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Efecto invernadero

Se denomina efecto invernadero al fenó meno por el cual determinados gases, que
son componentes de la atmó sfera planetaria, retienen parte de la energía que el
suelo emite por haber sido calentado por la radiació n solar. Afecta a todos los
cuerpos planetarios dotados de atmó sfera. De acuerdo con la mayoría de la
comunidad científica, el efecto invernadero se está viendo acentuado en la Tierra
por la emisió n de ciertos gases, como el dió xido de carbono y el metano, debido a la
actividad humana.

Este fenó meno evita que la energía solar recibida constantemente por la Tierra
vuelva inmediatamente al espacio, produciendo a escala mundial un efecto similar
al observado en un invernadero.

Los denominados gases de efecto invernadero o gases invernadero, responsables


del efecto descrito, son:

 Vapor de agua (H2O)

 Dió xido de carbono (CO2)

 Metano (CH4)

 Ó xidos de nitró geno (N2O)

 Ozono (O3)

 Clorofluorocarbonos (CFC)

Si bien todos ellos (salvo los CFC) son naturales, en tanto que ya existían en la
atmó sfera antes de la aparició n del hombre, desde la Revolució n industrial y
debido principalmente al uso intensivo de los combustibles fó siles en las
actividades industriales y el transporte, se han producido sensibles incrementos en
las cantidades de ó xido de nitró geno y dió xido de carbono emitidas a la atmó sfera,
con el agravante de que otras actividades humanas, como la deforestació n, han
limitado la capacidad regenerativa de la atmó sfera para eliminar el dió xido de
carbono, principal responsable del efecto invernadero.

Gases de Efecto Invernadero afectados por actividades humanas

Descripció n CO2 CH4 N2O CFC- HFC- CF4


11 23

Concentració n pre 280 ppm 700 270 0 0 40 ppt


industrial ppb ppb
Concentració n en 365 ppm 1.745 314 268 14 ppt 80 ppt
1998 ppb ppb ppt

Permanencia en la de 5 a 12 añ os 114 45 260 <50.000


atmó sfera 200 añ os añ os añ os añ os añ os

Fuente: ICCP, Clima 2001, La base científica, Resumen técnico del Informe del
Grupo de Trabajo I, p. 3814

La atmó sfera de la Tierra está compuesta de muchos gases. Los má s abundantes


son el nitró geno y el oxígeno (este ú ltimo es el que necesitamos para respirar). El
resto, menos de una centésima parte, son gases llamados "de invernadero". No los
podemos ver ni oler, pero está n allí. Algunos de ellos son el dió xido de carbono, el
metano y el dió xido de nitró geno.
En pequeñ as concentraciones, los gases de invernadero son vitales para nuestra
supervivencia. Cuando la luz solar llega a la Tierra, un poco de esta energía se
refleja en las nubes; el resto atraviesa la atmó sfera y llega al suelo. Gracias a esta
energía, por ejemplo, las plantas pueden crecer y desarrollarse.

Pero no toda la energía del Sol es aprovechada en la Tierra; una parte es "devuelta"
al espacio. Como la Tierra es mucho má s fría que el Sol, no

