La fresa es un fruto pequeño, rojo y carnoso.

Mide de 3-4 cm de largo y tiene forma de corazón

invertido. En la base del corazón, se encuentra una corona de hojas verdes: el cáliz. Su color es
un rojo brillante y externamente tiene una apariencia lisa y reluciente. Está cubierta de
"pepitas" muy pequeñas que, contrario a lo que muchos creen, no son las semillas, sino el
verdadero fruto de la fresa. Internamente, conserva su color rojo, pero además tiene una
coloración blanquecina en la parte central, la cual tiene una forma de ojo o espada, de donde
se proyectan algunos rayos blanquecinos a la periferia.

Al probarla, tiene un sabor agridulce (algunas son más acidias, otras más dulces, dependiendo
de la variedad y el tiempo de maduración). Su consistencia es carnosa y jugosa, como un
intermedio entre una manzana y una naranja.