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Según su origen:
En base a este criterio, se distingue entre interpretación auténtica, judicial y
doctrinaria; la interpretación auténtica es la realizada por el propio autor de la
norma; se considera también que es la efectuada por el legislador. La
Interpretación judicial es la practicada por los jueces y tribunales al momento de
emitir sus decisiones en las cuales esta interpretación queda plasmada y; la
interpretación doctrinal como su nombre lo indica, es la interpretación practicada
por los doctrinarios, teóricos, y en general estudiosos del derecho, también se le
conoce a esta interpretación como científica.
Según el método:
Para comprender el significado de las normas, se han propuestos y desarrollado
distintos métodos, entre éstos se encuentran el método gramatical, el lógico, el
sistemático y el histórico; el método gramatical consiste en deducir de las palabras
mismas, de su lugar en la frase y de la sintaxis, de la misma puntuación, el sentido
exacto del precepto legal que se trata. El método lógico es aquél que utiliza los
razonamientos de la lógica para alcanzar el verdadero significado de la norma. El
método sistemático deduce que las normas deben interpretarse conjuntamente
con otras normas, y en consecuencia de ser parte de un sistema, el significado y
sentido de la norma jurídica debe ser obtenido de los principios que ayudan a
construir ese sistema. En el método histórico se interpreta la norma a partir de sus
antecedentes, como las ideas de sus autores al momento de elaborar
los proyectos de ley, informes, debates, o demás hechos históricos relevantes
para la creación del derecho.
Según el resultado:
En este criterio la interpretación jurídica se clasifica en estricta, extensiva y
restrictiva. En la interpretación estricta se intenta llegar a la conclusión de que el
texto legal debe ser interpretado en los casos que en este expresamente se
menciona, en la interpretación extensiva, a diferencia de la anterior se concluye
que la ley debe aplicarse a más casos o situaciones de los que esta expresamente
menciona y la interpretación restrictiva parte de que la ley como objeto de
interpretación, debe aplicarse a menos situaciones de las que ella
expresamente menciona.
Primera:
El Derecho, en frecuencia, es comparado con la moral y las relaciones entre
Derecho y moral constituyen uno de los enigmas persistentes que preocupan a la
filosofía jurídica. La Interpretación no es esencial para la moral o para nuestras
practicas morales, pero es esencial para nuestras practicas Jurídicas. ¿Por qué
esta diferencia? ¿puede, acaso, esta diferencia, eliminar en alguna forma el
problema de la relación entre estos dos sistemas?
Segunda:
Ha devenido un rasgo común de nuestro entendimiento del derecho que este
provea estándares comunes para guiar ( el comportamiento) de la gente de
una sociedad política. Las sociedades políticas son sociedades en las cuales,
autoridades reconocidas como tales, están facultadas para actuar en nombre de la
sociedad y, en particular, decidir como debe comportarse la gente en tal sociedad
en cuestiones en que puede haber desacuerdos sobre los principios o conflictos
de intereses entre los miembros de la sociedad. Este aspecto del derecho sugiere
que el derecho típicamente consiste en estándares públicamente proclamados,
hechos disponibles, para que la gente pueda guiarse por ellos. Pero la
interpretación es posible solo cuando el significado de lo que es interpretado no es
obvio. Por tanto, si la interpretación es posible solo cuando el significado de lo que
es interpretado no es obvio. Por tanto, si la interpretación es fundamental para el
derecho, entonces tiene que ser dudoso que el derecho pueda estar disponible
para los súbditos.
Tercera:
Algunas teorías del derecho sostienen que el derecho es necesariamente
incompleto, que existen proposiciones que no son verdaderas ni falsas. Por
ejemplo, según esas teorías existen formas de conducta respecto de las cuales no
es verdadero ni falso ser licitas, además de que existen otras lagunas del derecho,
lagunas en relación con derechos, status, etcétera. Las teorías que subrayan la
incompletitud del derecho usualmente sostienen que los tribunales tienen una
doble función; aplicar el derecho y crear nuevo derecho o reformular el derecho
existente. La prevalencia de la interpretación, sin embargo, parece no justificar
esta opinión. La interpretación traspasa uno y otro lado de la división entre
identificación del derecho existe y creación de nuevo derecho. En lo que a la
interpretación se refiere esta distinción no aplica. Ya sea que algunas veces
identifiquen el derecho tal como es y otras veces hagan nuevo derecho, los
tribunales, parece ser, siempre lo interpretan.