puede devolver la energía en forma de luz y calor. Por eso la envía de una manera
diferente, llamada "infrarroja". Un ejemplo de energía infrarroja es el calor que
emana de una estufa eléctrica antes de que las barras comiencen a ponerse rojas.
Los gases de invernadero absorben esta energía infrarroja como una esponja,
calentando tanto la superficie de la Tierra como el aire que la rodea. Si no
existieran los gases de invernadero, el planeta sería ¡cerca de 30 grados má s frío de
lo que es ahora! En esas condiciones, probablemente la vida nunca hubiera podido
desarrollarse. Esto es lo que sucede, por ejemplo, en Marte.
En el pasado, la Tierra paso diversos periodos glaciales. Hoy día quedan pocas
zonas cubiertas de hielo. Pero la temperatura mediana actual es solo 4 ºC superior
a la del ultimo periodo glacial, hace 18000 añ os.
Marte tiene casi el mismo tamañ o de la Tierra, y está a una distancia del Sol muy
similar, pero es tan frío que no existe agua líquida (só lo hay hielo), ni se ha
descubierto vida de ningú n tipo. Esto es porque su atmó sfera es mucho má s
delgada y casi no tiene gases de invernadero. Por otro lado, Venus tiene una
atmó sfera muy espesa, compuesta casi en su totalidad por gases de invernadero.
¿El resultado? Su superficie es 500ºC má s caliente de lo que sería sin esos gases.
Por lo tanto, es una suerte que nuestro planeta tenga la cantidad apropiada de
gases de invernadero.
El efecto de calentamiento que producen los gases se llama efecto invernadero: la
energía del Sol queda atrapada por los gases, del mismo modo en que el calor
queda atrapado detrá s de los vidrios de un invernadero.
En el Sol se producen una serie de reacciones nucleares que tienen como
consecuencia la emisió n de cantidades enormes de energía. Una parte muy
pequeñ a de esta energía llega a la Tierra, y participa en una serie de procesos
físicos y químicos esenciales para la vida.
Prá cticamente toda la energía que nos llega del Sol está constituida por radiació n
infrarroja, ultravioleta y luz visible. Mientras que la atmó sfera absorbe la radiació n
infrarroja y ultravioleta, la luz visible llega a la superficie de la Tierra. Una parte
muy pequeñ a de esta energía que nos llega en forma de luz visible es utilizada por
las plantas verdes para producir hidratos de carbono, en un proceso químico
conocido con el nombre de fotosíntesis. En este proceso, las plantas utilizan
anhídrido carbó nico y luz para producir hidratos de carbono (nuevos alimentos) y
oxígeno. En consecuencia, las plantas verdes juegan un papel fundamental para la
vida, ya que no só lo son la base de cualquier cadena alimenticia, al ser generadoras
de alimentos sino que, ademá s, constituyen el ú nico aporte de oxígeno a la
atmó sfera.
En la fotosíntesis participa ú nicamente una cantidad muy pequeñ a de la energía
que nos llega en forma de luz visible. El resto de esta energía es absorbida por la
superficie de la Tierra que, a su vez, emite gran parte de ella como radiació n
infrarroja. Esta radiació n infrarroja es absorbida por algunos de los componentes
de la atmó sfera (los mismos que absorben la radiació n infrarroja que proviene del
Sol) que, a su vez, la remiten de nuevo hacia la Tierra. El resultado de todo esto es
que hay una gran cantidad de energía circulando entre la superficie de la Tierra y
la atmó sfera, y esto provoca un calentamiento de la misma. Así, se ha estimado que,
si no existiera este fenó meno, conocido con el nombre de efecto invernadero, la
temperatura de la superficie de la Tierra sería de unos veinte grados bajo cero.
Entre los componentes de la atmó sfera implicados en este fenó meno, los má s
importantes son el anhídrido carbó nico y el vapor de agua (la humedad), que
actú an como un filtro en una direcció n, es decir, dejan pasar energía, en forma de
luz visible, hacia la Tierra, mientras que no permiten que la Tierra emita energía al
espacio exterior en forma de radiació n infrarroja.
A partir de la celebració n, hace algo má s de un añ o, de la Cumbre para la Tierra,
empezaron a aparecer, con mayor frecuencia que la habitual en los medios de
comunicació n, noticias relacionadas con el efecto invernadero. El tema principal
abordado en estas noticias es el cambio climá tico. Desde hace algunas décadas, los
científicos han alertado sobre los desequilibrios medioambientales que está n
provocando las actividades humanas, así como de las consecuencias previsibles de
éstos.
En lo que respecta al efecto invernadero, se está produciendo un incremento
espectacular del contenido en anhídrido carbó nico en la atmó sfera a causa de la
quema indiscriminada de combustibles fó siles, como el carbó n y la gasolina, y de la
destrucció n de los bosques tropicales. Así, desde el comienzo de la Revolució n
Industrial, el contenido en anhídrido carbó nico de la atmó sfera se ha incrementado
aproximadamente en un 20 %. La consecuencia previsible de esto es el aumento de
la temperatura media de la superficie de la Tierra, con un cambio global del clima
que afectará tanto a las plantas verdes como a los animales. Las previsiones má s
catastrofistas aseguran que incluso se producirá una fusió n parcial del hielo que
cubre permanentemente los Polos, con lo que muchas zonas costeras podrían
quedar sumergidas bajo las aguas. Sin embargo, el efecto invernadero es un
fenó meno muy complejo, en el que intervienen un gran nú mero de factores, y
resulta difícil evaluar tanto el previsible aumento en la temperatura media de la
Tierra, como los efectos de éste sobre el clima.
Aú n cuando no es posible cuantificar las consecuencias de éste fenó meno, la
actitud má s sensata es la prevenció n. El obtener un mayor rendimiento de la
energía, así como el utilizar energías renovables, produciría una disminució n del
consumo de combustibles fó siles y, por lo tanto, de nuestro aporte de anhídrido
carbó nico a la atmó sfera. Esta prevenció n también incluiría la reforestació n, con el
fin de aumentar los medios naturales de eliminació n de anhídrido carbó nico. En
cualquier caso, lo importante es ser conscientes de có mo, en muchas ocasiones,
nuestras acciones individuales tienen influencia tanto sobre la atmó sfera como
sobre la habitabilidad del planeta.

