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1. Introducción
3.4 México
En México aún no hay un modelo nacional propiamente dicho, con visión integral de todos
los modos de transporte, sin embargo, se han hecho estudios de modelación de la red de
transporte terrestre para el modo carretero y el ferroviario.
En 1999 el IMT desarrolló el estudio Modelación Multiproducto de los Flujos de Carga en
las Redes Carretera y Ferroviaria (Gil, C.; Reyes, R. y Mendoza, A., 1999). Este trabajo
fue el primer intento de tratar el reparto modal del transporte terrestre de carga con un
modelo de redes, el cual calculaba asignaciones de flujos con un criterio de optimizar el
costo total de las operaciones en la red.
El software usado fue STAN (Strategic Transportation Analysis) de la empresa INRO, para
el flujo de varios productos, clasificados en diez grupos genéricos. Los movimientos
ferroviarios provinieron de la empresa FERRONALES que controlaba el ferrocarril
entonces, y los movimientos carreteros de la Dirección General de Autotransporte Federal
(DGAF) de la SCT.
Este modelo consideraba tres flujos: carreteras sin peaje, carreteras con peaje y flujos
ferroviarios. La transferencia modal consideró 70 puntos representando estaciones
ferroviarias importantes o terminales intermodales activas. Con datos de 1994, el modelo
pronosticó un reparto de la carga terrestre de 90% para la carretera y de 10% para el
ferrocarril. El estudio da recomendaciones para aumentar la participación del ferrocarril en
el movimiento de carga terrestre y la conveniencia de usar la metodología del estudio para
estimaciones futuras.
Una segunda versión de este trabajo, enfocado a flujos transfronterizos México-EUA, se
hizo en 2000 (Mendoza, A.; Gil, C. y Trejo, J., 2000). Con la metodología previa, la
asignación de flujos pronosticó un reparto modal para los flujos entrantes (EUA a México)
de 70.2% para el autotransporte y 29.8% para el ferrocarril; mientras que para los flujos
hacia el norte (México a EUA.) el pronóstico fue de 84.2% y 15.8% respectivamente.
En 2014, el IMT y la empresa PTV (Planung Transport Verkehr AG), que produce el
software de planeación de transporte Visum, plantearon los fundamentos para desarrollar
un modelo base de transporte y logística para carga en México. En 2015 el IMT realizó el
proyecto Hacia el Desarrollo de un Modelo Nacional de Transporte. Primera Fase:
Construcción de la Red Intermodal y Primeros Análisis (Moreno, E. et al, 2015), que es el
antecedente más reciente del tema.
El modelo de asignación de flujos utilizó una función BPR para modelar la congestión, con
una propuesta de parámetros para las carreteras mexicanas, con base en comparaciones
de parámetros publicados por fuentes norteamericanas de carreteras con similitud en sus
especificaciones a las carreteras nacionales.
La figura 2 muestra las curvas resultantes para pronóstico de velocidad vs flujo en tres
tipos de carreteras en México.
1
Figura 1. Redes carretera y ferroviaria en TransCAD (Moreno, E. et al, 2015).
https://imt.mx/resumen-boletines.html?IdArticulo=437&IdBoletin=163 (Instituto Mexicano
del Transporte, Gobierno de México)
2
Figura 2. Relación velocidad-flujo del modelado de congestión (Moreno, E. et al, 2015).
https://imt.mx/resumen-boletines.html?IdArticulo=437&IdBoletin=163 (Instituto Mexicano
del Transporte, Gobierno de México)
grosores de líneas de flujo para identificar los tramos con mayores volúmenes de
circulación.
La figura 3 muestra cómo se tiene una mayor participación de los flujos carreteros en los
movimientos de carga del centro del país hacia el puerto de Veracruz, lo cual es un
resultado consistente al considerar solamente los tiempos de traslado en las redes
correspondientes.
5. Conclusiones
Con los elementos mostrados, el primer modelo generado ha dado resultados
consistentes, con pronósticos de flujo que privilegian el movimiento por carretero en la
mayoría de los casos, debido a los mejores tiempos de viaje en el autotransporte. A pesar
de esto, el modelado de la congestión evitó que el total de los flujos se pronosticaran para
la carretera, lo que dejó un nivel mínimo de la participación ferroviaria.
La circunstancia anterior se revisará para un modelo mejorado, en el cual se considerarán
también costos operativos para los modos. Para ello se está preparando la incorporación
a la red bimodal datos de pendientes y curvaturas medias en las redes carretera y
ferroviaria, y también datos del índice internacional de rugosidad (IRI) para la red
carretera. Estos datos son necesarios para la estimación de costos de operación vehicular
en ambos modos.
Para el modo carretero, la metodología de referencia a utilizar es el cálculo de costos de
operación vehicular (Vehicle Operating Costs, VOC) descrita en el marco del modelo
HDM-III (Highway Design and Maintenance Standards Model -HDM) del Banco Mundial.
Para el modo ferroviario se utiliza información de referencia de costos de operación
estimados para un año dado, por tipo de terreno (plano, lomerío y montaña) actualizados
con la referencia del INPP que elabora el INEGI.
Otras mejoras se añadirán en la segunda etapa de desarrollo del Modelo Nacional de
Transporte, centrándose en la actualización de los datos que alimentan al modelo, el
ensayo de otras funciones de volumen-demora como la Cónica o la función de Akcelik
que se reportan en la literatura con mejores desempeños que la BPR, y la exploración de
resultados del modelo mejorado en diversos escenarios de planeación que actualmente
son de interés en México.4
3
Figura 3. Estimación de flujos en la ruta México-Veracruz (Moreno, E. et al, 2015)
https://imt.mx/resumen-boletines.html?IdArticulo=437&IdBoletin=163 (Instituto Mexicano
del Transporte, Gobierno de México)
4
Información, Un modelo Nacional de Transporte: Inicios en México (Moreno, E. et al,
2015) https://imt.mx/resumen-boletines.html?IdArticulo=437&IdBoletin=163 (Instituto
Mexicano del Transporte, Gobierno de México)