Cuarta:
Así como la validez de la distinción entre identificar el derecho existente y hacer
nuevo derecho es inconsistente con el papel de la interpretación, así lo es la
ampliamente compartida creencia de que el derecho es necesariamente
incompleto. Si fuera incompleto los tribunales no podrían resolver las controversias
interpretando el derecho. De hecho (así sostienen algunos) todos los casos
pueden ser decididos mediante interpretación jurídica y, por tanto, el derecho es
completo.
Quinta:
Contrariamente a la idea de muchos que creen que mientras las cuestiones
morales son quizás subjetivas y que el derecho es objetivo, el hecho de que este
ultimo sea objeto de interpretación de muestra -según algunos- que, como
cualquier objeto de interpretación permite múltiples interpretaciones, que el
derecho es subjetivo que el derecho, como la belleza, se encuentra en el ojo del
que la mira.
Clases de interpretación
Siendo la Interpretación una actividad humana, ésta proviene de la persona, el
sujeto o autor que la realiza; es decir, el intérprete. Desde tal punto de vista la
Interpretación puede ser doctrinal o científica, judicial o jurisprudencial y auténtica
o legislativa.
1. La Interpretación Doctrinal
Es, como su nombre claramente lo indica, la interpretación practicada por los
doctrinarios, por los teóricos, por los juristas o jurisconsultos, por los tratadistas,
por los estudiosos del derecho, y en general por quienes se dedican a la ciencia
del derecho; de ahí que también se le conozca a esta Interpretación como
“científica”.
La Interpretación doctrinal si bien se caracteriza por no ser obligatoria, sin
embargo, por su carácter científico y por la autoridad de quienes la practican, es la
que termina siendo predilecta.
2. La Interpretación Judicial
Es la practicada por los jueces y tribunales para emitir sus decisiones (sentencias
y demás resoluciones motivadas jurídicamente) en las cuales esta interpretación
queda plasmada. En la medida que provenga de instancias más elevadas la
interpretación judicial, sentada en los precedentes, tenderá a influenciar con mayor
autoridad y frecuencia.
En los países en los que existe el Recurso de Casación la interpretación judicial
resulta obligatoria para los órganos jurisdiccionales de instancias inferiores si se
emite en los términos y condiciones legalmente exigidos.
3. La Interpretación Auténtica
Es la realizada por el propio autor de la norma; se dice también que es la
efectuada por el legislador o, mejor dicho, por el poder legislativo, en el
entendimiento de que éste es el autor de la norma y de allí que a esta
interpretación se le denomine también “interpretación legislativa”. Pero lo
importante para saber que estamos ante una interpretación auténtica es
comprender que tal interpretación ha sido hecha por el propio autor de la norma,
tanto así que incluso se ha denominado Interpretación auténtica a la interpretación
realizada por el propio juez o tribunal con el propósito de dar luces sobre el
significado verdadero de sus propias sentencias o resoluciones; igualmente se ha
considerado interpretación auténtica a la que realizan las partes contratantes
respecto del contrato que celebraron, a la efectuada por el funcionario público
respecto del acto administrativo o norma que emitió, etc..
Existe cierta divergencia en cuanto a entender si la interpretación auténtica es la
realizada estrictamente por la misma persona que elaboró la norma, o por el
órgano que ésta representaba o en nombre del cual la dictó. Tradicionalmente la
tendencia ha sido la de entender que habrá verdadera interpretación auténtica
sólo cuando ésta haya sido hecha por la misma persona que redactó la norma y
aun así hoy se considera en estricto sentido que sólo en este caso hay
interpretación auténtica. Pese a ello, esta tendencia ha venido cambiando y
actualmente también se tiende a considerar interpretación auténtica a la realizada
por aquella persona que, sin ser la que redactó la norma, la hace ocupando el
mismo cargo de quien la elaboró.