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Principado de Moscú y  Zarato ruso.

Véase también: Conquista rusa de Siberia

Vista de la plaza Roja con la torre del Salvador del Kremlin de Moscú a la derecha y la catedral de San Basilio al fondo.

El zar Iván el Terrible en un retrato idealizado pintado por Víktor Vasnetsov a finales del siglo XIX.

A diferencia de su director espiritual, el Imperio bizantino, el Principado de Moscú, regida desde la


ciudad Moscú, pudo revivir y organizar su propia guerra de la reconquista; venció a sus enemigos y, mediante
la anexión, recobró territorios que había perdido. Después de la caída de Constantinopla en 1453, la Rusia
moscovita quedó como el único estado cristiano operativo en la frontera de la Europa Oriental, y adquirió así el
derecho de reclamar el legado del Imperio Romano de Oriente. Todavía bajo el dominio de los mongolo-
tártaros, el ducado de Moscú comenzó a afirmar su influencia en la Rusia Occidental al principio del siglo XIV.
El resurgimiento espiritual, apoyado por la Iglesia ortodoxa y san Sergio de Rádonezh, ayudó al ducado de
Moscú a derrotar a los mongoles en la batalla de Kulikovo en 1380.
Iván IV "El Terrible" (1530-1584) puso fin al control de los invasores, y consolidó regiones cercanas a Moscú
con el nombre de Zarato ruso. Iván IV fue el primero en adoptar el título de zar (el primero en adoptar el título de
«Gran príncipe de Toda Rusia» había sido Iván III).
Al principios del siglo XVI, el estado ruso fijó como metas principales recuperar todos los territorios perdidos a
consecuencia de la invasión mongola y proteger la zona fronteriza meridional contra los ataques de los tártaros
de Crimea (las guerras ruso-crimeas) y de algunos pueblos turcos. Los hidalgos, recibiendo un señorío del
soberano, fueron obligados a servir en el ejército. El sistema del señorío llegó a ser la base para la caballería
noble. En 1547, Iván IV fue coronado oficialmente como el primer zar de Rusia. Durante su reinado, Iván IV
anexionó regiones de Kazán y 

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