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Los pueblos originarios y su Participacion en la independencia americana Mara Espasande Los protagonistas silenciados de la independencia fue protagonizada Por los criollos defensores de Ia ‘libertad, igualdad y fraternidad’, ansiosox de abandonar el yugo hispdnico € instaurar el libre comercio con Inglaterra Buenos Aires fue su impulsora, Ja juventud criolla ilustrada, Protagonista e Inglaterra, su protectora, En 1816 se declara la independencia de las Provincias Unidas del Rio de la Plata. El reemplazo de esta expresin Por la de ‘independencia argen- tina’ esconde una fuerte connotacién Politica e ideolégica que modifica la interpretacion del proceso de emancipacién desvinculandolo del resto de América Latina. Sino cuestionamos el discurso liberal écémo entender el proyecto de Belgrano de crear una Monarquia Incaica, que contaba con el apoyo de San ga realizada por Castelli a los pueblos T qué un guarani como Andresito Artigas se convierte en defensor acérrimo del Proyecto revolucionario en el Litoral? Estos y otros hechos, como el Protagonismo de los pueblos originarios en el dos en la historia oficial. Desde esta concepcién elitista y racista se excluye a los indigenas de la historia de la lucha Por nuestra independencia. en, SON TIEMPOS DE REVOLUCION cana fue victima de e ar este proyecto, al sei i Ec s “to, al ser utilizada como prime a E i . % wh en la infame Guerra contra el Par: aguay. nails se 4 ste 3 artes ces a r soe is Beaancias del interior fue victima de la psa = ah 4 aa : eaatee! page #2 ie Junto a estos exterminios se Cesare ea i lento cultural, presenta : : Sapene Presentando a estos pueblos como aje- Sin e a inevi mbargo, la inevitable presencia de estos pueblos se observa Los pueblos originarios a principios del siglo XIX La conquista del territori , u Tritorio ameri cién del mundo indigena. Hacia el siglo geneidad cultural: comunidades con dist icano significé la desestructurae XV-XVI primaba una gran hetero- intos tipos de organizacién econé- éCual es la situacion ai la situ le los pueblos indigenas Proceso revolucionario en 1810? En el entonces Vincent Cea ey eri aaiade Cle atin habia ‘territorios libres’, regiones oe P indigenas. Tal era e] n 4 ; 0 caso de la Pamy i ae seis chaquefa, pobladas por los guaikuries, mataen ae uelches, mapuches y ranqueles, aa Hacia 1776 el Alto Perti - actu; oo al territori: ivi: era poblacién indigens > pa, seta teritorio boliviano, donde el 80 % incorporado al Virreinato del Rio de 224 LOS PUEBLOS ORIGINARIOS Y SU PARTICIPACION EN LA INDEPENDENCIA AMERICANA la Plata como fuente de financiamiento para esta nueva y débil unidad ad- ministrativa. El cerro del Potosi constituia una de las mayores riquezas de Hispanoamérica. Los pueblos de esta regién sufrian la explotacién bajo el sistema de la mita y el yanaconazgo que los condenaba a trabajos forzados en haciendas y minas espafiolas. Por otro lado, en el noroeste y el litoral los pueblos se integran con la sociedad criolla en un profundo proceso de mestizaje. Los Namados ‘dia- guitas’ habitaban el noroeste del actual territorio argentino. Estaban con- formados por distintos pueblos unidos por un idioma en comin: pulares, luracataos, chicoanas, tolombes, yocaviles, quilmes, tafis, hualfines, entre otros. También habitaban los omahuacas y atacamas. La presencia del pueblo guarani en la regién mesopotamica posee una particularidad: tenfan un alto grado de organizacién social como co- munidades agricultoras, reforzado por la experiencia de las Misiones Jesui- ticas, Esto Hevé a que su participacién en la etapa colonial e independen- tista fuera muy importante, en cuanto a la posibilidad de realizar acciones colectivas destacadas. Las invasiones inglesas: los indios ofrecen ayuda militar al Cabildo de Buenos Aires Autores de diferentes corrientes historiogrdficas coinciden en otor- gar gran importancia a las invasiones inglesas sucedidas en Buenos Aires, en 1806 y 1807, para la comprensién de la etapa de las luchas por la inde pendencia. Se recuerda la heroica resistencia de los criollos y espafioles organi- zindose frente al abandono estatal. Sobremonte huia con el tesoro real y los hombres de Buenos Aires resistian improvisadamente al invasor. Sin embargo, los primeros en avistar a los ingleses en 1806 no fueron Jos criollos ni los espaiioles. Menos atin los soldados del precario ejército colonial. Grupos de tehuelches y pampas descubrieron en Quilmes el desem- barco de aquellos desconocidos a los cuales lamaron ‘los colorados’. Frente a la ausencia del virrey, el Cabildo se convierte en el centro politico de la Ciudad, quedando en sesién permanente. El Acta del 17 de 225, SON TIEMPOS DE REVOLUCION soe poe que el indio