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La música acompaña al ser humano tanto desde su nacimiento.

atraviesa su existencia, es

transversal a todas las etapas de la vida y se graba en la memoria durante los momentos más

importantes en la vida del ser humano, todos hemos sido participes de la música, desde escuchar

una gran orquesta, tararear una canción, hasta el escuchar el latir del corazón de la persona que

queremos, todos conectamos con ella y nos hacemos partícipes al oírla, sentirla e interpretarla,

esto nos incluye a todos los seres humanos en una red de conexiones que nos involucran en la

emoción de la música, sin embargo todos nos acercamos a ella de una manera particular, todos

hemos tenidos vivencias y experiencias que definen nuestro gusto, nuestra afición y nuestro

sentimiento frente a diferentes tipos de música y sonidos.

Es así como mis vivencias desde muy temprana edad han estado rodeadas por la música, el

estudio de un instrumento musical y el crecer en una familia aficionada por la música, hizo que

todos los hermanos quisiéramos estudiarla en algún momento de nuestras vidas; fui partícipe de

la Red de Escuelas de Música de Medellín que a su vez y sin yo saberlo en ese momento, fue la

terapia para desarrollar mi personalidad, ya que , al ser una persona de pocos recursos que se le

daba la oportunidad de tener en sus manos un violoncello  y llenar sus espacios de tiempo libre

con  música, me alejaba del común denominador de los jóvenes de los barrios pobres, cambiando

mi forma de ver y entender el mundo, no había tiempo para otra cosa que no fuera la música,

cada día  me ponía metas más difíciles: Ser capaz de tocar un pasaje imposible o saber cuándo

eran las entradas de la orquesta, esto llenaba mis días, me convocaba cada día a la escuela a

compartir con muchos otros niños, que también vivían en el barrio, nos juntábamos para hacer

música, para reírnos y para disfrutar por medio del descubrimientos de sonidos y de habilidades

aprendidas.
Escoger la enfermería como profesión fue producto del azar más que una decisión tajante, sin

embargo, la universidad me abrió los brazos y me enseñó lo que tenía que saber para luego

ingresar a la vida profesional donde conozco en mis propias vivencias en realidad el objeto de

estudio de la enfermería, el cuidado, lo tomo como mi pasión, lo ejerzo con amor y reconozco la

obligación que tiene la enfermería como ciencia para seguir surgiendo en medio de la

invisibilidad que lo rodea.

Hace aproximadamente un año, descubrí que puedo integrar las dos cosas que más me

apasionan y retribuirlo a la sociedad, que en un momento de vida me brindó la opción de ser

mejor persona con la música, y otro momento la Universidad pública me abrió los brazos del

conocimiento y de ayudar desde lo que conozco y sé hacer a muchas personas que lo necesitan

para cuidar de manera holística, y esto presupone uno de los proyectos más grandes de mi

existencia.

Incluir la música como sistema terapéutico se vuelve necesario y es un foco de atención en las

últimas décadas; no hay que desconocer que desde creencias antiguas la música tiene

propiedades y efectos curativos, que sólo hasta este siglo han hecho que dichas creencias se

conformen como una ciencia con resultados reales y así mismo la enfermería como ciencia, es

joven y con la capacidad de relacionarse con otras ciencias también en desarrollo, una terapia

que incluya los sentimientos ya generados y las conexiones neuronales ya creadas estimuladas

por la música, la utilización de este lenguaje universal es el siguiente gran paso a seguir dentro

de las propuestas de tratamiento modernas e incluirlas en el arsenal de terapias actuales que se

resumen en mejorar la calidad de vida de las personas, es el paso más lógico y adecuado. Los

diferentes estudios en el área comprueban su efectividad y la veracidad que como ciencia tiene la

musicoterapia, han demostrado beneficios físicos, mentales, emocionales y psicológicos, que el


impacto de la música tiene en el cerebro es demostrable y por lo tanto se considera una ciencia

real, por ejemplo, a través del estímulo auditivo, se es capaz de activar circuitos neuronales, lo

que se traduce en la provocación de sensación de bienestar y placer, además de activación de

diferentes sistemas fisiológicos mostrando beneficios sobre el control de la presión arterial, la

frecuencia cardíaca, respiratoria y la ansiedad, los efectos positivos sobre la comunicación, el

lenguaje y la evocación de recuerdos.

Es así como la musicoterapia es ese proceso interpersonal en el que la música se utiliza dentro

de una relación terapéutica para abordar las necesidades físicas, emocionales, cognitivas y

sociales de personas con diversas condiciones psiquiátricas o médicas. Se le da un papel a la

ciencia en el que se vuelve integradora de un proyecto de vida personal, que consigue interactuar

con el ser desde la parte más humana y universal, el desarrollo de un cuidado que consiga

generar una conexión significativa y mutua, que a su vez genere cambios positivos en las

personas que estén a mi cuidado.

En el último año he tenido la oportunidad de acerme al manejo del dolor y al cuidado

paliativo a través del desarrollo de un diplomado en estas áreas. al mismo tiempo el trabajar en

una unidad de hospitalización con pacientes adultos y con personas con enfermedades crónicas,

consigo identificar que hay oportunidades de cuidado donde tanto la enfermería como la

musicoterapia serían la respuesta coadyuvante al tratamiento de dichos pacientes.

La necesidad se hace clara en función de la enfermería como gestora del recurso hospitalario

y no tanto como la función individualizada del cuidado; el tiempo y las múltiples tareas de una

enfermera desligan el conocimiento de la persona de la generación de una terapia individual de

cuidado basado en esa persona que confía y que necesita de mí a el conocimiento de un servicio

con muchos más pacientes y muchas más necesidades generales.


 

La posibilidad de investigar a profundidad y de la planeación de cuidados dentro de las dos

ciencias mencionadas, pondrían en el foco investigativo el reconocer el cuidado integral, donde

debido a la poca capacidad de generación de conocimiento por la falta del reconocimiento de las

mismas, todavía son tímidas e incipientes en nuestro país y generar desde una manera más

personal la capacidad de brindar dicho cuidado dando todo lo que amo de mí, será la oportunidad

adecuada para retribuir el aprendizaje que tanto la universidad como la música, me han regalado

a lo largo de mi vida.

 
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