Consecuencias: Conocemos las consecuencias que podemos esperar del efecto


invernadero para el pró ximo siglo, en caso de que no vuelva a valores má s bajos:

 Aumento de la temperatura media del planeta.

 Aumento de sequías en unas zonas e inundaciones en otras.

 Mayor frecuencia de formació n de huracanes.

 Progresivo deshielo de los casquetes polares, con la consiguiente subida de


los niveles de los océanos.

 Incremento de las precipitaciones a nivel planetario pero lloverá menos


días y má s torrencialmente.

 Aumento de la cantidad de días calurosos, traducido en olas de calor

La capa de ozono

EL ozono es un gas cuyas moléculas está n formadas por tres á tomos de


oxígeno(O3), uno má s que las moléculas de oxígeno que respiramos. La capa de
ozono se fue engrosando a medida que fue aumentando la cantidad de oxígeno.
Esto es así porque su formació n se debe a reacciones químicas entre el oxígeno
y los rayos ultravioletas.
En la atmó sfera, el ozono se concentra en un estrecha franja de la estratosfera,
entre los 20 y 40 kiló metros de altura, formando la llamada capa de ozono, un
elemento decisivo para la vida en el planeta. En efecto, la capa de ozono es para
los seres vivos como un paraguas protector frente a los peligrosísimos rayos
ultravioletas. Si estas radiaciones alcanzaran la superficie terrestre sin pasar
por el filtro del ozono, causarían entre otros muchos efectos dañ inos, la
destrucció n del fitoplacton, base de todas las cadenas alimentarias del océano,
por lo que peligrarían todos los organismos marinos; en el hombre, la radiació n
ultravioleta causaría un debilitamiento general del sistema inmunoló gico,
importantes dañ os en la vista, y un aumento de casos de cá ncer de piel.
En 1974, dos científicos estadounidenses Sherwood Rowland y Mario Molina
descubrieron que los CFC, sustancias muy utilizadas en la industria, destruyen
el ozono.
Rowland y Molina fueron atacados por las empresas productoras, pero pocos
añ os después se detectó que con la llegada de la primavera, el espesor de la
capa de ozono sobre la Antá rtida era anormalmente delgado y se comprobó
que la causa era el uso de CFC. En 1987, 40 países industrializados pactaron en
Montreal la reducció n de la producció n de CFC en un 50% en el añ o 2000. En
1990 la Argentina firmó el protocolo.

5. Calentamiento del planeta

Algunos de los gases que producen el efecto invernadero, tienen un origen natural
en la atmó sfera y, gracias a ellos, la temperatura superficial del planeta a permitido
el desarrollo de los seres vivos. De no existir estos gases, la temperatura media
global seria de unos 20ºC bajo cero, el lugar de los 15ºC sobre cero de que
actualmente disfrutamos. Pero las actividades humanas realizadas durante estos
ú ltimos siglos de revoluciones industriales, y especialmente en las ultimas décadas,
han disparado la presencia de estos gases y han añ adido otros con efectos
invernadero adicionales, ademá s de causar otros atentados ecoló gicos.
Es un hecho comprobado que las temperatura superficial de la Tierra está
aumentando a un ritmo cada vez mayor. Si se continua así, la temperatura media
de superficie terrestre aumentara 0,3ºC por década. Esta cifra, que parece a simple
vista no excesiva, puede ocasionar, segú n los expertos grandes cambios climá ticos
en todas las regiones terrestres. La década de los añ os ochenta a sido la mas
calurosa desde que empezaron a tomar mediciones globales de la temperatura y
los científicos está n de acuerdo en prever que, para el añ o 2020, la temperatura
haya aumentado en 1,8ºC.

Hace demasiado calor...

