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23 de Diciembre de 2008

Mar del Plata: construyendo el “puente” hacia el segundo año de la Implementación


Curricular

Más que nunca, un dichoso estar juntos


Con el propósito de establecer un “puente” conceptual, metodológico y de
posicionamiento entre la implementación del Campo de la Práctica de 1er.y 2do. Año,
fue organizada una Jornada Provincial en Mar del Plata, los días 4 y 5 de diciembre.
Su lema fue el de “Re-leer la escuela para re-escribirla” y contó con 431 participantes:
directivos, docentes e inspectores del Nivel Superior, y docentes y directivos de la
Rama de Inicial y Primaria.

Sumergidos, en definitiva, en la fuerte crisis de legitimidad de las instituciones y en el


medio de profundos cambios culturales que trastocan el sentido de lo público, no pudo
no advertirse en las Jornadas Provinciales la consolidación de un proceso de trabajo que
articuló, a lo largo de 2008, profundas resistencias y adhesiones críticas con
construcción conjunta de conocimiento. La certeza de que ya no se tratan de recetarios
discursivos y dispositivos curriculares mecánica y homogéneamente aplicados, pudo
sentirse en el ambiente de aquel coqueto hotel de Mar del Plata: un reconocimiento
mutuo que, ya vivenciado en los talleres anteriores por gran parte de los profesores
presentes, daba rienda suelta a la creación de lazos, a los intercambios, al cruce de
biografías y experiencias, y que parecía interpelar a una máxima de la educación
popular: que cada uno saque lo mejor de sí. Y al hacerlo, quizás por el entusiasmo
inevitablemente humano, sobrevolaban en el encuentro los estertores contradictorios
pero prometedores de un dichoso estar juntos, al tiempo que podía sentirse en los
rincones y pasillos un sentimiento que se parecía bastante a una tímida demostración de
afecto.

“Me siento parte de esto”, concluyó el prolongado comentario, tanto crítico como
constructivo y agradecido, que una profesora le hizo a uno de los coordinadores. “Lo
que te quiero decir con todo esto es que me siento respetada”, terminó otra situación
similar de intercambio. Había sonrisas, había entusiasmo, había cansancio, algunas
cuantas precauciones consideradas vitales para el futuro de la implementación
curricular, había sentidos: acaso un terreno fértil para seguir creando condiciones para la
constitución de lo nuevo, en este caso encarnado en una escuela recreada desde y con la
complejidad y el conflicto como modo de recuperar su capacidad interpeladora y su
carácter político-cultural público, gratuito y universal.

Dado que la estrategia de “Acompañamiento Capacitante” había trabajado a través de


30 talleres realizados con grupos de profesores de distintas regiones de la provincia, al
coronar el año se hizo necesario un encuentro provincial que pudiera reunir a todos los
participantes. Al respecto, al ser consultados por el Equipo Central en los últimos
talleres, los profesores ratificaron aquella necesidad, pero haciendo hincapié antes que
en una evaluación del proceso (que consideraban ya realizada en los últimos talleres), en
la importancia de trabajar la “continuidad” entre primer y segundo año del enfoque y la
perspectiva construida e implementada en primer año.
Con estas premisas es que se fue diseñando la Jornada Provincial del Campo de la
Práctica, denominada “Re-leer la escuela para re-escribirla”: considerar a la escuela
como espacio social implica, en últimas, aproximarse a ella con las claves del conflicto
y la complejidad, propia de los tiempos actuales. En este sentido, la relectura no radica
sino en el esfuerzo de trascender las representaciones esterotipadas que, en general,
conllevan interpretaciones apresuradas y simplistas. De esta manera, la propuesta es
continuar recurriendo a la etnografía (específicamente la “descripción densa” como
coordenada metodológica), para facilitar un desplazamiento de la explicación “causal”
al relevamiento y comprensión de los sentidos y significaciones que traman lo que se
categoriza como sujeto de la educación, violencia, representaciones del espacio, etc.

Esta “re-lectura”, pensada como un largo proceso de reconocimiento, alimentaría el


diseño de estrategias de trabajo, por parte de las alumnas, en conjunto con la institución
y los espacios sociales de la comunidad, habida cuenta de que la formación subjetiva y
la socialidad se juega, en la actualidad, en el campo educativo (abordado y reconocido
en primer año). Esta “re-escritura” (trabajada y discutida por los profesores en el
segundo día de la Jornada Provincial), en principio podría adoptar la forma de eventos,
jornadas, talleres, etc, a través de las cuales las alumnas consideren que realizarían
aportes a las problemáticas encontradas. Y alentaría, a su vez, la continuidad de la
apuesta a relacionar la escuela con otros espacios sociales, y a posicionarlas
protagónicamente como parte de la Ciudad Educadora.

Para esto, la propuesta de la Dirección de Educación Superior fue la de invitar no sólo a


los participantes del Acompañamiento Capacitante, sino también a los profesores de
segundo año de las carreras de Inicial y Primaria, así como también a directivos y
docentes de esos niveles. De esta manera, la Jornada contó con 286 docentes, 88
directivos y 7 inspectores del nivel Superior, y 50 docentes y directivos del nivel Inicial
y Primaria.