pampa Felipe se presenté al Cabildo “en nom- re de dieciséis caciques de los pampas y tehuelches a hacer presente que estaban prontos a franquear gente, sy tos a de nte, caballos y cuantos auxili i penees s auxilios dependiesen oni Frente a la amenaza externa, negros, criollos, espaitoles e indigenas inen para resisir.A pesar de las diferencias profundas hacia su interior queda claro que no aceptarén la dominacién sajona. Sin embargo, las distancias culturales impidieron que la ayuda mili- tar se hiciera efectiva, Los cabildantes reciben amablemente a los caciques pero no recurren en su auxilio ni siquiera cuando la pérdida de la citlad era un hecho. *éQué hubiera sido de la ciudad, del gobierno, del puebl con veinte mil indios armados y cien mil caballos?" Tal vez, preanunciaba el rechazo y exclusién de los pueblos originarios que seran victimas a | argo de nuestra historia nacional, ale Tiempos de revolucién en el Alto Pera Las raices de la cooperacién del indio en la inde i buscarlas en las sublevaciones del siglo XVIII, cuando se. pean bere cia més fuerte al régimen colonial. En 1780, en Chayanta y Tinta, comenz6 la insurreccion, alcanzando la ciudad de La Pazen 1781, liderada por Ti aj Katari y José Gabriel Tiipac Amaru. Sin desconocer la autoridad del rey, el movimiento comienza pidiendo la supresién de los abusos contra log indios. La sublevaci6n se expande répidamente por el Alto Peri haciendo temblar los cimientos del orden colonial. Las masas campesinas muestra la fiereza con la que estaban decididos a defender sus derechos. daca tantos siglos violados. La insurrecci6n fue tan importante que solo median- te el castigo y suplicio que sufren los rebeldes se logra acabar con ella, A pesar de su derrota, esta sublevacién muestra la capacidad de lu- cha y organizacién de los pueblos del Alto Perti, ya que, una vez iniciada la revuelta en forma espontinea, se expande y organiza ofreciendo fuerte resistencia al ejército espaiiol. 1+ Cordero, Héctor Adolfo. “En torno alos i i : indios en las invasiones inglesas.”, supl de cultural de La Prensa, Buenos Aires, 1971; citado en AW. iLbertad, Muera el Hranol El 3 imino hacia la independencia en América. Buenos Aires, Madres de Plaza de Mayo, 2006. * Idem, “ont 226 LOS PUEBLOS ORIGINARIOS Y SU PARTICIPACION EN LA INDEPENDENCIA AMERICANA Muchos son los factores que explican la derrota del movimiento po- pular més importante del siglo XVIII en Hispanoamérica. La falta de co- nexidn con al mundo urbano puede ser una de las claves para comprender este proceso. Los pueblos originarios no logran articular en ese momento su lucha con los criollos y mestizos pobres de la ciudad. Todavia eran cercanos estos recuerdos cuando los sucesos en Europa conmocionan a nuestro continente en las primeras décadas del siglo XIX. Luego de la invasion de Francia, en 1808, a Espaiia, estalla la insurreccién popular: su Rey esta preso, el pueblo reasume la soberania organizdndose en Juntas. Sin duda la influencia de las ideas ilustradas (particularmente Rousseau con su Contrato Social) pero también las teorias pactistas de los tedlogos del siglo XVI (recordemos por ejemplo a Francisco Suarez) dieron el marco ideolégico para el inicio de este proceso insurreccional. Fernando VII ‘el Deseado’ se presentaba como la esperanza de renovacién dentro de la monarquia espaiola, liderando la lucha contra la faccién pro francesa representada por Carlos IV y su ministro Godoy. Este acontecimiento provocaré el primer movimiento de cardcter popular y democratico en América. E1 16 de julio de 1809 en Chuquisaca se desata un levantamiento liderado por criollos y algunos espaiioles bajo el grito de “iViva Fernando VII, muera el mal gobierno!”, exigiendo la convo- catoria de un cabildo abierto. América se integra entonces a las luchas contra el absolutismo creando sus propias Juntas que gobernarén en nombre de Fernando VII. Norberto Galasso afirma que en América la lucha primero es democrati- cay recién cuando el absolutismo vence en Espana se convierte en sece- sionista, como manera de sostener los valores democraticos. La Historia Oficial simplificd este tema reduciéndolo al enfrentamiento de criollos y espafioles, considerando a las revoluciones separatistas, antihispanicas y probritanicas. Desde esta interpretacién podemos entender la primera revoluci6n altoperuana, integrada por distintos grupos sociales que compartian su lu- cha democratica contra el absolutismo. A pesar de los intentos de frenar el proceso revolucionario, los realistas no logran detenerlo, ya que contaba con la adhesion de la poblacién mestiza y de amplias zonas indigenas cer- canas a la ciudad. 