Sí, demasiado calor como para que nosotros, los seres humanos, estemos tan
tranquilos. Porque no estamos hablando só lo de un aumento de las temperaturas,
sino de un cambio global que puede llegar a ser muy peligroso.
Pero no todo es tan malo: la causa de este calentamiento es la propia actividad
humana. Por lo tanto, de nosotros depende detenerlo.

Entre el 1º y el 10 de diciembre de 1997, ciento sesenta países se reunieron en


Kioto, Japó n, para discutir sobre los cambios en el clima de la Tierra. Pero, ¿qué
importancia tiene conocer cuá ntos grados aumentará la temperatura ambiente,
dó nde va a llover má s o por qué no nevó tanto el añ o pasado?
Actualmente, estamos frente a un nuevo cambio climá tico, pero esta vez provocado
por la actividad humana. La industria, los automó viles, los grande cultivos y la
manutenció n de ganados, todo aquello que permite la supervivencia de los 5 mil
millones de seres humanos que poblamos el planeta, provoca también grandes
cambios. Uno de ellos, quizá s el má s preocupante, es el calentamiento global de la
Tierra, provocado por un aumento del efecto invernadero.

6. Las consecuencias del Calentamiento Global

El clima en la Tierra es muy difícil de predecir, porque existen muchos factores


para tomar en cuenta: lluvia, luz solar, vientos, temperatura... Por eso, no se puede
definir exactamente qué efectos acarreará el Calentamiento Global. Pero, al
parecer, los cambios climá ticos podrían ser muy severos.
Una primera consecuencia, muy posible, es el aumento de las sequías: en algunos
lugares disminuirá la cantidad de lluvias. En otros, la lluvia aumentará , provocando
inundaciones.
Una atmó sfera má s calurosa podría provocar que el hielo cerca de los polos se
derritiera. La cantidad de agua resultante elevaría el nivel del mar. Un aumento de
só lo 60 centímetros podría inundar las tierras fértiles de Bangladesh, en India, de
las cuales dependen cientos de miles de personas para obtener alimentos. Las
tormentas tropicales podrían suceder con mayor frecuencia.

Los primeros pasos para detener el fenó meno


En la década de los 70, muchas personas comenzaron a darse cuenta de los
cambios que estaba sufriendo la Tierra. Al estudiarlos, pudieron observar cuá n
frá gil es el medio ambiente, y lo mucho que los seres humanos dependemos de él.
Poco a poco, todos nos dimos cuenta de que no era posible seguir contaminando el
agua, la tierra y el aire: la contaminació n no iba a desaparecer por sí sola.

Ademá s, muchas actividades humanas estaban afectando al clima de una manera


muy, muy peligrosa.
En 1992, las Naciones Unidas realizaron la Primera Convenció n sobre el Cambio
Climá tico. Desde 1980, científicos y representantes de diversos países se habían
estado reuniendo para determinar có mo se producía este cambio y qué se podía
hacer para frenarlo. Los resultados se dieron a conocer en la Cumbre de la Tierra,
realizada en Río de Janeiro, Brasil, en 1992. El acuerdo fue firmado por 154 países.
¿Qué plantea el Acuerdo de Río? La necesidad de frenar el cambio climá tico,
reduciendo las emisiones de gases de invernadero. Esto significa disminuir la
cantidad de combustibles fó siles utilizados (petró leo, gas natural, carbó n), y
proteger los bosques (ellos atrapan y consumen el dió xido de carbono). También
significa disminuir nuestro consumo de energía, y buscar otras fuente energéticas
que no produzcan gases de invernadero (energía solar, energía del viento, del agua
o de las olas del mar).
La Convenció n promueve el estudio y la investigació n científica, para descubrir
nuevas formas de acabar con el efecto invernadero. También se plantea la
necesidad de intercambiar tecnología e ideas entre los países, promoviendo ayuda
mutua. Ademá s, se reconoce que existen á reas en el mundo que son muy especiales
y delicadas (islas, montañ as, ríos) y que deben ser especialmente protegidas de los
cambios en el clima.