Así, el encuentro comenzó con la apertura de la Directora Provincial de Educación


Superior y Capacitación Educativa, Verónica Piovani, y un encuadre teórico-político
sobre el sentido y el posicionamiento del Campo de la Práctica por parte del Director de
Educación Superior, Claudio Luraghi. A continuación el Equipo Central presentó los
puntos más significativos del proceso anual, un documental con imágenes de los talleres
y testimonios de los protagonistas, y un resumen de la sistematización realizada junto a
los profesores que voluntariamente se sumaron a este proceso de evaluación de la
implementación de todo el Nuevo Diseño Curricular.

Posteriormente, se trabajó en la re-lectura de la escuela a partir de la película “La


Aldea”, en base a algunos disparadores: cómo aparece el adentro y el afuera, los mitos,
el poder, el papel de los jóvenes, entre otros. Luego de la discusión grupal, el desafío
fue cruzar el análisis con la realidad del espacio escolar.

El día viernes, en tanto, el Equipo Central planteó un encuadre metodológico para el


Campo de la Práctica de 2do. Año, profundizando en la perspectiva etnográfica y en la
“descripción densa”, y delineando las referencias centrales para la construcción
colectiva del recorrido en 2009: un fuerte proceso de reconocimiento y comprensión de
los sentidos que traman el espacio escolar, para pensar luego cómo pueden las alumnas
ser partícipes activas de una práctica que involucre a la escuela y la comunidad en el
abordaje de problemáticas y disputas de sentidos y significados.
A partir de estas coordenadas, los profesores trabajaron en grupos profundizando y
sugiriendo aspectos claves necesarios de ser tenidos en cuenta para realizar los objetivos
en cuestión. La sistematización de la puesta en común de las reflexiones, acuerdos y
desacuerdos será el punto de partida, el próximo año, de la planificación del contenido
de los talleres de Acompañamiento Capacitante que la Dirección de Educación Superior
llevará adelante como una nueva apuesta a la construcción participativa del diseño
curricular. Con lo que se concretiza lo que se enarbola en el orden de las convicciones:
antes que en el dispositivo curricular, el énfasis sigue estando depositado en los sujetos
y sus prácticas, y esto de la mano de la continuación del Acompañamiento Capacitante
en 2009, ese intenso y dichoso estar juntos en tiempos difíciles.

20 de Diciembre de 2008
Concluyó la 2da. parte del “Acompañamiento Capacitante” para la implementación
curricular

“Encontrarnos fue imprescindible para poder llevar


todo esto adelante”
Siguiendo la convicción de que, en el proceso de implementación del nuevo diseño
curricular, el énfasis está puesto en los sujetos y en sus prácticas, la estrategia de
“Acompañamiento Capacitante” sostenida por la DES en la primera parte del año,
continúo con otras dos series más de talleres para todos los docentes del Campo de la
Práctica del Profesorado de Inicial y Primaria. Así, se completaron 30 encuentros que
fueron señalados por los participantes como “imprescindibles” en este de “cambio de
paradigma” hacia un renovado posicionamiento docente que se produzca al calor de
la interpelación de una sociedad compleja y en constante cambio.

Cuarto Encuentro: representaciones, educación popular y etnografía

El intercambio sobre lo realizado (a estas alturas vivido como signo distintivo de un


acompañamiento capacitante entre colegas) inició los cuartos encuentros, poniendo de
relieve los distintos momentos del proceso en que casa instituto se encontraba. Dos
datos sobre las dificultades del proceso fueron que, a esta altura del año, algunos
Institutos no hubieran salido aún a terreno, y que otros todavía no hubieran podido
incorporar en los Talleres Integradores Interdisciplinarios a los alumnos. Tal vez
subsistía cierta inseguridad y algo de temor a lo nuevo…

En esta cuarta serie de talleres se trabajó a partir de las propias representaciones como
modo de ir desarrollando el cruce entre la perspectiva etnográfica y la educación
popular, enmarcado en la aprehensión de una herramienta de aproximación
sociocultural. Y esto porque las representaciones hablan de nuestro posicionamiento
subjetivo; y lo central tanto de la etnografía como de la educación popular, no son tanto
las técnicas, sino los posicionamientos.

De esta manera, se propuso trabajar en grupos con cuatro siluetas. Esas cuatro siluetas –
un alumno, un maestro, una escuela y la sociedad- quedaron impregnadas de ideas y
características. El ejercicio –de por sí formativo- dio cuenta de la amplitud de modos de
considerar a los ámbitos y a los actores que entran en juego en la educación formal. Y
por eso, en el mismo movimiento sirvió para poner en juego las miradas sobre lo
sociocomunitario y lo escolar, y para poner en evidencia la reflexión sobre la mirada
desde la cual se mira.

Entre otras recurrencias, apareció la descripción de la sociedad desde los marcos


característicos de la escuela –cómo la escuela mira y nombra el entorno- y los alumnos
reducidos a su relación con el contexto escolar. No es fácil. Nuestra vida está recorrida
por esa mirada escolar que hemos encarnado. Pero tenemos que animarnos. Es un
ejercicio que se enriquece si lo hacemos juntos, reflexionando sobre las miradas con las
que miramos.