227 SON TIEMPOS DE REVOLUCION Se organiza entonces un nuevo gobi i : gobierno, luego de la destitucién del gobernador intendente, don Tadeo Davila. Se realiza ademis, una tentativa de otorgar libertad politica a los indios, Los cabecillas de esta revolucién habian sido actores y espectadores de la sublevacién de Tuipaj Katari en 1781, y por lo tanto fueron testigos y apreciaron como tales, la tremenda fuerza demostrada por la masas campesinas rebeladas. Ademis, estaban enterados de las ansiedades y deseos de los indios para sacudirse d i je la opresién econémi: ii derechos politicos.? sepa Es por esto que la Junta Representativa y Tuitiva de los Derechos del Pueblo -conformada como nueva forma de gobierno - pide en el parrafo 9° de su declaracién que un diputado de cada partido de las subdelegaciones de La Paz se incorpore como representante de los indigenas para exponer los deseos de las masas campesinas y lograr traducir en su idioma natural las declaraciones realizadas. Los revolucionarios estaban convencidos de que necesitaban el apoyo de los indios para alcanzar el éxito. ___ Aldecir del historiador boliviano Valencia Vega, “los revolucionarios de julio de 1809 (...) fueron los que mayor importancia dieron a la movili- zacién de las indiadas, para tratar de incorporarlas activamente no s6lo en determinadas tareas de puro trabajo o de funciones meramente auxiliares, sino con la intencién de crear unidades giles y despiertas, que fuesen el fundamento de los ejércitos de la emancipacién, con las masas indigenas convenientemente instruidas y entrenadas,”* las esperanzas vuelven para los pueblos originarios quienes estén corsanee ante las declaraciones de la nueva Junta. Los sectores conser. wadores rect al pedido de ayuda del ejército Virreinal para reprimir esta revuelta. Resultan necesarias las fuerzas militares del Perti y de Buenos Aires, lo cual muestra el alcance de la sublevacién. Con el recuerdo atin cercano de las sublevaciones li i di aciones lideradas por Tti- pac Amaru la represion a cargo del Presidente de la Real Audiencia del Cuz- co, José Manuel Goyeneche, fue feroz: las ejecuci 1 , : las ejecuciones en masa se con rapidez, a 3+ Valencia Vega, Alipio. El indio en la independencia. La Paz, El progreso, 1962; p. , Progreso, 1962; p. 142. 228 LOS PUEBLOS ORIGINARIOS Y SU PARTICIPACION EN LA INDEPENDENCIA AMERICANA Este primer intento de formacién de una Junta de Gobierno muestra la complejidad de las relaciones entre los pueblos originarios y los demas grupos sociales. Parte de los criollos y espaiioles le temen profundamente a la ruptura del orden social. No sélo los levantamientos indigenas, sino las revueltas de esclavos aparecen como fantasmas que recorren el continente cada vez mas convulsionado. Pero por otro lado, sectores revolucionarios ven con claridad la ne- cesidad de sustentar todo cambio politico en una revolucién social para lo cual la base indigena es el sujeto fundamental. Esta alianza entre criollos ¢ indigenas es compleja y atraviesa distintas etapas a los largo del proceso revolucionario, En un primer momento, confluyen dndole un cardcter popular, Pero con el correr de los aiios, la revolucién social sera arrebatada por una minoria que queria conservar el status quo sin intencién de modifi- car las estructuras profundas que oprimian a los pueblos indigenas. La revolucion democratica en Hispanoamérica Desde 1808 Espaiia resiste al ejército invasor. En defensa del Rey pre- so, las Juntas han reasumido la soberania instituyendo en Sevilla la Jun- ta Central. A pesar del clamor popular, la fuerza del ejército napolednico logra vencerlos en 1810. Cae asi la Junta Central y es reemplazada por el Consejo de Regencia. Las noticias llegan a América, donde el Consejo de Regencia no se considera ni representativo ni democratico. En mayo de 1810, en Buenos Aires, luego de un arduo debate se establece la Primera Junta. La misma surge de la conjuncién de diferentes fuerzas politicas y sociales. Intervie nen en este proceso la nueva burguesia comercial portefia deseosa de al- canzar la definitiva libertad de comercio, la pequefia burguesia integrada por profesionales, empleados, artesanos libres y estudiantes ~ ala mas revo- lucionaria liderada por Mariano Moreno ~y la fuerza militar que dcfiende un liberalismo moderado que desea encauzar ordenadamente la protesta para evitar el protagonismo popular. En el mismo afio Cochabamba y Oruro siguen el ejemplo de Buenos Aires. Como en 1809, los indios vuelven a demostrar su expectativa y coope- ran asistiendo al ejército revolucionario en su lucha contra los realistas. “Los indigenas tenian la recdndita esperanza de que ese movimiento fuese 229 SON TIEMPOS DE REVOLUCION fan amplio que los envolviese también a ellos realizando sus reivindica cre proPias Y especificas”®. La ayuda indigena se testifica, por ejemplo, ciales profundos. Lideres como Mariano Moreno, Manuel Belgrano, Juan José Castelli, Bernardo de Monteagudo, entre otros, incluyeron en su pro- Yeeto de libertad a los indigenas del territorio virreinal, incentivandolos a la lucha por Ia igualdad, La politica indigenista de los hombres de Mayo Moreno habia realizado sus estudios de derecho en la Universidad de Chuquisaca. Alli realiza una defensa vigorosa de los pueblos originarios, Su (esis final es una *Disertacién juridica sobre el servicio personal de los indios en general y sobre el particular de Yanaconas y Mitarios”, en la que “nuestra una enérgica protesta en defensa de la liberia del indio. 