7. Sube el nivel del mar

Si la Tierra se calentar, los glaciares de las montañ as y los casquetes del hielo del
polo Norte y de la Antá rtida se fundirían. Si no se para de calentamiento en general
el nivel del mar puede subir entre 20 y 40 cm a principios del siglo viniente, y
luego aumentara aun mas.
Un incremento minú sculo del nivel del mar podría tener consecuencias
catastró ficas, especialmente por algunos países. Holanda, por ejemplo, ha ganado
gran parte de su territorio a las aguas y muchas zonas se encuentran por debajo
del nivel del mar. Si el agua subiera inundaría todos estos territorios o bien
obligaría el país a construir unos diques de contenció n que representarían un
gasto muy elevado. Las islas Maldivas, al océano Indico, también se encuentran a
un nivel muy bajo. solo que el mar subiera un metro, las islas desaparecerian por
debajo de las aguas. Si el aumento del nivel del mar fuera 4 y 8 metros, las
consecuencias serian aun mas catastró ficas.

Que se puede hacer?

Todos los habitantes de este planeta, estamos obligados a tomar medidas para
detener el cambio climá tico y el aumento del efecto invernadero. Aunque las
grandes decisiones, tomadas por los gobiernos de los países, son fundamentales,
hay muchas formas de ayudar a la descontaminació n que está n a nuestro alcance.
Hemos de dejar de utilizar los CFC. Podemos sustituir los aerosoles, la fuente
principal de estos gases, por pulverizadores que no perjudiquen el medio
ambiente. También podemos encontrar métodos para reciclar o destruir los CFC
que provienen de otras fuentes.

El metano procedente de los excrementos del ganado se puede reciclar en una


planta química para producir energía.
Podemos plantar un á rbol.

 En casa, recordar no malgastar la energía eléctrica.

Podemos poner un buen aislante en el tejado y doble cristal en las ventanas para
reducir los escapes del calor, con la cual cosa se necesita menos energia para
mantener la casa caliente.
Utilizar un sistema de calefacció n que aprovecha la energía al má ximo y necesita
mas energía para producir calor.
También podemos reducir el consumo de combustibles de los automó viles.
Actualmente un coche desprende cada añ o cuatro veces su peso en dió xido de
carbono. Si se diseñ an modelos mas ligeros y aerodiná micos con motores de bajo
consumo pueden llegar a consumir solo 1/3 parte de la energía que necesita un
coche actual. Ya se han fabricado algunos automó viles que gastan menos de 2,8
litros por cada 100 kiló metros.
Apaga las luces cada vez que se salga de una pieza; los electrodomésticos i
aparatos de bajo consumo. Las bombillas de bajo consumo pueden durar ocho
veces mas y gastan solo 1/5 parte de la energía que necesita una bombilla normal.
No dejar el televisor o el equipo de mú sica encendidos cuando no lo usemos.
No dejar correr el agua caliente cuando se lava.

También puedes dar nuevos usos a las botellas. Recicla el vidrio, los plá sticos y el
papel. A demá s así podemos salvar muchos á rboles.

 Recuerda siempre que cada minuto los seres humanos emitimos 48 mil
toneladas de dió xido de carbono a la atmó sfera. Y todos podemos ayudar a
disminuir esta cantidad.

Plantas c3 c4 y CAM

Todas las plantas fijan el carbono a través de un ciclo fotosintético que involucra
sobre todo intermediarios que contienen tres á tomos de carbono.

Se denominan plantas C3 a las que solamente disponen de ese ciclo bá sico. Son
cultivos de zonas templadas que se saturan de luz con 200-300 J m-2 s-1. Existen
otras denominadas plantas C4 que utilizan, ademá s del ciclo de síntesis de tres
carbonos, otro con compuestos de cuatro carbonos.

Una característica de estas especies, sobre todo tropicales, que incluyen la cañ a de
azú car, el sorgo, el maíz y otros pastos, es la presencia de dos cloroplastos de
distinto tipo. Las plantas de C4 no exhiben prá cticamente ningú n síntoma de
saturació n de luz, por lo cual pueden hacer mejor uso de las intensidades de luz
altas. Ademá s, crecen bien en condiciones de escasez de agua.

Mientras que las plantas C3 transpiran 500-700 g de agua por cada g de materia
seca, las plantas C4 pierden solamente 250-400 g de agua.
La ruta metabó lica C3 se encuentra en los organismos fotosintéticos como las
cianobacterias, algas verdes y en la mayoría de las plantas vasculares.

Las vías metabó licas C4 y CAM se encuentran solo en plantas vasculares.

En aquellos ambientes con restricciones hídricas constantes, estacionales o diarias


como son las zonas á ridas, semiá ridas y ambientes epifíticos las plantas C4 y CAM
funcionan como especialistas de gran éxito en comparació n con las plantas C3.