Este ejercicio de las siluetas dio pie a la presentación de los (al menos) cuatro ejes desde
los cuales abordar la relación entre la educación popular y la perspectiva etnográfica.
Empezando por las representaciones –como la reflexividad en tanto aquella distancia
con las representaciones que se cargan y cierta reflexión sobre el proceso de
conocimiento, y la problematización-, pasando por el reconocimiento (del universo
vocabular y de la otredad), el punto de partida (el aquí y ahora del otro y los sujetos
culturales) y el proceso (de diálogo educativo y de diálogo cultural).

Para este proceso de comprensión, fue de suma importancia el documento elaborado por
una colega de Olavaria, la Profesora Ana María Díaz, titulado “El trabajo en terreno en
la Formación Docente. Enfoque teórico-metodológico”, quien nos invitaba a situarnos
en la posición de quien vive esta experiencia como si fuera un viaje, y lo relata (como
cualquier navegante) en su cuaderno de bitácora para comunicarlo a otros.

Posteriormente, se trabajó la , a partir de la profundización de las categorías (como


relaciones de poder, intercambios y relaciones educativas, etc.) posibles de auspiciar la
indagación de la dimensión cultural, comunicacional y educativa de los espacios
sociales. Con una consideración: las preguntas que allí se enuncian son incompletas y
tienen que utilizarse como “guías” y no de manera automática.

El cuarto encuentro finalizó con la proyección de un breve video que preparó el equipo
coordinador, con fotografías de los talleres realizados durante el año en el
Acompañamiento y de los espacios y organizaciones donde se realizan las prácticas en
terreno.

Quinto Encuentro: evaluación del recorrido anual, proyecciones al


2009

La quinta serie de talleres de Acompañamiento Capacitante apostó a una fuerte


evaluación del proceso de implementación de diseño curricular en 2008 revisando los
logros y las dificultades, las tensiones y las claves conceptuales, de modo de planificar
la profundización del trabajo en 2009. Para esto, el Equipo Central de la DES elaboró
un Documento titulado “El Itinerario del Acompañamiento Capacitante”, en el que
reconstruyó el recorrido realizado y construido conjuntamente con los profesores del
Campo de la Práctica. Es así que la narración del proceso de cada taller rememoró lo
trabajado en cada encuentro, con un fuerte énfasis en fortalecer el encuadre teórico,
político y de posicionamiento del Diseño Curricular. Además, el texto apostó a la
enumeración de las distintas estrategias pedagógicas que se construyeron para trabajar
en los institutos tanto en el Campo de la Práctica como en el Taller Integrador
Interdisciplinario, a la vez que se puso de relieve las modificaciones en la índole y
contenido de los testimonios de los profesores que fueron registrados en cada momento
del año.

Una vez realizada la lectura del texto, se discutió por grupos: ¿qué articulaciones y
distancias encuentran entre lo propuesto y lo que efectivamente hicieron?; ¿qué
cuestiones formativas y subjetivas percibieron en alumnos y docentes?; ¿qué cosas de
las que hicieron no las volverían a hacer o las harían de otro modo?; y ¿qué
profundizarían de la práctica en terreno el próximo año? En general, los profesores
acordaron con el “Itinerario”, manifestando que logró interpelar a repensar el proceso
para el futuro. Señalaron que había logrado dar cuenta también de las cuestiones
subjetivas que los marcaron intensamente en los comienzos del proceso.

Otro punto central de los quintos encuentros fue abordar el desafío de la evaluación y
calificación del Campo de la Práctica. Desde principios de año, la Dirección de
Educación Superior consideró que la prescripción de modalidades evaluativas cerradas
no se condice con esta nueva experiencia de concebir la práctica. Porque el sumergirse
en espacios sociales para reconocerlos como polos formativos de sujetos y
subjetividades, a la vez que aprehender herramientas para trabajar educativamente la
conflictividad y complejidad actual (aspectos que atraviesan, de hecho, a los espacios
sociales), requiere una actitud antropológica, a modo de un etnógrafo en situación de
viaje. Antes que conservar modalidades rígidas de evaluación, el Equipo Central insistió
en la importancia de “reconocer la construcción colectiva de la manera de evaluar el
campo que, de una manera u otra, venimos realizando durante el año”. De hecho, una
profesora dijo que a la evaluación “la estamos construyendo permanentemente”. No
obstante, como había sido un importante demanda, se propuso trabajar por grupos la
técnica de lluvia de ideas por tarjetas, respondiendo a los disparadores: ¿qué evaluar?
¿cómo evaluar? ¿qué objetos evaluar? La puesta en común de la actividad dio cuenta de
la pertinencia de los modos de evaluar que los profesores ya venían utilizando a lo largo
del año, poniendo la mirada en el “proceso” y en el posicionamiento de los alumnos: la
apertura, el compromiso, la participación, el reconocimiento y valorización de otros
espacios formativos, el reconocimiento de problemáticas sociales y la consideración de
otros saberes.