5+ Ibidem; p. 152. &* Moreno, Mariano. Disertacién juridica Sobre el servicio personal de los indios en gene- aly sobre el particular de yanaconas Y mitaxios (1802) 230 LOS PUEBLOS ORIGINARIOS Y sU PARTICIPACION EN LA INDEPENDENCIA AMERICANA Buenos Aires -periédico que expresaba las ideas del grupo morenista- se declara en enero de 1811 que “el indio es ciudadano y se halla bajo la esclavos? La historia de nuestros mayores y vuestra propia experiencia descubren el veneno y la hipocresia, (...) $6lo aspiramos a restituir en 10s pueblos la libertad eivil y que vosotros bajo su proteccién viviréis libres gozando la paz juntamente con nosotros de los derechos origi- harios que nos usurpé la fuerza. La Junta de Capital los considerara siempre hermanos e iguales.? Nuevameate Castelli vuelve a Pronunciarse a favor de la causa indi- gena en Oruro, incitandolos a unirse a la revolucién: 7* La Gaceta de Buenos Aires, 24 de enero de 1811, volumen Lp.15. Rirtrta de Moreno a Castelli citado en Sierra, Vicente. Historia de la Argentina. Buenos Aires, Garriga Argentina, 1962; tomo V; p. 175. deeroclama de Juan José Castelli del 5/2/1811 publicada en La revolucién de Mayo a través de los impresos de la época. Buenos Aires, Comision Nacional Ejecutiva del 150° aniversario de la Revolucién de Mayo, 1965; tomo, p. 425-428, 231 SON TIEMPOS DE REVOLUCION Ciudadanos compatriotas: al fin, al fin ha legado la época suspirada en que los injustos opresores de la patria vacilen y se estremecen, sin poder ya reanimar su moribundo despotismo (..) El grito de la naturaleza y el poder de la raz6n han sofocado la débil y amenazada voz de los tiranos (..) Ya ha legado el tiempo de que el virtuoso ciudadano sea preferido al inmoral extranjero...!° ___ Apesar de los numerosos documentos que asi lo indican, la historia oficial se encargé de minimizar la importancia de estos hechos. En el aiio 1960, Hugo Wast publica su obra Afio X. En ésta, realiza una descripcién de los acontecimientos mas destacados de la gesta revolucionaria. Entendien- do a la revolucién de mayo como una revolucién patricia, dedica parte de su obra a denostar todo tipo de participacién popular. El capitulo referido a los pueblos del Alto Perd y la arenga a los indige nas Hleva de titulo “La pagina negra de la Historia Militar Argentina”. En sus paginas, describe detalladamente el accionar de Castelli - “espiritu papelero y trasnochado de Moreno”: en esta regién. Se detiene en particular en un didlogo entre Castelli y una comunidad indigenas el 25 de mayo de 1811, due rante una asamblea en el lago Tiahuanacu. Segiin su relato, el criollo realiza una larga explicacion de las ventajas de un gobierno basado en la soberania popular, diciendo: “Aquel es el gobierno de los déspotas. iste es el gobierno del pueblo. Decidme vosotros: équé queréis?Y le responde como un trueno la griteria de la indiada: iAbarrerte, Tatai! (|Aguardiente, Sefor!)"" La debilidad de estos argumentos se muestra incluso dentro del mis- mo capitulo. El autor ~ tan sélo algunas paginas antes ~ afirma que “hasta en las poblaciones indigenas cundia el fermento patristico"? en apoyo al movimiento de Cochabamba, a la revolucién liderada por el coronel Rivero. ; Las fuentes existentes sobre este discurso no mencionan el pasaje citado. Por el contrario, aprovechando el aniversario de la Revolucion, se proclama el fin de la servidumbre indigena que -aunque no tuvo efectos juridicos inmediatos ~ muestra la decisién del grupo morenista de incor porar en la lucha a los pueblos originarios. 10+ Ibidem; p. 443-444, 11+ Wast, Hugo. El afio X. Buenos Aires, Goncourt, 1960; p. 219. 