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8.1 – EVOLUCIÓN DEMOGRÁFICA Y MOVIMIENTOS MIGRATORIOS EN EL SIGLO XIX.

EL
DESARROLLO URBANO.

En el siglo XIX hubo un profundo cambio en la sociedad española.

En cuanto al crecimiento demográfico, en comparación con países europeos, España creció


lentamente, al ritmo de la modernización económica, debido a la elevada mortandad por las
crisis de subsistencia (1847,1857 y 1867), epidemias, enfermedades endémicas (tuberculosis) y
fallecimiento en las guerras. Por otro lado, hubo una alta tasa de natalidad.

Se trató de un régimen demográfico antiguo, con elevada natalidad y mortalidad. Hasta el siglo
XX no se inició en España la transición demográfica.

La población tenía una distribución desequilibrada con alto contrate en la periferia litoral, muy
poblada y el centro peninsular, escasamente poblado, debido al desigual desarrollo
económico.

En la Restauración, el éxodo rural se intensifica, sobre todo en las capitales de provincia, los
núcleos industriales, País Vasco y Cataluña y las grandes ciudades como Madrid y Barcelona.

Cataluña siempre fue una región muy poblada y en el siglo XVIII se produjo un resurgimiento
económico, principalmente comercial. El área de Barcelona recibió inmigrantes de las zonas
agrarias que elevaron sus tasas demográficas, no obstante, el exceso de mano de obra retrasó
el descenso de mortalidad.

En el siglo XIX muchos españoles emigraban a América. Durante las guerras de independencia
americana el flujo se detuvo, pero la emigración continuó tiempo después sobre todo a países
como México, Argentina, Brasil y Cuba.

Hubo un proceso urbanizador y en siglo XIX se derriban murallas y aparecen barriadas obreras
y barrios elitistas. Ensanches de Madrid (Plan Castro, 1861) y Barcelona (Plan Cerdá, 1860).
Otras ciudades los tomaron como modelo, como San Sebastián, Zaragoza, Bilbao y Valencia.
Los ensanches impulsaron el negocio inmobiliario generando mano de obra.

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