Otro momento estuvo dado por la profundización de las técnicas de relevamiento de


información posibles de ser utilizadas en situación de campo. Para esto se releyó
colectivamente la segunda parte el documento “Herramientas de Aproximación
Sociocultural” entregado en la tercer serie de talleres, ampliando la comprensión del
sentido de las técnicas menos conocidas (como topografías y cartografías mentales).

A modo de cierre, se abrió la discusión sobre la necesidad e importancia de realizar un


encuentro provincial que nuclee a todos los profesores en un mismo lugar. La
sugerencia fue la de trabajar en torno al “puente” con el Campo de la Práctica de
segundo año. Entre otras cosas, se manifestó el interés por lograr que el proceso
realizado en 2008, que “inquietó” y luego “movilizó” a las alumnas, no se pierda en la
aproximación al espacio escolar. Sobre todo, discutir cómo seguir alentando el
protagonismo que las alumnas vivenciaron en primer año y que las ha posicionado con
relación a la complejidad del campo educativo en la actualidad y, acaso, acercándolas a
construcción de la comprensión y acción político-cultural
La Centralidad en los Sujetos, la Mirada en la
Complejidad
“Después de 32 años, al principio iba a dejar mis horas” -recordó una docente-. “Si
no lo hice fue por el empuje de mis alumnas: ellas fueron las movilizadas por esta nueva
propuesta, e hicieron y hacen que la movilizada sea yo”.

El testimonio, imprevisto y enfático, fue expresado en uno de los últimos talleres de


Acompañamiento Capacitante para la implementación del Campo de la Práctica de
Primer Año. Y al hacerlo, daba cuenta de un rasgo constitutivo de esta transformación
curricular: lo que podría verse como un error (que el docente no elija por sí solo el
camino pedagógico a recorrer sino que lo construya con los alumnos) en realidad se
constituye en una densa pero productiva búsqueda dialogal. Porque habla de la
centralidad en los sujetos y en los procesos, antes que en el replique hueco de estrategias
pedagógicas de laboratorio.

De esta manera, la apuesta es a redefinir el rol docente, justamente en la dirección


que señalaba otra docente: superar el hecho de que “los docentes desconocen la cultura
de los niños: se paran sobre lo que saben y aplican”. Es que, en la búsqueda
imprescindible de que los maestros de hoy se interroguen sobre los múltiples espacios
sociales formativos que hacen a la complejidad del campo educativo, lo que se juega es
la posibilidad de posicionar a los futuros docentes como pedagogos. De lo que se trata
es, citando un pasaje del nuevo diseño curricular, de “un tipo de racionalidad que no
deja en manos únicamente de los especialistas en educación la producción y
reproducción del discurso pedagógico, sino que asume el desafío de articular con su
acción la reflexión y de hacer hablar teóricamente su práctica, a la vez que enriquecer el
campo de la reflexión teórica en su propia práctica, a través de la problematización que
realiza en comunicación con otros”.

Por otra parte, en aquel testimonio parece jugarse el sentido del Acompañamiento
Capacitante: estar juntos en tiempos de complejidad sociocultural que pone en jaque el
alcance interpelador de la escuela; un espacio colectivo en donde profundizar la
propuesta teórico-política del nuevo diseño, pero haciéndolo al tiempo que se lo
implementa “con” los alumnos en una imprescindible relación entre teoría y práctica.

Más que nunca, en este desafío pedagógico de hacer más complejas las miradas que
leen la complejidad, nadie se educa sólo, sino conjuntamente con la mediación del
mundo encarnado, en este caso, en la heterogeneidad de los espacios sociales que
devienen formativos en múltiples y variados sentidos. Y hacerlo, inscribe a los docentes
formadores y a los docentes en formación, en un posicionamiento otro: aquel que,
devenido en el gran aporte metodológico de la educación popular, parte de la situación
concreta que viven los educandos (el “aquí y ahora”), constituyendo así una instancia
dialogal de una educación que necesita consolidarse como liberadora.
Lo trabajado

Una vez más, el intercambio entre colegas sobre lo realizado en sus clases y en el
marco del Taller Integrador Interdisciplinario, fue el inicio de esta tercera serie de
talleres de Acompañamiento Capacitante. Un momento sumamente valorado en donde
se vivenció la idea de un acompañamiento no sólo por parte del equipo de Coordinación
de la Dirección de Educación Superior, sino también por parte de los propios colegas
que pusieron en común las sensaciones y la reflexión sobre sus prácticas en el marco de
la transformación curricular.

Seguidamente, se presentó un Power Point sobre algunos rasgos que hacen a una
verdadera “aproximación interdisciplinaria”. La propuesta es dejar atrás búsquedas
positivistas centradas en una identidad científica pura, que piensa la práctica como una
aplicación de las teorías o de la “razón científica”. Porque, hoy más que nunca, la
realidad y la práctica son complejas e “indisciplinadas” y resultaría imposible responder
a ellas desde lugares disciplinarios aislados. El desafío, entonces, es trascender la
“multidisciplina” en donde cada disciplina yuxtapone su mirada y su marco teórico a
modo de un panel de especialistas. Antes bien, la apuesta es partir de situaciones
problemáticas para diseñar abordajes en donde cada disciplina se va enriqueciendo del
encuentro con otras y, al hacerlo, se redefine. Esto implica una triple integración: entre
las disciplinas, entre las teorías y las prácticas, y entre los representantes de cada
disciplina; por eso resulta clave el trabajo en equipo alrededor del Taller Integrador
Interdisciplinario.