12+ Ibidem; p. 214, 232 LOS PUEBLOS ORIGINARIOS Y SU PARTICIPACION EN LA INDEPENDENCIA AMERICANA. En los documentos figura: .. Habiendo declarado el gobierno que los indios son iguales a los de- més habitantes no hay raz6n para que no se supriman los abusos y se propenda a su educacién y prosperidad. En consecuencia, ordena: las autoridades deberin informar para cortar los abusos en perjuicio de los indios aunque sea ‘a titulo de culto divino ’; promover su beneficio, especialmente en repartimientos de tierras, establecimiento de escuelas en todos sus pueblos, exencién de cargas e imposiciones..." éQué fuentes utilizé Wast para realizar este relato? No lo indica en su obra. éAcaso un recurso literario para expresar la interpretacién pro- fundamente racista que el autor tiene de todo el proceso independentista? Mas alla de lo anecdético, es notorio como el imaginario colectivo excluye 4 los pueblos originarios del relato, atribuyendo la causa de la exclusién a diferencias culturales que, si bien pudieron estar presentes, no impidieron su participacién activa en las luchas por la independencia. En palabras del mismo Castelli: .. Sin que nadie les mandase los indios de todos los pueblos con sus caci- ques y alcaldes, han salido a encontrarme y acompafarme, haciendo sus primeros cumplidos del modo mis expresivo y complaciente, hasta el ex- tremo de hincarse de rodillas, juntar las manos y elevar los ojos, como en accién e bendecir al cielo... En s6lo la carrera de Jujuy a esta villa cuento con mis de tres mil indios en armas. (Oruro, 20 de enero de 1811)'* Pero no son sdlo proclamas y declaraciones. La politica revolucio- juria toma medidas que reflejan la coherencia entre teoria y practica: el 49 de marzo de 1811 la Junta condena todos los trabajos forzados; el 1 de septiembre del mismo ano realiza un decreto en castellano y en quechua ‘ie suprime en todo el territorio de las Provincias Unidas del Rio de la Viata los tributos ¢ impuestos que pagaban los indigenas a la Corona de Es- a; en octubre Chiclana recibe al Cacique General Tehuelche Quintelau, afirmando que eran compatriotas, hermanos y amigos; el 12 de marzo de se realiza una proclama aboliendo los tributos de los indios en Santa aja : 1)+ Chaves, Julio César. Castelli, el adalid de mayo. Buenos Aires, Ayacucho, 1944; p. 254. We tide; p. 221 233 SON TIEMPOS DE REVOLUCION Fe, Finalmente la asamblea del ao XIII termina con la mita, la encomien- da, el yanaconazgo y todo servicio personal, afirmando que los indigenas son hombres libres e iguales a todo los demas ciudadanos, declarando que todo documento oficial debe ser traducido al guarani, quechua y aymara, También Belgrano comprendié la importancia de sumar a los pue- blos originarios cuando estuvo a cargo del Ejército del Norte. Procuré que dentro de las tropas revolucionarias no se realizaran burlas a las costum: bres de los pueblos del Alto Perti. Segtin Julio César Chaves, “la popularidad que alcanz6 entre los indios fue inmensa. (...) Todo el pais estaba cubierto de indiadas militarizadas, armadas de palos y de hondasy de piqueros a pie que obedecian las érdenes de los caudillos que habian adquirido nombra- dia y hacian un activo servicio de vigilancia, interceptando las comunica- ciones del enemigo, y lo mantenian en constante alarma.”"® éCémo negar la participacién de los pueblos originarios cuando el proyecto emancipador los incluia dindoles espacio a sus reivindicaciones ancestrales? éCémo no defender la posibilidad de ser liberados del yugo lonial, traducido en las pesadas cargas tributarias y en trabajos forzosos? Hacia la declaracién de la independencia Tal era la situacién cuando en 1814 se produce el retorno de nando VII al trono, mostrando un claro intento de suprimir el proceso volucionario latinoamericano. El monarca, hasta entonces consid esperanza politica, anula la Constitucién liberal de 1812 y restaura el lutismo en alianza con el resto de las monarquias europeas. Es asi como se convoca en 1816, al Congreso de la Provinel del Rio de Ja Plata en Tucuman. San Martin es uno de los hom! enuncia claramente la necesidad de la formacién de un Congres claraci6n de la independencia. Sin estas decisiones écémo come! cha contra los realistas en Chile y en Perti? En nombre de qué? de un ejército americano y la lucha por Ia libertad eran indisy En Tucumén se retinen representantes de Buenos All Catamarca, Mendoza, San Juan, San Luis, La Rioja, Tucuman, 15¢ Ibidem; p. 229. 234 LOS PUEBLOS ORIGINARIOS Y SU PARTICIPACION EN LA INDEPENDENCIA AMERICANA, que y Chichas. No estan representadas las Provincias artiguistas: Santa Fe, Corrientes, Entre Rios y Misiones. Ademas de las provincias ocupadas por aborigenes (la Patagonia y la regién chaquefa). Esta composicién muestra claramente que no es la independencia argentina la que esté en juego, sino la de las Provincias Unidas, que intentaba aglutinar los territorios que com- ponian el antiguo virreinato. La declaraci6n de la Independencia, el 9 de julio de 1816, se hace con miras a la Patria Grande, aquella que Bolivar y San Martin tanto pro- puiynaban. El acta de independencia se realiza en castellano y en quechua. 