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OFERTA Y DEMANDA

1. EL CAMBIO

La compleja e interrumpida serie de actos de cambio de que está tejido del


sistema económico es alimentada por la tendencia de cada uno a disponer
los recursos escasos que posee de modo que obtenga un aumento de
utilidad.

Los varios precios que se forman en el mercado por efectos de los actos de
cambio son por tanto en último análisis el reflejo del grado del limitación de
los mismos bienes en relación a la evaluación de los sujetos pero la
extrema complicación del sistema de los precios hace sumamente difícil y
se puede decir también en relación a nuestros actuales conocimientos
imposibles de determinar la influencia de la valuación es subjetiva de cada
aún a uno sobre la formación de los precios.

Hay quien basándose exactamente sobre tal circunstancia ha expresado la


opinión de que el precio formado en el mercado es un fenómeno totalmente
objetivo que se deriva de la relación entre cantidad ofrecida y cantidad
demandada y que la utilidad atribuida por cada uno a los bienes es más
bien consecuencia de la formación del precio en el mercado que un factor
de la misma.

A favor de tal argumentación puede invocarse el hecho de que cuando el


individuo se dirige al mercado en la mayor parte de los casos encuentra ya
formado el precio del bien que busca y adapta a tal precio la propia
demanda pero la presunta ineficacia de la evaluación subjetiva del individuo
es sólo aparente el mayor o menor número de individuos que encontrando
el precio ya formado se decide a adquirir el bien es exacta expresión
concreta de las evaluaciones subjetivas de cada uno y puesto que esto no
queda sin efecto sobre el precio es evidente que esto acaba por ser
influenciado por la valoración subjetiva que los individuos hacen de los
bienes.
El preciso reconocer no reconocer no obstante que trazar el camino a
través del cual la valuación subjetiva de cada uno opera en el proceso de
formación del precio en el mercado es cometido bien poco fácil.

Tal cometido se simplifica recurriendo a la consideración de los fenómenos


de masa la evaluación subjetiva son colectivamente sometidas a examen
mediante las nociones de demanda y de oferta colectivas con las cuales es
posible mostrar indirectamente como el precio queda influenciado por el
grado de importancia atribuido por cada uno de los distintos bienes.

De manera directa tal influencia puede ser indicada recurriendo a la


hipótesis del cambio entre 2 individuos aislados en el supuesto de que las
mercancías sean directamente cambiadas por mercancías.

2. EL CAMBIO ENTRE DOS INDIVIDUOS AILADOS

Si el cambio sirve para acrecentar la utilidad de quien a él recurre es


evidente que deben concurrir determinados puestos para que eso se
verifique.

Entre el individuo x que posee una cierta cantidad de mercancías y el


individuo ya que dispone de una cierta cantidad de mercancías y se
realizará el cambio si concurren las siguientes condiciones que es la que
pierde.

Como se ve el cambio tiene por objeto igualar la utilidad marginal de los


bienes cambiados por cada uno de los adquirientes la relación de igualdad
de las utilidades marginales es evidente el reflejo de la relación entre la
cantidad de las 2 mercancías que se encuentran en X y Y.

Del mismo modo que la originaria diferencia de las utilidades marginales era
el reflejo de otra relación entre las cantidades de las 2 mercancías poseídas
por cada uno de los contratantes.

Esta relación es la razón por la cual una unidad de x se cambia por una
unidad de y o sea es el precio de una mercancía en unidades de la otra.
Si la igualdad se logra después que cada uno de los actos de cambio hayan
hecho que x diera ayer 5 unidades de XY ye haya cedido a X uno y el
precio de y en unidades de x será también uno aparece así evidente como
el precio queda influenciado por las valoraciones subjetivas de los
individuos.

3. EL EQUILIBRIO DEL CAMBIO

La posición de igualdad de las utilidades marginales que cada contratante


logra mediante el cambio se llama también posición de equilibrio en el
cambio quieres ser con esto de notar el hecho de que una vez lograda
aquella posición el individuo no tiene motivo para alterar la proporción de
los bienes poseídos mientras no se verifique un cambio en la valoración que
él hace de dichos bienes.

Es fácil ahora entender este concepto de equilibrio al cambio demás bienes


cuando por efecto de los actos por el ya poseídas de X y de Y cambiar a
estas por aquellas. De X y de Y serán iguales a las utilidades marginales de
las porciones adquiridas de z, r, t.

Puede repetirse lo mismo respecto del individuo oye y de cualquier otro


sujeto.

4. LA IGUALDAD DE LAS UTILIDADES MARGINALES PONDERADAS

Dejando ya la hipótesis de que las mercancías se cambien directamente por


mercancías y admitiendo que los cambios se realicen mediante una
mercancía típica.

El resultado adquirido queda modificado pero no alterado la posición de


equilibrio será conseguida cuando el individuo haya distribuido entre las
varias mercancías la cantidad de dinero de que dispone, de tal manera que
realizados los cambios las utilidades marginales, de todas las mercancías,
adquiridas sean iguales a la que para el reviste el dinero.
La única diferencia está en que el equilibrio se habrá logrado más bien que
cambiando directamente X y Y y estas dos mercancías por Z, R, T,
cambiando directamente M (moneda) por X, Y, Z, R, T.

Volviendo al ejemplo antes empleado se ha visto la nivelación de las


utilidades marginales de X y Y cambiando 5 unidades de X por 5 unidades
de Y, esto es la igualdad de las unidades métricas cambiadas.

Para ocurrir la igualdad de utilidades marginales de X y de Y se lograra para


X y Y cuando las cantidades no sean cantidades métricamente iguales. En
tal caso el equilibrio en el cambio se lograra no obstante la desigualdad de
las unidades métricas y precisamente se verifica que a pesar de haber
igualdad de utilidades marginales de las dos mercancías la utilidad de una
unidad de la primera mercancía es igual a la utilidad de más de unidades de
la segunda, y análogamente la unidad de una unidad de la segunda
mercancía es igual de una parte de unidad de la primera.

Si por ejemplo, el equilibrio del cambio de X por Y se obtiene para X y para


Y cuando hayan cambiado doce unidades de X y de Y, no hay sin embargo
igualdad de unidades entre una unidad de X y de Y. la razón de cambio es
en efecto 12/6 esto es 2/1 es decir dos unidades de X se cambian por una
unidad de Y.

La utilidad marginal de 2x es igual a la utilidad marginal de Y la de X es


igual ½ de Y.

Pero es fácil a veces reducir a igualdad también las utilidades de las


unidades, de X y Y estableciendo las relaciones entre las utilidades
marginales de X para el respectivo precio.

Estas dos relaciones resultaran iguales, puesto que 2x=Y y Y=1/2x, el


precio de X será ½ y el precio de Y era 2 bastara dividir la utilidad marginal
de X por ½ la de Y por 2 para obtener la igualdad de la utilidad de las
unidades métricas de X y de Y.
La condición de igualdad e las unidades marginales, realizada en el sentido
de que el equilibrio en el cambio se logra cuando para cada individuo se
realza la igualdad de las unidades marginales de las mercancías cambiadas
divididas por los respectivos precios. Y puesto que la relación entre las
utilidades marginales de una mercancía y el respectivo precio se denomina
utilidad marginal ponderada, puede más sencillamente decirse: cuando se
logra la igualdad de las unidades marginadas ponderadas.

Tal formulación puede extenderse del cambio de dos mercancías al de


muchas donde la misma adquiere alcance general.

5. LA DEMANDA

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