En este sentido apuntó la actividad que se propuso a continuación: pensar y escribir,


individualmente, una problemática que atravesara a la educación de Inicial y Primaria
que estuviera en relación con los espacios sociales de la práctica en terreno. Repartiendo
una de las problemáticas a cada grupo de cinco docentes, la propuesta fue intentar
posicionarse como profesores de distintas disciplinas, pensando cómo trabajarían la
preparación previa, cómo la abordaría cada uno y con qué metodología en el marco del
Taller Integrador Interdisciplinario.

Consultada sobre la significatividad de esta actividad, una docente dijo: “Fue no


sólo interesante sino productivo, porque nos dio pistas sobre cómo trabajar con los
demás profesores, ya que nos obligó a ponernos en el lugar del otro, que es lo más
difícil”. Y agregó: “Nos dio opción para ver de otra manera el Taller Integrador”.

El momento siguiente de la tercera serie de talleres fue la proyección del


documental “Paulo Freire: constructor de sueños”. Atravesados por el impacto y la
emotividad de escuchar y “ver” los ademanes, el tono de voz y la humildad del gran
maestro brasileño, los intercambios a propósito del video fueron variados y diversos.
Pueden señalarse, no obstante, algunas recurrencias: la idea de Freire sobre el educador
como artista, y la no equivalencia “a un mismo nivel” de la confusamente extendida
igualdad entre educandos y educadores.

También fueron señaladas dos cuestiones que los coordinadores remarcaron como
íntimamente vinculados con la apuesta del horizonte formativo del nuevo diseño. La
primera es la necesidad de que el punto de partida de la educación sean las condiciones
sociales, políticas, económicas (es decir culturales) en las que se encuentran los
educandos. Y esto en contraste con aquella tradición residual que piensa o imagina un
ideal de educando dispuesto a la recepción del aprendizaje cualquiera fueren las
condiciones de comunicación instalada por la relación educativa; es decir, la idea de la
pedagogía de Juan Amós Comenio de un “laboratorio de humanidad” en donde la vida
social es separada de la situación pedagógica, concepción que no hace sino acentuar la
deslegitimación interpeladora del espacio escolar.

La segunda cuestión es la afirmación de Freire de que “nadie lo sabe todo; nadie lo


ignora todo”, y que no hay que tener miedo a no saber. Al tratarse de un nuevo modo de
mirar el proceso educativo, y sobre todo de un posicionamiento otro, el proceso de la
práctica en espacios sociales apuesta, más que nunca, a una construcción de
conocimiento “con” los alumnos, en el sentido de sumergirse en experiencias
comunitarias con fuerte incidencia social y reconocer su carácter formativo.

En relación a estas dos cuestiones, una docente reconoció que “en la formación
actual no se considera a la educación popular como valor a tener en cuenta”, y que
recuperar esta tradición le parece “imprescindible para enseñar en la escuela de hoy”.

Por último, se trabajó con relatos que daban cuenta de experiencias sociales,
culturales y de emprendimientos productivos. La pregunta volvió a ser si se trataban o
no de espacios interpeladores, por un lado, y por otro cómo (con qué preguntas, en todo
caso con qué posicionamiento) se acercarían junto a sus alumnos. El trabajo constituyó
un paso más en lo concerniente a los criterios para la selección de los espacios sociales,
a la vez que problematizó acerca del posicionamiento con el cual aproximarse a los
espacios sociales, ya que las experiencias relatadas no eran “puras”, es decir, no eran
ajenas a relaciones asistencialistas, escolares, complejas e incluso confusas.

Una de las conclusiones fue la importancia de considerar su incidencia social,


aunque se traten de espacios complejos, incluso conflictivo. Otra cuestión fue la de
considerar a la participación como metodología de reconocimiento. Si bien no se trata
que los docentes en formación salgan a la sociedad a (por ejemplo) dar apoyo escolar,
sin embargo esto puede ser un punto de partida, una “observación participante”, en
definitiva, un modo estratégico de sumergirse en la dinámica y las relaciones que allí se
tejen, para ir vivenciando y, por lo tanto, reconociendo progresivamente la vida que se
hace y rehace en esos espacios formativos. En términos de Freire, entrar a los espacios
para instalar un trabajo “con” ellos aunque el inicio adopte las características del “para”
ellos. En definitiva todas cuestiones que aportaron a inscribir el trabajo en terreno desde
un enfoque etnográfico.

Como cierre, se entregó a cada docente un documento con una herramienta para
pensar cómo abordar el reconocimiento sociocultural, con aportes conceptuales para las
categorías de interpretación posibles y aportes metodológicos. La propuesta de la
Dirección de Superior fue que, al tratarse el reconocimiento de un largo proceso y no de
una etapa primera dentro de una secuencia escalonada, profundizarlas en un próximo
encuentro. Estos próximos talleres, que se realizarían en el segundo cuatrimestre,
enmarcarían ese trabajo etnográfico en las coordenadas teóricas y epistemológicas de la
educación popular.