1) este contexto, nace uno de los proyectos politicos mas importantes de esta etapa y paraddjicamente el mas silenciado: coronar a un Inca para que gobierne el territorio de las Provincias Unidas del Sud. Muchas veces se nos presentan los proyectos monarquicos en el Rio de 1a Plata como meros intentos politicos de usurpacién del poder de gru- Js reducidos, que no brindaban alternativas politicas concretas. Aparecen. /Wieterizados de atemporales y hasta de ‘ridiculos’, El proyecto mas vapu- Ipidlo fue el presentado por Manuel Belgrano: “ixtvavagante en la forma e irrealizable en los medios (...) tenia su 4) de ser en la imaginaci6n y no en los hechos, que a veces gobierna a Pileblos mas que el juicio”’, afirma Bartolomé Mitre. Ahora bien, cabe esto fue asi épor qué obtuvo el apoyo de la mayoria de los ucumdn y de gran parte de la poblacién? éPor qué se dedi- tantas sesiones del Congreso a debatir este tema? {a vex declarada la independencia, el gran debate se centré en la ‘fe gobierno. Manuel Belgrano no era congresista pero se encontra- ‘Ticumidn como Jefe del Ejército del Norte, y por su reciente viaje | Congreso le pide opinién. Belgrano cuenta que “el Congreso W) na Sesion secreta y me hizo varias preguntas. Yo hablé, me © hice Horar a todos al considerar la situacién infeliz del pais. tle 1a monarquia constitucional con la representacién de la casa 4 todos adoptaron la idea.""” Argumenta su posicién contando elite la situacién de Europa, que si “antes el espiritu general {lone Historia de Belgrano. Buenos Aires, Cientifica y Literaria Argentina, HH) 8; tomo IL iM Helgrano, citado en Alberdi. Op. cit.; p. 267. 235 SON TIEMPOS DE REVOLUCION era re, i i ie Publicanizarlo todo, en el dia se trataba de monarquizarlo todo.”"* aera a 5 - eae objetivo del Proyecto era crear un gran Estado Americ: a nee i indo la Tevolucién Porteha con Europa y principalmente con nas RASS eR Asi Pues, transformaria definitivamente la revolu. movimiento de vocacién i i ‘ See e , ov ; continental, brindand ay te Politico y social alternativo al sostenido por las clase » “ W3 Vez, se proponia dotar a la revolucion de una base sécial due, como ya hemos ido explicando, no se encontraba para nada ajena a los lican seen ni sucesos politicos de las tiltimas décadas. i La existencia de la cul de la gesta revolucionaria, un indigena que escapé de cién incaica se hizo presen rae incluso, en el himno, tura Inca se encontraba presente desde el origen or ejemplo en el escudo nacional disefiado por la represion de la sublevacion de Amaru. La tradi- te también en sellos, monedas, hasta en la bande. que fue realizado en castellano y en quechua: Se conmueven del I en sus huesos revive el ardor, lo Inca las tumbas, y en e r, que ve renovando a sus hijos, de la patria el antiguo esplendor. Ali igual que el proyecto de la monarquia incaiea muestra el alcan- 18 Idem. 19+ Informe secreto de Bel; Ramee meee oe eee al Congreso, citado en Galasso, Henos Aires, Colihue, 2000; p. 179. eens ey 236 LOS PUEBLOS ORIGINARIOS Y SU PARTICIPACION EN LA INDEPENDENCIA AMERICANA ce americano de la revolucién. Este fragmento ser eliminado mostrando el claro silenciamiento de los pueblos originarios - en particular del Alto Perti - en nuestra historia. Los documentos hablan por si solos, pero ya conocemos Ia tradi- cidn liberal que tiende a ‘perder’ fuentes de gran valor hist6rico o descono- cer otras considerandolas poco confiables. Las claras muestras de la presen- cia de la cultura originaria paso desapercibida para Mitre y otros historia- dores forjadores de la historia oficial. Sin embargo, el proyecto de Belgrano recibe gran apoyo en los pueblos del interior, especialmente en las masas indigenas que muestran su voluntad de incorporase ardientemente en las luchas contra los realistas. Sin embargo, Mitre insiste en el cardcter insig- nificante de la propuesta: “el pueblo habia asistido indiferente a las delibe- raciones monarquicas del Congreso y se alarmé frente a esta declaracién insolente...® Asumir el fervor popular, la importancia de las provincias del Alto Pert, significaba unir nuestro nacimiento como patria a la patria boliviana, chilena, peruana. Inconcebible para la burguesia comercial por- teha comprometida con la creacién de una sociedad ‘civilizada’ en Ja que necesariamente debian eliminarse signos de barbarie como la adjudicada a estos pueblos americanos. La oposicién, como era de esperar, provenia claramente de Bue- nos Aires: Rivadavia reflexionaba “cuanto mas medito el proyecto menos Jo comprendo”™. La elite ilustrada portefia no podia concebir la idea de coronar a un aborigen, el s6lo hecho de pensarlo les causaba rechazo y desesperacién. Las razones eran de diferente indole: culturales por imitar a Euro- pa y politicas porque el proyecto atentaba contra el centralismo