
luna ilusién, una “superrealidad”
objetiva, que es la del sujeto pintado.
Y esto con la simplicidad de los
medios pictéricos de un gran artista:
la construccién espacial y los
colores que estén siempre en
funcion de la composicién.
El espacio vibra en los trazos azules,
verdes y violetas del fondo y en los
ojos, naranjas y azules del suelo. La
gil figura del Anlequin vestido de
rombos rojos y negtos (cuyos tonos
resaltan con el blanco del bastén y
del sombrero) avanza hacia nosotros,
envuelto en la atmésfera de ‘su’
espacio. El color del aire parece
rodear Ja figura y, en las
transparencias, sugerr la vida y el
movimiento.
Cézanne hizo varias versiones de
este toma, con su hijo on trae de
Arlequin y un amigo disfrazado de
Pierrot. En todas, iba a la bisqueda
de la representacién de una
sensacién que confina con el sue.
A lo derecha: Arlaquin, 1889-1889. Oleo sobre
tela, 92365 cm. Coleccién privado. En todos
las telos dedicadoso este personajes observa
‘el mismo aire de estafva, los mismes vokimenes