Así, como pocas veces en la historia de los cambios curriculares en el sistema


educativo, la estrategia de “Acompañamiento Capacitante” concluyó sus 23 talleres
programados para el primer cuatrimestre. La valorización de los docentes participantes
fue altamente positiva, tanto de la propuesta y contenido de los talleres, cuanto del
espacio de reflexión conjunta, esto es, el acompañamiento dado también entre colegas.
En esta dirección se pronunció una docente: “De los tres talleres me llevo la idea de
acompañamiento: el reconocimiento de que era necesario para que la nueva propuesta
fuese viable tener un espacio de interpretación, vivenciando y expresando lo teórico en
articulación con la puesta en práctica de la transformación curricular”.

2da. instancia de Acompañamiento Capacitante para la implementación curricular

Entre la Certeza del Objeto Pedagógico y la


Incertidumbre de un Proceso Formativo
Dado que de proceso colectivo se trata, es posible afirmar que la continuidad del
Acompañamiento Capacitante se volvió a inscribir sobre un terreno de tensiones. Con
gran valoración de los talleres, también con algunos minoritarios pero muy fuertes
posicionamientos disidentes, la construcción grupal de conocimiento para la práctica de
Primer Año remarcó logros formativos entusiastas. Al mismo tiempo, puso de relieve
cierta incertidumbre encarnada en el “no saber concretamente” cuál es la práctica
educativa que realizarán los alumnos de las carreras de Inicial y Primaria en espacios
sociocomunitarios.

De un lado, entonces, las voces de los docentes se expresaron con firmeza: “Me genera
la esperanza de creer que se podrá mejorar la educación desde nuevos docentes más
críticos y concientes de su realidad sociocultural”; “Es desafiante y enriquecedor esto de
empezar a tener una mirada más amplia respecto al nuevo rol”; “Me llevo las ganas de
hacer y seguir creyendo que un cambio es necesario y también posible”.

Pero, por otro, subsistió cierta sensación de lo incierto (de lo no totalmente cierto) en el
contexto de un nuevo enfoque teórico, práctico y de posicionamiento o, según una
definición realizada en uno de los talleres en Mar del Plata, en situación de “cambio de
paradigma”.

Resulta al menos complejo discernir el origen de esa tensión: o una debilidad de parte
del “Acompañamiento Capacitante” en tanto metodología de taller, con su apuesta a ir
construyendo progresivamente la transformación curricular y concibiendo a los
docentes como actores activos y protagónicos del proceso; o históricos habitus escolares
que provocan prácticas y representaciones en torno a la necesidad de lo claro, distinto y
ordenado cuando de proceso educativo (propio o ajeno) se trata. Una dualidad marcada
pero, a decir verdad, no siempre puesta de manifiesto de modo dualista por los
participantes: “Este taller me produce incertidumbre –expresó una docente-, e
inquietudes, pero a su vez, me gusta el desafío que plantea”.

En últimas, la convicción de la Dirección de Educación Superior sigue siendo que una


transformación curricular tiene sentido en la medida que se constituya en el espacio para
que los sujetos sean los artífices de esa transformación. De esta manera, cabe evaluar si
la clave de esta implementación del nuevo Diseño pasa por lograr certezas de objetos
pedagógicos claramente especificados e indistintos, o más bien radica en adentrarse en
la complejidad más bien incierta de todo proceso en tiempos de una crisis que si bien
deviene estructural, también es un terreno de posibilidad: el de sumergirse en los
entretelones de la vida social como proceso formativo que contribuye, más temprano
que tarde, a la recuperación del papel interpelador de la escuela como la más fuerte
institución pública y popular.

Lo trabajado

Al tratarse de la segunda serie de talleres para los docentes del Campo de la Práctica, los
encuentros comenzaron con la puesta en común de lo realizado junto a los alumnos a
partir del taller anterior. Distintas experiencias pedagógicas fueron narradas a la vez que
se pusieron de relieve las sensaciones y la reflexión que las acompañaron. Es así que el
intercambio entre pares en el contexto de esta forma de estar juntos en las
complejidades de la implementación curricular, fue valorado enfáticamente por la
mayoría de los participantes: “Es sumamente importante la riqueza de la experiencia de
los compañeros” afirmó una docente, en el sentido de “compartir experiencias
alternativas que nos permitan seguir reproyectando, reevaluando”. “Acá se puede hablar
con libertad –dijo otra docente-. No hay censura y se produce un encuentro de caminos
formativos que se preguntan por elementos similares a lo que yo me pregunto y que
vine a buscar”.