Las diferencias metabó licas y de gasto energético entre plantas c3, c4 y CAM son
debidas a una respuesta ambiental. Cada uno de estos tipos se desarrolla en climas
diferentes, y cada uno representa una adaptació n a ese clima. Esto hace que el
mayor gasto energético para la fijació n de CO2 que existe en plantas CAM y c4
tenga sentido.

Las plantas c3 para fijar una molécula de O2 gastan 3 moléculas de ATP y dos
moléculas de NADPH, mientras que las plantas c4 y CAM gastan para lo mismo 5 o
6,5 moléculas de ATP respectivamente y 2 de poder reductor. La conversió n diurna
de má lico para formar almidó n requiere ATP y justifica la diferencia en consumo
energético CAM y c4 son tipos de plantas adaptadas a vivir en ambientes cá lidos y
á ridos las primeras y cá lidos pero má s hú medos las segundas. En estos ambientes
la apertura de estomas para dejar circular el aire y así poder fijar el CO2 les
supondría perdidas de agua, de ahí que las c4 y CAM utilicen mecanismos de
acumulació n de CO2 que les permitan evitar esas perdida de agua.

Planta CAM

Metabolismo ácido de las crasuláceas

El metabolismo á cido de las crasulá ceas (CAM) es un tipo de metabolismo que se


da en plantas y que se descubrió en la familia de las crasuláceas, de ahí su nombre.
El nombre de metabolismo á cido hace referencia a la acumulació n de á cidos
orgá nicos durante la noche por las plantas que poseen este mecanismo de fijació n
de carbono. Esta vía metabó lica es semejante a la vía C4, sin embargo en la vía CAM
la separació n de los dos carboxilaciones no es espacial, como ocurre en las plantas
C4, sino temporal.

Esquema del metabolismo ácido de las crasuláceas durante la noche (a la


izquierda, fase I) y durante el día (a la derecha, fase III).
CA Anhidrasa carbó nica-α.
CC Ciclo de Calvin.
PEP Fosfoenolpiruvato.
PEPC Fosfoenolpiruvato carboxilasa.
PEPCK Fosfoenolpiruvato carboxiquinasa.
MDH Malato deshidrogenasa.
ME Malato deshidrogenasa (descarboxilante) = Malatoenzima.
PPDK Piruvato fosfato diquinasa.

Este mecanismo de concentració n de dió xido de carbono permite disminuir la


probabilidad de que entre un O2 en el sitio activo de la RuBisCO por lo que la
eficiencia fotosintética es mayor. Las plantas CAM suelen ser crasas (no todas) y
relegadas a ambientes secos (también existen CAM acuá ticas); esto es debido a su
bajo rendimiento total fotosintético (ya que la absorció n de dió xido de carbono
está limitado a la cantidad de MA que se puede almacenar en la vacuola) por lo que
son malas competidoras con las plantas C3 o C4. Existen plantas CAM constitutivas
o adaptativas (estas ú ltimas só lo tienen metabolismo á cido de crasulá ceas bajo
estrés hídrico, etc.).

Estas plantas resuelven el problema de pérdida de agua durante la fotosíntesis al


abrir sus estomas solo durante la noche cuando la temperatura es menor y la
humedad del ambiente es comparativamente alta. De manera que el mecanismo
CAM le permite a la planta maximizar la eficiencia en el uso de agua. Típicamente
una planta CAM pierde de 50 a 100 gramos de agua por cada gramo de CO 2 ganado,
comparado con los 250 a 300 gramos de la C4 y los 400 a 500 gramos de la C3. Por
lo tanto las CAM tienen una ventaja competitiva en ambientes con poca agua (Taiz,
1991), comú nmente se asocian a climas desérticos, pero incluso en ambientes tan
hú medos como el bosque tropical es posible encontrarlas en forma de epifitas tales
como las orquídeas (Hans-Walter, 1999), dado que la cantidad de agua sobre los
troncos de sus huéspedes es menor a la registrada sobre el suelo

.El nombre de metabolismo á cido hace referencia a la acumulació n de á cidos


orgá nicos durante la noche por las plantas que poseen este mecanismo de fijació n
de carbono. Esta vía metabó lica es semejante a la vía C4, sin embargo en la vía CAM
la separació n de los dos carboxilaciones no es espacial, como ocurre en las plantas
C4, sino temporal.

