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1) Tú eres un hijo del Rey, y el plan de Dios en ti se cumplirá.

Como resultado de entregar nuestra vida a Jesús venimos a ser hijos de Dios, y
por lo tanto con autoridad sobre los poderes demoniacos, pues somos linaje real.
La palabra de Dios nos enseña que Zorobabel pertenece al linaje del rey David,
del Señor Jesucristo, de linaje real con derecho al trono, por eso nos dice el
evangelio de Mateo
“Después de la deportación a Babilonia, Jeconías engendró a Salatiel, y Salatiel
a Zorobabel. Zorobabel engendró a Abiud, Abiud a Eliaquim, y Eliaquim a
Azor”, según Mateo 1:12-13.
Y teniendo en cuenta que el reino de Dios es un Reino de autoridad, esta derecho
legal (como hijos del rey) es fundamental. Todo reino tiene una estructura de
autoridad, aún el reino satánico. Un fundamento para ser usado por Dios es
estar bajo autoridad, por eso es muy importante aprender a estar bajo
autoridad, para luego ejercer bien la autoridad que Dios nos delegue.
Es muy interesante considerar aquí, que el hombre es llamado desde el principio
a ejercer autoridad (lo vemos en el caso de Adán en el Edén), y por supuesto
debemos tener en cuenta que la autoridad es para edificar, no para destruir.
La palabra de Dios nos dice en el libro del profeta Hageo 1:14 “Y despertó Jehová
el espíritu de Zorobabel hijo de Salatiel, gobernador de Judá, y el espíritu de
Josué hijo de Josadac, sumo sacerdote, y el espíritu de todo el resto del pueblo;
y vinieron y trabajaron en la casa de Jehová de los ejércitos, su Dios”.
Respecto al uso y ejercicio de la autoridad, debemos tener presente que la
autoridad no debe envanecerse por su posición, la autoridad más bien hace
equipo con los otros para trabajar por el Reino y sus propósitos.
La Escritura nos dice que “despertó Jehová el espíritu de Zorobabel, de Josué y
de todo el pueblo…”. El término “despertó” se traduce de la palabra hebrea “Ur”,
y significa además: remover, provocar, avivar, mover. Entonces el espíritu de
Zorobabel y de Josué estaba quieto, adormecido, estancado, inactivo, y el Señor
a través de su palabra los despertó: ver Hageo 1:13 (esto es similar al caso
cuando el Señor Jesús llamó a Lázaro).

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