En un segundo momento, se trabajaron los criterios de selección de los espacios sociales


que los alumnos abordarán en virtud de conocer y reconocer su carácter formativo. La
lectura de distintas experiencias comunitarias sirvió de disparador: ¿qué sentido
educativo tendría sumergirse en esos espacios? Las razones en dirección afirmativa y
negativa fueron delineando criterios que después se profundizaron en la discusión
colectiva. Los talleres también trataron de encuadrar lo que constituye el eje del Taller
Integrador Interdisciplinario: el desafío de pensar la formación docente en contextos de
“Ciudades Educadoras”. Y esto en un doble sentido: el de reconocer el carácter
formativo de sujetos que poseen distintos espacios sociales en el contexto de crisis de la
escolarización, por un lado; y por otro, la apuesta a que los Institutos de Formación
Docente sean instituciones capaces de movilizar procesos de incidencia política y
cultural locales, hacia la construcción de ciudades educadoras. “Se entiende mejor la
finalidad más concreta del eje Ciudad Educadora”, dijo una participante a propósito de
la lectura colectiva de un documento que aborda esta propuesta curricular. Pero, a decir
verdad, también se generaron posiciones encontradas, en el sentido de ver a la propuesta
como algo muy ideal y, en algún punto, inalcanzable. De lo que se trató, entonces, fue
de ver el desafío como una apuesta a largo plazo, en donde también se intenta promover
la visibilidad de los institutos y su posicionamiento en la comunidad. Y sobre todo
teniendo en cuenta que, lo que en principio parecería una novedad absoluta del nuevo
diseño curricular, en verdad se inscribe en una larga historia de la Educación Superior
de la Provincia de Buenos Aires, en donde existen numerosas experiencias de trabajo
con la comunidad (como el caso de la investigación y la extensión, y los polos de
desarrollo).

Otro momento del taller lo constituyó la problematización de la técnica de observación


de los espacios sociales que constituyen la práctica de primer año. A través de un
ejercicio de percepción con fotos primero, y de salida a distintos lugares después (una
plaza, la estación de trenes, la terminal de colectivos, el barrio, el cementerio en Mar del
Plata), se profundizó la importancia de la experiencia sensorial en las primeras
aproximaciones a los espacios y organizaciones. La propuesta es dejar de lado,
tentativamente, la inclinación típicamente escolar a la interpretación desde los
horizontes de significación ya disponibles, lo que acarrea el riesgo de caer en un
“interpretacionismo” que no trasciende el conocimiento que se posee a priori. La
propuesta de trabajo, además, intentó ser una contribución a los docentes en tanto
modalidad de trabajo con los propios alumnos.

Aunque las actividades trabajadas no siempre siguieron el mismo orden, los talleres
cerraron con el acuerdo y explicitación de los pasos a seguir en el proceso de sumersión
de los alumnos en la vida social de las ciudades y pueblos de la Provincia.

Más allá de las tensiones que puedan ser nombradas, son variadas las sensaciones que
produce una estrategia de acompañamiento en un cambio de diseño curricular para
todos los docentes del Campo de la Práctica en una provincia tan grande como Buenos
Aires.

Respecto a qué se habían llevado del taller, una docente dijo: “Encuentro con mis pares,
intercambio de inquietudes, ideas y propuestas”. “Me siento muy movilizada,
replanteando ideas y con un panorama más claro –fue otro de los testimonios-. En
realidad todo lo que se nos brinda en estos encuentros nos da mucha tranquilidad”.
“Aunque prevalezca la incertidumbre –agregó, finalmente, otra participante-, ahora se
me presenta con bastante claridad hacia dónde me dirijo y la importancia y el por qué de
lo que estamos haciendo”.

En últimas, muchos participantes hablaron de la “alegría” de seguir aprendiendo, de


seguir con este proceso y, en fin, de saber que “no estamos solos en ciertas utopías”.

TALLERES PARA EL NUEVO DISEÑO CURRICULAR DEL PROFESORADO DE


INICIAL Y PRIMARIA

Estando Juntos en las Complejidades de la


Implementación Curricular

La tensión se hizo evidente en los agitados entretelones de la implementación del


nuevo diseño: los sentidos residuales de las políticas educativas neoliberales con su
concepción de capacitación a docentes concebidos como in-capacitados, por un lado, y
por otro la apuesta actual a que sean los mismos protagonistas de la Educación Superior
los sujetos hacedores de la transformación curricular. Sentidos puestos en juego en los
ocho primeros encuentros de “Acompañamiento Capacitante” realizados con todos los
docentes del Campo de la Práctica de la Provincia, y que fueron superados a través de la
construcción colectiva de conocimientos en un camino signado por un intenso estar
juntos.

Una construcción que no hace sino recuperar tradiciones pedagógicas que alientan
modos de comprensión complejos para una realidad compleja y que, entre otras cosas,
supone el desafío de reconocer y aprender de los múltiples espacios sociales que
devienen potencialmente educativos en tiempos de desarreglo del contrato social y de
crisis de las instituciones. Se trata, al fin y al cabo, de provocar una mirada hacia los
lugares por donde pasa la formación subjetiva más allá de la institución-escuela y que,
más temprano que tarde, terminan condicionando la práctica educativa en las aulas.

Un Acompañamiento Capacitante que, si bien se sustenta en los lineamientos político-


educativos del nuevo diseño, sin embargo se juega y adquiere sentido en el diálogo.
Pero un diálogo que no siempre es armonioso, sino que también es conflictivo porque es
a través de él que se ponen en común visiones y posiciones, recorridos biográficos y
adhesiones teóricas e ideológicas distintas y que entran en pugna en esta construcción
activa de la transformación curricular.