Estas plantas tienen dos carboxilaciones separadas temporalmente:

• Fijació n nocturna de CO2. Esta primera fase se da en la noche (vía de 4


carbonos), cuando tienen los estomas abiertos. A través de ellos la planta capta
CO2 atmosférico y la fosfoenolpiruvato carboxilasa lo incorpora por carboxilació n
al fosfoenolpiruvato (PEP) que se transforma en oxalacetato (OAA) con el
desprendimiento de un grupo fosfato; el oxaloacetato formado de la prefijació n de
CO2 es reducido en el citosol a malato mediante la NAD-malato deshidrogenasa, el
malato es bombeado con gasto de energía a las vacuolas, donde se va acumulando
como á cido má lico y es almacenado, provocando que el contenido vacuolar sea
muy á cido (cerca de pH 3) durante la noche.

• Con la salida del sol, los estomas se cierran previniendo la pérdida de agua e
impidiendo la adquisició n de CO2. El á cido má lico sale de la vacuola y se
descarboxila liberando el CO2 y á cido pirú vico el cual es devuelto al ciclo tras ser
fosforilazdo con ATP, produciendo nuevamente fosfoenolpiruvato. Ya que los
estomas está n cerrados, el CO2 liberado internamente no puede escapar de la hoja
y en lugar de esto es reducido a carbohidrato por la operació n del ciclo C3 PCR. La
concentració n elevada en el interior de CO2 suprime efectivamente la oxigenació n
fotorespiratoria de la ribulosa 1,5-bisfosfato y favorece la carboxilació n

Este mecanismo de concentració n de dió xido de carbono permite disminuir la


probabilidad de que entre un O2 en el sitio activo de la RuBisCO por lo que la
eficiencia fotosintética es mayor. Las plantas CAM suelen ser crasas (no todas) y
relegadas a ambientes secos (también existen CAM acuá ticas); esto es debido a su
bajo rendimiento total fotosintético (ya que la absorció n de dió xido de carbono
está limitado a la cantidad de MA que se puede almacenar en la vacuola) por lo que
son malas competidoras con las plantas C3 o C4. Existen plantas CAM constitutivas
o adaptativas (estas ú ltimas só lo tienen metabolismo á cido de crasulá ceas bajo
estrés hídrico, etc.).

Estas plantas resuelven el problema de pérdida de agua durante la fotosíntesis al


abrir sus estomas solo durante la noche cuando la temperatura es menor y la
humedad del ambiente es comparativamente alta. De manera que el mecanismo
CAM le permite a la planta maximizar la eficiencia en el uso de agua. Típicamente
una planta CAM pierde de 50 a 100 gramos de agua por cada gramo de CO2
ganado, comparado con los 250 a 300 gramos de la C4 y los 400 a 500 gramos de la
C3.

Por lo tanto las CAM tienen una ventaja competitiva en ambientes con poca agua
(Taiz, 1991), comú nmente se asocian a climas desérticos, pero incluso en
ambientes tan hú medos como el bosque tropical es posible encontrarlas en forma
de epifitas tales como las orquídeas (Hans-Walter, 1999), dado que la cantidad de
agua sobre los troncos de sus huéspedes es menor a la registrada sobre el suelo.

Planta c3

La fijació n de carbono C3 es una vía metabó lica para la fijació n de carbono en la


fotosíntesis. Este proceso convierte el dió xido de carbono y ribulosa bisfosfato
(RuBP, un azú car de 5 carbonos) en 3-fosfoglicerato a través de la siguiente
reacció n:

CO2 + RuBP → (2) 3-fosfoglicerato

Esta reacció n se produce en todas las plantas como el primer paso del ciclo de
Calvin-Benson. En las plantas C4, dió xido de carbono se extrae de malato y en esta
reacció n en lugar de directamente desde el aire.

Las plantas que sobreviven ú nicamente en la fijació n de C3 (plantas C3) tienden a


prosperar en á reas donde la intensidad de la luz solar es moderado, las
temperaturas son moderadas, las concentraciones de dió xido de carbono son
alrededor de 200 ppm o má s, [1] y el agua subterrá nea es abundante. Las plantas
C3, originario durante eras Mesozoica y Paleozoica, son anteriores a las plantas C4
y todavía representan aproximadamente el 95% de la biomasa vegetal de la Tierra.
Las plantas C3 pierden el 97% del agua absorbida por las raíces de la
transpiració n. [2] Algunos ejemplos son el arroz y la cebada.