porteno. Un proyecto de dicha envergadura ponia en jaque su propia existencia. Se burlan preguntando quién es y dénde se encontrar el supuesto monarca. La prensa porteiia toma el proyecto en forma irénica y realiza diversas bro- mas sugiriendo que el Inca era un indio viejo borracho olvidado en alguna pulperia altoperuana. Este es el caso del periédico La Cronica Argentina que ataca constantemente al proyecto y a su creador, Belgrano. Otros periddicos 20+ Mitre, Bartolomé. Op. cit; p. 16. ‘21+ Carta de Rivadavia citada en Romero Carranza, Rodriguez Varela, Ventura Flores Piran. Historia politica de la Argentina desde 1816 a 1862. Buenos Aires, Panne, 1971; tomo 2, p. 422, 237 SON TIEMPOS DE REVOLUCION como Fl Censor apoyan la facci6n de la monarquia moderada y publican las Proclamas de Belgrano y Giiemes a favor de la monarquia Inca. El diputado porteho Tomas Manuel Anchorena es quien levanta la voz como representante del grupo opositor, aludiendo a la reaccién cuan- do se escuch6 esta propuesta: “nos quedamos atdnitos con lo ridiculo y extravagante de la idea, pero viendo que el general insistia en ella y que ob- tenia el apoyo de muchos congresales debimos callar y disimular el sumo desprecio con que mirdbamos tal pensamiento."®? El rechazo de Anchorena venia dado por su racismo y por negarse a ampliar la base social de la revolucién incorporando a las masas indigenas, Mas tarde afirma que no le molesta el proyecto monarquico sino que “se Piense en un monarca de las casta de chocolates, cuya persona, si existia, probablemente habia que sacarla cubierta de andrajos de alguna chicheria Para colocarla en el elevado trono de un monarca”®. Los diputados porte. Ros ganan tiempo aduciendo la necesidad de discutir el proyecto publica mente en sesiones extraordinarias, 1a critica de Buenos Aires de que no exis coronado era totalmente infundada: habia varios cra don Dionisio Inca Yupanqui, nacido en Cuzco y educado en Espafia, Hombre con experiencia militar e ideol6gica semejante a la de San Martin, coronel de un regimiento de Dragones de Espaiia y diputado de las Cortes tia un Inca apto para ser candidatos posibles. Uno de Cadiz en 1812. En éstas se destaca su lucha por la igualdad de los ame-_ ricanos, espaiioles e indigenas con los metro} pios democraticos de avanzada, tales como “Un pueblo que oprime a otro Pueblo no puede ser libre”. Otro candidato era el hermano de José Gabriel Tupac Amaru, Juan Bautista Tipac Amaru, quien participé activamente en Ia sublevacién que encabez6 su hermano por lo que estuvo en prisién en Espaha hasta 1822, ao en el que regresa a Buenos Aires y recibe una Pensi6n, bajo el titulo de quinto nieto del tiltimo emperador del Peri, Era el simbolo viviente de la sublevacién indigena. politanos, defendiendo princi- Gitemes expresa su apoyo proclamando el restablecimiento de Ja dinastia inca entre los pueblos del Pert, reafirmando el ideal de “indepen: 22+ Carta de Tomas de Anchorena a Juan Manuel de Rosas del 4/12/1846, citada en Lie Zusta, Julio, Tomds de Anchorena. Buenos Aires, Huemiul, 1962; p. 23 y 55. } 23° Idem. 238 RICANA LOS PUEBLOS ORIGINARIOS Y SU PARTICIPACION EN LA INDEPENDENCIA AME} dencia o muerte”. Mitre pudo desacreditar el apoyo de Giiemes por oa dillo de masas, pero se encontré con mayor dificultad al tener ae te pad por qué San Martin habia apoyado tan ‘extravagante’ idea. Para fe aa Be que, si bien San Martin era capaz de aceptar patridticamente la ud cs una monarquia, no podia concebirla fuera de los marcos Serene a contrapone con los numerosos documentos en los que San Ee ee firmemente al proyecto dela Monarquia Inca: “Io admirable que me P el plan de un inca a la cabeza, las ventajas son geométricas... La guerra de republiquetas Pero mientras los congresales declaraban la Independencia, el ejé- cito realista avanzaba a paso firme sobre el Alto Perti. El Rio de la en a e/ tiltimo bastién de la libertad. Las fuerzas contrarrevolucionarias abial logrado derrotar a los movimientos del resto de Hispanoamérica. Los ejércitos auxiliares enviados por Buenos Aires no Coens Sa tados positivos en la lucha contra los realistas en el Alto Peru. La Sede \Jereito Regular colonial parece insuperable. Castelli Belgrano, ae io eran militares profesionales y carecian de estrategias para lograr vt al enemigo. San Martin advierte que debe generar un plan alternativo para lle- jr al bastion del absolutismo en Lima. Por eso, concentra sus Hotes ‘(\lyo para construir un gran ejército americano. Pero mientras tanto, indispensable contener las fuerzas realistas en el norte. Luego de las derrotas patriotas de Vilcapugio y Ayobuma is a ‘Wier de republiquetas’: Potosi, Chuquisaca, Oruro, La Paz, ge a ae Santa Cruz contienen a los realistas en el Alto Pert