Cuando un sujeto acude en busca de ayuda profesional al verse superado al
momento de enfrentar una crisis vital, acude en busca de una mejor manera de enfrentar el difícil momento que esta pasando. El por qué el paciente escoge un medico en lugar de un especialista mas apto, como un psicólogo, para ayudarlo a superar la crisis, en muchos casos responde solamente a la conceptualización que como sociedad se le da al cargo de medico, viéndose esta profesión y a los especialistas que la desempeñan como seres mas capaces, desde el punto de vista intelectual, que el resto de las profesiones, por lo que se les atribuye habilidades que van mas haya de sus respectivas capacidades, encargándose en muchos casos no solo de intervenir la salud a nivel físico de los pacientes, sino también la salud mental. Se postula que así como no se necesita ser especialista en cirugía para atender a un paciente accidentado, tampoco se necesita ser experto en psicología para atender a un paciente que presente una crisis menor, ya sea emocional, de angustia, etc. Si bien desde el punto de vista lógico esta aseveración resulta correcto, en la practica carece de valides, ya que un profesional como el psicólogo, altamente capacitado para este tipo de situaciones, cuenta con todos los conocimientos que se requieren para enfrentar las crisis de los pacientes. Y cuando se habla de conocimientos, no hablamos solamente del saber intelectual, sino más bien del conocimiento de los pequeños detalles mostrados por el paciente que un profesional sin conocimiento específico no reconocería. Detalles como posturas corporales, gesticulaciones, uso del lenguaje etc. Para un psicólogo estos detalles pueden decir mucho más que el mismo lenguaje. ¿Como puede un medico saber si se esta enfrentando a un caso grave o leve de patología mental si no cuenta con los conocimientos específicos para hacer esa distinción? A no ser que se haya dedicado a especializarse le resultara muy difícil y en muchos casos puede resultar realmente peligroso para el paciente, el cual deposita toda su confianza en un profesional que no se encarga de lleno a la salud mental, exponiéndose a un mal diagnostico, un mal tratamiento y por ende a un posible agravamiento de su condición. Es tarea de todos y cada uno de los profesionales de la salud mental hacer respetar el espacio que le corresponde a la disciplina, siendo comprometidos con la labor que se realiza y dedicándose por entero a ella, pero mas que nada dedicarse por entero y comprometerse son la salud de los pacientes y de la salud mental de la sociedad en general. Así quizás en un fututo no muy lejano, el ser un profesional de la salud mental tenga la misma connotación social que tienen hoy en día los médicos, abogados o ingenieros y la gente acuda realmente a los profesionales mas capacitados. El medico general ante el problema de la psicoterapia. (Ensayo)