Las plantas C3 no puede crecer en lugares calientes porque RuBisCO incorpora


má s oxígeno en RuBP a medida que aumentan las temperaturas. Esto conduce a la
fotorrespiració n, lo que conduce a una pérdida neta de carbono y nitró geno de la
planta y puede, por lo tanto, limitar el crecimiento. En las zonas secas, las plantas
C3 cierra sus estomas para reducir la pérdida de agua, pero esto deja de CO2
entren en las hojas y, por tanto, reduce la concentració n de CO2 en las hojas. Esto
reduce el CO2: relació n de O2 y, por tanto, también aumenta la fotorrespiració n.
Las plantas C4 y CAM tienen adaptaciones que les permiten sobrevivir en á reas
calientes y secos, y pueden, por tanto, compiten contra las plantas C3.

La firma isotó pica de las plantas C3 muestra un mayor grado de agotamiento de


13C que las plantas C4

Planta c4

Vía de C4(Hatch-Slack)- proceso NADP-ME (NADP-malic enzyme =NADP-ME)

La vía de 4 carbonos, vía C4 o ruta C4, también denominada vía de Hatch-Slack en


honor a sus descubridores, es una serie de reacciones bioquímicas de fijació n del
carbono proveniente del CO2 atmosférico. El proceso consiste en la captació n del
dió xido de carbono en las células del mesó filo de la planta pero el CO2, en vez de
utilizarse inmediatamente en el ciclo de Calvin, reacciona con el fosfoenolpiruvato
(PEP) gracias a la catá lisis de la enzima fosfoenolpiruvato carboxilasa. El producto
final de la reacció n entre el PEP y el CO 2 es el oxalacetato, que posteriormente se
convierte en malato. El malato se transporta hacia las células de la vaina, donde es
descarboxilado, produciendo el CO2 necesario para el ciclo de Calvin, ademá s de
piruvato. Este ú ltimo pasa nuevamente al mesó filo donde se transforma por medio
de ATP en fosfoenolpiruvato, para quedar nuevamente disponible para el ciclo.

La ventaja de este proceso radica en el hecho de que al estar la RuBisCO encerrada


en las células de la vaina se le impide la posibilidad de que reaccione con oxígeno
en situaciones en las cuales la concentració n de CO2 sea muy baja, por lo cual se
reduce considerablemente la pérdida de energía y de CO2 a través de la
fotorespiració n. Incluso las moléculas de dió xido de carbono generadas por la
fotorespiració n se reutilizan a través del PEP, que captura aquellas en el mesó filo
para que ingresen al ciclo de Calvin.

OTRA DEFINICION….
Las plantas que usan esta vía para la fijació n del carbono se denominan plantas C4;
entre ellas, se pueden mencionar el maíz, la cañ a de azú car, la invasora Cynodon
dactylon (grama), el sorgo y el amaranto.
La fijació n del CO2 en las plantas c4 se da mediante la Vía de Hatch-Slack:
En las plantas C4 la funció n oxigenasa de la RuNisCo es insignificante debido a que
presentan vías metabó licas distintas apoyadas en estructuras anató micas
especiales.
Esta vía incluye a un intermediario de 4 carbonos en lugar de un fragmento de tres
carbonos. Las plantas pierden una cierta cantidad de bió xido de carbono a través
de la respiració n y puesto que este compuesto es un factor limitante de la
fotosíntesis, cualquier pérdida es inconveniente.
La vía de Hatch- Slack reduce esta pérdida. El fragmento de cuatro carbonos
parece tener una mayor afinidad por el bió xido de carbono, lo cual en efecto
aumenta la disponibilidad de este compuesto.
Es probable que esta vía exista también en otras plantas. El ciclo de Hatch-Slack se
divide en tres etapas: carboxilació n, descarboxilació n y regeneració n.
La carboxilació n sucede mediante la incorporació n de CO2 a una molécula de
fosfoenolpiruvato para producir oxalacetato. Este compuesto de cuatro carbonos
da nombre a las plantas C4. Sucede en las células del mesó filo.
La descarboxilació n libera Co2 que se fija en los cloroplastos de las células de la
vaina vascular mediante el ciclo Calvin-Benson.
La regeneració n del fosfoenolpivurato sucede ggen los cloroplastos de las células
del mesó filo

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