por mas de qi ‘how (1810-1825). Result6 entonces mucho mis efectiva la lucha de las Tah villas. Uno de sus precursores fue el coronel Juan Antonio oe luv oriundo de Espafia y defensor de la causa de quechuas y one see 1409 habia recibido el pedido de la Junta de Chuquisaca para org ‘HAlanno, Norberto. Seamos Libres y lo demds no importa nada. Buenos Aires, Colihue, 239 SON TIEMPOS DE REVOLUCION la defensa del territorio. Luego de la derrota de imi A este movimiento s« de la cdrcel y forma la Republiqueta de Charcas. sab oleh ji Alvarez de Arenales, Lanza, I. X. Warnes, |. de las Mufiecas, Manuel Padilla y su esposa Juana Azurduy y Vicente Camargo ~ oriundo de la comu- nidad indigena de Moromoro (provincia de Chayanta) - fueron otros de los lideres de estos pequeiios grupos reunidos espontaneamente. El protagonismo de los indigenas en esta guerra es fundamental para comprender st éxito. Un ejemplo de ello es que Juana Azurduy reali- a un pacto con el Cacique Juan Huallparrimachi que forma el cuerpo de Los Hisares’. Por su conocimiento del quechua y aymard Juana convoca a los indios a incorporarse a la lucha: “seguir a Juana es seguir a la tierra” comentaran respondiendo a su llamado. ___ En las provincias del noroeste argentino Giiemes fue el lider mas importante de la ‘guerra gaucha’, Las comunidades indigenas aseguran los recursos alimenticios, aportando parte de sus cosechas para el consu- mo 0 para la venta para proveerse de otros bienes. Se organizan en turnos mensuales para sostener a las guerrillas, operando como grupos auxiliares, pero en caso de ser necesario cuando son “convocados por el jefe de la face cin, los indios llegaban armados con lanzas, hondas y garrotes.”*> Mediante esta lucha fueron resguardadas las regiones de Tucumén, Salta y Jujuy; ademés de impedir que parte del Ejército limefio se concen- trara en la lucha contra las fuerzas que llegaban desde Chile al mando del general San Martin. Paraddjicamente, en esta época encontramos grupos de indigenas en la formaci6n del ejército espaiiol. Tal como explica el historiador bo- liviano Alpio Valencia Vega, “utilizaban a las muchedumbres indigenas como bestias de carga y a veces como carne de cafién necesaria para res guardar sus vidas en los combates y lograr triunfos tras los muros huma- nos de los indios."*° A pesar de esto, por el prejuicio racial, la politica generalizada del 25¢ Valencia Vega, Alipio. Op. cit; p. 194. 26+ Ibidem; p. 218. 240 LOS PUEBLOS ORIGINARIOS ¥ SU PARTICIPACION EN LA INDEPENDENCIA AMERICANA espaiol no fue movilizar al indio en la lucha, sino més bien garantizar el abastecimiento alimenticio y el transporte, a partir del sostenimiento de las obligaciones coloniales y de nuevas impuestas por las necesidades de la guerra. San Martin y “nuestros paisanos, los indios” ‘Tal vez, el pensamiento politico del Libertador en relaci6n a los pue- blos originarios se infiere con mayor claridad en su labor como Protector del Perti. Sin embargo, en su desempefio militar en América se vincula con Jos indigenas sumandolos a las luchas emancipatorias. En forma temprana, en el momento de la formacién de granade- tos. a caballo, solicita al gobierno que “se traigan de las Misiones trescientos javenes naturales de talla y robustez””. Algunos de los guaranies que incor- jpora son Santiago Guaich4, Lorenzo Purey, Matias Abucti, Miguel Abiyt, ‘Andrés Guayaré, Juan de Dios Abay, Miguel Chepoyd, Félix Bogado, Siya, Pind6, Ybarap4, Ybuysi, Mboati, Pachod, Periverd, Guaicururari, Areguati, Cumandiys, Uré, Cuzui, Ita Tamary, Tabaré, Bambu, Mborec6, Caaliug, Cui- beré, Baivé, Ravie y Monduré. Coherente con esta linea de accién politica, ya en la gobernacién de Cuyo establece relaciones con las comunidades originarias de esta re- gion. Para preparar su ejército para el cruce de los Andes y dar batalla | los realistas en Chile y Pert, necesita movilizar gran cantidad de re- furios, Siguiendo muchas de las recomendaciones del Plan Revolucionario ile Operaciones de Moreno, desde el poder estatal organiza a la poblacién jpara tamafa tarea. La movilizacién humana fue una de las piezas claves 1 este proyecto. Todas las clases sociales colaboran, también los pueblos originarios. luego de entablar reuniones con caciques araucanos y mapuches, Joyra una alianza por la cual ellos se encargarian de generar un sistema ile espias y transmitir informacién falsa a los realistas. Asi, San Martin in- forma a Buenos Aires: *he credo del mayor interés tener un parlamento con los indios pehuenches, con doble objeto: primero, el que se la expedicién a Chile, me permitan el paso por sus tierras; y se- » a V+ Galusso, Norberto. Seamas libres y lo demds no importa nada; p. 69. 241

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