Con todo, encuentros que se tradujeron, para la mayoría de los docentes, en la


organización y planificación de una nueva modalidad de entender el Campo de la
Práctica en los Profesorados de Inicial y Primaria. Y esto porque se trata del primero de
(al menos) dos encuentros más, y porque va de la mano de un acompañamiento que ya
no es sólo del Nivel Central, sino también de los propios colegas entre sí, afrontando
juntos la complejidad de los difíciles tiempos que corren.

La Lectura y Escritura del Mundo

Los ocho primeros talleres recuperaron y profundizaron la propuesta de trabajo para


la implementación curricular desarrollada en noviembre de 2007 en el espacio
constituido en Mar del Plata por los referentes educativos de los institutos de Formación
Docente de la Provincia. Un taller que, además de ser concebido para la modalidad de
replique, a su vez fue ampliado, sistematizado y fundamentado con bibliografía en el
módulo “Capacitación para la Implementación del Campo de la Práctica”, entregado a
cada director y directora en febrero de este año.

En este sentido, y tendiendo en cuenta las dificultades que mediaron el trabajo con
estas actividades de capacitación iniciales, el Acompañamiento Capacitante partió de un
primer ejercicio que profundizó una actividad ya propuesta: analizar cómo en los
“textos paralelos” al escrito de Paulo Freire (titulado “La importancia del acto de leer”),
aparecían los referentes educativos, las referencias y las prácticas o sentidos educativos.
Así, las puestas en común dieron cuenta de una multiplicidad de aspectos y situaciones
que, nacidas al calor de la rememoración y la narración biográfica, dieron cuenta del
proceso subjetivo de “leer” (comprender) el mundo antes y después del aprendizaje de
la lectura de la palabra escrita. Un ejercicio vital para contrarrestar uno de los aspectos
residuales de la escolarización: lo que Freire llamaba el disciplinamiento de la entrada
del mundo en la conciencia.

Después de los coloridos intercambios que a su vez intensificaron la reflexión de


repensar la propia formación subjetiva, se desarrolló una exposición respecto a la
complejidad de la situación actual, y a tradiciones educativas “hegemónicas” (como la
escolarización y las bases político-educativas del sistema educativo argentino) y
tradiciones “críticas y populares”. A diferencia de las primeras, estas segundas pusieron,
aunque de modos muy diversos, un especial énfasis en necesidad de que la vida y la
experiencia de los niños no quedaran al margen del espacio escolar, sino que lo
atravesaran y fueran la plataforma sobre la cual se asentaran las trayectorias escolares.
Tradiciones que devienen, en las complejidades de las sociedades actuales, aspectos
cruciales a la hora de pensar cómo puede la escuela recuperar el carácter interpelador
que viene siendo borroneado por las penumbras socioculturales de la crisis orgánica.

Hacia una Didáctica de los Espacios Sociales

Posteriormente, los talleres trabajaron retomando otra actividad planteada en el


módulo: a partir del mapeo de espacios socioculturales del contexto cercano de cada
instituto, se confeccionó un mapeo más amplio de cada Región de la Provincia.

Los modos de construcción del mapeo fueron diversos, aunque en la mayoría de los
casos salió a la luz la gran cantidad de espacios sociales que forman parte activa de las
distintas regiones, ciudades y pueblos. Y cómo, en esos espacios, es posible evidenciar
procesos formativos.

El desafío radicó en discutir qué criterios orientarían el mapeo, habida cuenta de la


porosidad que hoy día denotan especificaciones tales como “culturales”, “políticos”,
“sociales”, etc. Y cómo, en conjunto, estos espacios están hablando de comunidades y
“ciudades” educadoras. Todo esto, a su vez, pensado desde la necesidad de investigar lo
que sugería el pedagogo cordobés Saúl Taborda: que cada espacio social, además de ser
formativo, tiene su propia didáctica. En esta dirección, y no en otra, es donde radican,
en gran parte, los nudos constitutivos de la formación subjetiva en los tiempos que
corren.

Consensuando el Camino

Lejos de tratarse sólo de salir aceleradamente a los espacios y organizaciones sociales,


el Primer Taller actuó como un organizador de un proceso a realizar en conjunto y
dando pasos “pequeños pero seguros” en este primer año de muchas ansiedades por
algunas innovaciones que supone la implementación curricular.

Se consensuó, así, el camino hasta el próximo encuentro: que los alumnos construyan
sus propios mapas junto a los criterios para realizarlo, para después contrastarlo con los
realizados por los profesores. Asimismo, trabajar con los alumnos algunas actividades
tanto del módulo como del primer taller: narrar los modos en que aprendieron a leer el
mundo; detectar lo educativo y lo cultural en la película Bagdad Café; y desarrollar las
perspectivas pedagógicas que aportan a comprender la dimensión educativa de múltiples
espacios sociales que, en definitiva, apuestan a que la escuela recupere su capacidad
interpeladora y su carácter político-cultural.

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